Las galletas de los deseos |E...

By MyCherryBomb

248K 25.2K 5.4K

Luego de varios meses de amor y dulzura, Olivia es asaltada por las dudas. Deseosa de saber si Kevin es el ho... More

Nota de autor
Prólogo
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
31
32
33
34
35
36
37
38
39
40
41
42
43
44
45
46
48
49
50
51
52
53
54
55
56
57
58
59
60
Epílogo

47

3.2K 384 83
By MyCherryBomb

6 de marzo, 2019

Me siento sumamente rara cuando llego a la pastelería el miércoles. Siento que me estoy olvidando de algo, pero no tengo ni idea de qué. Estoy con los pensamientos en otro mundo entre lo de mi hermana y el casamiento, si no me olvido la cabeza es porque la tengo puesta.

Tuve que venir sola a abrir porque Kevin tenía que acompañar a su padre a una reunión importante, y como hace de cuenta que es su asesor, no le quedó otra opción que ir.

Saludo a Laura en la puerta, me sorprende que haya llegado temprano, pero la felicito y logro hacerla reír. Entre las dos acomodamos todo como en los viejos tiempos, cuando solo éramos nosotras dos solas. A veces extraño el poder hablar con ella con libertad, ya que sé que no le gusta nada hablar de su vida privada adelante de Kevin y yo estoy segura de que no podría darle tan buenos consejos si él estuviese cerca.

—Qué bueno que ayer fue feriado y decidieron no abrir, necesitaba dormir toda la tarde —comenta encendiendo algunas luces. Se nota que descansó porque está de buen humor y sonríe como tonta, aunque quizás sea otra cosa.

—¿Volviste con él? —interrogo comiendo un pedacito de chocolate. No desayuné y muero de hambre. Su sonrisa se amplía y hace un gesto afirmativo.

—El lunes a la noche me invitó al carnaval, fuimos y bueno... Hablamos y está todo bien —cuenta—. Tu hermano también está contento, dice que ya era hora de que nos arregláramos.

—Y sí, querida, si hace un montón están así. —Me agacho para acomodar unas tartas en el mostrador y me levanto de inmediato a causa de un mareo horrible, solo espero que ella no se dé cuenta—. ¿Me hacés un café, Lau? No desayuné y creo que me estoy sintiendo mal por eso.

—Bueno... —Enarca una ceja mientras me observa, reprime una sonrisa y comienza a preparar lo que le pedí—, pero no sé si podés tomar café en tu estado.

—¿En mi estado? —pregunto confundida—. Lau, yo...

Me interrumpo en el momento en que miro el calendario colgado. Hoy es seis de marzo, mierda, tengo dos días de atraso. ¡Dos días! Yo soy súper regular, es raro que no me venga exacto. Trago saliva y mi compañera me entrega la bebida.

—No es café, es chocolatada —dice aguantando la risa al notar mi expresión aturdida—. ¿Todavía no te vino?

Me cuesta darle la razón, pero le digo la verdad. Ella festeja con un baile raro que me hace reír y me felicita. ¡Pero si todavía no sé si estoy embarazada! Dios, esta chica es terrible. Puede ser que al no ponerme más la inyección mi ciclo se ponga irregular, pueden ser los nervios del casamiento, pueden ser tantas cosas que un embarazo no es lo más probable.

De hecho, es poca la probabilidad. ¿Por qué? Simplemente porque empezamos a hacerlo de nuevo el catorce de febrero, es imposible notar cambios en dos semanas, y mucho más imposible si para esas fechas mi ovulación era mínima porque todavía tenía los efectos del anticonceptivo. Estoy segura de que es el estrés, no puede ser otra cosa.

—¿Oli? —me llama Laura al ver que quedé en estado de shock—. ¿Estás bien?

—Sí, sí. —Esbozo una sonrisa tímida—. No le digas nada a Kevin, quiero estar segura de que es eso antes de ilusionarlo, ¿sí?

—Claro. —Me abraza y le devuelvo el gesto. Hasta siento que ella es mi hermana menor. Ojalá hubiera sido ella y no Juliana.

Me siento en una de las mesas cercanas para tomar la chocolatada y lo acompaño con un par de galletitas. Ojalá mi mamá estuviera conmigo para comentarle sobre esto. ¿Acaso es posible que me duela el bajo vientre como si me fuese a venir si estoy embarazada? ¿Puedo comenzar a tener más ganas de un alimento que de otro, como pasó con los duraznos, cuando estoy de tan poco tiempo? ¿Y los vómitos? ¡Mamá, te necesito! Esto no es fácil si no tengo a quién me ayude.

A no ser... Tengo a mis mejores amigas, pero con ellas prefiero hablar un poco más tarde, cuando todo esté confirmado, porque sé que se volverían locas y no me dejarían en paz. Por otro lado, tengo a dos mujeres que pueden ayudarme en este momento. Guadalupe y Estela. ¿Pero tendré que decirles ya mis inquietudes o voy a tener que esperar a que el test dé positivo? ¡Una prueba de embarazo! ¿Cuánto tengo que esperar de atraso para hacérmela? ¡Dios, me estoy dando cuenta de que no sé absolutamente nada sobre el embarazo!

Saco mi celular y decido mandarle un mensaje a mi suegra. Es bastante buena y me dijo que puedo contar con ella para lo que necesite. ¿Por qué no ilusionarla un poco con que va a ser abuela? Bueno, doblemente abuela, porque sus dos hijos estarían esperando un bebé. Le escribo que necesito verla y si puedo almorzar con ella, me responde que sí de inmediato.

Estoy demasiado nerviosa, hasta empiezo a sentir náuseas, como si el embarazo fuese psicológico y al pensar en que puedo estarlo comiencen los síntomas. Esto ya no es una conjetura, ¡puede ser real!

Termino de desayunar como puedo, ya que un nudo se apoderó de mi garganta. Estoy ansiosa por saber si voy a ser mamá, no puedo esperar.

Por suerte para mí, durante la mañana hay bastante movimiento, así que el tiempo se pasa volando y ya no pienso en lo que me inquieta porque estoy concentrada trabajando. Cuando me quiero acordar, Guadalupe ya está esperándome para ir a almorzar.

—Lau, si querés cerramos un tiempo así almorzas vos también —le digo a mi compañera mientras me saco mi delantal.

—No, estoy bien, andá tranquila —contesta con seguridad.

Hago un gesto afirmativo y salgo con mi suegra. Elegimos uno de los restaurantes cercanos porque no tenemos muchas ganas de caminar, así que en menos de media hora ya estamos comiendo un buen plato de carne y pasta.

—¿Está todo bien con Kevin? —me pregunta cuando terminamos de hablar de tonterías como el clima.

—Sí, estamos muy bien —respondo con una sonrisa. Ella me imita y arquea las cejas invitándome a que le diga el porqué del llamado—. Bueno, voy a ser sincera. Vos sabés que no tengo mamá ni ninguna mujer mayor a la que pueda acudir cuando necesite consejos, y me tomé el atrevimiento de llamarte para comentarte una cosa... Y espero que no te moleste.

—Ay, Oli, tenés que saber que vos ahora sos como una hija más para mí, nunca dudes en pedirme lo que necesites —comenta con expresión seria—. Decime lo que te pasa y veo en qué puedo ayudarte.

—Bueno, mmm, creo que estoy embarazada —confieso y su sonrisa se amplía—. Pero es que no sé nada sobre esto, tengo solo dos días de atraso y no sé si hacerme ya el test o esperar un poco más. Además que siento dolores como si fuera a venirme, pero nada...

—Es normal eso. Yo también los sentía, es como si el útero se estuviese preparando —responde—. Te recomiendo que esperes una semana para hacerte el test, así estás más segura.

—Está bien.

—Ay, me hace mucha ilusión, Kevin se va a poner como loco. ¡Y Lorenzo también! —Se ríe y siento mis mejillas arder—. Voy a estar para lo que necesites, sea cual sea el resultado.

—Gracias. —Tomo la mano que me ofrece para apretarla y continuamos comiendo—. ¿Creés que tengo que decirle a Kevin o mejor no lo ilusiono?

—Decile, él va a querer saberlo —replica rápidamente—. De todos modos, creo que él ya lo sospecha. Me dijo que estás rara y que estás comiendo muchos duraznos. —Nos reímos.

—Es verdad. ¿Pero puedo tener antojos tan temprano?

—Sí, Oli, quizás tu cuerpo pide alguna vitamina que tiene esa fruta y por eso de repente te gusta tanto —contesta como si fuese profesional en el tema. Hago una mueca porque no sé si creerle, pero decido hacerlo.

—Espero que sea eso y no algo más grave —comento terminando mi comida—. ¿Pedimos postre?

Diez minutos después estamos comiendo el helado que pedimos, en mi caso chocolate y almendrado, ella menta y dulce de leche. Ya entiendo porqué Kevin tiene gustos tan raros, su madre es igual.

—¿Y ya te llevas bien con tus dos hijos? —interrogo. Ella asiente.

—Sí, pero más con tu novio que con Joaquín, él me aceptó, pero me dijo que jamás voy a ser su madre. Kevin duda bastante en llamarme mamá, pero creo que tarde o temprano lo hará.

—Estoy segura de que sí, quizás no lo demuestra mucho, pero él te quiere.

Esboza una sonrisa amable y mi celular suena por un instante, avisando que tengo un mensaje nuevo. Lo miro por las dudas de que sea Laura y haya pasado algo en la pastelería, pero no, es mi ex.

Javi Rosas/ 13:32

Ola prinsesa. Sí, esta tarde nos podemos ver, no tngo problema ¿xke? Hase años no nos vemos así k debe ser urjente si me yamas d un día pal otro.

Arrugo la nariz. Había olvidado que escribía con tantas faltas de ortografía, pero tenía la esperanza de que con el tiempo mejoraría ese aspecto, cosa que no sucedió.

Olivia/ 13:36

Es urgente porque es algo de nuestra ex relación. En el siguiente mensaje te adjunto la dirección de mi negocio, está abierto hasta las siete y media, podés pasar cuando quieras.

Le mando el mapa y cómo hacer para llegar a la pastelería.

Javi Rosas/ 13:38

Ha, estas serca de lo de la Mary, esta tarde boy no tengo problema. Besotes prinsesa.

Un escalofrío de asco recorre mi espina dorsal y hago de cuenta que es por frío, porque el aire acondicionado me está dando en la espalda. Pero algo en su mensaje me deja pensando, ¿sigue teniendo contacto con María? Esto me confirma que lo que la rubia me dijo es cierto.

—Oli, ¿estás bien? —pregunta Guadalupe llamando mi atención. Asiento con la cabeza mientras me aclaro la voz.

—Sí, estoy bien, solo me quedé pensando en cómo hablar con Kevin, nada más —miento. Ella suelta una risita.

—Va a estar todo bien, vas a ver. Lástima que hasta la noche no va a llegar, pero por otro lado te va a dar más tiempo para pensar en tus palabras.

La verdad es que estoy más nerviosa por ver a Javier que por contarle lo del embarazo a Kevin.

Al volver a la pastelería, me infarto al darme cuenta de que mi ex ya está acá. Noto que Laura está mordiéndose la lengua para no decir alguno de sus comentarios picantes y yo abrazo al chico con un poquito de alegría.

Al contrario de Benjamín, a Javier sí le hicieron mal los años. Tiene entradas en los costados de su frente, así como arrugas en las puntas de sus ojos debido a los años. No es un viejo, solo me lleva cinco años, pero trabajar en el hotel de su padre y tener un cargo alto lo hacen estresar, es bastante ansioso y no tiene muy buenos hábitos saludables, así que envejeció bastante rápido.

Sus ojos negros me escudriñan de arriba abajo y me cruzo de brazos debido a la incomodidad.

—Estás hermosa, princesa —opina, con una sonrisa torcida. Yo solo lo miro con seriedad.

—Gracias. Estoy por casarme, supongo que eso me cambió —digo. Prefiero que sepa desde ahora que estoy con alguien para no tener que soportar sus intentos de coqueteo baratos.

—Ah —responde con algo de decepción—. Entonces, ¿para qué me llamaste?

Le señalo una mesa para que nos sentemos y busco las palabras correctas en mi mente.

—Quiero que seas cien porciento sincero. No voy a enojarme —comienzo—. ¿Estabas con otra mientras eras mi novio?

Le sostengo la mirada, esperando que responda. Noto que duda, se vuelve bastante nervioso e incluso varias líneas de transpiración surcan su frente.

—Sí —admite—. Perdón por mentirte.

—Genial. Ahora necesito que le digas a María que yo no sabía nada, porque me odia por tu culpa y está intentando sacarme a mi prometido a causa de una extraña venganza.

—Ya mismo se lo digo. Si te soy sincero, pensé que te ibas a tomar la noticia de una peor manera.

—No te preocupes, te superé hace mucho.

Creo que eso hirió un poco su ego porque desvía la mirada y resopla. Saca su celular, marca y se lo lleva a la oreja.

A los dos minutos, María está acá. Se acerca a Javier con rapidez y lo abraza muy fuerte. Frunzo el ceño, esto cada vez es más raro. Si la engañó, ¿no debería estar enojada con él?

—Princesa, escuchame —le dice. Contengo una carcajada sarcástica al escuchar que le dice el mismo apodo que a mí—. Oli no sabía que estaba con vos cuando estuvimos juntos, así que no te metas más con ella. Te mentí, le mentí a ambas y lo lamento. Espero que algún día puedas perdonarme.

Mi vecina me mira con una expresión que distingo como culpa. ¿Será que está arrepentida? Sus ojos se llenan de lágrimas y le da una cachetada a Javier. Varios de los clientes se dan vuelta para mirar la escena y me siento avergonzada.

—¡No puedo creerlo! —exclama—. Me mentiste diciendo que ella lo sabía para que tengas el culo limpio y te perdone. ¡Y ahora me decís que ella no sabía nada! Sos un mentiroso, traidor y estúpido, me das asco.

Uy, creo que el panqueque se dio vuelta, pienso con diversión y alivio a la vez.

Bueno, un problema menos. Dejo que ellos discutan y yo bajo a cocinar. Mis familiares tenían razón, hice bien al hablar con ella. Quizás no haga que nos llevemos bien, pero más que seguro que con esto no vamos a pelear más, o eso espero.

Siguiente paso: decirle a Kevin que quizás estoy embarazada.

Continue Reading

You'll Also Like

353 76 15
Historia basada en la vida real de dos jóvenes que lucharon por un amor imposible por más que sean polos opuestos .....
6.4M 285K 63
¿Crees que termino todo en la primera temporada? Pues te equivocas. ____ y Justin son novios, pero ahora tendrán que empezar a vivir una vida de adul...
105K 12.1K 56
¿Cupido en pañales, con flechas y volando? Mmm es el conocido, pero que tal uno que te traicione por galletas y que con un potente ladrido entierre e...
3.1K 624 52
Betsy encuentra nuevos desafíos en su vida feliz y alegre, ahora con Natán, dónde aprenderán juntos a luchar por su amor.