My Sweet Prince [Namjin// Yoo...

By Babi_Bu

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GANADORA DE WATTYS 2016 EN SUBCATEGORÍA COMO NOVELA FANFICTION ACLAMADA POR EL PUBLICO Jin no pensaba llevar... More

Atención
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Epílogo
My Sweet Prince
Ya se...
Fanarts
Fanarts pt. 2

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By Babi_Bu

Cuando Taehyung salió del hospital, envuelto en un abrigo de piel falsa (porque, Dios mío, el jamás usaría piel de un animal real), lo único que rogaba era que Jungkook pudiera salir de allí pronto porque él odiaba los hospitales.

Y sólo no quería volver a estar en un hospital nunca más.


-Así es que éste es tu horario, tu uniforme -el nuevo jefe de Hoseok dejó la ropa sobre el escritorio, frente a él.

-¡Está bien! -el castaño apretó los labios, sintiendo que su emoción había sido demasiada.

-Éste será tu pago -el tipo escribió algo en una nota y se lo mostró-. Sé que no es mucho... -comenzó, y Hoseok no lo podía creer porque realmente sí era mucho para él. Era más de lo que le pagaban en su anterior empleo-... pero confío en lo que me dijo Seokjin de ti. Y supongo que ya sabes cómo funcionan éstas cosas: responsabilidad y dedicación significa aumento. Las propinas puedes quedártelas, aunque generalmente los otros empleados que trabajan aquí la juntan y luego la reparten a partes iguales. Tú haz como quieras, por mi estará bien. ¿Preguntas?

-No, ninguna, señor.

-¿Crees que puedes comenzar a trabajar ahora? Uno de los meseros de turno trabaja muy lejos y la nieve no lo deja venir.

-Por supuesto. Yo s-sí. Trabajaré duro -Hoseok se paró de su silla e hizo una reverencia.

-Fantástico, chico. Ve al baño y luego, pues... Pide una libreta -el tipo se paró también y le dió unas palmaditas en el hombro a Hoseok, para luego dejarlo marcharse de su oficina.

Y Hoseok, él... No lo podía creer. No podía creer que tuviera tantísima suerte. ¿¡Cómo era posible que consiguiera un trabajo tan genial en un lugar tan genial, tan elegante, tan cálido!? ¡No tendría que estar usando su chaqueta todo el tiempo! Ya que no habría una puerta que se abriera y cerrara a cada segundo y dejase pasar el frío de afuera. Aigoo, era impresionante. ¡Impresionante!

Se metió en el baño y cambió sus atuendos, para luego ir a la cocina y buscar a alguien que le diera una libreta. Se sonrió a sí mismo cuando vió a Seokjin vestido de chef, cortando verduras en una enorme tabla de picar, y no pudo evitar prácticamente correr a su lado y exclamar:

-¡Gracias!

Seokjin pegó un respingo, asustado, y lo miró como si estuviera loco. Luego se calmó, le sonrió con dulzura y dejó el cuchillo a un lado.

-No hay de qué Hoseok, ¿hoy empiezas?

-Así es. ¿Algún consejo para el primer día?

-Mmm, como novato, deberías saber que lo más importante como mesero, es... -se lo pensó un segundo, risueño-. Sonreír mucho. Y, si hay niños, bromear y jugar con ellos. Los padres dejarán buenas propinas si los haces.

La puerta trasera de la cocina se abrió de golpe, y Seokjin y Hoseok miraron con sorpresa.

-¿Taehyung? -murmuró el mayor, aunque el pelimorado tenía la boca abiera como un pez y miraba directamente a Hoseok-. Tae, sabes que no puedes entrar aquí.

Sin embargo, el menor no se dió por atendido. Sonrió y caminó velozmente hacia Hoseok, para luego tomar su rostro entre sus manos y besarlo.

¿Y qué iba a hacer él? Primero estuvo muy sorprendido, casi tanto como Seokjin, pero luego sonrió y le correspondió el beso porque... Se habían acostado varias veces ya, ¿acaso le negaría un beso? Sería demasiado hipórita de su parte. Y no es como si no disfrutara un montón con la calidez de los labios de Taehyung porque ese chico sí que sabía lo que hacía.

-Bueno, miren ésto -Seokjin se cruzó de brazos, con una sonrisa burlona en los labios-. Ahora yo preparo la cena y ustedes el postre. En serio, ¿van a acaramelarse en mi cocina?

-Al menos estás tú sólo ahora -replicó Taehyung separándose de él y mirándolo con tanto amor que Hoseok se encogió de placer-. Te ves increíble, Hobi. ¿Quién diría que un mandil te haría tan sexy?

-No se olviden que la madre puede oír aquí -gruñó Seokjin con una sonrisa, volviendo a cortar las verduras.

-¿Te quedarás a comer? -inquirió Hoseok, tomándole la mano para arrastrarlo fuera de la cocina.

-¡Claro que sí! Y más te vale atenderme tú, porque no le dejaré propina a ningún otro mesero.

-No vas a dejarme propina, Tae.

-Lo haré.

-No voy a dejar que me des propina, Kim Taehyung -Hoseok ladeó la cabeza, divertido.

-Te la daré y tu, quizás, puedas... Mmm... Llevarme a una cita.

-Eso es como si pagaras tú.

-Con el dinero que tú ganaste. Además -agregó, haciendo un ademán con la mano para restarle importancia- siempre pagas tú. Me toca hacerlo a mí, ¿no?

-Yo soy mayor que tú.

-¿¡Y eso qué!? No es justo para ti. Seré un buen nov... -se frenó, y Hoseok lo miró con intensión para que siguiera hablando. Taehyung se sonrojó y rió nerviosamente-. Digo, yo... No quería...

A Hoseok le dió demasiada ternura, pero se contuvo de abrazarlo como si fuera un oso de peluche y simplemente rió, revolviéndole el cabello morado.

-¿Novio? -preguntó.

Taehyung se frenó, mirándolo con los ojos muy abiertos.

-Lo siento, es que...

-Está bien, puedes llamarme así -ahora los ojos del menor parecían salírsele de sus cuencas. Hoseok rió-. Puedes llamarme novio hasta que encuentres algún chico más joven y hermoso, universitario y posiblemente modelo de revista a quien realmente puedas llamar así.

Taehyung se rió y dijo en voz muy baja, aunque él había podido oírlo perfectamente:

-Sí, como si eso fuera a pasar...

Pero entonces el resto de los empleados llegaron, y Taehyung tuvo que sentarse en una mesa para no mezclarse. Para no aburrirse, Hoseok le había dejado su teléfono en el que había descargado hacía poco un par de juegos.




Taehyung realmente  no quería revistar los mensajes de Hoseok, pero no lo pudo evitar. Necesitaba alguna mínima prueba de que el mayor seguía alejándose de él porque había algún otro chico o chica, pero... Increíblemente, no encontró nada. Y no era como si eliminase los mensajes en kakao talk, simplemente no hablaba con demasiada gente más que sus amigos cercanos y familia.

A decir verdad, su Hobi era un poco aburrido.

Sin embargo, él no podía menos que sentirse increíblemente feliz porque, bueno, Hoseok le había dejado llamarle novio. Y bueno, si, que luego la había cagado con el que "hasta que encuentres a alguien mejor que yo"; y eso le parecía increíblemente porque él no había conocido, ni creía conocer jamás, a alguien tan increíble como Jung Hoseok. Tan hermoso, tan sonriente, tan brillante siempre; era... ¡Era como un rayito de sol!

Entonces, le llegó un mensaje.

Un mensaje de Namjoon, para ser exactos.

Joonie: Hobiiii, cómo te fue? Ya estás en el restaurante?

Taehyung sonrió burlón y tecleó en el teléfono ajeno.

A Hoseok le fue bien. Habla TaeTAE

Joonie: Tae? Por qué tienes el teléfono de Hoseok?

Porque en realidad me dedico al contrabando ilegal de celulares a otros países

Joonie: Sí sabes que Samsung es una marca multinacional, no?

HOBI ESTÁ BIEN

ÉL ESTÁ TRABAJANDO AHORA MISMO Y NO PUEDE RESPONDER

Joonie: Bueeeeeeno, pero oye: pásame la dirección

No me sé las calles. Está frente a la gasolinera esa gigante en el centro, la que tiene un tipo siempre vestido de Kumamon bailando

Joonie: Ya, ya sé cual es

Joonie: Ya pediste?

No

Joonie: Espérame entonces

BUENO AQUÍ TE ESPERO

Joonie: Por qué gritas?

Se me complica este teléfono, es muy pequeÑO

AY

DE VUELTA

LO SIENTO, NO ESTOY GRITANDO

Joonie: Está bien, estaré en diez minutos

VEN CON CULOPATO

CUIDADO*

Taehyung estuvo como media hora riéndose de su propio error.



Seokjin estaba que... aiiish no se lo podía creer. 

-A ver -el castaño se secó las manos en el pantalón y enarcó una ceja, recibiendo una pequeña notita que le entregaba un mesero-. A ver, o sea... a ver. ¿Qué es ésto?

-Ya le dije, hyung, el cliente insiste en que quiere ésta receta que no está en el menú -se encogió de hombros, cohibido ante la intensa mirada del mayor-. Le dije que sólo cocinábamos cosas que estaban en el menú, pero... Él dijo que si no puedes con ésta receta, entonces no... Hum...

-Dilo...

-Entonces no eres buen chef.

Seokjin enarcó una ceja y soltó una risita sarcástica tan histérica que todos los que trabajaban en la cocina se giraron para mirarlo con preocupación.

-¿Que no soy buen chef? ¿Que yo no soy buen chef? -repitió, sintiendo que le salían chispas por las orejas.

-¿Debo decirle nuevamente que pida algo del menú, o que vaya a otro restaurante?

-Yo me encargaré de ésto personalmente -Seokjin se quitó el gorro de chef y lo dejó sobre la mesada-. ¿Mesa?

-Nueve -murmuró el mesero, tímidamente.

Mientras el chef principal del restaurante salía de la cocina para meterse en el restaurante, pudo ver claramente como todos sus compañeros de trabajo se inclinaban hacia atrás para mirar. Y es que, por favor, él obviamente no iba a dar un gran espectáculo pero... Cuando le tocaban la llaga él era peligroso. Terriblemente peligroso.

Y nadie iba a decir que él no era buen chef.

Rebuscó la mesa nueve con ojos de lince y al ver el cabello morado de su dongsaeng quiso darse una palmada en la cara. ¿De verdad Taehyung había hecho terrible alboroto? ¿Por qué? Y además, esa receta, era... Llevaba tiempo de hacerse, y tendría que explicarles a sus compañeros de cocina como prepararla porque no estaba en el menú, porque no era una comida típica. ¿Por qué el dulce TaeTae querría sacarle canas?

Entonces una pareja lo frenó para felicitarlo por la comida, y un par de personas que acababan de entrar le taparon la visión de su amigo, y uff. Agradeció por la felicitación, les deseó una buena comida, pasó las manos por su uniforme blanco para quitarle las arrugas que no tenía y levantó la vista hacia...

Un momento...

Taehyung no estaba sólo, porque justo frente a éste había otro muchacho que le estaba sonriendo con oyuelos y todo y Seokjin sólo pudo pensar en que esos dos parecían un pastel de cumpleaños con semejantes tinturas.

Se acercó a paso rápido hasta la mesa nueve, porque no quería que nadie más lo agarrara antes de pedir explicaciónes. Sus pies casi no hacían ruido sobre la alfombra roja, la música de classic jazz no competía con su humor ahora mismo, y por un momento Jin quizo detenerse y reírse. ¿Por qué? Es que Namjoon seguía sonriéndole con muchos ánimos detrás de sus enormes lentes de pasta negra, bien sentado, con los codos bajo la mesa; mientras que Taehyung se estaba despatarradamente sobre la silla, mientras jugaba un juego demasiado rudoso en un celular que no era suyo y al mismo tiempo le hablaba a Namjoon. 

-¿Tú pediste ésto? -inquirió de golpe el mayor, al llegar junto a la mesa, mientras dejaba la nota que voló un segundo antes de posarse sobre el plato de Taehyung.

Éste levantó la mirada del juego, poniéndolo antes en pausa.

-No, ha sido éste hyung -señaló con un pulgar desinteresado a Namjoon y volvió a su juego.

Seokjin miró a Namjoon. Namjoon sonreía. Seokjin no.

-¿Por qué pediste algo que no estaba en el menú? -señaló la carta, bastante extensa-. ¿Acaso todo eso no es suficiente para tu delicado paladar?

Una señora mayor que estaba en la mesa diez se giró para mirarlo con esa cara que miran las ancianas que están disgustadas. Caras que Seokjin no se podía permitir.

Se obligó a calmarse y sonreír, aunque Namjoon ya no sonreía tanto ésta vez.

-Dime, Namjoonie, ¿estás jugando con mis nervios? ¿Te parece muy divertido?

-Sólo quería que me preparases algo como lo que cocinan en casa. ¿Es mucho pedir?

-¿Tienes un chef internacional en tu casa?

-Pues... sí.

Seokjin parpadeó lentamente. No se esperaba esa respuesta. Sin embargo, no cedió a su tono firme.

-No puedo preparar éste tipo de comida. 

-¿Y por qué no?

-Porque es comida indú, Namjoon.

-Lo siento, creí que hablaba con el chef -el pelirosa levantó una mano y Taehyung abrió mucho la boca, risueño, olvidándose del juego-. ¿Quiere, por favor, decirle al chef que venga a hablar?

Seokjin tomó aire lentamente por la nariz, sintiendo que su rostro comenzaba a arder (no supo si de la vergüenza o de la ira).

-Yo soy el chef, Namjoon. Yo estoy a cargo en la cocina.

-Oh, vaya. Taehyung -ahora el muchacho le hablaba a su dongsaeng-. ¿No dijiste que éste era un restaurant de categoría?

-Escúcheme, cliente -Seokjin puso una mano sobre la mesa con tanta fuerza que los dos cabeza de cupcake lo miraron con algo de temor-. Ni siquiera tenemos los ingredientes necesarios en la cocina para...

-Lo sé, pensé en eso -Namjoon estiró una mano debajo de la mesa y luego dejó una bolsa de cartón llena de comestibles. Taehyung se tapó la cara con las manos para no reírse-. Aquí está todo lo que necesita, chef. ¿Ahora puede prepararlo?

Seokjin entreabrió los labios, a punto de responder que no, que se fuera bien a la mierda; pero se contuvo.

Él era un jodido chef, y eso es lo que iba a hacer.

Tomó la bolsa, hizo una reverencia, y se marchó.

-¿Crees que me odiará? -oyó que Namjoon, a sus espaldas, le preguntaba al menor.

-Te va a matar, hyung -respondía el otro.

Pero qué bien lo conocía Taehyung, pensó. Nada más acercado a la realidad.




Seokjin preparó el plato absolutamente sólo. No dejó que nadie le echara una mano con los vegetales, ni con las especias. No dejó que nadie le hablara siquiera. Puso sus auriculares en sus oídos, subió el volumen máximo a Jay-Z, y cocinó. Cocinó como jamás había cocinado en su vida, poniendo sangre, sudor y lágrimas... Bueno, tampoco fue para tanto, pero sí que se cortó cortando papas, y también sudó un poco junto al horno, y a lo mejor esas cebollas lo hicieron llorar un poco. ¡Pero estaba bien! Era insultantemente placentero recibir un reto de ese tipo.

Cuando el plato estuvo terminado, Seokjin llamó a Hoseok para que tomara la orden de Taehyung (que había sido una simple hamburguesa) y él mismo llevó el plato de Namjoon. Todos en el restaurante se lo quedaron viendo, casi asombrado, y luego miraron a Namjoon con la misma intensidad; como si fuera algún tipo de político de la India o algo así.

-Que lo disfrutes -murmuró Hoseok, dejando el plato frente a un muerto de hambre Taehyung; que la atacó sin preámbulos. Luego miró a Namjoon e hizo una mueca-. Y tú eres idiota, hermano.

-También lo disfrutaré -Namjoon sonrió y Hoseok se marchó, rodando los ojos. Seokjin se mordisqueó el labio inferior tratando de no lanzarle la sopa en la cara y la dejó sobre la mesa-. Y gracias, princesa. Sabía que lo harías. ¿Usaste algún ingrediente secreto?

Seokjin asintió e hizo un gesto con el dedo para que Namjoon se acercara a él y nadie más pudiese oírlo.

-Ratas -susurró.

El pelirosa puso una cara de susto que le hizo reírse.

-T-tú... -señaló la sopa-. Tú no... No lo harías, princesa...

-¿De verdad crees que sería capaz de hacer algo así? -Seokjin soltó un quejido de frustración y sacudió una mano delante de su dongsaeng para que éste le prestara atención a él y no a su hamburguesa-. Tae, ¿qué les he enseñado a ti y a Jimin desde que me conocieron?

-"Con la comida no se juega" -citó de memoria el pelimorado, suspirando cuando vió pasar a Hoseok llevando otra bandeja con comida-. ¿No creen que realmente se ve genial con el mandil?

-No le he puesto nada -continuó Seokjin, ignorando al menor-. Era una broma. Porque mi comida no es ninguna broma, Namjoon. Lo sabrás cuando la pruebes -tomó la cuchara y se la tendió.

Namjoon tomó la cuchara, dudoso, y bebió la sopa justo frente a Jin. Su expresión pasó del temor a la sorpresa, y al mayor... Bueno, no le agradó demasiado.

-¿Qué? ¿Qué tiene? -se apresuró a preguntar.

-Pues... No es como la que prepara mi chef internacional -se explicó el menor, con la vista completamente seria y perdida en algún lugar lejano.

Seokjin sintió que su pecho se oprimía, que los ojos le ardían. Dios mío, no podía haber algo tan doloroso como que insultasen de tal manera sus platos.

-Vaya -murmuró por lo bajo, estirando las manos para tomar la sopa y, probablemente, tirarla por el lavaplatos.

Sin embargo, Namjoon lo frenó, agarrándolo de la muñeca. Seokjin levantó la mirada y vió que el pelirosa le sonreía, con los ojos brillantes. Se le secó la boca.

-En realidad, es exactamente igual a la que probé en las mismas Indias.

-¡OH MAI GAWD! -Taehyung levantó el tenedor y señaló la situación, como si Seokjin no hubiera presenciado todo él mismo-. ¡Te lo dije Namjoon-ah! ¡Jin es el mejor chef de la historia de los chefs!

Sin embargo, los dos mayores se seguían mirando, como si estuvieran hablando telepáticamente. Namjoon parecía orgulloso, y Seokjin no sabía qué decir porque definitivamente no se esperaba eso.

-Por supuesto que es perfecta -Seokjin sonrió, victorioso-. Yo la preparé.

Y, diciendo eso, volvió a la cocina.

(¡Ah! Y... al parecer todo el restaurante estaba mirando la escena, porque cuando el chef hizo su retirada el lugar estalló en aplausos).


Seokjin dobló delicadamente su uniforme para luego arrojarlo dentro del canasto de la lavandería del restaurante. ¿Para qué lo había doblado? No lo sabía. Seguía sumido en sus pensamientos. 

Suspiró y tomó las llaves. Así como era el primero en llegar, también era el último en irse, ya que él conservaba las llaves de su turno. Salió por la puerta de la cocina y la cerró con las llaves, para luego girarse y llevarse el susto de su vida.

-¡Ah! -soltó un chillido para nada masculino, poniéndose en puntas de pie. 

Namjoon le sonrió y él frunció el entrecejo, volviéndose a apoyar sobre sus talones.

-¿Qué hacías ahí? ¡Parecías un fantasma! -exclamó, frustrado.

-Pensaba llevarte a casa -señaló su auto, estacionado justo detrás-. Pensaba salir, ya sabes, con mi nuevo amigo Taehyung; pero me abandonó por mi antiguo amigo Hoseok así que... Uff. No me queda otra que pasar el rato contigo.

-¿Y quién te dijo que yo no tengo planes?

-¿Los tienes? -inquirió. Jin apretó los labios-. Lo sabía. Así que... ¿te llevo a casa?

-¿Y qué esperas, eh? ¿Pasar la tarde sólo en mi casa? Porque la verdad es que tengo un par de cosas que hacer, como ir al supermercado, pagar las cuentas, poner la ropa en la lavadora separándola por color, limpiar, y posiblemente intentar arreglar las cañerías del lavaplatos.

-Puedo ayudarte con eso.

-¿Ayudarme? ¿Cómo vas a hacer eso?

-¡Yo...! -Namjoon no encontró palabras y terminó por sacudirse el cabello, retroceder, caminar en círculos y soltar un gruñido-. ¡Yo sólo intento hacer lo mejor! 

Había sonado tan desesperado, tan sincero, que Seokjin no pudo evitar sonreír. 

-Oye, ven aquí -murmuró, juguetonamente, el mayor.

Namjoon se vió asombrado, pero se acercó a él, probablemente obnubilado por la sonrisa que le estaba tanto.

Seokjin se acercó a sus labios y... 

... Y luego tomó el brazo de Namjoon, lo puso detrás de su espalda para hacer una llave que lo inmovilizara, y lo empujó hasta que su mejilla quedó contra la pared.

-¡Ah! ¡Au! -se quejó Namjoon, haciendo muecas de disgusto-. ¿Y ahora qué?

-Si vuelves a insultar mis habilidades en la cocina -comenzó Seokjin, hablando junto a su oreja-. Prepararé una salsa con tus entrañas, ¿entendido?

-¡P-prin...! ¡Auu! ¡Entendido! ¡ENTENDIDO!

-Genial -antes de soltarlo, el mayor le dió un corto beso en la mejilla-. Y me encantaría que vinieras a casa, por cierto.

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