Estoy dentro, he entrado en la habitación de Keisy. Me hace sentir muy incómodo esta situación. Imagino que el padre llega y me encuentra aquí.
¡Pensará que soy un pedófilo!
Concéntrate Aleksandr. Me pongo a revisar lo más rápido que puedo. En la velocidad, ni me doy cuenta y levanto su lencería.
—¡Ay, no! —La tiro al suelo.
Maldito susto ¿Dónde está su computadora? O un pendrive quizás.
Sigo revisando hasta que oigo la puerta y me escondo detrás de la misma. Veo a la adolescente hormonal entrar y si se voltea estoy frito.
—¿Cómo llegó esto aquí? —se pregunta en voz alta, levantando sus braguitas. Se voltea y sonríe —¡Te descubrí! —Hace su risita pícara.
La verdad, no sé qué decir.