Capítulo final. (Parte 1)
No sé qué hacer en este momento, doy vueltas por todo el lugar sin saber qué hacer, muchas ideas cruzan por mi cabeza, pero no sé cuál idea es mejor, no quiero poner en riesgo a mi hija por una mala decisión mía. El hecho de que Brenda tenga a mi pequeña, es suficiente para hacerme perder el control.
‒Señor Johnson, ¿Por qué no llama a la policía?‒ Me sugiere con timidez la directora. La verdad, lo pensé, pero tengo miedo de Brenda lo sepa y se vaya lejos con Abby antes de que la policía la encuentre. Sé que no quiere dinero, sabe que no me va a importar darle lo que pida, pero ella no lo necesita, su fortuna es gigantesca y el dinero es lo que menos le importa, está haciendo todo esto por hacerme sufrir a mí, desquitar su odio.
‒ ¿Y si ya dejó a la pequeña en su casa?
‒Es verdad, su casa, la casa de Brenda.- No sé porque, pero no parece tan mala idea, debo ir para allá, pero también debo avisarle a Julia. Le llamo y atiende rápido:
‒Hola amor, ¿ya fuiste por Abby?
‒Julia, hay algo que…debo decirte, pero es importante tratar de mantener la calma.‒ Sé que ya fue por Louis y Leo a la guardería y está en casa de Jason, ella dijo que hoy pasaría allí.
‒Liam, ¿qué pasa? Me preocupa tu tono.‒ Respiro profundo para no derrumbarme cuando le diga esto.
‒Abby no está…
‒ ¿Qué? ¿No está? ¿Cómo que no está?‒ Trago saliva para continuar con esto.
‒Fui por ella al prescolar y cuando llegué, me dijeron que ella no estaba porque ya habían pasado por ella…
‒ ¿Quién? ¿Quién fue?
‒Brenda… ella fue al prescolar y haciéndose pasar por una prima nuestra, logró llevarse a Abby antes de que yo pudiera llegar… ‒ Me duele está situación, fue mi culpa, todo fue mi culpa, llegué tarde. Le di la oportunidad a Brenda en el momento en el que me retrase. Le fallé a mi hija, si algo le llegará a pasar yo…no sé qué voy a hacer, yo…
‒Esa maldita, ¿Por qué hizo esto? Mi niña…‒ July llora al otro lado del teléfono.
‒Amor escucha, cálmate, no será bueno si los niños te ven así, la encontraré, lo prometo, voy en camino a la antigua casa de Brenda.
‒Iré contigo…
‒No, te necesito a ti y a los niños a salvo, no sé qué tanto sabe Brenda sobre nosotros, pero seguro es mucho, es mejor que te quedes con tu hermano, al menos podré estar tranquilo sabiendo que están a salvo con Jason…‒ No puedo manejar todo esto que siento, mi familia en peligro por una mujer como Brenda, lo que he cuidado y protegido por años, es puesto en la cuerda floja en un instante a manos de ella.
‒Es verdad, tienes razón, pero por favor cariño, cuídate mucho.
‒Lo haré.‒ Cuelgo con el manos libres y me orillo un momento. Detengo el auto. Necesito respirar. Me puede más la ira y le planto dos golpes al volante. Está situación me rebasa. Siento como una lágrima corre por mi mejilla. ‒Debo ser fuerte, ella está sola con Brenda ahora, debo ir por ella.‒ Me digo a mí mismo.
Finalmente llegué a la casa de Brenda, más bien a la casa de los padres de Brenda. Bajo del auto y llamo a la puerta. Nadie responde y toco de nuevo y no puedo creer lo que ven mis ojos.
‒ ¿Liam? ¿Tú aquí?
‒ ¿Liliana?‒ Aunque me asombra verla de nuevo, estoy aquí por una razón y rápidamente reacciono. ‒ ¿Dónde está Brenda? ¿Está aquí?
‒No, aquí no está, ella está en España hace años.
‒Regresó, ella volvió hace más de una semana.
‒Ella…no me dijo nada.
‒Volvió y se llevó a mí hija, así que si tú sabes dónde está ella, será mejor que me digas ahora.
‒No tengo idea Liam, yo ni siquiera sabía que había vuelto. ¿Pero de verdad se llevó a Abby?
‒Sí.‒ No quiero dar detalles, no me termino de fiar de nadie de la familia de Brenda.
‒Veré si puedo ayudarte, como dices que está aquí, puedo llamarle.‒ Marca su número en su celular y espera, pero de nada sirvió, Brenda descolgó un par de veces, pero no decía nada y luego colgaba y después simplemente ya no daba tono. La desesperación me carcome, no puedo perder tiempo aquí. Le agradezco a Lilly por el intento y salgo de su casa, y justo en el momento en el que subo en mi auto, recibo un mensaje de texto de un número desconocido:
‒Ese no fue un buen lugar para buscar ayuda ¿Verdad?‒ Debe ser Brenda, pero ¿cómo supo que yo estaba aquí…? Veo desde adentro hacía todas direcciones, pero no veo a nadie. Minutos después me llama mi cuñado Jason.
‒Liam, ¿Cómo va la situación, ya la encontraste? Jul me contó todo.
‒No, aún no y ya no sé dónde más buscar…
‒Si hay algo que pueda hacer me dices, no sé, una dirección un número, ayuda, lo que sea, tú sólo me dices.
‒Muchas gracias.‒ Un número, es verdad, Abby tiene su celular, se di antes de que entrara, espero que Brenda no lo haya encontrado y así poder encontrarla.
‒Jason, ¿podrías rastrear un número?
‒Por supuesto, tengo amigos que me pueden ayudar, dime cuál es.‒ Le doy el número a Jason y dijo que en cuanto tenga la dirección me llamará.
Había olvidado ese teléfono, no puedo esperar más y le marco, necesito, me urge saber cómo está ella. Espero a que me conteste, jamás se me había hecho tan eterno un timbre de teléfono.
‒ ¿Papi?‒ Es ella, es mi pequeña, siento como el aire llena de nuevo mis pulmones con tan solo oír su voz.
‒Mi niña, ¿Dónde estás? ¿Cómo estás?
‒Papi ella me trajo aquí, dijo que me llevaría contigo, pero no lo hizo…‒ Está a punto de llorar, me duele oírla así.
‒Escúchame preciosa, yo voy a ir por ti, pero necesito que me digas el lugar en el que estás ahora.
‒Es un cuarto, está oscuro y sucio, no veo casi nada…ella me empujo con fuerza para que entrara y me caí…me raspé una rodilla y ella se río de mí, papi, ayúdame papi…‒ Me siento impotente, me siento culpable por lo que le está pasando a mi niña, no puedo hacer nada desde aquí, ella llora y no estoy ahí para consolarla.
‒Lo haré mi princesa, te lo prometo, pero no llores ¿sí? trata de calmarte, yo iré por ti y ya todo estará bien…‒ Logré hacer que se tranquilizara y le dije que se guardara bien teléfono, que no dejara que Brenda se lo viera. Con todo el dolor de mi alma, tuve que decirle que necesitaba colgar para que Jason me llamara. Efectivamente, no paso mucho cuando Jason me llamó y me dio la dirección del lugar, dijo que me acompañaría.
Me dijo que le dio la sensación de que había alguien observándolos desde afuera y dejo a Julia y a los niños en casa de mi suegro, que allí nadie podría intentar nada por la seguridad de la casa.
Llamé a Gonzalo para que venga con nosotros, Jason me aconsejo que sería lo mejor, a él le da la impresión de que Brenda no está actuando sola.
Vamos los tres a la dirección que le dieron a Jason y es bastante solitario por esta región, no me da buena espina. Lo que logramos ver es una vieja casa abandonada, se ve bastante destruida y se nota que no ha sido habitada en muchos años.
Aparcamos en una zona alejada pero no lo suficiente como para no poder llegar al auto y huir en cuanto encontremos a Abby.
Al bajarme me suena el celular, respondo y veo el número de Abby en la pantalla.
‒Quédate tranquila preciosa, ya casi voy por ti mi niña.
‒Qué bueno, me gustaría saber cómo, encontré este teléfono en manos de la berrinchuda niña.‒ Brenda le encontró el celular, ¡maldita sea! pensé.
‒Déjala en paz Brenda, dame a mí hija y no levantaré cargos en tu contra.
‒Déjame pensarlo…mmm…no, creo que no, necesito a la niña así que me la llevaré conmigo a España.
‒ ¡Ni siquiera lo pienses, Brenda! Yo iré y recuperaré a mi hija a como dé lugar. Llamaré a la policía.
‒ ¡Uy, que miedo, quiero ver como lo haces! ¡Y anda, llama, estaré muy lejos en lo que tardan en dar conmigo!‒ Ella cuelga y me guardo el teléfono, me da mucha rabia que le haya encontrado el celular, pero afortunadamente ya estamos aquí y eso es algo que ella no se espera.
Vamos caminando con sigilo por la propiedad y nod ocultamos trás unos arburtos. Gonzalo alcanza a ver a dos hombres que se encuentran custodiando la casa.
-Liam, no veo ninguna entrada que no sea esa.- Me dice Gonzalo.
-Podemos entrar por atrás.
-No lo creo, Gonzalo y yo cubriremos la entrada y tú entrarás mientras aguardamos aquí por si esos dos no fueran los únicos.- Sin decir nada más, Jason tomó una rama larga y gruesa de un árbol y otra igual para Gonzalo.
Jason saca algo de su chaqueta y es una pistola pequeña y me la extiende.
-Usala sí de verdad es necesario.- Me dice. -No sabemos si llegue a hacer falta o sí ella esté con alguien armado.- Su argumento me convence, pero de igual forma no quiero tener que hacer uso de un arma.
En cuestión de segundos, se logró dejar inconscientes a los guardias. Jason y Gonzalo se hicieron cargo de ellos.
Entré a la casa y hay un largo pasillo que se extiende con varias puertas a los lados. Voy lo más silencioso que puedo y me detengo frente a una de las primeras puertas. Alguien habla al otro lado y necesito saber quién es.
-¡Sí soy yo, Brenda Harris!
....
-¡Claro que soy yo, idiota! La mujer de Manuel. - Debe estar hablando por teléfono por los silencios que hace después de cada frase.
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-Necesito que me ayudes a volver, ya tengo lo que vine a buscar y debo irme cuanto antes.
.....
-¿¡Cómo que no puedes?! ¿¡Quieres qué le diga a Manuel de tu incompetencia para ayudar a su mujer?!
....
-Eso creí, avísame cuando ya tengas algo, pero que sea pronto. Debo colgar y hacer otra llamada.- Rápidamente hace otra llamada y yo camino hasta la siguiente puerta. Puedo escuchar un sutil sollozo del otro lado. Abro lento cuando un: "-¡Papi!"- Me hace saltar de emoción el corazón.
Es mi niña, está allí dentro, acurrucada en una esquina abrazada a sus piernitas.
Voy hasta ella y veo su carita roja y llena de lágrimas. Ha estado llorando y se me parte el alma de verla así. La abrazo fuerte y ella no deja de llorar.
-¡Papi sacáme de aquí! ¡Vámonos a casa!
-¡Sí mi amor, nos iremos a casa, mi princesa!- Le beso su cabecita y trato de calmarla.
-¡Ella me dijo que tú y mami ya no me querían y que ya no los volvería a ver jamás!
-Eso no es verdad, hija, tú no estás sola, pero dime mi niña, ¿Estás bien? ¿Te hizo algo ella?- La separo un poco de mí para encontrar alguna herida visible.
-Aquí.- Me señala su rodilla derecha la cual presenta un raspón algo grande que aun está lleno de sangre y tiene todo alrededor enrojecido.
-Vas a estar bien, mamá te va a curar.
-¿¡Y quién les dio permiso de irse?!- Me encontró, Brenda me encontró. -¡Levántate Liam!
-Quédate detrás de mí, yo te protejo.- Le indico a Abby.
-¡DE PIE!- Se altera Brenda.
Me levanto y me doy la vuelta ocultando a mi hija detrás de mí.
-Brenda...¿Qué haces con esa arma?
-Nada, sólo tomo precauciones. Al igual que tú.- Vio el arma que me entregó Gonzalo.
-Brenda, sólo, déjanos ir...
-¿A DÓNDE? ¿A TÚ CASA CON LA ZORRA ENFERMA?
-Ella es MI esposa, no hables así de ella.
-Hiciste mal en dejarme Liam.- Me reclama.
-Sabes bien que yo no te dejé, fuiste tú la que nos abandonó, tú fuiste la que se fue.- Está sumamente alterada y sus manos tiemblan con el arma en sus dedos. Debo ser fuerte, no quiero demostrarle mi miedo, pero no puedo evitar pensar en lo que pasaría sí esa arma se dispara.
-El arma, ¡AHORA!- Me saco la pistola lentamente y se la extiendo. Me pide que la ponga en el suelo y que se la haga llegar con el pie.
-Perfecto, ahora voy a matarte.- Recoge el arma del suelo apuntandome con la otra aun. Abby empieza a llorar al escuchar lo que acaba de decir Brenda.
-¡No, no lo hagas por favor!
-Tranquila Abby, no llores princesa.- La oculto detrás de mis piernas.
-Siempre protegiendo a esa mocosa.- Se queja Brenda.
-Es mi hija.- Le digo.
-Es mía también, que no se te olvide quién es su madre.- Se burla Brenda.
-¿Qué?- Apenas dice Abby, sé que lo que acaba de oír no lo esperaba.
-Aww, la nenita no lo sabía. Pues ya lo sabes, esa enfermera NO ES TU MADRE, YO SÍ SOY TU MADRE REAL.
-¡Mientes!- Le grita mi hija.
-Sí no me crees, pregúntale a tú papá.- Le reta Brenda.
-¿Papi?- Me ve con su mirada confusa y triste. -¿Es verdad? - No puedo seguir engañandome a mí y a Abby, sabía que llegaría el día en que lo supiera, pero no esperaba que fuera así.
-Nena yo...hay cosas que debo decirte...Ella es...
-Tu madre...fui yo quién te trajo al mundo, la que te dio a luz.- Me interrumpe Brenda.
-No, no eso no es cierto, tú eres mala.- Mi Abby no lo quiere creer y Brenda ríe complacida.
-Mi chiquita, es verdad, ella es tu madre real...pero hay cosas que contarte mi niña.- Estoy ahora a la altura de Abby y veo mucha tristeza en sus verdes ojitos.
- ¡Anda, dile que yo la odio! Qué yo quise deshacerme de ella en cuánto supe que estaba embarazada, qué tú y esa niña me arruinaron la vida, qué yo la desprecio y no la quiero, qué jamás la quise.- Abby rompió en llanto y ya no podía yo con la irá contenida.
-¡BASTA! ¡YA CÁLLATE DE UNA MALDITA VEZ! Le estás haciendo daño y eso no te lo voy a permitir.- Me acerco a ella sin importarme que siga apuntandome con el arma. Ella se pone nerviosa y sólo me pide que me aparte pero no lo hago. La tengo frente a mí y sé, por su expresión, que no esperaba esto de mí y luce nerviosa. Pongo mi mano sobre las manos de ella que sostienen el arma.
-Suéltala, Brenda.
-No, no lo haré.
-Suelta el arma. Tú no quieres esto.
-¡Cállate, cállate, cállate!- El arma...se disparo...y...