Pinak era el hermano menor del Rey Vegeta. Jamás tendría derecho al trono, por lo que debía conformarse con los cargos en el ejército que le daba su hermano. Acatar todas sus ordenes aun que no estuviera de acuerdo. El Rey era un genocida, no le importaba exterminar civilizaciones enteras con tal de demostrar su poderío militar. Ya venían de una monarquía que exterminó a los Tsufur y se adueñó de su planeta.
El General Pinak, secretamente deseaba derrocar al Rey, para quedarse con el trono. Ya que no quería estar bajo el mando de Freezer, ni destruir planetas; y planeaba eliminar a su hermano, para así poder enfrentar a Freezer y su ejército uniendo a todos los Saiyayines.
Sabía que su hermano era fuerte, y que no dudaría en matarlo si se revelaba contra él. También conocía la lealtad que el ejército saiyajin tenía para con su Rey; por lo que debía ser mas inteligente.
El Rey nunca le dio el título de príncipe a su hermano, porque eran medio hermanos, y no lo consideraba alguien legitimo; para tenerlo tranquilo, le otorgó el cargo de general de su ejército.
Era uno de sus generales más fieles. Y así el Rey Vegeta se sentía en paz. No le dio un título de nobleza, pero tampoco desconoció su parentesco.
Sin embargo, al rey le desagradaba la idea de que su sangre se mezcle con sangre inferior, más precisamente de guerreros de clase media o baja.
Al tener un hijo varón, no había muchas mujeres dignas para casarse con el Príncipe y darle herederos puros a su hijo. Por lo que Parsley le sugirió a Pinak, que casaran a Leticia con su primo. De ese modo los lazos sanguíneos se conservarían lo mejor posible y la corona se mantendría dentro de la familia.
Y no podría negarse ya que la esposa del general Pinak también pertenecía a la realeza. Por lo que después de una campaña exitosa para el ejército, aprovechó el buen humor de su hermano para proponerselo.
—Ya que estas de buen humor Rey, quisiera pedirte que tengas en cuenta una petición.
—Dime lo que deseas y quizás te lo conceda, o no.—respondió mientras bebía vino.
—Mi Rey, ¿haz pensado en buscar esposa para tu joven heredero? No quiero ser impertinente, pero me gustaría proponer a mi propia hija como prometida. Es una Saiyajin de raza pura, y sé que para ti no soy puro, pero mi esposa si lo es, por lo que quisiera que tomaras en cuenta mi propuesta.
El rey dejó su copa sobre la mesa y prestó atención.—Es un poco curiosa tu petición, pero la tendré en cuenta. Como imaginarás no voy a responderte en este momento, pero cuando tenga tu respuesta, enviaré por ti.
—Muchas gracias mi señor por siquiera pensarlo.
—Ahora continuemos con el banquete— dijo el Rey dejando de lado el asunto.
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Semanas después, cuando regresaron de conquistar un pequeño planeta, el rey mando llamar a Pinak.
Al llegar ante el Rey se inclinó y le dijo:
—Vine en cuanto lo solicitaste mi señor, ¿que es lo que deseas?
—He pensado tu propuesta con respecto a mi heredero, y quiero que me digas la razón porque me solicitaste tal cosa, si tu respuesta me convence, te lo concederé, de lo contrario desecharé la petición.
—Mi señor sólo deseo que mi hija y mi esposa estén protegidas si algo llegara a pasarme durante alguna conquista, y sé que si forman parte de tu corte, podré morir en paz, sabiendo que cuidarás de ellas. Solo eso mi Rey. Protejo a mi familia, así como tu lo haces.
El Rey Vegeta se quedó pensativo pasando su mano por su barba. Luego dijo:
—Si estuviera en tu posición haría lo mismo. Así que mi respuesta es sí. Haremos un banquete en honor de la boda de nuestros hijos. Mañana haré el anuncio. Mientras tanto, manda que instruyan a tu hija para la corte. Será un trabajo duro pero valdrá la pena que mi futura nuera sea una mujer instruida.
—Muchas gracias mi Rey.