Capítulo 14

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•Vali•

—¿Vas a hablar con él?—Vali miró a Lisa quien estaba sentada en su cama, negándose a moverse de allí desde el día anterior, con un gigantesco tarro de "Hîżerg" (helado élfico) en sus manos.

Había estado así desde que llegó en medio de la noche a la casa de la elfa, justo después de haberse enfrentado a los hijos de la reina. Vali no entendía por qué la frustraba tanto que Ądâssër fuera un elfo y no se lo hubiese dicho, pero Lisā había perdido esa hermosa sonrisa que muy pocas veces logró ver.

—¡¿De verdad crees que quiero hablar con él?!—Ella la miro con ojos enrojecidos de tanto llorar por la noche, a lo que Val solo soltó un suspiro y se sentó a su lado.

—Deberías hacerlo, no sólo por su bien, sino también por el tuyo.

Lisa solo volteó la cara y no respondió, haciendo que quedaran en un incómodo silencio por unos segundos hasta que la descendiente finalmente decidió romperlo.—Debería ir a entrenar y prepararme para la siguiente prueba—Se levantó.

—¡Lisa espera! La siguiente prueba es dentro de unas pocas semana y hoy habrá una fiesta.

—¿Una fiesta?—La chica levantó una ceja, esperando escuchar la respuesta de Vali.

—Se celebrará el regreso del príncipe Ądâssër, y estás obligada a ir.

—Te equivocas si crees que voy a ir a una fiesta de pacotilla realizada por unos elfos que me odian, no me puedes obligar a ir.—A Vali le alegro ver que Lisā había recuperando algo de su actitud rebelde e insolente que Alexander alias *idiota* le había logrado quitar.

—Oh claro que puedo, así que más te vale volver aquí después de entrenar.
Tengo que ver si puedo arreglar esa cara tuya para no espantar a los demás elfos.

Lisa hizo una cara ofendida, siguiendo el juego a Vali sabiendo que estaba bromeando.—Veo que a ti no te está funcionando.—Rió caminando a la puerta.—Nos vemos Vali, y prometo que volveré solo si hay un tarro de Hîżerg más grande que ese cuando llegue.

La descendiente salió con una capucha y ambas espadas atadas a la cintura, dejando a Vali sola con una sonrisa plantada en el rostro.

••••••

•Lisa Silvers• 

Continuó con su camino al lugar de encuentro, donde entrenaría con Thango o en otras palabras al muy engreído elfo Thånđįr.
"¿Es cosa mía o todos los elfos son muy engreídos?"

Aún estaba furiosa con Alex  por no decirle que era el maldito príncipe de los elfos, ella había confiado en él, le había contado su pasado, la razón por la que se le hacía tan difícil sonreir... y él solo aumentó su sufrimiento.
Lisa sentía que nunca había llegado a conocer al verdadero Alexander o mejor dicho Ądâssër, sentía que en la persona que había confiado era solo una ilusión... una imagen...

Llegó al claro donde empezaría a entrenar magia con Thån para el duelo que tendría con la reina. Apenas había logrado derrotar a Alex y a su hermano sin usar el Espíritu Dragón, ¿Cómo lo haría con la reina?

—Al fin llegaste princesa, te estaba esperando.—Rodó los ojos y se acercó a él con ambas manos sobre las espadas en su cintura, quería estar preparada por si a Thån se le ocurría hacer un ataque sorpresa.

El Secreto de los DragonesWhere stories live. Discover now