Narra ____:
El sonido de unas fuertes risas hizo que apretara, con fuerza, la almohada alrededor de mis oídos. El sonido se detuvo y eso me hizo sonreír, pero, para mi mala suerte, no duro mucho.
-Ya, shhh- murmuré mientras apretaba con fuerza mis ojos.
Las risas provenían de un lugar cercano a mi habitación. Creo que de la habitación de mis padres. Solté un bufido. Dios, sentía que mi cabeza palpitaba al mismo ritmo que mi corazón. Abrí mis ojos y estos se cegaron con la luz que se escabullía por la cortina de mi ventana. Tome la sabana y la jale con fuerza hacia arriba, cubriéndome por completo. Segundos más tarde, las risas fueron acompañadas por algunas exclamaciones. Inhalé profundamente y, decidí rendirme. Me levante de la cama. En el momento en el que mis pies descalzos tocaron el frio suelo, sentí que a mi habitación dar vueltas.
<<Dios, jamás volveré a beber tanto>>
Camine con molestia hacia la habitación de los que causaron que me despertara y levantara de mi cama. Otra ola de risas llego a mis oídos. Ni si quiera me pare a tocar, simplemente abrí la puerta.
-¿Por favor, podrían dejar de hacer tanto ruido? Trato de dormir- me quejé con el ceño ligeramente fruncido.
Entonces, parpadee, atónita. Las imágenes que mi vista me proporcionaba no eran para nada comunes. Por lo menos, no comunes en mi vida. Mis padres se encontraban sentados en la cama, aun con el pijama puesto. En la mesita de noche había una bandeja que contenía restos de comida y dos tazas que supongo que anteriormente contenían café. Ellos detestan comer en la habitación. En el centro de la cama se encontraba un enorme y viejo álbum de fotos. Lo conozco, mi madre hizo cinco álbumes de la familia; uno es mío y otro es de Emma, hay uno que es de la boda de mis padres, después está el que es de la familia en general, tanto paterna como materna, y por ultimo está el de su noviazgo de jóvenes (es el más viejo de todos). Y ese es, precisamente, el que ellos están observando ahora mismo. Mas sin embargo, el que hurgaran fotos de su pasado como novios, no fue exactamente lo más me sorprendió, no, fue el hecho de que estuvieran ambos sentados en la cama, compartiendo risas y recuerdos, e ignorando esta última semana, llena de peleas y discusiones por parte de ambos. Fue el hecho de que estuvieran, un domingo, en el mismo lugar que yo. Fue el hecho de que a solo unas pocas horas de la partida de mi padre, él se encontrara sereno. Mierda, ¡es el hecho de que ambos se encontraran serenos y sin ninguna prisa! Esto era tan raro como hace una semana cuando encontré a mi madre comiendo helado en el living de la casa en un sábado por la noche.
-Lo siento, pero son las tres de la tarde- mi mama frunció el ceño –Cariñó, ¿estabas dormida o despierta?- pregunto con una clara confusión en su rostro.
-Uhm… yo estaba… estaba dormida- balbuceé, aun anonada.
-Entonces, ¿Por qué llevas puesta ropa para salir?
<<Ay, mierda>>
-¿Por qué ustedes aun llevan la pijama puesta? ¿No tienen que trabajar, salir de viaje de negocios, cenar con gente importante, donar dinero a una fundación… o algo así?- pregunte con el propósito de orientar esta charla lo más lejos posible de mí. Y bien, a lo mejor, utilice un poco de sarcasmo en la última pregunta… solo un poco.
Mi padre se río.
-¿Intentas desviar la conversación?- mi padre sonrió con diversión -Tuve tu misma edad, ______, aunque no lo creas. Se lo que intentas- me guiñó un ojo con complicidad –Ahora explícale a tu mama donde estuviste ayer para así poder acabar con el “interrogatorio” de policía malo que intenta hacer- dijo con burla, haciendo comillas con sus dedos al decir interrogatorio.
-¡Mike!- grito mi madre, propinándole un empujón que no lo movió ni un centímetro. Mi padre solo se volvió a reír. Olvide lo relajado que pude llegar a ser. De los dos, él siempre fue el que me tenía más confianza y el que siempre me hace reír con los chistes de palabras que se le ocurren durante una charla. Mi madre rodó los ojos, divertida, y después fijo su vista en mi con una sonrisa -¿Y bien? ¿A dónde fuiste anoche, jovencita?
-A casa de Marifer, pero regrese hasta tarde y tenía mucho sueño como para cambiarme- expliqué.
Y no mentí… solo no dije toda la verdad. Por supuesto, no les contare que llegue ebria, en los brazos de Zayn… ¡Zayn!
<<¡Que vergüenza!>>
Fragmentos nublosos de recuerdos invaden mi mente. Pero, inmediatamente, me ordeno a mí misma a pararlos. Me duele mucho la cabeza como para ponerme a recordar. Primero tomare una aspirina.
-Bien.
<<Vaya, que fácil fue>>
-Toma una ducha, cariño, que estas algo desalineada- me recomendó mi madre.
Reprimí el impulso de rodar los ojos.
-Bien, adi…
-Al acabar podrías venir y ver algunas fotos con nosotros- propuso mi padre -¿No quieres ver fotos de tu mama con flequillo ochentero?- me preguntó, divertido.
Mi madre le dio otro empujón, pero este fue más de juego.
-¡Hey, no me juzgues! Esa era la moda en ese entonces- se quejó y después me miro con la misma cara de diversión de mi padre -¿También quieres ver fotos de tu padre y su ridículo intento de bigote?
Mi padre frunció el ceño y se pasó una mano por su bigote poblado.
-¿Ridículo? ¿De qué hablas? Eso fue solo el comienzo de esta obra de arte- dijo, señalando su bigote y fingiendo estar indignado.
Mi madre se río.
-Por Dios, ¡parecía restos de comida!- exclamó y después se volvió a reír, con más fuerza. Mi padre la miro por un par de segundos, como si en ese poco tiempo estuviera reflexionando acerca de algo, después sonrió y negó con la cabeza, acompañándola en su ataque de risa.
Yo solo los miraba, curiosa.
Había pasado varios meses desde la última vez que los escuche reírse de esa manera. Podría incluso decir que esto los hacia ver más jóvenes. Más felices. Las esquinas de mis labios comenzaron a temblar en la amenaza de una sonrisa.
¿De dónde salió esta feliz pareja y qué demonios hicieron con mis padres?
-Yo… uhm… iré a ducharme, rápido. Ahora vuelvo- balbucee y salí de la habitación una sonrisa de oreja a oreja.
Tome lo primero que encontré en mi closet y me metí al baño con una rapidez realmente impresionante. No me sorprendí al encontrar un par de moretones en mis piernas. Recuerdo que una vez, después de una reunión con mis amigos, en la cual también bebí de más, amanecí al día siguiente con un chipote del tamaño de un limón en mi cabeza.
Al salir, ya limpia y cambiada, tome una aspirina. Después salí disparada a la habitación de mis padres. Estuvimos observando todos los álbumes, incluso el de Emma. Me alegró poder pasar un buen rato con ellos. Hacía mucho que añoraba de su compañía. Mi padre no dejaba de bromear acerca de los extraños peinados con millones de liguitas de colores que nos hacia mi madre a Emma y a mí (parecían rastas), y por supuesto, ella se defendía diciendo que éramos la envidia entre todas las niñas de nuestra edad y que lamentaba el día que dejo de hacerlo, ya que ahora ni si quiera una coleta de caballo nos hacemos. Para mi mala suerte, mi madre le menciono a mi padre acerca de mi relación con Zayn, se ofendió un poco al principio, ya que no le había contado nada, pero después tomo su papel de padre sobre-protector y me pidió o más bien, exigió que se lo presentara. Después de un rato, bajamos y ordenamos pizza, la cual comimos en el living, ya que no estamos acostumbrados a comer en el comedor porque pensamos que es solo para cenas formales, aparte de que veríamos la serie favorita de mi madre, Supernatural. Recuerdo que esa serie me acompañó durante mis últimos años de infancia. Mi madre siempre ha sido una gran fan y recuerdo que compro la primera temporada en DVD, cuando yo tenía solo nueve años de edad. Veríamos nuestro capitulo favorito en el cual hacían referencia al personaje de Bloody Mary… creo que ahora entiendo porque no me asustan tanto las películas de terror. Se podría decir que este día era algo imperfectamente perfecto.
Y entonces, de repente, lo comprendí.
Mi familia no es, ni será, como las demás familias que preparan comida casera y que se sientan a la mesa. Con estrictas reglas, como no usar su celular o tener que hablar de su día en el instituto o trabajo, y al final, que cada uno se encargue de cosas como lavar trastes, limpiar la mesa o tirar los restos de la comida a la basura. No. Mi familia es de las que prefieren ordenar comida rápida y devorarla en la cocina o en el living mientras bromean unos con otros acerca de las ridiculeces que hemos llegado a hacer, o mientras vemos una película o serie que a todos nos guste, y al final, dejar los restos de la comida a nuestro chihuahua, Hércules.
Y si, tal vez eso no sea la mejor manera de conectarnos… pero es la que me tocó vivir, y francamente, no pediría nada más que eso. No podría. Soy feliz… muy feliz, así.
Por eso de las nueve de la noche, mi padre se preparó para tomar su vuelo, el cual sería a las diez de la noche hacia la ciudad de Los Ángeles. Mi madre no se esforzó ni lo más mínimo en ocultar su expresión de tristeza. Y antes de que el saliera de la casa, con solo dos maletas en la mano, me miro y me sonrió con tristeza, diciendo: “No estés triste, bebé. Volveré el próximo fin de semana. Lo prometo.”
¿Me veía triste?
No sabía porque, ya que yo jamás puse ni un pero al que él se fuera, y no porque lo odie o algo parecido, sino porque estoy tan acostumbrada a su ausencia, que creí que si se iba no llegaría a notarla.
Aunque algo me dice que será todo lo contrario.
En fin, decidí no acompañarlo a el aeropuerto de la ciudad, ya que ni si quiera fui capaz de hacerlo cuando mi hermana partió a la universidad. Detesto las despedidas. Y aparte… esto no era una despedida, ¿verdad?
Él volvería. Él lo prometió.
En cuanto mis padres salieron de la casa, camine sin ganas hacia mi habitación. En mi pecho se volvió a sentir ese vacío que siempre está conmigo al estar sola. Entonces, desee haberlos acompañado, pero ya era demasiado tarde.
Di un salto a mi cama y al chocar con esta, sentí algo duro y pequeño. Mi celular. Lo tome entre mis manos y después, solté una exclamación de horror. El aparato tenía grietas en la pantalla, parecía una telaraña.
<<¡¿Cómo diablos sucedió esto?!>>
Mi mente comenzó a trabajar en la recopilación de algún recuerdo de la noche anterior, que me ayudara a saber lo que había sucedido con mi celular.
Y entonces, lo recordé.
*Flashback*
-Bang bang there goes your heart (I know you want it)
Back, back seat of my car (I’ll let you have it)
Wait a minute let me take you there (ah)
Wait a minute tell you (ah).
Cantee con una enorme sonrisa mientras me acercaba más a Zayn. Ambos nos encontrábamos bailando en el jardín de Mafer. Algo en la forma en la que Zayn me miraba me hizo reír, creo. O la verdad, no lo sé. Pero creo que sí, porque ahora mismo hace una mueca divertida. Y eso es divertido… ¿no?
-¿Segura que aún no quieres ir a tu…
-Shhh- lo silencie al igual que en la canción, colocando mi dedo índice sobre sus suaves y deseables labios -See anybody could be good to you. You need a bad girl to blow your mind- cantee la parte de Ariana, cerca de su rostro, muy cerca.
El me miró fijamente a los ojos con un sentimiento tan extraño e intenso que no logre descifrar de cual se trataba. Me miraba de esa manera que me hacía creer en él y no en mis inseguridades. Así que yo, nerviosa, o más bien cobarde, me di la vuelta para no enfrentarlo. Busque algo para aligerar la tensión y, entonces, observé a una pareja bailar.
<<Genial>>
Comencé a moverme contra Zayn de manera sensual, aun dándole la espalda. Lo escuche gruñir, y básicamente, mi pulso explotó. En esos momentos, cualquier sentido de cordura fue desechado al contenedor de basura más cercano. Zayn me tomo de las caderas y yo tome eso como una motivación para no detenerme. Mordí mi labio inferior y por mi hombro le eché un vistazo. Sus hermosos ojos almendrados se encontraron con los míos. Mi vista se movió rápidamente de un lado a otro, necesitando alejarme de su mirada, la cual lograba hipnotizarme y en cierta manera, intimidarme.
Observe a la gente que nos rodeaba y a las luces de navidad de color blanco que rodeaban todo el jardín… y wow, las luces se veían hermosas, siempre se lo he dicho a Marifer. Son como puntitos borrosos…
Tome la mano de Zayn e hice que me diera vueltas, para así poder observar todas las luces. Al principio, Zayn me miro confuso, y después creo que se río. O no lo sé. Se escuchó una risa, creo. Ahora yo me reí, aunque no sabía porque. Mientras más vueltas daba, más rápido me movía, así que el rostro de Zayn se volvió tan borroso como aquellas luces. Ahora los puntitos de luces borrosas se convirtieron en líneas horizontales de luces borrosas. Era como si hubiera un círculo de luz alrededor del jardín.
<<Que bonito>>
Con dificultad, acerque mi mano a mi bolsillo trasero y de ahí saque mi celular. Quería capturar el momento.
-¡Selfie!- exclamé.
-Bien, es suficiente.
Zayn me tomo de los hombros, pero mi cuerpo no se detuvo del todo, así que me comencé a balancear hasta que mi cuerpo amenazó con caer en el césped, de espaldas. Entonces, Zayn estiro un brazo y me rodeo la cintura, acercándome. Me reí y le di un beso en la mejilla. Para mí, todo seguía dando vueltas, incluso comenzaba sentir algo de nauseas, sobre todo porque seguía riéndome. Mi mano soltó el celular y este salió volando a un metro de distancia. Abrí mis ojos como platos, completamente alerta. Entonces, logre ver que la pantalla seguía intacta. Suspire, aliviada.
-Wow, que sue…
Un chico retrocedió un paso y piso mi celular. Y aun desde esa distancia y con la música a todo volumen, logre escuchar un Crack.
*Flashback*
<<Ugh. Ahora tendré que cambiarlo>>
Entonces, como si alguien me hubiera plantado una bofetada, reaccione.
Hice el ridículo frente a Zayn.
<<¡Dios, que vergüenza!>>
¿Qué otra cosa vergonzosa pude haber hecho aparte de eso?... oh, Dios, ¿y si vomite por las náuseas?... o peor aún, ¡¿y si le exprese mis sentimientos?!
Ya ha ocurrido antes. Yo soy un libro abierto cuando el alcohol me domina. La primera vez que me embriague, les dije, o mejor dicho, les grité a mis amigos que los amaba (ya que estaban tanto chicos como chicas). También confesé que eran las mejores personas del mundo, que no sabría que hacer sin ellos, e incluso, según ellos, llore a mares.
¡Por Dios, incluso le dije a Ashton que su cabello era el más suave y sedoso que jamás había tocado! Recuerdo que el desgraciado aprovechó de mi momento débil para preguntarme si me había gustado mi primer beso, y yo le conteste con sinceridad.
No me hablo en una semana entera.
Lamentablemente, por el momento, mi mente no da para más. Aun no recordaba del todo lo que había sucedido durante la noche de ayer. Vagamente, recuerdo una pelea, pero eso es todo. Solo espero no haber hecho o dicho algo que no debería.
Me levante de la cama y puse mi celular a cargar, después tome mi portátil y, rápidamente, entre a Facebook.
<<Estoy muerta>>
Tenía mi tablero de mensajes lleno por mis amigas.
Kenia Smith:
DONDE DIABLOS ESTAS????
Jack llego y nos puso como esclavas negras a limpiar toda la casa!! (Un Emoticón de una carita preocupada con una gota de sudor)
Valeria Flores:
HOLAAAA
Qué onda contigo? Por qué te fuiste?
MAFER TE MATARA!! (Una pistola y una calavera)
Llego Jackson y está muy enojado!!
Maf me puso a lavar baños por llamar a Justin (Una carita echando humo por la nariz)
Mariana Hudson:
Que pedo contigo?
Desapareciste!!!
Veeeen Tienes que ayudarnos a limpiar (Varias caritas enojadas)
Marifer Donovan:
DONDE ESTAS PUTA???? (Carita enojada)
Si no regresas ahora mismo te pondré a lavar los baños junto con Valeria!!!
PELAMEEE _______ !!!!! (Alargo la última letra de mi nombre como por dos renglones)
Natalia Montgomery: Ey, todas preguntan por ti… a dónde fuiste?
Y como esos, más mensajes recibí durante toda esta tarde. Por suerte no los vi, sino, me hubiera encontrado en casa de Marifer recogiendo el desorden que de seguro se hizo, en lugar de estar en casa y pasar un buen rato con mis padres... y la verdad no me arrepiento. Suspire. Ya mañana me las veré con ellas. Ojala no estén tan enojadas.
Regresando a Zayn y las tonterías que pude haber hecho delante suyo. Tome mi celular sin importarme que solo se haya cargado un quince porciento y le llame.
Ya lo sé, podría solo levantarme e ir a su casa y tocar la maldita puerta, pero ya son casi las diez de la noche y ni si quiera conozco a sus padres. No quiero dar una mala primera impresión. Los conoceré cuando él lo desee.
Resople después de escuchar el décimo quinto pitido de espera (si, los conté), y colgué. Rápidamente, le mande un mensaje de texto, que decía:
Llámame. Es importante.
Y entonces, solo me dedique a esperar y esperar.
Poco después, llego mi madre. La escuche subir las escaleras con una extraña lentitud. Se recargo sobre el marco de mi puerta. Sus ojos estaban algo rojos como rastro de algún encuentro con las lágrimas.
-Hey, ¿estás bien?- pregunté, cerrando mi portátil. Se encogió de hombros.
-Sí, supongo- contesto con un tono de voz que decía exactamente lo contrario.
-El volverá, mamá- le recordé. Ella cerró los ojos y asintió con la cabeza.
-Sí, eso fue lo que dijo- sonaba insegura –Como sea, ¿ya hiciste la tarea?
Me sorprendió un poco el cambio de tema, pero preferí no decir nada.
-Uhm… si, la hice desde el viernes- contesté, extrañada.
-De acuerdo- sonrió con algo de dificultad y dio la media vuelta, dirigiéndose a su habitación.
<<Bueno, eso fue ra…>>
Regresó casi corriendo a mi habitación.
-Quería saber si querrías dormir por esta noche en mi habitación.
Parpadee, atónita.
Y entonces, lo comprendí.
Ella se sentía sola. Sola, como yo me he sentido en varias ocasiones desde que Emma se fue. Y lo odie. Porque yo lo puedo soportar. Vamos, lo he hecho por varios años…. Pero, ¿ella? Mi madre no está para nada acostumbrada a esta forma de vida. Ella esta tan acostumbrada a ver a mi padre todos los días en casa, en el trabajo, e incluso, hasta en viajes.
Y solo Dios sabe que será difícil hacerle entender a esta mujer que la soledad no es más que un hecho inevitable en la vida de las personas, algo que tarde o temprano tendremos que soportar, pero, para buena suerte suya, me tiene a mí.
-Claro, solo me cepillo los dientes y estaré contigo en un momento- le dije, sonriendo suavemente.
Ella me devolvió el gesto y se fue a su habitación. Mire mi celular.
Zayn aún no me respondía.
Cepille mis dientes y me dirigí a la habitación de mis padres con mi celular y el cargador de este mismo en la mano. La luz de la habitación ya se encontraba apagada, así que ilumine mi camino con la ayuda de mi celular y busque un enchufe cercano a la cama, al hacerlo, conecte el cargador. Mi madre ya se encontraba acostada, así que subí a la cama, por debajo de la manta, con suavidad. Pegue mi rostro a una de las almohadas, la cual tenía una extraña combinación de los perfumes de mis padres. Me hizo sentir algo nostálgica. Me recordó a cuando era niña y me metía entre las sabanas de esta misma cama, colocándome entre mis padres. Recordé cuando mi madre me preguntaba si había tenido alguna pesadilla y yo mentía diciendo que sí, ya que pensaba que si le decía la verdad, la cual era que me sentía sola en mi habitación, me ordenaría que me regresara a esta. Casi me eché a llorar al igual que un bebe cuando se acercó y me beso la frente.
-Gracias, amor- susurró.
Y entonces, yo tuve ganas de agradecerle también.
-De nada, mama.
Después de unos minutos, asegurándome de que mi madre se encontrara dormida, estiré mi brazo y tome mi celular de la mesita de noche. Ningún mensaje de texto o llamada perdida. Decidí esperar por un rato más mientras me distraía viendo fotos en Instragram.
Me di por vencida cuando el reloj de mi celular marco las doce.
*~*
A la mañana siguiente, me levante antes que mi madre y me dirigí a mi baño para tomar una ducha. No me coloque en el rostro nada más que brillo labial y una ligera capa de rímel. Me cambie, peine y, por último, me cepille los dientes. Tome mi celular y este, por supuesto, ya tenía varios mensajes de mis amigas en Whapp. Como siempre, manifestaban su enojo hacia las mañanas y el instituto. Rodé mis ojos, divertida, al leer un mensaje de Valeria que decía: Hey, sigues viva? Si vendrás hoy por mí?
Le conteste con un: Sip. Te recojo en 15 min.
Me dirigí a la habitación de mis padres y me sorprendí al encontrar a mi madre aun dormida.
-Mama, ya se te hizo tarde- murmuré mientras le sacudía un hombro.
Ella bostezo y después abrió un poco sus ojos.
-No, yo entro hasta las diez- me contesto y se volvió a dormir.
¿Qué dice? ¡Pero si ella siempre se va a las siete y media! ¿O solo lo hacía porque mi padre entraba a esa hora?
<<Wow, eso es amor>>
-Bien.
Me dirigí a la planta baja y no desayune, ya que no tenía nada de hambre. Salí de casa y entre a mi auto, después, mire a la casa de mi sexy-vecino-pretendiente. Vaya, incluso esas tres palabras juntas parecen surrealistas. Al parecer, el aun no dejaba su casa. Trate de no tomarle importancia y encendí mi auto. No me atreví a manejar hasta que coloque mi estación de radio favorita. La voz de Austin Mahone lleno el pequeño espacio que mi Beetle plateado me proporcionaba con “Shadow”. Maneje hasta la casa de Valeria, y como ha hecho últimamente, salió al minuto de que llegara. Tenía una expresión furiosa en su adorable rostro, tanto, que por un momento considere la posibilidad de ponerle seguro a las puertas de mi auto. Entro y me miro con el ceño fruncido. Le sonreí con inocencia fingida.
Entonces, me dio una fuerte palmada en el brazo.
-¡Ouch!- exclamé -¡Mierda, Valeria, eso dolió!- me quejé, sobándome.
-Pues que bueno. Te lo mereces por puta.
-¡¿Y ahora que hice?!
-¡Te largaste, como ahora acostumbras, con Zayn de la fiesta! ¿Tienes la mínima idea de a qué hora nos dormimos por estar limpiando el desastre?- abrí la boca para decir algo, pero ella prosiguió -¡A las nueve de la puñetera mañana! A esa hora- exclamó.
De acuerdo, si está enojada, ya que jamás dice malas palabras. Hice una mueca.
-Lo siento, pero yo no me fui por voluntad propia. Zayn me dijo que iríamos por un jodido helado, y entonces, me dormí en su auto y cuando desperté estábamos enfrente de mi casa- dije al recordarlo.
Valeria relajo un poco su expresión.
-¿Y no pudiste llamar o regresarte? Aparte, nos preocupaste demasiado. Básicamente, supimos que estabas bien gracias a una foto en Facebook en donde salías de la casa de Maf, junto con Zayn. Y como nadie tenía su número, le hablamos por Facebook y Twitter, y nos contestó diciendo que te había dejado en tu casa y que no sabía porque no nos contestabas.
<<Ah, entonces, ¿a ellas si les contesto?>>
-Lo siento. Pero ayer fue el último día de mi papa en la ciudad y quería pasar el…
-¿De qué hablas?- me preguntó, des consternada.
Ah, sí. Aun no le digo a nadie.
-Mi papa- repetí –Se fue a vivir a los Ángeles.
Sus ojos se abrieron de sobremanera.
-¿Tus padres se divorciaron?
Imite su expresión.
-¿Qué? ¡No, por supuesto que no! Ellos siguen juntos. Solo se fue a trabajar a los Ángeles temporalmente- aclaré.
Ella no parecía estar convencida.
-¿Eso fue lo que te dijeron?
Fruncí el ceño.
-Sí, eso fue lo que sucedió, ¿Por qué preguntas?
-Es que… nada olvídalo- le di una mirada hostil –Bien, lo digo porque lo mismo sucedió con una prima y ahora vive solo durante las vacaciones con su padre.
-Bien, pues eso no tiene nada que ver con mi situación. Aparte, el volverá cada fin de semana.
-Wow, ¿viajara desde los Ángeles cada fin de semana?- asentí con la cabeza y ella me sonrió dulcemente –Pues me alegro por ti. Aunque eso no quita el hecho de que no me hayas dicho nada. Eso me dolió- declaró.
-Lo siento. No pensé que tuviera mucha importancia.
-Es que ese es el problema, _____. Porque esto si tiene importancia- me miro con tristeza –Son este tipo de cosas las que se les cuenta a las amigas. Por ejemplo, también me dolió cuando hace años no me dijiste que…- trago saliva -Que Andrew te maltrataba.
Mi mandíbula cayó abierta.
-¿Cómo…
-¡Por amos de Dios, _____, no somos idiotas! Siempre vimos tus moretones en los brazos… pero esperábamos que tú nos tuvieras la confianza suficiente para decirnos lo que te había sucedido- se le humedecieron los ojos –Y jamás lo hiciste. Así que sacamos nuestras propias conclusiones, y por tu expresión, dimos exactamente en el blanco.
Me quede sin habla.
¿Qué podría decir? ¿Qué lo sentía? ¿Qué no dije nada porque en ese entonces amaba a Andrew y no quería que me separaran de él?
Entonces, comprendí que por no decir nada antes, ahora me encontraba con este problema. Así que hable.
-Valeria, yo… lo siento, pero en ese entonces yo… yo esta perdidamente enamorada y creo que eso me cegó. Sé que debí haber hablado, pero no quería que las cosas entre An… entre él y yo acabaran- balbucee, conteniendo las lágrimas.
Antes de que me diera cuenta, Valeria ya se encontraba abrazándome.
-Sí, eso imagine. No te preocupes. Eres perdonada- aclaró.
Me reí.
-Hey, dijiste que ayer lavaste baños, ¿no?- pregunte, cambiando radicalmente de tema.
-Uhm… sip- contesto sin dejar de abrazarme.
La separe de mí, exageradamente.
-Eww. Esta dicho, no me tocaras en una semana. Y no me interesa si usas todo tu frasco de perfume de vainilla.
-Que linda- murmuró mientras rodaba los ojos de juego, recargándose en el asiento.
Maneje hacia la casa de Mariana y, gracias a Dios, Valeria me ayudo con su mal genio, ya que Mariana detesta que no le conteste los mensajes. Al llegar al instituto, camine hacia mi casillero con paso lento. Aún tenía cinco minutos antes de que timbraran. Llegue y saque mi libro de literatura. Entonces, sentí la mirada de alguien. Gire y me sorprendí al darme cuenta de que no era solo una mirada la que tenía encima. Era la mayoría del pasillo. Todos murmuraban y susurraban.
¿Qué demonios sucede?
*~*
HOLOOO. Aquí está el capítulo. Lo hice lo más largo que pude. Enserio, está muy largo. Espero que no les haya aburrido, pero todo lo que acaban de leer es MONUMENTALMENTE IMPORTANTE para la estructura de la historia y ya llevaba mucho tiempo retrasándolo. Así que lo siento si no les gusto. De hecho, puse una escena de Zayn y ____ para que no aburriera tanto.
PREGUNTAS DEL CAPITULO: ¿Qué piensan acerca de que su padre se fuera? ¿Creen que afecte en algún futuro la vida de _____? ¿Creen que ____ será más sincera con sus amigas? ¿Por qué creen que todos murmuraban acerca de ella?