Entre arte y canciones.
Se supone que hoy debería estarme sintiendo bastante extraño, ya saben, nervios de punta y mantener una sonrisa que espante a todos mis compañeros y profesores, pero la verdad, es que me lo estoy tomando con calma y sin preocupaciones.
Síp, hoy es la salida o cita, llámalo como quieras junto con Lara y solo falta una hora para que nos veamos después de clases en el jardín principal. Hemos intercambiado algunos mensajes durante el receso, porque la verdad, no la vi para nada en la cafetería.
Tengo una suerte de que hoy no tenga clases de música, pero por otra parte me pone un poco triste. Me gusta estar ahí, se puede sentir la buena vibra estando rodeado de instrumentos, sí, puedes tacharme de loco cuando quieras.
Amo la música, prácticamente me ha salvado la vida y me ha mantenido a flote durante estos tres duraderos años en la preparatoria y en serio quiero seguir haciendo lo que me gusta. Me estoy preparando para los exámenes de admisión a la universidad, hoy es el día en que hablaré con mis padres con respecto a mi decisión.
El ICA, Instituto de la Cultura y las Artes, es la mejor opción para estudiar, el único detalle es que se encuentra en Estocolmo, Suecia.
A menos que haya solicitado una beca, la cual sigue en lista de espera. No soy el único que lo ha hecho, también Julie ha tomado la decisión de estudiar artes visuales y mostrarle al mundo el talento que lleva oculto bajo la manga. La beca tampoco sería fácil de adquirir, es por esta razón que he hecho miles de borradores en donde plasmo una canción, solo espero que sea una de los tres mejores lugares del ICA, necesito esa beca, quiero estudiar lo que más me gusta, quiero cumplir mis sueños.
Me muevo inquieto esperando que suene el timbre y me salve de responder algunos problemas matemáticos para este instante, la verdad me siento más cómodo terminándolo en la casa, en mi habitación hay un poco de paz en comparación de mis cuarenta y cuatro compañeros que prefieren no hacerle caso al profesor y parlotear con el compañero de alado. Estoy seguro que haría lo mismo si Fred estuviera en este instante en el salón, sin embargo, la vida me dice que estudie y ponga atención para tener buenas calificaciones este último semestre.
Antes de que el profesor pueda decir algo más con respecto a las variantes que explicó en la pizarra, al fin mis plegarias son escuchadas después de media hora y el timbre ocasiona que todo mundo salga disparado del aula. Soy uno de los últimos en salir, me despido del profesor con un ademán cuando paso el marco de la puerta, no me gusta el ajetreo y menos ser empujado, me gusta la calma.
He llegado antes que Lara al lugar acordado para vernos, decido esperarla sentado en el pasto mientras le echo un vistazo a mi libreta de apuntes donde he escrito la canción, aun no le he puesto un buen título, quiero esperar hasta terminarla, en definitiva, mi cabeza comienza a crear una melodía y tarareo en voz baja para no perderla, enserio quiero mi guitarra ahora mismo.
—¿Qué haces? —Cierro mi libreta cuando escucho la voz de Lara tras mi espalda.
—Hola, perdón no escuche cuando te acercaste —me tiende una mano para que me levante, como en respuesta me regala una sonrisa, me llama la atención sus labios, los tiene pintado de un color lila, me gusta, es extraño, pero me gusta —¿Lista?
—Por supuesto, andando, te aseguro que te encantará el museo donde iremos, hay demasiadas salas para disfrutar, ¿te parece?
—En absoluto —le devolví la sonrisa y tiró de mi brazo para comenzar el camino, me acomodo la mochila con rapidez mientras que en la otra mano aun llevo la libreta.
...
El museo posee numerosas exposiciones tanto de Noruega como de otros países y continentes con sus distinguidas épocas según todo lo que me ha contado Lara desde que llegamos al museo. No me he cansado en absoluto recorrer cada sala y ver con cuidado y determinación cada pieza y fotografía, es interesante, enserio, más gente debería ir con más frecuencia a los museos para empaparse de su historia y el de los demás, pero desgraciadamente hay gente que prefiere ir al cine y no los culpo, cada quien elige que hacer con su tiempo libre. Es lo mismo que sucede en los conciertos gratuitos de música, presentaciones de danza, exposiciones de arte y obras de teatro, necesitamos sensibilizarnos.
Hemos pasado por la sección de los esquimales, el salón del continente americano y uno de mis favoritos hasta el momento, la colección de iglesias antiguas de madera.
—¿Sabes qué es lo más interesante? —Me pregunta y soy todo oídos —que no hay ninguna evidencia de que los vikingos usaran cuernos en sus cascos, ¿puedes creerlo? Las películas de Hollywood le han dado un cambio radical a la realidad.
—Ya no han lavado demasiado el cerebro con esas películas, ¡¿ya viste esos sarcófagos!? Mira como brillan —Tiro de su mano para echar andar a otro salón —cielos, son espectaculares, nunca había visto una tan de cerca.
—Cuidado, de seguro una momia puede salir de ahí y atraparte —bromea mientras mueve los dedos frente a su cara y le sonrío, ella es genial, no lo puedo evitar, no puedo evitar mirarla como si fuera una más de estas piezas de arte. —Pero, viendo estos jarrones, me encantaría regalarle una a mi mamá
Antes de que pudiera responderle, mi inoportuno celular suena, las únicas personas que podrían mandarme un mensaje era mi familia y Fred.
Y estaba en lo cierto.
Miro hacia todos lados, hay una gran posibilidad de que mi mejor amigo nos estuviera espiando, ahora sí ya se le han zafado tres tornillos, no uno, ¡tres!
Parezco paranoico, debo relajarme.
—Estoy de acuerdo contigo con respecto a lo jarrones.
Me sonríe, si sigue así le soltaré todo lo que llevo guardándome para el momento adecuado, no creo que este lo sea, porque... la verdad no quiero regarla.
Así que mejor soy más discreto.
—Y dime, Rafa, ¿Cuál es tu secreto? —Se detiene frente a mí para impedirme el paso hacia otro sarcófago, le miro enarcando una ceja y un tanto confundido, ¿a qué viene esa pregunta? ¿Qué secreto?
No les miento, sí tengo secretos, pero no sé a cuál en específico se refiera y tengo miedo que sepa acerca del peor.
—¿Secreto?
Lara se acerca un poco más, pero es discreta y eso ocasiona que me ponga los nervios de punta al escuchar su respiración y el latir de su corazón.
Vaya cuanta tensión, ¿hace calor o solo soy yo?
—¿Por qué ocultaste tu libreta de mí? ¿Acaso escribes canciones y tienes miedo de mostrarlo al mundo? —Alza ambas cejas y hace un bailecito extraño con ellas.
Respiro hondo una vez más.
—Culpable —me declaro y Lara se siente satisfecha demostrándolo con una enorme sonrisa.
—No puedo creerlo y, ¿alguna vez la escucharemos? Sería genial.
—Lo había pensado, pero por el momento lo que estoy haciendo es para poder obtener una beca completa para ingresar al ICA, una escuela de artes y debo ensayarla para presentarla dentro de tres semanas, así que estoy algo presionado, lo deseo con toda el alma estudiar ahí.
—Eso suena fantástico, Rafa, tengo fe en ti, nunca había conocido a una persona que estuviera bastante motivada, claro, después de mis mejores amigos —reímos —me agradas mucho.
Es imposible ocultar las ganas de sonreír como un tonto enamorado en su presencia.
Luego de la visita al museo, nos da tiempo de pasar rápidamente a comprar unas malteadas cerca del lugar. La verdad me estaba divirtiendo con ella y pasar el rato rodeado de arte me hacía sentir en una época distinta a ésta tan moderna.
—¿Y a ti qué te gusta, Lara? ¿Qué carrera tienes en mente?
Se remueve del sillón y para estar más cómoda apoya sus codos en la mesa.
—De hecho, tengo pensado estudiar dos carreras, me llama mucha la atención el área de psicología y la segunda es estudiar teatro en Bellas Artes y como no mejor que aquí en Oslo, quedarme en esta ciudad es lo mejor para mí.
Una media sonrisa surge de mis labios, por mi lado, yo tengo la intención de explorar otro lugar y no está mal que Lara quiera quedarse, de hecho, me agrada su idea, su decisión. Aunque la escuela de Bellas Artes te ofrece graduarte como profesor técnico, el ICA siempre me ha llamado la atención, puedo comprender su punto, ella se va más a psicología y cómo algo doble que a mi parecer no quiere dejar de hacer, es el teatro.
—Nunca se me pasó por la mente que te gustara la psicología, no lo sé, te veo más como para abogada.
—¡¿Es una broma!? Sería un vil desastre en esa carrera.
Repito: Me encanta como hace de la actuación su vida diaria.
—Espero que cuando termines tu canción me la cantes.
Lo haré. De verdad que lo haré.