Carrie
— ¿Qué demonios haces aquí Dylan? —Grité furiosa— ¡Mira lo que provocaste!
—Es un gusto verte también, Carrie. Solo vine para ver a Chloe, además... he vuelto al pueblo, compré una casa.
— ¡En verdad! —exclamó Chloe llena de alegría, abrazándolo con más fuerza.
—Creo que lo mejor sería que vayamos a buscar a Drake antes de que anochezca —dijo Louis poniendo su mano en mi hombro.
—Tienes razón —contesté—. Lleva tú rifle, creo que lo vamos a necesitar.
—Lo que digas.
—Chloe, Alice ¿nos ayudan a buscar a Drake? —les pregunté.
—Yo me anoto —dijo Alice.
—El pastel se arruino así que no tengo nada más que hacer aquí —dijo Chloe—. ¿Nos ayudas? —preguntó a Dylan.
Estaba que hervía de la rabia que sentía en esto momentos, nada me daba más enojo que verle la cara y recordar aquellas palabras que usó para referirse a Drake el día en que lo eché casi a patadas de mí casa. Louis fue por su rifle a su camioneta, además trajo un par de linternas por si se nos hacía de noche antes de que lo encontráramos.
Cada quien tomó una linterna, Louis tomó su rifle, y le dije a Chloe que mantuviese a su padre lejos de mí, tan solo verlo me provocaba un gran enojo que era capaz de hacerme tomar el rifle de Louis y darle un tiro en las piernas. Nos adentramos en el bosque, siguiendo el rastro de ramas rotas, pisadas y el sendero que Drake abrió entre los arbustos; debió de haberse asustado demasiado cómo para correr tan rápido sin voltear atrás.
Chloe, Alice y Dylan se nos adelantaron mucho, Chloe llevaba el oso de peluche de Drake en la mano, en un intento por llamarlo y decirle que todo estaba bien, pero solo tuvo que cargarlo durante doscientos metros.
—Vaya que estas manejando muy bien la visita de tu ex Carrie —comentó Louis.
—Sí, también estoy manejando los impulsos de tomar tú rifle y dispararle —contesté.
— ¿Sigues enojada por lo que hiso? —preguntó Max.
—Eso jamás se lo voy a perdonar.
— ¿Qué cosa hiso Dylan? —preguntó Louis.
—Le puso a Drake un bozal y lo dejó encerrado en el granero y le puso al cuello una cadena tan oxidada, que laceró el cuello de Drake cuando intentó liberarse.
—Sí —contesté—, y todo porque fue más importante para él comprar cerveza en el supermercado. Esa fue la segunda ve en la vida en que la vida de Drake estuvo en peligro y casi lo pierdo por su culpa, por ello lo eché.
— ¡Mamá ven rápido! —gritó Chloe.
En ese momento creí que habían encontrado a Chloe, corrí muy rápido solo para encontrarme con una mala sorpresa, el cuerpo carcomido de un ciervo en estado de descomposición, el olor era horrible, pero no más que la idea que esto me trajo, Elios estaba más cerca de lo que yo pensaba y si encontraba a Drake antes que él lo hiciera.
—Eso no lo hizo Drake —comentó Louis al acercarse y ver el cuerpo.
— ¿Cómo estas tan seguro? —preguntó Dylan incrédulo.
—Porque Drake tiene de cazador lo que yo de matemático.
—Aun así, creo que fue él, es el único carnívoro de esta zona que se me ocurre que pueda hacer esto.
La sangre me hirvió, Max tuvo que sujetarme del brazo para que no me lanzara como una fiera sobre Dylan, si seguía diciendo cosas como esas de mi hijo el resultaría en un cadáver en descomposición en medio del bosque.
Drake
Seguí corriendo muy rápido, hasta que sentí que estaba a una distancia segura de él, a pesar de que era mi padre, le tenía mucho miedo, jamás se me olvidaría lo que me hizo; observé mi alrededor, no reconocía nada de este lugar, nunca había venido en esta dirección, los arboles me rodeaban y mis patas estaban llenas de lodo por culpa de la tierra mojada por la lluvia de anoche.
Sentí de nuevo aquel extraño olor, llevaba varios días sintiéndolo, era agradable, demasiado, tanto que me hizo olfatear el aire para encontrar de dónde provenía. Seguí ese olor, hasta un lugar en el que no llegaba la luz solar, había muchos arbustos; el olor era tan fuerte aquí pero no veía de dónde provenía, no había flores o alguna casa o cabaña de la cual saliera ese olor.
—Creo que mi nariz me está fallando —murmuré.
Estuve a punto de darme media vuelta, entonces algo me embistió con una fuerza tremenda arrojándome al suelo, sentí que ponían algo contra mi garganta, era filoso, eran unas garras de color violeta, que estaban unidas a una pata delgada de color negro.
— ¿Quién eres intruso? ¿Qué haces en mi territorio? —gruñó una voz femenina muy enojada.
— ¿Intruso? ¿Territorio? ¿De qué hablas? he vivido aquí por veinte años y nunca te he visto —contesté confundido.
— ¡Eso no es cierto! llevó semanas por este lugar y nunca he visto a otro dragón. Lástima que no eres de mi raza.
— ¡No sé de qué me estás hablando! —Dije en extremo confundido—. ¿Quién eres? Y ¿podrías retirar tu pata de mi cuello? Me está costando trabajo respirar.
Ella gruñó un poco más, pero después cambió el gesto de su rostro, sus ojos de color violeta miraron hacia otro lado, estaba pensando.
—Me llamó Leenae —contestó al dejarme respirar—. Supongo que es bueno ver a otro de mi especie, no pensé que hubiera otros en esta región.
Inhalé profundamente al levantarme lentamente, miré a Leenae de pies a cabeza observando que ella era muy hermosa, sus ojos era de color violeta al igual que sus garras y cuernos, sus escamas negras, tenía marcas en el cuello y cuerpo dl mismo color que sus ojos, pero sobre todo ella era quien tenía ese olor tan agradable.
—Pues aquí estamos mi madre, mi hermana y yo.
— ¡Enserio! —dijo sorprendida.
— ¡Sí! —dije sintiéndome algo incómodo por su mirada, y por la forma en que se me acercó.
Retrocedí un poco.
— ¿Por qué retrocedes y bajas las orejas? —preguntó.
—Por nada.
Ella analizó por un segundo mis reacciones antes de asomar una sonrisa burlona en su rostro, su rostro se burlaba de mí tan solo con la vista, eso me hizo sentirme avergonzado, agaché la cabeza, bajé la mirada retrocedí un poco más.
—Ya sé por qué te comportas así. Tú debes ser el sumiso de tú familia, que patético eres.
— ¿Sumiso?
—Sí, el inútil, que necesita de su madre para todo cómo si aún fuese una cría. Te debería dar vergüenza ser macho.
— ¡Oye yo no...!
Intenté reclamarle, pero ella se me acercó gruñendo con rapidez y lo único que hice fue echarme al suelo... y cerrar los ojos.
— ¡Sin duda alguna eres un sumiso! Pensar que eres el único macho en kilómetros y acabo de entrar en la etapa de cubrición —comentó.
— ¿Qué es eso? —pregunté.
—En verdad das lastima. La etapa de cubrición es la etapa de apareamiento.
Escuchar esa palabra me hizo sentir como si la sangre me subiera a la cabeza, entonces entendí que era ese olor agradable, eran feromonas, había visto con Chloe un documental sobre el apareamiento de los animales en África hace unas semanas, y las feromonas servían para el apareamiento.
—Por tu cabeza han de estar pasando miles de ideas, pero solo te diré algo... nunca haría pareja con un sumiso cómo tú y mucho menos con alguien de tú raza.
Aquello en verdad me dolió, no porque me importará lo de la... cubrición, sino el que me llamara patético, aunque no entendía porque decía lo de la raza o lo de la especie, hasta hace unos minutos yo era único en el mundo y ahora hay otra cómo yo, un dragón, aunque mamá me decía que era su dragoncito solo de cariño, ahora estaba realmente confundido. Al alzar de nuevo la mirada ella se había marchado, solo esperaba no volverla a ver, si lo hacía ella solo me insultaría aún más.
Chloe
Después de una hora de haber buscado sin éxito me cansé de buscar así que comencé a gritar su nombre con toda la fuerza de mi voz:
— ¡Drake! ¡Sal de una vez tengo a tu oso!
— ¿Crees que eso funcionará? —preguntó Alice.
—Ayúdame a encontrarlo, después de todo él te gusta.
—Escucha, tu hermano no me gusta en sí, creo que me gusta más su personalidad, además de que fui niñera por tanto tiempo que me acostumbre a estar con niños y tu hermano tiene esa personalidad.
—Creo que estas teniendo un brote de psicosis, ese "enamoramiento" tuyo no es más que la inseguridad de haber terminado hace tres meses con tú novio, y Drake, al ser muy agradable te transmite seguridad.
—Tienes muy buena pinta para ser psicóloga —comentó.
—Es una de mis opciones. Soy muy buena manipulando. Por cierto, nos hemos separado mucho de mis padres.
Escuché un ruido más adelante, a mí lado había una bajada empinada con muchos árboles que se deslizaron por la abundante lluvia de ayer, y evite acercarme al borde de esta para evitar un deslizamiento de tierra. Avancé con rapidez al ver la punta oscura de una cola saliendo de los arbustos de allí adelante.
—Oye sal de ahí y vuelve con nosotros o mamá se enojará de verdad —comenté pero no obtuve ninguna respuesta lo cual me enfadó—. ¡Oye tonto tengo tu oso de peluche y lo voy a...!
Me quedé tan muda cómo Alice, de entre los arbustos estaba saliendo un gran Dragón del tamaño de Drake, gruñía y la posé que tenía era amenazante en verdad.
—Chloe, ya lo... —dijo Mamá—. ¡Dios mío, otro! —exclamó—. Chloe, retrocede lentamente, tú también Alice.
Escuché que él rifle del tío Louis se estaba cargando, entonces volteé a ver de reojo y vi que le estaba apuntando al Dragón, pero una de esas balas no le haría nada a semejante criatura. Está al darse cuenta de lo que pasaba, dejó salir un rugido que nos ensordeció, el arma del tío Louis cayó al suelo y el dragón se lanzó contra Alice y contra mí, tan rápido que nuestras piernas no alcanzaron a reaccionar.
Entonces de la nada Drake embistió a ese dragón, empujándolo hacia la bajada, él dragón lo mordió en el cuello arrastrándolo colina abajo, ambos se golpearon contra los árboles y ramas una y otra vez, hasta que llegaron a la base de la colina, ambos sin poder moverse.
— ¡Drake! —gritó mamá al bajar corriendo por la colina.
— ¡Mamá, espera! —dije yendo tras ella.