Capitulo setenta y siete.
Aviso: ÚLTIMOS CAPITULOS. (¡Leer la nota al final del capitulo por favor, es importante!)
Justin’s POV.
Entré a la cocina y abrí mi boca sorprendido.
—¡Kendall quemó la cena de año nuevo!—grité hacia la sala.
—¡Oh, cállate Justin!—dijo ella aún agitando el paño de cocina hacia todos lados para sacar el humo de su departamento.
Damon entró en la cocina también con su cámara en su mano derecha y Leah caminó detrás, dando toquecitos en su vientre.
—Se está moviendo.—comentó más para ella misma, captando la atención de todos.
Sonreí y me acerqué.
—Oh nena, esto se ve terrible. ¿Cómo es que no incendiaste el departamento? —dijo Damon dándose una vuelta por la cocina y registrándolo todo en video.
—Sal de aquí, Applewhite.—dijo.
—Con todo este humo no encontraré la puerta.—se rió.
—Ja. Ja. Muy gracioso, Damon. Ayúdame a abrir el horno.
—Joder, Ken. ¿Aún no lo has abierto?
Me eché a reír, y Leah también.
—Venga, vamos a la sala. —la tomé de la mano y caminamos juntos hasta el sofá mas grande de la sala de los chicos.
Leah colocó sus piernas sobre mi y suspiré.
—No vayamos a la playa —negué.
—Justin, nada le pasará a la bebé. —se rió.—Paranoico.
—¿Y si el ruido le causa un daño cognitivo?
—No le pasará nada. Enserio. La doctora ya te lo dijo, ¿Qué más quieres? —preguntó con una sonrisa.
—Que no vayamos.
Era año nuevo, y aunque se supone cenaríamos por separado, nosotros cuatro, con Adam, Meg, Cass, Ashton y Alan, nos juntaríamos antes de las doce en la playa principal de San Francisco para ver el show de fuegos artificiales desde la arena.
—Vamos a ir. Si es que podemos cenar antes. —sonrió echsndole un vistazo a la cocina.
—¡Los chicos vinieron para pasar un agradable tiempo con nosotros y tu quemaste la cena! —se escuchó.
—¡No me retes! Tú no hiciste nada hoy, Damon. No soy tu maldita empleada.
—¡No dije eso!
—¡No me trates así!
—Ya… cariño, shh, ven aquí.
Leah me miró al acabar la conversación
—Si… supongo que no cenaremos.
Me reí.
—Llamaré a Adam.—dije tomando mi teléfono. Le marqué y en menos de diez segundos el me contestó.
—Aquí Lawrence.
Solté una carcajada.
—Qué, ¿te crees agente o algo así? —sonreí. Adam rió del otro lado de la línea.
—Hay que mantener las apariencias en este restaurant.
—¿Están en un restaurant? Joder, nosotros queríamos colarnos a la cena con ustedes. Acá se quemó el pavo. —expliqué haciéndolo reír.
—Oh joder. —Suspiró—No Meg, es Justin.
—Dile a Megan que no se ponga celosa.
—Justin dice que no te pongas celosa. —habló. —Vale, dice que es más sexy que tú.
—Vale vale, supongo que nos las arreglaremos o algo, ¿Nos vemos en un rato?
—Hey, pero podemos arreglar lo de la cena. Vengan aquí, con nosotros. Pediré que nos arreglen una mesa más grande, solo hay que negociar, Justin.—dijo.
—Inténtalo, y me llamas. Saludos a los chicos. Nos vemos.
—Nos vemos amigo.
Damon salió de la cocina junto a Kendall.
—No hay como rescatarlo. Lo siento. —dijo algo divertido.
Leah y yo nos encogimos de hombros al mismo tiempo. Entonces mi teléfono y sonreí levantándome.
—Tranquilo, ya tenemos cena. —dije contestando.
—¿Y bien? —pregunté por el teléfono.
—Todo listo. Hasta conocí al dueño.
—Eres genial Lawrence. Vámonos chicos.
***
Entramos al restaurant, y nos llevaron a la segunda planta, a la mesa de Adam.
—¡Leah! —Megan soltó la mano de Adam que sujetaba por encima de la mesa y se levantó de una vez para correr a abrazar a mi esposa.
—Oh Le. Te ves preciosa. Lamentamos no haber podido venir para navidad. —me abrazó a mi. —Mi hermana sigue medio mal de salud.
—Estamos juntos ahora, y eso vale. —le sonreí.
—Ay si son tan lindos. Vamos a sentarnos.
El gigantesco vientre de Leah fue el centro de atención en todo momento, y en cuando se sentó loe chicos vinieron a abrazarla y tocar su panza.
—Chicos me siento acosada. —comentó divertida.
—Paren de tocarla. —me reí. Todos se volvieron a sus asientos y ordenamos la cena.
—¿Para cuando es el parto?—preguntó Adam. —Megan y yo queremos venir a conocerla en cuanto se pueda.
Sonreí.
—Dentro de tres semanas, más o menos. —contestó Leah.
—Vaya, no es nada. —comentó Cass.
—Si, falta poco para recibir al paquete. —bromee.
—¿Estás emocionada?—me preguntó Cass tomando el menú.
—¿Por dejar de ser una ballena? Si. —contestó riendo.
El maître volvió a nuestra mesa, para tomar nuestra orden. Y no pude evitar notar que este miraba demasiado a Alan. Este, por su parte lo ignoraba olímpicamente, haciéndose el importante. Lo pensé unos segundos y entendí que Alan era la persona más masculina en sus relaciones.
Como fuera, tampoco era mi problema. El chico que no paraba de mirar a Alan, entonces se dirigió a Leah y a mí.
—¿Qué bebidas?
—Solo agua. —respondí.
—¿Para los dos?
Asentí.
—¿Puedo proponerle un jugo natural a usted? Sabe mejor que el agua, para el bebé. —Leah se rió de su mal chiste. Yo podía ser paranoico, y pensar cosas tontas de los bebes, pero lo que si sabía es que ella no le tomaba el sabor a las cosas ya que solo recibía los nutrientes de lo que ingiriera Leah.
—Esta bien. De naranja.
—Genial. —lo anotó.
La noche se nos pasó rápido. Entre comida, anécdotas, risas. Y yo, simplemente no podía dejar de mirar a Leah. Lucía más que hermosa. Ya quería tener un tiempo a solas, y con tiempo a solas me refería a un tiempo sin bebé.
Las doce llegaron. Había conseguido no bajar a la playa. Convencí a los chicos de quedarnos en el restaurant. Tenían una gigantesca y alta terraza. Además desde aquí se veía el océano, y probablemente seria un espectáculo más que hermoso.
Estas eran nuestras primeras fiestas juntos. En verdad juntos, formando una familia. Me puse a pensar en todo lo que había pasado desde que la conocí.
Hasta yo había cambiado. Había pasado de ser un simple gilipollas para ser su gilipollas.
Y aunque éramos jóvenes, y un bebé podría haber venido después, estaba infinitamente agradecido de ella, y de que ahora teníamos a algo que sin importar nada, nos uniría siempre.
Independientemente de lo que pudiera o no pasar en el futuro, nuestra hija nos mantendría ligados de una u otra forma. Usualmente, era al revés, pero quería mantenerla atada a mi mientras pudiera hacerla feliz. Y jamás de cansaría de serlo. ¿Puedes imaginar tanto amor?
Las doce llegaron.
Ella se giró hacia mi con una sonrisa, y me besó en los mientras susurraba; Feliz año nuevo, mi amor.
Sonreí, y la abracé haciéndonos girar.
—Feliz año nuevo muñeca. Te amo. —la besé repetidas veces, sonriendo de por medio. —Tú y nuestro bebé son lo mejor de mi vida.
—Y tú lo mejor de la mía. —respondió.
—¡Feliz año nuevo! —Damon y Kendall se volvieron para abrazarnos, y nos envolvimos en abrazos felicitaciones y besos.
Ashton se acercó con una sonrisa a Leah y me guiñó el ojo.
—Feliz año nuevo, amor platónico. Ya sabes que podemos escaparnos cuando sea. —bromeó.
—Inténtalo y parecerás un colador de tanto que te voy a disparar. —amenacé con voz dulce.
—¡Hey! No a la violencia. Por un año sin violencia. —se rió abrazándome. Lo hice de vuelta y sonreí.
—Feliz año, Ross. Te deseo lo mejor.
—Y yo a ti, Justin.
Luego de que todos nos saludamos, y teníamos nuestras copas llenas, hicimos un brindis.
—Vamos, te toca hablar a ti hoy, Justin. —me empujó Adam.
Él, Leah y yo teníamos jugo de frutas en nuestras copas. Él y yo porque conduciríamos y ella por la bebé.
—Bueno yo… joder, el tiempo pasa, lo tenemos claro. Hace un tiempo algunos de ustedes no se conocían, otros… estábamos separados. —miré a Leah unos segundos. —Pero… finalmente, y lo más importante es lo que hay en el ahora. ¿No? Somos una familia fantástica, y lo más maravilloso es el cariño, el compañerismo, y la confianza que nos tenemos. Quiero darle las gracias a cada uno de ustedes por estar aquí esta noche. Y por ser parte de mi vida un año más. Realmente, y aunque no estemos juntos siempre son una parte verdaderamente importante en mi vida. Y los estimo mucho, familia. Feliz año y mis mejores deseos para todos ustedes. —terminé por decir.
—¡Por la familia! —dijo Ashton.
—¡Por la familia! —repetimos.
Sin duda estos chicos eran lo mejor de mi vida. No podía pedir mejores amigos, ni una mejor familia que esta.
Ni una mejor esposa.
Ni una mejor vida.
Leah vino hasta a mi y me abrazó por la cintura mientras nos girábamos para ver es espectáculo de fuegos artificiales.
A las cuatro de la mañana, Leah tenía cara de sueño, así que decidí que nosotros debíamos irnos. Se lo sugerí antes, pero no quería irse. Ahora, a penas se sostenía sola.
Cuando me iba a despedir de Adam, este me paró.
—Vale, vayámonos todos. —Sugirió—mira a Ashton, ya está pedo.
Me fijé en el mayor de los Ross y este besaba a Cass con fuerza a medida que se tambaleaba.
—Si.—asentí.
—No sé en que hotel están.
—Me los llevaré a ambos a mi casa. No hay problema. Su hotel esta algo lejos y Leah esta cansada. Tu llevate a Damon y a Ken a su departamento.
—¿y Alan? —me preguntó Adam preocupado.
—¿Bebió mucho?
—Si. No hay forma de que lo deje subirse a tu moto Justin. Algo puede pasarle.
—Diablos, ¿y en donde está?
Busqué a Alan con la mirada por la gigantesca terraza. En el lugar de la pista de baile este se movía como si fuera un gusano. Estaba muerto de borracho.
—Vale, dejaremos la moto encargada. —suspiré sintiendo un dolor en el pecho. Maldito Alan. Ahora tenia que dejar a mi bebé aquí sola porque nadie más podía conducirla.
—¿Y en donde los llevamos?
—En la maleta. —sugerí. Adam se echo a reír. —Ya, le hacemos un espacio en la parte trasera. Obviamente cabe
—Vale, vamos a buscarlo.
Veinte minutos después estaba afuera de nuestra casa, bajando a Ashton y a Alan a medias con ayuda de Cass mientras Leah abría la puerta principal.
—Llevate a Alan, Cass. Yo me ocupo de Ashton. —dije.
—¡Feliz cumpleañooooooos! ¡cumpleañoooos feliz, feliz feliz! Vamos chicos… ¿Porque no cantan?
—Cállate Ashton. Molestas a mis vecinos. —dije ya terminando de sacar su cuerpo de mi auto.
—¡Pero si es mi cumpleaños!
—Faltan seis meses para tu cumpleaños, idiota. —repliqué.
Mierda. Ashton lucía delgado, pero me pesaba como mil demonios.
—Quiero una… fiesta de… ¡de disfraces! Y seré aladín. ¡Un mundo ideaaaaaaal!—cantó —¿Dónde esta mi Jazmyn? ¿Y mi tigre? ¡Quiero mi puto tigre ahora!
Dios.
—¡Ya calla a ese bastardo Bieber!—Joder, el viejo McCarthy había abierto su ventana para gritarme estupideces porque Leah y yo odiábamos a su perro, que por cierto al igual que a Ashton le gustaba ponerse a ladrar a las cuatro de la mañana.
Y lo estaba haciendo justo ahora.
—¡¿Y porque mejor no callas a tu puto perro, eh anciano?! —le gritó Ashton.
Lo metí adentro y me devolví unos pasos hacia la acera.
—¡Lo siento!
—¡Si siguen llamaré a la policía!
—¡Llámame a esta! —le grité devuelta y entré corriendo a la casa.
Vaya, feliz feliz año nuevo.
***
Leah's POV.
Los días habían pasado rápido, ya tenía el primer nombre para mi bebé, y la casa estaba echa un lío. Faltaban cinco días, para el día donde se había “pronosticado” el parto, así que Justin, los chicos, mis padres y hasta Aline estaban vueltos locos.
La doctora había sido clara y nos había explicado que podía ser un par de días antes, o unos después de la fecha antepuesta.
Así que eso le agregaba mayor paranoia al evento. Y por Dios. Estaba tan malditamente nerviosa y asustada. Tanto que pensaba que las fuertes emociones que sentía harían que rompiera la fuente en cualquier momento.
Oh, y estaba más insoportable que nunca. Pero eso, según yo eran solo mis nervios. De cualquier forma, era genial que nadie se atreviera a contradecirme.
Mi madre vendría hoy a almorzar con nosotros, así que me encontraba en el supermercado con Kendall.
Inhale y exhale suavemente mientras caminaba. Estaba malditamente cansada, llevar a un ser humano dentro por nueve meses era terriblemente agotador. No podía imaginar a mi madre, que nos tuvo a mi y a Liam juntos dentro al mismo tiempo. Dios, ¿Cómo existían personas que tenían mas de un hijo? No quería volver a pasar por esto en un buen tiempo.
Aunque debía aceptar que la idea de tener a un pequeño Justin me ilusionaba demasiado.
Pero primero, teníamos que pasar por esto. Un paso a la vez Leah.
Mi celular timbró y contesté rápidamente. Odiaba que Justin anduviera con un casi ataque cardiaco por ahí. Y esas posibilidades habían aumentado desde que supo que nuestra hija estaba en posición, y yo salía sin él.
Habíamos optado por un parto normal. Mamá me había dicho que me recuperaría en menor tiempo que con una cirugía, y sería mejor para mi y el bebé.
Pero no estaba muy segura de eso. Ojalá los bebés solo aparecieran en tus brazos cuando los quieres y ya.
Estaba asustada a morir. Una cosa es sostener a un bebé ajeno unos segundos y decir que es lindo, y hacerle morros.
Y algo muy diferente es tener a uno que sea solo tuyo, llore toda la noche y no te deje dormir nunca más hasta que tenga diez años. No sabía si Justin y yo íbamos a poder soportarlo.
—¿Esto es todo, Leah?—preguntó Ken empujando el carrito hacia la caja. Asentí.
Justin cocinaría algo bueno para que mis padres almorzaran, y se dieran cuenta de que no llevábamos una mala de vida de casados. Que supongo, era lo que mi padre pensaba más que mi mamá. Ken y Damon se quedarían y hasta Liam vendría con Amanda, la loca, ya que al parecer habían vuelto a estar juntos.
Ken y yo salimos del supermercado hablando sobre cosas estúpidas, y ella condujo a mi casa devuelta.
—¡Volvimos!—gritó dejando mas bolsas más pesadas en el piso de la cocina, y yo las mas fáciles de llevar en la encimera.
—Están arriba, parece.—fruncí el ceño.
Kendall y yo subimos despacio la escalera, cuando un terrible y fuerte olor a pintura me invadió el olfato.
Abrí mi boca.
La primera habitación para invitados, que en realidad nunca fue para invitados sino la segunda habitación mas grande de la casa, estaba pintada de rosado hasta la mitad, y junto a ella, mi esposo y mi mejor amigo con partes del cabello y la ropa también pintados.
—Am, sorpresa….—canturreó Damon con una sonrisa nerviosa. Justin me miró unos segundos y me regaló una parecida.
—Muñeca yo…
Solté una carcajada.
—Huelen muy mal. Deberían darse una ducha. Mis padres llegan en dos horas. —dije entrando y mirando hacia todos lados.
—Por Dios, eligieron el peor día de todos. —negó Kendall entrando también. Asentí.
—Si no la pintábamos ahora olería mal cuando la bebé durmiera aquí. —replicó Damon.
—Y estamos armando el nido. —explicó Justin echándole una mirada a las partes de una cuna blanca sin armar tirada en el piso. Me reí otra vez.
—Deberían haber terminado de pintar primero, ¿No creen?—dije con una sonrisa.
En lo único que podía pensar era en que se convertían en los genios más genios cuando se trataba de hacer planes relacionados con dinero, o de escapar de alguien, y no habían podido pintar una habitación entre dos ni armar una cuna con una sola hoja de instrucciones.
¿Cuántos Justins y Damons se necesitan para pintar el cuarto de un bebé?
Unos mil. Eso seguro.
¿Pero por trabajos? La mitad de uno te hacía diez planes distintos.
—Es que no nos decidíamos que rosa. Mira,—Damon se acercó a nosotras con dos papeles de color rosa. Para mi, eran idénticos.—Este es rosa francés, y este rosa persa.
—Amor, son iguales.—le dijo Kendall con el ceño fruncido. Asentí en acuerdo.
—Dios nena, eres daltónica. Son completamente diferentes.
—¿Y cuál eligieron? —seguía confundida.
—Mezclamos los tarros. —contestó Justin desde el piso tomando una parte de la cuna. Me reí caminando hasta la ventana y tomando la cámara de Damon. Paré de grabar para poder ver lo que habían estado haciendo durante la hora en que Kendall y yo no estuvimos.
Exactamente una hora, y ellos tenían la cagada en el cuarto del bebé. Le di play al video y me reí cuando vi como se habían peleado por los lados en que iban puestos los tornillos de la cuna. Giraron el papel una y otra vez. Cuando se aburrieron de eso dejaron las cosas tiradas ahí y fueron a hacerse un sandwich.
Volvieron, y quisieron pintar pero no se decidían por un rosado. Luego mezclaron las pinturas. Luego se sentaron en el piso a comer de nuevo y discutir sobre la forma del manual, y luego pintaron un poco más de la mitad de la habitación, con la pintura mezclada.
—Oh Dios. —Kendall lloraba de la risa a mi lado.—Me voy a hacer pipí de tanto reír Le.
—¡Yo también!—sequé mis ojos.—Ay chicos.
—Venga, vamos abajo. Cocinaré yo. Ya que Justin está en plan constructor. —me dijo Ken.
—Se agradece. —le dijo Justin tomando el rodillo y esparciendo pintura por la pared.
Una hora después, Ken estaba terminando el almuerzo, y aunque los chicos habían terminado de dar la primera mano de pintura, no habían podido arma la cuna. Me reí de nuevo cuando ambos anunciaban que renunciaban a armarla e iban a tomar una ducha.
Mis padres llegaron justo a la hora acordada. Salude a mis padres y abracé a mi hermano con fuerza, luego, todos nos acomodamos en la sala.
Papá miró hacia todos lados.
—Parece estar distinto a la ultima vez.
—Si… bueno, Justin y yo cambiamos las cosas de lugar. —expliqué.
—¿Anduviste corriendo muebles así? Leah, tienes que cuidarte. Ya no queda nada.
—Yo lo hice. Ella solo me dijo como quería la sala. —murmuró Justin. —Cuido a mi esposa tanto como puedo, James.
Mi padre suspiró.
La tensión estaba en el aire. Le había dicho a Justin que lleváramos la fiesta en paz, pero su voz había sido algo dura.
—Lo sé, Justin.
—¿Qué tal si almorzamos, piojo? —dijo Liam cortando el momento incomodo.
Le di las gracias con la mirada y me levanté con una sonrisa. Justin, Damon y Kendall comenzaron a traer los platos a la mesa, y mi hermano con mi madre y Damon se encargaron de colocar temas de conversación que no involucraran mucho un intercambio de ideas entre Justin y mi padre.
La tarde pasó de apoco. Liam pasó la mayor parte del tiempo entretenido con Justin y Damon, y Ken me ayudó a sobrevivir a las preguntas de mis padres.
—¿Cómo lo harán al momento de irse al hospital? —preguntó mi padre.
—Pues, Justin no me deja sola en ningún momento, así que iremos en auto cuando sea el momento y listo. —dije encogiéndome de hombros. Tampoco era tan así.
Los chicos habían practicado como llegar desde aquí al hospital rápidamente. Habíamos hecho un par de simulacros la semana pasada.
—Hemos simulado el momento, para llegar rápido. —dijo Kendall haciéndolos reír a ambos.
—Miren esto; —dije suspirando. Tomé bastante aire, y grité;—¡Justin! Ahí viene.
En menos de cinco segundos Justin estaba plantado en la puerta que daba al patio con cara de preocupación.
—¿Qué ocurre?
—Nada cariño, solo le mostraba a mis padres el plan. —dije sonriendo dulcemente.
Él pareció respirar.
—Vale, estaré en la sala.
—¿Lo vieron?
—Justin es tan lindo.—comentó mamá. —No pudiste haber elegido mejor.
Uff.
Si supiera.
—Gracias mamá.
_____________________
¡HOLAAAAAA!
Sé que dije que el capitulo sería de navidad pero ya que estamos en año nuevo, o por lo menos fue ayer y no pude subir el capitulo porque bueno, celebré y todo eso y no estuve muy pendiente del celular, lo subo hoyyyy, pero más vale tarde que nunca, ¿cierto?
NECESITOOOOOO URGENTEMENTE HACERLES UNA… ¿Consulta? ¿Duda? No sé, una pregunta bastante importante para mi.
Aquí vaaaaa;
¿Les gustaría que subiera la tercera temporada de BANG?
La verdad es que desde que escribí la primera palabra de esta novela, tuve el final en mente, y enserio me gustaría terminarla de la forma en que yo quiero.
Sé que tal vez piensen en que estoy alargando mucho todo, pero faltan cosas que de verdad quiero hacer y no quiero que piensen que porque se casaron, y tendrán un bebé llega hasta aquí la aventura.
No me demoraría mucho en subir la siguiente y si que última parte (tercera temporada) ya que tengo algunos capítulos escritos que tengo que unir a los otros y listo, además no tendrá así como 90 mil capítulos igual que Bang, y Bang ll, unos treinta más o menos que repito, no demoraría mucho en subir.
Seria entonces la ultima serie y convertiríamos esta historia en una trilogía.
Pero si ustedes no quieren, nada que hacer. Les daría un final aburrido y bastante cliché en esta temporada, supongo, porque no hayo la forma de termínala aquí, siendo sincera.
En esta temporada ya queda el capitulo de nacimiento de la frijol, un par de sorpresas y el epilogo, que la verdad es medio misterioso.
RESPONDAME AQUÍ EN LOS COMENTARIOS SI LES GUSTARÍA O NO.
Si dicen que no, las entendería, sé que últimamente me demoro en subir y eso pero también tengo vida fuera de esto y a veces se me hace difícil repartir el tiempo en todo, pero intentaré cambiar eso ahora que estoy de vacaciones.
Espero que tengan un maravilloso 2017, y recuerden que si quieren pasar un 2017 con sus personajes favoritos de Bang, no duden en cl testar que sí y seguir esta loca historia.
Muchos besos y buena vibra para ustedes mis amores! Las quiero. No olviden responder lo anterior, es muy importante para mi.