For You (Anakin Skywalker)

Bởi KarlaaMoreno9

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Alguna vez te has preguntado, ¿Qué sería de ti si perdieras todo? ¿Tú familia? ¿Tú hogar? Incluso hasta ¿Tú p... Xem Thêm

PERSONAJES
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
AVISO
Capítulo 22
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43 |FINAL|
Epílogo
Agradecimientos

Capítulo 23

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Bởi KarlaaMoreno9

No tenía claro lo que sentía Anakin, esa alteración fue muy extraña y a la vez parecida cuando perdió a su madre, pero lo extraño aquí era que Obi-Wan sentía lo mismo.

-Saldré a inspeccionar la zona, tenemos que estar seguros del lugar en donde estamos parados- habló impaciente Anakin.

-Yo aré lo mismo, te acompañaré...

-No maestro –dijo interrumpiéndolo- es mejor que alguien se quede aquí por cualquier cosa, iré con R2, espero no nos tardemos en regresar.

-Bien...-meditó unos segundos- tienes razón...entonces que la fuerza te acompañe.

-Que la fuerza lo acompañe, maestro.

No muy convencido, Obi-Wan aceptó la proposición de su ex padawan de mantenerse en el campamento, mientras que Anakin junto con su fiel compañero de batallas R2D2 salían a explorar el congelante lugar.

Skywalker montándose en una Speeder bike junto con el astrodroide, emprendieron su búsqueda en todo el congelante lugar. La noche en Mygeeto era extremadamente fría por lo que la neblina se volvía más densa impidiendo al joven jedi poder visualizar algo, pasaron horas rodeando la zona sin ningún rastro de vida inteligente, solo había montañas de nieve y más nieve.

No obstante a lo lejos entre la espesa neblina pudo divisar un brillo peculiar relucir sobre la blanca nieve, sin pensar de que se tratase, Anakin junto con R2D2 se acercaron a aquel brillo dorado llevándose una sorpresa.

-¡¿3PO?! ¿Qué haces aquí?- alegó exaltado Anakin sacando de la nieve a su droide.

-¡Amo Ani!... ¡Ha sucedido una atrocidad!- exclamaba temeroso C-3PO.

-Por favor se más claro 3PO ¿Qué haces tú solo por estos rumbos?

-Es que no vengo solo amo...la señorita Baraan venía conmigo...

Anakin sintió como un tras sudor frío corrió por su frente, podía colapsar en ese instante y es que todo tenía lógica, esa conmoción que tuvo se trataba absolutamente de su ángel.

Sin averiguar del porque su esposa y su droide se encontraban en ese desolado planeta, siguió a C-3PO quien lo guiaba a la guarida donde vio por última vez a Dallani.

-Amo Anakin, no es seguro que entre solo, ahí habita algo asqueroso...

-No dejaré a mi esposa ahí sola –dijo para luego mirar al astrodroide- R2, lleva a 3PO al campamento e infórmale mi paradero a Obi-Wan.

Los droides se retiraron del lugar dejando solo a Anakin quien ya se había adentrado a aquella cueva, no por algo le nombraban el "Héroe sin miedo" pero ahora se sentía vulnerable y es que perder al amor de su vida era su mayor debilidad.

Una vez ya estando dentro de la cueva, Anakin encendió su sable láser ya que la oscuridad le impedía ver por donde pasaba y aunque cada vez se volvía más estrecha las paredes del lugar pudo notar como la humedad fría iba convirtiéndose en una temperatura más cálida. Así camino durante varios minutos en aquel estrecho sendero hasta ver algo que lo dejó impactado; pues innumerables capullos de larvas enormes colgaban del techo de la sombría cueva, era una escena realmente asquerosa, sin embargo tenía que encontrar en ese lugar a Dallani, pero con tantos capullos no podía saber a ciencia cierta donde estuviera por lo que decidió recurrir a la fuerza dejándose guiar por ella para dar con su mujer. No tardó mucho en dar con ella pues hasta el final de la cueva en cierto capullo estaba su mujer y dejándolo caer al suelo pudo abrir él enorme capullo atravesándolo con su sable encontrando a Dallani inconsciente, en ese instante Skywalker sintió que podía morir, no soportaba ver a su ángel de esa manera, desesperadamente la hacía reaccionar entre sus brazos y tras varios segundos ella abrió los ojos de golpe tomando una fuerte bocanada de aire y tratando de poder visualizar a su alrededor notó que ahí estaba Anakin, sujetándola entre sus brazos con lágrimas en sus resplandecientes ojos azules, por lo que ella en un impulso se lanzó a él para besarlo, solamente con él se sentía protegida pues nuevamente la volvía a salvar de la muerte y es que aquí el ángel no era Dallani, sino más bien Anakin.

-¡Oh mi amor! Creí que te perdía...-hablaba conmocionado Anakin.

-Ani...por favor no me dejes –decía temblorosamente- ¿Cómo supiste que estaba aquí?

-Te prometí que jamás te descuidaría, siempre estaré cuando más me necesites... pero ahora no hay tiempo de explicaciones...tenemos que salir de este lugar...

En segundos se pudo escuchar a lo lejos esos rugidos de la feroz bestia que se aproximaba aceleradamente provocando un gran temor en Dallani, por lo que tanto ella como él decidieron abandonar rápidamente de la sombría cueva.

Sin embargo ya estando en la salida se les apareció aquella bestia que era un gran arácnido aproximadamente de cuatro metros de altura, sus diez patas estaban cubiertas por vellos blancos venenosos y en la parte superior donde se localizaban sus tres grandes ojos rojos, sobresalían dos enormes colmillos muy filosos dispuestos a comérselos en ese instante. Anakin empezó a distraer a la bestia con su sable láser para que así pudiera correr Dallani, pero ella no dejaría por nada a su esposo solo con ese animal por lo que tomó unas rocas afiladas para aventárselas al arácnido, esa acción solo hizo enfurecer más al animal provocando que en un ágil movimiento con una garra de sus patas peludas rasgara toda la pierna derecha de Anakin dejándolo caer sobre la nieve e impidiendo que él pudiera menearse. Skywalker estaba débil ante lo sucedido, solo se podía ver en la blanca nieve como corría su sangre y la bestia dispuesta a enterrarle sus colmillos lentamente se fue debilitando cayendo inconsciente sobre la nieve, pues detrás de ella estaba Obi-Wan ejerciendo fuerza sobre el arácnido, terminándola por matar en compañía del astrodroide R2D2.

-¡Dallani! ¿Te encuentras bien? ¿No te paso nada?- decía aceleradamente- ¿Qué hacías tu sola en este lugar?

-Obi-Wan, yo estoy bien...pero luego te explico todo... ¡Ani es quien está grave!

Angustiada ante lo que sucedía, Dallani junto con Obi-Wan corrieron hacia Anakin quien yacía inconsciente sobre la nieve, Dallani podía sentir como el mundo se le derrumbaba en esos instantes.

[...]

Una luz blanca inundaba su vista, poco a poco esperando a que sus ojos pudieran aclimatarse ante la luz cegadora, Anakin pudo ver que ya no estaba en aquél lugar desolado y sobre todo congelante, se encontraba sobre una camilla y ahora tenía otra ropa puesta; un camisón blanco que le cubría hasta las rodillas. Con dificultad para incorporarse apreció que se encontraba en una sala de cuidados rodeado de aparatos electrónicos indicando sus signos vitales, sin embargo una silueta al fondo de la habitación fue la primer imagen que acaparó su atención, pues era su joven esposa que dormía apaciblemente sobre un pequeño sofá cubierta por una pequeña manta, la imagen le causó tanta ternura a Skywalker de verla descansando como un verdadero ángel y tenerla a unos cuantos pasos de él era tan...tentador, por lo que dispuesto ir a su lado, al tocar el suelo sintió una fuerte pulsada sobre su pierna dejando sacar un quejido por el intenso dolor, provocando despertar a Dallani.

Ella al escuchar su gemido, inmediatamente fue junto con su esposo que con dificultad podía sostenerse de pie, con la ayuda de ella logró Skywalker sentarse en el borde de la cama, en ese instante pudo tenerla nuevamente cerca de él, amaba sentirla tan próxima, se deleitaba verla a aquellos dos luceros jade que lo envolvían en la locura, admirando cada línea de su rostro que la hacía perfecta para él, mientras que Dallani aún ansiosa checaba todo los aparatos viendo sus signos vitales, esto le causaba gracia a Anakin por lo que suavemente la tomó de las manos para que ella se acercara a él y sin que pudiera irse de su alcance la apretaba de su pequeña cintura contrayendo sus cuerpos a unos escasos centímetro de separación, es que ¡Como amaba a esta mujer!

-Ani no puedes hacer esfuerzos, no es nada grave pero debes reposar al menos que no quieras que sane rápido era herida...

-No me importa que me suceda a mí, con el simple hecho de saber que estás bien me doy por bien servido- comentó regalándole una dulce sonrisa- por cierto... ¿Dónde estamos?

-Aún así Ani, tú también me preocupas y estamos en Coruscant, en cuanto te sucedió esto te trasladamos inmediatamente... -se quedó meditando varios segundos- yo...yo no sé que habría sido de mí si no hubieras llegado en ese instante...

-Ya amor, todo quedó atrás...lo importante es que estamos juntos y tú no corriste ningún peligro...pero mi duda es ¿Qué hacías tú en ese lugar tan desolado?

-Iba camino a una reunión, pero una fuerte desviación hizo que cayéramos en ese horrible lugar...afortunadamente tu también estabas ahí...

-Di la verdad, y mejor acepta que ya no podías estar ni un solo segundo más lejos de mí - comentó el jedi entre risas.

-Mejor cállate y bésame antes de que me arrepienta.

Los jóvenes esposos entre risas ante lo que decían, compartían su anhelado beso que habían guardado para ese momento, y es que era verdad pues estar un mes sin sentir su contacto mutuo no era digno de perdón, tenían la necesidad de estar abrazados uno contra otro, encajando sus cuerpos como dos piezas exactas de rompecabezas, envolviéndose en él dulce y más deleitable beso.

[...]

La herida de Anakin solo había sido superficial por lo que después de tres días de reposo lo habían dado de alta para poder retirarse y seguir haciendo sus actividades normales.

Esa mañana el jedi estaba alistándose para marcharse cuando una sorpresiva visita interrumpió su camino, era nadie más que su confidente y amigo de infancia; el canciller Palpatine.

-Anakin, en cuanto supe lo que te sucedió no dude ni un solo segundo en venirte a ver ¿Ya estás mejor hijo?- decía el canciller en un tono preocupado sentándose a un lado de la camilla.

-Me encuentro mejor que nunca canciller –comentó entre risas- gracias por su preocupación solo fue un pequeño incidente.

-Insisto, es muy riesgoso lo que haces y poco sobrevalorado...

-¿Porqué lo dice canciller? –preguntó desconcertado.

-Bueno, es obviamente que tu desempeño es excelente incluso por encima de muchos...pero el consejo solo te ha enfrascado en tu puesto de caballero jedi -suspiró- hijo tu mereces más que eso...tal ejemplo más claro como esto.

-Está insinuando qué...- articuló incrédulo- ¿Podría tener rango de maestro jedi?

-Estoy seguro que ya estás listo y muchos factores están a tu favor...tan solo el consejo no ha querido dar el siguiente paso, tus cualidades como jedi son sorprendentes...desde que te volviste maestro de tu ex padawan Tano ya debían haberte subido de rango...

Ahí estaba Palpatine de nuevo alimentando el ego del joven jedi uno de los grandes defectos de Skywalker y Palpatine era el encargado de engrandecerlo día a día.

Los pensamientos de Skywalker se encontraban en una revolución, entre ellos recordando a su ex padawan Ahsoka Tano; la pequeña togruta apodada por Anakin como "sabionda o chulita". La ex padawan de Skywalker estuvo con él durante los tres años en que Dallani había desaparecido, sin embargo una injusticia con la togruta Tano de parte del consejo jedi, decidió irse dejando inconcluso su entrenamiento jedi. Anakin le había tomado un cariño muy especial a pesar de que en un principio se había negado a entrenarla debido a su arrogante ego, pero la amistad que formaron fue muy especial recordándola con mucho cariño durante sus aventuras en las guerras clon. Nuevamente volvían a ser interrumpidos sus pensamientos por la voz de Palpatine que ahora lo veía diferente, como con confiabilidad y de uno de sus bolsillos de su gran túnica marrón sacó una tarjeta, cosa que dejó impresionado a Anakin al ver lo que le extendía.

-Hijo, quiero que sepas que siempre te apoyaré en todo...lo necesitas ahora más que nunca.

-Con el debido respeto...no sé a lo que se refiere canciller...

-Lo sé todo Anakin, se sobre tu relación con la dama Baraan...no quiero que lo tomes mal mi ofrecimiento, solo quiero apoyarlos.

-Como... ¿Cómo es que...usted lo sabe? –preguntó incrédulo.

-El día de mi secuestro cuando regresamos aquí a Coruscant, los vi juntos y no te juzgo hijo, incluso te apoyo sabes que conmigo puedes confiar y tu secreto está guardado...

-Yo...esto no puede ser...

-No te preocupes más, esas son las llaves de un departamento privado que tengo no muy cerca del senado, se que ustedes quieren estar lejos de que los descubran por lo que les ofrezco ese lugar para que no corran peligro alguno.

Anakin aún ni podía articular palabra alguna ante lo que escuchaba, sentía que todo sus planes se venían abajo y no precisamente se refería por Palpatine, si no porque de alguna manera tal vez el canciller no era el único que los había descubierto, incluso a lo mejor alguien del consejo jedi ya presentía su relación con Baraan, por lo que siguiendo sus instintos de sobreprotección hacia su esposa aceptó el ofrecimiento del canciller, después de todo en el único que confiaba era en Palpatine, en el ahora pondría toda su confianza ciegamente y si se tendría que enfrentar a los jedi por proteger a su esposa lo haría a toda costa, no la perdería como lo hizo con su madre y Palpatine era el único que le podía proyectar esa seguridad guardándole el secreto.

[...]

Después de la tensión vivida aquella mañana en el centro médico, Anakin decidió llevar bajo sorpresa a su esposa a la nueva morada que les había ofrecido Palpatine. En un principio Dallani no entendía muy bien la situación pero al ver que llegaron a uno de los edificios más impresionante de Coruscant que estaba algo retirado del senado como del templo jedi, empezaba a presentir de que se trataba la "sorpresa" que le quería dar su marido.

Al llegar a la suite principal del elegante edificio, Dallani quedó impresionado por el lugar en donde estaba parada, era un departamento muy similar al de Padmé aunque su decoración era un poco menos viva. El amplio departamento constaba con su propia pista de aterrizaje en la terraza principal, mientras que la sala se conectaba directamente con una extensa biblioteca llena de muchos objetos peculiares, incluso podría jurar Dallani que esa decoración la había visto alguna vez con Dooku, pero ignorando sus pensamientos siguió caminado atónita por el elegante lugar.

La suite era perfecta para los esposos, un lugar retirado del ajetreo del senado y el templo, lejos de aquellos que los cacharan y por fin tenían un espacio solo para ellos dos.

-Ani...esto es tan impresionante... ¿Cómo encontraste este lugar?- observada maravillada Dallani.

-Díganos que es un préstamo de un gran amigo mío, el canciller Palpatine nos ofreció ayudarnos en esto...

-¿Qué? –Preguntó atónita- ¿También el ya lo sabe?

-Es inevitable que descubran nuestro amor...- decía Anakin abrazándola por detrás.

-No Anakin...- dijo apartándolo de ella- esto es demasiado, sé que es tu amigo el canciller...pero no confío en él...es un político y sabes muy bien el concepto que tengo hacia ellos...

-Amor, créeme que el canciller no es lo que tú crees, es de las pocas personas intachables que conozco y sé que el guardará nuestro secreto –suspiró- estoy arto de esconder lo nuestro como si se tratase de un delito...te amo y no me importa si se entera la galaxia entera...

-Pero Anakin yo no...

Nuevamente era interrumpida por su esposo ya que este le plantó en seguida un beso tan dulce y placentero, amaba sentirla y lo que menos quería era discutir con su esposa un tema que estaba de por más debatir, de cierto modo también Dallani estaba cansada de hablar sobre algo que tarde o temprano sería descubierto, pero en esos momentos solo importaban ellos, dos amantes escondiéndose en los lugares más profundos de Coruscant.

La intensidad de los besos aumentaban con forme se prolongaban, sus labios unos contra otros disfrutaban del magnífico momento, cuanto deseaban estar así juntos sin ninguna interrupción alguna, solamente marido y mujer compartiendo sus más íntimos deseos. Sin pensarlo, los dos amantes se encontraban en la alcoba desnudos sobre la inmensa cama, mientras que sus cuerpos se entrelazaban a un solo ritmo, sintiendo el mismo universo en sus manos, besándose descontroladamente.

Los dos jóvenes esposos nuevamente volvían a ser uno, compartiéndose esa noche mutuamente como aquella vez en Naboo, disfrutando cada centímetro de sus pieles desnudas, dejándose guiar por esa ola de pasión y amor, haciendo el amor de la manera más indescriptible como ellos solían disfrutarlo, en aquella habitación donde a partir de ese momento sería su refugio de amor.

[...]

Luego de todo lo sucedido con el extravió de Dallani en Mygeeto, Padmé decidió por un tiempo no mandarla a viajes diplomáticos, por una parte eso le disgustaba a Dallani ya que la hacía sentir inservible pero la ventaja aquí era que tenía más tiempo de estar con su marido en estos días que Skywalker estaría en Coruscant.

Como era de su rutina habitual, Dallani se dirigía a la oficina de Padmé en el senado para seguir con su trabajo en la petición de los 2000, sin embargo aquella mañana al pasar cerca de la estancia de Palpatine, no muy segura decidió ir a buscarlo para agradecerle lo que había hecho por Anakin y ella, tal vez no le tenía cierta confianza pero tenía que reconocer que lo que hizo por los jóvenes esposos era un gesto muy gentil.

Sin anunciarse para entrar a su oficina, al llegar a ella pudo notar que se encontraba sola la habitación. Detestaba en especial ese lugar, desde su decoración tan peculiar como el ambiente que se respiraba ahí, pero volviendo a ignorar sus pensamientos dirigió nuevamente su mirada a aquel gran despacho donde solo se podía observar sobre su escritorio papeles y más papeles.

La curiosidad de Dallani era muy grande estando ahí adentro, por lo que lentamente se acercó a ver sobre de que se tratara la múltiple documentación del canciller, no obstante en un descuido toco un pequeño artefacto que en cuestión de segundos aparecía una imagen que ya había visto alguna vez...con Dooku...se trataba absolutamente de los planos de la estrella de la muerte.

-Señorita Baraan jamás imaginé que su curiosidad fuera tan grande.- habló Palpatine sorprendiéndola.

-Cómo...como es que usted tiene esto...-apenas podía articular alguna palabra Dallani.

-Por favor, es increíble que aún no sepas quien soy, alguna vez tú y yo ya nos habíamos visto en otro lugar muy lejos del senado y del templo...

Dallani trataba de recordar el momento, no podía poner sus pensamientos claros, hasta que solo una imagen le bastara para poder reconocer aquel hombre que había visto a lado de Dooku...

-Usted es el Lord Sith...- articuló perpleja.

-¿Sorprendida?- comentó en un tono burlón- Aquí el sorprendido sería yo...

-¡Cómo se atreve a estar fallándole a la República! Ahora veo el porqué de su prolongación en el sanado...todo tiene sentido y es verdad que esto está controlado por los sith...

-¿Me hablas de traición cuando tú eres la primer involucrada? Por favor dama Baraan, no me venga con diplomacias cuando usted ha estado aliada con el principal separatista...

-¡Eso quedó atrás! Todos ustedes me mintieron con mis padres, ellos jamás fueron unos despreciables sith, y estoy orgullosa que fueron unos grandes jedi... ¡Yo estoy con la República!

-¿En verdad eso crees?- dijo para luego mirar hacia una estatua- El pasado no lo puedes cambiar, puede que te hayas arrepentido pero eso no cambia los hechos, traicionaste a la República, a la senadora Amidala quien te ha ofrecido su amistad y hasta has traicionado al amor de tu vida...

-Cómo usted lo dijo, el pasado no se puede cambiar pero si aprender de él.

Dallani dispuesta a abandonar la habitación fue detenida por Sidious quien la apuntaba con su sable láser color rojo escarlata, ella pudo sentir como el odio surgía del sith y lentamente giró para encontrarse cara a cara con el principal causante de esta guerra, cruzándose con una mirada aterradora brillando en un terrorífico amarillo intenso.

-Si tú cruzas esa puerta, perderás todo lo que tanto amas, tus amigos y esposo sabrán la verdad y dudo que te perdonen...la principal en afectarse por tu decisión sería tu madre...

En ese momento, Dallani sintió como la sangre se le congeló, quería matarlo en ese instante, no dejaría que ese ser vil y cruel la lastimara, ahora estaba en un conflicto, sabía muy bien que tanto Padmé y Obi-Wan no la perdonarían, mucho menos Anakin, lo perdería para siempre, pero su madre no merecía sufrir las consecuencias.

Con dificultad, después de varios segundos Dallani pudo articular algunas palabras a su defensa pero Sidious estaba controlando la situación.

-No...no le haga nada a ella, no lo merece...- decía estupefacta Dallani.

-Muy bien...mi silencio tiene un precio...

-¿A qué se refiere?

-Bueno, tu volverías a hacer algo que ya habías hecho anterior mente...ayudar al lado oscuro...

-¡Eso jamás! –exaltó enojada.

-¡Entonces atente a las consecuencias!- recalcó represivo.

-¡No! Tiene que haber otra forma...- replicaba Dallani desesperada mente.

-La hay y tú me ayudaras llevar a cabo la Orden 66.

***

Capítulo súper extenso 😝 pero solo es el inicio del declive galáctico empezando con la orden 66 😞😱

¡Gracias por sus visitas, paciencia y comentarios! 



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