El color de la inocencia

By LinaAcaria

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James ni siquiera tenía pensado que volver a casa de su madre le traería consigo una responsabilidad semejant... More

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PEQUEÑA JADE
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By LinaAcaria

Te extrañaré.

Jade saltó de la cama en tiempo record alejándose de mi, su cuerpo temblaba nervioso.

Subió sus pantalones junto con sus bragas antes que la persona que nos había interrumpido se enterase de lo que estaba pasando, o al menos eso supongo yo.

Por mi parte me quedé duro sin voltear por dos razones:

La primera, a juzgar por la masculina voz de puberto tras de mí podría jurar que se trata del ñoño el cual no recuerdo cómo se llama, y la verdad no tengo intención de hacerlo. Juro que realmente podría arrancarle su cabeza por obligarme a perderme el orgasmo de la pequeña.

Y la segunda razón es porque ya me encuentro lo suficiente duro como para no moverme, joder, es que está hinchazón duele como un demonio.

—¿Jade?

El tono del puberto sonó ligeramente más preocupado que antes al ver a Jade sobresaltada.

—Estoy bien —aseguró todavía sin aire por la agitada situación de hace unos momentos.

Pasé los dedos por mi labios disfrutando aquello.

—No parece que lo estarás —corrió hacia la niña para examinarla— ¿Te hizo daño?

Tarado. Míralo nomás hablando como si no estuviera ahí. Cara de nada, estúpido, quiere que reviente su nariz? Desde que lo ví colgado de Jade en la playa quiero hacerlo, no necesito que juegue con mi paciencia.

Me paré al oír a la niña tranquilizarlo por lo bajo y me metí entre ellos dos, alejando al anteojudo de ella sin poder soportar que lo tenga tan cerca.
Sólo bastó tomarlo del hombro para que esté en la otra punta de la habitación.

Jade me miro con el ceño fruncido reprochando mi acción con su mirada, la ignore y también ignore al estúpido tras de mi que dijo algo pero de verdad no me interesa oírlo.

Busqué con la mirada una camiseta para colocarle a Jade, cuando la encontré camine hacia ella con la entrepierna molestandome. Se la coloqué delicadamente a Jade haciendo su cabello a un lado.

A puesto que no se había dado cuenta que estaba sólo en brasier. No quería que el de los anteojos horrendos la observara aunque no pareció notarlo demasiado, estaba muy preocupado pensando en las horribles cosas que le hice a la pequeña.

Si supiera...

—Ethan estoy bien.

Seguía frente a ella pero su mirada pasaba de mi, el punto se encontraba detrás y él era el dueño de la mirada preocupada de la pequeña.

Si este fuera un cuento de diney apuesto que mi lugar seria, sin temor a equivocarme el del villano.
Sacudí mi cabeza sintiéndome un imbécil.

En qué mierda me estoy fijando...

Eliot, Elián o quién sea chasqueó su lengua tras de mi al ver que no me movía de mi lugar y por primera vez me di el tiempo de voltear y observarlo de arriba abajo.

Su vista cayó con disgusto en mi entrepierna.

—Ya veo...

Susurró como si recién entendiera aquella situación. Realmente es un estúpido.

—¿Y hasta recién te das cuenta que estás molestando aquí? —escupo con enojo.

En su rostro se podía leer fácilmente lo decepcionado que estaba. Jade se acercó a él con el rostro rojo, con la intención de hablarle pero el estúpido volteo el rostro.

—Se tiene que ir —soltó con disgusto.

¿Quiere que lo golpee?

—¿Co-mo hará?

Alzó mi cejas mirando a Jade repentinamente tan interesada con que desaparezca.

-—Lo sacaré yo —le respondió con hastío—, me tomó mucho tiempo borrar las cámaras de seguridad para que no nos descubran entrando con un desconocido como para que salga como si fuera su casa.

—Relájate un poco Esteban —le dije tomando mis pantalones del piso.

                                    ●

Ethan clavaba sus ojos sobre James con evidente desprecio. Esperando que termine de vestirse para así poder hacerlo desaparecer de la casa.
Mi vecino por otro lado, está tomándose todo el tiempo del mundo, disfrutando el enojo de mi amigo.

—Déjanos despedirnos —pidió James de mala manera al pararse junto a mi.

Ethan negó—Tienes que irte ahora.

El rostro de James parece discolocarse al oírlo, solo lo estaba haciendo enojar al hablarle así. Me pongo enfrente suyo y lo obligo a mirarme antes de que salte encima de Ethan.

Él se quedó quieto, observandome expectante.

—Tiene razón —asenti insegura sin querer que mis labios pronunciaran aquello.

James me miró como si se encontrara dolido y me arrepentí de inmediato pero para cuando quise hablar su rostro cambió a la mirada arisca de siempre con la que me hacía entender que ya no quería que le hablara.

Se alejó de mi sin decir una palabra y fue tras Ethan.

Podía notar que se había sentido humillado y rechazado, era lo que menos quería hacerle sentir después de hoy, pero no podía hacer otra cosa o terminaría agarrándose con Ethan y alguien lo descubriría aquí.

Cuando los dos desaparecieron por la puerta de mi habitación caminé rápidamente detrás suyo sin que me notarán, sólo me aseguraría que nada malo pasara mientras James se marchaba. Ellos caminaban sin siquiera mirarse.

La casa de Ethan era tan grande que tenía dos escaleras que conectaban el segundo con el primer piso, la primera iba de las habitaciones a la sala y la segunda de los cuartos de empleados a la cocina. Ethan guió a James por la segunda.

Cuando terminaron de bajar las escaleras, la cabellera castaña de Ethan se sacudió hacia los costados comprobando que no había nadie ahí, me sentí mal por un segundo al reír cuando James volteó los ojos y pasó igual empujando el cuerpo de mi amigo de forma arrogante.

James seguía serio, estaba enojado y me sentía fatal por eso, quería correr y saltarle encima, abrazarlo y pedirle que no vuelva a desaparecer pero me sentía incapaz de poder hacerlo. ¿Quién era yo para pedirle tal cosa?

—¿Qué haces niña?

Di un respingo al oír a Elizabeth tras de mi, voltee con una mano en el pecho como si eso fuese a evitar que me salte el corazón y me perfore la piel de lo nerviosa que me encontraba.

—¡Nada!

—¿Te pasa algo, pequeña? —se acercó a mi observandome con atención— parece que viste un fantasma.

Salté sobre ella y la abracé haciendo que se tambaleara encontrando aquella la única forma que se me ocurrió de impedir que vea a su hijo escapando de la casa.

Di la vuelta sobre mis talones aún abrazando a Elizabeth y así poder cambiar el lugar con ella. Estire mi cuello un poco para poder observar hacia el piso de abajo y comprobé que James ya no estaba ahí y que raramente Ethan tampoco.

Sentí un vacío en el mismo lugar que segundos atrás bombeaba mi corazón violentamente.

¿A que se debe eso?

—¿Qué tiene Jade?

Elizabeth se separó un poco de mi para mirarme a los ojos.

—Nada, es sólo que me emociona que hayas estado estas vacaciones conmigo y mi familia —me excusé, aunque en realidad no había mentira alguna en aquella frase, realmente disfrutaba de estar con Elizabeth.

—Veo que el que sea nuestro último día aquí te ha puesto sensible —besó mi frente—. A mi también me da gusto estar aquí contigo.

¿Nuestro último...? ¡Cierto!

—Debo ir donde Ethan, Eli. Te quiero. Adiós.

Bese su mejilla y salí corriendo de ahí dejandola sin entender nada.

Al llegar a la puerta de Ethan abrí sin golpear.

—Puedo explicar lo que viste —hable agitada por lo apurada que iba.

Cuando noté como se encontraba tape mis ojos de inmediato dejando escapar un gritito nervioso de mi garganta.

—No necesito que hagas tal cosa.

Lo miré frustrada por el notorio enfado en su voz olvidando que se encontraba semi desnudo.
Mis ojos cayeron sin quererlo en sus boxers blancos con líneas, observando como se notaba el bulto en ellos. Ethan pareció no notarlo y terminó de subirse su traje de baño devolviendo mi concentración a su lugar.

Quizás el no terminar aquella situación con James no había podido apaciguar el calor en mi interior.

Cerré mis ojos concentrandome.

—Lo siento ¿si?

—No tienes por qué.

—Dejame de—

—No Jade —sentenció terminandose de colocar su playera— ¿Qué me dirás? ¿Qué me pediste ayuda para meter un tío en tu cama?

—No entiendes, yo—

—Claro que no entiendo, no entiendo como pude equivocarme así sobre ti.

Sin poder evitarlo sus palabras fueron como una cachetada. Mis ojos se aguaron dejando caer algunas lágrimas por mis mejillas.
Llevé mis manos a mi rostro limpiando las pequeñas gotas. Ethan quiso decir algo más pero salí corriendo hacia mi habitación antes de escucharlo.

En los días que había pasado con Ethan el me me había tratado de una manera especial, como si realmente le importase, como si fuera su amiga. Por mas que quisiera no podía evitar sentir un enorme dolor.

Me recargue en la puerta de la habitación sin poder evitar comenzar llorar como una niña pequeña.

Estuve alrededor de diez minutos para poder calmarme y sólo fue porque una de las empleadas golpeó mi puerta para avisarme que Cara y mi madre querian almorzar en la playa y tenía que alistarme.

Después de ducharme y colocarme la bikini que Elizabeth me obsequió, me puse un vestido y baje descalza a la playa. Supuse que comeriamos en la carpa gigante de los Thomas y me dirigí ahí. Sólo quedaba a unos metros de distancia.

De lejos pude notar a todos ya en sus lugares. Mi padre me hizo un gesto con su mano para que me sentará junto a él y así lo hice. Durante todo el almuerzo mire mis manos bajo la mesa, temía mirar a alguien y que notarán lo rojizo de mis ojos.

En la mesa se oían las anécdotas de Colton y papá seguido de las risas de las demás mujeres. Ethan y yo estábamos en completo silencio, podía sentir su mirada clavada en mi.
Sentí el pecho de mi padre recargarse ligeramente en mi para hablarme al oído cuando la conversación cambio el rumbo y las dueñas de las anécdotas eran mi madre y Elizabeth.

—No sé lo que te angustia pero eres demasiado preciosa para llorar.

Reí un poco al oír la misma frase que usaba desde que tenía memoria.

—Sabes que si quieres hablar conmigo, siempre estoy libre para ti.

—Lo sé papi.

Me acurruqué contra él y depósito un beso en mi cabeza. Por fin durante toda la cena levante mi vista encontrando los ojitos cafés de Ethan mirándome triste.

–"Hablemos"–pude notar que dijo en voz muy baja.

Yo sólo me encogí de hombros sin dar respuesta. Ethan pidió permiso, dio el provecho y se levantó dirigiéndose a la playa. Esperé unos minutos debatiendo si debía ir o no.

No me sentía bien ignorando a Ethan y quedándome en mi lugar, pero tampoco quería seguir llorando como una bebé si el volvía a decirme algo hiriente.

La parte de mí que no puede desobedecer las órdenes de nadie busco el momento adecuado para huir cuando nadie lo notara.
Distingui a Ethan parado en el borde de la playa pateando el agua con las manos metidas dentro de si pantalón corto. Estaba tan sumido en sus pensamientos que no notó cuando llegué a su lado.

—Hola.

Sólo pude decir, quise ahogarme por sentirme tan boba.

—Hola —contestó encogiendose de hombros culpable.

Me quede parada ahí viendo el mar llegar a mis pies y luego irse, así sucesivamente hasta que él rompió el silencio.

—No quise decir eso —sentí sus brazos envolverme por atrás—, no sé por que te traté de esa manera, tú no lo mereces. Lo lamento, Jade.

Sus palabras cargaban notorio arrepentimiento y la forma en la que me abrazaba como si no me quisiera soltar también. Ethan enterró su rostro en mi cabello pidiendo que lo perdonara repetidas veces.

—Está bien, no te preocupes —tiré mi brazo derecho hacia atrás buscando su cabello hundiendo mis dedos en él.

—Si me preocupo. Te herí y yo... no suelo hacer esas cosas —apretó su agarré en mi cintura—. Es que estaba tan enojado...

Arrugué mi entrecejo y lo obligué a que me soltara para así poder voltear.

—¿Por qué?

Ethan revolvió su cabello frustrado dejándolo como a mi tanto me gustaba. Acomodo sus anteojos nervioso.

—No lo malinterpretes, no se trata de que esté celoso, sé que sólo somos amigos... ¡No es que no me parezcas bonita! En realidad eres hermosa y no he podido evitar notarlo, tú lo sabes. Pero no—

—Entiendo eso —lo interrumpi evitando que se siguiera trabando con su lengua, hablaba tan rápido que no pude evitar reir. Tomé su rostro y lo obligué a mirarme ya que clavaba sus ojos en un punto fijo en el mar—. Dime que es lo que te hizo enfadar.

—Él —soltó casi en un gruñido rencoroso.

—¿James? —arrugué mi nariz.

—No parece bueno para ti —puso su mano sobre la mía que estaba en su cara— ¿Cuántos años mayor que ti es?

Evite contestar mordiendo mi labio sintiendo el llanto volver sin saber muy bien el porque.

—¿Él es el chico del que me hablaste? "¿Por qué asumes que a mí no me atrae alguien que no me quiere?" —citó mis palabras.

No contesté y eso pareció ser una respuesta para Ethan porque negó con su cabeza como si lo hubiese decepcionado—. Él no te hará bien.

Me atrajo hacia él abrazandome, apoyo su barbilla en mi cabeza y me aferre a él como un koala. Me sentía fatal en mi interior por esa conversación.

No podía contestarle porque ni yo misma sabia a quién me estaba refiriendo. No podía entender que clase de relación tenía con James, ni tampoco porque el me intimida tanto y porque me gustaba que lo hiciera. No entendía ni siquiera porque dejaba que hiciera lo que quisiera conmigo...
                                    ●

Me senté junto a Ethan en las escaleras de la entrada, observando a mi padre colocar las maletas en el auto con la ayuda de Colton y Eli.

Habíamos terminado de empacar todo hacia minutos y mis padres no querían esperar mucho más para partir. Supongo que por el tráfico.

Observé de reojo a Ethan notando como la cálida mañana hacia brillar su piel y me dejaba notar el marrón de sus ojos con mejor claridad.

—No quiero que te vayas —admitió Ethan sin mirarme, podía notar que estaba triste—, me siento muy sólo aquí.

Mi corazón dio un vuelco.

—Yo tampoco quiero irme —agarré su mano y deposite un beso en la parte superior. Él volteó a verme—. Te extrañaré.

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