Carrie
Drake, continuó llorando a mi lado durante casi una hora, había vuelto a ser mi pequeño bebe, mi dragoncito adorable al que adopté hace veinte años, solo que ahora no tenía que mentir nunca más, me había quitado un enorme peso de encima.
Dylan, se había ido, Chloe, me dijo que ella ya había ido a su casa en el pueblo, Louis y Max, se encontraban en la cocina, preocupados por lo que había pasado, ellos ahora eran mi único apoyo, tanto moral y físico, ellos me ayudarían a hacer algo que le podría costar la vida a Drake: irme, para siempre.
—No quiero irme —dijo Drake, lamiéndome el rostro con su suave lengua.
—Tendremos que hacerlo, solo así podré evitar que te suceda lo que a tu madre biológica. No te puedo perder.
—Pero hasta ahora no me han encontrado, no creo que lo hagan.
—Drake, ya saben quién soy, y en poco tiempo sabrán donde vivimos. No quiero que tú hermana corra peligro.
—Pero este es nuestro hogar, no podemos irnos.
—Yo tampoco quiero irme, pero solo así podré seguir siendo tu madre —contesté besando su frente.
—Mami, ¿alguna vez me... consideraste una mascota? —Preguntó—, se honesta conmigo.
—Es mejor que mientras menos sepas de aquello mejor —comenté—, pero sí, cuando naciste eras como mi dragoncito mascota, y como cada chica de mi edad me consideraba tu madre, pero eso solo era un juego —hice una pequeña pausa, suspirando lentamente—. Cuando tenías dos años, empecé a considerarte realmente como mi bebe, pasé por el momento más horrible de mi vida y... tú me ayudaste a superarlo, mi bebe.
Acaricié su cabeza, mientras él cerraba los ojos, sintiendo mi mano tocando su piel, luego toque sus cuernos, eran muy ásperos y duros, una vez quise cortárselos para que tuviera la misma apariencia de cuando era un bebe, pero eso le hubiese quitado el hermoso aspecto que ahora tiene. Mis piernas comenzaron a hormiguear, así que me dejé caer sobre el pasto, ahora tenía la cabeza de Drake apoyada sobre mis piernas.
—Drake, incluso llegué a hacerte un collar, y te paseaba con una corre. La correa la tiré y el collar, lo empecé a usar como pulsera, solo que un día lo extravié. Nunca logré encontrarlo.
—Quisiera haber sabido esto antes, no estaría tan triste como lo estoy ahora.
—No te culpo —carcajeé un poco—. Si tu verdadero padre te viera en estos momentos... —dije sin darme cuenta.
— ¿Qué...? —contestó Drake, alzando el cuello y mirándome directamente a los ojos.
—Bueno, esto no quería decírtelo pero... tú padre aún sigue vivo, lo encontramos hace unos dieciocho años, y él... hiso un trato conmigo, yo te cuidaría hasta que tuviera diez años, acepté, pero cuando se cumplieron los diez años, el nunca apareció. He temido el día en que vuelva porque entonces tendría que dejarte ir.
—Entonces si tengo padre. Quisiera poder conocerlo, así sabría más de mi... —interrumpió lo que decía mientras me observaba.
—Créeme que tú padre te quería, pero él tenía un carácter de lo peor. Tus tíos casi se hacen en los pantalones cuando lo vimos, aunque, tú no te pareces mucho a él, eres idéntico a tu madre biológica. Tus ojos verdes, las marcas en tu rostro, tus alas negras, y el color de tu piel. No sé qué haría si no te tuviera.
—Estarías bien mami, el que si no sabría que hacer sin ti sería yo —contestó—. Además, ahora tengo alguien que puede ayudarme a saber más sobre lo que soy.
— ¿La dragona? —pregunté sorprendida.
—Sí, Lena.
—Pero ella te atacó, te hizo daño.
—Tal vez lo hiso, pero ella se enamoró de mí, y hace un rato ella y yo...
— ¡No! —Interrumpí intuyendo lo que diría—, no, no, no, no... ¿Dime que no te acostaste con ella?
—Bueno... si, no puedo mentirte, fue antes de que Chloe comenzara a gritar, ella me hiso sentir de una manera muy extraña, hasta que no pude resistirme más y pasó lo que pasó.
Estaba tan sorprendida de que esa maldita dragona hubiese engañado a Drake para que se aparearan, ahora Drake querría marcharse con ella, lo perdería y ya tenía demasiada presión, era tanta que termine por desmayarme.
Me despierta un ruido, fue el crujir de unas tablas, estaba en mi habitación, cubierta por sabanas muy suaves, escuche de nuevo el crujir de la madera, entonces cuando me puse de pie, miré hacía la ventana observando a Drake observándome, con las patas delanteras apoyadas sobre el muro de la casa, ya era de día.
—Mami, ¿estás bien? Has dormido toda la noche —preguntó, con tristeza en su voz.
—Sí, creo que solo me desmayé.
—Tenías razón. Lena solo me engañó, ella se fue.
—Drake, siento que ella te hubiera engañado, pero a donde vamos no tendrás que preocuparte por ella.
Tomé mi celular, marcando el numero de una compañía de transporte de materiales, con ellos, conseguiría un camión de transporte de tamaño de Drake, y en menos de dos horas, estaríamos rumbo al único lugar que sabía que tenía el mismo clima que Dark lake, Florida.
Clayton
—Claro señorita, él camión llegará a su destino en aproximadamente una hora —decía un hombre.
—Gracias, no me importa pagar la cantidad que sea, mientras que lleven la carga a Florida —dijo aquella mujer a la que he buscado durante años—, y recuerde... que el conductor no bajé del vehículo, o abra el remolque cuando suba la carga, es demasiado valiosa para mí.
Acabó la grabación de aquella llamada, la cual había intervenido. Estaba cerca de obtenerlo, el animal más raro del mundo, me volvería millonario, famoso, por capturar al primer dragón, siendo el mejor cazador del mundo. Estábamos a un lado del camino, esperando a escuchar el sonido del camión que iría a casa de aquella mujer, me volví hacía mis hombres, veinte de los más capaces y temerarios hombres armados para esta tarea difícil.
—Muy bien... el camión se acerca, y vamos a secuestrarlo y seguirlo para encontrar a nuestra presa —comenté—, cuando lo hagamos, yo seré quien lo capture. Vamos a pasar a la historia, seremos ricos, pero sobre todo, seremos las primeras personas en cazar a un dragón vivo. Comencé a caminar de lado a lado, observándolos a cada uno de ellos—. Dante, es un idiota, tratando de mantener a esas criaturas alejadas de mí, sé que tiene tres en su poder, pero nunca me revelará su ubicación, así que no dejaré que este se me escape, como lo hizo hace veinte años. Ahora, ustedes me van a ayudar a lograrlo —el ruido del camión acercándose—. Bueno ya es hora de conseguir un dragón.
El camión, estaba a sesenta metros, avanzando a un ritmo moderado, entonces yo y otros dos hombres, salimos a la carretera de entre los árboles, cuando estuvo cerca de nosotros, entonces le apuntamos con nuestros rifles, entonces el frenó súbitamente. El conductor era un joven de no más de veinte años me recordaba a mí a su edad, pero eso no evitó que le disparará en medio de los ojos, tomara su chaqueta azul, que tenía el logotipo de la compañía y su gorra, la dirección del lugar estaba en el GPS.
—Sigan este camión, solo tres de ustedes, el resto que nos espere en el pueblo —ordené, poniendo las manos en el volante, cerré la puerta, y me prepare para ir por mi premio.
Carrie
Habíamos hecho algunas maletas, solo con las cosas más importantes para nosotros. Entre estas cosas, estaban las fotografías de Drake, ellas eran un símbolo del amor que le tenía, y jamás las dejaría por nada del mundo. Chloe, dejó un par de maletas dentro de nuestro auto, y estaba preparando una droga que haría dormir a Lázaro durante unas horas, hasta que llegáramos a Houston, que se encontraba a cuatro horas de aquí.
Louis y Max, estaban ayudándonos, no faltaba mucho para que llegara. Estaba triste por dejar mi casa, había tantos recuerdos que había hecho a lo largo de los años que jamás podría reemplazar.
—En verdad te vamos a extrañar —dijo Max, entrando a la cocina, donde estaba admirando las fotografías una última vez antes de guardarlas.
—Igual yo los extrañaré. Son mis mejores amigos —comenté, al abrazarlo a él, y a Louis cuando entró a la cocina.
—Te extrañaré, pero extrañaré más a mi amigo escamoso —dijo Louis—, él es único e irremplazable.
—Carrie, aunque aún tengo mis dudas, creo que escogiste el mejor lugar para que Drake viva —comentó Max, separándose—. Los Ever glades serán un muy buen lugar para esconderlo.
—Max, No se preocupen, volveré algún día, cuando por fin me haya librado de aquellos cazadores.
El ruido del camión estacionándose en el frente de la casa, llamó mi atención, Drake, estaba en el granero, esperando a que llegara el momento de irnos. Se sentía triste por la partida, por decirle la verdad y también por el engaño de Lena, nunca lo había visto tan deprimido, estaba empezando a dudar sobre irnos del pueblo, eso solo le afectaría más, demasiado como para que pudiera recuperarse del todo.
—Bueno... es hora de partir muchachos —dije limpiándome las lágrimas con el dorso de la mano derecha.
—Carrie, cuídalo bien —dijo Max—, Louis y yo, ya no estaremos cerca para ayudarte con él.
—Descuiden, lo he cuidado durante veinte años, no le sucederá nada.
Salí por la puerta corrediza, con dirección al granero, me sorprendí al encontrar a Chloe, abrazando a Lázaro, pensaba que estaba en el garaje, con las maletas.
—Chloe, ya llegó el camión, tendremos que seguirlo hasta Houston, y después tomaremos el vuelo directo hasta Florida.
—De acuerdo mamá, solo, me estaba despidiendo de Lázaro —comentó.
— ¿Por qué te despides? El vendrá con nosotros.
—No podemos, me enteré de que en Florida aprobaron una ley, que impide a todos los ciudadanos tener animales exóticos como mascotas —contestó—, y... en la lista se encuentran los jaguares negros. Si llevamos a Lázaro a Florida, me lo van a arrebatar. Se lo dejaré a Alice, ella lo cuidará muy bien.
—Chloe, no te despidas —dije, pensando en la solución para este problema—, no iras a Florida con migo, te quedaras con tu padre y así conservaras a Lázaro.
—Mamá...
— ¡No! No me harás cambiar de opinión. Soy tu madre, te amo tanto como para hacer algo que te lastimara.
Ella se acercó rápidamente hasta mí, dándome un fuerte abrazo, llorando, de tristeza o felicidad, no importaba, ella me estaba abrazando. Lo que más me dolía, era que sería la última vez que vería a mi hija, ya que una vez llegará a Florida, perdería contacto con cualquier persona en Dark lake, mis conocidos, mi amigos, mi hija, todos ellos pasaría al olvido para mantener a Drake a salvo. Aquel abrazo entre Chloe y yo, a pesar de ser el último, era el más largo que nos habíamos dado a pesar de que era mi hija, nunca tuve una buena relación con ella, si pudiera regresar atrás en el tiempo, trataría de ser una mejor madre con ella, pero ya no era posible.
—Mamá —dijo Drake, acercándose a ambas.
Su mirada me decía que nos había escuchado. Siguió acercándose, hasta estar junto a nosotras, Chloe extendió sus brazos hacía él, abrazándolo, los tres estábamos por última vez en familia, lo que me hiso reflexionar las decisiones que tomé en toda mi vida, pero reflexioné más sobre la única, que pudo haber cambiado el resultado de este día, debí haberla efectuado hace diez años.
— ¡Qué bonita familia!
Esa voz, era él, estaba aquí. Me volví hacía su voz, observándolo a él parado con la chaqueta de la compañía de transportes, sonriendo mientras avanzaba por el patio. Dos hombres salieron detrás de él, sosteniendo a Louis y a Max, apuntándoles con armas.
— ¡Por fin! —Dijo Clayton—, lo encontré después de veinte años de búsqueda.
— ¡Drake corre! —grité.
— ¡Ni siquiera se te ocurra bestia! —dijo Clayton apuntándome con un revolver—, si no quieres que tu mami muera, más vale que te quedes muy quieto.
— ¡No lo escuches, Drake! ¡Corre, tú también Chloe!
Drake y Chloe, se quedaron quietos, escuchando como el martillo del revolver retrocedía. Observé la bala del cañón, posicionándose en su lugar mientras apuntaba a mi rostro, no le temía a la muerte, así que estaba dispuesta a morir por mis hijos.
— ¡Espera! —Dijo Drake—, no dispares.
—Tú también hablas —contestó Clayton, dibujando una sonrisa en su rostro.
—No Drake, vete ¡por favor! —dije desesperada, siendo ignorada por él.
—No le hagas daño a mi madre y a mi hermana —suplicó—, hazme lo que quieras, pero déjalas.
—Lo que sea... —dijo mirándome a los ojos—, tal vez... échate en el suelo, justo frente a mí, y no intentes nada, o tu mami recibirá un disparo entre las cejas.
Drake volteó atrás mirándome directamente, yo solo le hice una seña con la cabeza, para que no lo hiciera, pero no sirvió de nada. Ver a Drake, sometiéndose ante ese desgraciado por temor a que me hicieran daño fue lo más duro que tuve que soportar, aún más, cuando Clayton, posó su bota sobre la cabeza de Drake, simulando que había cazado a un venado, sintiéndose orgulloso de su hazaña.
—Ansié este día durante años —dijo—, pero, no sería una captura legitima si aún tengo balas en mi arma.
— ¡No! —grité.
Clayton disparó al hombro de Drake, mi hijo, gritó de dolor mientras la herida en su hombro, sangraba sin que no pudiera ayudarle.
—Eres un dragón muy llorón —dijo entre carcajadas—, serás un muy buen premio.
—Maldito cobarde —dije enojada—, tú y tú maldito jefe son unos desgraciados. ¿Dónde está Dante? ¿Ese cobarde no se digna a ver mientras hacen el trabajo sucio?
—Vaya ¡eso me dolió! Lástima que no duele tanto como esto —disparó de nuevo, ahora a la pata trasera de Drake—. Dante fue solo el medio para encontrarlos, él está ahora encerrado en su habitación de hotel, siendo custodiado por uno de mis hombres. Además, dante jamás podría pagar lo que estoy cobrando por llevar con su nuevo dueño a esta criatura. Solo diré que el cheque que me dará tiene más ceros, que cráteres existentes en la luna. Aunque matarlo me resulta tentador, vale más vivo.
—Te juro que te voy a hacer pagar por esto Clayton, te lo juro.
—Sí, estoy seguro de ello, pero solo como garantía, me llevaré a la niña.
Sacó otra arma de su bota derecha, apuntándole con ella a Chloe, haciendo un ademan de que caminara hacia él. Lázaro, rugió al instante que Clayton le apuntó, sabía que Chloe estaba en peligro, y trataba de hacer lo mismo que Drake hiso la noche anterior, proteger a su madre.
—Me siguen sorprendiendo. Tienen un jaguar negro de mascota. Tal vez deba llevármelo también.
— ¡No! —Exclamó Chloe—, no le haga nada a Lázaro. Iré con usted.
—Esa es la actitud niñita, solo por eso, no le dispararé a esa bella criatura. Ahora ven, tú serás mi segundo premio.
Chloe, avanzó hasta Clayton, quien sonreía victorioso, me había encontrado, tenía a Drake, y mi hija, él había vencido después de tanto tiempo, me encontró y así lo que quería, el maldito me miraba, burlándose de mí, haciéndome sentir impotente, cuando hace diecinueve años, yo había logrado matar a uno de sus hombres antes de que informara sobre la ubicación de Drake. Perder todo lo que me importa en la vida, es algo que no podré superar, esta vez no.
—Espóselos, y lleven a estos dos al camión. Dentro de poco vamos a ser asquerosamente ricos.
Sus sequito de idiotas, nos esposo a Louis, Max y a mí, juntos para que no pudiéramos escapar, mientras ellos, cargaban a Drake en el camión que seguramente usurparon, lo escuchaba gritar de dolor y miedo desde donde me encontraba, acumulando ira, para el momento en que lograra liberarme de estas esposas, y corriera a asesinar a Clayton, y a salvar a mis hijos.