Nick
Argentina - aeropuerto de Ezeiza - días después.
La búsqueda de Yerik sigue en Rusia, el cuerpo del director fue encontrado en su oficina, pero de mi hermano no hay rastro, es como si se lo hubiera tragado la tierra. Ahora que me reconcilie con mi madre, me informa de cada avance en la investigación, pero no podía quedarme más tiempo. Sigo siendo un delincuente para la zona. De todas formas ¿Quién quiere quedarse en el lugar que siempre te trae sufrimiento? Regresar a la Argentina, ha sido la mejor opción, porque sé que hay alguien esperándome.
—¡Nick! —Veo a la pequeña niña de cabellos oscuros venir hasta mí con esa hermosa sonrisa que te hace olvidar del peor de los problemas —Volviste —Llora y la levanto —te extrañe —Se abraza a mi cuello —papá Nick nunca debe irse, nunca más.
—¿Papá Nick? Me harás llorar —Me río —. Pero si te dije que regresaría.
Se refriega el ojito y me mira.
—Es que me pongo triste, no importa que la Reina me regale chocolates.
—Pues no me iré nunca más —Le doy un besito en su mejilla y me vuelve a abrazar.
—Te quiero —me dice y me muero de la ternura.
—Yo también te quiero.
—Dejen de empalagarme ustedes dos —Se acerca Crista y hago mi típico saludo militar, pero lo más gracioso es que la niña también lo hace.
Ambos gritamos al unísono.
—¡Lo que la jefa diga!
La rubia despampanante sonríe.
—Genial, porque hay que trabajar.
Bajo a Taty, me agarra de la mano y seguimos a la jefa por el aeropuerto.
Puede que todo se haya acabado, que quizás todo quede en el pasado, pero al menos estoy seguro de una cosa. El amor eterno no existe, pero lo más importante, es el lugar dónde te sientas bien y actualmente ese es este, al lado de la pequeña Taty, mi familia.