Ya llevaban cuatro días en la hermosa granja. Clay y Catherine sacaron millones de fotos y es que el lugar tenía unos paisajes increíbles. Daniela los había ayudado siendo la modela de esas fotos.
— ¿Entonces dices que si le regalo esto y también le compro algo, le va a gustar? — pregunta Catherine mientras levanta el cuaderno que ella y sus dos amigos acababan de hacer.
Clay le había dicho que llevara a la granja todas las fotos que tiene con Andrew - más que nada las polaroid - Al principio Cathy no entendía por qué le pedía eso, pero luego de que su amigo le contara la estupenda idea que tenía, ella entendió todo.
Los tres juntos pegaron cada foto cronológicamente en el hermoso cuaderno que Clay había conseguido. Las fotos eran de los momentos más hermosos que Andrew y Cathy habían vivido hasta ahora. Fotos de ellos dos besándose en el departamento, la primera vez que aparecieron en público como pareja, su primer viaje a Londres y los otros tres viajes que habían hecho hace un par de meses - en Italia, España y Canadá- La primer fotografía que se habían tomado con los hijos de él, y hasta una foto de la pareja con Jeffrey abrazándolos. Todos los buenos recuerdos que tenían estaban plasmados en ese cuaderno. Cathy escribió una frase tierna en cada una de las imágenes.
Sus amigos la ayudaron a decorar el exterior del cuaderno y ella decidió escribir algo en la tapa.
"El comienzo de una larga historia. Nuestra historia"
¿Cursi? Por supuesto, pero ambos estaban completamente enamorados. No les molestaba ser cursis.
— ¿Vas a acompañarme a ver a Maluma? — pregunta Daniela mientras preparan algo de cenar. — Di que sí. Norman no quiere ir conmigo—
— Te dije que no puedo. Voy a salir con Andy — Cathy bufa y luego ríe al ver la cara de su amiga. — La próxima voy contigo. Lo prometo — le guiña un ojo y comienzan a pone la mesa.
— ¿Ya les dijeron a sus sensuales novios que volvemos mañana? — pregunta Clay y ambas mujeres niegan. — ¿Por qué? — pregunta.
— Queremos sorprenderlos — dice Cathy pinchando un poco de su spaghetti.
— ¿Ya les dije que las envidio? No puedo creer que follen con los hombres más calientes del mundo — rueda sus ojos indignado.
— Nos lo dices todos los días — dice Daniela y su amiga ríe. — Ya vamos a presentarte a alguien, no desesperes Clay —
*
Andrew termina de vestirse y se mira por última vez en el espejo. Su celular suena y él atiende.
— ¿Ya estas en la fiesta? — pregunta Cathy del otro lado de la línea.
— Estoy esperando a Norman. ¿Tú que haces? Te extraño, bebé — contesta él mientras acomoda su camisa. Cathy ríe.
— Ya estoy en la cama pero quería hablar contigo antes de dormir. También te extraño, amor —
— Quiero que estés en nuestra cama — dice seductoramente y ambos ríen. — Bebé tengo que cortar, Norman está abajo. Te amo —
— Cuídate. No tomes mucho. También te amo, adiós — dice ella y luego de despedirse él corta la llamada.
Baja por el ascensor y luego sube al auto de su amigo.
-
Las 3:00 am y ya todos se encuentran extremadamente borrachos en la fiesta de Michael.
Habían muchísimas personas. Todos los miembros del cast de The Walking Dead estaban allí, pero también habían varias modelos que ni Andrew, Jeffrey o Norman conocían, pero Michael se encargó de presentarlas.
Sophia, una modelo de 30 años, había pasado toda la noche mirando a Andrew y en algunas ocasiones se había acercado a hablarle. Andrew notaba como la modelo se acercaba de una manera bastante provocativa a él, pero él tenía las cosas claras y no haría nada malo.
— Me voy a casa, ¿Quieres que te lleve? — Norman le pregunta.
— Quiero quedarme un poco más. Eres un aburrido — contesta Andrew arrastrando la lengua. A decir verdad, él era uno de los que más borracho estaba. Le había dicho a Cathy que iba a tomar poco pero no pudo cumplir su promesa, le gusta salir con sus amigos y divertirse de esta forma de vez en cuando.
Camina hasta una mesa y se sienta.
— Tengo ganas de echarme un buen polvo — dice Jeffrey a su lado. Andrew ríe. — Mira como mueve el culo aquella mujer — muerde su labio y señala disimuladamente el trasero de una mujer, justamente el de Sophia. — Si mi hija se entera que te dije eso me mata, así que mejor no mires — dice y ambos hombres ríen.
Andrew no pudo hacerle caso y miró el cuerpo de la modelo. Parecía que estaba bailándole a él ya que no dejaba de mirarlo y eso lo ponía duro inconscientemente.
— Me voy a casa, quizás tengo suerte y Hilarie sigue despierta. Cuídate — dice Jeffrey y luego le guiña un ojo. Andrew lo saluda torpemente con un apretón de manos y el padre de su novia se va de la fiesta.
— Andrew, ven a bailar con los demás — Sophia aparece frente a él.
— Prefiero quedarme aquí, gracias — contesta bebiendo un poco de agua. Había optado por beber eso ya que si ingería una gota más de alcohol, seguramente terminaría vomitando. La mujer se sienta a su lado y comienza a hablarle.
— ¡No puedo creer que por fin te conozco en persona! No sabes lo mucho que te admiro — dice y coloca una mano en su hombro. Andrew se tensa y toma un poco de distancia. — Amé tu actuación en Love Actually, eres un increíble actor — vuelve a hablar.
— Muchas gracias, de verdad — contesta él sin mirarla, bebiendo de su vaso. La mujer es increíblemente hermosa y cualquier hombre mataría por tenerla en su cama. Andrew ama a Cathy y solo quiere tenerla a ella en su cama, pero eso no quiere decir que la mujer no lo atraiga aunque sea un poco. Es hombre después de todo.
— ¿Por qué estás aquí solo? — pregunta Sophia.
— La verdad es que estoy demasiado borracho como para pararme, así que decidí sentarme un rato, antes de irme — contesta él.
— ¿Vas a conducir así? —
— No. Pensaba irme con alguno de mis amigos pero creo que ya se fueron todos así que tomaré un taxi — saca su celular para pedir uno pero ella lo interrumpe.
— Yo puedo llevarte si quieres — se ofrece.
— Gracias pero no tienes porque molestarte, puedo irme en taxi —
— No son molestias. Vamos, deja ese celular, yo te llevo — luego de pensarlo varios segundos, acepta.
Mientras no ocurra algo, no tiene nada de malo que ella me lleve a casa. Piensa él.
Lo ayuda a pararse ya que Andrew sigue muy borracho y se tambalea cada vez que intenta dar un paso.
El camino es bastante incomodo para él. Siente cómo ella lo mira de vez en cuando pero él la evita.
— Gracias por traerme — dice cuando Sophia estaciona frente a su edificio.
— ¿Me dejas pasar al baño? No voy a aguantar hasta mi casa — pide y él luego de dudar, acepta. No puede negarle eso, sería un completo mal educado.
Entran al departamento y le indica dónde queda el baño. Ella ingresa y luego de varios minutos sale.
— ¿Ella es tu novia, verdad? ¿La hija de Jeffrey? — pregunta mientras mira una fotografía colgada en la pared. Andrew asiente y siente culpa al pensar en Cathy.
Por más de que no haya pasado nada con Sophia, se siente mal por estar allí con ella, y más que nada porque está muy borracho aún y teme por lo que pueda llegar a hacer.
— ¿Donde está ella? — pregunta.
— De vacaciones con unos amigos — contesta Andrew.
— ¿Por qué los hombres ahora siempre se buscan pendejas? — dice ella. — No tengo nada en contra de tu novia, pero ¿no es incómoda la relación? ¿Cuantos años le llevas? ¿Treinta? — pregunta riendo irónicamente. — Es decir, ¿no extrañas lo que una mujer de verdad puede darte? — se acerca más a él.
— Soy feliz con ella. ¿A qué te refieres? — pregunta Andrew riendo.
— No lo dudo, pero las mujeres de mi edad tenemos más experiencia. ¿Que clase de sexo pueden darles las niñas de veinte años? Ninguno — se auto contesta. — En cambio yo.. — Andrew la interrumpe.
— ¿Te abro? — le dice sin dejarla terminar su frase, y es que sabe a lo que ella quiere llegar y tiene miedo de no poder resistirse. La mujer se le está regalando y por más de que ame con todo su corazón a Cathy, hay algo en sus pantalones que no lo deja pensar con claridad, y encima, está ebrio. El peor combo.
— Claro. Déjame buscar mi teléfono, creo que lo dejé en tu baño — dice ella y se dirige hacia allí.
Andrew moja su cara en el grifo de la cocina, como si eso le quitara todo el alcohol que lleva en el cuerpo, pero no es así.
Se sienta en el sofá a esperar a Sophia - que aún sigue en el baño - para poder abrirle la puerta y que se vaya de una vez por todas.
— ¿Sophia, estás bien? — grita desde el living al ver que pasan varios minutos y ella no sale. Siente cómo la puerta se abre y luego la ve pararse frente a el. Traga saliva al verla y aprieta sus ojos.
— ¿Estoy bien? ¿Tú que piensas? — pregunta ella. Está totalmente desnuda y acercándose más a él.
— ¿Qué haces así? — se pone de pie y se aleja. — Por favor, ándate. Ya sabes que tengo novia — se acerca a la puerta para abrirla pero ella le toma la mano antes de que pueda hacerlo.
— Vi como me miraste toda la noche. Sé que también queres hacer esto — dice ella y no miente. Andrew la había mirado toda la noche pero porque ella lo provocaba.
Toca su miembro y él larga un suspiro. Estar borracho no lo ayuda en nada.
— No puedo hacer esto — dice entre suspiros a medida que ella se arrodilla y comienza a bajar su pantalón.
Intenta pensar en Cathy para poder ponerle un freno a lo que está por ocurrir, pero la maldita calentura puede más que él, y en el momento que Sophia saca su miembro y comienza a chuparlo con fuerza, Andrew manda todo al carajo y decide cometer el peor error de su vida, porque sabe que esto le costará algo.
Detesta ser un hombre débil en ese momento. Quisiera poder frenarla y sacarla de su hogar, eso es lo que su mente y su corazón quieren hacer, pero su maldito pene tiene otros planes, y se detesta por eso.
La toma con fuerza y hace que lo rodee por la cintura. Se dirige a su habitación y la deposita en la cama, en aquella cama que todas las noches es testigo del gran amor que siente por Cathy, pero ahora está siendo testigo de los cuernos que le está poniendo a la joven.
— ¿Qué quieres de mí? ¿Eh? — pregunta entre dientes, excitado y furioso a la vez. Mientras frota su miembro con ambas manos.
— Ya sabes lo que quiero — contesta ella, abriéndose de piernas ante él. Excitándolo aún más.
Y lo hace. Baja un poco sus pantalones, se coloca un condón y la penetra con brusquedad. Sintiendo la culpa en cada embestida que le da, pero no tiene la fuerza para detenerse. Ella acerca su rostro y lo besa con desesperación. La embiste varias veces más y luego ambos llegan al orgasmo.
Un orgasmo lleno de culpas para él.
— Ya puedes irte — le dice al quitarse el condón.
— ¿No me vas a invitar a dormir? — pregunta ella colocándose su ropa y riendo.
— No quiero que te confundas por lo que acaba de pasar. Me excitaste, me chupaste la maldita polla y por eso pasó lo que pasó, pero amo a mi novia. Por favor vete de aquí y has como que nunca pasó nada — entra en el baño sin esperar respuesta y comienza a limpiarse.
Pasa sus manos por su rostro y se golpea para hacerse daño. No puede creer lo estupido que fue. Por un maldito polvo de mierda, arruinó todo lo que tiene con Catherine. Fue poco hombre. No tuvo ni un poco de fuerza para frenar lo que estaba pasando, y ahora eso traería consecuencias.
Sale del baño y ella ya no está allí. Cierra la puerta de entrada con llave y se acuesta en la cama, la misma en la cual minutos atrás le fue infiel a Catherine. Y se odia por eso.
Continuará...