Y con ustedes, el penúltimo capítulo de La Princesita de Papá. Que lo disfruten ;)
La dejo pasar y le indico que tome asiento en una de las sillas del comedor, sólo quiero que se dé prisa y se vaya lo más pronto posible.
Se sentó y acomodo su cabello con sus dedos. No decía nada, estaba en silencio.
-Habla ya Brenda.- Le digo.
-Parece que tienes prisa, Liam- Se sonríe maliciosamente.
-Me dijiste que es sobre Abby, necesito saber que es.
-Bien, sucede que yo, me casé de nuevo hace siete meses...- No es algo que me sorprenda, en estos últimos años ha tenido varios matrimonios. -Y me gustaría llevarme a Abby para que lo conozco.- Brenda, ¿acaba de decir qué? Ella pretende llevarse a mi hija, esa mujer está loca si piensa que la voy a dejar así nada más, no tiene idea de lo que está hablando, viene aquí después de tanto y hace ese tipo de comentarios sin ningún temor ni nada.
- ¿Qué es lo que estás diciendo, Brenda?
-Lo que oíste, quiero que Abigail conozco ese otro lado de su vida- Hay malicia en su mirada, no me inspira confianza. -Aunque si tú prefieres, podemos irnos tú y yo muy lejos de aquí ahora, tengo mucho dinero para vivir bien los dos.
-Nuevamente pensando sólo en ti antes que en los demás, yo elegí quedarme con mi hija.
-Fuiste muy tonto, cuando yo te dejé, simplemente tenías que ir a dejar a esa niña en algún albergue u orfanato y fin del asunto, pero no, decidiste jugar al papi responsable y terminaste aquí, con goma sobre los pantalones.- Me está empezando a enojar está conversación con ella.
-Alguien tenía que hacerse responsable y si eso es lo que venías a decir, será mejor que te vayas.- Empiezo a caminar hacía la puerta y Brenda sigue sentada sin moverse.
Cuando estoy a punto de abrir, la puerta se abre y es Julia con los niños que llegaron a casa.
- ¡Paaaapiiiii! - Se abalanzan los niños hacía mí y me muestran las calcomanías por buena conducta que les dio el dentista. Les abrazo y les felicito, entran adentro corriendo y van a buscar a Abby sin percatarse de la presencia en el comedor. Julia me saluda y me besa mientras yo le tomo el bolso y entramos.
-Cariño, tenemos visitas- Le digo en susurro en su oído.
-¿Quién es?
-Brenda. ¿Brenda? ¿Esa Brenda?- Su mirada expresa preocupación.
- Buenas tardes, soy Brenda Harris, y ¿usted debe ser?- Brenda se levanta y se acerca a nosotros.
-Julia, mi nombre es Julia.
-¿Debes ser su?- Brenda mira atenta a Julia en espera de respuesta. -¿Novia?
-Su esposa, de hecho.- Puedo sentir la tensión en el aire.
-¿Su esposa?- El ceño de Brenda se frunce y su mirada se torna a desprecio, no me gusta en el modo en el que ve a July.
-Sí, mi esposa, nos casamos hace cuatro años.- Paso mi brazo sobre los hombros de Julia y la acerco más a mí, quiero que entienda lo que es Julia para mí. Julia entiende mi intención y coloco su brazo a través de mi cintura. Este gesto enoja más a Brenda.
-¡Claro, la enfermerilla!- Dice Brenda con desprecio. -Eres la que juega a ser la madre de Abigail, pero querida, la madre soy yo y ya estoy aquí.
-¿Tú? ¿Tú crees tener el derecho de llamarte madre de Abby?- Hay tono de enojo en la voz de Julia, le pongo mi mano en el hombro.
-Brenda ya se iba mi amor, no te preocupes.- Le digo para tratar de bajar los aires a guerra en el pasillo.
-¡Sí, me voy, pero me llevó a esa niña conmigo!- Se altera Brenda y su expresión no me gusta.
-¡Brenda, ya basta!- Debo evitar que esta situación se salga de control o puede llegar a oídos de los niños y lo que menos quiero es que se involucren.
-¡Ni creas que vas a hacer eso, Abby es más hija mía que tuya!- Le responde Julia.
-¡Ya desearás, enfermerilla de cuarta! ¡No voy a dejar que le enseñes a como acostarse con los pacientes, no la convertirás en una zorra!- El odio en esas palabras se puede ver a través de los ojos de Brenda y una ira invadió mi cuerpo, no puedo permitir que le hablen así a Julia y mucho menos en nuestra propia casa, pero antes de que yo pudiera decir algo, la mano de Julia terminó plantada en la mejilla de Brenda con tal fuerza que la hizo perder un poco el equilibrio.
-¡Esta es mi casa y aquí me respetas! ¡No te atrevas a volver a decir cosa semejante porque no seré amable contigo una próxima vez! ¡La zorra aquí, no soy yo "querida"!- Vaya, no me esperaba esa reacción de parte de July, siempre es tan tranquila y centrada.
-¡ERES UN ESTÚPIDA! ¡NO ME VUELVAS A TOCAR IDIOTA!- Brenda mantiene su mano sobre su mejilla y puedo anticipar el golpe que quiere devolver, pero la detenga y ella me ve con asombro.
-No la toques Brenda, será mejor que te vayas y nos dejes ya en paz.- Se zafa de mi agarre con enojo y se vuelve a cubrir su enrojecida mejilla con su mano.
-¡Esto no se va aquedar así, yo voy a pelear por esa niña y ustedes la pagarán caro!- Escupe todo su desprecio y rencor con cada palabra que sale de su boca. Sale echando chispas por la puerta y se va. Finalmente se fue, pero no puedo evitar preocuparme por lo que dijo, quiere tratar de llevarse a Abby.
-No te preocupes cariño, no dejaremos que intente nada.- Me anima July al ver mi cara de angustia, parece haber leído mi mente, amo a esta mujer. Lanza un suspiro y estira sus manos en alto, luego dirige su mirada a mi pantalón. -¿Cielo, qué le ocurrió a tu pantalón?- Había olvidado que aún no he limpiado la goma que me cayó encima.
-Un proyecto de navidad, cariño.- Ella ríe y yo me voy a cambiar de pantalón.
El resto de la tarde nos la pasamos tranquilos, afortunadamente los niños no escucharon nada de lo que ocurrió, de alguna forma se las arreglaron para poner una película. Al menos por esa parte estoy tranquilo, pero a veces dudo si es buena idea mantener la verdad oculta de Abby, sé que algún deberá enterarse, pero creo que voy a atrasar el momento lo más que pueda, no quiero que se decepcioné por tener una madre como Brenda.
-¿Cariño, sabías que el nuevo esposo de Brenda es un heredero multimillonario español?- Me pregunta July cuando ya estamos en nuestro cuarto y con los niños ya durmiendo en sus habitaciones.
-No, no lo sabía.
-Al parecer, Tadeo Ortiz Rivera, es un empresario muy famoso y adinerado. Es hijo único y con una familia muy importante que han acumulado una gigantesca fortuna durante muchísimos años. El joven al ser el único Ortiz Rivera del linaje, es el heredero directo, pero necesita tener esposa y un hijo para poder hacerse acreedor de dicha fortuna.
-¡Vaya! ¿Cómo es que sabes tanto?
-Internet te dice muchas cosas.- Me muestra la pantalla de su celular. -¿Será por esa razón que quiere llevarse a Abby?
-No lo había pensado. De seguro hay alguna razón por la que de un momento a otro quiera llevarse a Abby así nada más.- Me acomodo en la cama y Julia se acomoda sobre mi pecho.
-Todo va a estar bien Liam, juntos la protegeremos, a ella y los niños. No hay que hacerle caso, de seguro es otro intento de fastidiarte la vida.
-Tienes razón cariño, pero bueno, ya es mejor dormir, porque mañana tenemos mucho que hacer.- La besó en la frente y otro beso en los labios para dormir. Nos acomodamos y dormimos bien esa noche, pero aunque quisiera, no podía apartar esa idea de mi cabeza, finalmente caí profundamente dormido después de estar pensando toda la noche.
-¡Paaaapiiiii! ¡El Kínder, apúrate papi!- Abby entra a al cuarto y empieza a dar saltos sobre la cama, segundos después se le unen los Louis y Leo. Parece una débil cama de agua en la que estoy durmiendo. Las sacudidas me hacen terminar de despertarme por completo.
-¡Ya voy, ya voy! Ya estoy despierto.
Cuando ya todos estamos listos y preparados, dejo a Louis y a Leo en la guardería y dejo a Abby en el Kínder, pero por alguna razón, tengo la sensación de que alguien nos venía siguiendo. De seguro es idea mía.
Dejo a mi hija en su Kínder y me voy a mi trabajo, la sensación de que alguien nos seguía desaparece.
* * * * * * *
Durante la semana, no puedo evitar sentir esta misma sensación, muchas veces miro a través de mi retrovisor y en algunas ocasiones logro divisar un auto azul oscuro tras de nosotros. Esto ya no me está gustando para nada, esa sensación aparece cuando salgo de casa y desaparece cuando dejo a Abby, pero cuando voy por ella, allí está ese auto de nuevo. Me tiene muy preocupado esta situación, no he querido decirle nada a Julia para no ponerla preocupada, esta semana tiene exámenes en la universidad y ya tiene suficiente estrés con eso.
-Papi, ¿puedes dejarme el celular que me regaló mi abuelo?- Abby me mira y pestañea muchas veces mientras pone cara de perrito.
-Sabes que no lo puedes traer al Kínder- Mi suegro le obsequió un pequeño celular a Abby para llamarla, pero no sólo a ella, los gemelos también tienen uno, pero no dejamos que los usen tanto.
-¡Porfa papi! Jennifer lo trajo ayer y tiene un juego muy bonito, yo quiero enseñarle el del gatito, porfa papi ¿Sííííííííí?- Junta sus manitas y pone miradita tierna.
-De acuerdo, sólo está vez y úsalo solamente en recreo, ¿Entendido?
-Sí papi.- Sonríe ampliamente y le entrego el pequeño aparato. El timbre de entrada sonó y Abby entró acompañada de unas compañeras y de Cory, ella se lleva muy bien con el hijo de Roxy, me da mucho gusto. Me voy al trabajo para regresar a las diez de la mañana y llevarla con mamá y de vuelta al trabajo.
* * * *
Las horas se pasan rápido y ya tengo que ir por Abby, llegué un poco tarde por el tráfico. Salgo del auto y me dirijo a la institución, busco con la vista entre los niños que aun aguardan y no veo a mi hija, de seguro sigue dentro del aula. Le pregunto al conserje por Abby, pero ella no tiene información, recién está llegando a su turno, pero amablemente me dijo que esperara y fue en busca del guarda.
-Dígame señor, ¿en qué puedo ayudarle?
-Verá señor, yo estoy buscando a mi hija, Abigail Johnson.
-¿Ya se aseguró de que no estuviera entre los pequeños de allá?- Me indica el grupo de los niños que ya vi antes.
-Sí, ya yo revise y mi hija no está ahí.- Una mala sensación comenzó a apoderarse de mí.
-Deme un momentito y ya vuelvo.- El hombre robusto se va y luego vuelve con la directora del lugar. Una mujer muy alta y delgada ya entrada en edad y de cabello rojizo oscuro.
-Señor Johnson, no sabía que vendría, creímos que seguiría en su junta.
-¿Cómo? ¿Cuál junta, de qué me está hablando? ¿Dónde está mi hija?
-Su secretaria nos llamó informando que hoy no podría venir por la niña por una junta de trabajo y que enviaría a una prima de Abby por ella.- No entiendo, las palabras de la directora me llenan de miedo, estoy empezando a desesperarme, no es verdad nada de lo que dicen, me están mintiendo de seguro.
-¿De qué hablan? Yo no tenía ninguna junta, yo no tengo secretaria, no envié a ninguna prima por mi hija. No entiendo, debe ser un error, ¿En dónde está mi hija? Debe ser una equivocación, sé que llegué tarde, pero soy yo o mi esposa los que venimos por Abby.- Miedo, miedo es todo lo que siento ahora, impotencia de no saber qué es lo qué pasa.
-No señor, aquí vino la señora que se llevó a Abby, la prima suya.- No puede ser lo que estoy pensando.
-¿Mujer? ¿Cuál mujer?
-No le preguntamos el nombre, pero dijo que era prima suya y Abby parecía conocerla.
-¿Cómo era? ¿CÓMO ERA ELLA?- Estoy empezando a perder el control.
-Era una joven alta, blanca, mmm, cabello rubio y rizado, hasta la altura de los hombros, ojos verdes. Usaba un vestido azul y zapatos negros, muy elegante.
-No, no, no, no, no, no...- Sin duda es Brenda.
-¿Ocurre algo, señor Johnson?
-¿CÓMO HICIERON SEMEJANTE ESTUPIDEZ? PONER A MI HIJA EN MANOS DE ELLA, YO NO PAGO MENSUALIDAD PARA QUE DESCUIDEN ASÍ A MI HIJA.- Ya no pienso, ya no razono, estoy fuera de control, ella tiene a mi hija, ahora todo tiene sentido, por sentía que alguien nos seguía, ¡Maldita sea!
-Señor Johnson, cálmese por favor.- Me pide la directora.
-¿¡CÓMO RAYOS QUIERE QUÉ ME CALME, SI MI HIJA ESTÁ EN MANOS DE ELLA, POR SU IRRESPONSABILIDAD?!
-Lo lamentamos señor Johnson, yo no sabía, yo...- La directora está a punto de ponerse a llorar y eso no es lo que quiero ahora.
-Debieron llamarme, debieron llamarme.- Mi hija, mi pequeña está en manos de Brenda, la mujer que intento deshacerse de ella desde el principio y ahora se la llevó con ella. Debo encontrarla, debo hacerlo, no puedo dejar pasar más minutos aquí.