Path(po)etic; Frerard

By Angelicalexia

141K 16.5K 41.4K

Donde Frank está enamorado de un artista, pero hay un problema... Su mejor amiga también está enamorada de es... More

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Epílogo o Poema Final
Anexo

Capítulo 17

3.9K 429 1K
By Angelicalexia

Tuve un extraño sueño en donde Gerard y yo estábamos en la escuela, sentados en las escaleras; no estábamos solos, muchas personas caminaban por el pasillo, subían y bajaban los escalones pero nunca nos llegaban a prestar atención, como si no existiéramos. Mientras tanto, él y yo estábamos ensimismados en nosotros mismos, así como todos los transeúntes hacían como si nosotros no existiéramos, nosotros hacíamos como si ellos no existieran, como si sólo fuésemos los dos en todo el pasillo, me atrevería a decir que en toda la escuela. No estábamos hablando, ninguno de los dos dijo ni una sola palabra en todo lo que duró aquel sueño; un sueño demasiado vívido, tan real. Mi mano derecha estaba posada sobre el escalón, en el pequeño espacio entre nosotros, y él sólo la acaricia con la yema de sus dedos, yo levanto mi mano y hago lo mismo, nuestros dedos rozan la palma de nuestras manos y también la parte de atrás, pero nunca llegamos a entrelazarlos aunque parezca que estemos por hacerlo. Parecemos estar demasiado distraídos en esta acción en la que sólo jugueteamos con nuestros dedos y nada más. Y cuando nuestros dedos se entrelazan, cuando por fin me toma de la mano, termino despertando.

Al abrir mis ojos, él fue lo primero que vi; tenía la vista fija en mi rostro, como si hubiese estado mirándome atentamente mientras dormía, al mismo tiempo que estaba acariciando mi cabello, seguramente se distrajo en eso.

Eran casi las tres de la tarde cuando llegamos a su casa, no vi a Mikey, Gerard me contó que había pasado todo el fin de semana encerrado en su cuarto, sin tener ningún tipo de contacto con el mundo exterior, sólo salía de su cueva para tomar agua, comer e ir al baño, pero que de todas formas no quiso hablar con su hermano mayor. Gerard me preguntó a qué se debía la actitud de Mikey, porque estaba claro que yo debía saberlo, el mismo Gerard vio cómo todo se originó a raíz de aquella reunión el sábado, yo le respondí que por los momentos no era nada de lo que debiera preocuparse, le dije que me sentía pésimo por el estado anímico de Mikey, pero que yo mismo lo solucionaría. Acostumbrado a un grupo de amigos donde esta clase de explicaciones no bastaban sino que tenía que dar detalles sobre cada cosa que sucedía en mi vida, se me hizo extraño que mis vagas palabras fueran suficientes para Gerard, quien no me pidió más detalles ni explicaciones, sólo le bastó con saber que lo que sea que le pasara a Mikey se iba a solucionar porque yo mismo me encargaría de eso.

Estando en su cuarto, hicimos lo que él dijo que haríamos; nos acostamos en su cama a fumar y a oír en silencio un álbum llamado Ape in Pink Marble de un tal Devendra Banhart, nunca había escuchado de él o alguna de sus canciones antes, porque nunca han sido mi estilo esas canciones folk psicodélicas que nadie conoce, ese era más el estilo de Gerard.

No hicimos nada más que entrar en un trance de relajación inmenso mientras escuchábamos esas canciones tan relajantes; todas tenían un ritmo simple, algunas eran acústicas y otras más rítmicas, pero todas con influencias de la música de los años 70 u 80, además de que la voz del cantante era igual a la de los demás exponentes del género (para mí todos cantan casi igual), el álbum no fue para nada pesado, sino todo lo contrario, además de que las letras eran muy buenas y profundas. Me gustó mucho a pesar de lo distinto que era a toda mi música emo, eso me pasaba con las canciones de Gerard, eran muy pocas las que me desagradaban, él se encargaba muy bien de inducirme a su mundo de arte y canciones desconocidas. Estar con Gerard era culturizarse.

Y mientras estuvimos escuchando la música no dijimos nada, pero nos sentíamos bien el uno con el otro, como si las canciones hablaran por nosotros y eso para mí era perfecto.

Cuando acabó el álbum hablamos un rato al respecto, Gerard se veía muy contento de que me gustara. Después tomamos café en la cocina, tenía razón cuando dijo que Mikey no había salido de su cuarto y que no lo haría, porque nunca lo hizo. Pero siendo sincero, yo ya no estaba pensando en Mikey, estaba más pendiente de estar con Gerard que de otra cosa. Sentía que todo iba muy bien. De tantas cosas que hablamos, no tocamos el tema del beso, y eso estaba bien para mí, porque no había incomodidad entre nosotros ni tampoco esa tensión romántica/sexual que te obliga a sentir ansiedad, sólo éramos nosotros pasando tiempo juntos y por la manera en que lo hacíamos, habríamos podido ser lo que sea; amigos, mejores amigos, cómplices, novios o amantes. Daba igual, porque nos sentíamos bien el uno con el otro.

Volvimos a su cuarto, él colocó su laptop sobre la cama y luego me hizo ver una película extranjera. Nunca fui fanático del cine extranjero y menos del francés, no me gusta el francés, nunca me ha gustado el francés y nadie ha podido hacerme cambiar de opinión, ni siquiera Gerard. No sé por qué el idioma me desagrada tanto, pero es algo personal y también raro, aunque sé que no soy el único al que le pasa, una vez tuve un amigo a quien le desagradaba el japonés y le aturdía sólo escucharlo (Mikey lo habría odiado), bueno, a mí me pasaba eso con el francés. Cuando vimos Call Me By Your Name toleré el francés porque también había italiano y el idioma que predominaba era el inglés, no era como que tenía que pasar toda la película escuchando ese idioma que tanto me molestaba.

Me hizo ver una película llamada "Sans Toit Ni Loi ", Gerard me explicó que era una película de una directora francesa muy reconocida llamada Agnès Varda, una de las pioneras del cine hecho por mujeres en Francia, también me explicó que sus películas son arte puro. Tenía descargada la película y cuando abrió la carpeta en la que se encontraba, me fijé en que tenía más películas extranjeras, algunas que tenían por título palabras en idiomas que nunca podría detectar porque para mí, parecían letras colocadas al azar. De nuevo, me sentí demasiado común y corriente para él.

Al igual que pasó cuando Mikey me hizo ver anime, traté de ser condescendiente, mostrarme entusiasmado y tratar de prestar atención y no bostezar ni una sola vez y tampoco mostrar mi desagrado ante el idioma... Pero no sé en qué momento terminé quedándome profundamente dormido.

— ¿Cuánto tiempo llevo dormido? — Pregunté.

— La película dura una hora y dieciocho minutos. — Respondió sin dejar de acariciar mi cabello. — Te dormiste a los veinte minutos y la película en sí terminó hace bastante rato. — Me regaló una hermosa sonrisa. — Si te aburren esta clase de películas, tenías que decirlo.

— Es que soy condescendiente.

— No tienes por qué serlo conmigo, Frankie. — Se dio cuenta de la forma en la que lo miraba, creo que las miradas te delatan y dejan en claro lo que estás pensando sin necesidad de que hables. — ¿Qué tanto me miras?

— Eso debería preguntarte yo a ti. — Reí. — Siempre estás mirándome.

— Porque siempre he sentido atracción por las cosas hermosas, por eso siempre estoy mirándote.

— Entonces creo que podría decir lo mismo.

— Tienes la carita más linda del mundo. — Yo continuaba acostado mientras que él estaba sentado junto a mí sin dejar de mirarme. La mano que estaba acariciando mi cabello pasó a acariciar cada extensión de mi rostro con la yema de sus dedos. — Me gustan tus ojos, son preciosos, son del color más bonito que he visto.

— Estoy seguro de que en el mundo hay millones de personas con ojos avellanas, Gee.

— Pero no como los tuyos... Quiero pintar tu rostro, y cuando lo haga, me tomaré mi tiempo con tus ojos, estoy seguro de que me costará escoger los colores correctos y capturar su perfección al máximo, quiero hacerle justicia a esos ojos, quiero hacerte justicia al retratarte, Frank. También me gusta mucho tu nariz y me gusta cómo se ve decorada con ese aro. — Sus dedos índices pasaron suavemente a lo largo de mi nariz, luego se movieron hacia mis mejillas y pararon a acariciar mis labios. — También amo cómo se ve ese otro aro en tu labio inferior... Amo tus labios, me gustaría besarte de nuevo.

Iba a responder algo como "entonces hazlo", pero no hizo falta, él dijo que quería besarme de nuevo y lo hizo, estuve feliz de recibir sus labios sobre los míos, este segundo fue mucho más profundo y explosivo que el primero, tampoco fue tan breve.

— Me gusta cada extensión de ti, Frank. — Musitó sobre mis labios, volvió a besarlos, pero esta vez sí fue de manera simple. Su escurridiza mano seguían acariciando mi rostro, luego pasó por mi cuello, mi pecho, mi abdomen, se tomó el atrevimiento de pasear por debajo de mi camiseta, provocándome cosquilleo al sentir la frialdad de ésta sobre mi piel, y siguió aventurándose hasta llegar a mi pantalón, comenzando a acariciar mi entrepierna por sobre la tela, con toda la intención de provocarme una erección, cosa que por supuesto logró. — Me pareces perfecto.

Su mano traviesa logró entrar por mi pantalón y ropa interior hasta llegar a su objetivo, desabroché mi pantalón para no causar incómoda su acción de darme placer con su mano, la cual estaba llevando a cabo muy bien. Él sabía perfectamente lo que estaba haciendo por la manera en la que acariciaba mi miembro con movimientos lentos pero fuertes al mismo tiempo. Cerré mis ojos y me limité a disfrutar el momento; no me esperaba que pasara, pero estaba pasando de manera espontánea, era de esa forma que sucedía todo con Gerard; espontáneamente. Apenas abrí mis ojos, pude darme cuenta de que él no dejaba de mirarme, estaba mordiendo su labio inferior, le estaba gustando lo que veía. Más que nunca, quise besarlo, tocarlo, hacerlo sentir placer. Y eso era lo único que importaba por el momento; disfrutar del contacto físico que él me estaba pidiendo y lo demás vendría después.

Me levanté para posicionarme arriba de él, tomando sus muñecas mientras le daba un beso húmedo cargado de lujuria, él no estuvo para nada en contra, me permitió explorar su boca con gusto mientras que su lengua danzaba con la mía en un excitante jugueteo para ver quién tenía el control. Nos separamos por unos segundos por falta de aire, lo sentí soltar un pequeño jadeo sobre mis labios antes de atacarlos de nuevo mientras me quitaba la camiseta, después yo le quité la suya y luego desabroché sus pantalones para quitarle la ropa interior y liberar la erección que debía estar apretando mucho allí.

Estábamos completamente desnudos y aun así sentía un calor que me estaba quemando por dentro, el frío que estaba haciendo dentro del cuarto de Gerard había desaparecido por completo y ahora sólo hacía calor. Cansado del jugueteo previo y con ganas de estar dentro de él, me posicioné cómodamente entre sus piernas abiertas y como el niño inexperto que era, sin saber cómo hacer las cosas, entré en él de golpe, sin preparación previa. Al momento en el que estuve en su estrecho interior, arqueó la espalda, apretó los ojos y soltó una fuerte maldición al aire, para luego dejarse caer nuevamente sobre la cama y soltar un largo suspiro.

— L-lo siento... — Dije. — ¿Te lastimé?

— Uhmm... T-tú continúa... — Respondió.

Fui un inconsciente, lo sé.

Él era quien sabía lo que estaba haciendo, comenzó a moverse sensualmente, chocando su trasero contra mi pelvis mientras que gemía sin control. Luego yo comencé a seguirlo, moviéndome a su ritmo, mientras me aferraba a sus caderas, acariciando y apretando sus muslos a mi antojo, su piel se sentía tan suave, sólo quería estar tocándolo, besándolo y escuchando sus sexys gemidos todo el día si era posible. Era malditamente sexual la manera en la que cerraba sus ojos y demostraba cuánto lo estaba disfrutando mientras que con sus manos se aferraba con fuerza a las sábanas con cada una de mis embestidas. Quise atacar su boca de nuevo y cuando lo hice, él mordió mis labios tan fuerte que los hizo sangrar, pero no le importó para nada, luego yo le pagué con el rastro de mordidas que dejé en sus perfectas clavículas.

Por primera vez, era él quien estaba a mi merced, lo tenía debajo de mí, sudando, retorciéndose de placer, llevando a cabo esos movimientos de caderas que me estaban llevando al límite. Gerard es quizás la persona más sexual que se ha cruzado en mi vida, es imposible no excitarse con una sola mirada de su parte.

— Aaah, Frank. — Gimoteó mientras acariciaba levemente mi espalda con sus uñas. — E-eres tan malditamente sexy.

Cerró la frase con un pequeño grito y se aferró más a mi espalda, logrando clavar sus uñas en ella, porque fue entonces cuando llegué a su "punto mágico". Sentí que estaba a punto de llegar y me dejé caer un momento para enterrar mi cara en su cuello, besarlo, morderlo otra vez. Esa cercanía me encantaba.

Terminé acabando dentro de él, y sólo bastaron unas dos embestidas más para que él se corriera en mi pecho. Dedicándole una mirada sexual, tomé un poco de su semen con mis dedos y lo probé, esto lo llevó a soltar otra maldición y a decirme "me encantas, Frank".

Nos separamos, terminé desplomándome junto a él, tratando de acoplarme; casi no podía respirar y mi pecho quemaba, aún sentía al máximo la adrenalina del momento.

Él se recostó encima de mí para besarme otra vez.

— Eso estuvo fantástico. — Dijo.

— Lo sé... — Respondí.

Se me habrían ocurrido mejores cosas qué decir, pero todas ellas iban a ser la clase de estupideces sentimentales que dices después del sexo y de las que luego te arrepientes.

Como todo adolescente, deseaba que mi primera vez fuera como en los libros, no sólo sexo, yo quería hacer el amor; pero luego te das cuenta de que nunca entendiste lo que significa el amor realmente. Llegué a pensar que quizás así debían ser las cosas; que si te quedas esperando a que tu primera vez se trate de "hacer el amor", te vas a morir virgen, pero al mismo tiempo, estaba seguro de que alguna vez en tu vida tienes que hacerlo. Y eso era lo que yo quería con Gerard; llegar a hacer el amor. Habíamos llegado a tener sexo y había sido fantástico, pero yo quería más que eso, quería esa clase de conexión sentimental que nos llevara mucho más lejos que el simple placer físico, quería el palabrerío romántico, quería que él se enamorara de mí.

Sé que quizás el hecho de enamorarlo era un reto muy grande, pero no lo veía imposible. Por los momentos, yo le atraía físicamente, yo le gustaba; le gustaba mi rostro, le gustaba mi cuerpo, le gustaba la manera en la que lo embestía, pero eso no significaba que en un futuro no pudiera gustarle más de mí, que pudiera enamorarse aunque yo no fuera tan interesante como él y mi mente no fuera tan profunda como la suya. Pero quería enamorarlo sin importar el tiempo que llevara... Yo estaba dispuesto a esperar.

Y si llegara el momento en el que me daría cuenta de que estaba esperando por nada, si llegaba a enamorarme al punto en el que no querría nada de él sino el amor que él no podría darme, entonces yo mismo me alejaría y acabaría todo por lo más sano. Estaba dispuesto a aceptar el final y si salía lastimado yo al final, no le echaría la culpa, yo mismo asumiría la responsabilidad de haberme enamorado solo y todo acabaría tan bien como empezó.

El plan sonaba bien para mí; por ahora sólo tenía que disfrutar de estar con él sin ningún tipo de atadura o límite y que pasara lo que tuviera que pasar. Por los momentos yo estaba feliz y dispuesto a esperar el día en el que él se enamoraría de mí.

Ese mismo día lo hicimos de nuevo, cuando después del primer acto sexual, nos duchamos juntos.

Después de volver a vestirnos, me di cuenta de que ya eran las cinco y decidí que era hora de volver a casa. Cuando le dije que me iría, él me dijo que bajaría conmigo para abrir el portón, eso me causó nostalgia, porque meses atrás, nos conocimos gracias al bendito portón automático del edificio. Al salir de su habitación, las cosas se tornaron incómodas porque justo mi mala suerte, que creí inactiva, volvió a activarse; Mikey justo estaba entrando al pasillo, se detuvo en seco al verme y yo me detuve de la misma manera. Quise decir algo, por lo menos decirle "hola", pero él, evadiendo mi mirada, apresuró el paso hasta llegar a su habitación y regresar a su encierro. Eso me recordó lo mal que estaban ciertas cosas.

— Tranquilo. — Musitó Gerard palmeando mi hombro para darme ánimos. — Todo saldrá bien.

— Gra-gracias...

Salimos, bajamos en silencio por el ascensor, caminamos hacia el portón, él sacó el pequeño control de su bolsillo y presionó el botón que lo abriría.

— ¿Escribirás para mí hoy? — Preguntó mordiendo su labio inferior.

— No. — Respondí fingiendo indiferencia cuando la verdadera respuesta era un "sí".

— Quizás yo sí lo haga. — Dijo de todas maneras.

— ¿Y me dejarás leerlo?

Él tan sólo soltó una de sus risitas traviesas antes de darme un beso corto en los labios y alejarse despidiéndose suavemente con la mano.

Él no estaba enamorado de mí; me estaba utilizando para crecer como artista. Yo estaba consciente de todos estos detalles y aun así no podía haber estado más feliz.

Cuando llegué a mi casa, mis padres se dieron cuenta del "brillo" que traía, al parecer estaba irradiando toda la adrenalina y felicidad en el exterior. Corrí escaleras arriba hasta mi cuarto, lancé la mochila sobre la cama. Apenas desbloqueé mi celular para darme cuenta de las muchas notificaciones y mensajes que tenía; ignoré todo. Sólo busqué mi cuaderno y me puse a escribir.




«La Espera

Estaré esperando por ti, no me importa si en el proceso todo se viene abajo.

No me importa si al final no vale la pena lo que tanto estoy esperando,

sólo quiero poder estar a tu lado en el tiempo adecuado.

Con el tiempo he aprendido que no hay que forzar las cosas, que si algo tiene que pasar, pasará.

Así que no debes preocuparte, no te haré sentir presión de ningún tipo. Lo que decidas estará bien.

Esperaré cuanto sea necesario.

Incluso si no tengo recompensa, me hace feliz formar parte de tu mundo,

porque eres tan interesante sin intentarlo,

pintaste con óleos mi mundo sedentario

y musicalmente haces que crezcan rosas en el espacio.

Voy a esperar, porque nunca se sabe qué pasará,

por ahora podemos sentarnos en la luna mientras yo te hablo de perder el tiempo y tú me besas sin decencia alguna.

Por ahora estoy bien así.

No sabes que quiero causar un impacto en tu universo como tú hiciste con el mío.

Y probablemente no lo sepas hasta de que me cerciore de que, a pesar de todo, estaremos tranquilos.

Respetaré cualquier decisión que tomes.

Si quieres tomar mi mano para explorar juntos nuevas galaxias y crear un sólo universo para ambos, me harás tan feliz,

me harás no tenerle miedo a nada. Todas mis ataduras, voy a dejarlas. Voy a dar lo mejor de mí,

y no tendré miedo de entregarte lo mejor de mi mundo, porque tendré por seguro que tú sabrás apreciarlo.

Pero si no quieres cubrirte en mi manto de estrellas, si en un futuro decides explorar nuevas tierras, realmente lo entenderé.

No tienes de qué preocuparte, porque no te obligaré a cambiar de opinión, no haré que te sientas mal con tu decisión.

No quiero forzarte a amarme, no quiero ser yo quien amargue tu existencia,

no quiero ser yo el egoísta que robe tu magia para beneficio propio.

Sea lo que sea que pase, no me molesta esperar.

No sé si esta espera dará frutos o no,

no sé cuánto durará, podría tardar siglos, podrían haber batallas de por medio,

podrían cambiar nuestros océanos y nuestro soundtrack, podría pasar cualquier cosa...

Pero te advierto que no esperaré para siempre.

Sin importar lo que sea, tendré mi respuesta cuando me canse de la espera.

Sólo te pediré que seas sincero, quiero que seas tan honesto como si no te importara cómo me vaya a sentir.

Sé que suena rudo, cruel, pero si no tienes "tacto", me da igual, porque lo que me importa es lo que de verdad sientes al final...

Sé honesto, que no te importe si me vas a lastimar, yo lo aceptaré,

de todos modos sé que estaré bien,

si tú sigues ayudándome a mejorar mi mundo

y me sigues dejando conocer un poquito el tuyo».


Continue Reading

You'll Also Like

2.7K 146 7
Raptor: Es un chico con mucho ego, está en tercero de preparatoria, es el mas popular de la preparatoria, por lo tanto barios chicos y chicas están e...
65.5K 3.1K 67
➥ Es obvio que el amor es un tema complicado. 12 chicos que no saben nada de esto o han tenido malas experiencias comienzan a sentirlo. ¿Será todo c...
3.4K 91 6
Esta historia trata sobre el ship de •Temor x Ansiedad• tendra algunas escenas románticas, 🔞 y otras cosas. Espero lo disfruten.
6.7K 675 21
Lo que parece un seguimiento rutinario para una noticia del periódico, lleva a dos periodistas de investigación a una trama de secuestro, asesinato y...