For You (Anakin Skywalker)

Von KarlaaMoreno9

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Alguna vez te has preguntado, ¿Qué sería de ti si perdieras todo? ¿Tú familia? ¿Tú hogar? Incluso hasta ¿Tú p... Mehr

PERSONAJES
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
AVISO
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Epílogo
Agradecimientos

Capítulo 43 |FINAL|

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Von KarlaaMoreno9

El tiempo se detuvo en ese instante, todo parecía tan irreal e indescriptible, el ambiente que se vivía tensamente, ahora se transformaba en una paz absoluta. Anakin había matado al emperador, pues al haberse defendido con su sable láser reflejando los rayos hacia el sith, estos provocaron derrocarlo hasta dejarlo sin vida, Palpatine había muerto gracias a sus propios rayos.

Con la poca fuerza que le quedaba a Skywalker, cargó el cuerpo sin vida del Lord Sith hasta donde se ubicada el eje del reactor de la estrella de la muerte; tantas cosas atravesaron su mente por esos segundos, ya que gracias a ese hombre quien le sirvió por más de diez años, el fue siempre el verdadero enemigo. Sin dudarlo una vez más, Anakin dejó lanzar el cuerpo de Darth Sidious por el reactor, observando como el Lord Sith, caía a incontables metros hacia el abismo. La galaxia por fin era libre de la opresión del emperador, Anakin Skywalker los había liberado, cumplió su promesa, pero más que eso; salvó a sus hijos y a ella, su ángel, la única quien creyó en él y quien pudo traerlo a la luz.

Al sentirse completo de haber emitido esa acción, Skywalker comenzó a perder todo el equilibrio en él, sentía como su cuerpo se debilitada como al mismo tiempo un dolor inimaginable surgía en su interior. Solo pudo dar unos cuantos pasos para después caer de golpe al suelo del hangar, las heridas producidas por los rayos de Sidious comenzaban a tener efecto en él, su presión sanguínea corría tan débilmente como su corazón, no solo se estaba debilitando, moría lentamente.

Dallani al verlo caer frente a sus ojos, corrió hacia él para arrodillarse a su altura, lentamente tomó la cabeza de su marido para apoyarla contra sus piernas y con suavidad acariciaba el rostro de Anakin, su mirada celeste reflejaba mucho cansancio, y su cuerpo cada vez se volvía más pesado. Los gemelos Skywalker salieron corriendo de su escondite para encontrarse con sus padres, quienes no tardaron en arrodillarse rodeando el cuerpo de Skywalker.

Las lágrimas surgían sin cesar cayendo por sus suaves y rosadas mejillas, mientras con las pocas fuerzas que le quedaban a Anakin, miró fijamente a su esposa, a través de su mirada decía muchas cosas, tal vez expresaba agradecimiento por todo, por haberlo amado a pesar de su pasado, por haberlo apoyado, por haberle dado la dicha más grande de su vida en ser padre, por eso y muchas cosas la amaría hasta el resto del final.

-Mi Ani, todo estará bien saldremos de aquí...-le susurró Dallani desesperadamente.-

-Váyanse....váyanse...ahora mismo...-pronunció con dolor y cansancio.-

-¡No te dejaré! Tu vendrás con nosotros Anakin... ¡Debo salvarte!

-Ya...ya lo has hecho...siempre tuviste razón, gracias...-suspiró pesadamente.- Gracias por todo...

Los ojos de Anakin lentamente se fueron cerrando hasta que lentamente fue perdiendo el conocimiento. Dallani estupefacta ante lo que vivía, comenzó a agitar a su marido para que reaccionara, pero toda acción era innecesaria, Skywalker no respondía a sus llamados. Los pequeños Skywalker solo lloraban alrededor de su padre, mientras que Dallani, intentaba aferrarse a él, se rehusaba a que había perdido a su marido.

-¡Anakin! –gritaba en llanto.- ¡Tú no puedes morir! ¡Te necesitamos! Por favor, reacciona ¿Nos amas? ¿Me amas? Por favor despierta...

El ruido de la alarma imperial resonaba en todo el lugar, miles de los soldados como comandantes corrían por todo el lugar intentando abandonar la estación, los rebeldes iban ganando territorio, los derrocaban unos a otros.

En cuestión de segundos, apareció el joven Han Solo junto con el wookie Chewbacca quienes al atravesar las compuertas de la plataforma principal pararon su paso de golpe al ver el cuadro familiar que se mostraba frente a sus ojos; una madre y dos hijos llorando en desesperación y angustia frente al cuerpo caído del gran legendario caballero jedi, Anakin Skywalker. Sin embargo, a pesar que la escena era muy dolorosa, debían abandonar la estación imperial a toda costa, ya que esta estaría por explotar en cualquier segundo. Han se acercó hacia ellos para advertirles lo que sucedía, pero por más advertencias que dijera lo único que conseguía era indiferencia completa de los Skywalker; por lo que en un acto de desesperación le indicó a Chewbacca que se llevara a los niños consigo hacia el Halcón, mientras que él se encargaría de Dallani.

-¡Déjame Han!-le exigió conmocionada, librándose de su agarre aferrándose al cuerpo de Anakin.- ¡No me iré de aquí!

-¡Vamos Dallani!-replicó.- La estación estará por explotar en cualquier segundo. No puedo dejarte aquí, tus hijos te necesitan ¡Morirás!

Baraan se rehusaba a cometer una acción como esa, no se iría de ahí sin su marido, ella sabía que Anakin estaba ahí, no podía soportar la simple idea de que su marido había muerto, no soportaría otra cosa como esa. Sin dudarlo un segundo más, Solo tomó de la cintura a Dallani para cargarla sobre su hombro, y aunque esta pataleaba o forcejeaba contra su agarre, toda acción le era imposible; lo último que pudo ver de su marido, era aquella imagen donde su cuerpo se quedó inerte sobre el suelo, pues entre más se alejaba hacia el Halcón Milenario, la figura de Skywalker se hacía más pequeña de su vista, donde su cuerpo yacía sin vida.

[...]

Todo estaba ya hecho, el plan de Anakin había resultado como lo había planeado, gracias a toda la ayuda y perseverancia de los rebeldes habían hecho lo que tanto habían planeado por años, la destrucción de la Estrella de la Muerte.

Obi-Wan quien estuvo comandando junto con la jedi Ahsoka Tano cumplieron con su palabra, pues solo basto un solo disparo hacia el reactor principal, donde justamente se encontraba la falla de esa arma mortal; todo fue en cuestión de segundos, pues a causa de eso vino una explosión inmensa, la destrucción del imperio había por fin terminado, la famosa Estrella de la Muerte colapsó en millones de pedazos, toda vida que habitara en ella se había terminado para siempre, la galaxia era completamente libre del régimen del imperio, libre de Palpatine, libre del lado oscuro.

Desde su posición, Dallani quien observaba ya en el Halcón Milenario, sumergida en sus pensamientos solo pudo contemplar la destrucción del arma mortal, teniendo como espectáculo dicha magnitud de destrucción, y aunque ese momento debía ser el más feliz para ella, era todo lo contrario, pues sabía perfectamente que Anakin se encontraba ahí; el también había explotado en la destrucción del gran satélite.

Han, Chewie y C-3PO festejaban por su lado al contemplar dicha escena, sin embargo los pequeños Skywalker como su madre no estaban en la misma condición. Intuitivamente corrieron a los brazos de ella en busca del un consuelo, no solo estaban impactados por la situación que habían vivido, haber visto morir a su padre frente a sus ojos, era más que doloroso para ellos, lo necesitaban ahora más que nunca como su madre del mismo modo. Baraan solo lloraba en su propio silencio amargo, un gran hueco se había formado en su pecho, no solo había perdido al padre de sus hijos, era mucho más que eso, se trataba de su propia vida, una vida que ya no sería la misma sin él presente.

[...]

La paz que se respiraba en aquel ambiente, era inigualable e indescriptible. Nunca en toda su vida se había sentido tan placentero y radiante de energía; o al menos eso percibía Anakin. Cada paso firme que daba, sentía una extraña sensación correr por toda su espalda, pero no era dolor, al contrario; toda herida que había recibido gracias a los rayos de Sidious, ahora no tenían efecto en él, como si se hubiera curado de la noche a la mañana y esto le causaba cierta confusión.

No obstante, lo más peculiar que pudo notar en el recinto, era la sorprendente y maravillosa vista que tenía frente a sus ojos. Todo era idéntico a Naboo, los prados verdes sobresalían por donde quiera y la radiante luz que se reflejaba en el lugar, era de lo más espectacular. Al poco tiempo, Anakin pudo notar que no traía consigo su ropa oscura que usaba a diario, al contrario, era tan blanca y ligera como al mismo tiempo se encontraba descalzo.

Aún confundido por lo que sucedía, comenzó a caminar por el lugar, cada paso que daba se sentía tan a gusto consigo mismo, no quería irse del celestial lugar, si fuera por él; se quedaría para siempre.

Pero lo que realmente capturó toda su atención, se trató de una sola imagen; a lo lejos se encontraba un gran y frondoso árbol, donde a un costado sobre una pequeña banca, yacía el cuerpo de alguien conocido para Skywalker, un pequeño hombre quien sujetaba con fuerza su bastón sosteniendo su cuerpo contra este, quien al cruzar la mirada contra la de Anakin, no evitó sonreír, no era nadie más que Yoda.

-Maestro Yoda...-susurró petrificado Skywalker quien se acercaba lentamente a este.- No puedo...no puedo creerlo...

-Joven Skywalker, volver a verlo un gusto es.-respondió con su voz calmada.- Tu promesa cumpliste...

-Maestro... ¿Estoy...? ¿Estoy muerto? –articuló desconcertante.- ¿Todo terminó?

Yoda solo jadeo lentamente la cabeza de un lado a otro para posteriormente golpear hacia el suelo con su bastón. Anakin seguía estático, y aunque la idea de saber si había muerto o no, ya no le era de gran importancia, quería saber todo y el por qué se encontraba en dicho lugar.

-Esa decisión, mía no es.-habló el maestro jedi conservando su postura.-

-Disculpe...no entiendo nada.-susurró para él mismo.- ¿Dónde estamos?

-Un limbo entre la fuerza, estamos.-retomó el maestro con cautela.- Un enlace que nos mantiene conectados entre los vivos y los muertos. No todos a alcanzar este punto llegan, a mí años meditar me tomó.

-Pero si yo jamás...

-La fuerza en ti está, joven Skywalker. Tu destino este era, tu misión cumpliste y redimido estás. Al emperador mataste, la galaxia liberaste y al mismo tiempo liberado estás de los ecos del miedo.

-Sigo sin comprender nada...-pronunció al cabo de unos segundos.- No comprendo cómo es que llegué hasta aquí. Yo no soy un ser de paz, cometí muchos errores y para llegar hasta este punto crucial de la fuerza, no es digno para mí, no para quien fue un sith...

-Mmmh joven Skywalker, comprender la fuerza debes.-suspiró.- Caminos buenos o malos en ella no hay. La fuerza pura es, nos penetra, su energía nos rodea y nos une. Luminosos seres somos, prejuicios en ella no hay, solo materia cruda somos con un destino, un destino que nosotros forjamos.

-¿Quiere decir que no es la fuerza quien nos forma al lado oscuro o luminoso?

-La fuerza una energía pura e innata es; tan poderosa que manipulada ha sido por años, tanto de sith como jedi. Por eso es que se te creo, para el balance traer a través de ti y de tu descendencia especialmente, tus hijos.

-Luke y Leia...-pronunció asombrado.-

-Tu estado has en el lado luminoso como en el oscuro, al enfrentar a Sidious el control de ambos lados utilizaste. Nadie lo que tú ha hecho; ahora con esto podrás a tus hijos ese manejo enseñar; quienes a través de ellos restauraran un nuevo mundo, un nuevo comienzo, una nueva esperanza. El balance a la fuerza trajiste.

Yoda le sonrió plácidamente al pronunciar las últimas palabras, mientras que Anakin del mismo modo correspondió el acto. Era cierto que el simple hecho de haber cometido todos esos errores en su pasado, serían una gran culpa que cargaría en sus hombros para siempre, pero al escuchar las palabras del maestro Yoda lo dejó en completa calma; ahora estaba más seguro sobre que él formo ese propio destino y después de todo fue para bien, por que cumplió su promesa a pesar de todo y no solo había traído el balance a la fuerza, lo había traído a lo que más amaba; sus hijos, razón principal por la cual él se había redimido del lado oscuro.

-Maestro...-retomó Skywalker.- Pero ¿Cómo es que podré enseñarle a mis hijos estando aquí?

-La decisión, tú la tienes. Los seres de la fuerza estos caminos por años hemos estudiado, nos regocijamos en un mundo donde comunicar nos podemos más allá de la muerte, a través de fantasmas de la fuerza. Pero tú caso, diferente es; el primer ser en vida eres quien lo logra tener un despliegue tan fuerte en la fuerza, al ser la misma creación de ella se te fue otorgada para enfrentar a Palpatine, sin embargo la materia cruda de tu cuerpo no pudo resistir tal cosa.

-Quiere decir que...¿Depende de mí si vivo o no?

-En ese espacio de la fuerza seguir puedes, con tu destino cumpliendo, pero si vuelves regresarás a aquel dolor terrenal, para seguir forjando tu camino incierto.

-La única razón para volver sería por mis tres grandes motivos, mis hijos y ella, la mujer quien siempre creyó en mí a pesar de todo, quien me amo más allá de lo que cometí, mi ángel...Maestro ¿Cómo puedo seguir protegiéndolos?

-Si quedarte decides, un portador de la luz de la fuerza serás, tan poderosa que protegerá siempre a tu familia. La vida, solo un momento es, un sueño que nos prepara para lo que de verdad importa, la muerte. Como te dije joven Skywalker, solo cruda materia somos, lo que en realidad importa, nuestra esencia es, la verdadera fuerza interior....

Anakin bajo la mirada al escuchar eso, ahora un conflicto crecía en su interior, el siempre tomó malas decisiones gran parte de su vida y esta vez no debía fallar; sabía que si regresaba estaría con ellos un rato más, tal vez años, pero si él seguía unido a la fuerza, de dónde provino; los protegería por siempre y tarde o temprano los volvería a encontrar. No importaría que camino tomara, siempre los amaría más allá de la muerte.

Después de meditar varios minutos su decisión final, con una amplia sonrisa en el rostro se dirigió nuevamente hacia Yoda, todo estaba tan claro para él.

-Maestro Yoda, he tomado una decisión.-suspiró.- Elijo el camino...el camino de la luz.

Yoda solo sonrió complacido al escucharlo, pues sabía en el fondo que tomaría el camino más correcto para él, y tras asentir levemente con la cabeza, pronunció:

-Entonces, nuevamente bienvenido joven Skywalker. La fuerza contigo está.

Con el alma pura y libre de resentimientos, Anakin de igual modo asintió levemente con la cabeza en agradecimiento, dejándose fluir por lo que le rodeaba, viendo frente a él un gran destello blanco, hundiéndose en ese lienzo.

[...]

Las celebraciones por toda la galaxia resonaban en cada rincón de esta, miles y miles de pueblos festejaban con gran júbilo la liberación de la opresión del imperio. Los festejos duraron por días con grandes y escandalosas fiestas, sobre sus cielos destellaban los impresionantes espectáculos de fuegos artificiales, así como también las campanadas de las grande edificaciones sonaban en todo su esplendor dando la notica por la caída del imperio ¡Por fin eran libres!

No había lugar donde no festejaran dicho acontecimiento, pero donde los festejos bulliciosos predominaban era en la Alianza Rebelde, todos los integrantes de ella festejaban durante largos días con grandes fiestas; las risas, abrazos, bailes resonaban por donde quiera ¡Jamás se había visto una inmensa fiesta como esa! Esto sería un hecho histórico que nadie olvidaría por el resto de sus vida, por todos aquellos quienes se sacrificaron por su libertad, por aquellos quienes defendían a pie sus ideales, por aquellos quienes arriesgaron su vida sin importar lo que se avecinara. Y entre todas las celebraciones, alababan en especial a un persona quien sin su ayuda, esto no se hubiera dado; ese gran guerrero que sería recordado por todos, el legendario Anakin Skywalker.

Desde Alderaan, situada en aquel balcón observando aquel espectáculo de luces en el lienzo oscuro y estrellado, Dallani observaba en silencio el cielo, en todos estos días se había sumergido tanto en sus pensamientos que hasta había olvidado la noción del tiempo. ¿Pero que había que festejar? Ellos habían ganado la libertada de la galaxia, ella había perdido al amor de su vida. La melancolía invadía su alma lentamente, las lágrimas se habían convertido parte de su rostro permanentemente y el sufrimiento, ahora lo llevaría por el resto de su vida. Se imaginaba muchas cosas, como el que si estuviera festejando en ese momento la victoria a lado de él, pero ya que importaba todo, él ya no estaría con ella para siempre.

A los pocos instantes, la puerta de su habitación se dejó abrir sigilosamente apareciendo la silueta de su vieja amiga; la senadora Amidala, quien esta que portaba un grande y ostentoso vestido en color púrpura, se acercó a Baraan para posicionarse a un lado de ella, mirándola dulcemente. Padmé sabía del sufrimiento que estaba viviendo Dallani, jamás la había visto tan mal como en esos días, había dejado de dormir y al mismo tiempo perdió el apetito. Con tan solo mirarla se podía apreciar que había perdido fuerzas, como la pérdida de peso era notoria en ella, al pasar de los días simplemente se volvía débil, una mujer que solo se consumía en sus lágrimas y ahogos de dolor.

-Dallani.-comenzó a hablar Amidala.- Discúlpame por atreverme a entrar sin pedir permiso a tu habitación, pero llevas días sin salir de esta, me preocupa verte en este estado...

-Estoy bien...-susurró sin el más mínimo esfuerzo.- Que más mal podría pasarme...

-Mira, entiendo por lo que estás pasando pero...

-¿Alguna vez has perdido al amor de tu vida, ha?-le interrumpió de golpe.- Por que de ser así créeme que me entenderías...

-Dallani, una pérdida y como la de Anakin es dolorosa, no solo tu perdiste a tu amado ¡Yo perdí a un amigo! Y me duele, se que ha pasado días de eso, nadie lo olvidará...-suspiró.- Pero tienes que salir adelante ¡Por tus hijos! Al igual que tú, ellos están destrozados por lo que vivieron, Anakin lo que más hubiera querido es que no los abandonaras...

-Padmé, he sufrido muchas muertes en mi vida, vi la destrucción de mi pueblo, la de mis padres, mi gran amigo Jaron; pero no sé si pueda superar esta, mi Ani lo es todo para mí...

Padmé solo se quedó en silencio al ver el dolor reflejado en el rostro de su amiga, tal vez sería muy temprano para que asimilara esto pero sabía en su interior que ella era fuerte y que, el amor que le tenía a sus hijos la haría salir adelante. Amidala tomó entre sus brazos a Dallani para darle un abrazo tan protector y dulce, un abrazo que necesitó todo este tiempo. Lentamente la senadora comenzó a limpiar las lágrimas que caían en el rostro de su amiga, para después ayudarla a incorporar de donde estaban sentadas.

-Vamos Dallani, hoy es un día importante.

-¿De qué hablas?

-Hoy será mi promulgación para que tome el puesto de Canciller Supremo...

-¿En...en verdad? ¡Oh Padmé! ¡Enhorabuena! Me da mucho gusto por ti...

-Por favor, tienes que estar presente...

-Padmé no lo sé, yo...

-Es importante para ti.-le interrumpió.- Leia dará el discurso de bienvenida, la nombre que hiciera eso para que se instruya más en el ámbito que ella desea estar y así poder tenerla concentrada en otras cosas. Es una niña increíble y le ha puesto en estas semanas mucho esmero en lo que dirá, es su primer discurso real.

-¡Fuerza! ¿Cómo es que la he descuidado?- se auto regaño.- Gracias Padmé, en verdad gracias... ¿Y Luke? ¿No sabes dónde está?

-Luke ha estado muy cerca de Obi-Wan, él es un poco más reservado por lo qué prefiere estar con Kenobi.-suspiró.- ¿Entonces te veo en el senado?

-Bien...ahí estaré.

Amidala quien sonrió al escuchar eso, le dio un leve beso en la mejilla para posteriormente salir de la habitación. Dallani no se sentía con el mejor ánimo para asistir a dicha ceremonia, pero la única razón que le importaba era Leia, debía apoyarla en momentos tan importantes cómo éstos y estaba siendo muy egoísta al desatender a sus hijos.

Buscando entre los objetos que le había proporcionado el senador Organa tras darle hospedaje en su palacio, encontró un ligero vestido en color vino que dejaba parte de su espalda al descubierto. Tenía ya años que no se vestía de ese modo y aunque le era un tanto incómodo, debía lucir presentable para dicho evento. Acomodando su larga cabellera trigueña dejándola caer sobre sus hombros, se dirigió a la salida de la habitación para dirigirse al senado.

[...]

-Leia ¿Crees que mamá siga muy mal?

-Es lo más seguro Luke...tanto que no creo que venga a la ceremonia de la senadora Padmé.-susurró triste.-Ni podrá ver mi discurso...

-¿Por qué tuvo que morir papá? La simple idea de haberlo encontrado por fin me había hecho tan felizmente, pero al verlo morir frente a mis ojos por salvarnos, creó que nunca me lo perdonaré...

-Yo también me siento culpable de eso...

-¿De qué Hablan niños?

Ambos al escuchar esa voz, notaron que era su madre por lo que no se resistieron más y corrieron a su encuentro llenándola de abrazos y besos mientras al mismo lloraban, necesitaban a su mamá en esos instantes.

-¡Mama perdón! -habló entre sollozos Luke.-

-¿De qué hablas? –cuestionó preocupada.-

-Por nuestra culpa murió papá...-le siguió Leia.-

-¡Oh fuerza! ¡Eso jamás! Ustedes dos han sido lo mejor que nos pudo haber pasado, y al igual como él, yo daría mi vida si les ocurriera algo. Pero escúchenlo, ustedes nunca se sientan de esa manera, nadie fue el culpable más que la maldad del emperador y gracias a su padre por fin somos libres...

Ambos hermanos se quedaron mirando en el silencio por largos segundos, meditando las palabras de su madre, hasta que Dallani nuevamente los atrajo con ella regalándoles un beso a cada uno en sus frentes.

-Lamento haberlos descuidado estos días.-suspiró.-Pero les prometo que saldremos juntos de esta, porque somos unos Skywalker y nada ni nadie nos separara...

-Papá estará orgulloso de nosotros...-añadió Luke.-

-Así es mi niño, pero bueno ¡Vámonos o se nos hará tarde con la ceremonia!

-Yo me adelantare.-interrumpió Leia.- La senadora Padmé me está esperando desde hace rato...

-Perfecto, Luke ¿Nos vamos juntos?

-Amm...preferiría quedarme mamá...-dijo para después mirar a su hermana.- No lo tomes a mal Leia, pero no entiendo nada de esas cosas. Además quedé con Han para que me enseñe unos trucos para pilotear increíble mente como él...

-No creas todo lo que te dice ese sujeto.-comento cruzada de brazos la princesa.- Nada más quiere darse aires de grandeza, cuando lo que hace no es nada fuera de lo normal...

-¿Así que ya conocen a Han, no? -dijo divertida Dallani.- Es un poco arrogante, pero es buena persona y aunque no lo quiera reconocer, es de esos pocos amigos que siempre te ayudarán cuando más lo necesiten...

-Bueno.-prosiguió Leia.- Eso no le quita lo presumido y molestoso. Ya me cansé de oír sus apodos de "su altísima", al menos por hoy dejaré de escucharlo...

-Lo hace porque molestas a Chewie.-le defendió Luke.- Y más por la orden que le diste...

-¿Acaso soy la única quien piensa sobre que su amigo, la gran alfombra de pelos, necesita un buen baño?

Los tres rieron al mismo tiempo por el comentario de Leia, ya que era cierto, el wookie necesitaba un buen aseo. Dallani al ver a sus hijos reír de esos pequeños gratos momentos, sintió un gran sentimiento emerger de ella, era claro que había perdido a Anakin, pero aún los tenía a ellos y aunque está perdida sería difícil de afrontar, tenía que salir al frente con ellos; pues ahora ella era el pilar de ese nuevo hogar donde la esperaban sus hijos, fruto del amor que le tuvo a aquel hombre inigualable y que a partir de ahora daría todo para ellos, ahora ellos eran su nueva familia, los Skywalker saldrían a toda costa, en honor del padre de estos.

[...]

Finalmente habían llegado al senado galáctico, donde ahora tomaría lugar en Alderaan en lo que se estabilizaban las cosas para regresar al antiguo Coruscant. Demasiados políticos del imperio como de la vieja república se reunían para aquella sesión que tanto ansiaban, y aunque al alzamiento del imperio se erradicaron muchos funcionarios de estos cargos, con este nuevo paso salieron a flote. Había conformes como desconformes de la situación, algunos querían seguir conservando las prestaciones que tenían en el imperio, pero la mayoría de ellos simplemente querían recuperar lo perdido; la democracia.

Desde uno de los estrados principales, Dallani llegaba a este para tomar lugar y así tener una buena vista para poder presenciar el discurso de su hija. Sin embargo aún no iniciaba la ceremonia, los murmullos de voces resonaban en todo el lugar, unos a otros se abrazaban del momento tan esperado que presenciarían, en sus rostros brillaban felicidad, esperanza.

-¿Se puede?

Dallani al escuchar dicha voz, giró para encontrarse con el dueño de esta, y no era nadie más que el maestro jedi Obi-Wan Kenobi; quien este al verla dejó relucir una gran sonrisa en su rostro para después avanzar hasta ella y darle un gran abrazo, un abrazo donde expresaba todo su afecto y cariño por ella, un abrazo que le había hecho tanta falta todo este tiempo. El sabía por lo que ella estaba pasando, un duelo que del mismo modo Kenobi vivía con la misma intensidad, todos habían perdido con Anakin una parte de su vida.

-Me da gusto volverte a ver.-habló serenamente el jedi.-

-No podía perderme este momento importante para Leia, ella es tan sorprendente y admiro la fuerza que tiene al tomar las cosas...

-Son unos niños sorprendentes. Al igual que ella, Luke posee una gran destreza en el pilotaje.

-Tiene mucho de Anakin en él...-susurró débilmente.- Obi-Wan, gracias por haber estado al tanto de él en este tiempo. Siempre me has apoyado cuando más te he necesitado y creo que no he sabido agradecértelo.

-No hay nada que agradecer, al contrario yo a ti tengo mucho que darte...-suspiró.- Te hice mucho daño con mis mentiras y debí haber hecho más por Anakin. Pero...te prometo que no los desampararé, se lo debo a ustedes, a mi ex padawan.

-Gracias, a pesar de que no somos hermanos...siempre te veré que como uno, el hermano que nunca tuve.-le sonrió.-

-¿Ya has pensado donde estarán tus hijos y tú?-preguntó el jedi frotándose su barba.-

-Padmé me ha ofrecido quedarme con ella en Coruscant, el senador Organa de igual modo quiere que nos quedemos en Alderaan pero considero que ya le hemos dado muchas molestias.-comentó entre risas.- Regresaré con Padmé, sirve que Leia a su lado tendrá más preparación para lo que le gusta, ya sabes la política. En cuanto a Luke, alguien debe enseñarle los caminos de la fuerza y considero que no hay mejor maestro quien enseñó a su padre...

-¿Qué?-articuló asombrado.- ¿Quieres que yo sea su maestro...?

-Claro si puedes...

-¡Pero sería todo un honor! –alegó entusiasmado.- Gracias, hermana.

-Gracias a ti, hermano.

Ambos sonrieron al pronunciar dichas palabras, tal vez no eran hermanos de sangre pero eso no era impedimento para que se vieran de esa manera, era un lazo fuerte entre los dos que con el pasar de los años los mantendría unidos.

Después de varios minutos, por fin había iniciado la ceremonia. La senadora Padmé Amidala apareció en el estrado con esa presencia que imponía a cualquiera, todos al verla se levantaron para aplaudirle con todo entusiasmo, esta ceremonia significaba más de lo que parecía. Al poco tiempo, detrás de ella apareció la pequeña princesa de Alderaan, caminando de la manera más segura y vistiendo de un largo vestido blanco, su cabello marrón lucía amarrado dándole una figura bella y estilizada.

Leia al presentarse, dio su nombre real incluyendo su apellido natal, Skywalker, quien al pronunciarlo lo hizo con tanto orgullo y seguridad, tales palabras dejaron impresionada a Dallani por lo que no se contuvo al soltar un par de lágrimas, hubiera dado lo que sea porque Anakin estuviera presente.

El discurso comenzó, cada palabra segura de Leia dejaban impresionados a todos, era pequeña pero con un gran potencial inigualable. Cuando terminó de decir sus palabras de bienvenida, todos los presentes la ovacionaron aplaudiéndole con demasiado entusiasmo, pero sobretodo el senador Organa junto con su esposa la reina Breha, quienes a través de sus ojos brillaban de emoción al verla. Entre el júbilo de la gente, Amidala se dio paso para comenzar su discurso político y puntualizar el nuevo orden político de la nueva república.

Baraan dejó de prestar suficiente atención a las palabras de Amidala ya que todo lo relacionado con la política le era de suma relevancia, solamente había acudido a esa reunión por su hija, pero ahora sumergida en sus pensamientos solo miraba al estrado con la más mínima importancia.

Lentamente cerró los ojos y comenzó a respirar profundamente, quería relajarse pero sabía perfectamente que están ahí no lo lograría. Por lo que después de meditar la situación, se levantó de su lugar para echar un último vistazo al estrado, sin embargo, a pesar que no era una usuaria de la fuerza, sentía una fuerte vibra en el lugar, tan inquietante y fuerte, hasta que...

-Eres tan...hermosa.

Todo fue tan rápido, una ola de sensaciones invadió su cuerpo dejándola paralizada por completo, esto no podía ser cierto, ¡Era su voz! ¡Era él mismo!

Con del corazón desbordándose por completo, Dallani comenzó a girar para enfrentar a quien la llamó de esa manera y lo que pudo ver sus ojos la dejarían más que impactada, era Anakin, su esposo quien se encontraba recargado sobre el umbral observándola detenidamente, con esa mirada penetrante que se metía hasta el alma, su sonrisa formada en el rostro era lo mejor de él, Anakin solo veía a su amada como un joven enamorado que radiaba en todo su esplendor.

-Anakin...-susurró petrificada.- Tu...tú estás...

-He venido a responder tu pregunta, y mi respuesta es sí, te amo más de lo que creí imaginar, tu eres mi razón de vivir, mi razón de la fuerza, mi felicidad y por ti lucharía contra la muerte para volver a estar a tu lado, amándote como lo he hecho desde el primer momento en que te vi.

Sin decir una palabra más, Anakin se acercó lo suficiente a Dallani para tomarla del rostro y pegar sus labios contra los de ella, hundiéndose en un beso tan profundo y placentero, un beso que te elevaba y te hacía sentir las mejores maravillas del universo, eran solo dos almas fusionándose en un acto tan puro y bello.

Las lágrimas que caían sobre las mejillas de Dallani, hizo separar a Anakin para limpiárselas, odiaba verla de ese modo, pero él sabía la razón por lo que no la juzgaría, al contrario; el remendaría cada dolor con su ausencia que le provocó. Sin embargo ella aún no podía creerse todo lo que estaba viviendo, ella todo ese tiempo lo creyó muerto y verlo a unos escasos centímetros de su cuerpo, robándole un beso, robándole el aliento, era indescriptible.

Su cuerpo temblaba por la emoción vivida del momento, sentía que en cualquier momento sus piernas iban a flaquear, pero esto, era más que un sueño, era real.

-Anakin, yo...yo...-susurró absorta.- Creí que habías muerto en la explosión de la estación... ¿Qué...? ¿Qué es esto?

-Ahsoka pudo rescatar mi cuerpo sin vida antes de la explosión.- le explicó.- Todo este tiempo estuve en un transe, hasta que pude volver a la vida...

-¿Qué? –cuestionó confundida.- ¡¿Por qué Ahsoka jamás me dijo nada?!

-Yo se lo pedí, hasta que tuviera la fuerza necesaria para buscarte, y lamento haberte hecho sufrir este tiempo...-comentó cabizbajo.- Realmente tuve un desprendimiento de mi cuerpo esa vez, tenía la opción de unirme a la fuerza y terminar con mi misión en este mundo terrenal, pero...-suspiró.- Pero no acepté ese camino, o al menos aún no. Y todo por una gran razón; mi familia, mis hijos pero principalmente por ti, por que más allá de la muerte no soportaría estar un segundo más lejos de ti.-dijo para luego sonreírle de la manera más tierna.- Preferiría un segundo contigo a mil vidas sin encontrarte.

Las lágrimas que caían en ella ahora eran de absoluta felicidad, una felicidad que no cabía en su propio cuerpo. Nuevamente se lanzó a sus brazos para llenarlo de besos por todo su rostro, Anakin solo reía ante la acción de su mujer mientras que al mismo tiempo la abrazaba por su esbelta cintura y la cargaba por el aire alegremente. Era una felicidad inmensa que jamás habían sentido en toda su vida, por fin se sentían completos, unos mismos.

-¡Oh mi Ani! ¡Cuánta falta me has hecho! ....-pronunció conmocionada con la voz temblorosa.- 

-Incluso más allá de la muerte, me hiciste mucha falta, no soporté eso sin estar a tu lado, sin mi bello ángel de luz.

-¿Por fin habrá paz en nuestras vidas? –le susurró ella por debajo.- ¿Seremos felices?

-Siempre lo hemos sido, a pesar de nuestro pasado. Y todo esto es gracias a ti, fue por ti quien mi destino tiene sentido.

La forma en la que se miraron en ese momento, sería un momento indescriptible, un instante que simplificaba el amor que se tenían, y que a pesar la vida no sería de lo más sencilla, juntos saldrían delante de todo obstáculo.

Hubo muchas trabas para ellos, dos destinos que a bases de tragedias se conocieron, perdidas fuertes de grandes seres queridos atravesaron, así como los tiempos más oscuros vivieron; pero a pesar de todo eso, la prueba de su amor pudo contra todos los obstáculos, un amor que desafió todas las reglas para el camino a la libertad, a la luz.

Con las lágrimas que caían sobre su rostro, Dallani nuevamente se acercó a su marido para tomarlo del rostro y admirar ese par de ojos azul celeste que tanto amaba de él, no quería cuestionarle nada sobre su desaparición de esos días ¡Qué más daba! Lo tenía frente a ella, un milagro de la fuerza que le concibió, y lo que si era seguro, es que a partir de ese segundo nunca lo dejaría, se dedicaría a amarlo hasta el último día de su vida, porque eran más que dos seres amándose, simplemente eran almas gemelas unidas por la fuerza.

Skywalker, la adoraba, ella siempre fue la verdadera razón de su destino. Tomándola del rostro, unió sus labios contra los de ella, sintiendo todas las mejores sensaciones del universo en este acto, plasmando el más puro y sincero amor, la muestra perfecta de  la devoción que se sentían el uno por el otro, ya nada ni nadie los separarían, todo aquel mal por fin había terminado para ellos. Y  más que un beso, era un paso para plasmar el inicio de una nueva oportunidad juntos, una nueva esperanza.

***

Hola hola :3

Siento la tardanza pero aquí estoy :)

Espero les guste, siento la tensión que les meti con Anakin xD pero bueno ojalá les haya gustado el capítulo final.

¡HEY! No se preocupen, aún falta el epílogo, el verdadero final, así que esperen todavía más cosillas por ahí...que por cierto será narrado por Dallani.

Gracias por todo su apoyo y comprensión, espero les haya gustado este capítulo ya que me costó un poco plasmarlo :s pero lo hice con mucho cariño.

Aun quedan avisos por venir :3

¡Que la fuerza los acompañe mis jóvenes padawan!

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