El Secreto de los Dragones

Capítulo 32 (Parte 1)

—¿A qué te refieres con que debo ir a una audiencia con la reina? —preguntó sorprendida mientras cortaba con su espada, las esferas de agua que Alex le arrojaba.

Le parecía increíble que los ataques del principe no se convirtieran en hielo debido a que estaban en temporada fría. Pequeños copos de nieve caían a su alrededor, revelando que pronto estarían en Diciembre.

Lisa no podía creer que llevará casi un año en el mundo de los elfos, un año sin ver a sus amigos. Necesitaba regresar y advertirles sobre los avances de Dauntan y sobre la verdad de Jake , antes de que fuera demasiado tarde.

Para pasar el tiempo Alex le había ofrecido entrenar y para que fuera justo, Lisa no tenía planeado activar sus poderes, claro que después de lo que le pasó a Ruby, solo pensaba en usarlos para destruir a Dauntan.
Después de todo murió por su culpa y ella planeaba tomar venganza.

La voz de Alex la sacó de sus pensamientos. —Sí, la reina me pidió que te dijera, pero no tengo la menor idea de que quiere hablar contigo, cosas de suegras, supongo. —Se encogió de hombros, sonrió y dejó de arrojarle esferas. Lisa le sonrío devuelta y pulverizó su collar para convertirlo en espada, mientras tanto Alex usó sus poderes para crear una espada compuesta de agua.

—¿Se supone que eso corta? —Miró la espada confundida.

—Te sorprenderás. —Alex corrió hacia ella, su ataque se dirigía al costado de Lisa, pero ella lo interceptó y se sorprendió al ver que su propia espada no atravesaba la de Alex.

—¡Eso es increíble!  —se movió repentinamente para esquivar otro golpe de Alex. —Pero ya te dije que si vuelvo a ver a esa... a tu madre. Voy a... —Un nuevo ataque la interrumpió, pero no fue lo suficiente rápida para esquivarlo. —¡Cómo carajos me lograste lastimar con agua! —exclamó al ver su brazo que se había tornado de color rojo y le ardía horrores.

—Oh Lisa. Con el tiempo aprenderás que todo puede ser utilizado como un arma. —Una media sonrisa se asomó en su rostro y dio tres pasos para estar lo más cerca de ella posible. Luego, Alex puso su mano sobre la herida de Lisa, curándola lentamente. —Pero ésta es mi arma favorita. —Con el otro brazo, jaló de su cintura y en un segundo sus labios estaban sobre los de ella.

Los labios de Alex se movían con delicadeza, se fueron moviendo por su mandíbula hasta su cuello, para luego volver hasta su boca. Este beso era muy diferente a los anteriores, demostraba pasión, fuego y un deseo que ésta vez ambos compartían.  Se separaron unos segundos para recuperar el aire. Lisa miró esos ojos azul marino, que ardían con un fuego que nunca había visto antes, a la vez que una sonrisa se asomaban en sus labios.  Sabía que debían ser cuidadosos, no podían dejar que los vieran, debían detenerse, pero el deseo de volver a besarlo era más fuerte.

Parecía que Alex sentía lo mismo porque con ambos brazos la alzó de la cintura hasta que su espalda chocará con un árbol. Después de bajarla agarró sus manos y las sostuvo sobre su cabeza, para poder besarla con mayor intensidad.
Dispuesta a mantener el control Lisa usó toda su fuerza para librarse y cambiar de posiciones, así ser ella quien tenía a Alex aprisionado contra el árbol.  Ahora sus labios estaban sobre los del principe y lentamente movió sus manos alrededor de su cuello. —¿Qué se siente perder ante una mujer?—susurró en el oido de Alex, con una sonrisa seductora en su rostro.

—¿Segura de que soy yo quién pierde?—Aprovechando que la descendiente lo miraba confundida y a la vez intentando mantener su auto-control, con sus pies hizo que cayera al suelo. Sorprendida, ella le sonrió y respondió tirándolo también para que cayera sobre la nieve. Para cuando Lisa abrió los ojos, Alex estaba sobre ella, sin intención de moverse.

—Vaya, vaya. Veo que se están divirtiendo en el entrenamiento. Díganme, ¿Ya tienen planeado hacerme tio? —Las mejillas de Lisa se tornaron del mismo color del cabello del elfo frente a ella. Inmediatamente Alex se apartó y le extendió una mano para ayudarla a levantarse.

—¿Qué haces aquí Loringell? — preguntó Alex con una expresión molesta en su rostro. Hace tiempo que Lisa no lo veía con tal furia, si ella fuera Logan temería por su vida, después de todo también quería hacerlo pedazos por arruinar su momento.

—Eso debería preguntarles yo. —La misma sonrisa que había visto tantas veces en Alex, se asomó en su rostro, a Lisa solía olvidársele lo idénticos que eran. —¿Acaso no te alegra verme Lisa? Porque vas a tener que acostumbrarte si planeas casarte con ese idiota. —apuntó a Alex con su mano en forma de una pistola y le lanzó una chispa de fuego.

— ¿Qué haces aquí? —repitió Alex dando un paso al frente, mientras extinguía la chispa antes de que llegara a su rostro.

—Vengo a escoltar a la princesa. —Le hizo una reverencia en forma de broma a Lisa, a lo cual ella respondió girando los ojos. —Es hora de su reunión con nuestra madre.

***

Los tres descendientes estaban ante la entrada del palacio. El corazón de Lisa se agitaba con rapidez, esta iba a ser la primera vez que se enfrentaba a la reina después de revelar que era descendiente del dragón de diamante y no sabía que esperar.

Continuará...
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