Narra Liam:
El lugar al que tenia planeado llevarla estaba a las afueras de la ciudad, el carril que tomaba estaba a la derecha de la costa y así seguí hasta llegar a las playas donde no había tanto trafico. La costa era rocosa y con algas azul-verdes. Me encanta esta parte de la playa, ya que no muchos conocen el área , así que no hay turistas o personas haciendo ruido. Es un lugar pacifico al que me gusta venir cuando quiero pensar o estar solo. Ni si quiera mis amigos mas cercanos lo conocen.
El aire estaba fresco ya que estábamos a finales de octubre, le ofrecí mi chaqueta a Ximena al ver que no dejaba de temblar. Caminábamos por encima de el alcance de las olas, tratando de mantener el equilibrio y no caer en al área rocosa, en varias ocasiones tuve que atrapar a Ximena de que no se resbalara, por otro lado yo ya estaba acostumbrado a este tipo de terreno y al parecer ella lo noto.
-jamás había venido a esta parte de la playa- comento
-lo encontré hace años. Me perdí al buscar una fiesta en una casa de playa y termine varado en este lugar, al parecer nadie lo conocía….es un lugar muy especial para mi- añadí, ella me miro fijamente por unos segundos, las esquinas de sus labios temblaron para después esbozarme una tímida sonrisa.
-gracias por traerme- susurro, le sonreí y note que se ruborizo antes de apartar rápidamente su mirada.
Después de unos minutos llegamos a una parte donde había un gran espacio arenoso y seco con una vista asombrosa de las olas estrellándose con las rocas. El sol estaba a unas pocas horas de ocultarse, el cielo era de color celeste y las nubes tomaron un color rojizo por la posición de los rayos de el sol.
Coloque una gran manta y enzima puse los sándwiches que había comprado en Subway junto con sus refrescos y un paquete de galletas oreo. Nos sentamos y fue entonces cuando Ximena miro detenidamente la maravillosa vista que teníamos.
-Es…es hermoso- dijo asombrada. El sol rebotaba en la superficie lisa de el agua, por lo cual teníamos que entrecerrar los ojos.
-lo se- fue lo único que pude decir. La vista era hermosa, pero de alguna forma me parecía mas entretenido verla a ella en ese suéter azul con estrellas blancas, que al parecer le queda grande, se veía tierna y me daban unas extrañas ganas de abrasar su pequeña figura.
La eh visto enfadada, tímida, alegre y en todas esas fases me pareció hermosa. Eso si….tiene un gran carácter y hasta tengo miedo de volverla hacer enojar, pero aun así la encuentro espectacular y se que es un poco precipitado, ya que la conozco desde ayer.
Narra Ximena:
No deja de mirarme, cosa que me pone mas nerviosa y como había mencionado antes, jamás había estado nerviosa en una cita. El hecho de saber que me trajo a un lugar especial para el hizo que mi estomago revoloteara, así que trate de cambiar negar el sentimiento y me dije a mi misma que solo era el hambre.
Tome uno de los sándwiches y le comencé a quitar su envoltura el hizo lo mismo, después de dar una mordida comencé a pensar en como iniciar la conversación.
-bueno...hasta ahora se que eres un caballero, te gustan los lugares tranquilos como este, el cual debo de decir que es hermoso y también que quisiste salir conmigo por alguna razón, la cual yo aun desconozco…así que dime- siempre eh sido directa, ir sin rodeos. Cosa que mis amigas siempre me han reprochado, ya que a veces hablo sin pensar en que puedo lastimar a alguien, es algo que en muchas ocasiones odio hacer, pero lo hago sin darme cuenta. Simplemente sucede.
Me miro fijamente por unos segundos y después se rio de una manera en la que pensé que se burlaba de mi, fruncí ligeramente el ceño.
-¿Qué?- se comenzó a acercar, quedando justo frente mi cara, inclinándose tan bajo que hasta llegue a escuchar su respiración y a percibir el aroma de su colonia.
Puso su mano en mi mejilla, su tacto hizo que mi corazón diera una voltereta y que mi respiración se agitara. Sus ojos se fijaron en mis labios, después me rozo el labio superior con su pulgar, con suavidad. Se me hizo un nudo en el estomago ¿Qué diablos fue eso? Nuestras miradas se encontraron. La sangre llego a mis mejillas, se hecho hacia atrás al notar mi reacción.
-tenias mayonesa en el labio-
-oh- lamí mis labios y efectivamente estos tenían un sabor a mayonesa.
-¿Qué quieres que te diga?-
-eh?- sonrió al ver mi expresión de confusión.
-querías que te dijera la razón por la que te invite a salir, no?- después de procesar un poco lo que dijo, salí del trance al que había entrado en el momento en que el se acerco y toco mi labio y por fin recordé lo que le había dicho momentos antes. Asentí con la cabeza, el sonrió de lado y después dirigió su mirada al mar.
-Es que realmente quiero conocerte- luche contra una gran y tonta sonrisa.
-entonces podemos empezar a conocernos, no?- Liam soltó una profunda risa, la cual logro hacerme estremecer.
Esto es demasiado, jamás había actuado así en una cita, jamás había sentido esto y lo peor es que apenas y lo conocía.
-me gusta a donde nos dirige esto- dijo y para ser sincera a mi también me gustaba.