Capítulo 47

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El viento azotaba el rostro de Lisa con fuerza mientras volaba montada sobre Equus, dejando atrás el pueblo en el que habían pasado la noche. No llevaban mucho de comenzar su viaje y el viento no les permitía mantener una conversación, por lo que solo volaban en silencio, dejando que Alex tomara la delantera debido a que era el único que sabía el camino de regreso a la Academia. La brisa silbaba entre los árboles y hacía ondear los cabellos de Lisa, quien, no podía evitar recordar la intensidad de la noche anterior.

Aunque el sol comenzaba a asomarse en el horizonte, el recuerdo de lo sucedido con Alex mandaba un escalofrío por todo su cuerpo. Se ajustó la chaqueta de cuero, sintiendo el roce de la tela sobre las marcas dejadas por el encuentro con el príncipe. La imagen de Alex aún estaba fresca en su mente: su mirada intensa, los besos apasionados, las palabras susurradas en la oscuridad de la noche. Lisa se estremeció ante el recuerdo, sintiendo el calor de aquellos momentos contrastar con el frío del viento que ahora la rodeaba.

Ella se había dejado llevar completamente por los efectos del pastel, era algo que quería hacer desde hace mucho tiempo, pero sus miedos y la presión de la guerra no se lo habían permitido. Al despertar esa mañana, aún se encontraba envuelta en los brazos del descendiente, quien le había asegurado con un beso que ella era todo lo que siempre había deseado. Sin embargo, no podían permitirse quedarse mucho tiempo acurrucados; la urgencia de salir del pueblo los apremiaba. A pesar de ello, Lisa sabía que tendrían que abordar lo sucedido en algún momento. Habían acordado hablar cuando estuvieran en un lugar seguro, lejos de miradas indiscretas y oídos curiosos. Por ahora, su prioridad era llegar a la Academia y enfrentar las responsabilidades que les esperaban allí.

Observó de reojo a Logan quien volaba a su derecha, se mostraba también perdido en sus pensamientos. Lisa se preguntó que tipo de relación habrá tenido con Ángela antes de que ella se fuera de la ciudad de los elfos, pero sabía que aunque le preguntara, el príncipe no revelaría nada. Esa mañana Logan había despertado fingiendo no recordar nada de lo acontecido el día anterior, lo cual funcionaba para todos porque no querían hablar del tema.

Después de que todos desayunaran y se alistaran, habían acordado entregarle lo que sobró del postre a sus monturas para hacer un viaje sin paradas de regreso a la Academia, esperando que Venus hubiera dicho la verdad y a los animales no sufrieran los efectos secundarios que los consumieron la noche anterior.

—Con respecto a los otros objetos, lo más seguro es que cada uno de nosotros se encargue de cuidar uno. —exclamó dejando los tres objetos restantes sobre la mesa.

—Yo quiero..

—Yo me quedaré con la pluma. —Lisa interrumpió a Alex y tomó la pluma entre sus manos. —Ustedes se pondrían a jugar con ella y es mejor guardarla para un momento donde verdaderamente la necesitemos. A pesar de lo sexy que te verías con alas Alex. —le tiró un beso con la mano.

—En ese caso yo quiero el sedante, Alex puede quedarse con la daga. Las armas pequeñas no son mi estilo.—Alex hizo caso omiso al comentario de su hermano y tomó la daga entre sus manos.

Después de eso, nada más habían hecho una pequeña cuenta de inventario y habían montado sus mascotas aladas para iniciar el largo viaje a casa.

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Lisa apenas podía contener la emoción al divisar el majestuoso castillo en las nubes, una vista que había extrañado más de lo que había imaginado. Las torres y murallas imponentes destacaban contra el cielo azul, recordándole que finalmente había regresado a casa. Estaba ansiosa por saludar a todos, se preguntaba qué había sucedido en la misión de Ángela y el resto. Durante su estadía en la ciudad de los elfos fue capaz de comunicarse un par de veces con ella, pero de repente dejó de recibir respuesta, llenándola de preocupación y temor por el destino de sus amigos. Debido a que el tiempo en Royelgard transcurría diferente, sentía que no había hablado con ella en meses. Para Lisa, había transcurrido casi un año durante su viaje, pero para el resto del mundo habían pasado apenas unas semanas.

El Secreto de los DragonesOnde histórias criam vida. Descubra agora