Rivals AU | Thiam {Español}

By mariasyko

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Versión en español de Rivals AU, escrita por Mskristinamay en Archive of Our Own. More

Rivals AU
01. Flashbacks y situaciones pegajosas
02. Los climas del infierno
03. Aguafiestas
04. Dos agujas y un apodo
05. Un viaje en el carril Lobito
06. SALVADO o PERDIDO
07. Medicamentos olvidados, amistades rotas y una fiesta
08. El clóset de Gabe y un viaje a Emergencias
09. Quebrado
10. La luna y la verdad
Intermedio
11. Bienvenido de vuelta
12. Lo mejor de ambos mundos
13. De vuelta a la realidad
14. Distracciones, citas de almuerzo y un meñique
15. Cabeza abajo, meñique arriba
16. Avanzando
17. Una Nueva Perspectiva
18. Hunter's
19. Promesas
20. Terreno Familiar
21. Trifecta
22. Besé a un chico
23. Enviado del cielo
24. Nuevos comienzos
25. ¿Puedes sentirlo?
26. Cosas extrañadas
28. Gracias
29. Desaparecido en un instante
30. Abrochense los cinturones
Nota Final

27. Conociendo a los padres

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By mariasyko

   Nolan estaba temprano otra vez, parado al lado de su casillero con una sonrisa sutil mientras se acercaba. 

   —Dos días seguidos, ¿te sientes bien? —bromeó. Nolan solo asintió, brillantes ojos clavándose en los suyos, buscando y escaneando. 

   —Te ves feliz —observó el chico, y Liam agachó la cabeza para ocultar el pequeño rubor que coloreaba sus mejillas. Estaba feliz. Muy feliz, en realidad, despertando con la menor cantidad de ira burbujeando debajo de la superficie en mucho tiempo— ¿Theo? 

   Era su turno de asentir, todavía mirando ausentemente en su casillero, pretendiendo estar buscando algo. Nolan era el único que conocía la profundidad de su relación. Uno de los únicos que sabía que él era algo más que hetero, además de sus padres. No podía evitar la timidez que había brotado en él, protegiendo su nuevo y muy frágil estatus con el capitán de fútbol americano. Afortunadamente, Nolan notó su timidez y cambió de tema.  

   —¿Puedo poner mi almuerzo en tu casillero? Digamos que olvidé mi combinación otra vez... —Liam se rió, pero luego se detuvo en seco.   

   —¿Almuerzo? ¿Desde cuándo traes almuerzo? —preguntó, sabiendo que su amigo usualmente no empacaba uno o compraba algunas cosas en el café del colegio y las picoteaba. 

   Las mejillas de Nolan se enrojecieron. 

   —Brett lo hizo mientras me esperaba —declaró con un encogimiento de hombros.

   Liam no pudo evitar sentir un diminuto toque de felicidad de que alguien estaba cuidando a su amigo. Que alguien más notara, que a alguien más le importaba. En ese momento nada más importaba, ni siquiera la campana indicando el primer periodo y su clase más odiada. Solo estaba tan jodidamente feliz que podía volar. Y esa felicidad continuó incluso cuando su muñeca fue agarrada y él fue jalado en un armario de suministros a unas pocas puertas de su salón de clases... donde necesitaba estar sentado antes de que lo marcaran como ausente nuevamente. 

   Pero cuando fuertes manos callosas agarraron sus brazos y cálidos labios presionaron contra los suyos, Liam ya no pudo pensar con claridad. En cuestión de segundos estaba besando a Theo de vuelta, manos dejando caer su cuaderno y sus lápices a favor de enroscarse en el cabello de Theo y jalarlo imposiblemente más cerca, el fuerte aroma a cloro de los productos de limpieza siendo superados por la colonia boscosa de Theo, haciéndolo gemir en la boca tomando posesión de la suya. 

   Luego ya no estaba, junto con el calor corporal y delicioso olor de Theo. 

   —Ten un buen día, Lobito —la ronca voz se derramó en su oído como miel especiada, y él se estremeció. 

   Liam caminó a clase aturdido, ignorando la mirada interrogante de la señora Finch y las pocas risitas que se le escapaban a las personas cuando notaban el sonrojo que sin duda estaba coloreando sus mejillas y cuello.

   —Entonces, o tienes una razón muy vergonzosa por la que llegaste tarde o alguien te besó muy fuertemente —murmuró Mason a su lado cuando había continuado sentado en su silla como un zombi, solo mirando hacia adelante con una estúpida sonrisa en su rostro. 

   Él solo miró al chico a su lado, la mirada transmitiendo todo lo que no iba a decir. 

   Mason se rió entre dientes. 

   —Es hora de que te vieras así después de un beso, te juro que cada vez que besabas a Hayden era como si la vida te fuera siendo arrebatada. Estilo dementor —Liam enarcó una ceja, sin estar listo para dejar que la mención de Hayden arruinara su rara felicidad. 

   —Entonces… —continuó Mason— ¿Quién fue?

   Esa pregunta finalmente lo tuvo serio, sacudiendo su cabeza con una sonrisa más tímida de la que había usado antes. 

   —¡Oh, vamos, amigo! Sabes que lo descubriré, ¿no? 

   Liam suspiró. 

   —Lo sé, pero hasta entonces solo quiero que seamos yo y é- —cortó su frase inmediatamente después de darse cuenta de su desliz—. Yo, ah... quiero decir… um. 

   —Oye, no te preocupes —le aseguró rápidamente Mason—. Mientras estés feliz. 

   Mason volvió a trabajar en su hoja de laboratorio entonces, percibiendo la necesidad de Liam por un poco de privacidad. Él intentó no pensar demasiado en ello, intentó no alterarse sobre su relación, sobre si eran o no una pareja o si solo eran adolescentes explorando. 

   Frunció el ceño. No se sentía como explorando para él. Se sentía... correcto. ¡Sí! Se sentía correcto y no importaba si estaban definidoes o eran abiertos sobre ello. Estaba feliz y, si era honesto, no podía recordar la última vez que Theo había lucido tan feliz. Ni siquiera antes de su pelea. 

   El resto de la semana siguió de la misma manera. Liam hablaría con Theo hasta que, inevitablemente, se quedaría dormido, despertándose con los adorables adormecidos ruidos y ronquidos de Theo, enviándole un mensaje en la mitad de la noche y luego siendo jalado en todos los rincones ocultos de su secundaria por besos robados y, a veces, solamente abrazos cálidos. 

   Todos los días en el almuerzo se estaban tocando debajo de la mesa de alguna manera. Era un milagro que otros estudiantes no hubieran notado. Tal vez era porque todos estaban acostumbrados a que se llevaran bien entonces, no estaban mirando como buitres esperando una explosión. En su lugar, todos habían seguido adelante para seguir el último drama de adolescentes y dejaron a Liam y Theo para explorar su nuevo romance. 

   Sus amigos se dieron cuenta, no del todo, pero todos sabían que los dos eran cercanos, exactamente como todos en su grupo de amigos sabían que algo estaba sucediendo entre Nolan y Brett. Era un hecho tácito y Liam estaba agradecido por la discreción de todos sus amigos.  

   Liam acababa de cruzar la puerta después del colegio y la práctica, y tal vez algunas sesiones de besos bajo las gradas después de que todos sus compañeros de equipo se hubieran ido, cuando escuchó su nombre desde la cocina.

   —¡Liam, ven aquí por favor!

   —Voy. Déjame quitarme los zapatos rápidamente —hizo todo lo posible por apurarse, lo cual terminó enredándolo en un desastre de cordones, tirando de ellos con enojo, solo apretando más los nudos, hasta que se gruñó y solo los pateó. 

   —Hola, mamá —sonrió dulcemente y se inclinó para besarla en la mejilla antes de arrojar su bulto sobre la mesa de la cocina, rápidamente recogiéndola y colocándola junto al mostrador después de recibir una mirada furiosa de la mujer. 

   Ella arqueó una ceja. 

   —¿Te importa explicar por qué la factura de tu celular se triplicó desde el mes pasado hasta ahora?

   Él hizo una mueca de dolor, se mordió el interior de su mejilla y tarareó.

   —Bueno… ah... verás… —murmuró mientras se rascaba la parte de atrás de su cabeza—. Así que este es el asunto…

   —Lo vas a traer a cenar mañana después de tu juego y no te haré encontrar un trabajo para pagarla —declaró con una sonrisa maliciosa. Dios, amaba a su madre, pero ella era una maldita hechicera a veces. Lo tenía justo donde lo quería. Sabía que ella realmente quería conocer al chico al el que accidentalmente había dicho que besó hace una semana, solo tenía que esperar al momento adecuado y entonces lo encontró. 

   Él exhaló y asintió, arrugando la nariz por el chillido que salió de sus labios mientras saltaba de su asiento. 

   —¡Oh, dios mío, estoy tan emocionada! ¿Qué debo hacer? ¿Lasaña? No, eso es demasiado aburrido. Hmmm —tarareó ella mientras llevaba un dedo para golpear pensativamente a su barbilla.  

   —¡Ajá! —exclamó ella emocionadamente unos minutos más tarde después de revisar su libro de recetas. 

   —Haz el pollo y las papas asadas —interrumpió Liam, ignorando el ceño fruncido en su rostro. 

   —Pero eso es tan simple, bebé —ella hizo un puchero. 

   Se encogió de hombros. 

   —Confía en mí, le va a gustar —dijo y luego, en voz baja, añadió—. Es su favorito. 

   A Theo siempre le había gustado la comida de su madre, pero había un lugar especial en su corazón para ese plato específico. Probablemente porque ella siempre lo hacía para él en su cumpleaños. Era conocido como el plato de Theo en su familia. 

   Liam silenciosamente se excusó, escapando a su habitación y mirando su teléfono. ¿Cómo debía decirle a Theo? ¿Theo incluso querría venir? Oh, dios, ¿qué si eso lo asustaba? Decidió ignorar su teléfono en su lugar, metiéndolo debajo de su almohada mientras se sumergía en todas la tareas que había estado descuidando a favor de hablar en el teléfono con dicha persona que ahora estaba tratando de evitar. 

   Había tenido éxito hasta que su teléfono comenzó a sonar. Sabía quién era, sabía que era su hora, así que suspiró y se mordió el labio, poniendo su lápiz y sus papeles en el escritorio al lado de su cama y mirando fijamente la pantalla que mostraba brillantemente el nombre de Theo. 

   Esperó y esperó y, justo antes de que fuera al correo de voz, respondió.  

   —¿Hola? —llamó calladamente.

   —¡Ahí estás! Yo… yo estaba empezando a pensar que estabas enojado conmigo.

   —¡No! No, simplemente me perdí en la tarea, lo siento. 

   Podía escuchar a Theo fruncir el ceño a través del teléfono, si eso siquiera era posible. Lo hizo sonreír una pequeña sonrisa. 

   —¿Qué pasa? —cuestionó Theo suavemente. 

   Liam comenzó a picotear la cobija cubriendo sus piernas. 

   —Mi, ah, mamá ahm... quiere que vengas a cenar después de nuestros juegos mañana. 

   Miró al techo y se golpeó la frente. «Qué manera de soltar una bomba sobre él, Liam» se reprendió a sí mismo.

   —¿Quieres que vaya? —la voz de Theo era vulnerable, casi cautelosa, como un animal asustado, como si las siguientes palabras de Liam tuvieran el poder de romperlo. 

   Se deslizó hacia abajo de modo que estaba acostado y se puso de lado como si estuviera frente a Theo si el chico estuviera allí. 

   —Sí, pero solo si quiere. 

   —Nuestros juegos se hacen más tarde que los tuyos, probablemente no comamos hasta tarde. 

   —Te esperaremos —Liam cerró los ojos y susurró la última palabra—. Siempre. 

   —Okey —respiró Theo. 

   —¿Okey?

   —Okey, Lobito. Estaré ahí.

Nota: ya terminé de traducir el último capítulo y solo quedan 3, así que ahora voy a subir un capítulo por semana.

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