Capítulo 23

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Ella iba a matar a ese enano. ¡No lo soportaba! Era mucho peor que tener que lidiar con el señor oscuro de las tinieblas. "Aka: Jake"

Ese enano pelirrojo los había dividido en dos grupos para darles un "tour", claro que en vez de mostrarles lugares para tomar fotos o ir a la tienda de regalos, les iban a asignar un área para trabajar. Ingrid simplemente se había despertado por la mañana y en su puerta había aparecido una carta indicándole que se encaminara al salón principal. Pensó que organizarían una actividad genial, pero en vez de eso solo les dieron un mensaje.

Puesto en palabras de ese envidioso enano: "Si se van a quedar aquí, más vale que hagan algo útil:"

Como si no fuera mucho los habían dividido entre hombres y mujeres. Dándole un indicio a Ingrid de que los enanos eran una sociedad bastante machista, lo que le daba más ganas de tener una oportunidad para golpear a Güsingrim.

Ella estaba junto a Kate y Angela, después de haber recorrido varios túneles y trabajar por horas en diversos lugares. Ahora se encontraba en un inmenso ascensor que no paraba de descender, mirando la decoración de joyas Ingrid pensó que el ascensor no debería ser tan grande considerando que transportaba enanos.
Intento cerrar los ojos, pero el revoltijo de estomago que le ocasionaba estar dentro del elevador, no paraba y solo le recordaba a Willy Wonka.

—¿Así que a dónde nos llevan?—empezó Ángela para romper el silencio.

—Primero las llevaremos a las minas en las cuales están las joyas, allí se volverán a reunir con sus amigos y por último iremos todos a la armería.—respondió ese tal Güsingrim. Ingrid aún no se hacía la idea de que ÉL tuviera que acompañarlos en su viaje, no creía poder aguantarlo, pero solo por si acaso ya había pensado unos cuantos apodos para ese enano. Su favorito era Gusano, pero también tenía Guspedo, Gusfeo y Gus Gus, como el ratón de cenicienta.

—¿Por qué tardamos tanto? ¿La energía del elevador se quedó corta?—dijo con una sonrisa sarcástica al ver la reacción de Gus y los otros enanos ante la palabra "corta". Estos estaban a punto de responder con furia cuando el ascensor frenó abruptamente.

Habían llegado.

***

–En esta área sacamos la gemas pequeñas que usamos para decorar y fortalecer las armas.—dijo barba negra, que era unos centímetros más alto que Guspedo. Ingrid miró asombrada a su alrededor, la mina donde estaban brillaba de diversos colores como si la hubieran pintado con estrellas..

Sacó su arma que estaba en forma de lanza y que tenía un rubí incrustado en el mango, notó que éste estaba roto y desgastado. Buscó entre las mesas que estaban a su alrededor y una de las piedras que estaban trabajando los enanos llamó su atención. Era un hermoso rubí en su mayoría rojo, pero tenía líneas y manchas oscuras rodeándolo.

"Necesito ese rubí para mí arma, me pregunto cómo podré sobornar a gus gus..."

—¡Kate! —Escuchó la voz de Adam llamando a su amiga. Casi, casi sonríe al ver que los enanos no habían matado a los hombres, pero recordó que quería a Jake  muerto y se le pasó.

—¡Adam, finalmente nos reunimos! ¿Cómo les fue? —los novios se juntaron y empezaron a conversar sobre los trabajos que los habían obligado a hacer. Por su parte, Ingrid decidió mantener vigilado a Jake en caso de que decidiera robase algo, mientras ella se dirigía hacia Ángela para escuchar la historia que contaban los enanos.

—¿preguntas cómo hemos logrado sobrevivir tanto tiempo? Bueno la verdad es que tenemos las armas más poderosas de todo el reino, la mismísima reina de diamante nos pedía que le fabricáramos armas a su ejército. —Explicó un enano de cabello oscuro señalando la espada que estaba forjando sobre su mesa. Por el rabillo del ojo, Ingrid observó como Jake se acercaba ante la mención de la reina.—Cada vez que ese miertero de Dauntan envía a sus nekroi aquí, destrozamos sus ejércitos con las mismas armas que vienen a robar.

El Secreto de los DragonesWhere stories live. Discover now