HABITACIÓN 219

By dvlhersxlf

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HABITACIÓN 219 ¿Cómo saber quién es un asesino? ¿El futbolista perfecto y honesto con mejor reputación de tod... More

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D A T O S

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By dvlhersxlf




Will es Jake

Y el verdadero Will está muerto

¿Es así la historia? No entendí muy bien



Jueves, 31 de Octubre
9:27 PM

Will cierra la puerta de una patada, volviendo a besar mis labios.

Ambos caemos en la cama, él sobre mi, besando cada parte de mi cuello con rapidez.

—¿Dónde estuviste, Will? —me atrevo a preguntar, mirándolo. Will me sonríe besando nuevamente mis labios y levantándose de la cama, yendo a la mesa de noche y buscando rápidamente en la gaveta—. Al parecer no quieres hablar.

Will estaba casi que cavando en el cajón. Estaba como apresurado.

Ayudándolo, saco el condón del cajón, mostrándoselo, aunque él me ignora.

—Will, aquí está —intento avisarle, pero lo que hace es ignorarme, caminando al otro lado de la habitación y revisar mis cajones—. ¿Will?

Ahí es cuando me doy cuenta. Cuando el rubio saca de la gaveta mi libreta, me doy cuenta de la situación.

—¿Tú? —reclamo atónita, observándolo—. ¿Cómo sabes de la libreta?

Will me sonríe, dejando la libreta sobre el mesón. Will procede a quitarse la chaqueta, la corbata y luego, la camisa, dejando ver algo que me provocó escalofríos.

Un gran 1 marcado en su pectoral izquierdo.

Él es el número 1.

—¿Lista para el mejor sexo de tu vida, bonita? —me pregunta seductor, agarrando el condón que había sacado y sonriéndome macabramente.

Intento retractarme, tirándome hacia atrás y pegándome contra el respaldo de la cama. Will se hinca en la cama, caminando en cuatro apoyos hacia mi.

Jake Frederick es un violador y maltratador de mujeres. Ha asesinado a millones de chicas y adultas a lo largo de su vida, y también ha asesinado a hombres. Ha manipulado gente para que lo sigan, prometiéndoles cosas, convirtiéndolos en sus seguidores, o socios, como le gusta llamarlos.

Jake Frederick es peligroso.

—Will... —susurro, pegando mis piernas desnudas contra mi pecho, sintiendo la tela del disfraz estirarse—. Will, por favor.

—Creo que me puedes llamar por mi verdadero nombre, Eider. —Will se coloca frente a mi, observándome. Alza su mano, acariciando mi rostro con su pulgar y esbozando una sonrisa—. Dilo conmigo. Di mi nombre, bonita.

Trago en seco.

—Jake.

Eso para él es música. No puede evitar sonreír, cerrar sus ojos y mirar al techo.

—Llevo esperando tres años para que mi nombre salga de tus labios, Eider. Tres largos años.

Con rapidez, Jake se levanta de la cama y cierra la puerta con llave, volteándose hacia mi.

—Me hice pasar por Will hace años ya. La verdadera persona a la que le atravesaste aquella flecha era el verdadero Will, que le gustaba hacerse pasar por mí. Le entretenía, y yo aprovechaba ser él para, ya sabes, matar y eso.

Will, o Jake, agarra la libreta, revisando los nombres que ahí estaba anotados. Agarrando un lápiz, tacha su nombre de la lista, volviendo a colocar el libro sobre el mesón.

Con lentitud y silencio, aun con mi mirada fija en él, me muevo por la cama, tratando de alcanzar la pistola que tenía bajo la cama. Intenté hacer el menor ruido posible, pero él no es tonto.

Will agarró mi muñeca con fuerza, observándome con enojo. Una sonrisa macabra se formó en mis labios.

—¿Por qué intentas destrozar la diversión tan rápido, bonita? Mejor juguemos un entretenido juego. Yo te cuento una cosa sobre mí, y tú me dices donde está la foto.

Confusión se refleja en mi rostro mientras intento liberarme de su agarre, pero me era imposible. Tiene demasiada fuerza.

—¿Qué foto? ¿De qué estás hablando? —me atrevo a preguntar, intentando librarme de él.

—Sabes muy bien de lo que estoy hablando, Eider —me reclama, colocándome bajo él y con su mano libre, acaricia una de mis piernas desnudas—. La foto de los Frederick, la que robaste de la habitación 219. ¿Dónde está?

El portarretratos.

¿Por qué le interesaba tanto?

—No la tengo yo —confieso, pudiendo oler el aliento mentolado de Will. Su nariz rosa la mía, mientras que me tiene completamente aprisionada—. No la tengo, Jake.

Will me mira confundido, como si pudiera escuchar mi corazón y saber que no estoy mintiendo. Eso me pone aún más nerviosa.

—Eider Reed no es tan inteligente para pensar que un portarretratos puede ser importante. Eider Reed robaría las armas, no una foto. El que robó la foto debe estar más interesado en el pasado del asesino, no de sus capacidades, como a ti te interesa. ¡Ah! Qué fácil.

Will saca su celular de su bolsillo y, aún con su mano sosteniendo mi muñeca, marca un número en el teclado, colocándose luego el aparato sobre la oreja.

—Oye, Liam, el portarretratos está en la habitación de Hastings.

En camino —habla Liam al otro lado de la línea, colgando el teléfono. Will guarda nuevamente su celular en el bolsillo, volviéndose hacia mi.

Con su mano libre, Will levanta un poco la tela de mi disfraz, dejando libre mi estómago. Me observa perversamente, con obsesión en sus ojos.

—Ay, Eider. Con lo que has hecho, lo único que has provocado es que mi obsesión contigo crezca aun más. —Mis nervios aumentan cuando Will se acerca a mi piel desnuda, besando mi estómago.

Mi nerviosismo aumenta, junto al miedo. Las imágenes de aquellas mujeres violadas y maltratadas vuelve a mi como un flashback, aumentando mi terror.

Los besos húmedos de Will suben mientras que jala la tela hacia arriba, dejando descubrir mi ropa interior.

—Jake, por favor —no puedo evitar decir sin que se me salga una lágrima. Me siento desprotegida, desarmada, sola—. Will... por favor.

Un shh largo sale de los labios de Will mientras que su mano acaricia mi cabello. Él me observa, triste, intentando tranquilizarme.

—No te voy a hacer daño, Didi —me promete en un susurro—. ¿Cómo le podría hacer daño al amor de mi vida? No me importa que hayas elegido a Liam sobre mi. Te perdono. ¿Oíste? Te perdono, bonita, te perdono.

Las lágrimas dejan de salir y comienzo a escucharlo. Me perdona, él me perdona. Tal vez no me haga daño. Tal vez estoy a salvo.

—Ahora tú y yo vamos a salir allá fuera, vamos a poner nuestras más grandes sonrisas, y vamos a ser la pareja que siempre soñamos, ¿sí? ¿Cierto, Eider?

No me queda de otra que aceptar. La cantidad de mujeres que han podido estar en mi lugar, en mi situación. El miedo va de la par con mi sangre, alimentando cada parte de mi cuerpo. Estoy aterrada, aterrada de Will.

Entrelaza sus dedos con los míos, dejándome ver sus muñecas llenas de cicatrices.

Prometiste que vendrías, Eider.

Will se ha intentando suicidar más veces de las que yo sé.

Jake se ha intentado suicidar.

Me ayuda a pararme con delicadeza, quedando ambos frente a frente, con nuestros ojos fijos en el otro.

—Lo siento —me susurra antes de besar con delicadeza mis labios. Al separarse, se acerca al mesón, agarrando su camisa y colocándosela. Guarda la libreta en su bolsillo y se voltea, enfrentándome—. Vamos, bonita —me dice, entrelazando mis dedos con los de él nuevamente y abriendo la puerta, ambos saliendo de mi habitación.

Acaricio el objeto metálico guardado en mi bolsillo, el que fui capaz de robar mientras él se vestía.

Todos me saludan al pasar, deseándome un feliz cumpleaños o simplemente sonriéndome. Toda esa gente se ve tan lejana ahora. En lo único que mi mente se puede concentrar es en mi mano entrelazada con la de mi peor enemigo.

Apollo Creed.

Will Barely Frederick.

Jake.

Alzo mi mirada para encontrarme con Liam. Tiene puesta una chaqueta sobre una camiseta blanca y unos jeans puestos. Y en su mano, tiene una fotografía.

La fotografía.

Pero lo que más me llama la atención es su otra mano. Sus dos dedos presionados contra su oreja.

Me volteo hacia Will, fijándome en su oreja.

Un comunicador.

O sea, que Liam estuvo escuchando todo el tiempo. Pero no tiene sentido, ¿por qué lo llamó?

Ese comunicador es para comunicarse con alguien más. Con todos los socios.

Ahora, no podía dejar de mirar a todas las orejas, como si tratara de buscar a otro responsable.

Cathy había conseguido nuestros comunicadores.

¿Cómo era que Jake sabía todo lo que yo sabía? ¿Cómo era que siempre estaba un paso más adelante?

Nos estaba escuchando.

Mi mirada recorre la multitud hasta fijarse en Cathy, mi compañera de habitación y mi mejor amiga.

El número 13 estaba tatuado en su espalda, en la parte baja.

Y sus ojos fijos en mi, mientras me sacudía su cintura, mostrándome su tatuaje con diversión.

Cathy era parte de ellos.

No podía dejar que Will me llevara, no iba a dejar que me manipulara de aquella forma.

—Quiero tomar aire —le pido, deteniéndonos—. ¿Podemos salir un momento?

Will asiente con la cabeza, acompañándome a la parte trasera de la casa, la cual para mi sorpresa se encuentra vacía.

Ok, Jake debe tener varías frecuencias y sintonías para que él pueda escucharnos a nosotros, pero nosotros no a él. Pero, ¿cómo sabía que le pediría ayuda a Cathy para el plan? No tiene sentido, fue una casualidad.

—Quiero que me cuentes todo, Jake —le pido, tragando saliva—. Por favor.

Will suspira al escucharme, observándome con curiosidad.

—No pensé que me preguntarás eso. Quieres saber todo, entonces. —Will toma aire, antes de observarme con una sonrisa extensa—. Mi padre le fue infiel a mi madre con la esposa de su hermano. Entonces, mi madre lo mató y luego me pidió ayuda para suicidarse. Bueno, no se suicidó a fin de cuentas, yo la maté.

Jake esboza una sonrisa, como si aquellos recuerdos le trajeran gloria.

—Luego Will mató a su padre a los quince, haciéndoles creer a todos que se suicidó. Bueno, hizo un buen trabajo. —Will se ríe—. Ahí hicimos el cambio. Creo que una de las mejores decisiones de mi vida. Will podía asesinar a quien quisiera a mi nombre, y yo tendría una familia feliz, como siempre quise. Aunque, bueno, me conoces, Didi, no puedo evitar la sangre por mucho. Me sentía atraído a las mujeres, y tenía toda esta rabia proveniente de mis padres y todo que, necesitaba más. Necesitaba más. Y resulta que tengo un asombroso poder de convicción, ¿sabías?

Jake se ríe de su propio chiste, acariciando su mejilla. El hecho de que cientos de personas podían estar escuchando esto me alborotaba.

—Conseguí que los Frederick me ayudaran en mi misión, empezando por Liam, luego Layla, aunque nunca pude convencer a Kyle. Le mostré lo divertido que era el asesinato, pero no le gustó mucho. El único con manos limpias, quién diría. —Jake esboza una sonrisa—. Y luego apareciste tú, Eider. El momento en el que apareciste junto a Kyle por esa puerta supe que estabas destinada a seguirme, a vivir todo esto junto a mi. Tu técnica con los cuchillos era magnífica, y tu sed de venganza, de pasión, de furia, era tu motivación perfecta. Así, luego de una noche larga de intentar convencerte, logré que usaras aquel número. Cuatro.

La forma en que se acerca a mi vuelve a despertar el miedo. Como su dedo se alza, posándose justo sobre el tatuaje.

—Luego de ti, vinieron muchas personas. Éramos un grupo, una familia. Hasta que intentaste matarme. Todavía recuerdo aquella cuchilla que me clavaste en la pierna mientras huías, vistiéndote. Como me dejaste para morir, tirado en el piso. Creías que había muerto, pero no era así. Ahí, le ordené a Layla que cortara tus frenos, y lo siento tanto por eso. Pero yo te perdoné, Eider, y tú me perdonaste a mi. Pasado pisado, tenemos una chance de partir de nuevo.

Su poder de convicción. Por un segundo, su voz se escuchaba tan real, sus palabras lograron entrar a mi corazón. Sonaba arrepentido. Tan arrepentido.

Incluso se veía arrepentido cuando Justin le disparó.

Will cae en cámara lenta al piso, cae en mis brazos. Ambos estamos arrodillados en el piso, mirándonos. Mis lágrimas no pueden evitar salir. Jake Frederick se encontraba muriendo, desangrándose en mis brazos, con sus ojos fijos en mi.

La sangre se veía por su camisa blanca. Justin estaba parado junto a mi, llamando a la policía y ordenándoles que trajeran paramédicos también. 

Jake se iba a morir en la cárcel, no aquí.

Sus ojos azules estaban fijos en mi. Como me observaba, como si quisiera que yo fuera lo último que él viera.

—Didi —me susurra, esbozando una sonrisa—. El asesino... el asesino de tu her-hermano fue...

—¿Quién? ¿Will? ¿¡Will!? ¡Will! 

Pero había perdido la consciencia.

Cuando despertara iba a estar en a cárcel, aislado, solo.

Como merecía.

✤ ∴ ✤ ∴ ✤ ∴ ✤

El penúltimo capítulo :)

Siento que voy a escribir poco aquí para que en el último capítulo tenga bastante inspiración.

No soy muy fan de las notas de autora.

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