—¿Hilarie está aquí?— preguntó el actor al ingresar en la casa.
Cathy le había dicho que no quería estar sola, pero Jeffrey vivía con su esposa y su otro hijo.
—Está noche duerme en casa de su madre, le daba miedo quedarse sola aquí con mi hermano— contestó la joven mientras dejaba su cartera en el sillón y luego casi tropieza con un escalón, consecuencia de su ebriedad.
Andrew se maldijo internamente, no quería estar sólo con aquella joven. Ella le caía bien, muy bien, y ese era el problema, no quería hacer algo indebido con ella, pero algo le jugaba en contra, ambos habían tomado.
Cathy también estaba nerviosa, había tomado de más, claro que si, pero de todas formas era un poco consiente de que estaba con un amigo de su padre, solos, en la casa de ella, y eso la ponía nerviosa, porque el actor hacía crecer en ella algunos sentimientos inexplicables, y más que nada deseo.
—¿Te sientes mejor?— preguntó él mientas acomodaba su saco, y la miraba.
—Si— dijo Cathy, apenada por toda la situación.— Me haré un café, es lo único que hace la resaca no me mate, ¿quieres uno?— Andrew asintió y la muchacha se dirigió a la cocina para prepararlos.
Aún seguía algo tomada, pero ya no estaba tan fastidiosa como en la fiesta.
Se preguntaba cómo saldría de esta situación, ¿como le diría que se fuera? Si en realidad ella no quería eso. Se asomó a la puerta y lo espió, el estaba sentado en el sillón, peinando su cabello con los dedos y arreglando su corbata, se veía tan lindo ante los ojos de Cathy. La joven golpeó dos veces su cabeza antes de tomar las tazas, no entendía por qué pensaba así, obviamente aquel hombre era hermoso, por eso todas las mujeres se morían por el, al igual que pasaba con Norman o Steven, pero lo que le parecía raro a ella, era que desde aquel día que lo conoció, no podía sacarlo de su cabeza ni un solo segundo, aunque su corazón le correspondiera todo a Nick, claramente.
Volvió al living, tomo asiento junto a él, y comenzaron a beber el café. Quería sacarse el vestido y ponerse algo cómodo, pero no quedaría bien.
—Entonces.. ¿por qué piensas que Nick te engaña?— preguntó el actor, luego de pensar en un tema de conversación por varios minutos. Y había elegido el peor.
—Olvídalo, eso ya no importa, estaba algo ebria y hablé sin pensar— contestó la joven jugando con sus dedos. Evitaba mirarlo, la situación era incomoda.
—Si piensas eso, ¿por qué sigues con el?— preguntó el hombre sin darle importancia a lo que la chica acababa de decir.
—Lo quiero, y aún no estoy segura de sí me engaña— contestó ella, mirando su café. Andrew asintió y decidió cortar el tema.—¿Por qué te divorciaste?— soltó la chica sin ningún tipo de filtro, pero luego quiso golpearse por eso. El se atragantó con su café.
—Ya no era lo mismo, la relación se volvía muy monótona— probablemente si el actor no hubiera tomado, no estaría contándole estas cosas.— Y, ¿A pesar de tener 43 años aún puedo ser feliz, verdad?— miró a la hija de su amigo, que lo veía fijamente a él.
—Claro que si, pero, y ¿tus hijos?— la chica quería callarse pero no podía evitar preguntarle todas esas cosas. Quería saber.
—Están viviendo con ella en Londres, pero a veces vienen al departamento que tengo aquí— dio un sorbo a su café y lo dejo en la mesa. Cathy asintió y por fin pudo dejar de preguntarle cosas incómodas.
—El amor es una mierda a todas las edades, ¿verdad?— lo miró y vio como el negaba un poco, levanto sus hombros, ladeando su cabeza y la miro.
Cathy ni sabia por qué había dicho eso, si ella en sus dos años de relación había sido completamente feliz, recién ahora comenzaban a tener algunos conflictos.
—¿Te gustó el capitulo de hoy? Sin contar lo que ya... sabes— habló el, acomodándose en el sofá, acercándose un poco más a ella.
—Claro, pero no quiero hablar de eso, enserio— Cathy sonaba sería, y era cierto cuando decía que la muerte de Glenn la había afectado. El entendió y volvieron a quedar en silencio.
Luego de terminar sus tazas de café, se dirigieron juntos para lavarlas, ella había insistido en que el no la ayudara, pero Andrew obviamente no le hizo caso. Cathy no aguanto más y fue a cambiarse a su cuarto, quería sacarse ya mismo el vestido, así que se colocó su pijama, que en ese momento el único limpio que tenía era una especie de blusa rosa hasta un poco más de la cadera, y un short del mismo color, súper corto, tanto que parecían bragas.
Se maldijo, no quería bajar así frente a el, o tal vez si, y por eso se maldijo en realidad.
Bajó y volvió al sofá, junto a Andrew.
—Si tienes que irte lo entiendo, perdón por hacer que te fueras de la fiesta— la chica hablo luego de notar que el miraba el reloj, pero este negó.
—No me molesta haberme ido de la fiesta, tenemos una de esas cada mes— rió y disimuladamente miro de arriba a abajo a la chica, apretó los ojos para no pensar cosas indebidas.—Puedo quedarme hasta que Jeffrey vuelva, así no te quedas sola— ella asintió. Le gustaba la idea.
—¿Que quieres hacer?— preguntó el actor mirándola, recién eran las 4 am, y seguramente Jeffrey volvería como en tres horas. Cathy sin poder evitarlo miro sus labios antes de contestar, y se quedó varios segundos así, provocando que él hiciera lo mismo con los de ella. Rápidamente ambos se dieron cuenta de lo que hacían y desviaron sus miradas, el tosió bastante incómodo por la situación.
—Si quieres puedo poner una película, papá seguramente llegue muy tarde— rió y luego de que Andrew aceptara, ella se puso de pie y comenzó a buscar una.
El lobo de Wall Street.
Esa verían, y les venía bárbaro porque duraba bastante.
Cathy le comentó que el sillón en el que se encontraban podía abrirse y quedar como una cama de una plaza y media, y así sería más cómodo par ver la película. Juntos lo abrieron, ella trajo una manta mientras el se quitaba el saco para estar más cómodo, luego se acostaron en él sofá y comenzaron a ver la película.
Por alguna razón ambos se acostaron muy cerca del otro, tanto que sus manos se rozaban, y era incomodo, pero ninguno hacía nada.
Media hora bastó para que ambos cayeran profundamente dormidos.
Él, acostumbrado a dormir con su esposa, se despertó por unos segundos -en los que obviamente seguía inconscientemente dormido- y la abrazo por la cintura, quedando la espalda de la chica en su pecho, y ella al estar acostumbrada a que Nick hacía eso todo el tiempo, le tomó la mano, mientras seguía profundamente dormida.
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—¿Que mierda es esto?— la voz de Jeffrey se escuchó, despertándolos de golpe, ambos se dieron cuenta en la posición que estaban. —¿Están cómodos?— volvió a hablar el padre de Cathy, mirándolos desde la puerta, con una sonrisa cínica.
No sabían cómo carajos contestarle a Jeffry, y lo peor... era que no había pasado nada.
Continuará...