Las galletas de los deseos |E...

By MyCherryBomb

246K 25.2K 5.4K

Luego de varios meses de amor y dulzura, Olivia es asaltada por las dudas. Deseosa de saber si Kevin es el ho... More

Nota de autor
Prólogo
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
31
32
33
34
35
37
38
39
40
41
42
43
44
45
46
47
48
49
50
51
52
53
54
55
56
57
58
59
60
Epílogo

36

3.2K 365 31
By MyCherryBomb

14 de febrero, 2019

Llegamos y noto que son las tres de la madrugada. Voy al baño mientras Kevin está acostado en la cama haciendo zapping, yo me preparo mentalmente para el baile que estoy a punto de hacerle. Me siento tan ridícula con esta ropa interior comestible puesta que pienso en sacármela, pero decido usarla, ¡autoestima, Olivia! Además, hace bastante que no lo hacemos y admito que mi cuerpo lo pide. Esta es la oportunidad perfecta y el par de copas de más que tengo en mi cuerpo me ayudan a desinhibirme.

Kevin me arrinconó contra la pared ni bien llegamos y tuve que hacer uso de toda mi fuerza de voluntad para alejarlo por un momento.

Respiro hondo, enciendo la radio desde lejos con el control y pongo You can leave your hat on. Por suerte preparé todo igual que la escena de la película. Aprovecho la confusión de Kevin para correr hacia el biombo y esconderme detrás. Espero que se vea mi sombra. Creo que sí, porque apaga la televisión al instante y escucho una risita nerviosa.

Decido dejarme llevar por el ritmo de la música y vi tantas veces el video de la canción que ya me sé los movimientos de memoria. Lo gracioso es que estoy muriendo de calor, me puse prendas de más con el fin de tardar un poco y hacerlo más emocionante, así que con cada cosa que me voy sacando suspiro de alivio.

Cuando quedo solamente en un sexy camisón, agarro la crema que por suerte preparé esta tarde y salgo de detrás del biombo. Comienzo a hacer una especie de baile erótico, amagando con sacarme la última prenda, pero sin hacerlo. Chupando mis dedos llenos de crema, haciendo que caiga "sin querer" en algunas zonas de mi piel que sé que a él le encanta besar.

La cara de mi acompañante es de absoluto asombro y hasta puedo notar que no cierra la boca hace rato a causa de su estupor. En un momento se levanta y trata de desnudarme, pero me río y le doy un empujoncito para que vuelva a la cama.

La canción todavía no terminó, pero voy sacándome de a poco el camisón hasta tirarlo en el suelo. Kevin arquea las cejas al ver lo que traigo puesto, pero corto un pedacito del chocolate del corpiño, lo unto con crema y se lo doy para que pruebe. Abre los ojos a más no poder cuando se da cuenta de que es chocolate.

Me subo sobre él y deposito un beso en sus labios. Envuelve mi nuca con sus manos para que no logre escapar cuando intensifica el beso. Me hace sentir miles de mariposas revoloteando en el estómago.

Suspiro al sentir sus besos en mi cuello, dirigiéndose al chocolate. Le da breves mordiscos a la ropa interior hasta que llega a tocar la piel de mis pechos y saborea cada centímetro, haciéndome soltar gemidos imperceptibles.

—Esto es tan rico, Oli —murmura acercándose a mis labios y besándome apasionadamente. Siento el sabor del chocolate en sus labios y hace la situación aún más excitante.

Prosigue con su trabajo comiendo, hasta que me da vuelta y se posiciona sobre mí para luego bajar por mi estómago dando pequeños besos y mordiscos que me hacen estremecer. Agarra la poca crema que quedó y la coloca por todo mi cuerpo para limpiarla con su lengua. Siento mi piel arder, estoy absolutamente entregada.

Abre mis piernas y saca uno por uno los confites de chocolate y caramelo del que está hecho mi bombacha.

—Mmm... —intenta decir algo, pero no le entiendo hasta que siento sus labios sobre mi zona más sensible.

Todavía le falta sacar un poco más de dulces, pero ya estoy a la expectativa de lo que va a hacer a continuación. En cuanto vuelvo a sentir su boca, lo detengo ahogando un gemido. Me mira con confusión, pero solo sonrío.

—Esto es mi regalo de cumpleaños y San Valentín para vos —comento incorporándome y haciendo que él se siente.

Me siento a horcajadas y le deposito pequeños besos en su mandíbula, cuello y pecho, cada vez bajando más. Agradezco que no tenga camiseta puesta, porque así puedo disfrutar de esta tabla sin perder un segundo. Comienzo a desabrocharle los botones de su pantalón y se los saco en un rápido movimiento. Arqueo las cejas al notar que no trae calzoncillos y él suelta una risita.

—Y como es mi regalo, vos sos el que tiene que ser complacido —agrego antes de ponerme de rodillas. Él sigue con esa expresión cargada de incredulidad.

Llevo su erección a mi boca. Él suelta un jadeo seguido por una respiración entrecortada y varios gemidos de placer mezclados con mi nombre. Permanece con los ojos cerrados, acariciando mi pelo y moviendo inconscientemente sus caderas con lentitud.

Comienzo a mover mi mano lentamente, acompasado con el ritmo de mi lengua. Él abre los ojos y me mira con deseo, con expresión hambrienta y cargada de pasión. Intenta moverse para alejarse, pero no se lo permito y él cae rendido cuando siente mi boca de nuevo. Es cuestión de minutos para que termine y apuro mis movimientos para que ese tiempo se acelere. En un minuto lo veo retorcerse, suelta una respiración bastante fuerte y trago sin pensar todo el contenido que dejó en mi boca.

—Ah, uf... —dice arrastrando las palabras intentando reponerse. No le doy tiempo, termino de sacarme la bombacha para quitar algunos confites que quedaron, me subo sobre él y siento que llena mi interior—. Oli, por Dios, me vas a matar —expresa tomándome de las caderas. Suelto una risita seguida por varios gemidos.

Hace tiempo que no lo hacíamos en esta posición y debo decir que me siento bien. Pensar que al principio no duraba ni un minuto moviéndome y ahora ni siquiera estoy cansada.

Kevin acaricia mis pechos con suavidad y se incorpora un poco para llevarlos a su boca. No puedo evitar suspirar y comienzo a moverme más rápido, presa de la sensación formándose en mi zona baja. Él termina de sentarse y me aferro a sus hombros para darme mayor impulso, sin parar digo su nombre entre gemidos, sobre sus labios. Me besa apasionadamente y su lengua se roza con la mía, provocándome un mar de sensaciones en cada centímetro de mi cuerpo. Su boca recorre mi cuello mientras sus manos se posan en mis glúteos y los aprieta con fuerza, pero sin lastimarme.

—Oli... —susurra con tono suplicante. Sé que está esperando que termine yo primero para que él pueda soltarse, así que solo sigo moviéndome.

Rasguño su espalda cuando el orgasmo se apodera de todos mis sentidos, siento sus labios sobre los míos en ese mismo instante y apenas noto cuando me da vuelta y se pone sobre mí. Posiciona mis piernas sobre sus hombros y embiste con una potencia impresionante, haciendo que me retuerza debajo de él y apriete las sábanas para intentar controlarme. De un segundo al otro se detiene y cae sobre mí, avisándome que llegó nuevamente. Yo no puedo evitar pensar en que ya no me cuido más y en que el bebé está próximo a llegar.

Mientras él ronca como el mejor bello durmiente a mi lado, no dejo de pensar en cómo nos descargamos esta noche. Más de tres horas sin parar, estoy que no doy más. Por algo Kevin está durmiendo profundamente. Y cómo no, hace bastante que no lo hacíamos y creo que descargamos todo lo que sentimos en esta semana. Desde enojo, desesperación, hasta miedo de perdernos. No es mala idea dejar cierto tiempo sin sexo si como resultado final pasa esto.

Doy media vuelta por quinta vez y un murmullo proveniente de mi acompañante llama mi atención. Me está hablando, pero no sé si despierto o dormido.

—Oli —me llama. Me acerco a él para escucharlo mejor—. Me encanta cuando sos así de sexy, estas cosas que hacés. Esto que hiciste hoy no me lo esperaba para nada.

—Bueno, amor, era sorpresa —contesto con una sonrisa torcida—. ¿Estás despierto o hablas dormido?

—Estoy despierto y dormido a la vez —responde bostezando. Suelto una risita divertida y su mano se dirige a mi cintura para acariciarme con suavidad—. Tuve un sueño en el que me pedías que te pusiera en cuatro y...

—Ah, no —lo interrumpo—. No doy más, me agoté. ¿Vos querés más? —cuestiono atónita. ¿De dónde saca la fuerza?

—Siempre quiero más. —Se acerca a mí para que sienta que ya está excitado de nuevo y muerdo mi labio inferior. Me remuevo hasta ponerme boca abajo y negar con la cabeza.

—Mañana cuando despertamos seguimos, en serio no doy más.

Él suspira y termina aceptando la propuesta. Me envuelve entre sus brazos y nos quedamos en silencio, abrazados y enamorados.

—¿Cómo te despertaste tan rápido? —le pregunto al notar que no se volvió a dormir.

—Ese sueño me despertó y tuve que intentarlo. —Se ríe—. Fue muy lúcido, hasta pensé que pasó en serio.

—Suele pasar...

—¿Dónde conseguiste esa ropa? —interroga—. ¿Te la hizo mi papá?

—¡No! Me muero de vergüenza si tu padre descubre que hacemos esto, él es muy liberal, pero me avergüenza demasiado cuando habla de sexo con nosotros —replico de inmediato y pasando un dedo por sus abdominales—. Fui a una sex-shop.

—¿¡Que hiciste qué!? —pregunta sobresaltado—. ¿Y sin mí?

—¿Para qué querrías ir a uno de esos locales conmigo? —interrogo. Chasquea la lengua.

—Te compraría absolutamente de todo. Disfraces, lencería, juguetes, lubricantes, uff, un disfraz de diablita... —murmura con tono divertido y seductor—. ¿Fuiste sola?

—Fui con Romina —expreso avergonzada. Él estalla en carcajadas y le doy un suave golpe en el pecho—. ¡Qué malo que sos!

—Conociendo a la colorada me imagino que te habrá dado instrucciones de uso de cada cosa y vos te habrás querido escapar varias veces —contesta entre risas. No puedo evitar seguirlo.

—Sí, es cierto. Un papelón... Pero bueno, el striptease fue un gran paso para sacarme la vergüenza.

—Te juro que me encantó. Hacelo todos los días, por favor.

—Quiero que me hagas uno vos —confieso sonriendo. Él hace un sonido afirmativo.

—Lo voy a hacer, te lo prometo. —Me da un beso en la coronilla y suspira—. Fue el mejor regalo del mundo hasta ahora.

Decido no preguntarle cuál sería su mejor regalo de la vida porque ya sé la respuesta. Supongo que para el casamiento ya va a estar ese regalo, si todo lo que hicimos hoy funcionó o lo que hagamos el catorce... En un mes ya estaría embarazada.

Creo que voy a empezar a obsesionarme con ese tema y mejor no ilusionarme, puede ser que tarde. Además, dicen que cuanto más rápido una mujer quiere quedar, menos se cumple, así que mejor tomarme las cosas con calma.

—¿En qué pensás? —me pregunta al notar mi silencio. Me aclaro la voz.

—En nada, la verdad. Solo en que te amo.

Su pecho vibra a causa de una risita y me acaricia.

—Yo también te amo, mi aceituna caliente. Y bueno, ahora sí deberíamos dormir o mañana, es decir hoy, nos vamos a levantar con unas ojeras horrorosas.

—Tenés razón, además no doy más del sueño. Lo malo es que no logro dormirme y no sé porqué —replico. Él hace un sonido pensativo.

—Yo creo que es porque te quedaste con ganas de más —susurra en mi oído, provocándome escalofríos.

—Puede ser —termino admitiendo.

¿Qué más da? Un round más no le hace daño a nadie y, la verdad, quiero aprovechar mi energía y mis ganas el mayor tiempo posible ahora que puedo.

Continue Reading

You'll Also Like

253K 15.7K 43
La vida de Erick y Anastasia da un giro radical con la muerte de Anthony Russo, sus planes para formar una vida feliz cada vez se ven más lejanos y d...
1M 47.1K 47
"-¿Y si te robo un beso?- susurró él con voz ronca con los labios muy cerca de mi boca. -No...- fue lo único que pude decir antes de que él estampara...
5.5K 228 4
El solo quería conocer a la chica de ojos tristes que estaba a punto de suicidarse.
99.9K 10.7K 53
Su destino fue escrito como una tragedia. Mab nunca tuvo una vida fácil, en especial cuando su padre la nombró heredera y futura reina de la Corte de...