Jo es nombre de problemas. (J...

By Silvermelon

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Después de un tranquilo y largo verano en los Hamptons, Jo esta preparada para comenzar su ultimo curso de in... More

Prólogo.
1. Un nuevo comienzo.
2. Las segundas partes nunca fueron buenas.
3. El pasillo de los de ultimo curso.
4.Visto en el comedor.
5.El primer dia de clase.
6. El tour.
7.El karma.
8. El caos de los problemas.
9. La noche de las hogueras.
10.¿Eres gay?
11.Porque le quiero.
12.¿Qué quieres tú?
13. Tú chico especial.
14. Equipo de salvamento.
15.De cómo Logan se sale con la suya siempre.
16. La cita de Lizzie.
17. La cita doble.
18. Una pizca de realidad.
19.Rumbo a Harvard.
20. Un pequeño malentendido.
21.El final del viaje.
22.Demasiado bonito para ser cierto.
23. ¿Cual es tu color favorito?
24. Una gran no cita.
25. Un amigo, un tesoro.
Stop bullyng
26. Esto no es un juego.
27. Lo más divertido del internado.
28. Una chica segura.
29. El baile de invierno.
30. Una noche para recordar
32. Hogar, dulce hogar
33. Plantada.
34. Muerdago
35. Fuera del armario.
36. El maravilloso consejo de Peter
37. Una cena divertida
38. Tú a Harvard y yo al internado.
39. La vuelta al infierno
40. La fiesta de pijamas
41. Una ayuda adicional

31.Un regalo inesperado

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By Silvermelon

31. Un regalo inesperado.

—Y entonces Scott me dijo que siempre había estado enamorado de mí, pero que nunca se había atrevido a decírmelo. Además, me confeso que llevaba todo el baile queriendo besarme, pero que no quería presionarme en caso de que yo no hubiera olvidado a Ian. ¿Puedes creértelo?

— ¿Y has olvidado a Ian?—Inquirí yo de forma natural mientras me apoyaba relajadamente sobre la hamaca. Quizá ese fuera un buen momento para intentar introducir el tema de Ian. Después del baile de invierno, las vacaciones de navidad habían comenzado, y cómo de costumbre, me tocaba pasar la primera semana en casa de papá, en Los Angeles. Y pasar las navidades con papá incluía también compartir techo con la malvada Helen, quién parecía no haberme perdonado nunca por haberle robado el novio a su hija, y Lizzie.

A diferencia de cómo yo concebía las navidades en Nueva York con abrigos de piel, bufandas y gorritos de lana para protegerse del frio, patinaje sobre hielo en central parck, noches acurrucada en frente de la chimenea de mi habitación... La temperatura en Los Angeles rozaba los treinta grados, por lo que lejos de estar tapada con cientos de capas de ropa, me encontraba tomando el sol, tumbada en una hamaca en el jardín trasero de la villa californiana que papá y Helen se habían comprado en Beverly hills. Sin embargo, no tenía queja ninguna. Aquello era cómo una prolongación del verano. Simplemente relajada, sin problemas, y muy lejos del drama.

Aunque nunca suficientemente lejos.

Además, quizá fuera mejor sacar el tema fuera de la presión del internado, los cotilleos, las mentiras...

— ¿Me estas escuchando? —Lizzie se incorporó sobre la hamaca mientras soltaba una risotada sarcástica. — ¿En serio de todo lo que he dicho te quedas con lo de Ian? ¡Ian es pasado! ¡Estoy saliendo con el chico más tierno, sincero, sensible y guapo de todo el internado!

—Me alegro mucho por ti. —Contesté yo sonriendo. Saber que Lizzie tenía novio y había pasado página de Ian y todo el drama del año pasado hacia que me tranquilizara. Después de todo, me hacía sentirme un poco menos culpable por estar saliendo con su ex. Además, si ella decía que ya había superado a Ian, quizá se tomara cómo una buena noticia, o al menos no se enfadaría cuándo se enterara de que ahora estábamos saliendo juntos.

—Me acaba de contestar mi mensaje diciéndome que me echa de menos y una carita triste. ¿No es adorable? Ian no me contestaba ningún mensaje. —Suspiré profundamente. Al menos sabía que lo de ignorar mensajes no era nada personal, solamente uno de sus muchos talentos. Le había mando un mensaje el día anterior felicitándole las navidades, y seguía sin tener respuesta. Estiré la mano hacía la pequeña mesa de madera donde reposaba mi zumo tropical, edulcorado con unas gotas de ginebra, y mi móvil. Suspiré, efectivamente no había ningún mensaje nuevo. — ¿Sabes? Me alegro muchísimo de que no acabaras con Ian.

—Supongo que podría ser raro salir con el ex de una amiga. ¿No?—Pregunté encogiéndome de hombros mientras esbozaba una sonrisa forzada. El tema de Ian estaba saliendo a relucir, y tenía que tantear el terreno. Me moría por contarle a mi mejor amiga que estaba saliendo con el chico que me gustaba desde hacía casi un año. Pero aunque Lizzie parecía preparada, no sabía hasta qué punto, era solo una fachada.

— ¡No es por eso!— Lizzie se quitó las gafas de sol para clavar su mirada en la mia. Era cómo una versión en miniatura de Helen. Tragué saliva esperando que continuara.— Es que Ian no es trigo limpio... Quiero decir, si alguna vez lo dejo con Scott, que espero que nunca pase nunca, no me importara que salieras con él, porque sé que serias feliz. Con Ian no serias más que una amargada.

— ¿Por qué dices eso? Estuviste mucho tiempo con él... ¿Nunca fuiste feliz? ¿Ni siquiera al principio?— Tenía muchas cosas que replicar a Lizzie. Ian nunca había sido un buen novio con ella. Había cometido errores. ¡Pero yo misma los había cometido! Eso no me hacía peor persona. Sin embargo, no podía poner a defender a Ian frente a Lizzie. Era una batalla perdida.

— ¿Qué importa si fui feliz? ¡Era todo mentiras! No había ni una sola verdad en nuestra relación. El jugo conmigo... Y luego contigo. Y ahora está solo. Tal como se merece.

—Veo que casi ya no guardas rencor a Ian. —Contesté yo con sarcasmo. Las palabras de Lizzie me habían helado la sangre. Por un instante incluso me alegre que Ian no hubiera acudido al baile de navidad. No estaba segura de que Lizzie se hubiera alegrado con la noticia. De hecho, estaba casi segura de que si Ian y Lizzie se encontraban, Lizzie ni siquiera escucharía nada, simplemente empezaría a gritarle y pegarle ella misma.

— ¡No lo hago! Es solo que... Estoy feliz de que hayamos superado todo ese drama... Ian es un capullo que no se merecía a ninguna de nosotras. Y ahora nosotras hemos pasado página... —Lizzie se encogió de hombros y tras volver a ponerse sus ray bans se recostó cómodamente sobre la hamaca indicando el fin de la discusión. —Yo con Scott, y tú con Logan.

— ¡No estoy con Logan!—Protesté cruzándome de brazos. Aunque en este momento hubiera deseado estar con él y no tener la necesidad de mentirle a mi mejor amiga.

— ¡Teníais que haberos visto bailar! Fue tan romántico... Lo que no entiendo es por qué no fuisteis juntos desde el principio... ¿Qué paso en el baile entre vosotros?

—Estaba triste y necesitaba a alguien. — Era un buen resumen de los hechos. Lizzie se quitó las gafas de nuevo y esbozo una sonrisa juguetona. — ¡No me mires así! No iba a interrumpir tu momento mágico con Scott. Además, no pasó nada.

— ¿Ni siquiera un beso?

—Nada. —Respondí cortante. Me molestaba el hecho de que todo el mundo supusiera que entre Logan y yo había algo. Suspiré, Lizzie tenía derecho a pensar que yo estaba liada con Logan porque no tenía ni idea del hecho de que estaba saliendo con Ian. — Solo bailamos. Cómo amigo.

— ¿Entonces ahora Logan es tu amigo?—Inquirió Lizzie sin quitar la sonrisa traviesa.

— ¡No lo sé! —Exclamé yo incorporándome en la hamaca. Esa pregunta me llevaba atormentando desde el baile de invierno. ¿Podía considerar a Logan mi amigo? Logan se había pasado de la raya conmigo en innumerables ocasiones. Pero a la vez. Si hacia memoria a lo largo del primer trimestre, Logan también me había ayudado cada vez que tenía un problema, sin ninguna razón aparente. —Sin embargo, cuando entramos en la sala de profesores...

—Irrumpisteis sin permiso...—Me corrigió Lizzie poniendo los ojos en blanco. Lizzie estaba en contra de infringir cualquier norma del internado, por lo que cuándo después del baile le conté cómo Logan y yo habíamos amañado las elecciones, Lizzie estuvo a punto de devolver su corona. Gracias a Dios, se calmó rápidamente y entró en razón. Sin embargo cada vez que podía dejaba ver su oposición hacía nuestro plan.

—Cuándo irrumpimos sin permiso en la sala de profesores...—Me corregí a mi misma imitando su voz aguda. — Hacía mucho tiempo que no me lo pasaba así. La adrenalina, el miedo... ¡Fue súper emocionante!

—A alguien le gusta Logan... Y también meterse en problemas.

—Ni me gusta Logan. —Contesté yo cansinamente mientras volvía a recostarme en la hamaca. —Además, nada de problemas este año.

—La verdad es que este año me has sorprendido para bien Goligth. Salvo a lo referente a Logan te estas manteniendo fuera de problemas. — No pudé evitar poner una mueca que, gracias a Dios, pasó inadvertida a Lizzie. De hecho, ese año me estaba metiendo en bastantes problemas, pero Lizzie todavía no conocía el más importante. —Y la última vez que lo comprobé, Logan no tiene novia, ni es amigo de tu hermano, así que es un buen partido para salir. Podríais asentar la cabeza los dos juntos.

—No gracias. Antes salgo con Robert.

— ¡Chicas, Santa Claus ha llegado a la ciudad!— Papá había salido a la enorme terraza del segundo piso de la habitación principal, con vistas a la piscina. —¡Daos prisa o Santa Claus se dará cuenta de su error, y vendrá a traeros carbón!

Cómo si de una alarma nuclear se tratara, Lizzie y yo nos levantamos de un salto de nuestras hamacas para atravesar corriendo la puerta corredera hacía la sala de estar, dónde Helen había colocado un bonito árbol navideño, decorado con una estrella gigante, que pegaba más bien poco con la luez del sol que entraba por los ventanales. Era como poner un árbol de navidad en medio del verano.

— ¡Unos pendientes! ¡Definitivamente amo a Scott! — Exclamó Lizzie mientras alzaba en sus manos los pendientes para que yo pudiera verlos. La verdad es que había que admitir que Scott tenía buen gusto.

Empecé a buscar mis regalos. Mi madre, siguiendo su tradición de todos los años, me había regalado un broche de Hermes dorado y granate y unos pendientes a juego. Papá me había regalado unas gafas de sol nuevas, las viejas las había perdido la semana pasada mientras estaba de compras en un centro comercial en busca del vestido perfecto de nochevieja. Que seguía desaparecido. Mi hermano me había enviado una colonia, que seguramente mi madre había escogido.

— ¡Es de Logan! —Gritó Lizzie sosteniendo un pequeño paquete envuelto en papel verde. No podía creérmelo. ¿En serio Logan me había comprado algo para navidad? No podía ser Logan el del internado. Seguro que era de algún pariente lejano del que nunca había escuchado hablar nunca. Pero el remitente lo dejaba claro: Logan Shepard. — ¡Ábrelo ya!

Desenvolví el paquete lentamente, cómo esperando que en cualquier momento fuera a explotar. Por fin abri la caja marrón para encontrarme un papel, que comencé a leer con interés.

Pero cuándo me di cuenta de cuál era el contenido, no pude evitar soltar una sonora carcajada.

—Es un examen de matemáticas...—Contesté yo entre carcajadas. Efectivamente, delante de mis narices estaba lo que parecía ser el examen de matemáticas, que la amargada de la profesora White se había empeñado en poner después de las vacaciones.

— ¿Qué?—Exclamó Lizze horrorizada, mientras contemplaba el papel cómo si en cualquier momento pudiera cobrar vida.

— ¡Debió de sacarlo cuándo estuvimos en la sala de profesores!

— ¡No quiero verlo! ¿Sabes cuántas normas infringe eso? ¡Pueden expulsarle! Y a ti con él...—Lizzie se había tapado los ojos mientras tenia uno de sus habituales ataques de pánico. Pero a diferencia de la mayoría de las veces, la actitud de Lizzie no consiguió molestarme. Ni siquiera intente convencerla para que bajara la voz antes de que Helen me expulsase definitivamente.

Mis ojos estaban totalmente fijos en la nota que se encontraba al fondo del paquete.

Una gran aventura, Goligth.

—Queda un regalo para ti, Jo. Es de una tal Irene, de Nueva York. — La voz de Lizzie consiguió que volviera a la realidad. Lizzie aún de mal humor me entregó el último paquete que había debajo del árbol.

Aquello era infinitamente extraño. No conocía a ninguna Irene, ni en Nueva York, ni en el internado. Sin embargo, movida por la curiosidad desenvolví el paquete rápidamente para encontrarme con el libro de Desayuno con Diamantes de Truman Capote.

Había sido la primera película que habíamos visto juntos, en la ciudad en la que hace un año, habíamos estado juntos.

Tengo muchas ganas de verte en Nueva York.. —I

Mi sonrisa se ensancho aún más. Ian me esperaba en Nueva York.

Ian esta esperando en Nueva York. ¿Será una semana igual de buena que el año pasado o será el momento en que se den cuenta de que no se aguantan?

Se que pasa mucho tiempo de actualización en actualización, pero estoy ocupada con algo importante.

¿Qué os ha parecido el capitulo? ¿Os esta gustando más este libro o el primero? ¿Qué opináis de los personajes?

Espero que os animéis a contarme todas vuestras impresiones.

Besitos

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