HACE SIETE AÑOS
Es la primera vez que estoy sola con mis papás desde el día que actué.
Esa noche le pedí a mi abuela permiso para quedarme en su casa. Después, llamé a la casa de Valeria desde el celular de mi hermana. Me dijo que su mamá podía pasar por mi y llevarnos al cine. Estaba un poco molesta conmigo porque no la invité a mi recital, pero cuando me escuchó llorar al decirle que mis papás no habían ido, lo olvidó. Durante todo el día estuve triste. Cuando su mamá nos dejo a solas para ir al baño, intentó hablar conmigo sobre lo que sucedió.
-Claro que si les importas, tonta- me regañó -¡Son tus papás!
-Pero nunca parecen felices por mi- hipé -Siento que no me quieren.
-¡No digas eso!- me miró con tristeza -Ellos te aman, ¿por qué dices eso?
-Es que... -me intenté secar las lagrimas, pero más salieron a la superficie -Ellos nunca hablan conmigo. Siempre me ignoran. Siento que no les importo.
-¿Solo porque a veces no hablan contigo?- preguntó, confundida -Mi mamá no todos los días habla conmigo. A veces esta ocupada por su trabajo. Pero siempre busca la manera de hacerlo.
-Mis papás nunca hacen eso- susurré -Yo si. A veces intento hablar con ellos.
-¿Y qué pasa?
-A veces solo me dicen "Estoy ocupado", otras veces me dicen "Lo hablaremos luego"- la miré. Sentía vergüenza de decir lo siguiente -Pero la mayoría de las veces no responden. Solo... me ignoran. Una vez pensé que tal vez era mi culpa por hablarles siempre tan bajito. Entonces intenté repetirlo y mamá dijo "Te escuché. Lo hablaremos luego".
Valeria frunció el ceño.
-Creo que deberías decirles esto.
-No me querrán escuchar- lloré.
-Lo harán- me tomó de la mano -A ellos les importas.
Más tarde, la mamá de Valeria me llevó a casa. Mis papás estaban ya ahí. Entré y, por un segundo, quise solo ir a mi habitación e intentar olvidarlo todo. Pero luego recordé lo que me dijo Valeria. Así que caminé hacia su despacho. Tenia la puerta abierta. Papá estaba atendiendo una llamada en su celular. Mamá leía algo en el escritorio. De pronto, me sentí como una intrusa.
-¿Mamá? ¿Papá?- los llamé, pero ninguno pareció escucharme. Así que hablé con más fuerza -Papás. ¡Quiero hablar con ustedes!
Papá frunció el ceño.
-No seas grosera, ______. Estoy haciendo una llamada importante.
-Necesito hablar con ustedes- repetí, mis piernas comenzaron a temblar.
-Y tu padre te acaba de decir que esta al teléfono- mamá dijo con severidad -Hablaremos luego.
Estuve a punto de irme. Entonces sentí mucha furia. Ya no había tristeza o dolor por lo que ellos me hicieron. Solo furia.
-No. Quiero hablar ahora- dije.
-Mas te vale que cuides tu tono o...
-Esta bien, Elena- papá la detuvo, pareciendo muy cansado -Te llamaré después, Patrick.
-Bien- mamá se levantó de su asiento y me miró con seriedad -¿Qué es lo que quieres?
¿Qué es lo que quiero?
-¿Por qué no fueron a mi recital?- exploté.
-Baja la voz- papá me regañó.
-Tuvimos una junta importante sobre un caso- mamá me miró de una forma que estuvo apunto de hacerme encoger -No todo el mundo gira a tu alrededor, _______.
-Practique día y noche, ¡por ustedes!- grité -El mundo tampoco gira a su alrededor.
-________- mamá me advirtió -Baja la voz o estarás castigada.
-¡NO ME IMPROTA!
-¡Baja la voz o juro... !
-¿Qué?- hice mis manos puños -¿Faltaran a mi recital? ¡Eso ya lo hicieron!
-¡Basta! No permitiré que seas insolente con nosotros- papá estaba furioso -Vuelve a contestarnos de esa forma y te sacare de tus clases de guitarra.
Lo miré con sorpresa.
Papá siempre fue bueno conmigo. Pensé, por un momento, que estaría de mi lado. Ademas, él debería de saber lo importantes que eran esas clases para mi, ¿no?
-Pero... - comencé a llorar -Pero amo tocar la guitarra.
-Entonces madura- mamá comenzó a acercarse a mi -Tuvimos que ir a esa junta. Esto no fue sobre ti. Como dije, el mundo no gira a tu alrededor. Tu padre y yo trabajamos duro para darte una vida buena. ¿O a caso crees que esas clases de guitarra se pagan solas? Deja de ser una niña malcriada y ve los sacrificios que hacemos por esta familia. Madura.
Continuación, cerró la puerta de su oficina justo frente a mis narices. Parpadeé con rapidez, incapaz de detener las lagrimas.
A ellos les importas, dijo Valeria. Así que, lo intenté de nuevo.
Por ellos.
-¿Mamá?- toqué su puerta -¿Papá?
Nadie respondió. Volví a tocar, pero no pasó nada.
Entonces comencé a llorar. Fuerte. Sabía que ellos me escuchaban.
-Por favor, solo quiero hablar- supliqué.
Pero nunca abrieron la puerta.
Me ignoraron.
AHORA
Narra _______:
Algo esta sucediendo. Hay una sensación de cosquilleo que me recorre de pies a cabeza. Por primera vez en meses, siento las comisuras de mis labios alzarse. Sin embargo, también hay lagrimas. No es un llanto triste, en absoluto. Porque justo en ese momento, tristeza es lo ultimo que siento. Me sentía llena de una alegría genuina, intensa. Y esperanza. Había mucha esperanza, también. Es como si mi corazón diera un salto de fe.
-¿______?- la voz de Mafer, llena de sorpresa y preocupación, me saca de mis hermosos pensamientos -¿Por qué lloras? ¿Qué sucede?
Sostiene las correas de su mochila con fuerza. De hecho, parece agitada. Su pecho sube y baja con fuerza, como si hubiera estado corriendo. Probablemente corrió de su camioneta a aquí, demasiado tarde para clases como yo.
-Todo- por primera vez en mucho tiempo, reí. Era una risa breve, pero llena de felicidad e incredulidad -Oh, Maf. Creo... creo que puedo... Ya se que hacer.
-¿Hacer?- Mafer me miró con preocupación -Uhm... ¿Quieres... ?
-¿Sabes dónde esta Zayn?- pregunté, mirándola con la sonrisa más honesta del mundo.
O tal vez la más loca, porque ella parecía muy inquieta.
-¿Zayn? Debe estar en clases, de hecho, tu yo deberíamos estarlo también. Ya es muy tarde y...
-¡Cierto! Creo que tiene clases en el laboratorio. Ire y...
-¡Wow, alto!- me tomó del brazo -Debemos ir a clases, lo puedes buscar en el receso.
-Pero...
-Nope- comenzó a caminar, llevándome del brazo -Ya estoy enterada de lo atrasada que estas con tus entregas de tareas. No quiero que faltes a clases, también- me dijo con severidad -Puedes hablar con Zayn durante el receso.
-Ya me estoy poniendo al corriente con mis clases- repliqué a la defensiva. Apresuré el paso, ya que Maf parecía correr para las malditas olimpiadas -Ademas, esto...
-Puede esperar- sentenció justo al mismo tiempo que se detenía con brusquedad -Vamos, entra.
Parpadeé, asombrada. Estábamos justo frente a mi salón de clases.
-¿Cómo sabes que clase tengo?- pregunté, intrigada.
-Bueno, hubo un tiempo en el que las dos sabíamos todo sobre la una y la otra, ¿no?- intento parecer despreocupada, pero su voz se escuchó triste... y resentida.
La miré con culpa.
-Todo volvera a la normalidad- la tomé de la mano. Quise abrazarla, pero sabia que aun no nos encontrábamos en buenos términos. Había mucho entre nosotras dos, de hecho -Lo siento tanto, Maf. Nunca debí alejarlas.
-Si, no debiste- dijo con un poco de frialdad, pero no me afectó.
Mafer era una persona hermosa, por fuera y por dentro, pero cuando la hieres, puede ser realmente fría. Llevamos años siendo amigas, se de lo que estoy hablando. Sin embargo, su frialdad, la mayoría de las veces, significa que le importa. Y saber que aun le importo es todo lo que necesito para decir lo siguiente:
-Quiero hablar con todas, de hecho- dije tímidamente -Sobre lo que sucedió. Sobre lo que hice. Necesito que sepan la verdad.
Maf se enderezó un poco. Su mirada se volvió un poco curiosa, pero asintió de todas formas.
-Podemos hablar durante el receso- cedió -Las chicas...
-No- negué con la cabeza -Quiero hablar en un lugar privado. Tal vez, después de clases. ¿Qué dices?
Maf sonrió.
-Le diré a las chicas- dijo, y esta vez escuché alivio en su voz.
***
Mi profesor de Literatura realmente parecía infles con dejarme entrar a clases. Sabía que podía dejarme afuera, y una parte de mi deseaba que lo hiciera, pero se limitó a asentir de mala gana y ordenarme con voz molesta que me fuera a mi asiento. Me hundí un poco. No me malentiendan, se que cualquiera correría a su lugar sin duda alguna, pero yo sabía que eso no era más que un arreglo... con dinero de por medio.
¿Qué? ¿Realmente creen que puedo faltar un mes a clases y entregar tareas retrasadas cuando yo quiera?
No. Eso no es posible. Mi abuela se encargó. Cuando le expliqué mis temores al regresar a clases, sobre faltar por un mes entero, ella solo dio un ligero encogimiento de hombros y dijo: Ya no debes preocuparte por eso. Tus estudios corren por mi cuenta a partir de ahora.
No supe a lo que se refería hasta que un día uno de mis profesores quiso hablar conmigo sobre mi falta de atención en clase. Estaba sorprendido, ya que al regresar parecía estar en toda la disposición de sacar buenas notas. Sin embargo, con el paso de las semanas fui... cayendo en la deficiencia. Al darse cuenta de lo poco que me interesaba su regaño, se molestó y quiso llevar la situación con el director del instituto. Cuando el director me vio en su oficina, casi se cae de su silla. Ni siquiera dejó que el profesor le explicara lo que ocurría, se limitó a decirme que no debía preocuparme por nada y que regresara a mis clases. Incluso se disculpó. Le pidió el profesor que se quedara. Al salir, alcancé a escuchar algo.
-Su abuela ha hecho un importante donativo al instituto y prometió hacer más- dijo con alegría -Se escuchó claramente preocupada por la educación de su nieta. No podemos...
Salí de ahí antes de que me notaran. O antes de pudiera escuchar más.
En ese entonces, no me importó. No mucho, por lo menos. Pero ahora, después de hablar con Zayn.... Quería hacer lo correcto. No quería graduarme solo por el dinero de mi abuela. Quería hacerlo por mis propios méritos. Así que, sin decir nada, caminé hacia mi asiento y me prometí a mi misma que no volvería a llegar tarde a clases. O a retrasarme con una tarea. Se lo demostraría a mi abuela. Cumpliría con mi parte del trato. Y, en el proceso, la dejaría sorprendida por subestimarme.
Me congelé.
A un par de asientos se encontraba Valeria.
Estaba usando ropa de colores brillantes. También noté que su cabello había sido cuidadosamente arreglado. Toda ella era un contraste increíble con... las férulas negras que cubrían gran parte de su pierna y brazo izquierdos.
Eso también es tu culpa, me recordé a mi misma.
Caminé junto a ella. La vi tensarse, para que después alzara su barbilla con indiferencia. Su asiento estaba justo a un lado del mío, como siempre. Supongo que nadie quiso cambiar de lugar con ella. O tal vez solo no quería hacerme saber que le molesta estar a mi alrededor. Si, eso suena más como a ella.
Siempre jugando a la guerra fría.
Mi mayor castigo.
Me conoce bien.
El profesor nos dio la espalda para escribir algo en el pizarrón, así que aproveché su distracción para mandarle un mensaje a Zayn.
Yo: Me encantó el dibujo.
Zayn respondió casi de inmediato.
Zayn: Lo sé.
Yo: Que arrogante. ¿Esto quiere decir que ya soy digna de ver el resto de tus trabajos?
Zayn: Nope.
Yo: Bien. Tu no eres digno de que yo los vea, tampoco.
Zayn: Mentirosa. Además, puedo notar tu indignación.
Yo: En tus sueños.
Zayn: Ellos están llenos de ti.
Casi reí. Casi.
Yo: Tus líneas para ligar siguen siendo tan malas como siempre.
Zayn: Grosera. Estaba reconsiderando mandarte el nombre de mi cuenta en Instagram como artista. Ya no lo haré.
Yo: Me siento desolada. La peor noticia de mi vida.
Zayn: Eres la persona más sarcástica que conozco.
Yo: De nada.
No respondió por casi dos minutos.
Zayn: Casi me metes en problemas. Tu ultimo mensaje hizo que riera. Mi profesora estuvo a punto de sacarme del salón.
Yo: Mi profesor me odia, si te hace sentir mejor.
Zayn: Cierto. Es ese idiota que te da literatura, ¿no?
Había olvidado todas esas veces que hablé de él con Zayn. Me sorprende un poco que lo recordara.
Yo: El mismo.
Zayn: Entonces, ¿cómo van las cosas con Valeria? Ella también va a esa clase.
Que lo recordará me hizo querer sonreír. Pero el tema de conversación producía todo lo contrario.
Yo: Ella también me odia.
Zayn: Nunca podría odiarte.
Yo: Quiero hablar con ella.
Zayn: Hazlo. Estoy seguro de que ella también quiere hablar.
Yo: La has escuchado. Ni siquiera tengo permitido verla. Lo dejó muy claro.
Zayn: Entonces, ¿eso es todo? Te vas a dar por vencida, ¿así de fácil?
Miré a Valeria. Estaba anotando algo en su cuaderno. Parecía un poco triste.
Yo: No.
Zayn: Entonces no seas marica.
Sofoqué una risa y cuando algunos volearon a verme fingí toser.
Yo: Casi rio por tu culpa.
Zayn: ¿Enserio?
Yo: Si.
Zayn: Odio no haberlo visto.
Yo: Seguro que si. Siempre hago el ridículo cuando se trata de ti.
Zayn: No. Llevo meses sin verte reír. Enserio, no tienes idea de lo mucho que deseo verte hacerlo de nuevo.
Bajé mi celular al sentir mis mejillas sonrojarse. Lo cual me hizo querer sonreír de nuevo.
Oh, estoy en tantos problemas.
Yo: Necesito hablar contigo. Le contaré a las chicas. Todo.
Zayn nunca respondió, lo cual me desanimó mucho. También me hizo paranoica. Tal vez no pensaba que fuera la mejor idea. La clase terminó y todos comenzaron a levantarse. Valeria se tomó su tiempo, por supuesto. Inhalé y exhalé.
Vamos, pensé. Solo háblale.
-Valeria- la llamé.
Dio un suspiro dramático.
-Te dije que...
-No me importa- la encaré -Necesitamos hablar. Necesito explicarte. Todo.
Valeria se paró y me miró con el ceño fruncido.
-Tuviste tiempo para hacer eso. Sin embargo, preferiste no decir nada.
-Porque tenía miedo- admití -Estaba aterrorizada de que lo que te dijera solo empeorara las cosas. Tenía miedo de que te alejaras de mi por las cosas que hice, por las cosas que sucedieron en consecuencia.
-No quiero ninguna explicación- espetó, pero no le creí.
-La quieres. Te conozco- me enderecé -Puedes hacer lo que quieras después de ella. Solo escúchame.
-Tengo clases- dijo con obviedad.
-Entonces hablemos en receso- cedí -Veámonos en la biblioteca. Por favor. Deja que te expliqué de una vez por todas.
Valeria tomó su mochila y me miró. No con odio o resentimiento. Solo curiosidad, y tal vez, un poco de cansancio.
-Lo pensaré.
Asentí con entusiasmo.
-Estaré ahí- le prometí -Te esperaré.
Ella asintió con rigidez y después caminó hacia el pasillo.
Casi me desplomé en mi asiento. Cuando estuve a punto de salir, alguien me tacleó.
No.
Mi error.
Era un abrazo.
Un abrazo de un Zayn agitado y muy cariñoso.
Parpadeé para alejar las lagrimas.
-¿Nos escuchaste?- pregunté débilmente.
-Si- murmuró contra mi cuello.
Lo abracé de regreso.
-Voy a arreglar las cosas- prometí -Lo juro.
Zayn suspiró.
-Lo sé, _______- dijo con determinación -Confío en ti.
-Gracias- cerré mis ojos -Tal vez no me odie. No por completo.
-Te lo dije- respondió, aun sin soltarme.
-Cállate- resoplé -Solo... abrázame más fuerte.
Lo hizo.
***
Ya habían pasado quince minutos desde que inició el receso y Valeria aun no aparecía en a la biblioteca. Me paré y caminé alrededor con nerviosismo. Chequé mi celular en varias ocasiones, solo para ver la hora. Después de los veinticinco minutos, perdí la esperanza. Entonces, mi celular vibró con un nuevo mensaje. Lo miré con una rapidez impresionante.
Fruncí el ceño.
Era un mensaje de un numero desconocido.
Lo abrí con un poco de curiosidad.
Desconocido: Jessica se comunicó conmigo. Debemos hablar. Soy Andrew.
Jessica.
Sin pensarlo, contesté.
Yo: Por supuesto. ¿Cuándo estaría bien?
Andrew: Ahora. Estoy fuera de tu instituto.
Mi corazón dio un vuelco. Tomé mis cosas y me apresuré a a la salida del edificio. Como dijo, se encontraba justa fuera.
-¿Qué haces aquí?- lo miré con incredulidad -Pudimos hablar cuando saliera de clases.
-Estas en tu hora de receso, ¿no?- miró el edificio con expresión un poco rara -Demonios, llevo años sin ver este lugar.
-Solías esperarme en la salida- recordé - Incluso después de que termináramos.
-Después de que tu terminaras conmigo- me corrigió.
Los dos nos encontramos en un silencio muy incomodo.
-¿Qué te dijo Jessica?- pregunté finalmente -¿Esta bien? ¿Cómo... ?
-Ella esta bien- me miró y ambos compartimos una mirada llena de alivio -Quería que te dijera que nada de esto fue tu culpa.
No fue mi culpa. No fue mi culpa. No fue mi culpa.
-¿_______?- Andrew se me acercó, luciendo preocupado. Me tomó del brazo cuando me tambaleé al dar un paso atrás por la noticia -¿Estas bien?
-Si- solté, aun afectada -Si, solo...
-Lo sé- él me dijo con suavidad -Se lo que sientes.
Por alguna loca razón, le creí.
-¿Qué más te dijo?- pregunté con suavidad.
-Al parecer, fue su madre la que le dio de alta. Se divorció de su padre hace unos meses. Dijo que las cosas entre ellos no fueron nunca buenas. Después de que su padre la corriera de su casa, su madre duró un par de años dándole un mal rato. Entonces decidieron divorciarse. Al parecer su madre intentó contactarla, pero Jess... estaba muy herida porque no la defendió.
-Debió ser horrible verla a su alrededor cuando despertó- hice una mueca.
-No- Andrew sonrío con tristeza -Al parecer, verla a ella, era exactamente lo que Jess necesitaba. Hicieron las pases. Ahora están yendo a terapia. Juntas. Creo... - me miró con algo más que alivio. Algo que me hizo entenderlo. Algo que estuvo todo este tiempo frente a mis narices. Algo que... parecía tan lógico, si lo ponía en retrospectiva -Creo que las cosas han mejorado. Para bien. Jessica podrá salir adelante.
Esta vez, no me esforcé por contener las lagrimas.
-Oh, Andrew- sonreí, aliviada, esperanzada -No sabes lo feliz que me hace escuchar eso. Jessica merece ser feliz.
Andrew se acercó y limpió las lagrimas de mis mejillas.
-Tu también mereces ser feliz- murmuró, mirándome con tanta determinación.
Pero también con dolor. Y tristeza. Pero sobretodo, esperanza.
Exhalé.
-Andrew...
-¡Quita tus manos de ella!
Fui violentamente separada de Andrew. Mi cuerpo cayó literalmente hacia un lado. Tropecé y estuve a punto de caer, pero mis piernas y brazos se encargaron de que ninguna parte importante de mi anatomía golpeara el suelo. Cuando estuve segura de mi estabilidad, busqué frenéticamente al maldito toro que chocó con nosotros.
Zayn tenia a Andrew sostenido de la chaqueta. Andrew parecía calmado, pero tenso. Me miró, buscando alguna herida. Me puse erguida y caminé hacia ellos con furia.
-Te dije que te alejaras de ella- Zayn gruñó -¡Deja de verla!
-¿Estas bien. ______?- Andrew preguntó con voz contenida, aun sin apartar la mirada de mi.
-Dije que...
-Estoy bien- espeté -Zayn, ¿Qué carajos? ¡Estuve a punto de besar el suelo!
Zayn volteó con brusquedad hacia mi. Al igual que Andrew, me examinó de pies a cabeza.
-Suéltalo- ordené -Esto no tiene nada que ver contigo.
-¿Qué no tiene que ver conmigo? ¡Este bastardó te golpeaba, por supuesto que tiene que ver conmigo!
Mi cuerpo pareció congelarse por unos segundos. Los tres guardamos silencio. Andrew miraba un lugar a distancia. Zayn me miraba como si quisiera sacudir un poco sensatez de mi cuerpo. Y yo...
-¿Quien te dijo eso?- pregunté en voz tan baja que temí no haber sido escuchada.
-Valeria- respondió. Sus ojos parecían ámbar liquido -Me lo contó todo.
Andrew parecía palidecer con cada palabra que sabia de Zayn. Yo igual.
-Suéltalo- pedí -Solo... déjalo ir.
-______, no...
-Suéltalo, Zayn- lo miré con exasperación -Lo digo enserio. Suéltalo.
-¡Es violento! No voy a... ¿Por qué carajos sonríes?
Andrew tenia esa sonrisa que solía advertir problemas. Mi cuerpo se tensó ante la vista.
-Solo me parece gracioso que me llames violento a mi, cuando fuiste tu el que fue a ese bar solo para golpearme- Andrew soltó con una calma engañosa.
-¿Qué?- miré a Zayn con confusión -¿De qué hablas? Zayn no...
-¿No lo sabías?- Andrew me miró con burla -Hace una semana llegó al bar donde nos encontrábamos Jessica, los gemelos y yo. Le contó a todos lo mismo que dice ahora. Claro, justo después de golpearme hasta casi dejarme inconsciente. Jessica no me habló desde entonces- me miró con significado -Hasta hoy.
Mis hombros temblaron. No. Toda yo temblaba. Esto no era posible. Zayn no sería capaz de... No. Las veces que fue violento no fue por razones justificables, sin embargo, jamás llegó... No. No soy una santa. Yo misma golpeé a Isabela hace solo unos días atrás. Aun sigo buscando un poco de culpa. Alguna pizca de remordimiento por lo que hice. Sin embargo, nunca lo sentí.
Zayn tampoco parecía tener remordimientos.
Pero...
-Zayn- pedí, con un tono de voz que sonó incluso diferente para mi. Zayn me miró con preocupación -Déjalo ir. Por favor.
Zayn lo soltó. Andrew intentó acercarse, pero yo lo detuve.
-Vete, Andrew- dije, con el mismo tono de voz.
Andrew frunció el ceño, mirándonos a los dos. Luego asintió y se fue hacia su auto. Zayn intentó acercarse.
-_________....
-No- lo detuve -Solo... No.
Zayn pareció genuinamente preocupado.
-Se que no debí hacerlo. Se que odias la violencia. Pero...
-No digas eso- dije con brusquedad.
-¿Qué? Es cierto. Odias la idea de la violencia. Por eso ahora estas molesta conmigo. Acabo de...
-No- negué con al cabeza -Dios, no digas eso. No es cierto.
-¿Qué?
-Quiero decir, si. Solía molestarme. Ahora, solo... No lo se, Zayn. Todo es muy diferente.
-No digas eso- intentó acercarse, pero yo retrocedí -Dices eso solo por lo que sucedió. Pero sigues siendo la misma. Solo necesitas a alguien que te lo recuerde.
-¿Y que pasara cuando nadie este ahí para hacerlo?- lo miré con desesperación -Esto no se trata sobre ustedes, Zayn. Es algo que debo resolver ver yo misma.
-No- respondió con brusquedad -Ya hablamos de eso. Esta fuera de discusión. Lo resolveremos. Lo juro. Todo volver a la normalidad. Solo debes...
-¡Nada volverá a la normalidad si yo no soy capaz de hacerlo!- exclamé -He cambiado, Zayn. No tienes idea de cuanto. Por Dios, incluso yo no tuve idea de cuanto hasta que sucedió esto.
-¿Qué cosa? ¿De qué hablas, ______?- Zayn me miró con asombro -Nada a cambiado. Solo... solo estas estresada, por... por intentar cargar todo esto por ti misma.
Negué con la cabeza, exasperada.
-¿Sabes dónde me encontraba el viernes en la tarde, cuando me llamaste un montón de veces?- Zayn me miró con expresión confundida, en silencio -Estaba en un bar, buscando a Isabela.
-¿Isabela?- Zayn frunció el ceño -No es esa la chica con la que Andrew...
-Si. Lo es- respondí -¿Sabes por qué fui a verla?
Zayn negó con al cabeza, asombrado.
-En realidad, No esperaba verla a ella. Fui buscar a Andrew. Y no para lo que tu piensas. Fui a buscarlo porque el día que tu y Valeria fueron casi atropellados por un auto, yo... reconocí el modelo. Era bastante parecido a uno que vi hace años atrás, cuando fui novia de Andrew. Pensé que, si lo hablaba con él, podría decirme de quien era. Y, entonces, lo resolví. Cuando llegué a ese bar, lo encontré, al auto. Entré, dispuesta a lo que sea con tal de averiguar de quien era. Y lo encontré. O mejor dicho, la encontré. El auto era de una de las amigas de Isabela. Ella fue la que lo hizo. Por mi. Porque yo creé un montón de mierda estos últimos meses y al final todo terminó explotando en mi cara, como siempre.
-¿Qué?- Zayn palideció -Pero... ¿Fue planeado?
-Si, ella y sus amigas estaban molestas conmigo por algo que hice- expliqué con sequedad -Pensaron que seria divertido lastimar algo que fuera igualmente valioso para mi. Así que fueron tras Valeria.
-¿De qué hablas?
Sentí como si mi alma se alejara lentamente de mi cuerpo. Mi cuerpo se sintió frío. Aterrado. Volteé lentamente.
-Repite lo que acabas de decir- Valeria ordenó con voz ligeramente quebrada. La miré con asombro -¡Repítelo!
No lloraba o parecía igual de destrozada que hace una semana atrás, cuando terminó nuestra amistad. Y, por alguna razón, eso solo era más preocupante.
-Val...
-¿Fue tu culpa?- preguntó abruptamente -Fue todo tu culpa, ¿no?
-Si- contesté con voz baja -Lo fue.
-¿Por qué?- preguntó con dureza -Y no te atrevas a mentir.
-Yo... - la miré con temor -Fue porque Jessica y yo nos drogamos muchas veces. Al final, Jess terminó teniendo una sobredosis. Eso sucedió hace unos días. Isabela era su mejor amiga y me culpó por lo que le sucedió. Intentó buscarme y vengarse a su manera, pero... te vio primero a ti. Y pensó que...
-Para- interrumpió con brusquedad -¡Por Dios, solo para! Solo... ¿Me estas diciendo que ahora usaré estas estúpidas férulas por las próximas cuatro semanas solo porque una de tus amiguitas tóxicas se enfadó contigo?
-Ella no es mi amiga. Eso es lo que intentaba decirle a Zayn. Cuando me enteré de lo que sucedió, de lo que ella hizo, la... la golpeé. Estaba furiosa y ella...
-¡Para!- Valeria gritó -¿Te estas siquiera escuchando?
-Lo siento- más lagrimas salieron -Lo siento tanto, Valeria.
-¿Qué esta mal contigo?- preguntó con asombro y... disgusto -¿Qué esta mal contigo? No te conozco. Pensé que lo hacia, pero... Tienes razón. Cambiaste, _______.
Intenté acercarme y ella intentó alejarse. Tropezó con una de sus muletas e intenté ayudarla, pero me dio una mirada que me congeló en mi lugar.
-Valeria...
-No quiero saber nada más. ¿Tenias miedo de que lo que fueras a decirme empeorara las cosas? Bien. Debías tenerlo, porque ahora mismo eres una completa extraña para mi. No quiero volver a verte. Desearía... - por primera vez, sus preciosos ojos azules se llenaron de lagrimas -Desearía no haberte conocido.
-No... - supliqué -No digas eso. No lo dices enserio.
-Desearía que ahora mismo sientas el mismo dolor que yo. O peor.
-Valeria.
Valeria dio media vuelta y... se alejó.
-¿Valeria? Por favor.
No volteó, ni una sola vez.
-¡Valeria!
Me ignoró.
Y, como dije antes, ella me conocía tan bien.
Porque sabía cual era la forma más efectiva de lastimarme.
Lo que más me dolía en el mundo.
A lo que más le temía.
Solo tuvo que darme la espalda e ignorarme, porque sabía que eso era lo peor que alguien podría hacerme, algo que me afectaba con fuerza cada vez que sucedía.
Me ignoró.