Namjoon entró en el restaurante sacudiéndose la nieve de los hombros.
-Brr -murmuró, mientras se deshacía de su abrigo y caminaba hasta la barra. Dejó el mismo sobre la madera y se sentó en una banqueta-. ¡Julie!
La muchacha, que estaba de espaldas y llenaba dos jarras de cerveza, se giró un poco sorprendida.
-¡Eh! ¡Namjoon! -dejó las cervezas a un lado y fue a saludarlo-. ¿Cómo estás? Hace un tiempo no pasabas, imbécil.
-Yo estoy bien, ¿pero tú...? -Namjoon notó que la muchacha estaba completamente pálida como el papel y no se había quitado el gorro de lana de la cabeza.
-Ugh, ni me lo digas; me siento horrible.
-Creo que hay un virus bastante contagioso en todo Corea del Sur. Y espero que no me lo pases -se tapó la nariz y boca con la mano y Julie hizo una mueca, pero luego sonrió.
-Da igual, no hablemos de mí. ¿¡Qué hay de ti!? ¿Cómo te fue con tu chico?
-Ah, pues. Bastante bien. La verdad es que vivimos juntos y tenemos un perro.
-¿¡Qué!? ¡¡¡Namjoon!!! -ella se rió-. Pero qué rápido eres, amigo. ¡Amazing! ¡Lo hiciste!
-Era más que obvio que no iba a poder resistirse a mis encantos, de cualquier manera -Namjoon dejó los codos sobre la barra y suspiró-. Es tan pero tan lindo, Julie. Deberías verlo.
-A lo mejor algún día me lo presentes -se rió la muchacha y luego hizo una mueca-. Hum, lo siento, debo ir al baño.
Namjoon la vió correr y se rió, cruzando los brazos y sacudiendo la cabeza. Luego alzó la vista hasta donde Julie había dejado dos jarras de cerveza y tomó una.
Ya haría otra luego.
Hoseok suspiró sentado en la banca del parque, viendo cómo ningún niño osaba hamacarse o tirarse del tobogán con ese frío.
Baehye llegó a su lado y le tendió un cruasán, que él aceptó con una sonrisa apretada.
-Oye, sé que todo esto es temporal y todo eso, pero... -Baehye le dió un mordisco a su porción-. ¿Quieres al menos hacer como que la estás pasando bien?
-Lo siento, estoy un poco distraído últimamente. Eso es todo.
Hoseok masticó su cruasán bastante distraído, con la vista perdida entre los árboles.
-Es un lindo día -dijo al final.
Baehye se rió, dándole un codazo juguetón.
-¿Ahora hablamos del clima? ¿Qué? ¿Te has vuelto un anciano? -ladeó la cabeza para mirarlo con curiosidad, porque el muchacho no parecía haberla escuchado-. ¿Oye? ¿Estás aquí?
-S-sí, sí -Hoseok sacudió la cabeza y sacó su teléfono del bolsillo, viendo que no tenía ningún mensaje-. Yoongi no me responde los mensajes hace como una semana, me preocupa un poco.
-¿No había dicho Namjoon que estaba bien?
-Sí, bueno. ¿Pero es mucho pedir una llamada? -Baehye lo aceptó en silencio y el muchacho la miró, repentinamente curioso-. Oye, hablando de Namjoon...
Ella se atragantó.
-No, no hablemos de Namjoon.
-¿Por qué no? -Hoseok sonrió ladino.
-Porque es raro. Digo, si ahora tú eres mi novio y todo eso.
-¡Anda! Que si soy tu novio al menos debo saber qué tan bueno es en la cama -Baehye abrió los ojos como platos-. ¿Es mejor que yo?
-¡Hoseok!
El muchacho se rió, incapaz de no hacerlo ante lo roja que se había puesto la muchacha.
-¿¡Qué!? ¡Sólo curiosidad!
-¡Pero es tu amigo! Jincha... -la muchacha se tapó los ojos con una mano.
-Sólo quiero saber, ¿debería pedirle consejos?
-Aigoo, tu eres mejor. Totalmente mejor -ella mordió su labio inferior y destapó sus ojos, sacudiendo la cabeza-. Estás demente, ¿lo sabes?
-Oye, sólo soy un anciano.
-Eres joven, hermoso y confianzudo. No te va nada hacerme ese tipo de preguntas -lo agarró de un brazo para que le prestara atención y Hoseok enarcó las cejas mientras entrecerraba los ojos-. En serio, no vuelvas a meterlo en este tipo de conversaciónes.
-Es gracioso, en realidad.
-No es absolutamente nada gracioso.
-Ya, está bien -se encogió de hombros, pensando que en realidad le resultaba gracioso por no resultarle directamente extraño. Sólo había intentado estar una vez con Baehye, pero estaba demasiado distraído y al final desistieron. Lo cual fue un poco bastante vergonzoso para ambos, pero ya qué-. ¿Me das un poco del tuyo?
-Son iguales, Hobi.
-Lo sé -el arrugó la nariz y se estiró para morder el cruasán relleno de mermelada de la muchacha-. ¡Mmmh! ¡Rico!
-Aigoo... Oye, te quedó... -ella señaló la boca del muchacho.
-¿Qué?
Baehye sonrió tontamente y le dió un beso.
-Olvídalo, ya está.
Hoseok rió y volvió la vista al frente, deteniéndose al ver una figura detrás de un árbol. Entrecerró los ojos y ésta había desaparecido, ¿la abría imaginado? Tal vez.
No era la primera vez que Taehyung los veía juntos. Era como si Seúl de repente se hubiera encogido y tuviese que encontrárselo cada maldita vez que estaba con su nueva noviecita. ¿Era su mala suerte habitual o simplemente una burla del destino? "Oye, has sido imbécil, ahí tienes lo que te mereces". Porque, de verdad, era abusivo. Habría estado bien con la vez que los vió en la calle, o la otra vez que estaban en el cine; habría estado bien porque eso ya había sido demasiado doloroso para él. ¿De verdad tenía que seguir viéndolo hasta en los diarios?
Aún así, esperaba tontamente que nada hubiera pasado entre ellos. Que simplemente fuera una tontería de momento, algo para olvidarse de Hoseok. Esperaba como un imbécil que él, por Dios Santo, no se hubiera acostado con ella. Pero eso sería una estupidez, ¿no? La chica era bonita, por más que la odiase de sólo mirarla, sabía que ni ella ni él tenían la culpa. Hacían una pareja realmente bonita, además, cualquiera podría verlo. Trabajaban juntos, lo que significaba que pasaban todo el día juntos, y luego probablemente ella dormiría entre sus brazos bajo la ventisca que entraba por la ventana de su habitación y...
Y eso dejaba totalmente afuera a Taehyung, claro.
Hoseok estaba haciendo completamente su vida, de nuevo, con otra persona, ¿y él tenía que quedarse a un lado, llorando, sufriendo, por su culpa? Porque mentiría si dijera que no se había pasado día y noche llorando, desgarradoramente, por su mejor amigo Hobi. Mentiría si dijera que le estaba durando demasiado aquella etapa de superar a su ex novio, si es que podía llamarle así. ¿Podía llamarle ex novio? ¿Habrían sido novios en realidad? ¿¡Por qué le había dicho que sí podía llamarlo así cuando ni siquiera había...!? No, no. No podía enojarse con Hoseok. No podía odiarlo, no podía. ¡Ojalá pudiera! Ojalá pudiera echarle la culpa de todo, pero no era así. Simplemente no era así. Él se había ilusionado como el imbécil que era, creyendo infantilmente que en algún momento el muchacho podía llegar a quererlo como él, y ahora estaba pagando las jodidas consecuencias de haber sido así de ingenuo.
Apretó los dientes con fuerza y cerró los ojos, apoyando la espalda contra el árbol. Luego los abrió, decidido, y trotó hasta el final de la cuadra para parar un taxi. Cuando lo hubo tomado, le dijo la dirección y cuando hubo llegado pagó y hasta dejó propina. Salió del vehículo, golpeó la puerta con fuerza.
-¿Taehyung? -Jungkook lo miró con sorpresa-. No me mandaste ningún mensaje, creí que...
-¿Están tus padres en casa? -lo interrumpió Taehyung con una voz tan ronca que el menor se quedó un segundo anonadado.
-¿Hablas de mi madre y su imbécil novio? -inquirió con sorna-. Pues no, ellos han...
Taehyung no dejó que siguiera hablando. La imagen de Hoseok besando a su novia se le había impregnado en la cabeza y necesitaba desesperadamente sacarla de allí. Necesitaba desesperadamente olvidarse de Hoseok. Y, tal y como había dicho Jungkook, encontrar a alguien que sí valiera la pena. Así que sin pensárselo demasiado lo besó, tomando su rostro entre sus manos y cerrando la puerta con un pie. Jungkook pareció completamente descolocado al principio, aferrándose a los costados de su camiseta, pero inmediatamente correspondió a sus besos con las mismas ganas.
Ambos trastabillaron un par de veces hasta dar con el sofá, entonces Taehyung empujó a Jungkook hasta dejarlo sobre éste.
-T-Tae -dijo, con los ojos muy abiertos.
Taehyung no pensó, no quería pensar. Se recostó sobre él, cerrando los ojos con fuerza porque por alguna razón todo aquello le dolía. Sin embargo, trataba con todas sus fuerzas de que no fuera así. De sentirlo totalmente normal. De creer, de verdad, que era con Jungkook con quien quería estar; y no con Hoseok.
-Tae, espera -murmuró Jungkook, pero cuando Taehyung mordió levemente su labio inferior perdió la cordura y levantó una pierna, rodeando las caderas del mayor con ella y apretándolo contra sí-. Ahh, maldita sea...
El mayor sintió las manos de su mejor amigo abrir desesperadamente el cierre de su abrigo, para luego meterse bajo sus capas de ropa, directamente sobre la piel cálida. Se encogió, tanto de la sorpresa como del disgusto. Pero no. No podía permitirse eso.
Esto era lo que quería.
Esto estaba bien.
Esto era lo mejor.
Taehyung siguió besándolo, perdiendo un poco el ritmo, hasta que las manos de Taehyung subieron hasta la boca de su estómago y entonces simplemente gimió de dolor. Dejó sus labios para pasarlos sobre su barbilla y luego en su cuello. Hundió el rostro allí apretando los labios por no echarse a llorar.
-¿Tae? ¿Estás bien?
-Lo siento, Jungkook. Yo...
-Está bien, no digas nada -el muchacho bajó la pierna y acarició su cabello suavemente.
-No quiero que pienses que me aprovecho de ti.
-Sería totalmente afortunado si te aprovecharas de mi -Jungkook rió bajito, pero al ver que él no respondía de la misma manera soltó un suspiro-. Sólo bromeo, tonto. Está bien. Sé que no eres así.
-Es que... Es que yo no...
-Tae, déjalo. Ya no importa -hizo una pausa-. Oye, ¿quieres comer algo? Puedo prepararte algo para comer. ¿Tienes hambre? ¿O quieres postre? ¿Helado?
Taehyung sacudió la cabeza en el cuello de su mejor amigo, sintiendo un ardor en el pecho que tenía nombre y no estaba en esa habitación.
-Quiero ésto -se sentó a un lado del sillón, con el rostro sonrojado por las ganas de llorar que estaba conteniendo. Lo miró muy serio y Jungkook parecía ya bastante cansado y decepcionado, suspiroso-. Jungkook, de verdad; sí quiero ésto.
-Tu no quieres ésto.
-Quiero que funcione. Quiero que nosotros... funcionemos.
El menor lo miró algo dolido. Se sentó junto a Taehyung y acarició su mejilla suavemente.
-Y yo quiero que cuando me beses, sea porque realmente te gusto. Y, si nunca es así, entonces simplemente no lo hagas. No debes forzarte a querer a alguien más simplemente porque un chico te dejó.
Taehyung apretó su labio inferior hasta que simplemente no pudo más y abrazó a Jungkook, hundiendo nuevamente su rostro en su cuello.
-Quiero que me gustes, Jungkook. De verdad que sí -sollozo, mientras el menor le daba palmaditas en la espalda-. Por favor, haz que sal de mi cabeza.
-Taehyung...
-Por favor, por favor, por favor. Ya no lo soporto -se sacudió, haciendo una mueca mientras las lágrimas caían por sus mejillas-. No soporto más ésto, Jungkook. Me duele.
-Espera...
-Me duele de verdad -Taehyung ya no podía parar de llorar, y lo odiaba. Por eso es que no quería llorar en un principio, porque sabía que una vez que comenzaba ya no podía detenerlo-. Haz que pare, Jungkook. Por favor, haz que pare.
-Lo haré -el menor tomó el rostro de Taehyung entre sus manos y dejó un dulce besos en sus labios-. Lo haré, lo prometo.
Y, aunque a Jungkook no le gustaba para nada ser usado para olvidar a un ex novio imbécil, no lo pudo evitar. ¿Cómo iba a decirle que no a ese rostro angelical que tanto le gustaba? Porque lo amaba, maldita sea, lo quería como a ninguna otra persona en el mundo. ¿Cómo podía simplemente verlo llorar y decirle que no haría nada para ayudarlo?
Aunque fuera lo último que hiciera, Jungkook daría todo de si por tratar de que su amigo lo viera como a ese imbécil de Hoseok.
-Ven aquí -el muchacho tomó la mano morena de su mejor amigo y lo ayudó a acomodarse boca arriba sobre el sofá-. Si quieres que pare entonces dilo y pararé, ¿entendido?
Taehyung asintió lentamente, medio sorprendido. Parecía un niño pequeño. Jungkook suspiró y se sentó a hocajadas sobre él, para luego agacharse y besarlo dulcemente en los labios. No suéter, camperaquería asustarlo tampoco, así que simplemente iría lento y despacio, tanteando el terreno nuevo y gozándolo como jamás en su vida había disfrutado de tener sexo.
Con suma delicadeza, Jungkook quitó el abrigo de Taehyung. Y luego quitó su campera y su suéter, dejándolo con la blusa porque no buscaba que le diera frío, o algo así. Luego llevó las manos al cinturón de su cinturón, mirándolo un segundo antes de abrirlo. Taehyung simplemente seguía sus movimientos con atención e intriga, así que, animado por ello, lo abrió. Bajó un poco el pantalón y se sorprendió al ver que su amigo estaba preparado para él. Lo miró nuevamente y vio como éste apartaba la mirada, sonrojado. No pudo evitar morderse la mejilla interna con mucha fuerza, era tan jodidamente lindo que no ser brusco le estaba costando demasiado.
Bajó los boxers, liberando la erección de Taehyung, y vió como éste mordía su labio inferior con fuerza.
-No te avergüences, TaeTae -murmuró, logrando con esas palabras que el muchacho volviese a verlo-. Eres hermoso.
El muchacho sonrió tristemente y aquello fue suficiente para Jungkook. Acarició a Taehyung, sintiendo su piel, su suavidad, agachándose para besar la firmeza de su vientre y bajar, lentamente, hasta su bello púbico. Besó cada parte de su masculinidad, sacándole algún que otro suspiro tembloroso y adolorido, y luego volvió a sentarse. Llevó sus manos a su propio pantalón, bajándolo, con sus ojos puestos en Taehyung. El muchacho seguía sus movimientos y cuando él mostró lo duro que estaba volvió a apartar la mirada.
-Esto es un poco vergonzoso -sonrió, sonrojándose-. Pero también eres hermoso, Kookie.
-Oh, cállate -Jungkook rió y se deshizo de los pantalones, acomodándose sobre su amigo-. ¿Te gusta así?
-S-sí, eh... -Taehyung acomodó su flequillo con ambas manos, como si tratase de ocultar su rostro de alguna manera. Inmediatamente sacudió la cabeza, negándola-. No, lo siento. No, no, no. No puedo.
Jungkook sonrió por aquello, jamás había visto a su mejor amigo tan avergonzado.
-Está bien, TaeTae -Jungkook retrocedió y volvió a agacharse. Tomó el miembro tierno y rosado de su amigo entre sus dedos y pasó la lengua lentamente de la base a la punta, viendo como el menor habría lentamente la boca hasta soltar un jadeo-. ¿Así, entonces?
El labio inferior del mayor tembló un segundo, pero luego él asintió con la cabeza. Jungkook se quedó un segundo quieto, sorprendido por aquella reacción. Tragó saliva y se prometió a sí mismo que haría sentir tan bien que, al menos lo que durara aquel momento, Taehyung olvidaría por completo a Hoseok.
Pero Jungkook estaba equivocado.
Muy equivocado.