—Tendremos que llamar a los Caza-Fantasmas —dijo volteándose con una expresión totalmente sería.
Notó que Ingrid abría los ojos como platos, sorprendida de que ella dijera algo como eso, después de todo "los caza-fantasmas" era algo solo del mundo de los humanos. Angela sonrió al ver la cara desconcertada de todos, sabiendo que ella era la única que amaba ir a Tërragârd de vez en cuando.
Simplemente era maravilloso... Habían cines, Starbucks y PERROS. Ella amaba los perros.
—¿Uhh Angela? A que te refieres con "caza-fantasmas"...—Sacada de sus pensamientos por la voz de Adam quien acababa de llegar, recordó lo que había visto y un escalofrío la recorrió.
Luego en vez de explicar, se quitó los anteojos y se los dio al rubio para que lo viera por sí mismo.
***
Todos estaban sentados en el salón principal, intentando decidir qué hacer con el asunto de los fantasmas rondando afuera de la casa. Después de probarse los anteojos y mirar por la ventana, todos habían adquirido expresiones diferentes.
Adam observaba una pared abriendo y cerrando los ojos, como si no creyera lo que había visto; Kate golpeaba su cabeza contra la puerta repetidamente, mientras que Ingrid estaba en una esquina. Tenía las piernas contraídas y se mecía a sí misma, Angela jamás la había visto así, parecía como si hubiera visto un fantasma.
"Lo cual de hecho sí hizo..."
El único que estaba casual acerca de la situación era Jake, quien estaba sentado reflexionando.
Sabía que alguien tenía que hacer algo, no podían quedarse ahí sin hacer nada.
—Vamos a patear unos traseros fantasmales.—Dijo atando su cabello blanco en una cola para luego apartar a Kate de la puerta, lista para salir sabiendo que el resto la seguiría.
—¿Estás loca? ¡No podemos enfrentarlos! Nuestras armas no les harían daño, si salimos sería suicidio.—Ingrid caminó hasta ella y le arrebató los anteojos de la mano.—Finjamos que nunca encontré estos anteojos.
Ingrid estaba apunto de estallar los anteojos contra el suelo, cuando Ángela la congeló, dejando solo su cabeza libre—Vamos a ir todos, quieras o no. Si tengo que arrastrarte como un gigantesco cubo de hielo lo haré, pero vamos a averiguar porque los fantasmas solo se pueden ver con los anteojos.
—Me sorprendes Angela, que gran forma de motivarnos.—Jake habló con sarcasmo acercándose a ella.
Ignorándolo, descongelo a su "amiga" y la arrastro hasta la puerta.
••••••••
•Ingrid•
—Aquí no hay nada... ¡¿Qué se hicieron los malditos fantasmas?! —dijo alterada mirando alrededor.
—¿Tal vez deberías usar los lentes?—Jake habló con el típico tono de "duh", como si fuera obvio.
Ella lo asesinó con la mirada y agarró los redondos anteojos entre sus manos, los levantó con inseguridad para finalmente dejarlos sobre sus ojos.
Inmediatamente soltó un grito que deseo no haber hecho y dio un brinco hacia atrás, alejándose del gigantesco fantasma que estuvo cerca de matarla.
Era del tamaño de una casa y sostenía una espada diez veces su propio tamaño.
—¿Ingrid? —Ignoró a sus amigos, olvidando que solo ella podía ver a el centenar de fantasmas que los rodeaban.
Perry la miraba intensamente, como si estuviera decidiendo la forma más rápida de matarla.
"No no se llama Perry, pero tampoco soy tan idiota para llegar y decir "Hola señor fantasma, ¿cuál es su nombre?"
El grito de Kate la sacó de sus pensamientos e hizo que volteara su cabeza ignorando a la figura fantasmal que tenía al frente.
Otro fantasma tenía a la chica entre sus brazos, este fantasma era más pequeño, pero Kate seguía pareciendo un insecto a su lado.
Notó las expresiones desconcertadas de todos y se dio cuenta que ellos deberían estar viendo solo a una Kate en el aire gritando frenéticamente como si estuviera loca.
Adam voló al rescate pero más fantasmas los agarraron y empezaron una feroz lucha, que debió haber sido muy ridícula para ellos considerando que no podían ver contra lo que estaban peleando.
Iba ir a ayudarlos pero Perry se lo impidió clavando la gigantesca espada a pocos centímetros de su cabeza, haciendo que su atención volviera al gigante y que su corazón se llenara de miedo y angustia.
No sabía porque siempre le había tenido tanto miedo a los fantasmas, nunca consideró que fueran reales y aún así eran su único miedo.
Cuando solía vivir en Tërragârd sus amigas la obligaban ver películas de terror y no lo lograba. No lograban ver ni cinco segundos, lo peor es que las personas la empezaban a llamar miedosa cuando no lo era. Podía enfrentarse a una serpiente, meterse en una cueva oscura, tirarse de un lugar alto, tocar una tarántula, nadar con tiburones... Podía hacer todo eso sin ninguna duda o miedo, pero cuando se trataba de fantasmas simplemente no podía hacer que sus piernas pararan de temblar.
"Supongo que aún no he superado que la muerte de mis padres fuera causada por estos monstruos."
Alzó su lanza que tenía filo de ambos lados y bloqueo el ataque del fantasma que iba directo a su cara. Al parecer los fantasmas de este pueblo eran diferentes a los normales debido a que no se podían traspasar, es decir eran más sólidos.
Solo podía escuchar los gritos de sus amigos, haciéndose cada vez más difícil de escuchar, por lo que supuso que se los estaban llevando lejos. Tenía que ayudarlos.
Perry, no estaba de acuerdo con su idea por lo que seguía levantado y lanzando su gigantesca espada contra ella. No supo cuánto tiempo estuvieron así, con el gigante lanzando ataques lentos, pero potentes y ella clavando su arma con rapidez y furia en donde pudiera. Los demás fantasmas los rodeaba en forma de círculo, como si su pelea fuera lo más interesante que sucedía en ese abandonado pueblo.
"Me sorprende que ninguno se acerque a combatir junto a Perry, si lo hicieran me vencerían más rápido...
Supongo que este fantasma es el líder, eso significa que mis probabilidades de sobrevivir son más escasas de lo que creía."
Tenía un corte que llegaba de su frente hasta su oreja, y otro en el costado que le hacía más difícil esquivar los espadas feroces de 'Perry'. El fantasma más bien tenía un centenar de agujeros a través de todo su cuerpo, pero no parecía importarle y seguía flotando decidido a matar a Ingrid.
No estando dispuesta a perder la batalla contra un enemigo invencible, por lo que activó sus poderes. Al ser descendiente del dragón de la guerra, podía alimentarse del miedo y la ira, de esta forma volviéndolos energía pura. Sus manos brillaron color carmesí al igual que sus ojos y una capa de poder la envolvió dándole la fuerza para levitar y usar la energía contra el fantasma.
Ingrid siempre pensó que al usar sus poderes se parecía a linterna roja, después de todo sus poderes funcionaban igual, podía crear casi cualquier cosa mientras funcionara como un arma para matar o un artículo de guerra.
Enfocando todo el poder que había acumulado encerró al fantasma en una esfera de energía pura. Luego con un grito cargado de su ira y gemir acumulados creó miles de espadas y las lanzó, que como flechas atravesaron a todos los fantasmas presentes vaporizándolos de inmediato.
Luego con otra carga de poder hizo que la esfera en la que estaba el maldito explotara, haciendo que su existencia no fuera más que un gigantesco montículo de polvo.
Después lo último que escuchó fueron sus amigos gritando victoriosos, y al caer al suelo vio un libro al frente justo antes de que todo se volviera negro.
••••••••
•Narrador X• (N/A Aquí NO está narrando Ingrid)
El reflejo de la persona se apareció al frente y no pudo evitar notar lo diferente que se veía. Había quitado el hechizo que lo hacía verse humano y ahora sus orejas eran puntiagudas y su cara simplemente perfecta, casi irreal como la del resto de los elfos.
—Se ha enterado.
—¿De qué hablas?—Respondió mirándolo con confusión.
—Ya lo sabe todo. Lo ha visto con sus propios ojos.
—¡Cómo pudiste permitir eso! ¿Eres imbécil o qué? Debe estar hecha una furia. ¡No sé ni cómo vas a explicárselo!
—Entiende no tuve opción era eso o... que la mataran y no solo a ella también a otras personas...
¿Crees que deba de contarle lo otro?—Esta vez su voz se notaba nerviosa e insegura.
—¡No, no puedes! Con eso sí que la perderás para siempre, además tú me juraste que no lo ibas a contar a nadie Alexander. Sabes que te aprecio pero nunca te perdonaría si se lo dices.
¿Te quedó claro? No puedes decirle nada a Lisa Silvers.
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N/A
¡Aquí está el cap que les prometí!
Espero que lo disfruten y porfa voten y comenten. ❤️Gracias ❤️