Path(po)etic; Frerard

By Angelicalexia

139K 16.4K 41.2K

Donde Frank está enamorado de un artista, pero hay un problema... Su mejor amiga también está enamorada de es... More

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Epílogo o Poema Final
Anexo

Capítulo 6

3.5K 471 1.3K
By Angelicalexia

El hecho de que yo hubiese encontrado la manera de solucionar nuestro problema de no tener un plan, no significó para nada que el día iba a mejorar. Por el contrario, ese sábado se aplicó bastante bien la ley de Murphy; si algo puede salir mal, entonces saldrá mal.

Cuando llamé a papá, me dijo que estaba ocupado con unos asuntos del trabajo que se le presentaron de último minuto, así que no me quedaba de otra más que llamar a mi madre, quien me dijo que estaba en la tienda de muebles comprando una nueva lámpara para la sala, porque la nuestra ya había cumplido su ciclo de vida. Yo le dije: « ¿Te falta mucho? Porque podemos esperar a que vengas por nosotros»... ¿Y saben qué respondió?: «Después de que compre la lámpara iré directo a la casa, no pienso conducir más por hoy, así que, si quieres que los lleve, tendrán que venir».

... Esa bruja... La tienda de muebles quedaba a mitad de camino entre el centro comercial y mi casa. Tuvimos que caminar todo ese trayecto.

Al principio nos divertíamos caminando y hablando nuestras tonterías, pero llegó un punto en el que ya estábamos exhaustos, nuestros pies no respondían y estábamos a punto de morir. Para peor, llegando a nuestro destino, comenzó a llover.

— ¡MALDICIÓN! — Gritó Lindsey, harta de lo mal que estaba yendo el día. — ¡¿QUÉ OTRA COSA PUEDE SALIR MAL?!

Y pasó un auto por encima de un charco... ¿Y quiénes quedaron empapados por culpa de ese maldito charco gigante? Nosotros.

Cuando por fin llegamos a la tienda de muebles, nos encontramos con mi antipática progenitora en la entrada, quien ni siquiera se dignó a saludar a mis amigos, solamente nos dijo:

— No dejaré que se suban así de sucios a mi auto.

— ¡Pero mamá! — Protesté. — Hemos caminado mucho para llegar acá.

— Y si pudieron hacer eso, pueden llegar hasta casa, cariño. — Noté mucho sarcasmo en su tono "cariñoso".

Dicho esto, se subió a su poderoso auto y nos dejó allí varados como unos huérfanos.

— Bueno... — Dijo Patrick. — Vean el lado bueno, al menos ha dejado de llover.

— Y nosotros estamos empapados, sucios, cansados y la mamá de Frank es una perra. — Respondió Lindsey. — Sin ofender.

— No me ofende. — Me encogí de hombros. — Más bien me hace feliz que lo hayas dicho tú, porque si yo lo decía, iba a ser inapropiado... ¿Entonces? ¿Seguiremos caminando como unos desgraciados?

— Ay no. — Dijo Patrick. — Yo sólo quiero darme un baño caliente en este momento y tomar una buena taza de café mientras estoy enrollado en mis mantas como un sushi y escucho musiquita sad.

— Eso me suena como un buen plan. — Mencionó Mikey. — Y pensar que me estoy perdiendo el capítulo nuevo de Mahoutsukai No Yome por esto.

— Vamos, chicos. — Gerard trató de animarnos. — No podemos dejar que nuestro día se arruine.

— Por si no te diste cuenta. — Contestó Lindsey. — Ya está arruinado.

— Pues yo creo que Gerard tiene razón, hay que ser positivos. — Dijo Andy, mientras que no nos quedaba de otra más que seguir caminando. — Supongo que ya todo lo malo pasó ¿No? El día ya no podría ser más asqueroso, así que... — Se detuvo de la nada. Nosotros caminamos dos pasos más cuando nos dimos cuenta de que él había dejado avanzar y ahora su expresión facial no denotaba "positivismo".

— ¿Qué pasó? — Pregunté.

Él respiró hondo y tratando de mantener la paz que ya no tenía, me respondió:

— Pisé mierda.

— ¿Qué decías sobre nuestro día? — Preguntó Mikey, todos estábamos conteniendo la risa.

— Ay ya, muéranse.

Gerard, sin recato alguno, soltó la inapropiada carcajada que todos estábamos reprimiendo, me sorprendía cómo podía ser tan alegre incluso en un día tan nefasto donde todo nos estaba saliendo mal. Gerard se volvió más admirable ese día cuando demostró que su alegría era inquebrantable, aun cuando estaba todo sucio de charco, sonreía e irradiaba luz.

Antes de llegar a mi casa, pasamos por el supermercado del cual les hablaba, una vez ahí, hice la tonta pregunta: « ¿Quieren ir a comprar las cosas de una vez o prefieren que nos sequemos y cambiemos primero?». Todos me miraron con cara de "¿Es en serio?", y me di cuenta de que mi pregunta fue realmente estúpida ¿Quién se iba a atrever a entrar a un lugar público luciendo como nosotros?... Bien, la pregunta no fue tan estúpida cuando Gerard dijo que era mejor comprar las cosas primero.

— ¿Nadie me acompañará? — Preguntó, incluso.

— Estás loco. — Respondimos al unísono.

— Bueno, chicos. Entonces aporten el dinero y yo compraré todo. — Eso hicimos, cada quien sacó cierta cantidad de su billetera y le entregamos todo a Gerard, el único que no sentía temor de las miradas de la gente.

— Te acompañaré. — Dijo Mikey al fin y al cabo.

Me di cuenta de cómo, al parecer, a Andy le pareció un poco incómoda la idea de quedarse solo con Patrick, Lindsey y yo, pues, en cuanto Mikey decidió acompañar a Gerard, él hizo lo mismo. Comenzaba a preguntarme si de verdad había arreglado sus asuntos con Patrick, porque muchas acciones del día me hicieron dudarlo.

Al final, nos quedamos nosotros tres afuera, esperando a los demás.

— ¿Entonces? — Patrick se dirigió a Lindsey. — ¿Cuándo le entregarás la carta?

— Ya no quiero hacerlo. — Se mostró distinta, débil y nerviosa, como si todo el rato que Gerard estuvo con nosotros, ella lo hubiese pasado reprimiendo todos esos nervios.

— ¿Por qué no? — Protesté.

— Es que este no es el día, no puedo hacerlo, Frankie... Todo ha salido mal hoy, eso certifica que si le entrego esa carta a Gerard, todo saldrá mal y no podría soportarlo, en serio que no.

— ¡Lindsey! — Replicó Patrick. — No seas así, llevas muchos días intentando entregarle la carta, ¡Tienes que hacerlo hoy! Quién sabe si a lo mejor es lo único que saldrá bien en el día ¿Sabes? ¿Recuerdas lo que te conté la otra vez? ¿Lo que pasó en el cumpleaños de Mikey cuando jugamos verdad o reto?

Me tensé inmediatamente, lo único que cruzó por mi mente fue el maldito reto de Bob cuando quiso que besara a Gerard.

— ¿Y si Gerard dijo eso cuando estaba ebrio? — Fue la respuesta de Lindsey.

— Disculpen... — Dije. — Me perdí ¿Qué dijo Gerard?

— Eso pasó luego de que te fuiste. — Me explica Patrick. — Le pregunté a Gerard si sería capaz de experimentar con mujeres y me dijo que sí, que últimamente su mente está "más abierta a todo"... Él antes no pensaba así, por eso supongo que ALGUIEN. — Señaló a Lindsey con la mirada. — Lo hizo cambiar de opinión.

— Oh... — Ni siquiera pude sonar más animado. Por alguna razón, me dolió. — Eso... Es una buena señal.

— ¿Tú crees? — Lindsey me miró directamente a los ojos, con esa mirada en busca de esperanzas, sus ojos cafés se clavaron directo en los míos, estaban brillantes, como si me suplicaran.

¿Cómo mentirle si me miraba de esa manera? De todos modos tuve que hacerlo.

— C-claro. — Traté de mostrar un poco más de seguridad. — Precisamente por ustedes tuve la idea de que vengan a mi casa, así que olvida eso de que todo irá mal, porque las cosas saldrán bien al final ¿Sí? Gerard... — Tragué saliva. — Gerard y tú harían linda pareja.

— ¡Ay! — Me abrazó muy, muy fuerte, casi no me dejó respirar bien. — ¡Por eso te quiero tanto, tanto, Frankieeee! Y pensar que no quería confiar en ti ¡Ahora me arrepiento mucho, mejor amigo!

"Mejor amigo"... Morí en cuanto lo dijo.

Justo cuando los chicos estaban saliendo de la tienda con todo lo que compraron, el auto de mi papá se detuvo frente a nosotros.

— Vine a rescatarlos, chicos. — Dijo al bajar el vidrio.

— ¡Papá! — Exclamé. — ¿Cómo supiste que estábamos varados aquí?

— La Bruja ya me lo contó todo, no puedo creer que los haya hecho caminar tanto, me disculpo por eso.

— No te disculpes por algo que hizo ella, pa. — Dije. — El lado bueno es que estás aquí ¿No?

Subimos al auto, allí fue más notoria la diferencia entre mi mamá y mi papá con mis amigos, mientras ella era grosera, mi papá siempre conversaba con ellos y era muy simpático, más de una vez los chicos decían cosas como; "Frank, tu papá es genial".

En mi casa hay tres baños, así que les propuse a los demás darse una ducha, yo les prestaría ropa y en lo que veíamos la película y todo eso, su ropa estaría lavándose y secándose. Gerard había comprado chocolate y malvaviscos para hacer chocolate caliente y pasar el frío de la lluvia, mi papá se ofreció a prepararlo; siempre que invitaba a mis amigos, hacía cosas así, era muy servicial y siempre se encargaba de que mis amigos y yo estuviéramos bien, por el contrario, mamá odiaba las visitas y siempre se encerraba en su habitación. Una vez que todos nos duchamos y nos vestimos, no pudimos evitar burlarnos de Lindsey utilizando mi ropa, se veía tan graciosa. Por otro lado, Mikey dio por hecho que iba a quedarse con la camiseta que le presté, no importó cuánto discutí, él se la robó de todas maneras.

— Si Mikey se puede quedar tu camiseta, ¿Yo también me puedo quedar con ésta? — Preguntó Gerard.

— ¿Acaso piensan dejarme sin ropa? — Reí. — Claro que no, qué extraños son ustedes.

— No es justo ¿Por qué a Mikey sí y a mí no?

— Porque Mikey tiene más tiempo siendo mi amigo. — Fue mi respuesta, la cual provocó que Mikey le sacara a lengua a Gerard de una manera infantil.

Una vez estuvimos listos para ver la película, unimos el sofá grande con un sillón pequeño para que todos cupiéramos, los asientos se distribuyeron de tal manera que, Patrick quedó en una esquina del sofá, le seguía Lindsey, Gerard, luego yo, Mikey y Andy quedó en el sillón. Gerard fue quien autoritariamente eligió la película; Call Me By Your Name.

— Ya va a empezar con sus homosexualidades. — Se quejó Andy. — ¿Por qué siempre dejamos que Gerard escoja las películas?

— Calla, esto es arte. — Respondió Gerard. — Además, Sufjan Stevens forma parte del soundtrack y los escenarios son fantásticos...

Ese fue sólo el inicio del gran discurso que nos recitó. Fue él, poniéndose intenso, dándonos toda una reseña cinematográfica antes de poner la puta película. A mí, la verdad, me daba igual lo que colocaran, porque yo me estaba muriendo del cansancio, sabía que después del chocolate y las galletas, me quedaría dormido.

Al principio, no podía evitar prestarle más atención a Lindsey y a Gerard que a la película, ellos parecían tener química en ese momento, ella estaba recostada en su hombro, mientras que él no paraba de comentar ciertas escenas y ella reía con sus comentarios, asentía o le respondía. Se veían tan conectados y felices juntos que no podía evitar sentir envidia, por un momento, deseé ser Lindsey para poder tener la oportunidad de estar así con Gerard.

Mikey fue el primero en quedarse dormido en mi hombro y Gerard también pasó a estar muy cerca de mí, me sentía aprisionado entre los dos. Andy fue el segundo en quedarse dormido, y yo estaba tan cansado por culpa de ese día tan largo, que me dispuse a hacer lo mismo, sin embargo, la incomodidad de estar allí apretado entre Mikey y Gerard, me impedía buscar una posición cómoda para quedarme dormido, lo único que podía hacer para ello, era recostarme en el hombro de Gerard, pero no me lo iba a permitir, me iba a dar mucha vergüenza.

Sin embargo, hubo algo de la película que me llamó la atención y me mantuvo despierto, una pregunta que no me dejó dormir; ¿Es mejor hablar o morir?

En una escena, Elio, el protagonista, está reunido con sus padres un día en que no hay electricidad en la casa, es ahí donde su madre le lee una historia sobre un joven que estaba enamorado de una princesa, y ella también estaba enamorada de él, pero ninguno lo sabía; el joven se siente como mudo, incapaz de tocar el tema del amor, hasta que un día le preguntó a la princesa: « ¿Es mejor hablar o morir?». El final de dicha historia es revelado en la siguiente escena, cuando Elio habla con Oliver (el tipo del que se enamora) al respecto, le cuenta que la princesa, sin bajar la guardia para no delatarse, responde que es mejor hablar, sin embargo, el caballero prefirió morir.

Esa misma pregunta persistía en el protagonista, me sentía tan identificado con él en ese aspecto... ¿Es mejor hablar o morir? El protagonista de la película se encontraba en esa incertidumbre; no sabía si hablar, porque la persona que amaba era otro hombre, no sabía lo que podía pasar luego, si todo saldría bien o mal, o bien podría morir callado sin haber dicho nada. Está claro que a los protagonistas les salen bien las cosas por cierto tiempo, porque si no, no habría película... Pero yo no estaba en una película.

¿Es mejor hablar o morir? Yo había elegido morir.

Estaba muerto de todas formas; si hablaba, me arriesgaba a que todo saliera mal, que Gerard no me correspondiera y aunque lo hiciera, Lindsey estaba de por medio y se encargaría de encontrar la manera de arruinarme la vida.

— Esperen un momento. — Me levanté durante la primera escena sexual de los protagonistas. — Iré a la cocina por más chocolate.

Estaba tan distraído que me golpeé el dedo meñique del pie con el marco de la puerta de la cocina. Después de haber pasado el dolor, mientras me servía el chocolate en la taza, caí en la cuenta de que hablar no necesariamente tenía que significar hablarlo con Gerard. No tenía por qué decirle precisamente a él que probablemente me gustaba, también podía decírselo a Patrick o a Andy ¿No? El chiste era decirlo, sacarlo de mi pecho y sentirme mucho mejor. A pesar de que había decidido apoyar a Lindsey con Gerard, tenía que decirle a alguien lo que me pasaba y así dejarlo morir. En plan: «Gerard me gusta, pero sé que está mal y por eso no haré nada al respecto más que olvidarlo». Era una buena idea para mí.

— Se los diré. — Pensé en voz alta.

— ¿A quién le dirás qué cosa? — Casi se me cayó la taza del susto. Maldito Gerard.

— ¡Gerard! — Exclamé. — ¡Deja de hacer eso! Creo que te regalaré un collar con un cascabel, para que dejes de asustarme.

— Se me vería lindo. — Rió. — ¿Entonces? Estabas hablando solo...

— Pensando en voz alta, más bien.

— ¿En qué? — Se recargó del mesón y me miró directamente a los ojos.

— Metiche. — Rodé los ojos. — No es tu problema.

— Sólo me da curiosidad, no creo que sea un crimen ¿O sí?

— Mejor dime qué haces aquí.

— Yo también vine por más chocolate.

— Lástima, ya se acabó. — Sonreí con maldad. — Esta es la última taza.

Intempestivamente, el pelinegro se acercó unos pasos más cerca de mí, me quitó la taza de las manos, y sin apartar la vista de mí, le dio un largo sorbo, me iba a burlar de él cuando apartó la taza y tenía hecho un bigote de chocolate, cuando me di cuenta de que quizás fue a propósito, cuando retiró los restos de chocolate con su lengua, como si estuviera provocándome. Finalmente, me regresó la taza.

No sabía qué decir, no encontraba las palabras, él ni siquiera me dejó hablar porque me dejó solo en la cocina, parado como un idiota, no obstante, así como salió, volvió a los tres segundos.

— Ah... — Dijo. — Se me olvidaba. Frankie... ¿Crees que es mejor hablar o morir?

— Y-yo... Justo en eso estaba pensando. — Admití.

— Yo también lo he estado pensando.

— ¿Y llegaste a una conclusión?

— Ajá. — Asintió. — Pienso que es mejor hablar que morir callado.

— Pienso que tienes que ser muy valiente para hablar, creo que yo soy un cobarde, porque, por ahora, elijo morir.

— ¿Por qué?

— Sonará tonto, pero... — Me preguntaba por qué me estaba sincerando así con él. — Me asusta que todo se arruine, que las cosas salgan mal... Sé que el que no arriesga no gana, pero yo creo que la mayoría de las veces no es así, por eso a veces prefiero morir antes de que todo se arruine ¿No es patético?

— Es un miedo racional que todos tenemos.

— No creo que tú lo tengas, porque por algo eliges hablar ¿No?

— Sí, pero jamás lo hablaría si no estoy seguro de que todo saldrá bien. Y así será.

— ¿A qué te refieres?

— No hablaré hasta darme cuenta de que nada malo pasará si me confieso.

— ¿Y si nunca recibes la señal de que será mejor si hablas?

— Sé que ese día llegará. Pero en el caso hipotético de que no pase... Entonces, elegiría morir. Así que no te sientas patético. — Me rodeó con su brazo. — Volvamos con los muchachos, seguro se preocuparán.

— A-ajá... — Apenas respondí un poco atontado.

Sus palabras me dejaron fuera de órbita, estaba tan confundido. Me preguntaba a qué o quién se refería Gerard con eso de hablar el día que fuera conveniente, cuando se asegurara de que todo iba a salir bien, que, en todo caso, cuando no le quedara duda de que la persona a la que fuera a confesarse correspondería sus sentimientos.

« ¿Quién será esa persona?». Me pregunté.

Cuando regresamos al sofá, me sentía más incómodo junto a Gerard, sobre todo con lo sexual que era dicha película, tenía que mantenerme ocupado pensando en cualquier otra cosa que no fuera sexo. Por otro lado, Gerard tenía razón, la película era bastante buena, a mi parecer, sí tenía muchos tintes artísticos ¿Pero qué iba a saber yo de eso si no me consideraba un artista? Aparte, Sufjan Stevens quedó perfectamente en el soundtrack, Gerard tenía un muy buen gusto en todo, música, películas...

Al terminar la película, Patrick se levantó a encender las luces, alegando que su papá le había enviado un mensaje diciéndole que iría por él. Mi papá se había encargado de lavar nuestra ropa y ponerla en la secadora, así que, después de que vimos la película, los muchachos fueron a cambiarse para estar listos para irse. Mi plan era el siguiente; le preguntaría a papá si podía llevar a mis amigos a sus respectivas casas, de esa manera, yo los acompañaría y podría estar presente en el momento en el cual Lindsey le entregara la carta a Gerard, estaba seguro de que él no diría que no. En cambio, Patrick arruinó mis planes, pues, cuando su padre fue por él, propuso llevarlos a todos a sus casas... Y ya que yo estaba en mi casa, no tenía más remedio que despedirlos en la puerta y tener que esperar al lunes para ir a la escuela y preguntarle a Lindsey cómo habían salido las cosas.

— Gracias, por todo, Frankie. — Me dijo la pelinegra cuando nos dimos un abrazo de despedida. — Gracias a ti, el día no terminó siendo una mierda.

— Así que... ¿Vas a hablar o morir?

— Claro que voy a hablar. — Sonrió mostrando seguridad.

— Te deseo la mejor de las suertes.

Yo quería mucho a Lindsey como amiga, me di cuenta en ese instante, pues, a pesar de que Gerard me gustaba, mis buenos deseos eran sinceros. De verdad quería que ella encontrara la felicidad, y si ésta estaba junto a Gerard, yo tenía que aceptarlo.

Apenas los muchachos dejaron mi casa, corrí a mi cuarto y no dudé en quedarme dormido apenas toqué la cama, había sido un día muy largo y agotador. Pensé que dormiría hasta el mediodía, pero no cabe duda que mi cuerpo me traicionó; me desperté a las tres de la mañana. Traté de seguir durmiendo, di muchas vueltas en la cama, pero la verdad es que en mi mente no dejaban de repetirse distintas frases que tuve que plasmar en mi cuaderno para no olvidarlas.


«Hablar o Morir

Desearía poder exteriorizar esto que siento,

pero es que es tan confuso que creo que está hecho en el idioma más difícil del mundo,

porque no puedo entenderlo, mucho menos hablarlo.

¿Es mejor hablar o morir?

Después de todo, siempre he sido un cobarde,

no soy como tú, que tienes la seguridad de hacer lo que quieras, convirtiendo cada una de tus acciones en arte,

cada cosa que dices, cada cosa que haces...

Pero yo no puedo hacerlo, no puedo ser como tú aunque quisiera,

y no puedo tenerte aunque quisiera.

Creo que me gustas

¿Debería decirlo?

Quizás por eso no tengo más remedio que escribirlo,

sé que nunca lo leerás, probablemente nunca lo sabrás.

Porque prefiero morir por mi cuenta antes de que tú me mates,

prefiero no decir nada y que esto me queme por dentro, antes de que me odies,

antes de arruinar lo poco que tengo.

En poco tiempo y sin mucho esfuerzo

he construido la mitad de lo que podría ser una sólida fortaleza,

imagina lo que sucedería si todo eso se destruyera.

Me da miedo.

Tengo mucho miedo de lo que pueda pasar,

tengo miedo de hablar y tengo miedo hasta de avanzar,

no te diré nada, porque nada ganaré con intentar,

haga lo que haga, voy a fracasar.

No creo ser lo suficientemente bueno para ti, porque tú eres tan tú... Eres increíblemente perfecto y yo sólo soy yo.

Y aun si llego a ser digno, siento que de todas formas voy a fallar y todo se va a desmoronar,

no quiero que las cosas se desmoronen.

Quiero que sigamos como estamos ahora, como dos tipos que se conocen y comparten un grupo de amigos,

no quiero sentir cosas por ti.

No quiero arruinar lo que ahora tengo, y es por eso que ahora mismo, prefiero morir».

Continue Reading

You'll Also Like

103K 11.2K 31
Donde Emilio suele darle rosas a Joaquín todos los viernes en la misma banca del parque. Holaaaaa, antes de comenzar quiero decirles que esta histori...
79.2K 9.9K 48
Frank espera todos los sábados a su banda favorita. Sin importar la lluvia, el viento o la nieve. Mpreg. ADVERTENCIA: relación entre un menor y un ad...
70.6K 3.9K 75
Buenas! Esta es una continuación de la primera parte! Siguiendo el hilo de esa misma historia, si sos nueva/o por supuesto te recomiendo primero leer...
11K 1.1K 5
El lunes antes de las vacaciones de Navidad, Eddie va a la escuela y encuentra una rosa amarilla y una carta de un admirador secreto pegadas a su cas...