《Sentimientos》Stisaac

By Bitch3172002

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Si hablamos de pertenencias, quiero ser tuyo y de nadie mas. Si hablamos de compañias, quiero estar contigo y... More

Prólogo
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AVISO Y DATO CURIOSO
Capitulo especial
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¡Gracias loves!
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Navidad
Especial de Navidad🎄
Especial de Navidad 🎄
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PORTADAS
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AVISO IMPORTANTE
NO ES CAPITULO
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By Bitch3172002

Bajaron poco después de cambiarce y secarse por completo, primero Stiles y cinco minutos después, Isaac. Para no levantar sospechas de la ducha juntos.
Pero, aunque quieran engañarlo, el sheriff ya sospechaba. John Stillinski era un hombre inteligente, y las cosas que no sabía, las intuía. Especialmente las relacionadas con su hijo, a cual podía desifrar con solo verlo.

No era casualidad que sus ojos brillaban más de lo normal con la sola presecia de Isaac. Que sonriera bobamente ante su mención. Los rozes disimulados que los jóvenes de brindaban, una caricia en la cadera o en los brazos. En como la sonrisa del ojiazul brillaba con intensidad al estar con el. En como parecía el mundo frenaba frente a ellos cuando se miraban o estaban juntos. Que casualmente siempre de sentarán uno al lado del otro. Que se acariciaran la espalda cuando nadie los veía.

Estaban enamorados uno del otro, y tenías que ser más estúpido que Scott Mccall para no verlo. Porque hasta el moreno podia notarlo. Y eso era un logro.

[Te amo Scotty, es con amor, todos amamos tú estupidez]

Aquella mañana sonrió junto a Parrish, que había llegado para desayunar con ellos, y pudo notar la tierna sonrisa en el aniñado rostro de su hijo. El oficial más joven le sonrió al menor con las mejillas coloradas, avergonzado, talvez.

Frunció el seño, pero aquella acción desapareció al ver como los ojos mieles de su hijo adoptaban un brillo especial al ver como Isaac se sentaba a su lado, cerca, muy cerca, rozando sus brazos. Ambos tenian esa pequeña sonrisa cómplice, escondiendola debajo en la taza de café.

El sheriff carraspeo, llamando la atención de ambos jóvenes.

- ¿Haran algo hoy o se quedarán en casa?- pregunto tranquilamente, pero atento a la reacción de ambos jóvenes.

¿Que? Después de todo John seguía siendo el padre de Stiles, su pequeño retoño, claro que no quería que tenga sexo a sus cortos 17 años.

Si supiera...

Ambos chicos aguantaron una risita, malpensando las palabras.

- Iré con Érika a pasear por el bosque y a tomar un helado.- respondió el castaño rodando los ojos, sin notar como el ojiazul arrugaba la nariz. Pero John lo noto.- Está histérica, dice que no le estoy dando atención estos dias.

- Está histérica.- respondió Isaac asientiendo con la cabeza.- Solo pasaron dos días que no la viste.

-Mujeres.- dijeron los cuatro hombres a la vez suspirando.

-¿Y tú, Isaac?- pregunto Parrish mirandolo curiosa dándole un trago a su café.

- Iré a ver a Deaton.- respondió con una mueca.- Tengo que preguntarle algunas cosas.

Lo miraron unos segundos, pero claramente el chico no quería hablar sobre eso por lo que lo dejaron pasar.

- Vuelvan antes de que oscurezca, ¿quedo claro? Y si se les hace tarde, me llaman a mí o a Parrish para que los busquemos.- dijo el sheriff mirando a ambos, principalmente a Stiles, con seriedad.

-Si, señor.- dijeron ambos mismo tiempo.

Se miraron con los ojos bien abiertos y corrieron la mirada sonrrojados.

Si, eran una dulzura.

Y Parrish lo noto. Lo noto muy bien.

Y para John no podía estar más claro.

- ¿Que decía el reporte forense sobre la chica del púb?- pregunto Stiles apoyando los codos sobre la mesa, una zona en su mano y el café en la otra.

- Tenía enormes marcas de dientes, como si le hubiesen arrancado la carne, y varios rasguños.- Parrish hizo una mueca.- En el hombro parecía como si le hubiesen pegado una solapa y luego se las hayan arrancado, al costado tenía marcas de dientes.

- Claramente no fue un puma de montaña.- afirmó Isaac, mientras bebía su café.- ¿Un Wendigo omega?

- ¿Wendigo Omega?- pregunto el sheriff frunciendo el ceño.

- Un Wendigo es un ser sobrenatural canibal, papá. Y un Wendigo omega puede llegar a ser más peligroso, ya que está en peligro constante, no razona con claridad y el miedo hace que cometa actos estúpidos, como matar a una chica frente a un pub y dejarla a medio comer.- respondió encogiéndose de hombros.

-Oh.-, fue lo único que salió de los labios del mayor.

-Mañana tendremos una reunión con la manada y planearemos como atraparlo, antes de que se vaya del pueblo, si es que es inteligente.

Los cuatro hombres asientierom y Stiles se levantó dejando la taza en el lava vajillas.

-Me voy, Érika debe estar esperándome.-, sonrió chocando puños con Parrish.

-Cuiden mucho.- le dijo su padre cuando paso a su lado para apretarle el hombro.

Asintió y paso por al lado de Isaac, y algo indeciso acarició su espalda suavemente y se fue con una mueca al querer hacer más que eso.

Isaac lo miro irse con ojitos de perrito mojado hasta que su cuerpo desapareció al pasar por la puerta.

Pensó alguna escusa para ir a buscarlo y sonrió con los ojos brillando al ver como había dejado su campera azul en el respaldo de la silla.

-Ire a devolverle la campera, ya vuelvo.- y no tardó ni un segundo en desaparecer por la puerta, como un perrito persiguiendo a su dueño, sin poder ver las miradas inquisitivas de ambos hombres.

-Algo se traen entre manos.- aseguró el sheriff entrecerrando los ojos y llevándose el café a los labios.

Parrish escondió su sonrisa en el café, sonrrojado.

-Seguramente.- murmuró.

(...)

Stiles seguía caminando tranquilamente, con las manos en los bolsillos de sus jeans, mirando como algunas madres jugaban con sus hijos en la pequeña plaza por la que estaba pasando y algunas parejas se besuqueaban en los bancos.

-¡Eh! ¡Stiles!- escucho como su voz favorita lo llamaban detrás suyo.

Sonrió sin darse cuenta giró sobre su eje, pero antes de darse vuelta por completo unos labios chocaron con los suyos y unas manos se aferraron firmemente en su cintura.

La suavidad de sus labios y el gusto de estos lo hizo reconocer fácilmente a Isaac, por lo que sonrio en medio del beso, acariciando sus brazos.

-Olvidaste tú campera.- murmuró el ojiazul rozando sus labios, mirándolo.

-Que despistado.- murmuró inocentemente soltando una risita y entrelazando sus manos por detrás de su cuello.

El rubio sonrió, y atrajo sus caderas hacia su cuerpo una vez más, pero esta vez a un abrazo.

-Cuidate, ¿si?.- murmuró sobre su oreja.- Si pasa algo, no dudes en llamarme.

-Estare con Érika.- respondió suavemente, apoyando la cabeza sobre su hombro, besando su cuello.

-Aun así.- musitó y dejo un beso en su coronilla.

-Bien.- sonrió y dejó un último beso en sus labios para luego acariciarle la mejilla y seguir su camino.- Nos vemos en casa.

-Nos vemos en casa.- aseguró.

(...)

Al llegar a la veterinaria el druida lo esperaba mientras organizaba algunos polvos y escencias sobre la mesa metalica.

-Te esperaba.- le sonrió el druida y su sonrisa fue correspondida.- Dime, ¿que necesitabas preguntarme?

-Yo...- rasco su nuca, indeciso.- Últimamente...No lo sé, me siento raro.

-¿Raro?- pregunto el moreno enarcando una ceja.- ¿En que sentido?

-Cuando estoy con Stiles.

-¿Stiles? ¿Nuestro humano Stiles?

Mío, gruño internamente.

-Si.- su rostro tomo un tono rojizo.- Estamos iniciando algo, ya sabes, en plan pareja.

El druida lo miró sorprendido.

-Y me encanta. De verdad. Dios, por supuesto que me encanta.- relamio sus labios, sin saber cómo explicarce.-Cada vez que estoy junto a él me siento completo, me siento bien. Mejor de lo que alguna vez haya estado. Cada vez que lo veo...Es como si el mundo parará. Y cuando sonríe...- suspiro, mirando el techo unos segundos, sin palabras.- siento esa oprecion en el pecho, de que tengo lo más hermoso del mundo frente a mi. Siento esa calidez, que solo cuando estoy con el sale.- sonrió, recordando sus labios.- cada vez que estoy cerca suyo mí lobo de vuele loco, cuando sonríe, o ríe, o simplemente está en la sala. Cuando está triste, o llorando, es como si solo quisiera estar a su lado todo el día, hasta cambiar sus sentimientos.- sus ojos brillaron, con algunas lagrimas- cuando lo veo entrar a la habitación, la respiración se me corta. Los sentidos no me funcionan cuando lo tengo pegado a mí cuerpo. El corazón me late a mil por hora, siento cosquillas en todo el cuerpo. Casi me duele no estar con el todo el tiempo. Siento que mí mundo solo tiene sentido si él está a mí lado.¿Que demonios me pasa, Deaton?

Sus ojos estaban llenos de lágrimas, sin entender porque, y el druida lo veia con una gran sonrisa, enternecido totalmente ante sus palabras.

-Quiero decirte, mí querido Isaac, que presentar graves síntomas de estar enamorado.- sonrió, colocando una mano sobre el hombro del chico.-, Estás completamente enamorado de Stiles, Isaac.

El ojiazul sonrió casi como un leve sollozo y se seco las lágrimas con la manga de su camisa.

Deaton lo entendía. Al joven probablemente nunca le hablaron sobre el amor. Cómo sería estar enamorado, o que sentirías. Era algo totalmente nuevo para el, algo desconocido.

- El otro día...Cuando estabamos cocinando- murmuró sobando su nariz- se quemó el dedo índice con el horno, ¿sabes que pasó?

- ¿Te pusiste histérico?

Rodo los ojos.

-Ademas de eso.

-Niño, soy druida, no psíquico. Necesito palabras para entender.

-Ya.- suspiro.- sentí un cosquilleo en el dedo, justo en donde él se había quemado. No era dolor, pero era como una sensación en aquella zona.

El moreno lo miro atento.

-Tambien cuando se golpea la coronilla con la punta del estante, siento el mismo cosquilleo.

-Eso es nuevo.- murmuró el druida- ¿Alguna vez te hablaron sobre los soulmates? ¿Almas gemelas?

- En lobos, no.

Suspiro.

-Bueno, digamos que los soulmates son como la media naranja de un lobo. Su otra mitad. Compañero de vida. El Ying de su Yang. Como quieras decirle.- explicó tranquilamente, con la mirada fija.- Los libros dicen que solo los lobos nacidos pueden tener un soulmate, pero hay leyendas que cuentan que los lobos mordidos también pueden llegar a tener una, ya que desde el momento en el que nacio, ese iba a ser su destino. Seas o no un lobo nacido, tú destino desde ahora en adelante es estar con Stiles.- suspiro, viendo cómo el ojiazul parecia impactado.- Cuando te mordieron, tu lobo sentia que su destino era junto a Stiles. Todas las personas tienen un soulmate, pero no tienen las habilidades activas para saberlo. Tú, al ser un hombre lobo, lograste activar todo lo que te permita reconocer a tú pareja. Felicidades, Isaac.

Blanco. Así se quedo. Blanco.

- ¿Tuvieron sexo?- pregunto el druida con naturalidad.

Isaac se atragantó con su saliva, y parpadeo repetidasveces pensando que se lo imagino.

-¿Como?

-Que si tuvieron sexo o no.

-Puede ser...- murmuró sonrrojado, agachando la vista.- Ni una palabra a Scott. A nadie.

-Isaac.- dijo seriamente, haciéndolo subir la cabeza.- Esto te va a sonar raro. Pero quiero que me escuches.- respiro hondo, listo para tirarle aconito al lobo si se volvía loco.- Si fecundas en el cuerpo de Stiles, un día exacto al mes, puede tener cachorros.

Ahora sí que se quedó blanco.

Blanco blanquito.

-¿¡QUE!?- chillo.

-Tengo aconito y no tengo miedo de usarlo-, amenazó, viendo cómo de volvía loco.- Tranquilizate, eso solo puede pasar si fecundas en el un día de luna llena y si el prueba una gota de tú sangre. También tienes que marcarlo, pero eso puede pasar en cualquier momento.

-¿¡QUE!?- volvió a chillar- ¡¿Probar mí sangre como un vampiro?! ¿¡Y como que puede quedar embarazado!?

-Sino te relajas, te voy a meter aconito por la nariz. ¿Quedo claro?

El joven asintió, y poco a poco fue guardando las garras.

-Mira, puede que te parezca raro. Pero en el mundo de los hombres lobo es totalmente común, es más por un tema de descendencia. Es un don que la diosa Luna les brindo a los lobos hace cientos de años, según las leyenedas, claro.- el chico asintió.- Si llega a suceder, será natural. El cuerpo de Stiles comenzará a cambiar internamente para poder alojar al bebé sin problema, no hay riesgo. Pero, claramente, el bebé saldrá por cesárea. El tiempo de gestación suele ser de cinco meses, ya que al ser un hombre lobo de nacimiento su desarrollo es más rápido que el de un bebé normal.

- Entonces, si unos años queremos tener hijos, ¿no hay necesidad de adoptar?- pregunto ilusionado, sonriendo.

-Exacto.- el druida suspiro, ya que se había calmado.- Lo cachorros serán completamente suyos. Serán hombres lobos nacidos y serán más fuertes y hábiles.

-A Stiles no le afecta en nada, ¿verdad?-, pregunto rápidamente.

-No, como mucho serán algunas incomodidades o un poco de dolor cuando su cuerpo comience a cambiar.

El druida sonrió, ante la mirada llena de ilusión que el ojiazul tenía en su mirada.

-Bien, tengo que irme. Mí hermana me espera. ¿Necesitas algo más, Isaac?-, pregunto mirando el reloj.

El rubio sacudió la cabeza saliendo de su nube y negó para seguido abrazar al druida con fuerza y salir de la veterinaria no sin antes oír un grito:

-¡No dejes embarazado al chico tan joven!

(...)

-¡De verdad! ¡Fue tan tierno conmigo!- chillo la rubia con una gran sonrisa.- Luego me llevo al río, y tuvimos una súper cena romántica. Y luego mucha acción, si sabes a lo que me refiero.

-No necesitaba saber lo último.- el castaño respondió, haciendo una mueca graciosa mientras caminaban por el bosque luego de tomar un helado.- De verdad que amo su pareja, pero tendrá una sería charla con Boyd.- frunció el seño.- Que no lastime a mí chica.

Pasó uno de sus brazos por los hombros de su amiga mientras está colocaba uno de los suyos en su cintura.

-Yo se que el no me haría daño.-, murmuró con cariño, y Stiles beso su coronilla.

-Por el bien de sus propias pelotas, que así sea.

Ambos rieron y siguieron caminando hablando de cualquier tipo de cosas, luego de pasar toda mañana comiendo y hablando.

-¿Como vas con Isaac?-, pregunto la rubia, esperando su respuesta.

Sonrió mordiendo uno de sus labios cuando el corazón de su amigo comenzó a bombear con fuerza con su sola mención.

-Oh...Bien, ya sabes...Vivimos juntos...Y eso.- respondio entrecortada mente con una risita nerviosa.

-Sabes que toda la manada sabe que se gustan, ¿cierto?

-¿Que?

-Vamos, Stiles. No eres tonto.- le riño su amiga poniendoce frente a él, caminando de espaldas frente a la mirada de cachorrito que tenía el castaño.- A ver, cada vez que alguien lo nombra, tú corazón palpita como loco. El olor a felicidad y nervios que emanas son inconfundibles. Todo te delata. Y a Isaac ni te cuento.- la rubia sonrió jocosa.- Es claro que están en algo.

-Siento no haberles contado.-, murmuró apenado bajando la vista.- Pero tengo miedo, Érika. Mucho miedo de joderla. Nunca sentí algo así por alguien, no quiero arruinarlo. Y no sabía cómo iban a reaccionar, no podría soportar que me precionaran cuando apenas puedo conmigo mismo.

Su amiga se acercó y lo abrazo como hace una madre con su hijo, con cariño.

-Esta bien, Sti. Nadie se queja de nada, es decisión suya contar si son o no pareja.- sonrió y se separaron.- Isaac te quiere mucho, todo va a salir muy bien. Te prometo que nadie los va a precionaran, más bien, tienen todo el apoyo de las tropas Stissac shippers.

El castaño soltó una carcajada contagiando a Érika.

-¿Siguen con eso? Por dios, que vergüenza.- comento sonrojado.

-¡Es que son tan lindos!- chillo apretandole las mejillas.

-¡Erika!- río, quitando sus manos.

-Entonces...¿de verdad están juntos?

-Estamos en algo- murmuró sonriendo levemente.- Y antes de que preguntes, ya no soy virgen.

La rubia abrió la boca y los ojos de par en par y probablemente de iba a poner a gritar como una histérica pero el ruido de una rama rompiendoce detrás suyo captó la atención de ambos.

La loba miró hacia todos lados pero los crujidos comenzaron a sonar por todas las direcciones, sin permitirle escuchar quien era.

-¡Vamonos!- exclamó con las garras afuera y ambos comenzaron a correr, y Érika estaba desesperada, hasta que un putrido olor le llegó a las fosas nasales.

Un cuerpo cayó frente a Stiles, parado firmemente, mirándolo con los dientes fuera.

El Wendigo.

-¡Stiles!- grito Érika pero antes de poder atacar otro cuerpo, que tenía un grueso guante en la mano, le soplo justo en la cara un polvo violeta. Aconito.

La rubia cayó de bruces al suelo.

Grito y mordió con fuerza el brazo que rodeaba su cuello haciendo gritar de dolor a su captor y tomo ese mismo brazo, haciéndolo volar sobre su hombro y haciéndolo chocar de espalda al suelo con brusquedad.

-¡Eri-

Pero todo se volvió oscuro.

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