HACE SIETE AÑOS
-¿Cómo te fue en la practica de hoy?
Miré a mi mamá con los ojos muy abiertos. Llevábamos casi diez minutos cenando en silencio. Emma estaba estudiando en casa de una amiga y mi papá tenia trabajo pendiente en la oficina. Siempre que nos encontrábamos las dos solas me sentía incomoda. A veces intentaba hacerlo menos incomodo. Pero nunca funcionaba. Cuando yo intentaba conversar con ella desviaba su atención a su celular o simplemente me decía que estaba cansada y no quería hablar. Emma se pone tensa cuando hace eso, creo que sabe que me duele. No me gusta cuando Emma se pone así de seria, así que decidí no volver a hablar con mamá al menos de que ella se dirija a mi. Pero nunca lo hace. Por eso me sorprendí mucho por su pregunta.
-Uhm, bien, creo- me animé un poco al ver que su atención estaba puesta completamente en mi -Yo... estoy practicando a diario, de hecho. El profesor Ross dice que no me obsesione tanto, que solo me divierta. Pero tengo miedo de equivocarme. No tengo un instrumento en casa, pero...
-Espera- mamá miró su celular y comenzó a pulsar las pequeñas teclas con rapidez. Sentí una punzada de dolor en mi pecho. Sabía que no debía emocionarme tanto. A veces parezco un cachorrito afligido que busca amor en todas partes; o por lo menos eso fue lo que me dijo Emma. Mamá siguió así por tanto tiempo que di por terminada nuestra conversación, pero de repente dijo -Entonces pronto será tu show de talentos. Este sábado, ¿no?
-No es un show de talentos- dije de forma automática con seriedad. Ella no era la primera que lo decía de esa forma, como si se burlara -Es una presentación. Participaremos solo los alumnos del profesor Ross.
-Pero tu cantaras, ¿no?- me miró con ambas cejas alzadas -Eso no te lo enseñó tu profesor.
-No, pero dijo que lo hago bien- dije a la defensiva.
¿Por qué nunca puede estar feliz por mi? Siempre esta feliz por Emma. Siempre habla de ella. A mi nunca me menciona, es casi como si no existiera y eso me molesta. Quiero que me vea.
-Pues más le vale- comenzó a recoger su plato -No cancelaré mi junta de ese día solo para verte hacer el ridículo.
-¿Qué?- la miré con asombro -¿Iras? ¿Enserio?
Sentí algo bonito en mi pecho. Quise abrazarla. Justo en ese momento. Estaba emocionada antes, pero ahora, sabiendo que ella ira... tal vez no sea invisible.
Le importa lo que hago.
-¿No quieres que lo haga? Siempre hablas de eso y quiero saber si vale la pena invertir dinero en esas famosas clases tuyas.
-¡Si, si quiero que vayas!- exclamé con emoción -Te va a encantar. Lo juro.
Mamá me miró con curiosidad. Por un momento, pensé que me regañaría. Tal vez estaba exagerando, tal vez eso le molesta. Dejé de sonreír y me puse seria, justo como Emma. Tal vez eso le guste. Tal vez al fin le guste.
-Eso espero- dijo, sin ninguna emoción, y después caminó hacia la cocina para dejar su plato sucio -Recoge lo que ensuciaste.
AHORA
Narra ________:
-Espero que algún día estas dos chicas salgan por su propia cuenta- Meredith, la amiga de mi madre, dijo con esa odiosa voz suya.
-Será fascinante- Lily, la hija de Meredith, dijo son ninguna inflexión en su voz.
Llevaba toda la cena mirándome con la nariz ligeramente fruncida, como si oliera a mierda. Era un año mayor que yo y cada vez que se dirija a mi lo hacia con condescendencia, como si se creyera superior. Lo cual no era tan sorprendente tomando en cuenta que su madre es una arpía. La diferencia es que su madre sabe disimularlo mejor. Lily, por otro lado, es naturalmente malvada.
-_________ estaría encantada. Siento que las dos tienen mucho en común- dijo mi madre, dándome una mirada que claramente decía "habla o ya veras"
-Estaría encantada- repetí con seriedad.
Lily frunció aún más su nariz.
-Mi mamá me dijo que eras animadora- me miró con una ceja alzada -¿Tienes algún otro interés en la vida o solo te gusta saltar y bailar en mini falda?
Mi mamá se hundió ligeramente en su asiento, como si estuviera avergonzada de mi. Hice mi mayor esfuerzo para actuar con serenidad.
-Me gusta la música- respondí con sequedad -Tocas el violín, ¿no? Me gusta el violín, creo que es muy hermoso.
-Lo es- respondió con rapidez, sus ojos adquirieron algo de brillo cuando lo dijo -¿Tu tocas algún instrumento?
-De hecho...
-Mi madre le enseñó a tocar el piano cuando era pequeña- mi madre se apresuró a responder por mi.
Lo toqué solo algunas veces, sobretodo para complacer a mi abuela. Eso lo sabía mi madre.
-También toco la guitarra- dije con brusquedad -Es algo que disfruto mucho, desde hace años.
-Por supuesto- Lily sonrió -La guitarra es muy... ordinaria. Siempre he pensado que nos identificamos, de alguna forma, con los instrumentos que aprendemos a tocar.
Me tensé. Mi madre me lanzó una mirada de advertencia. Meredith sonrió y lo disimuló aclarándose la garganta.
-Es un pensamiento interesante- repliqué.
-Mi hija siempre ha hecho esa clase de reflexiones. Mi esposo y yo estamos tan orgullosos de ella. Tenemos tanta suerte de tener a una hija tan extraordinaria. Hablando de eso... ¿Cómo se encuentra Emma? Siento que llevo años sin verla. Siempre adoro conversar con ella. Es una mujer tan centrada, con los pies puestos en la tierra.
Mamá palideció un poco. Miré hacia mi plato de ensalada. Mi corazón se estrujó un poco.
-Ella esta... en clases, por supuesto. Es de las mejores en todas sus clases. Mike y yo estamos orgullosos de...
-¿Puedo retirarme?- la interrumpí con brusquedad -No me siento bien.
Mi madre ni siquiera me miró. Sabía que no lo haría, no se atrevería. Ella estaba mintiendo y ¿para qué? A ella no le importo, eso siempre lo supe. Pero esto es nuevo. Nunca tuvo que mentir con Emma, ella nunca se atrevió a desobedecerla y ahora, cuando hace algo que no le parece, ella solo... la oculta. Ella se siente avergonzada de Emma. Y eso me enfurece, porque la única que debería estar avergonzada aquí es ella.
-¿Aún te duele la cabeza, cariño? Le dije que me dijera si era grave- mi madre mintió descaradamente a nuestras invitadas. Mi cuerpo comenzó a temblar -Ve y recuéstate un rato. Ve.
-Fue un placer conocerte, Lily. Como siempre, estoy contenta de haberla visto, señora Harris- mi voz tembló un poco -Lamento mucho esto. Deberíamos hacerlo de nuevo otro día.
-Espero que te mejores- Lily dijo y se escuchó como una burla.
No respondí, solo di media vuelta y caminé hacia las escaleras con intención de ir a mi habitación. Aceleré el paso cuando escuché risas femeninas. Sus risas. Cerré la puerta de mi habitación y, sin siquiera desmaquillarme o quitarme el ridículo vestido que mi madre me obligó a usar, caí sobre mi cama y cerré mis ojos con fuerza.
-Todo esta bien- susurré -Solo debo aguantar un poco más.
Solo faltaba una semana para las vacaciones de primavera, lo que significaba que pronto vería a mi hermana. Mi abuela me prometió que, si me portaba bien, haría lo posible para que la visitara. Mi abuela no sabía lo que había sucedido conmigo. No sabe que desaparecí por dos días. Mi madre me dijo que solo ella lo sabía. No se lo contó nunca a mi padre. A nadie más que a los policías. No me molestó, no cuando su silencio significaba otra oportunidad para mi.
Solo debo aguantar un poco más.
Porque la veré y todo habrá valido la pena.
***
Hacia frio.
Mi habitación estaba helada y oscura. La puerta se encontraba entreabierta. Había luz en el pasillo. Escuché una risa femenina. Caminé en esa dirección, sin dudarlo. Entonces llegué a una calle. La luz de un faro me alumbraba. Miré a mi alrededor, pero estaba sola. No. Había algo a lo lejos. ¿Cómo llegó eso ahí? Caminé de nuevo, alejándome del faro. El lugar oscurecía con cada paso que daba. No podía ver. Me perdí. Entonces, un faro parpadeó sobre el lugar donde me encontraba. Salté un poco.
Frente a mi se encontraba una cuna.
El frío se adueñó de mi cuerpo. Sabía que debía alejarme, pero no pude evitarlo. No cuando escuche un suave llanto provenir de la cuna. Había un velo que ocultaba lo que se encontraba adentro, así que no pude echarle un vistazo hasta que me encontré cerca.
-Hola, bebe- susurré.
El bebe me miró con sus ojos llorosos. Sus brazos regordetes se movieron. Parecía incomodo. Sin pensarlo, me incliné y lo tomé entre mis brazos. Era tan frágil. Tan pequeño. Lo arruyé en silencio por lo que me pareció una eternidad. Después de un rato dejó de llorar. Parecía tan tranquilo. Debía dejarlo en la cuna de nuevo, pero no lo hice.
¿Cómo podría abandonarlo?
-Deja que duerma un poco.
Miré sobre mi hombro y sonreí. Emma parecía divertida conmigo.
-Pero le gusto- repliqué -Si lo dejo llorara.
-No lo hará- Emma caminó hasta encontrarse a mi lado -No volverá a llorar.
Apreté un poco más al bebe contra mi pecho.
-¿Cómo lo sabes?
Emma sonrió y miró al bebe. Comenzó a tararear con ternura mientras acariciaba la mejilla del bebe.
-Déjalo en la cuna. No volverá a llorar.
-¿Por qué sigues diciendo eso?- me alejé un poco de ella.
Un miedo extraño se apoderó de mi. No quería separarme del bebe. Sabía que algo malo pasaría si lo hacia. Emma se rio.
-¿De qué te ríes? ¿Por qué...
Una luz. Había una luz, tomó todo el lugar y lo iluminó con fuerza. Mis ojos dolieron por la claridad, por la belleza y calidez de la luz. Entonces todo volvió a la normalidad.
-¿Qué fue eso?- volteé hacia mi hermana -¿Emma?
No había nadie.
-¿Emma?- la llamé de nuevo, pero nadie respondió -¿Dónde estas?
El miedo se convirtió en terror. Algo malo había ocurrido. Lo sabía. ¿A dónde fue Emma? Miré a mi alrededor de nuevo y una luz parpadeó a lo lejos. Decidí acercarme. Algo me decía que debía hacerlo. Era importante. Le susurré palabras dulces al bebe mientras me dirigía a la luz. Mientras más me acercaba, más lo entendía. Conocía este lugar. Sabía a donde me dirigía. Iba hacia Emma. Por supuesto.
¿Cómo pude olvidarlo?
Me acercaba al auto donde tuvimos el accidente.
La luz provenía del auto que se encontraba de cabeza. Estaba destruido, no había nadie adentro. Pero eso ya lo sabía. Caminé hacia la luz parpadeante; los faros del auto. Había vidrios en el suelo. Y Emma.
Emma cubierta de sangre.
Corrí hacia ella.
-¡Emma!
El bebe comenzó a llorar. No me importó, lo deje en el suelo y me acerque a mi hermana. Tenia los ojos cerrados. Había sangre en todas partes.
-Emma- supliqué -Emma, por favor. Por favor.
Abrió los ojos.
-Lo mataste- dijo con dolor -Por eso nunca volverá a llorar.
-¿Que?- la solté -Yo no hice nada. No es mi culpa.
-Lo es- dijo con frialdad mientras levantaba la mitad de su cuerpo -Por tu culpa mi hijo murió.
Me alejé de ella con horror. Negué con la cabeza.
-No- susurré -Yo no lo hice. No fue mi culpa.
-Mataste a mi bebe- Emma dijo con odio -Nunca te lo perdonare.
Busqué a mi alrededor. Ella mentía, su bebe estaba cerca. ¿A dónde fue? Lo dejé justo a nuestro lado. Nunca le hice daño, nunca lo haría.
Lo amo.
-Estas mintiendo, él esta bien- dije en medio de la desesperación.
-Lo mataste- Emma apuntó detrás de mi -Lo mataste.
Volteé y casi grité del alivio. Allí estaba. La cuna. Escuché una risa. La risa del bebe.
Él estaba bien.
Él estaba vivo.
-Lo traeré- miré a Emma -Lo juro, lo traeré de vuelta. Él esta bien.
No esperé por una respuesta. Me levanté del suelo y comencé a correr hacia la cuna. Pero no podía llegar. Estaba demasiado lejos y había... había algo acercándoselo con rapidez. Un auto. El pánico me golpeó con fuerza. Corrí con más fuerza, pero fue en vano.
Grité.
El auto no se detuvo.
***
-¡________!
Unos brazos me sacudieron con fuerza. Abrí mis ojos y encontré a un hombre sobre mi. Grité.
-Shhhh- intentó silenciarme -Soy Zayn. No grites.
-¿QUÉ HACES EN MI HABITACIÓN?- me sacudí, lo cual hizo que él se alejara de mi cama.
-No grites- siseó.
-Oh, Dios. Mi madre nos va a fusilar.
Mis gritos debieron alertarla. Debía venir camino a mi habitación. Miré hacia la puerta en la espera de ella.
Esperé un poco más.
-Uhm, tu madre salió hace unos minutos- Zayn tuvo la gran amabilidad de informarme -Entré por la ventana de tu hermana. Mentiste. Fue un poco difícil y casi me dio algo cuando llegué al techo y vi a que altur... OUCH ¿POR QUÉ SIEMPRE ME QUIERES GOLPEAR?
-¿Qué haces aquí?-pregunté con dureza, alzando mi guitarra de forma amenazadora hacia Zayn.
El golpe que le di hizo que se alejara varios metros y pusiera sus brazos a la altura de su cabeza.
-¿Qué es eso? ¿Tu guitarra? Se sintió como tu guitarra- espetó, ofendido -¿Cómo pudiste golpearme con tu guitarra?
-Fue lo primero que vi- dije con dulzura -Enciende la luz. Apenas y puedo verte.
-¿Para que ahora tengas una mejor idea de donde lanzar tu guitarra?- preguntó con mal humor, pero aun así encendió la luz.
Estaba usando lo mismo que la ultima vez que lo vi, antes de la cena con la Madrastra y su hija Anastasia. Bajé mi guitarra con lentitud. Me miraba entre molesto y sorprendido.
-¿Qué haces aquí, Zayn?- pregunté con toda la tranquilidad que pude reunir.
-No contestaste mis llamadas y vi a tu madre salir sin ti, así que llamé a tu puerta, pero no abriste- pareció un poco avergonzado, al fin -Así que entré. ¡Pero solo porque me preocupé!
-Estaba dormida- dije con obviedad -Tengo el sueño pesado.
-No era solo un sueño- Zayn frunció el ceño -Estabas gritando. Estaba cruzando la ventana cuando te escuché, corrí lo más rápido que pude. Creí que... Pensé que alguien te hacia daño.
-Nadie me hacia daño. Estoy...
-Lo juro, si vuelves a decir que estas bien, voy a... Jesuscristo, ni si quiera se lo que haré ¿Perder la cabeza? Eso lo hago tanto últimamente que ya no parece algo malo. Creo que todavía no entiendes lo preocupado que...
-Tuve una pesadilla- lo interrumpí -No es nada... grave. Las tengo desde hace un tiempo. Por supuesto, son una molestia, pero realmente no me importa.
-¿Una pesadilla?- Zayn se acercó al ver que ya no sostenía la guitarra como si fuera un arma. Se sentó a mi lado -¿Qué... ? Espera, no estarás soñando sobre el... lo que... ya sabes.
-Si- respondí con suavidad -Mis pesadillas son sobre la noche del accidente.
Zayn palideció ligeramente.
-¿Soy el único que lo sabe?- preguntó con voz ronca.
-Mi madre lo sabe. No hablamos de eso.
Por unos minutos, los dos permanecimos callados. Esto debía de ser mucho para él, sabía que no debía decir nada. Ni si quiera entendía porque lo hice.
-¿Qué es lo que sueñas?- preguntó finalmente. Luego añadió con rapidez -No respondas si no quieres.
-No. Esta bien. Creo... Si quiero decirlo- hice una pausa, insegura de como empezar -Al principio eran sobre Emma y yo. Estábamos viendo películas, haciendo de comer o jugando en la playa, ya sabes, haciendo cosas normales. Entonces... aparecía una luz. Siempre había una luz. Ridículamente brillante, como si alguien prendiera una linterna frente a mis ojos. Así que, esta luz aparecía y yo... me distraía. Por solo un segundo. Y cuando volteaba a ver a Emma, ella desaparecía. Pero siempre la buscaba, siempre. Y luego la encontraba, siempre- me aclaré la garganta al escuchar a mi voz quebrarse -Siempre había un auto, el cual siempre estaba volcado y destrozado. Emma estaba a un lado suyo, siempre. Ella... estaba inconsciente y sangrando, por todas partes. Yo siempre intento despertarla, siempre le ruego porque despierte.
Zayn me acercó a él y me sorprendí de la familiaridad con la que me apoyé contra su hombro cálido.
-Lo siento, ______- dijo en voz baja, sonando genuinamente triste.
Mis ojos se llenaron de lagrimas.
-Ese no es el único sueño que he tenido- susurré -Hace más de un mes, comencé a soñar algo un poco distinto.
-¿Las cosas empeoraron?
-Si- respondí -Yo... El sueño empieza conmigo. Y un bebe.
Zayn se puso ligeramente tenso. Su brazo me apretó con más fuerza.
-El bebe llora, así que yo lo cargo. Siempre deja de llorar conmigo, ¿sabes?
-Me lo puedo imaginar- Zayn se inclinó y besó mi frente con tanta ternura que fue increíblemente difícil no estremecerme -¿Después que sucede?
-Después llega Emma. Siempre me pide el bebe. A veces dice que es porque necesita dormir, otras que necesita ser alimentado. No importa la razón, siempre me pide que deje ir al bebe. No lo hago nunca. No puedo. Entonces sucede lo de la luz. Emma desaparece... y cuando la encuentro, en medio del pánico, dejo al bebe a su lado. Entonces sucede algo distinto a los otros sueños- digo y un destello de dolor me atraviesa -Emma despierta. Ella despierta, pero comienza a culparme. Siempre me culpa.
-¿De que?- Zayn preguntó con un poco de temor.
-Siempre dice que yo maté a su bebe.
-Pero eso...
-Eso es lo que siempre sueño, Zayn, independientemente de tu opinión o la mía- escupí.
-¿Y cual es tu opinión?
-Ya lo sabes- dije con sequedad.
Zayn me tomó de los hombros y me obligó a mirarlo a los ojos. Parecía furioso y triste, pero sobretodo desesperando.
-No fue tu culpa, ________. Solo fue algo que sucedió. Un accidente. Nadie te culpa por eso.
-Eso es mentira- murmuré.
Las manos de Zayn se tensaron. Sus ojos brillaron con ira.
-¿Alguien te ha dicho... ?- inhaló con brusquedad -¿Acaso te han... ?
-No quiero hablar de eso.
-Me importa un carajo- gruñó -¿Quien fue el idiota que te dijo eso? ¿Quién piensa que... ?
-Emma.
Zayn abrió sus ojos, incrédulos. Aparté la mirada.
-Pero...
-Me lo dijo el día que me fui de LA, en realidad- mis palabras sonaron demasiado calmadas, demasiado huecas -Ella dijo: Si tu no hubieras intentado "ayudar", ahora él estaría vivo.
-_________...
-No intentes hablar en su lugar, Zayn- espeté con frialdad -Pronto la veré de nuevo. Y lo resolveremos. Porque es lo que siempre hacemos.
-¿A que te refieres con "pronto"? ¿Ella vendrá a la ciudad?
-No. Yo iré a LA- lo miré -La visitaré durante las vacaciones de primavera. Dentro de una semana.
Zayn se alejó, mirándome como si estuviera loca.
-¿Volverás?- alzó la voz, su voz llena de incredulidad -¿Regresaras a ese lugar con toda esa gente? ¿Con todos los que le dieron la espalda a tu hermana y a ti?
-Esa "gente" es mi familia, Zayn- dije con serenidad -Y no iré a visitarlos a ellos. Solo veré a mi hermana... y a mi abuela.
Zayn realizó una brusca respiración.
-No vayas.
Parpadeé con asombro.
-¿Disculpa?
-No vayas- repitió con determinación -Ya viste lo que sucedió la ultima vez que estuviste rodeada de tu familia. Tu misma lo acabas de admitir. ¡Te abandonaron cuando más los necesitabas! No vuelvas a ese lugar. Ellos te lastimaron, siempre lo hacen, ¿no? Siempre buscan la forma de herirte. No quiero...
-¿No quieres que vuelva a ver a mi familia?- pregunté -Eso es imposible, Zayn. Tal vez parezca que nunca están ahí, pero... lo están. Siempre estarán ahí.
-¡Pero no para ti!
Lo sabía. Siempre lo supe, en realidad. Pero escucharlo de alguien más era algo completamente diferente. Fue como un golpe. Uno que no podía soportar. No ahora, no nunca.
Ya no. Ya no más.
-No necesito que mi familia mantenga sus brazos abiertos, ofreciéndome amor incondicional- espeté. Y después dije las mentiras más ridículas de toda mi patética vida -Nunca lo necesité, Zayn. Nunca lo pedí. Nunca me hizo falta. No quiero su amor o aceptación. No quiero su ayuda. No quiero su protección. ¡Estoy perfectamente bien sin ellos!
Zayn se dedicó a mirarme, sin expresión alguna, durante todo mi arrebato de furia.
Tal vez estaba molesto.
Tal vez se dio cuenta de la verdad escondida, vislumbrándose con una fuerza aterradora entre las grietas de mi frágil muro, el mismo que construí a través de los años con mentiras, con muchos "todo esta bien", con algunos "tal vez sea mi culpa", con todas esas palabras que protegieron mi corazón herido de la verdad. Porque no podía hacerlo, porque cada vez era más difícil. Porque no podía seguir cubriendo a mis padres y a su desinterés por mi con un simple "tienen mucho trabajo". Porque ya no podía decir "todo se resolverá" cuando sabía que Emma nunca me perdonaría. Porque un "estoy bien" no se sentía correcto cuando mi cuerpo temblaba por más droga. Porque decir "no hay nada de que hablar" era una completa falsa cuando Zayn y yo teníamos tanto que decirnos.
-No estoy bien.
Decirlo no me llenó de alivio. No me liberé de ninguna carga invisible. No resolvió nada.
-Lo sé- Zayn dijo con suavidad.
-Pero quiero estarlo, ¿sabes?- lo miré con un poco de desesperación, porque era importante. Necesitaba que él me creyera, porque era la verdad más honesta que tenia -Quiero estar bien. Quiero... Quiero sentirme bien. Y lo digo enserio, lo juro.
Zayn no respondió, sin embargo.
Caminó directamente en mi dirección y, sin dudarlo, me abrazó. Y eso fue mejor que una respuesta, de alguna forma. Porque tenerlo cerca era la cura más inmediata. Lo abracé con fuerza y cerré mis ojos. Tuve que ponerme de puntitas para lograr recargar mi mejilla contra su hombro. Zayn me apretó un poco más fuerte e hizo que, por unos segundos, mis pies dejaran el suelo.
-No me gusta la idea de que vayas sola- murmuró contra mi cuello.
-Quiero ir- mi mano acarició el cabello suave y corto de su nuca -Necesito hacerlo, Zayn.
-Lo se- respondió con molestia -Solo quería dejar muy claro que no me gusta la idea.
-Lo dejaste muy claro- respondí con sequedad, lo cual hizo que riera un poco.
Mi corazón se estremeció. No recordaba la ultima vez que lo escuché reír.
-Se que esto arruinará el momento, pero nunca me dijiste el final de tu sueño.
Me tensé y supe que Zayn lo notó.
-Es porque así termina- mentí -Termina siempre así, con Emma culpándome.
Zayn no respondió. Aun nos abrazábamos, lo cual era realmente bueno porque lo único en lo que podía pensar era en el verdadero final de mi pesadilla.
Uno que significaba más, que dolía más.
El bebe estaba en la cuna y un auto manejaba con rapidez en su dirección. Yo corría hacia él, siempre lo hacía.
Pero nunca llegaba a tiempo.
Y supongo que esa era la verdad mas dolorosa. La única para la que no inventé excusas o palabras que me hicieran sentir mejor. Porque no había tales palabras, no existían. Porque esta verdad venia desde el fondo de mi corazón, desde la grieta de una promesa rota. Y ni siquiera Zayn, con sus abrazos y calidez, podía hacerme olvidar, por solo un segundo, esta verdad.
No pude salvarlo.
HOLI. DIGANME QUE PIENSAN, HACE MUCHO QUE NO SE NADA DE WATTPAD :(