¿Qué tan incómoda comenzó a ser mi relación con Él luego de las fiestas? En una escala del 1 al no-verlo-más-en-mi-vida, yo pondría un cuatro. Las clases ya comenzaron un mes atrás y Hoseok se volvió a aparecer a mitad de la noche en mi cuarto una sola vez, en el que lo único que hicimos fue hablar sobre aquellos besos que nos dimos, mejor dicho, Él era el que hablaba de eso, yo sentía mucha vergüenza al mencionarlo. Y de vez en cuando soltaba algunas palabras como "de todas formas me gustó", "no sé qué decir", "no hiciste nada malo", entre otras cosas, sacándole un par de sonrisas tiernas que iban dirigidas a mí, de alguna forma, le daba a entender de que besarlo era una de las cosas que más quería entre susurros y tartamudeos. Luego de terminar la charla que fueron unos cuantos minutos, se fue de mi casa, perdiéndose en la oscuridad como de costumbre. Y no lo volví a ver hasta que comenzaron las clases, donde nuestra relación se mostraba distante.
Ese año era diferente, un nuevo chico que es el menor de todos, entró al grupo. Su nombre era Changkyun y lo integró Kihyun por el motivo de que lo vio solo y no lograba adaptarse al grupo de su curso al cabo de un mes. Changkyun volvió luego de un par de años de estar viviendo en el extranjero y nunca se le dio bien hacer amigos. Al principio nos costó integrarlo, pero al paso de los días nos llevamos muy bien con él. Y Kihyun no dejaba de decir que la familia se estaba agrandando. El único del que no estaba de acuerdo con la llegada de Changkyun, era Jooheon. Parecía que odiaba su existencia y nadie sabía por qué. Lo evitaba todo el tiempo y cuando hablaba, Jooheon no evitaba largar unos pequeños insultos. Hablando de él, si hay algo sorprendente es que estuvo un mes sin meterse en problemas, es todo un logro.
Estábamos en la salida del colegio, esperando a que Él saliera ya que Minhyuk dijo que se había olvidado un trabajo en no sé dónde y debía ir a buscarlo porque era algo importante. Llevábamos veinte minutos esperando y Él no aparecía. Seguíamos hablando y riendo para hacer que el tiempo avance más rápido mientras lo esperábamos.
—El día en que Hoseok hyung salga de la escuela ya estaré jubilado.—bromeó Changkyun con una juguetona sonrisa. Jooheon lo observó con tanto odio que menos mal que las miradas no matan.
—Si tanto odias esperar, vete. Nadie te invitó a quedarte con nosotros.—escupió Jooheon, demostrando desprecio hacia el menor. El ambiente se volvió algo tenso y todos clavamos nuestras miradas en él.
—Solo bromeaba...—musitó bajando la cabeza. Kihyun lo miró con algo de culpa y luego volvió sus ojos a Jooheon, quien parecía no arrepentirse de hablarle así e intimidar al más chico de nosotros.—Creo que me iré...
Changkyun comenzó a caminar en dirección a su casa y todos vimos como se marchaba lentamente, incluso Jooheon. Él estaba al lado mío y giré a verlo, parecía mostrar algo de arrepentimiento o culpa, pero eso era opacado por el gran odio que le tenía.
—Ya hablamos de esto, Jooheon.—habló la madre del grupo suplicante una vez de que Changkyun se fue, haciendo que el mencionado suspire cansado y ponga los ojos en blanco.— Si no te agrada, al menos trátalo bien.
—Ash, estoy harto de tus sermones de madre.—le respondió y agarró su mochila que estaba en el suelo para colgarla en sus hombros y salir caminando por donde se había ido Changkyun segundos atrás.
— ¡Lee Jooheon, ven aquí ahora mismo!—exclamó Kihyun y al ver que no le hacía el más mínimo caso, suspiró molesto y comenzó a correr para lograr alcanzar a el rebelde de Jooheon. Aunque en aquel momento no lo aparentaba a simple vista, siempre fue un amor de persona con sus seres más queridos. Hyunwoo me miró arqueando las cejas.
—Me quedaría a esperar contigo, pero...
—No pasa nada hyung.—lo interrumpí con una sonrisa. Sabía que no quería dejar a Kihyun, su amor platónico, solo.— Ve, estaré bien.
Hyunwoo sonrió en forma de agradecimiento y salió corriendo hacia donde iban Kihyun y Jooheon como si estuviera persiguiendo sus sueños o para salvarse la vida. Me quedé solo allí, Minhyuk se había ido antes que todos nosotros por asuntos personales, por lo que prácticamente me aburriría el tiempo restante que se tardaría en salir. Habrán pasado unos cinco minutos, no había ni un alma en la calle, era el único allí. Quería seguir esperando a Hoseok, pero se me hacía tarde y mamá quizás se estaba preocupando por mí. Emprendí camino a casa y apenas di unos pasos, sentí unos brazos envolverse al rededor de mi cintura que me empujaron hasta chocar con un cuerpo. Su perfume lo reconocí de inmediato y sonreí para mis adentros, aunque probablemente no pude evitar sonreír como un idiota.
—Esto de verte y hablarte solo en tu casa me parece algo aburrido.—comentó Hoseok apoyando su cabeza en mi hombro.
—¡Ya, suéltame!—exclamé en un intento de separar sus brazos de mí, pero forzó aún más su agarre.
—No me gusta porque voy cada un siglo. Me gustaría que también seamos así al frente de los chicos pero creo que es mejor dejarlo como un secreto.—ignoró por completo lo que dije anteriormente y me miró esbozando una sonrisa.—¿Puedo pasar la tarde en tu casa?
—Pero... ¿y tus padres?
—Ellos no estarán en casa todo el día, así que...—afirmó haciendo de su tono algo juguetón. Yo guardé silencio, no estaba muy convencido de la idea ya que no les había avisado a mis padres, aunque mi madre no tenía problema en que traiga un amigo sin avisar.—¡Vamos! ¡Quiero conocer a tus padres~!—suplicó como un niño pequeño.
—Bien.—respondí entre suspiros. Hoseok largó una pequeña risita y me aferró más a él, juntando nuestras caderas hasta que no haya un solo milímetro que nos separe. Y así comenzamos a caminar hasta llegar a casa, que no quedaba muy lejos de la escuela, con Hoseok aferrado a mí como si fuera la única cosa en el mundo.
Abrí la puerta con la copia de la llave que tenía y por fin me soltó, era obvio que no quería que mi madre malinterpretara las cosas entre nosotros al primer día de conocerlo. Él entró detrás de mí y le pedí que se quedara en mi habitación mientras yo hablaba con mi madre de su llegada. Creía que estaba en la cocina preparando algo rico de comer, pero no vi nada más y nada menos que una nota diciendo que su hermana tuvo un accidente y que va a estar fuera por unas horas. Arrugué el trozo de papel y lo tiré al cesto de basura. Cuando abrí la puerta de mi cuarto, Él estaba mirando mis dibujos con cierta admiración y mucha atención en los detalles. Para tener, en ese momento, quince años, dibujaba muy bien. Demasiado. Él se percató de mi presencia y sonrió volviendo su vista a los dibujos pegados en la pared.
—¿Te he dicho que me encanta como dibujas?—preguntó. Me sentí bastante halagado, por más que escuché esas palabras de la boca de cualquiera, pero oírlas de Hoseok hacía que sonara como algo de otro mundo.— Les haces todos los detalles... ¿los copias o algo?
—No, son todos hechos por mí.—afirmé, al perecer eso hizo que se sorprenda.
—¿Te expresas mediante dibujos?
—¿Por qué preguntas eso?—en parte tenía razón, uso el dibujo para expresar la forma en la que veo el mundo, mi mundo.
—Los dibujos me hacen acordar mucho a ti, supongo.—se encogió de hombros y siguió caminando por la habitación sin dejar de observar las hojas.—Bueno, es obvio ya que tú los hiciste. Pero hablo de la forma en las que están hechos, por ejemplo el dibujo del pichón en el nido preparado para volar, ¿tratas de explicar que estás preparándote para ser independiente de tus padres?
—Algo así.—respondí. Estaba en lo cierto.
—Debes tener muchos sueños y metas seguramente, o al menos eso entendí del dibujo del niño que trata de agarrar un libro que no alcanza. ¿Acaso quieres ser autor?—comentó mirándome con una gran sonrisa y un brillo especial en sus ojos. No quería eso en realidad, soy un asco para expresarme escribiendo, así que niego en respuesta.—¿Ah, no?—pregunta desconcertado.—Entonces quieres seguir estudiando.—sentí y él sonrió victorioso.—Por eso digo que eres un libro, aunque en lugar de explicar tu vida en palabras, lo haces en dibujos... ya sé, ¿quieres hacer Webtoon's?
—No me desagrada la idea.—afirmé con una sonrisa, aunque la realidad era que no estaba interesado en eso.
—Quisiera tener esa habilidad...—musitó. Finalmente llegó al dibujo que hice el día en que nos besamos por primera vez.— Se parece a ti...—comentó.
—¿Ah, sí?—me puse a su lado y ambos cruzamos miradas.—Yo creo que se parece más a ti...
—Se parece a los dos.—sonrió. Por último, chocó nuestros labios en un corto y suave beso.
✌
Muy pronto para andar con el romanticismo? :v