Rivals AU | Thiam {Español}

By mariasyko

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Versión en español de Rivals AU, escrita por Mskristinamay en Archive of Our Own. More

Rivals AU
01. Flashbacks y situaciones pegajosas
02. Los climas del infierno
03. Aguafiestas
04. Dos agujas y un apodo
05. Un viaje en el carril Lobito
06. SALVADO o PERDIDO
07. Medicamentos olvidados, amistades rotas y una fiesta
08. El clóset de Gabe y un viaje a Emergencias
09. Quebrado
10. La luna y la verdad
Intermedio
11. Bienvenido de vuelta
12. Lo mejor de ambos mundos
13. De vuelta a la realidad
14. Distracciones, citas de almuerzo y un meñique
16. Avanzando
17. Una Nueva Perspectiva
18. Hunter's
19. Promesas
20. Terreno Familiar
21. Trifecta
22. Besé a un chico
23. Enviado del cielo
24. Nuevos comienzos
25. ¿Puedes sentirlo?
26. Cosas extrañadas
27. Conociendo a los padres
28. Gracias
29. Desaparecido en un instante
30. Abrochense los cinturones
Nota Final

15. Cabeza abajo, meñique arriba

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By mariasyko

   Solo mantén tu cabeza abajo.

  Ese era su plan para el día. Solo mantén tu cabeza abajo, ignora las miradas y los susurros. Liam se fue de la casa temprano para escapar las miradas con simpatía que él sabía que sus padres le hubieran dado si se hubiera quedado para el desayuno y para escapar la hora del día más ocupada en los pasillos. Él también tenía mucha energía que sacar por dormir tanto, así que decidió irse súper temprano para hacer una pequeña práctica para reponer por las dos prácticas de equipo que se había perdido. Caminó los pocos kilómetros que separaban el colegio de su casa, aceptando el simple silencio del todavía durmiente mundo alrededor de él, disfrutando la calma antes de la tormenta que eran los quisquillosos y chismosos chicos de secundaria.

  Tan pronto a como sus pies tocaron el campo, se colocó los audífonos y rápidamente se puso a trabajar, tirando pelota sobre pelota en la malla, dejando que el constante ritmo de recoger y lanzar pelotas de lacrosse calmara su cuerpo lleno de ansiedad. Sudor había empezado a formarse en su piel incluso en el aire de temprano en la mañana, pero no pudo escapar el escalofrío que subió por su columna vertebral que no fue causado por el frío. Su piel cosquilleaba y los cabellos se levantaron en la parte trasera de su cuello, alguien lo estaba mirando… Observándolo. Se rehusó a voltearse y ver quién era, probablemente solo uno de los profesores haciendo una observación para asegurarse de que no fuera un riesgo. Con una profunda inhalación, removió la tensión de su cuerpo y continuó con su práctica, esperando que quién fuera se iría pronto.

  Cuando el sol salió, seguido por más y más autos entrando al parqueo, Liam decidió que era hora de dirigirse al vestuario para ducharse rápidamente e irse a su primera clase. Él fue el primer estudiante en el callado salón de clases de Biología, deslizándose en su asiento sin ningún ruido y silenciosamente sacando su libro y sus lápices.

  —Es bueno verlo, señor Dunbar —sonó la voz de la señora Finch mientras entraba y empezaba a escribir en la pizarra.

  Liam pensaba responder, pero se murió en su garganta cuando los primeros compañeros entraron al salón, haciendo una pausa cuando lo vieron, con ojos como platos, antes de moverse a sus asientos alrededor de él, sin molestarse en ocultar sus miradas. Él suspiró, y así empezó. «Solo mantén tu cabeza abajo»se repitió a sí mismo.

  Mason se dejó caer a su lado con una sonrisa fácil y un asentimiento, el cual él regresó. El asentimiento, no la sonrisa.

  —¿Todo bien? —preguntó el chico a su lado.

  —Sí, solo llevándolo día por día por ahora —murmuró, manteniendo su voz callada para no atraer más atención no querida. Mason sacudió su cabeza de arriba hacia abajo.

  —Buen plan, buen plan. Déjame saber si necesitas algo, ¿sí? —Liam mantuvo su cabeza agachada, pero la sacudió una vez en afirmación.

  La campana sonó, señalando el comienzo de la clase y él tomó una respiración profunda. Solo siete horas más entre él y la libertad.

  Sus primeras clases fueron de la misma forma, miradas embobadas y susurros antes de la campana y solo miradas después. Su rodilla había empezado a rebotar bajo todos los diferentes escritorios, su cuerpo hormigueando bajo toda la no tan sutil atención. Sus profesores no eran nada mejores tampoco, usualmente lo llamaban al menos una vez por clase, pero lo estaban evitando ese día. Lo más probable era que estaban asustados de accidentalmente detonarlo o ponerlo lo suficientemente incómodo como para hacerlo estallar. Él lo ignoró lo mejor que pudo, trató de enfocarse en repasar diferentes jugadas y escenarios de lacrosse en su cabeza para hacer que el tiempo pasara más rápido.

  Los pasillos eran lo peor. Para la última clase antes de almuerzo, se había corrido la voz de que estaba de vuelta y entonces todos los estudiantes estaban esperando a echarle un vistazo, esperando a ver el «fenómeno» que enloqueció y le dio una paliza a Gabe y luego desapareció por días.

  Solo mantén tu cabeza abajo.

  Se puso los audífonos bruscamente y mantuvo sus ojos en el piso, moviéndose a través de los cuerpos en el lleno pasillo. No parecía ser muy difícil pasar, porque las personas se apartaban cuando lo veían venir, dándole todo el espacio que necesitaba para llegar a su siguiente clase. Tuvo que subirle el volumen a su música dos veces solo para evitar las duras palabras de sus compañeros.

  —¿Crees que tiene algún tipo de psicosis?

  —¿Viste la forma en que sus ojos se nublaron antes de que perdiera la cabeza? Viejo, eso dio miedo.

  —¿Crees que me enseñará a pelear?

  Liam solo siguió caminando. Mantuvo su cabeza agachada y siguió caminando hasta que finalmente llegó a su última clase y se hundió en su asiento. Desafortunadamente para Liam, esa clase pareció volar, propulsándolo hacia el inevitable y más que incómodo almuerzo que iba a tener que soportar. Nolan lo había puesto al tanto de todo lo que se requería de los dos equipos cuando había ido a su casa la noche previa, y decir que Liam estaba mal del estómago al respecto era la atenuación del año.

  La campana sonó ruidosamente, haciendo eco en su cerebro y enviándolo a su inminente y enervante encuentro. Como lo prometido, Nolan lo encontró a la mitad del camino hacia la grande cafetería, donde ambos caminaron la tabla al prometedor desastre que sin duda sería su hora de almuerzo. Liam caminó ciegamente detrás de Nolan mientras el chico se decidía entre todas las mesas, eligiendo las que estaban a la izquierda y alejadas de los demás, probablemente para darle a Liam un descanso de estar rodeado de idiotas. Liam estaba agradecido de su amigo en ese momento.

  Se sentaron cautelosamente, tirando sus cafés bolsas de papel en la mesa en frente de ellos, y vieron cómo el salón rápidamente empezó a llenarse, jugadores de fútbol americano y jugadores de lacrosse estratégicamente llenando las mesas alrededor de ellos y dejando espacios para ser ocupados. Liam se colocó un audífono, esperando ahogar el zumbido del cuerpo estudiantil alrededor de él que había notado las extrañas elecciones de asientos de los dos equipos enemigos.

  —Están aquí —le susurro Nolan, y él no pudo evitar tensarse. Ese era honestamente el momento que había estado temiendo más que cualquier otra cosa.

  —No te preocupes, yo me encargo —terminó, y luego apretó su hombro. Corey apareció a su lado antes de que los otros asientos fueran llenados, y él estaba agradecido de estar encerrado por amigos. Pero luego su mesa estaba llena. No se atrevió a mirar a ninguno de ellos, él prefirió esperar que, si no hacía ningún movimiento repentino, ellos solo olvidarían que él estaba ahí totalmente. Pero luego Corey abrió su boca en el verdadero estilo del feliz Corey, sin importarle la tensión que estaba habitando la mesa en la que estaban sentados.

  —Entonces… ¿Cómo estuvo la mañana de todos? —Liam rompió su mirada del sándwich y el banano que descansaban en la mesa delante de él, rápidamente volteandose para ver al chico en su izquierda con una expresión exasperada en su cara.

  —Solo genial —uno de los chicos de fútbol respondió bruscamente, pero, de nuevo, él no se atrevió a ver quién habló.

—Parece que alguien olvidó sacar el palo de su trasero cuando se despertó esta mañana —murmuró Corey. Él casi sonrió, las esquinas de sus labios empezando a levantarse, pero luego otra voz habló, y las palabras hicieron que su cabeza volara hacia arriba.

  —Tú sabrías, ¿o no? —dijo Donovan burlonamente. Los ojos de Liam quemaron en el arrogante idiota al frente de él, sintiendo el familiar calor propagándose a través de él, incluso a través de la calmada cobija que sus medicamentos colgaron sobre él. Molestar e insultar era normal para ellos, pero eso… eso fue muy lejos. Él apretó su mandíbula y sus dientes para evitar decir algo, lo cual aparentemente no fue necesario cuando Corey habló de nuevo, en la misma voz jovial que siempre tenía.

  —No lo haría, de hecho, ya que soy un activo, pero gracias por preguntar —él se calmó marginalmente por la atrevida respuesta, y en cualquier otra situación probablemente se hubiera atragantado con su propia saliva o sonrojado al pensar en lo que el comentario significaba, pero en ese momento estaba muy ocupado viendo al idiota, ojos quemando en el jugador, brevemente moviéndose hacia la cara de Gabe, procesando el daño que había hecho, y luego frotando sus dedos sobre sus nudillos todavía sanando bajo la mesa antes de regresar sus ojos hacia los otros idiotas.

  —De acuerdo, vamos todos a entender esto ahora mismo —la voz de Theo ardía y él no pudo evitar lentamente arrastrar sus ojos hacia el chico que atormentó su existencia por los últimos cuatro días… sin pensar en los tres años.

  —Vamos a hacer esto. Vamos a actuar agradablemente y sobrevivir esta semana para que todos podamos jugar en los juegos del viernes, darle una paliza a Devenford y conseguir universidades para que podamos salir de este maldito lugar —hormigueos corrieron por su columna vertebral, reconociendo el tono oscuro que la voz de Theo había tomado, casi como si él también estuviera siendo atormentado por algo—. Si alguien no está dispuesto a hacer eso, por favor levántese y salga de aquí antes de que lo arruine para el resto de nosotros.

  Vió como los amenazantes ojos de Theo miraron ferozmente a sus compañeros antes de moverse para encontrar los suyos, manteniéndolo cautivo, esperando a que reaccionara de alguna forma. Él se puso la vacía expresión neutral de vuelta en su cara antes de mover su cabeza de arriba a abajo unas pocas veces en su aprobación de las palabras y luego fue a colocarse de nuevo el audífono que se había caído en algún momento. La cafetería había retomado las conversaciones de nuevo después de la cargada pausa cuando vieron los dos equipos sentarse juntos incómodamente, preguntándose qué diablos estaba pasando, pero siguiendo la corriente cuando pareció que era algo que definitivamente estaba pasando.

  Nolan agarró el audífono desocupado y se lo puso, calladamente riéndose por su elección de música. Buenas vibras era lo que necesitaba en ese momento y Marky Mark estaba predicando.

  Las conversaciones alrededor de ellos regresaron y Liam y Nolan picotearon su comida, intercambiando banano por manzana, cabezas ligeramente moviéndose al ritmo. Un par de canciones se habían terminado volando y él estaba entonces picoteando la astillada mesa, perdiéndose en el proyecto y asustandose cuando el agudo sonido de la campana cortó el espacio a su alrededor.

  Fueron los últimos en levantarse al estar más lejos de las puertas y, para cuando se habían levantado, todo el mundo había ya había corrido hacia los pasillos, listos para volver a sus días.

  De alguna forma, en el camino hacia afuera, él terminó caminando al lado de Theo porque Mason se había aparecido para acompañar a su novio y Gabe y Nolan parecían estar muy ocupados mirándose con odio. Bueno, Nolan estaba mirándolo con odio y Gabe se parecía a un cachorro pateado. Él estaba riéndose internamente, porque «que se joda ese tipo». Cuando las puertas aparecieron en la vista, se preparó para ser asaltado por las miradas y los susurros de nuevo, ya que ya no estaba ocultado en un rincón con grandes jugadores de fútbol americano bloqueandolo de la vista.

  ——¿En dónde estabas? —preguntó Theo calladamente, sacándolo de sus pensamientos. Él miró hacia arriba brevemente antes de volver a mirar abajo hacia el piso, donde se había acostumbrado a mirar toda la mañana.  

  Quería decir tantas cosas diferentes, pero las únicas palabras que terminaron saliendo fueron:

  —La cabina de mi papá —Corey y Mason se detuvieron en frente de ellos, dándose un beso rápido antes de separarse e ir en direcciones opuestas. Nolan había empezado a alejarse cuando Gabe dio un paso para seguirlo.

  —Gabriel, que dios me ayude si me sigues ahora mismo —dijo Nolan, y Liam honestamente estaba tan orgulloso de su tono, sabiendo que su amigo usualmente era incapaz de ser grosero. Él observó felizmente cómo el grande imbécil caminó pesadamente hacia la otra dirección, quejándose para sí mismo y aterrorizando a las personas que estaban en su camino.

  Theo se volteó de vuelta para estudiar a Liam, quien todavía estaba de pie a su lado.

  —¿Estás bien?

  Liam levantó sus ojos y abrió su boca para decir algo, pero la cerró y se encogió de hombros en su vez. ¿Cómo se suponía que iba a responder eso? Y luego unas de las amigas de Hayden caminaron hacia ellos y él contuvo su aliento, sabiendo que al menos una de ellas iba a decir algo..

  —Escuché que lo arrestaron.   

  —No, no. Juro que alguien me dijo que fue condenado.   

  —Fue un poco caliente. Me pregunto si él y Theo alguna vez lo harían… Dios, ¿te imaginas?

  Él dejó caer su cabeza y mordió su labio para esconder el vergonzoso sonrojo que había subido por su cuello y hacia su rostro.

  —Liam —susurró Theo, y él levantó su cabeza, mirándolo a través de ojos cristalinos, lágrimas amenazando con desbordarse. Él tenía que irse en ese mismo momento antes de que llorara en frente del chico que se había convertido en el enemigo. Tenía que recordar que ese era Theo, no el amigo de su infancia. Era el que amaba irritarlo y provocarlo.  

  —Tengo que ir a clase —dijo apresuradamente, y luego rápidamente siguió su camino por el pasillo, feliz de que todos todavía retrocedían para dejarlo pasar, eso era un lado positivo de todo eso… Cuando las personas te tienen miedo, generalmente te dejan solo.

**********

  —Hemos ganado una audiencia —dijo Nolan con fuerza después de que Liam lo ayudó a levantarse del suelo. Su sonrisa se cayó mientras sus ojos buscaban dichos espectadores, aterrizando en Gabe y Theo un poco escondidos por las graderías.

  —Los veremos ahí —llamó Nolan desdeñosamente, empezando a recoger las dispersadas pelotas de lacrosse alrededor de ellos. Ambos habían estado bastante molestos cuando el entrenador sobre la agregada reconciliación de equipos a su horario, pero lo superó porque significaba que le daba a Liam más tiempo para practicar.

  Rápidamente recogieron el equipo a su alrededor y tomaron apresuradas duchas antes de subir al auto del entrenador para ser llevados a la cafetería.

  —¿Cómo estuvieron los cabeza hueca hoy? —preguntó el entrenador, a lo cual Liam solo se volteó a verlo y Nolan levantó una ceja desde el asiento trasero—. ¿Así de bueno, ah?

  —¿Y qué sobre los dos fastidiosos de los que ustedes dos parecen no poder alejarse? —Liam tosió y Nolan se atragantó.

  —¿Qué sobre ellos? —gruñó Liam, no siendo capaz de mantener el filo fuera de su voz.

  —Ooh, delicado, delicado. Solo quería saber si se estaban comportando…

  —Bueno, uno parece no poder mantener su pene para él mismo —murmuró Nolan.

  —¡Habla más fuerte, Holloway!

  —Dijo que sí —Liam se volteó para mirar ferozmente a Nolan—. Pero igual de exasperantes que siempre.

  —Bien. Ahora vayan y vendan algunos productos demasiado horneados —Liam y Nolan salieron del auto y caminaron hacia las puertas.

  —¿Estás bien? —le preguntó a su amigo, viendo la expresión de dolor pasar por su rostro antes de se fuera y fuera reemplazada por ira pura.

  —Bien —fue todo lo que obtuvo de respuesta y luego entraron a la cafetería e hicieron su camino hacia la mesa en la que Theo y Gabe ya estaban sentados.

  Él debatió ida y vuelta sobre sentarse o no al lado de Theo, pero, entre más se acercaba, más lo llamaba la vacía silla, incluso aunque había renovado sus sentimientos de Theo siendo el enemigo más temprano en el colegio. Algo sobre la vieja cafetería lo hacía sentirse relajado y recordativo. Ese era, después de todo, su lugar de batidos.

  Un minuto todo está bien; bueno, no bien porque ninguno le había dicho una palabra al otro, pero tan bien como podía estar entre todos ellos considerando todo lo que habían pasado… Y luego el otro estaba tan lejos de bien que uno incluso podría decir que el mundo había empezado a girar en la dirección opuesta.

  —¡Taryn! ¡¿Qué dije sobre deambular sin decirme?! —la niña que estaba de pie delante de ellos hizo que Liam contuviera su respiración mientras esperaba cualquier forma de movimiento del chico a su lado. Cuando la madre dijo su nombre, sus ojos se pusieron como platos y volaron hacia Theo, notando que él de hecho no se estaba moviendo para nada. Ni siquiera su pecho se estaba expandiendo por respirar. Él reaccionó antes de siquiera pensarlo, envolviendo su meñique alrededor del apretado de Theo en su muslo.

  Cuando notó que aire empezaba a pasar a través de los pulmones del chico de nuevo, apretó con seguridad y empujó su pierna para que descansara contra la fuerte y vestida en jeans de Theo. Los torturados ojos de Theo se volvieron hacia él y su corazón, lo que quedaba de él, se rompió. Había olvidado cómo lucían, sin haberlos visto desde una pesadilla particularmente mala cerca de un año antes del incidente con su papá que había terminado su amistad.

  «No es ella, T. No lo es. Respira. No es ella»dijo en su cabeza, esperando que sus ojos transportaran el mensaje. Theo le dio a su dedo un fuerte apretón y luego estaba arriba y casi corriendo fuera de la cafetería. Nolan me dio a la niña la última de las galletas y colocó su dólar en la caja de efectivo antes de voltearse y darle una mirada inquisitiva.

  El segundo en que la niña y su madre estaban lo suficientemente lejos como para no escuchar, él rompió el silencio.

  —Gabe lleva a Theo a casa, y no a su casa —ordenó.

  Gabe se burló y le hizo una mala cara.

  —¿Y debería escucharte por qué?

  —Solo. Házlo. —dijo bruscamente, mirando hacia afuera de las ventanas para ver a Theo recostado contra su camioneta—. Ahora.

  —Sí, ¿y que ustedes digan que nos fuimos temprano? No, gracias —disparó de regreso Gabe, acomodándose más profundamente en su silla.

  Liam cerró sus ojos, rezando por la fuerza de no darle una paliza de nuevo… Eso o no correr hacia Theo y envolverlo en sus brazos como solía hacerlo cuando se despertaba con los sonidos de él llorando.

  —Gabe… por favor —pidió, empezando a sonar desesperado.

  Gabe abrió su boca, probablemente para rechazarlo de nuevo, cuando Nolan intervino, y Liam nunca había estado tan agradecido por el chico en su vida.

  —Te hablaré.

  Los ojos de Gabe se pusieron como platos.

  —¿Qué?

  —Escucharé lo que tengas que decir —reiteró.

  —¿Solo nosotros dos? —preguntó Gabe con incredulidad, y Nolan asintió. A Liam le iba a dar una lesión cervical por voltear su cabeza tan rápido para mantenerse al tanto.

  —Solo nosotros, pero solo si haces lo que Liam pide en este momento —dijo Nolan, viéndolo expectante.

  Los ojos de Gabe se movieron bruscamente hacia él, ansiosamente esperando sus órdenes.

  —Llévalo a casa, no lo dejes conducir, distraelo y, sin importar qué hagas… No salgas con el tema de su familia, déjalo ir a casa o déjalo dormir en un cuarto solo —Gabe lo miró extrañamente, arrugando su cara por la rara solicitud.

  —No me preguntes cómo o por qué, por favor confía en mí por esta vez —rogó y luego volvió a mirar fuera de las ventanas, encontrando a Theo en la misma posición tensa.

  Nolan habló entonces, pero él continuó mirando a Theo en caso de que algo peor pasara.

  —Ve, Gabe, te enviaré un mensaje más tarde —Gabe se fue tan rápido como Theo, y el corazón de Liam se apretó cuando vio al otro chico reconfortar a Theo, celos serpenteando su camino a través de su pobre abusado sistema nervioso.

  —¿Finalmente me vas a decir que pasó entre ustedes dos? —preguntó Nolan calladamente a su lado. Liam siguió la camioneta mientras salía del parqueo y luego lentamente deslizó sus ojos hacia su amigo, mirando en los fríos azules que eran tan similares a los suyos, encontrandolos arremolinando con muchas emociones diferentes. Él asintió, le debía a Nolan por lo menos eso después de a lo que acababa de renunciar por Liam.

  Así que, mientras esperaban afuera de la cafetería a que la mamá de Nolan llegara y los recogiera, él le dijo todo a su amigo. Todo desde trampolines hasta batidos, desde lobos de vidrio hasta lobitos, hasta lunas desapareciendo, pesadillas recurrentes y besos en techos. Para cuando terminó estaba temblando. Él le echaba la culpa al aire que se estaba enfriando y su falta de chaqueta, pero ambos, él y Nolan, sabían que no era eso. Nolan le dio unas cuantas palabras, pero él podía ver que el chico estaba silenciosamente procesando todo, uniendo todo y empezando a entender la fuerza que era Liam y Theo.

  Fue dejado en su casa y se despidió calladamente de Nolan y su dulce madre, Theresa, antes de subir las escaleras hacia su cuarto y cerrar su puerta, encerrándose a sí mismo y dándose tiempo para finalmente relajarse. Estaba listo para tirarse en su cama cuando vio la camiseta marrón descansando cuidadosamente doblado en el pie del colchón. La que tenía un grande «9» blanco en la espalda, directamente bajo grandes letras blancas que leían «Raeken». La que se suponía que tenía que vestir todo el día siguiente y a la presentación de equipos después del colegio. Él trazó sus dedos sobre las letras y dejó que el día se borrara de él mientras la promesa del mañana llenaba su mente en su vez.

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