No había palabra para poder describir la sensación que los hermanos estaban sintiendo en ese momento, una conexión única y especial donde la cual nunca imaginaron llegar a vivir. Obi-Wan lentamente se separo de Dallani para posteriormente limpiarle las lágrimas que caían sobre las vivas mejillas de ella, regalándole una sonrisa tan pura y dulce.
-¿Por qué nunca me dijiste eso cuando nos conocimos? ¡Te he necesitado más que nunca! – replicó disgustada.
-Dallani, si no te dije nada no fue porque yo quisiera, al momento de saber de ti de tu existencia, sentía que me moría por decirte todo, pero al hacer eso exponía tu vida y cuando supe de tu existencia ya estabas secuestrada por Dooku ¿Te imaginas si se hubiera enterado que somos hermanos? Tenía que aparentar lo de siempre, mi postura como jedi ya que si el consejo conocía la relación que tenemos, me hubieran exigido alejarme de ti –suspiró- ¡Y no ahora que te encontré!
-Es cruel lo que exige el consejo de alejarlos de los que quieren...
-Son códigos, los sentimientos pueden interferir con la razón, y sé que estoy contradiciendo lo que digo pero no puedo ponerte en peligro ahora que sabemos la verdad...lo sé, estoy rompiendo el código jedi...por primera vez en mi vida...-meditó unos segundos- debemos ocultar esto.
-¿Estas insinuando que no digamos nada? –preguntó extrañada.
-Es lo mejor por ahora, en lo que pasa la guerra –respiro hondo- la caída de Dooku no nos asegura nada de paz, y ahora más que nunca debemos estar atentos...
No tardó Anakin al llegar con ellos, los celos lo estaban carcomiendo y por otro lado sentía como el corazón se le partía en dos ¡Era su mentor y su ángel! Si algo que tenía característico Anakin era su carácter impulsivo sin pensar en las consecuencias de sus actos dejándose guiar por sus sentimientos, llegó hasta ellos retándolos con la mirada provocando que Obi-Wan se levantara de la banca de piedra, mientras que Skywalker que aun lo veía con desconfianza exhaló una bocanada de aire para escuchar la "explicación" del porque estaban juntos.
-¿Qué hacen juntos por acá?...Parecen que se esconden de algo o alguien...- hablo celoso Anakin.
-Ocurrencias tuyas mi joven ex padawan, solo platicábamos a gusto disfrutando del sereno de la mañana, pero bueno –comentó para luego dirigirse a Dallani- nos vemos luego señorita Baraan, fue un gusto haber platicado con usted...nos vemos más tarde Anakin.
Tras macharse Obi-Wan del jardín dejando solos a los recién esposos, Dallani sintió algo extraño en Anakin, por lo regular él siempre que la veía la recibía con una gran sonrisa, pero esta vez esa mirada era profunda y de cierto modo...aterradora, tal y como ese sueño con los ojos brillando en un amarillo intenso.
Lentamente Dallani se incorporó de la banca para ir a abrazar a su joven marido, sin embargo Anakin aun con recelo no le correspondió el abrazo dejándola desconcertada.
-¿Que ocurre Ani? ¿Todo bien?-
-¿De qué hablaban tu y Obi-Wan?- preguntó molesto.
-Bueno, hablábamos de la guerra, de lo que todos ya queremos que acabe...
Sin embargo ante esa respuesta, Anakin guardó un gran silencio provocando un incomodo momento entre ellos, Dallani ante dicha acción inmediatamente se separó de él para mirarlo directamente a los ojos, el joven Skywalker seguía evadiendo cruzar su mirada con la de su esposa mientras que sus pensamientos solo tenían la imagen de Kenobi y Baraan abrazados, Dallani al ver esa acción frunció su seño y nariz de esa forma tan peculiar como lo hacía, pues fueron esos gestos que hicieron volver la mirada de su esposo a ella logrando sacar en él un gran suspiro fijando cada vez más esa mirada celosa.
-¿Estas... celoso?- preguntó Dallani confundida.
-¡No! –Suspiró- es solo que tú y Obi-Wan los vi desde lejos... y luego tú llorando en sus brazos... ¿Qué ocurre entre ustedes dos? –preguntó fastidiado.
-¡Anakin! – Resaltó exasperada- ¡Por la fuerza! ¿Crees que sería capaz de faltarte? ¿Y luego con tu mentor?...
-No...¡No!...jamás quise ofenderte es solo...que me aterra todo, me aterra perderte, que quieran quitarte de mi lado y...me muero sin ti mi ángel.
-Anakin...debes confiar en mí...no solo porque se me acerque cualquier hombre signifique que me alejaré de ti...no soy esa clase de mujer y lo sabes...
Skywalker se quedó impactado ante la sobre exaltación de su esposa, analizando cada palabra que esta le menciono y es que él sabía que su mujer decía la verdad pues jamás dudaría de la fidelidad de ella, pero el simple hecho de verla sufrir en manos de otro hombre era... ¡Desagradable!
Poco a poco empezó a controlar su respiración agitada de su pecho, volviéndole a regalar esa mirada celeste serena que enamoraba a Dallani, después de razonar su acto imprudente la volvió a tomar entre sus fuertes brazos para aproximarla a él, sin embargo esta vez fue ella quien se resistió al contacto de él.
-Yo...yo lo siento mi ángel...quiero proteger lo nuestro y cualquier persona se me hace una amenaza...- comentó con un tono apenado.
-Mira Anakin –suspiró- no llevamos ni una semana de casados y pasa esto...solo piensa bien las cosas antes de decirlas...
Dallani ignorando la presencia de Anakin dio media vuelta siguiendo su camino para salirse lo más rápido del templo, pero Skywalker en un ágil movimiento la sostuvo del brazo para impedir su salida, sin embargo Dallani trataba de evitar verlo a la cara provocando que él la tomara por el rostro queriendo que lo viera directamente a sus ojos, donde estos ahora imploraban perdón.
-Perdóname... ¡Perdóname si te ofendí con mis miedos absurdos!
-Solo...solo quiero que confíes en mí...
Nuevamente ella se zafó del agarre de su esposo para emprender su marcha, iba confundida en todos los sentidos, no quería que la viera llorar, tantas impresiones en un solo día eran mortificantes, pero lo que más le dolía eran los celos de su esposo, esa mirada con furia que le lanzó al principio la aterrorizo y era tan parecida a la de su sueño, o más bien pesadilla. Y Anakin, confundido por esos sentimientos desconocidos en él, solo la vio partir del lugar contemplándola tristemente.
[...]
La suite del Canciller mejor conocida como la oficina ejecutiva, era uno de los lugares más importantes de Coruscant debido a las reuniones políticas que se llevaban a cabo en dicho lugar y también debido a la ubicación del recinto lujoso del canciller, aunque cabe destacar que su aspecto era un ligero tétrico lugar muy a los "estilos gustosos" de Palpatine.
Era medio día cuando Skywalker había llegado al recinto, durante el trayecto del elevador para llegar a la oficina privada de Palpatine iba muy pensativo, no había pasado una buena semana pues desde lo sucedido aquella mañana en los jardines del templo, desde ese día no había vuelto a ver a Dallani y es que una semana sin ella valían como ¡Mil años luz! No había segundo que dejara de pensar en ella y cada noche añoraba tenerla a su lado queriendo disfrutar cada centímetro de su aterciopelada piel y hacerla nuevamente suya como aquella noche en Naboo, pero las cosas en el templo no estaban como para dejarlo estar un solo minuto con su esposa y lo peor aún es que ni ella se sentía bien para verlo después de esa breve discusión, Anakin estaba muy consciente de que la había ofendido con su desconfianza y sus celos absurdos.
-Gracias por haber venido Anakin, espero no quitarte minutos de tu valioso tiempo...- habló Palpatine desde su silla indicando que Anakin tomara asiento.
-No es ninguna molestia Canciller, usted sabe que para mí es más que un amigo.
-Lo sé hijo, lo sé...me hace falta tener un poco de tranquilidad –suspiró- ya sabes la política demanda mucho tiempo de tu vida- dijo entre risas.
-Lo entiendo Canciller, todo es un caos desde la caída de Dooku, si tan solo encontráramos a Grievous... ¡Por fin acabaría esta guerra!- entonó algo molesto.
-Créeme que yo daría lo que fuera por que acabara esta guerra –meditó Palpatine por unos segundos- no me importaría de quien recibir la ayuda...incluso aunque se tratase de un sith.
Anakin, quien estaba un poco ausente en la conversación, tras escuchar esas palabras pronunciadas del canciller elevó su mirada algo sorprendido por lo que escucho, tan solo oír la palabra sith era ya para los jedi una blasfemia, sin embargo esta vez Skywalker a comparación de otras veces no hizo nada, solo se quedó mirando atentamente a Palpatine escuchándolo esta vez con mucha curiosidad lo que este fuese a decir.
-Mira Anakin, si ese Lord Sith entrara por esa puerta y yo pudiera arreglármelas para que no lo mataras en este preciso momento ¿Sabes cómo actuaría yo? -dijo seguido de elevar su voz – Le pediría que se sentara y le preguntaría si tiene algún poder para acabar con esta guerra...
Skywalker quedó perplejo ante la respuesta del Canciller, nunca imagino escuchar algo así de su parte, muchas inseguridades atravesaron la mente del joven jedi, muchos miedos y entre ellos era el bienestar de su esposa..."tal vez la solución estaba en otro lugar...no con los jedi....¡Pero imposible! ¡Eso sería traición!" Nuevamente estaba Anakin regañándose a él mismo por pensar de la manera más absurda como pedirle ayuda a un sith, preferiría estar antes muerto que ser una bestia cruel y despiadado como ellos, porque él jamás sería un sith ni en el más remoto de sus sueños.
-Disculpe Canciller, pero difiero con su ideología -habló Anakin a cabo de unos segundos- Podríamos recibir ayuda de muchas partes, pero tenga por seguro que jamás de un sith...son seres tan egoístas y ventajosos, ellos serían los primeros en acabar con la república...
-Bueno... es desde un punto de vista de un jedi...pero por mi parte como republicano haría todo lo que esté en mis manos por salvar a mi pueblo –meditó unos segundos- se que los jedi tienen una ideología...obstinada...pero hay veces que la ayuda puede venir de lados donde incluso ni uno imaginaba encontrar, y puede que sea más...efectiva.
Otra vez la duda invadía al joven Skywalker, las palabras del canciller cada vez se volvían más extrañas, pues desde la llegada de Anakin a Coruscant jamás lo había oído expresarse de esa manera, y cabe resaltar que sabían mucho de uno como del otro por esa amistad que entablaron por años. Por un momento Anakin sintió que Palpatine estaba siendo irracional ante su hipótesis sugerida pero había algo extraño en el canciller, algo que Anakin por primera vez en sus años de amistad...sentía que algo ocultaba Palpatine y a la vez...Skywalker se sentía atraído por saber ese secreto.
[...]
Ha pasado un mes donde ahora Obi-Wan junto con Anakin y sus tropas de soldados clon se encontraban en una misión instalados en el planeta Mygeeto, un planeta helado cristalino localizado en los Territorios del Borde Exterior que era el mundo natal de la especie lurmen, su clima era muy parecido al del planeta Hoth.
Desde aquella última vez con su conversación con el canciller, Anakin no había tenido oportunidad de ir a buscar a Dallani ya que desde ese mismo día emprendió vuelo hacia Mygeeto, donde la cual ya llevaban aproximadamente un mes buscando las bases de los separatistas refugiados.
No obstante Anakin no era el único que no disponía del tiempo suficiente, al igual que él, Dallani se encontraba sin disponibilidad debido al nuevo problema ocurrido en el senado: La petición de los 2000. Como muchos ya sabían, las guerras clónicas están por pronto terminar debido a la caída de Dooku, donde dicho documento era una petición la cual declaraba que, como el fin de la guerra estaba próximo, Palpatine debía renunciar a los poderes de emergencia que había obtenido desde el fin de la crisis Separatista. Padmé era una de las principales senadoras involucradas en la aprobación de dicha petición pero aún faltaban más senadores que apoyaran la idea, por lo que tanto ella como Dallani esas dos semanas viajaban cada una por su cuenta a diferentes sistemas donde se llevaban reuniones diplomáticas para ir reforzando cada vez más la petición.
Ese mismo día Dallani que iba como representante de Padmé, se encontraba a bordo en la nave real de Naboo junto con su copiloto C-3PO, esta vez iban dirigidos hacia los planetas del borde medio como la última negociación política que tendría que llevar a cabo, mientras que Amidala se encontraba en Alderaan.
Dallani iba sumergida en sus pensamientos durante todo el trayecto, no dejaba de pensar en Anakin, sentía que tal vez había sido dura con él y lo peor de todo es que desde que se casaron no habían podido pasar ni un solo día juntos como marido y mujer. Lo extrañaba demasiado y ¡Cómo dolía! Anhelaba sentir esos fuertes brazos rodeándola sobre su estrecho cuerpo, poder recargar su cabeza en el pecho de su marido y escuchar sus latidos de su corazón que al acercarse a él podía oír cómo se iban acelerando, lo extrañaba todo a él y un mes sin verlo era un verdadero castigo, más que eso ¡Un delito!.
Sin embargo los pensamientos de Dallani fueron distraídos debido a que los radares de la nave empezaban a indicar la aproximación de materiales impactarse contra ellos, sin notarlo se habían adentrado a una lluvia de meteoros, los nervios no tardaron en invadir al droide de protocolo C-3PO, mientras que Dallani trataba de controlar la situación, pero para esto al darse cuenta ya se había adentrado suficientemente a la lluvia y tomando lo controles de la nave trataba de esquivar cada cuerpo celeste que se le cruzara en el camino.
Al principio estaba manejando muy bien la situación, pero al poco tiempo de recibir un impacto de un meteoro, daño los propulsores de la nave, tenía que aterrizar en algún lugar próximo o de lo contrario chocarían contra otro cuerpo celeste y explotaría la nave. Tras fijar las coordenadas, notaron que la lluvia los sacó al borde exterior y el único planeta más cercano era Mygeeto.
Las temperaturas de ese lugar eran demasiadas bajas y congelantes, afortunadamente Dallani cargaba con un equipo básico completo, entre las cosas encontró ropa térmica para poder soportar las bajas temperaturas y al poder comprobar que la atmosfera era aceptable decidió salir a explorar el lugar en busca de ayuda, debía salir de ese desconocido e insoportable lugar y lo peor de todo, desolado.
-Ama Dallani, yo opino que volvamos a la nave, uno nunca sabe que extrañas criaturas se puede encontrar en lugares como este.- decía C-3PO temeroso siguiéndola un paso atrás.
-No 3PO, si queremos salir de este lugar debemos encontrar ayuda por nuestra cuenta...camina más rápido o el frío nos terminará matando...-
-Es un lugar que ni conocemos ama Dallani, sí el amo Ani me viera seguro me regañaría por haberla dejado a salir a explorar esta bola de nieve...-
El insoportable frío se volvía más intenso y el aire lleno de neblina congelante solo impedía dejar ver alguna señal de vida, lo único que se podía contemplar era nieve y más nieve, lo peor de todo era que ya habían perdido el camino de regreso a la nave. C-3PO solo iba temeroso por cualquier cosa que se le atravesara mientras que Dallani no estaba tan preocupada por eso ya que desde que llegó a Mygeeto una alteración se hizo presente en ella, pues empezó a sentirse mal, un poco mareada y con una leve sensación incomoda en el estómago, sin embargo decidió tratar de ignorar ese ligero malestar y seguir su camino ya que su prioridad era poder salir de ahí.
No obstante la noche los alcanzó debido al paso lento que iban, las noches Mygeeto eran de temperaturas demasiadas bajas para soportarlas por lo que si seguían su camino, lo más seguro es que morirían al poco tiempo, por lo que no muy lejos de ellos divisaron una pequeña cueva cubierta de nieve para poder pasar la noche. La pequeña cueva era un poco más acogedora pero aún se sentía el insoportable frío, lo peor de todo es que estaba demasiada oscura donde la cual solo se podía ver entre las penumbras la armadura dorada de C-3PO.
Nuevamente ese mareo volvía a Dallani, sentía como la respiración se le entre cortaba y el malestar de su estomago se hacía cada vez más constante, era curioso porque desde aquella vez que fue envenenada por Dooku no había vuelto a sentirse de esa manera, solo que esta vez era distinto, lo único que sentía era ¿Nauseas? ¿Mareos?
-¡Ama Baraan! ¿Se encuentra bien?- preguntó C-3PO al verla tambalear.
-Si...si no pasa nada 3PO, solo fue un mareo...
No obstante, entre las sombras de la cueva, se escuchó un aullido muy peculiar retumbando en ecos por todo el lugar, C-3PO y Dallani sobresaltados ante tal ruido empezaron a avanzar más al interior de la cueva para ver de quien provenía dicho sonido, pero para su mala suerte cada vez que se adentraban en la cueva ni la armadura de C-3PO ayudaba como iluminación, solo se guiaban por su sentido del oído.
-¡Por favor pare! esto no es nada seguro.
-Tenemos que ver si el lugar es seguro 3PO al menos que...
-¡Oh Por la fuerza! ¡Corra ama Dallani! ¡Corra! – gritaba aterrado.
Ya no hubo tiempo de hacer nada, por más que corrieran rápido era inútil, el único que alcanzó a escapar de aquella aterradora imagen fue C-3PO y al darse cuenta de que ya no iba a su lado Dallani, lo único que alcanzó a escuchar desde el fondo de la oscura cueva fue un "¡Noo!" junto con un grito aterrador de ella, seguido de un silencio profundo.
[...]
-Considero que nuestra instancia en este congelador ya estuvo muy prolongada Obi-Wan, está de más seguir buscando cosas donde lo las hay.
-Pronto regresaremos Anakin, solo estoy esperando una confirmación del consejo, igual creo que estar aquí solo está de sobra –meditó unos segundos- aunque podríamos tomarlo como unas buenas vacaciones- comentó entre risas.
-Créame maestro, elegiría cualquier otro lugar menos este, detesto los lugares con temperaturas tan extremadamente opuestas....
Mientras los jedi bromeaban entre ellos, hubo un momento donde la cual Anakin sintió una pulsada en su pecho, como si le hubieran cortado de golpe la respiración provocando que se tambaleara al sentir esa inestabilidad, lo más sorprendente es que Obi-Wan sintió exactamente lo mismo. Ambos jedi se quedaron viendo por la reacción que tuvieron, asombrados por ver la similitud que ocurría entre ellos, un silencio inexplicable se provocó en ambos, y Anakin aún con su mano en el pecho se dejó desplomar sobre una silla logrando recuperar la respiración, mientras que Obi-Wan trataba de descifrar lo sucedido.
-Lo... ¿Lo sentiste?- preguntó dudoso Kenobi.
-Si...-respondió confuso- Sentí un disturbio en la fuerza, como...como si un grito aterrador hubiera entrado en mí...y en un instante fuese callado seguido de un gran silencio.
-Y me temo que algo terrible ocurrió, Anakin...