Azel se acercó a los Grant y a John, que le miraban extrañados.
- ¿Ocurre algo?- preguntó Zack mientras arrastraba a Seth por el asfalto hacia el centro de la marea de cadáveres.
- No nos comunicaste que te desharías de la Comunidad de las Montañas.- contestó John.
- ¿Debo comunicaros todo? ¿Sois algún tipo de secretarios míos o algo?
John negó con la cabeza.
- Solamente espero no ser al siguiente al que te de por quitarte de en medio.
Zack se giró y fulminó con la mirada a John, que se mantuvo firme. Continuó andando hasta colocar de rodillas a Seth entre la multitudinaria cantidad de presos asesinados. También ordenó a John que le trajera a Lucía y la colocó al lado de Seth, para luego él colocarse en medio de los dos.
- La Inversión va a comenzar.- dijo Zack mirando a Zass, los Grant y John. Estos asintieron y Zack comenzó el ritual.
Colocó ambas manos contra el suelo y comenzó a recitar palabras inentendibles. A cada palabra que decía su voz se hacía más grave y pronto Seth comenzó a convulsionarse por el dolor. La oscuridad comenzó a salir de su espalda y pecho, desplazando sus huesos y músculos con escalofriantes crujidos. Los latigos y garras de oscuridad rompieron las esposas de Seth y se elevó en el aire, quedando flotando en el aire. La oscuridad afilada daba vueltas a su alrededor a un velocidad de vértigo. Si alguien se acercaba a él, seguramente acabaría despedazado en mil trozos.
Zack pronunció una palabra en voz alta y Seth cayó con violencia contra el asfalto, quebrándolo y hundiéndose en él. La oscuridad de Seth comenzó a adentrarse en la tierra, mientras Zack no paraba de recitar palabras sin descanso.
Zass se fijó en los Grant y John. Estaban distraídos apreciando la Inversión y se hallaban lo suficiente lejos como para no poder detenerle. Solo tendría una oportunidad antes de que el ritual acabara. Sacó la daga de su bolsillo con la única mano que tenía y dio pequeños hacia Zack, que estaba de espaldas a él. Debía abalanzarse y cortarle el cuello, de ese modo el recipiente moriría y el ritual quedaría interrumpido. Pero cuando se disponía a lanzarse contra Zack, escuchó el suave y harmónico sonido de la carne siendo limpiamente cortada. Era un sonido inconfundible para él. Al girarse observó a Bill Grant con su hacha en las manos y justo al lado suya estaba el cuerpo decapitado de John de rodillas, con su cabeza rodando por el suelo con sus ojos todavía abiertos. Bill Grant dio varias vueltas a su hacha y se lanzó de golpe contra Zack. Pero cuando su hacha estaba a punto de impactar contra la nuca del recipiente, vio como el aire se cerraba alrededor del filo y no podía avanzar ni un centímetro más. Zack se giró con un sobresalto y estirando un brazo, dejó a Bill Grant flotando en el aire, totalmente paralizado. Zack miró a su derecha, observó el cuerpo decapitado de John y gritó con rabia.
- ¡Sucio traidor!- gritó Zack destrozando los huesos de Bill. El crujido fue brutal y espeluznante, pero aquello no mataría al inmortal granjero.- ¡Te di la inmortalidad Bill! ¡A ti y a tu mujer! ¿Así me lo agradecéis?
- Llevamos años, décadas agradeciéndolo.- dijo Bill Grant con su voz cortada por los crujidos. Su cuerpo se estaba convirtiendo en un ovillo de carne podrida y huesos rotos.- Pero ahí está el problema Azel.
- ¿Dónde está el problema?- gritó Zack.
- No queremos ser más inmortales. Cuando apareciste ante mi, me prometiste años infinitos junto a mi mujer y que le devolverías la memoria. Y yo acepté encantando el precio de servirte, pero ya hemos vivido demasiado. Tantos años... nos vemos encadenados a la vida, una vida sin sentido... ha llegado nuestra hora de descansar. Y si triunfa la Inversión, nos veremos atados a este mundo por la eternidad.
- ¡Tu maleficio de inmortalidad solo lo puedo anular yo! ¡Cerdo insensato!
- Lo sé. Si tú mueres, nosotros seremos libres.
Zack soltó una larga carcajada.
- ¿Y piensas matarme tú, apestoso granjero?
- No... yo no.- contestó Bill señalando con su destrozada mano los pies de Zack. Al mirar hacia abajo, Zack observó un látigo de oscuridad que se enrollaba lentamente en su tobillo.
Antes de que pudiera hacer nada, Zack salió despedido hacia el coche policial y se hundió en él como si fuera de arena. Seth Roth, rodeado por una espesa maraña de oscuridad, saltó sobre Zack y le envió una contundente rafaga de dagas. Zack las desviaba como podía, hasta que finalmente una le impactó en el hombro, dejándole malherido.
- ¡El Ki J'Har no puede atacarme!- gritó Zack furioso.
Zack recitó varias palabras satánicas intentando controlar al Ki J'Har, pero esto fue en vano.
- El Ki J'Har no me controla a mi. Yo controlo al Ki J'Har.
Seth envolvió la cintura de Zack con un lazo de oscuridad y le dio varias vueltas en el aire para después lanzarlo de lleno contra la pared de un pabellón. Tras el impacto, Zack cayó al suelo, pero se levantó con un impulso y lanzó los trozos de gravilla y yeso que se habían desprendido contra Seth. Pero este, sin muestras de esfuerzo en su cara, destrozó los proyectiles con sus sombras. Agarró con un tentáculo el tobillo de Zack y comenzó a estamparlo una y otra vez contra el suelo, destrozando su cuerpo contra el asfalto. Finalmente, elevó a Zack en el aire y agarrando de su cuello y tobillos, estiró con violencia hasta que el cuerpo de Zack se partió en dos, quedando sus tripas esparcidas por el suelo. Seth respiró aliviado viendo ante él el cadáver de Zack, pero enseguida notó un fuerte golpe en su espalda. Sus huesos comenzaron a crujir, pero rápidamente la oscuridad le rodeó silbando rabiosa y se desprendió del conjuro. Al girarse, observó a Yeslie ante él con sus ojos cargados de ira y totalmente negros. Parecía que Azel había cambiado de recipiente mientras Seth destrozaba el vacío cuerpo de Zack. Pero sin embargo, al ser una simple dominación, los poderes de Azel eran muy reducidos en el cuerpo de Yeslie, por lo que Seth la derrumbó sin problemas.
Seth rodeó el cuello de Yeslie con su oscuridad y la levantó por los aires, para dejarla a escasos centímetros de su rostro.
Yeslie rió con sus labios impregnados de sangre.
- Eres absurdo... Seth. ¡No puedes matarme! Mata a cuantos recipientes quieras... ¡ME DA IGUAL! ¡CAMBIARÉ DE CUERPO CUÁNTAS VECES SEA NECESARIO!
Seth apretó el nudo de oscuridad alrededor del cuello de Yeslie, obligando a Azel a reducir su tono de voz.
- Mira a tus espaldas, hijo mío. Has fracasado, la Inversión ya ha comenzado.
Al girarse, Seth observó una maraña de oscuridad incrustada en el asfalto, mientras se escuchaban decenas de susurros que salían del suelo. Algunas almas ya estaban entrando al mundo terrenal. La Inversión había empezado.
- Jajajajaja... ¡Pobre inútil! Ya no puedes hacer nada para detenerlo. Las almas ya ascienden del Infierno y pueblan el mundo de los vivos. Solo puedes apreciar tu logro Seth. Naciste para esto y lo has conseguido.
Seth soltó a Yeslie, que cayó de rodillas contra el asfalto.
- Ríndete a la oscuridad Seth, disfruta conmigo de la Inversión. Junto podre...
De repente, una oscura y roja sangre salpicó el rostro de Yeslie. Al mirar atentamente, observó como uno de los tentáculos de Seth le habían atravesado su propio estómago. Ante esto, Seth cayó de rodillas con su boca llena de sangre.
- ¡NO ES POSIBLE! ¡LA OSCURIDAD NO PUEDE ATACAR A SU AMO!
- Ya... te lo dicho... Azel. La... oscuridad soy YO.
"- Entonces... ¿Nací por magia negra y satanismo?- los ojos de Seth se humedecieron.
- Así es... pero tu fuerza de voluntad es superior a cualquier hechizo... puedes controlarlo...- contestó Wolfgang."
Un segundo látigo afilado penetró en la columna de Seth y salió por su pectoral, destrozando sus costillas.
- ¡DETENTE! ¡PARA!
"- Seth...- la voz de Wolfgang sonaba cada vez más débil.- Sé que no crees en Dios... no crees en el cristianismo... pero aún así... usalo como arma. Usa sus símbolos para retener a la oscuridad y lucha para alejarla de ti. Ellos irán a por ti... eso es cierto... pero puedes con ellos. No te dejes manipular por sus mentiras... borralos de la faz de la tierra. El asesinato es algo horrible, atroz... pero a veces no queda más remedio. Acaba con los pecadores... acaba con la Hermandad de Sangre... acaba con tu madre.
Wolfgang apretó las manos de Seth y lo envolvió en sus brazos.
- Veo en ti lo mismo que vi cuando bajaba por las escaleras del orfanato... he luchado toda mi vida contra tu madre y su secta... acaba mi trabajo. Confío en ti.
- Yo... yo... lo haré.- dijo Seth llorando.- no dejaré que la oscuridad me venza... pero no me puedes dejar... por favor... no...
- Llega mi hora Seth... pero siempre te acompañare allí donde vayas..."
Seth miró a su derecha y observó allí a Wolfgang y a Todd, ambos mirándole con sus ojos llenos de orgullo. Seth les sonrió y ellos se despidieron con la mano. Seth cerró los ojos, de los que comenzaban a salir lágrimas y al volverlos a abrir, ellos ya no estaban.
- ¡NO PUEDES HACERLO SETH! ¡NO PUEDES!
Yeslie pronunció unas palabras satánicas desesperada para controlar al Ki J'Har, pero un último látigo de oscuridad, tras bailar cerca del cuello de Seth, impactó con fuerza contra su nuez, decapitando a Seth de un solo golpe.
El cuerpo de Seth cayó al suelo y la oscuridad que le rodeaba comenzó a disiparse lentamente, hasta que desapareció al completo. Seth se había suicidado, matando también al Ki J'Har.
Yeslie se lanzó al suelo y gritó rabiosa, mientras veía como el agujero de oscuridad del que salían las almas comenzaba a cerrarse, absorbiendo todas las almas que habían conseguido salir. El espectro de Azel se resistió a abandonar el cuerpo de Yeslie, pero el Inframundo la demandaba furioso.
Azel hizo un gran esfuerzo por permanecer en el mundo de los vivos, pero con un último grito, su espectro fue absorbido por el enorme agujero y fue engullida por el Infierno. Tras eso, las últimas sombras que bailaban por la zona desaparecieron. La Inversión había fracasado.
Zass se giró y vio el destrozado cuerpo de Bill Grant en el suelo, con su mujer Beth abrazándole.
- Ya nos vamos, mi vida.- dijo Bill abrazando a su mujer.
Esta asintió y apretó todavía más los brazos alrededor de su marido. Y ambos, abrazados como la primera vez que se conocieron, fallecieron en un instante, quedando únicamente sobre el suelo sus calcinados y destrozados cadáveres. Sin la presencia de Azel Roth en el mundo de los vivos, el maleficio de inmortalidad de los Grant había quedado anulado y ambos pudieron descansar en paz.
Zass tenía pensado salir de aquella cárcel, pero cuando iba a dar media vuelta, notó el frío cañón de una pistola sobre su nuca.
- No des ni un paso.- dijo Lucía.
- ¿Cómo coño has conseguido una pistola?
Antes de que la joven contestara, tres coches policiales atravesaron la verja de la prisión y los policías bajaron de ellos con sus pistolas en las manos. Rápidamente inmovilizaron a Zass y lo esposaron. No tardaron mucho en encontrar también a Khaalev Roggon, que estaba escondido en la cocina del primer pabellón, incumpliendo su promesa con Zass.
Tras ver las grabaciones de seguridad , la Policía de Alaska no tuvo más remedio que admitir que aquello era obra de algo sobrenatural. Sin embargo, mintieron a la población alegando que los presos se habían matado entre ellos tras un amotinamiento. Aquella excusa barata no convenció a casi nadie y pronto las sospechas se hicieron presentes, pero era mejor que dar a entender a la población que existían espectros capaces de realizar tales atrocidades.
Khaleev Roggon y Zass fueron introducidos en coches policiales para ser trasladados al Psiquiátrico de Melbourne y Lucía y Yeslie fueron atendidas por los servicios médicos. La pesadilla de Azel Roth había llegado a su fin... o al menos eso pensaban.