Tu toque de Color

By Sunakyo

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"Todos necesitamos un toque de color en nuestras vidas..." Ravi Pero en la de Wonsik no había ninguno... y le... More

1. Ravi
2. Gafas rojas
3. Inalcanzable
4. Aventura de colores
5. Condiciones
6. Él
7. Aburrido
8. Inspiración
9. Real
10.Seongnam
11.Preguntas
12. Nuevo vecino
13.Nada
14. Regalo
15. Olvidado
16. Magia
17. Feliz Navidad
18. Confuso
19. Duérmete (Parte 1)
20. Duérmete (Parte 2)
21. Siempre
22. Punto final
23. Proporción
24. Anonadado
25. Peculiar
26. Indescriptible
27. Sueño
28. Fases
29. Dulce
30. Planes
32. Adrenalina
33. Nota
34. Agridulce
35. Domingo
36. Viaje
37. Sueño
38. Infierno
39. Pelota
40. Motivos
41. Explicación
42. Curiosidad
43. Voz alta
44. Bolígrafo
45. Caminos
46. Tiempo
47. Fuerza mayor
48. Valor (Parte 1)
49. Valor (Parte 2)
Epílogo: Toque de color
Viaje express
Tulipanes
Eterna
🐹¡Apoyemos a Leo!🐹

31. Locura

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By Sunakyo

Lo tenía claro, muy claro, mucho más que cuando decidió que el periodismo era su pasión, y aunque en esos momentos le estaban ofreciendo subir en lo que era su sueño, sentía que habían cosas más importantes. Y es que el crecer en un ambiente donde un trabajo es más importante que las personas a tú alrededor, te podía crear dos personalidades muy distintas: o seguías con sus mismos pensamientos o, la que Taekwoon consideraba correcta, anteponer a la persona que quería a su futuro.

Por mucho tiempo que su jefa le había dado para tomar una decisión, sabía por lo que optar, que nunca iba a permitir que atraparan a Wonsik, y menos si era por una ley absurda y sin sentido. Le daba igual que peligrara su puesto de trabajo, o que no le permitieran volver a entrar en el sector, en esos momentos solo pensaba en ver a su novio y recalcarle que su boca permanecería callada.

Cada vez estaba más acostumbrado a esas largas escaleras que lo conducían a su casa, aunque siempre terminaba con la respiración agitada, pero ese día le daba igual. No le importaba en absoluto haber mentido en el trabajo, diciendo que cubriría la noticia del concurso de pasteles de fin de año que se celebraba en Hondae, solo para pasar un día más con su pelirrojo. Picó a su puerta, escuchando el ladrido familiar del pequeño Buttie, y en pocos segundos ya tenía esa preciada sonrisa delante de él.

- ¿Qué te trae por aquí, gatito? ¿No deberías estar trabajando?

No le había dicho nada porque había decidido ir a su casa en el último momento, y sabía que lo encontraría allí, pasando su día a día, vestido como a él tanto le gustaba. Wonsik llevaba pantalones rojos cortos de deporte, lo suficientemente bajos como para que se le viera la ropa interior, hoy negra. Y como siempre, a pesar del frío, lo único que cubría su torso eran sus preciosos tatuajes, Taekwoon observó que tenía también algunas gotas de colores. Sabía lo que estaba haciendo, y lo confirmó en cuando vio que en su mano izquierda tenía un pincel manchado de azul.

- Debería, sí. – Entró mientras se quitaba la chaqueta. – Pero me apetece más estar contigo.

Por supuesto dijo eso completamente rojo, pero eran frases que desde que estaba en serio con él, salían solas. Igual que el lanzarse a sus labios como si no los hubiera probado en años, sin importarle lo más mínimo que se le ensuciara la sencilla camisa blanca, porque todos esos detalles eran lo que hacían su nueva vida de enamorado única. Por eso nunca la dejaría escapar, no perdería ningún momento con Wonsik, por un instante tuvo miedo y lo apretó como si de ese modo lo pegara a su piel, igual que el ángel dibujado en su costado.

- Nunca diré una sola palabra. – Susurró cerrando los ojos y enganchándose a su cuello.

- Lo sé. – Notó un beso sobre su cabeza. Se imaginó que Hyuk le había comentado la situación, obviamente su mejor amigo también estaba preocupado por él.

- No permitiré que te hagan nada. – Y volvió a hundir la cara en su pecho, sintiendo los rápidos latidos de su corazón, guardándose las ganas de llorar.

- No me cabe la menor duda, gatito. – Los brazos fuertes de su novio lo apretaron, calmándolo, dándole esa seguridad que no tenía.

Ninguno de los dos contó el tiempo que estuvieron en la misma posición, regalándose en silencio lo que sentían el uno por el otro, y Taekwoon intentando que no saliera ni una sola lágrima de sus ojos para no parecer débil, aunque le era muy difícil, pues el hecho de imaginar perderlo ya lo asustaba.

Asintió en cuanto Wonsik le preguntó si quería ver su nueva pintura, y después de derretirse con la sonrisa que le dedicó, lo siguió hasta aquella habitación al final de las escaleras, en ningún momento soltaron sus manos entrelazadas. A Taekwoon le gustaba el olor del acrílico que había, al ser una sala sin ventanas era mucho más concentrado, y mezclado con la cantidad de color, podía decir que esas cuatro paredes eran un lugar único.

- En realidad quería enseñártelo cuando estuviera terminado, pero soy un impaciente.

No tenía ni idea de lo que estaba hablando hasta que vio el lienzo enorme encima del caballete, y no pudo evitar soltar las gotas de los ojos que tenía contenidas. Ravi como artista no tenía ningún cuadro con personas en ellos, excepto aquel del niño que tanto significado sobrellevaba. Pero el que Taekwoon estaba viendo en ese instante no solo contenía un rostro, sino dos, y aunque aún no estuviera acabado, se podía distinguir a la perfección quienes eran.

Con un fondo que combinaba rojos intensos, verdes clorofila y naranjas pastel, la cara caricaturizada con una nariz tan parecida a la suya, y el cabello negro casi tapándole los ojos permanecía en el lado derecho de la pintura. Justo a su lado, claramente pudo distinguir a Wonsik, con el pelo rojo sobresaltando en el verde, aun faltando detalles, le pareció el dibujo más bonito del mundo.

- Últimamente estoy muy inspirado. – Escuchó a su espalda. – Hay una persona que me hace vivir mi pasión como el primer día, así que la he dibujado a mi lado. ¿Qué te parece?

- No está mal. – Dijo en forma de broma, y aguantándose la risa.

- ¿No está mal? – Su chico lo miraba con los ojos abiertos y falsamente ofendido.

- Creo que te has autorretratado demasiado guapo, muy fuera de la realidad. – Se cruzó de brazos, observando la pintura fijamente y manteniéndose serio. – Y ese no se parece en nada a mí.

- ¿Y quién te ha dicho que eres tú? – Sintió un toque con un dedo en su costado, haciéndolo saltar, y sonriendo al fin.

No continuaron la divertida conversación porque Wonsik siguió haciéndole cosquillas, arrancándole las carcajadas que no había sido capaz de emitir por culpa de la situación, hasta lograr acorralarlo entre la pared y su cuerpo, sin dejar correr aire entre ellos. El momento pasó a ser muy intenso, solo con los ojos se decían las ganas que tenían el uno del otro, y por supuesto el menor no tardó en robarle un beso, fogoso desde el principio.

Taekwoon correspondió al instante, cada vez teniendo más claro que aquel era su futuro, olvidándose por completo de su jefa, decidiendo que ya mañana pensaría la forma de decirle que nunca delataría al pintor. Porque era él quien le daba la vida, eran sus ojos hundidos color marrón, ese pelo rojo fuego que lo volvía loco y ese modo de acariciarlo como si fuera el ser más frágil del mundo. Eso era lo que Taekwoon deseaba, a pesar de las palabras de Hakyeon, y la conversación que tuvieron por mensaje en cuanto había decidido mentir en el trabajo para ver a su novio.

¿No crees que estás arriesgando demasiado? Es TU trabajo el que vas a perder.

No me importa, Hakyeon.

Wonnie... sé que eres feliz con él... pero tampoco lo conoces desde hace mucho como para dejar ir tus sueños.

Ha sido el tiempo suficiente como para saber lo que realmente quiero.

Era cierto que había pasado mucho para llegar a donde estaba, desde enfrentarse a su familia a salir adelante por su cuenta, pero Taekwoon consideraba que todo aquello era una etapa pasada, y que tal vez su ceguera por Wonsik (Como había dicho su amigo) no lo hacía ver las cosas con claridad, pero el modo en el que reaccionaba su cuerpo y mente con él, solo le confirmaba que era el camino correcto.

Como en ese mismo instante, mientras era arrastrado por su novio por toda la colorida habitación, acariciándose con deseo, batallando con sus lenguas de un modo extremadamente obsceno. No supo en que momento terminó en el mismo suelo, con las rodillas contrarias a cada lado de su cadera, y las manos entrelazadas detrás del cuello de su chico intentando respirar con normalidad.

- Voy a crear algo nuevo contigo. – Le dijo se repente, con una sonrisa que debería estar prohibida y dejándolo completamente perplejo.

No le dio tiempo a preguntarle a qué se refería porque Wonsik desapareció de su vista. Lo vio pasearse por la zona, con una mano en la barbilla, seguramente pensando su siguiente movimiento del que Taekwoon no tenía ni idea. Aún seguía tumbado cuando lo escuchó hablar detrás del lienzo:

- ¡Lo tengo! - Frunció el ceño, no sabía lo que tenía, pero se sentía impaciente.

Una tela grande y blanca apareció de repente cubriendo a Wonsik por completo, como si de un fantasma se tratara. Levantó medio cuerpo del suelo, quedando sentado para observar aquello que fuera a hacer el loco de su novio, se cruzó de brazos y luego comenzó a reírse por los sonidos extraños que hacía bajo la sábana. Le encantaba demasiado.

El supuesto ente se sentó a su lado, y cuando se quiso dar cuenta el color blanco le nubló la vista, luego se percató de que Wonsik los había cubierto a ambos. La tela rozaba sus cabellos creando electricidad estática, y las carcajadas de los dos inundaron la improvisada tienda de campaña, sujetada únicamente por sus cuerpos debajo de ella.

- ¿No crees que es demasiado aburrida? – Preguntó mientras la miraba.

- Olvidaba que no te gusta el color blanco.

- Sí que me gusta... de hecho sin él sería difícil crear nada, agradezco que exista para poder darle color... Igual que tú me lo das a mí.

Aún le costaba asimilar esas frases románticas tan peculiares, y que tanto le gustaban, por eso el tono rojo volvió a teñir sus mejillas a la vez que su corazón latía desbordado. Taekwoon le sonrió para lanzarse a sus labios una vez más, pero el beso no duró mucho, pues su novio tenía otros planes.

Les quitó la sábana de encima, hizo que se pusiera de pie para poder estirarla en el suelo, y a pesar de lo grande que era la habitación, aún sobraba manta para cubrir todo.

- Así, será suficiente.

- ¿Suficiente para qué?

- Para crear mí mejor obra de arte.

Seguía sin entender una sola palabra, y mucho menos logró hacerlo cuando Wonsik comenzó a acariciar su cuello y a desabotonarle la camisa mientras lo miraba a los ojos. Sintió escalofríos cuando sus manos pasearon por su pecho, centrándose en los botones rosas que no tardaron en endurecer. No pudo evitar soltar un suspiro de placer que hizo sonreír al pelirrojo, y que fue cortado por su boca mientras terminaba de despojarle de la prenda, quedando ambos en las mismas condiciones.

Se vio arrastrado de nuevo al suelo, pero esta vez sobre la sábana, Taekwoon descubrió sus intenciones en cuanto comenzaron a quitarse las ropas necesarias, le pareció un lugar extraño e incómodo, pero era con Wonsik, nada suponía un problema. También estaba lo suficientemente excitado como para negarse a hacerlo en el suelo de un estudio con olor a pintura, simplemente le encantaba.

Por eso no le gustó verlo levantarse de su lado cuando el juego estaba a punto de empezar después de darle un pico rápido, se sintió vulnerable sobre esa tela y completamente desnudo, así que lo siguió con la mirada, con ganas de reprocharle. Pero Wonsik no fue muy lejos, si no que comenzó a coger los botes y tubos de pintura que tenía esparcidos en la mesa, cajones y algunos rincones, y los colocó a su alrededor.

Taekwoon observó la cantidad de colores que podían existir, le pareció preciosa la combinación de todos juntos, pero seguía sin comprender para que los necesitaban. En cuanto los tuvo todos colocados, se acercó a su lado.

- Siéntate de espaldas a mí.

- ¿Qué pretendes hacer? – Preguntó al fin.

- Hazme caso, gatito.

Y de ese modo cayó como solía hacerlo cada vez que lo llamaba de ese modo, recordó que al principio lo odiaba, y ahora eran las palabras necesarias para hacerlo estremecer. Se giró, por supuesto completamente avergonzado, estar sin ropa y simplemente sentado era demasiado para él. No tenía ni idea de lo que Wonsik estaba haciendo detrás de él, pero le pareció toda una eternidad, hasta que al fin notó sus manos, más frías de lo normal, recorrer su columna vertebral.

De nuevo sintió como se le erizaba la piel, y no se dio cuenta de lo que estaba haciendo en su espalda hasta que el recorrido de uno de sus dedos repetía el mismo camino constantemente, y no pudo evitar esbozar una sonrisa al reconocer de qué figura se trataba. Porque Wonsik dibujaba una y otra vez un gran corazón entre sus omoplatos, y sabía que lo estaba haciendo con pintura lila porque era el bote que estaba abierto a su lado.

Y allí estaba, otra locura de su fascinante novio, Taekwoon ansiaba llenar la tela de todos los colores posibles, utilizando como pincel sus propios cuerpos. Un beso tierno se posó en su nuca, y unas manos color morado acariciaron sus costados, dando comienzo a una nueva forma de hacer el amor

❤👨🏻‍💻👨🏻‍🎨❤

Yo y mis ñoñerias...😍 ¡Hola! Estoy de vuelta, y espero que más de seguido ^^
Gracias a todas las personas que me habeis apoyado estos días! Os quiero mucho en serio!💕💕

Besitos!!😘

PD: Me encantaría explayarme hablando del concierto de Ravi, pero no acabaría nunca de descrivir lo hermoso que es este señor en persona, el arte que tiene y lo mucho que nos quiere!!😍
Tengo videos y fotos en instagram para que aprecieis su talento y belleza, y pronto subiré más ^^
@Sunakyyo

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