— Perdón por pegarte — dijo Jeffrey cuando entraron al departamento.— No me arrepiento de haberlo hecho, pero de todas formas te pido perdón — extendió su mano. Andrew la estrechó.
Sirvió dos vasos de Whisky y le entregó uno a su amigo.
— Yo también soy padre, entiendo porqué lo hiciste. Si mi hija tuviera la edad de Catherine, y me escondiera que sale con un tipo mayor, seguramente reaccionaria igual que vos — habló Andrew y luego bebió de su vaso.
— ¿Entonces por qué te metiste con mi hija? Si dices entender cómo se siente, ¿por qué lo hiciste? — preguntó Jeffrey.
— Porque esas cosas no se eligen, hermano — sonrió.— ¿Te pensas que no intenté resistirme? Me carcomía la cabeza saber que era tu hija — suspiró y volvió a sonreír.— Pero no me arrepiento, y si pudiera volver el tiempo atrás, lo haría de nuevo — Jeffrey frunció su ceño.— No me mires así. Estoy siendo sincero contigo — se acomodó en el sofá. Jeffrey suspiró y pasó sus manos por su rostro.
— ¿La queres? — preguntó.
— La amo — contestó Andrew.
— Necesito tiempo para asimilarlo. Es difícil tenerte de amigo y compañero de trabajo, y a la vez como yerno — rió negando con su cabeza.— Más te vale que no la hagas sufrir — lo apuntó con un dedo y Andrew sonrió.
— No la voy a lastimar, tranquilo —
Se dieron un abrazo, aquel que los hombres se daban luego de arreglar sus disputas.
Por otro lado, Catherine había pasado un buen rato con su amiga en el centro comercial. Ya habían elegido el atuendo que Cathy usaría para los premios.
— Cuando salía para tu casa apareció mi padre en la puerta — contó a su amiga mientras conducía hacia la casa de esta. — No quiero hablar con el aún — suspiró.
— ¿Por qué? —
— Porque sé que yo también lo lastimé, y me siento mal por eso. Me dolió que me echara de casa solo por ser feliz con la persona que yo amo. Ambos nos lastimamos, pero no se cómo pedirle perdón por haberle mentido, porque eso fue lo único que hice mal — dijo Cathy algo angustiada.
— Los dos estuvieron mal — dijo Daniela.— Dale una oportunidad para hablar. Ustedes siempre fueron muy unidos, no le hagas pensar que por estar con Andrew no vas a prestarle más atención. Es tu padre, y sabes que te ama más que a su vida, Cath — le dio un simple consejo y acaricio su hombro.
Llegaron al destino. Daniela abrió la puerta del auto.
— Piensa en lo que te dije. Habla con él — dijo antes de salir del vehículo. Catherine asintió no muy convencida.— ¡Envíame fotos de mañana! — habló emocionada, refiriéndose al gran evento.
La hija de Jeffrey le dedicó una amable sonrisa y le tiró un beso imaginario con su mano. Arrancó el auto y prendió el manos libres. Marcó el número de Andrew.
Jeffrey y el seguían hablando en su departamento. Ya estaba prácticamente todo bien entre ellos, o por lo menos un poco. El celular de Andrew sonó y el atendió.
— Bebé — dijo al ver que la llamada era de su novia. Jeffrey lo fulminó con la mirada. Él rió.
— Amor, ya estoy yendo para ahí — avisó la joven.— ¿Mi padre se fue? — preguntó.
Andrew iba a contestar la verdad, pero Jeffrey le hizo señas con las manos, indicándole que le mintiera a su novia y le dijera que él, ya se había ido. Lo cual era mentira.
— Acaba de irse — rascó su frente molesto. No le gustaba mentirle.
— Genial. Ya estoy llegando, adiós —
— Adiós — colgó y miró al padre de su novia con gran enojo.
— Quiero hablar con ella, y no iba a querer subir si se enteraba que yo sigo aquí — explicó Jeffrey para calmar el pequeño enojo de su amigo.
— Está bien, pero si se enoja conmigo es tu culpa — bufó.
— ¿Sabes por qué dejó la universidad? — preguntó el hombre que interpreta a Negan.
— Jeffrey, es mejor que hables con ella esos temas. No quiero involucrarme en su relación. Pregúntale y te lo dirá — tomó los dos vasos que antes habían usado y los llevó a la cocina para lavarlos.
El timbre sonó.
— Quédate ahí — ordenó, señalándole el living.
Andrew abrió la puerta y Cathy lo recibió con un cálido beso y luego lo abrazó.
— ¿Te fue bien con Daniela? — ella asintió mostrándole la bolsa de ropa que tenía en su mano.
— ¿Te pusiste esa camisa de gusto? — alzó una ceja y sonrió mirándolo. — Sabes que me encanta que la uses.. — cerró la puerta luego de entrar y lo besó.
Andrew amaba que ella fuera así, pero en ese momento estaba pensando cómo sacársela de encima, sin ser grosero, pues el padre de ella estaba en el cuarto de al lado. No sería agradable que viera la imagen de su hija intentando tener sexo con su novio.
Cathy comenzó a caminar marcha atrás, besándolo y desabrochando algunos botones de la camisa.
— Cathy, no hagas eso — intentó alejarla pero ella no lo soltaba.
— ¿No quieres hacer lo que hoy en la mañana no pudimos? — preguntó coqueta. Ingresando de espaldas, al living, donde en uno de los sofás estaba su padre escuchando toda la conversación de la pareja.
Andrew tocó su frente avergonzado, mientras ella besaba su cuello. Jeffrey y él se estaban mirando y en ambas miradas se notaba lo incómodos que estaban. Jeffrey tosió, asustando así, a Catherine, quien volteó rápidamente y lo miró mientras sus mejillas se tornaban color rojo. Él se puso de pie, mirándola algo serio.
— ¿Qué hace aquí? — preguntó susurrando en el oido de Andrew. Jeffrey la escucho.
— Quiero hablar contigo, Catherine — su padre se acercó a ellos. — Serán solo unos minutos, por favor — pidió.
— Yo voy a comprar la cena. ¿Si? — habló Andrew, mirándola.
Ella asintió enojada y el salió del departamento.
— Voy a ponerme algo cómodo y vuelvo. Espérame aquí — le dijo de mala gana a su padre, dirigiéndose al cuarto que hacía ya varios días, compartía con su novio.
Se puso su típico pantalón de pijama calentito, tomó una remera azul de Andrew y se la colocó. Volvió al living y se sentó en un sofá, alejada de su padre.
— ¿Qué quieres decirme? — dijo ella.
Jeffrey se encontraba mirando para un costado, pero al oírla hablarle de tan mala manera, cansado, dirigió su vista hacia ella.
— No quiero que estemos así, Catherine — suspiró. — Quiero que me cuentes cómo fueron las cosas. Quiero escucharte y entenderte — dijo él.
Se notaba que estaba mal y arrepentido. Ella lo notaba y se sentía una mierda por tratarlo tan despectivamente, así que tomó valor y comenzó a hablar.
— Se que estuve mal en mentirte. No solo con Andrew, sino también con mis estudios, lo sé y te pido perdón por eso — se disculpó y siguió hablando. — Pero ¿cómo pretendías que te contara esto? No podía simplemente decirte que estaba saliendo con el. Me daba miedo tu reacción, papá — el la miraba atento, escuchando todo lo que ella decía. — Sé que no va a gustarte nuestra relación, y sé que es algo extraña, pero yo soy feliz. Aunque suene cursi, nunca me había sentido así — sintió vergüenza al decir eso, pero decía la verdad. Jeffrey sonrió.
— No me molesta que estés con Andrew, hija. No te voy a mentir, tampoco me encanta que él sea mi yerno, pero lo poco que los vi juntos, te vi feliz y quiero verte siempre así — ambos sonrieron. — Me enfurecí e hice todo lo que hice porque me mentiste, y nunca lo habías hecho. Siempre me contabas absolutamente todo, hasta la cosa más insignificante — se puso de pie para tomar asiento al lado de su hija. — ¿Ya no confías en mí? — preguntó frunciendo su ceño.
— Claro que confío en vos, pa— tomó su mano. — Simplemente no sabía cómo enfrentar la situación. No sabía cómo decirte que me estaba enamorando de uno de tus mejores amigos — se avergonzó al decir eso. — Tenía miedo de que te enojaras con los dos, e intentaras separarnos o.. no lo sé — negó con su cabeza y miró el suelo.
— Hey — tomó su mentón e hizo que lo mirara. — ¿Qué clase de monstruo piensas que soy? Jamás te alejaría de alguien si esa persona te hace feliz. Me cuesta creer que vos y el estén de novios, pero tengo que aceptarlo — sonrió.
— Y sobre la universidad.. — Jeffrey la interrumpió.
— Eso es lo que no entiendo. ¿Por qué me mentiste en eso? ¿Por qué la dejaste? ¿No era que te encantaba esa carrera? — la lleno a preguntas.
— Nunca me gustó estudiar abogacía, pero lo hacía porque tú me habías anotado y querías que estudiara eso. Cuando te dije que no quería meterme en la actuación, rápidamente me inscribiste en esa universidad. Sin siquiera consultarme — Jeffrey frunció su ceño. — Nunca me preguntaste que era lo que en realidad quería estudiar, papá —
— Pensé que eso te gustaba, Cathy. Solo quería asegurarme de que tuvieras un buen futuro, un futuro creado por ti misma y no porque tu padre sea alguien famoso — dijo él. — Pero quizás tengas razón, solo pensé en lo que yo quería y me olvide de preguntarte que es lo que vos querías hacer — el tomó su mano ahora.
— Ya no importa, está todo bien — sonrió a su padre.
— ¿Que te gustaría estudiar? — preguntó él sonriendo.
— Fotografía, como Norman siempre me decía — contestó. Jeffrey se sorprendió.
— Me gusta — sonrió y acarició la mejilla de su hija. — Norman puede ayudarte a conseguir un buen curso — ella asintió y luego lo abrazó.
— Te extrañaba. A Gus y Hil también — dijo en el pecho de su padre.
— Puedes volver a casa hoy mismo —
— Quiero hablar primero con Andrew. Me gusta estar aquí, pero tampoco quiero dejar de vivir contigo — lo apretujó. — Aún soy tu niña chica — habló en un tono de voz muy fino.
— Ya no eres tan chica.. — la miró frunciendo su ceño. Ella rió. — ¿Te trata bien? — asintió sonriendo. — ¿Es mejor que Nick, cierto? — preguntó.
— Eso ni se pregunta, papá — ambos rieron y volvieron a abrazarse.
El celular de Cathy sonó. Era un mensaje de Andrew, lo leyó y contesto:
A los pocos segundos Andrew entró al departamento y luego de hablar un par de minutos con Jeffrey, este se despidió de su hija abrazándola, luego hizo lo mismo con su amigo y se retiró de allí.
— ¿Todo arreglado? — preguntó el cuando ya se encontraban solos. Cathy asintió y lo abrazó.
— Todo arreglado — afirmó.
Cenaron lo que Andrew había comprado; comida china, y a Cathy le encantaba.
-
— Tengo tanto sueño — ella bostezó mientras abría su placard.
Recién salía de la ducha y solo llevaba una toalla tapándole el cuerpo.
— ¿Que era lo que estabas diciéndome hoy? — preguntó tomándola de la cintura. — Algo de mi camisa.. — sonrió y de un tirón le sacó la toalla.
La besó y acarició todo su cuerpo desnudo. Se desnudó rápidamente, para quedar igual que ella y luego sumergirse juntos en la cama. Donde luego de varios juegos y coqueteos, sacó un preservativo y se lo colocó para luego entrar en ella con total lentitud. Disfrutando de lo que estaban haciendo. Besándose mientras ambos gemían el nombre del otro.
Siendo felices a su manera, porque así era como se encontraban ahora, estaban completamente felices y sin nada que pudiera arruinar su relación, o por lo menos por ahora.
Continuará...