Path(po)etic; Frerard

By Angelicalexia

139K 16.4K 41K

Donde Frank está enamorado de un artista, pero hay un problema... Su mejor amiga también está enamorada de es... More

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Epílogo o Poema Final
Anexo

Capítulo 27

2.7K 343 865
By Angelicalexia

Cuando volví a mi casa estuve más tranquilo, no dejé que el tema me preocupara del todo, mis amigos me enviaron mensajes horas después, preguntando qué había pasado conmigo, Gerard hizo lo mismo, él fue más allá, porque él me llamó y me preguntó si podía permitir que fuera a visitarme, no era la primera vez, ya para la fecha, Gerard se había quedado a cenar varias veces en mi casa, mis padres ya lo conocían más que bien, así que le dije que sí, que fuera a verme, porque su compañía nunca venía mal.

La idea de mostrarle el poema cruzó mi mente mientras esperaba por él, porque había llegado a este nivel de confianza en el que empezaba a considerar el permitirme compartir más de mis cosas con él a ese nivel emocional, después de todo, él siempre me dejaba leer los suyos, los cuales eran muy personales también. Gerard me estaba permitiendo cada vez más formar parte de su vida, desde un principio, me mostró partes importantes de su mundo, así que yo quise que esto fuera recíproco, y no era como si me estuviera obligando a mí mismo a mostrarle el poema para ser justo, de verdad sentí la confianza suficiente para querer mostrárselo, me sentía bien con la idea, aunque al mismo tiempo, me ponía nervioso pensar en lo que Gerard pudiera opinar de mis poemas, de mi simple escritura que se quedaba corta ante sus obras maestras.

— Quiero que leas esto. — Le dije entregándole el cuaderno, justo desde la página en la que estaba escrito el poema "Artista".

— ¿Esto es...? — Me miró boquiabierto, luego sonrío con sus ojos brillando llenos de ilusión. — ¿Al fin me dejarás leer tus poemas? — Asentí.

— Sí, Gee. Pero te dejaré leer sólo éste, no tienes permitido pasar las páginas y leer algún otro ¿Sí? No me traiciones de esa manera. — Reí. En verdad sí me hubiera dado vergüenza que él regresara las páginas para leer los poemas anteriores, que no eran más que penosas declaraciones de amor hacia él.

— Descuida, Frankie. Esto significa mucho para mí, me conformaré con que me dejes leer esto, nunca pensé que me dejarías.

— Sí, sí... Empieza a leer antes de que me arrepienta.

Él estaba sentado en mi cama y yo en una silla frente a él, estaba sentado con la silla al revés, de manera que pudiera apoyar mis codos sobre el espaldar y así recostarme en ellos para observar bien cada una de sus expresiones faciales mientras leía.

"No debería estar escribiendo esto si al final lo odiaré"...

— ¡¿Pero qué haceeeeesss?! — Lo interrumpí con mi rostro comenzando a arder por la vergüenza. — ¡No lo leas en voz alta!, m-me pones nervioso.

— Lo siento. — Se rió de mi reacción. — No te preocupes tanto ¿Quieres?

Continuó leyendo, esta vez, para sí mismo, no sé cuánto tiempo exactamente estuvo leyendo, pero yo sentí que fueron siglos, milenios. Lo observaba leyendo con su expresión seria, de vez en cuando su semblante cambiaba, fruncía el ceño, sonreía ligeramente, incluso en alguna parte del poema soltó una pequeña risa que ni siquiera llegó a ser una risa como tal, sino esa respiración nasal que sale con una sonrisa, de esta manera, manteniéndome nervioso con la ansiedad de saber qué estaba pensando, si le estaba gustando o no, porque yo tenía esta manía de buscar su aprobación.

— Listo. — Suspiró. — Al fin terminé.

— ¿Al fin? ¿C-cómo que "al fin"? ¿Acaso no te gustó?

Él sólo rió, y una vez más, me pidió que me relajara.

— Quería terminar pronto de leer para poder decirte lo asombroso que eres y que no puedo creer que no me hayas dejado leer antes uno de tus poemas.

— N-no es para tanto.

— Sí lo es, de hecho, quiero leer más de lo que escribes.

— ¡Ni se te ocurra! — Con recelo, le quité el cuaderno de las manos para que no se tomara el atrevimiento de leer algo más, cosa que seguramente haría. — En fin... Escribí eso después de lo que dijo Frances.

— Lo supuse... Leí los mensajes, por eso me preocupé por ti, no quiero que te sientas mal por las cosas que ellos han dicho de ti, porque ninguna es cierta, ni lo que dijo Pete, ni lo que dijo Frances.

— ¿Y cómo lo sabes?

— En primera, Pete no hizo más que contradecirse todo el tiempo, primero dijo que eras un "títere", que no tienes personalidad y que te dejas llevar por todo el mundo, pero al mismo tiempo, te colocó como la mente maestra de un retorcido plan para alejar a todo el mundo de Lindsey, que tú nos manipulaste a todos ¿Pero cómo pudiste manipularnos si supuestamente eres tú el que siempre sucumbe y hace lo que nosotros queramos? Es estúpido que te deprimas por esto.

— No estoy deprimido.

— Pero de alguna manera te afectó, les diste el consentimiento de hacerte sentir mal. Ellos no hicieron más que hablar de ellos mismos y atribuirte sus defectos a ti, Pete te trató como si tú fueras como Lindsey, un manipulador que quiere tener a todos bajo su control, Frances te describió como lo que ella misma es; una única y diferente que no tiene personalidad, que siempre está detrás de Lindsey. Frances es quizás la niña esnob más ridícula de todas, estuvo diciendo todo el tiempo que no tienes personalidad pero lo que hizo en todo su texto fue básicamente repetir todo lo que Pete ya había dicho antes, ellos son patéticos, decirte esas cosas no los hacen superiores a ti, sino todo lo contrario, y que te sientas mal por lo que te dijeron sólo significa que estás aceptando que eres como ellos... Y yo no creo que lo seas.

— No lo soy... — Musité, recapacitando gracias a sus palabras. — Pero no todo es mentira, Gee.

— ¿Hablas de lo que escribiste en el poema? ¿De que no eres un "artista"? Porque para mí sí lo eres.

— ¿Estás seguro de lo que estás diciendo? — Arqueé una ceja con incredulidad.

— Ya tengo las bases para decirlo, porque acabo de leer uno de tus poemas, tu arte. Aquí expresas muchas confusiones, dices que no eres un artista, que tu escritura no es "arte", pero lo que no sabes es que sí lo es; lo que dices, lo que escribes... Humanamente, interesa mucho más que muchas mierdas que se venden con el nombre de "arte".

» El arte se trata de despertar sentimientos en el espectador y yo siento que tú lo logras excelentemente, porque eres tan sincero, eres tan franco con tus propios sentimientos; si piensas que eres una mierda, lo expresas, si no sabes acerca de algo, no finges saberlo, lo admites, si te equivocas, también lo admites. El punto al que quiero llegar es que... ¿Cuántas personas son capaces de hacer eso? — Me encogí de hombros. — Pienso que la belleza de lo que escribes está en su simpleza, en que el mensaje está allí claramente, eres directo, no tienes que darle vueltas a nada, no necesariamente tienes que escribir palabras complicadas para que tus poemas sean "arte", porque todas esas palabras grandes no valen mucho si no dicen nada, si están vacías.

Me quedé sin palabras. Siempre me quedaba sin nada qué decir, pero esta vez me pasó de una manera distinta, esta vez él me había conmovido y por eso no sabía qué responder; me habría gustado seguir mostrándome incrédulo, creer que seguramente me estaba diciendo todo eso por educación, pero él estaba siendo honesto, podía detectarlo, no estaba arrepentido de ninguna palabra que estaba diciendo.

— Frank... — Dijo ante mi silencio. — Cuando estás conmigo y haces las cosas que me gustan hacer... ¿Eres feliz?

— S-sí ¿Por qué lo preguntas?

— ¿Pero eres feliz sólo porque estás conmigo? Digo, lo que es el arte, mi música, mis libros y mis películas... ¿Finges que te gustan para agradarme?

— N-no. — Admití. — Cuando me envías una canción y digo que me agrada aunque no sea mi estilo, no te miento, realmente me agrada, también me divierto mucho en los eventos a los que voy contigo. Aunque tus libros son más pesados que los que suelo leer, también me gustan y sobre las películas, aunque sean raras y algunas estén en idiomas que jamás había escuchado en mi vida, son buenas, de hecho, incluso las francesas, aunque no tolero el francés, las tramas son entretenidas y las disfruto genuinamente. Sé que para mí lo mejor es estar contigo, pero nunca finjo que me gustan las mismas cosas que a ti para poder hacerlo, si más bien, siento que gracias a ti descubro cosas nuevas que jamás pensé que me gustarían. Siento que aprendo mucho cuando estoy contigo.

— ¿Ves? — Estiró su mano para acariciar mi cabello y despeinarme un poco. — ¿Entonces por qué tienes que preocuparte por lo que diga Frances? Estoy seguro de que así como no finges conmigo para agradarme, tampoco lo haces con nadie.

— Es que... ¿No es raro que cambie tanto por la influencia de alguien más?

— ¿Alguna vez escuchaste Yes, I'm Changing de Tame Impala? — Negué con la cabeza. — Te vendría bien escucharla, la letra va bien contigo. No está mal cambiar si lo haces por ti. — Sonrió. — ¿Estás bien ahora?

— Gracias a ti, sí.

— ¿Podemos concordar en que sí eres un artista?

— Eso sólo lo crees tú, Gerard. — Le sonreí. — A veces pienso que sólo tú puedes ver algo bueno en el desastre que soy.

— No es cierto, te aseguro que si más personas pudieran leer esto, concordarían conmigo. Como ya te lo dije, el objetivo del arte es provocar sentimientos en el espectador y tú lo lograste conmigo, me has convencido de que eres un artista. Es más. — Se inclinó para quedar a muy pocos centímetros de mi rostro. — Justo ahora pienso que tú mismo eres arte.

— ¿Pero qué dices? — Mi rostro se tornó rojo nuevamente. Él no podía estar diciendo eso, yo tenía que estar soñando, porque él cada vez parecía más enamorado de mí.

— ¡Sólo digo la verdad! ¿Recuerdas cuando dijiste que la perfección era subjetiva? Pues tenías toda la razón, es cierto, porque para ti, tú no eres la gran cosa, pero para mí, eres perfecto.

— ¡¿Qué?! — Él se reía de la actitud que yo estaba tomando. — ¡¿Pero cómo?! ¡Gerard! Con eso no se juega.

— ¡No estoy jugando! Estoy hablando muy en serio.

— ¿Desde cuándo tú...?

— ¿Recuerdas lo que quise decirte el mes pasado y no pude?

— Claro, me dejaste en suspenso esa noche.

— Fui incapaz de decirlo porque creía que era muy pronto, demasiado pronto, por eso te pregunté también qué tan rápido puede cambiar una persona de opinión, porque la verdad es que yo te... — Tuvo que frenarse porque el sonido de alguien tocando la puerta arruinó el momento ¿Por qué alguien siempre tiene que importunar en los momentos importantes?

Yo estaba allí muriéndome por escucharlo y ya no pude hacerlo.

— ¡Frank! — Era mi papá detrás de la puerta. — Uno de tus amigos vino a verte, es el hermano de Gerard de hecho.

— ¿Mikey? — Nos miramos extrañados. — ¿Tú sabías que Mikey venía? — Gerard ladeó la cabeza en negación.

Qué remedio, no me quedó de otra más que decirle a mi papá que dejara que Mikey entrara al cuarto, así que lo que Gerard tenía que decirme, iba a tener que esperar... Más...

— Hola, Frankie-k... — Mikey se detuvo en seco al ver a su hermano. — Gee... N-no esperaba verte aquí.

— Me atrevería a decir lo mismo, Mikes. — Respondió el pelirrojo. — ¿Qué haces tú aquí?

— Vine a hablar con Frank. — Estaba muy nervioso. — P-pero... No es tan importante, así que si ustedes... Yo... Puedo irme, lo que yo venía a hacer puede esperar, así que...

— No, no. No te preocupes. — Dijo Gerard. — De todos modos, Frank y yo ya aclaramos aquí el asunto que teníamos que aclarar.

« ¡No!». Pensé. «Justo ahora tú y yo tenemos mucho que aclarar, Way».

— Así que no te preocupes, Mikey, yo ya me voy, puedes hablar tranquilo con Frank... ¿Quieres que te espere afuera para irnos juntos a casa?

Qué desastre, yo no quería que Gerard se fuera, pero tampoco me atrevería a decirlo.

— N-no. Tengo dinero para un taxi, descuida. — La actitud de Mikey ante su hermano mayor parecía volver a ser un poco distante, como si su relación aún no estuviera del todo bien, como si la última reunión que tuvimos, en la que todo estuvo perfecto y ellos eran los mejores amigos de nuevo, hubiese sido una farsa, al menos por parte del Way menor, porque Gerard nunca dejó de mostrar su amor por Mikey.

— Bien ¿De qué querías hablar conmigo? — Pregunté sin rodeos.

— Estaba dudando si venir o no, pero... Al final decidí que lo mejor sería hacerlo. — Ahora él tomó asiento en mi cama, ocupando el lugar que estaba ocupando su hermano tan sólo minutos atrás.

— ¿Pasa algo malo? — Yo también volví a tomar asiento en mi lugar inicial.

— ¿Ese es el cuaderno donde escribes poesía? — Señaló de repente el objeto en mis manos.

— Sí... Lo es...

— ¿Puedo verlo? — Preguntó haciendo un puchero, inspirando ternura.

— Ya lo estás viendo. — Lo levanté un poco para que lo detallara a la distancia. — Tiene este bonito dibujo hecho por tu hermano.

— No me dejarás leerlo ¿Huh?

— No te sientas mal, Mikey, no dejo que nadie lea mis poemas.

— Pero esa regla tiene excepciones ¿Verdad? Estoy 101% seguro de que Gerard no es nadie, y a él sí lo dejas leer tu poesía.

— Es cierto, tienes razón. — Me levanté de mi silla y fui a guardar mi cuaderno en mi mochila, la cual estaba tirada sobre mi escritorio. — ¿Pero qué tiene que ver esto con tu visita? No me digas que viniste a hablar de Gerard.

— ¿Ya son novios? — Preguntó sin más.

— ¿N-novios? — Ahogué una risa mientras volvía a tomar asiento frente a él. — Creo que estamos lejos de serlo... ¿O quién sabe? — Se me escapó una sonrisa boba. — Parece que la vida da muchas vueltas y la gente cambia de opinión muy rápido.

— Vaya, parece que tienes las ilusiones en alto, Frankie-kun.

— Repito: ¿Viniste a hablar de Gerard?

— Sí. — Asintió cabizbajo. — Porque tú... Tú aún me importas mucho, Frank, y no quiero que Gerard te lastime.

— Suenas como Lindsey. — Fruncí el ceño.

— ¿Y qué pasa si ella tiene razón?

— No puedo creer que hayas venido a mi casa a tirarle mierda a tu propio hermano. Eso es inaceptable, Mikey, además ¿No se supone que ya me habías superado? ¿Al menos has tratado de hacerlo?

— P-por supuesto que sí... N-no sabes cuánto. Pero yo... — Respiró hondo. — ¡Aún te quiero, Frank! He tratado con todas mis fuerzas de superarte... — ¿Tan poca era su fuerza? — Admitir mi derrota ante Gerard y dejarte ir, pero lo que siento por ti es demasiado fuerte. N-no es mi culpa sentirme de esta manera.

— Sigues sonando como Lindsey... — Así mismo era ella con Gerard. — Y no creas que yo caeré en el mismo juego tóxico en el que ellos estuvieron inmersos.

— No quiero crear ningún "juego tóxico", tampoco estoy exigiendo que correspondas mis sentimientos, sólo quiero dejarte en claro que te quiero, y porque te quiero y me importas, no quiero que te ilusiones con Gerard, porque él sólo busca dañarte.

— ¿Entiendes que es de tu propio hermano de quien estás hablando?

— ¿Y qué? Que sea mi hermano no lo hace dejar de ser una persona de mierda. No pienso quedarme de brazos cruzados viendo cómo él se sale de la suya, Gerard disfruta de jugar con los hombres ¿Crees que ahora parece enamorado de ti porque de verdad lo está? — La actitud de Mikey era sorprendente, parecía poseído por Lindsey. — No es la primera vez que tiene estos comportamientos con alguien, y créeme, lo hace a propósito, hace que esos pobres chicos acaben flotando en una nube para luego bajarlos de la manera más cruel posible. Así es la rutina: Primero te dice "es que no puedo amar a nadie", de esa manera se vuelve más creíble cuando "cambia de opinión" y te hace sentir como si fueras "su salvador", el primero que logra despertar sentimientos en él. Es una mierda, Frank, entiende que Gerard no es ningún ángel, es un monstruo que no puede querer a nadie.

— Basta, quiero que te vayas de mi puta casa si vas a decir esas cosas, no lo soporto.

— Entiendo que la verdad duela.

— No es la verdad, Mikey, para nada lo es. No puedes decir que Gerard es incapaz de querer cuando tú eres la persona a quien más quiere, él te ha cuidado desde que eras pequeño, arriesgó muchas cosas por ti. — Rodó los ojos expresando total fastidio. — Él incluso sería capaz de recibir una maldita bala por ti.

— ¿Podrías traerme un vaso de agua? — Y ahora yo quedé desconcertado ante el repentino cambio de tema a causa de esa petición.

— ¿A qué viene ese cambio de repente?

— A que tengo sed ¿Qué hay con eso? No creas que me quedé sin respuestas o que me arrepentí de lo que dije, porque no es así.

— B-bien...

Quise decirle "anda a tomar agua en tu maldita casa y vete de la mía", pero la educación siempre termina pudiendo más que yo. Fui a la cocina por su vaso de agua, regresé al cuarto, lo encontré sentado donde lo dejé, él sólo bebió el agua y dijo:

— Veo que nada de lo que diga va a hacerte cambiar de opinión, quisiera poder seguir intentando que entres en razón pero es inútil ¿Cierto?

— A-así parece. — Respondí.

— Cuando Gerard te hiera, no te diré "te lo dije".

— Tampoco quiero que lo hagas.

— No te diré "te lo dije" porque no sentiré satisfacción si al final termino teniendo la razón, más bien, me sentiré muy triste de que ese idiota te rompa el corazón y que yo no haya podido hacer nada al respecto, porque lo cierto es que me importas más que nada y te quiero, Frank, sólo ten presente eso.

No esperó mi respuesta, simplemente se levantó, me regresó el vaso donde le había servido el agua, me dijo adiós y se fue.

No sé por qué, pero todo se me hizo sospechoso de alguna manera, pero no quise prestarle atención, para mí, lo mejor era mantener la indiferencia en alto para con Lindsey y su séquito, qué triste que fue saber que Mikey formaba parte de dicho séquito.

Así fueron pasando los días, la navidad se hacía cada vez más presente, Gerard estuvo muy feliz esos días porque su papá logró tomarse unas vacaciones para pasar las fiestas con él y con Mikey. No volvimos a hablar del "asunto", él no volvió a tocar el tema de sus sentimientos por mí, así que seguían siendo un misterio, un misterio no tan misterioso, pues aún actuaba como si fuera mi novio, incluso me invitó a pasar la navidad con su familia, tristemente tuve que mentirle diciendo que mis padres no me habían dado permiso porque para nosotros la navidad es una fecha muy especial, para pasarla exclusivamente en familia y por eso no me dejaban salir esos días, esto no es mentira, sin embargo, ni siquiera hice el esfuerzo de pedirles permiso de visitar a los Way porque no quise hacerlo, no porque me asustara conocer al papá de Gerard, sino porque ahora sí, definitivamente, no quería verle la cara a Mikey, menos en navidad.

De todas maneras, estaba claro que mis padres no me darían permiso, mucho hicieron con cancelar nuestro viaje a Jersey por mí. La navidad anterior, me perdí el cumpleaños de Andy porque tuvimos que viajar a visitar a nuestra familia en Jersey, pero esta vez, pasé casi todo el año presionando a mis padres para poder estar en la ciudad para el 26 de diciembre porque si no, Andy me mataría por perderme otro de sus cumpleaños, al final accedieron, así que no podía seguir exigiendo más.

Durante la fiesta de cumpleaños de Andy, nadie dejó de mirarnos a Gerard y a mí, tampoco dejaron de preguntarnos si éramos novios, no esperaba que me incomodara tanto, creo que dicha incomodidad se debía a la tensión que sólo yo sentía porque ansiaba saber si Gerard había cambiado de opinión con respecto a enamorarse, si al final mis amigos tenían razón o no. Lo que me había dicho Mikey, no me afectaba en lo absoluto, no me preocupó ni nada por el estilo, porque estaba consciente que no eran más que las palabras de un niño a quien su crush rechazó, influenciado por una persona como Lindsey. Estaba seguro de que Mikey se iba a retractar de sus palabras mucho después y acabaría disculpándose con su hermano mayor.

Mikey me tenía sin cuidado, después de todo, él también sabía que yo estaba enamorado de Gerard y nunca le dijo una palabra al respecto, además, él mismo decía que me quería... Y si de verdad me quería, no iba a intentar nada contra mí ¿No? Por eso no sentía que él fuera una amenaza.

En cuanto a Gerard, en todos los días que pasaron antes del 26 de diciembre, no estuvo en contacto conmigo porque estaba muy ocupado con su familia, y yo lo entendía, pero aún me estaba matando el suspenso en el que había quedado lo que yo llamaba "nuestra telenovela", justo cuando íbamos por los episodios interesantes: Donde Gerard Way comienza a mostrar sentimientos por Frank Iero.

Cuando volvimos a vernos, yo sólo quería hablar del asunto, pero él parecía evadir el tema, hasta que hubo un momento en la fiesta en el que, no sé si fue porque se dio cuenta de mi insistencia o porque estaba un poquito borracho, pero tomó la iniciativa de querer hablar conmigo en privado, así que nos alejamos de la multitud y salimos un rato. Entonces él me dijo: «Frank, tengo algo muy importante que decirte».

Continue Reading

You'll Also Like

1.3K 75 26
Es una historia echa por mi en base ala serie pero con eventos y cosas muy diferentes espero la leas y te guste solo disfrutala!! Creador de la histo...
323K 24.7K 53
Historias del guapo piloto monegasco, Charles Leclerc.
515K 82.1K 34
Park Jimin, un padre soltero. Por culpa de una estafa termina viviendo con un completo extraño. Min Yoongi, un hombre solitario que guarda un triste...
438K 36.2K 51
Harry Styles, lindo, no muy popular. Toda su vida y pensamientos se basan en una sóla persona, en Louis Tomlinson, su compañero de clases desde hace...