Un Amor Imposible. Zuko & Kat...

By LynZWay6

213K 10.8K 6.4K

Zuko se ha unido al grupo del avatar, al principio Katara lo odia, pero al fin lo ha perdonado. ¿Podrá triunf... More

Capitulo 1. Encuentros y Reencuentros
Capitulo 2. Recuerdos
Capitulo 3. El Rescate
Capitulo 4. El Antidoto (primera parte)
Capitulo 5. El Antídoto (segunda parte)
Capitulo 6. Confrontación
Capitulo 7. La Explosión
Capitulo 8. El vuelo del Fénix
Capitulo 9. Los XV años de Katara
Capitulo 10. El festival
Capitulo 11. El túnel del amor.
Capitulo 12. El día de campo.
Capitulo 13. Uniones y Rupturas
Capitulo 14. El Duelo
Capitulo 15. Confesiones
Capitulo 16. El pasado de Zuko
Capitulo 17. La Adivina
Capitulo 18. La Traición
Capitulo 19. El triunfo de Azula
Capitulo 20. La Roca Hirviente
Capitulo 21. Zuko al Rescate
Capitulo 22. Escape de Prisión
Capitulo 23. La Venganza de Azula
Capitulo 24. El Congelador
Capitulo 25. La Caída de la Roca Hirviente
Capitulo 26. Perseguidos
Capítulo 27.Sangre Control
Capítulo 28.Planes de Guerra
Capítulo 29. El Huevo Dorado
Capitulo 30. El bebé dragon
Capitulo 32. Presentimiento
Capitulo 33. La Promesa
Capítulo 34. Ataque nocturno
Capitulo 35. Duelo de espadas (1ra Parte)
Capítulo 36. Duelo de Espadas (2da Parte) La Historia de Ursa
Capitulo 37. Duelo de Espadas (3ra parte) La Muerte de Azulon
Capitulo 38. El mejor espadachín
Capítulo 39. Enemigos del pasado.
Capitulo 40. La Emboscada
Capitulo 41. El Crepúsculo
Capitulo 42. El Amanecer
Capítulo 43. El cometa de Sozin (Primera parte)
Capitulo 44. el cometa de Sozin (Segunda Parte)
Datos Curiosos Avatar: The Last Airbender
Capítulo 45. El cometa de Sozin 3ra parte (Los refuerzos)
Capítulo 46. La técnica suprema
Capítulo 47. El consejo de los sabios
Capítulo 48. Sacrificio
Capítulo 49. Despedida (1ª parte).
Capítulo 50. La Despedida (2da parte).
Capítulo 51. Boda trágica.
Capitulo 52. El último Agni Kai.
Capítulo 53. Agonía
Capitulo 54. Viva el nuevo Señor del Fuego
Segunda Temporada?
Actualizacion del nuevo mini-fic
Zuko, el Cyrano de la Nación del Fuego. Capitulo 1- Decepción
Capítulo 2. Más decepciones.
Capítulo 3. La despedida.
Capítulo 4. La carta de amor.
Capítulo 5. El pacto.
Capítulo 6. La cámara de los secretos.

Capitulo 31. El Rey Dragon

2.9K 146 125
By LynZWay6

Disclaimer: Los personajes de Avatar el último maestro aire no me pertenecen a mí, sino a nickelodeon y sus creadores.

Por Crystal Violeta.

Zuko abrió los ojos. Estaba recostado sobre un camastro en el interior de una construcción antigua. A su lado, la dragoncita dormía acurrucada en su costado. El príncipe se levantó y al momento, el animalito exhaló un largo bostezo, abrió sus ojos hinchados y moviendo la colita parecía sonreírle. Él acarició su pequeña cabeza.

Zuko se levantó y camino hacia la puerta, seguido por la dragoncita. Afuera, había mucha actividad. Los guerreros del sol y la gente de Iroh trabajaban cortando árboles y cargando herramientas.

– Zuko, al fin despertaste – dijo su tío con una sonrisa.

– ¿Cuánto tiempo ha pasado?

– Llevas durmiendo desde ayer.

Cuando los guerreros vieron al príncipe de pie, suspendieron sus actividades y se arrodillaron ante él. Zuko pensó que se inclinaban ante el dragón, que en este momento se recargaba en sus piernas. El príncipe la levantó en brazos y se la entregó el jefe de la tribu.

– No – rehusó el patriarca en forma tajante – Ahora te pertenece a ti.

– ¿A mí?

– Un dragón reconoce como su dueño a la primera persona que ve al nacer. Así que ahora, tienes la obligación de cuidarla.

Zuko buscó el rostro de su tío y lo interrogó con la mirada. Iroh asintió con una sonrisa.

– Esperen un momento, ¡yo no sé cómo cuidar a un dragón! No soy el indicado.

– No es coincidencia que hayas sido tú el que despertó al dragón – dijo Iroh – fue el destino.

– ¿Cuáles son sus órdenes, señor? – preguntó el jefe de la tribu todavía de rodillas.

– ¿Por qué me preguntas a mi? Y ¿por qué siguen todos arrodillados?

– Esperamos las órdenes del rey de los dragones – respondió el jefe con naturalidad.

– Tío, ¿de qué está hablando?

– De ti, Zuko – rió el anciano.

– Pero yo... Yo no soy su rey – replicó Zuko – Por favor, levántense. Esto es muy confuso.

– Ven conmigo, sobrino. Te explicaré todo con calma.

Iroh entró con Zuko a la habitación y ahí le dijo:

– Durante siglos, ha existido una leyenda que hablaba de la aparición de un gran rey, con el poder para decidir el destino de los dragones. Cuando mi abuelo comenzó la guerra, se rumoraba que éste rey traería la paz al mundo y que sería recordado como el mejor monarca en la historia de la Nación del Fuego. Este gobernante podría controlar a los dragones y se le reconocería porque despertaría al mítico dragón dorado.

– No estás hablando en serio.

– Mi abuelo, tomo la leyenda muy en serio y por eso promovió la cacería de los dragones. Pensaba que si desaparecían, nunca existiría el rey de los dragones y nadie podría traer la paz al mundo. Pero tu encontraste al dragón dorado y ahora tú eres el rey de los dragones.

– ¿Rey de los dragones? Esto no tiene sentido.

– Escúchame bien, sobrino. El dragón dorado es una hembra. Se supone que sólo aparece una cada mil años y ella se convierte en la reina de todos los dragones, pero como nació en tus brazos, ahora ella te reconoce a ti como su dueño ¿Entiendes? Si controlas a la reina, entonces controlas a todos los dragones. Esto te convierte en el Rey Dragón.

Toph se levantó tarde, como de costumbre, pero en cuanto sus pies tocaron el suelo tuvo la impresión de que había recuperado la vista. Con una sonrisa golpeo el suelo y descubrió que sus poderes habían regresado.

– ¡Chicos! – gritó la niña – Vengan pronto.

– ¿Qué sucede? – preguntaron Aang y Sokka, cuando llegaron a su encuentro.

– ¡Puedo ver!, ¡puedo ver! – repetía la niña – Mis poderes ya están regresado.

– ¡Eso es genial, Toph! – le dijo Aang.

– Sí. ¡Ya puedo valerme por mi misma otra vez! Ya no necesito de nadie.

– Me alegra por ti – dijo Sokka.

– Gracias chicos – dijo Toph con una amplia sonrisa – ¿Cuando comienza la guerra? ¡Estoy lista para patear traseros!

Iroh habló con Zuko durante mucho tiempo. Tenía buenas noticias que darle, la primera es que sus poderes de control de fuego estaban regresando y la segunda es que el dragón rojo viviría gracias a Katara y a los otros maestros agua, pero éste se encontraba muy débil. La única forma de recuperarse era en el interior del volcán. Sólo su calor era capaz de sanar las heridas de un dragón, pero estaba tan débil que no podía moverse. Así que los guerreros hicieron una especie de plataforma con ruedas para transportar al dragón al interior del volcán.

Cuando Katara vio a Zuko despierto corrió hacia él y los dos se abrazaron dulcemente.

– Estaba tan preocupada por ti.

– Estoy bien – respondió el príncipe, mientras la dragoncita se restregaba en su pantalón. Zuko la levantó y Katara la vio de cerca.

– ¡Es hermosa! – dijo Katara. La bebé la olfateo un poco y luego se dejó acariciar por ella – ¿Cómo vas a llamarla?

– No sé. Tal vez la llame "Golden", suena bien para la reina de los dragones.

– ¿Golden?, ¿No te parece un poco fuerte para un bebé?

– Bueno, podemos llamarla "Goldy", mientras es pequeña y después la llamaremos "Golden"

– Me parece bien – Katara se acercó a Zuko y estuvieron a punto de besarse, pero Iroh les dijo:

– Tenemos que regresar al campamento. Hay mucha gente que nos espera. Entre ellos Mai.

– ¿Mai está en el campamento? – preguntó Zuko.

– Sí – respondió Iroh – y tendrás que darle una larga explicación.

Zuko y Katara cruzaron miradas en silencio.

Los guerreros del sol dijeron que ellos se encargarían de cuidar al dragón, porque esa era su responsabilidad, pero que en cuanto pudieran se unirían a la gran guerra. Pájaro de fuego se despidió de sus nuevos amigos y permaneció al lado del dragón rojo, como era su obligación. Iroh les dio instrucciones antes de partir y junto con Zuko, Katara, Appa y el resto de su gente, regresaron en barco al campamento, en donde los esperaban con ansias.

Cuando Iroh y los demás llegaron al campamento, el anciano tomó al dragón dorado en sus brazos y dijo:

– ¡Tenemos grandes noticias! – y levantando a Goldy, declaró – El dragón dorado ha aparecido y Zuko es el futuro rey dragón. ¡Eso significa que ganaremos esta guerra!

Los habitantes de la nación del fuego que conocían la leyenda se arrodillaron ante Zuko, quién se sentía incomodo con estas acciones. En cambio, el resto de los guerreros no comprendían las palabras de Iroh.

– Ursa ¿qué les pasa a todos? – preguntó Hakoda.

– Se trata de una antigua leyenda – respondió Ursa con los ojos humedecidos por las lágrimas – La leyenda del rey dragón, decía que un día aparecería un gran guerrero con un dragón dorado y que ese hombre traería la paz al mundo. ¡No puedo creer que se trate de mi propio hijo!

Mai se abrió paso entre la multitud y se aferró al brazo del príncipe.

– Zuko, te extrañé tanto – dijo Mai, ante los ojos atónitos de Katara.

– Mai... yo... mhh – balbuceó el príncipe – creo que tenemos que hablar.

– ¡Hijo mío, estoy tan orgullosa de ti! – Ursa abrazó a su hijo y dirigiéndose a las dos adolescentes les dijo – Ustedes nos disculparán chicas, mi hijo y yo tenemos mucho que hablar.

Ursa se llevó a Zuko, con lo cual evitó una situación incómoda, pero en cuanto se fueron, Mai y Katara se lanzaron una mirada de desprecio y luego se alejaron por caminos diferentes.

En la semana que Zuko y Katara estuvieron ausentes la gente había trabajado mucho, preparando armas de toda clase: espadas, flechas, catapultas, en fin, todo lo necesario para el combate. El capitán de la división 41 había partido hace varios días, con la esperanza de reunir a muchos de sus antiguos compañeros. Sabía que todos estarían deseosos de participar en la guerra y ayudar al príncipe Zuko a recuperar su legítimo derecho al trono.

Además, varios reclutas jóvenes se habían unido a las nuevas tropas. Los que eran guerreros expertos fueron ubicados en los grupos de combate. Los que no tenían experiencia fueron entrenados en el uso de la espada. Los nuevos reclutas eran demasiados para que el maestro Piandao los entrenara a todos, así que le confió a Sokka la instrucción de los principiantes, mientras él se encargaba de los guerreros más avanzados.

El día que Zuko y Katara regresaron, Sokka comenzó el entrenamiento de un nuevo grupo. Sin embargo, para sorpresa de todos, Ursa se unió a las filas con un par de espadas Dao.

– Un momento – replicó Sokka – Usted no puede permanecer aquí. Este entrenamiento es para formar nuevos guerreros y no tenemos tiempo para jugar con princesas.

– ¿Jugar?, yo quiero pelear – dijo Ursa – Hace muchos años que no he practicado esgrima, pero solía ser muy buena.

– No se ofenda princesa, pero esto no será ningún día de campo. Estos guerreros se preparan para ir a una guerra.

Sokka hizo tanto escándalo que Zuko, Iroh, Suki, Hakoda y Katara se acercaron a investigar.

– ¿Qué sucede? – preguntó Iroh.

– La princesa Ursa quiere unirse al grupo de espadachines pero no podemos perder el tiempo. No se ofenda princesa pero la esgrima no es un deporte para mujeres.

– Ahí va otra vez – murmuró Suki llevandose su mano a la frente – Es que Sokka nunca va a reconocer que las mujeres también podemos ser buenos guerreros.

– No es mi intención causar problemas – dijo Ursa – pero creo que puedo ayudar.

– No insista princesa – replicó Sokka – Usted sólo estorbaría y además, nos está quitando el tiempo.

– Estoy segura que puedo ayudar, pero si tú no confías en mis habilidades, te propongo un trato. ¡un duelo de espadas! Si yo pierdo, me retiraré y no volveré a molestarte más, pero si gano, iré a pelear como cualquiera de ustedes.

– Hecho.

– ¡Sokka! – exclamó Katara – no puedes hacer eso, ella es una dama, ¡una princesa!

– No te preocupes hermanita, te prometo que no la lastimaré.

– Iroh – dijo Katara – tienes que ayudar.

– Sí, pero ¿A quién? – respondió con una sonrisa.

– Esto no me lo pierdo – dijo Zuko sentándose en una roca para observar con atención.

Una multitud se reunió para observar la contienda. Ursa y Sokka se inclinaron a manera de saludo y se pusieron en guardia. Sokka lanzó la primera estocada, pero Ursa bloqueo el golpe con su espada y con un rápido movimiento de su muñeca consiguió que Sokka soltara su arma.

Sokka estaba pasmado. Observó su espada en el suelo mientras los demás reían.

– Sólo fue suerte – refunfuñó el joven – La próxima vez no me tomará por sorpresa.

Nuevamente, los dos saludaron y reiniciaron el combate. Sokka se abalanzó sobre Ursa con la espada en alto, pero ella bloqueó el golpe con una espada y antes de que él pudiera contra atacar, lo inmovilizó, colocando la segunda espada en el cuello del joven. Todos rieron nuevamente.

– ¡Ya basta! – Sokka intentó justificarse – Ella tiene ventaja, está usando dos espadas.

– Las espadas Dao son dos mitades de una misma arma, pero si lo prefieres, puedo combatir con una sola – respondió Ursa con una ligera sonrisa.

– Hecho.

Ursa y Sokka se colocaron en posición. Ambos llevaban una sola espada en su funda. Esta vez, Sokka no se apresuró. Ambos se estudiaron por segundos. Sokka fingió que sacó su espada y Ursa reacciono desenvainando la suya. Ahora, ella tenía su espada expuesta y Sokka la conservaba en su funda.

– Muy astuto – sonrió Ursa – Ahora tú tienes la ventaja.

Ursa no tenía más remedio que atacar, pero está vez él bloqueo el golpe. Los dos esgrimieron sus espadas con habilidad, emocionando a los espectadores, que apoyaban a su favorito. Finalmente, Ursa hizo una finta, Sokka levantó su espada para bloquear la supuesta estocada, pero ella, en vez de atacar, giró su cuerpo y lanzó una estocada al cuello de Sokka, deteniéndose a un milímetro de su yugular.

Touche – dijo ella.

Un grito de alegría por parte del público no se hizo esperar. Ursa se inclino ante la audiencia y luego ante Sokka. Zuko estaba riendo a carcajadas igual que Iroh.

– Felicidades, me venciste limpiamente – dijo Sokka avergonzado.

– No te sientas mal, joven guerrero. Peleaste bastante bien.

– No sabía que una mujer pudiera dominar la esgrima.

– Sokka – dijo Zuko cuando terminó el ataque de risa – mi madre me enseñó a usar las espadas cuando yo tenía cuatro años.

– Es cierto – confirmó Ursa – pero aprendiste muy rápido.

El maestro Piandao se encontraba entre el público y aplaudiendo se acercó para felicitar a Ursa.

– Me complace saber que no has perdido la práctica.

– Maestro Piandao – dijo ella inclinándose respetuosamente – Me halaga escucharlo, pero lo que dice no es verdad. Antes podía ganar un combate en tres movimientos y con los ojos vendados.

– ¿Ustedes se conocen? – preguntó Sokka sorprendido.

– Por supuesto – respondió Piandao – Ursa fue una de mis mejores discípulas.

Iroh todavía estaba riendo cuando Hakoda le preguntó.

– Tú sabías esto ¿verdad?

– Por supuesto. De hecho, así fue como la conocí.

– Me gustaría escuchar esa historia.

– Fue hace mucho tiempo – Iroh suspiró – Hace casi veinte años...

La boda entre Ursa y mi hermano Ozaí fue un acuerdo pactado que ofrecía grandes beneficios para el Señor del Fuego Azulon. Así que en cuanto ella tuvo la edad apropiada, mi padre me envió a recogerla para traerla al palacio y formalizar el compromiso. Yo me embarque en un viaje que tardó varios días.

Cuando entré en la hermosa residencia, el dueño de la casa me recibió con agrado., Le comuniqué mis intensiones y me dijeron que Ursa se encontraba en los jardines. Así que fui por ella. En el jardín, vi a un guerrero practicando con la espada. Llevaba puesto el uniforme del esgrimista, incluyendo la careta. Como me pareció que era muy hábil quise medir mis fuerzas con él.

Yo me confié y perdí el primer embate. Mis hombres se burlaron de mí. No podían creer que el dragón del oeste fuera vencido por un principiante. Me concentre y ataqué de nuevo. Esta vez con cautela. El segundo encuentro lo gané yo, pero con mucho esfuerzo. El tercer encuentro decidiría el resultado del combate.

Peleamos con arrojo y valor. Yo estaba sorprendido con la habilidad de que este espadachín. Al fin, después de mucho esfuerzo, logré ganarle. Entonces lo felicité por su talento. En aquel tiempo pocos hombres eran capaces de medirse conmigo, en cambio, este guerrero había estado a punto de vencerme. Le ofrecí un puesto como mi asistente personal en mi ejército, pero en ese momento, estalló en carcajadas, mientras se quitaba la careta. Era una risa de mujer y no sólo eso. Era la dama más hermosa que había visto en mi vida.

Mi gente empezó a reír. Les parecía gracioso que una mujer hubiera estado a punto de vencer al Dragón del Oeste. Yo mismo me sentía avergonzado.

Madame, disculpe – le dije –. No la habría atacado si supiera que se trataba...

¿De una mujer? – interrumpió con disgusto.

¡De una hermosa dama! – ella sonrió – Permítame presentarme. Soy el príncipe Iroh.

Lo sé. Mi nombre es Ursa.

¿Usted es la prometida de mi hermano?

¿Decepcionado?

Sorprendido. La última vez que la ví era una niña pequeña y ahora, es toda una dama, que además, es una excelente esgrimista. Espero que no me guarde rencor por la derrota.

No... En el fondo me alegra el resultado. Me sentiría muy decepcionada si le hubiera ganado al gran Dragón de Occidente. Ahora comprendo que todo lo que se dice sobre sus hazañas es cierto. ¡Me muero por escuchar todas sus aventuras!, pero primero debo lucir más presentable.

Ella se retiró para arreglarse, mientras yo regresé a la sala con su padre adoptivo. Cuando Ursa bajó, lucía radiante con su vestido de seda y su largo cabello negro, peinado a la perfección. No recuerdo haver visto a una mujer más bella.

De acuerdo al protocolo yo pedí su mano y su padre accedió, pero me pidieron unos días más para despedirse de sus seres queridos y visitar sus lugares preferidos, pues una vez que ingresara al palacio, no podría abandonarlo jamás, sin el permiso del rey. Yo accedí y pasé unos días en su casa como invitado de honor.

Cuando se cumplió el plazo, llevé a Ursa al palacio. Mi padre se impresionó favorablemente con su belleza, no así, mi hermano. Quién la trató con indiferencia.

De acuerdo a nuestras costumbres, Ursa debía pasar por un proceso de preparación de dos años, antes de convertirse en princesa. Sin embargo, ella resultó una discípula excelente. Aprendía con rapidez los protocolos, las ceremonias, las costumbres, en fin.

Durante ese tiempo, alejada de su familia, empezó a sentirse sola y yo traté de reconfortarla. Debo admitir que estaba intrigado con ella. No sólo era la mujer más hermosa que había visto en mi vida. También era una guerrera experta en el arte de la esgrima y en oposición a esto, era dulce, amable y tierna. Disfrutaba de la música, la poesía, la ceremonia del té y ¡amaba jugar Pai Sho!

Teníamos tanto en común... Conforme pasaba el tiempo yo... En fin, no tiene caso pensar en el pasado.

–No lo entiendo – dijo Hakoda, después de escuchar la conversación de Iroh – Si usted la amaba ¿Por qué dejó que se casara con Ozaí?

–Las cosas son más complicadas de lo que parecen. Había muchos intereses políticos y estaba en juego el destino del mundo. No podíamos arriesgar la vida de tanta gente sólo por intereses personales. Además, Ursa estaba prometida a Ozaí. Si ella rompiera su compromiso o si se sospechara de su fidelidad, la ejecutarían públicamente ¿comprende?

–Sí

– Yo tuve que alejarme de ella para protegerla, pero Dios sabe que daría mi vida con tal de verla feliz.

A cada momento, más y más guerreros recuperaban sus poderes. Iroh se sentía satisfecho. Al fin había llegado el momento de planear la batalla final. Así que reunió a los dirigentes de cada grupo para repasar el plan de ataque.

– Yo quiero ir con Zuko – declaró Mai – No me parece correcto que Katara vaya con él mientras yo, que soy su prometida, voy a la isla Kioshi.

– Por mí no hay problema – replicó Katara – Si quieres podemos cambiar de lugares, pero si Zuko es herido cuando enfrente a Azula ¿quién va a curarlo?, ¿tú?

Mai bajó la cabeza.

– Está bien – dijo cruzándose de brazos – Yo iré a la isla Kioshi.

La reunión continuó por un par de horas. Iroh animaba a todos repitiéndoles que con el avatar y el rey dragón, la victoria estaba asegurada. Aang y Zuko solamente se miraban y guardaban silencio.

Cuando la reunión terminó, Zuko se armó de valor para hablar con Mai. Le pidió que lo acompañara al bosque porque tenía algo muy importante que decirle.

– No debí venir – replicó molesta – Soy tu prometida y en todo el día no me has dirigido la palabra.

– Sobre eso quería hablarte. Escucha Mai, nuestro compromiso... fue arreglado por nuestros padres.

– Pero tú aceptaste casarte conmigo.

– Éramos niños entonces. Se trataba casi de un juego.

– ¿Un juego?

– Bueno, lo que estoy tratando de decir es... es que...

– ¿Qué?

– Que los tiempos cambian y yo... yo... ya no...

– ¿Ya no qué?

– Te lo diría si tan sólo escucharas lo que te digo.

– No. ¡Escúchame tu a mí! – replicó sacando uno de sus cuchillos y colocándolo en la garganta de Zuko – Yo no soy un juguete que puedas desechar en el momento que quieras. ¡Soy tu prometida! ¿Entiendes? Intenta dejarme por otra y te juro que te arrancaré el corazón con esto – Mai encajó el cuchillo en el tronco de un árbol y con el ceño fruncido le dijo – Estas advertido.

Ella se dio media vuelta, dejando al príncipe petrificado.

– ¡Rayos! – replicó él – primero la guerra, después el asunto del rey dragón y ahora ESTO.

Zuko se dejó caer en el suelo mientras se llevaba sus manos a su cabeza en señal de desesperación. Aang se acercó, y al verlo se sentó a su lado.

– ¿Estás bien? – preguntó Aang.

– Sí, ¿y tú?

– También yo.

Los dos suspiraron y permanecieron en silencio por unos minutos.

– ¡Vamos, Zuko! Admítelo, estás tan asustado como yo.

– ¡Yo no estoy asustado!, estoy preocupado. Ahora todos dicen que soy el Rey Dragón y que tenemos la victoria asegurada, pero ¿Qué sucederá si les fallo? Ya he fracasado antes, ¿qué pasará si no puedo vencer a Azula?, ¿y si no puedo proteger a mi madre o a Katara? ¿qué tal si no logramos ganar esta guerra?

– ¡Imagínate cómo me siento yo! Todos esperan que derrote al señor del fuego. ¿Qué pasará si no lo logró?, tal vez no tengo suficiente poder.

– De qué estás hablando. Claro que podrás vencer a mi padre. Además, puedes entrar en estado Avatar y volverte invencible.

– Zuko tengo que confesarte algo. Ya no puedo entrar en estado avatar.

– ¡De qué estás hablando!, te he visto hacerlo.

– Sí, pero ya no puedo.

– ¿Por qué no?

– Cuando estuvimos en el reino Tierra, conocí a un gurú que me enseñó a abrir los chacras, pero me advirtió que cuando abriera el primero no debía parar, tenía que continuar hasta el final o no podría volver a entrar en estado avatar. Todo iba bien pero al llegar al séptimo, tuve una visión de Katara en peligro y fui a buscarla. No completé el proceso y después, cuando Azula me atacó con el relámpago, algo sucedió. No estoy seguro de qué, pero ya no puedo entrar en estado avatar.

– Eso es grave.

– Lo sé. Al menos tú puedes hacer la técnica del vuelo del fénix.

– ¿El vuelo del qué?

– Ya sabes, tu tío nos dijo que era una técnica especial que poseía el guardián del avatar y es semejante al estado avatar.

– Ni siquiera sabía de eso. No puedo recordarlo.

– Tal vez es cómo el estado avatar que no puede controlarse, pero el gurú Pathik me enseñó una forma para controlar el estado avatar a voluntad, tal vez funcione con la técnica del guardián.

– Tal vez, pero dijiste que no pudiste completar el proceso.

– No, pero si yo soy el avatar y tú el guardián tal vez podamos lograrlo juntos. ¿Qué dices Zuko?, ¿te gustaría intentarlo?

– Sí. Creo que vale la pena.

– ¡Katara! – exclamó Suki dándole un gran abrazo a su amiga – ¡Tengo excelentes noticias!

– ¿Qué pasa? – preguntó Katara con interés.

En lugar de responder, Suki levantó su cuello para mostrar un collar de compromiso. Tenía una piedra azul tallada a mano, de acuerdo al estilo de la tribu del agua.

– ¡Suki, eso es fantástico!

– Así es Katara. En cuanto la guerra termine seremos cuñadas. Mejor que eso. Seremos como hermanas.

Las dos chicas se abrazaron con alegría.

– Mi tonto hermano tiene mucha suerte – dijo Katara riendo – Ahora, quiero que me cuentes todos los detalles.

– ¿Entendiste? – preguntó Aang.

– Sí – respondió Zuko – Aang ¿Por qué sonríes?

– Es que Pathik me dijo que algún día yo podría ser un gurú. Nunca me imaginé que sería tu guía espiritual. Bien, lo que tenemos que hacer es sentarnos en posición de flor de loto, uno frente al otro. Ahora respira profundo. El primer sentimiento que debes enfrentar es el miedo. Debes pensar en todas las ocasiones en que has sentido miedo en tu vida.

Zuko respiro profundamente y a su mente acudieron toda una serie de recuerdos dolorosos, vividos tan profundamente que parecían reales. Así que revivió su encuentro con la muerte por la pérdida de sangre; las heridas de flecha de los arqueros Yu Yan; su encierro en el congelador; los azotes recibidos por orden de Azula. Aquí su respiración se tornó más agitada. Recordó el momento en que intentó contener la explosión del dirigible para que sus amigos pudieran escapar; Después vio el incendio en las naves voladoras de Azula; revivió el enfrentamiento con los distintos monstruos para conseguir el antídoto que salvaría a Katara; también, la ocasión en que Katara lo atacó en el templo de aire del oeste y el enfrentamiento con su padre el día del eclipse. En este punto, Zuko se encontraba bastante alterado, un sudor frío recorría su piel y su corazón latía con mucha fuerza. Aang compartía las visiones de Zuko porque ambos se encontraban conectados y el pequeño podía sentir la angustia de su amigo.

– Cálmate, Zuko, nada de esto es real.

El príncipe intentó controlarse y continuó el proceso. Entonces se vio enfermo por una intensa fiebre en Ba Sing Se; recordó su pelea con los jinetes de los rinos; el enfrentamiento con Azula el día que pretendían engañarlos para llevarlos como prisioneros a la nación del fuego; sus días al borde de la muerte por hambre y sed, cuando él y su tío estuvieron semanas a la deriva, en una balsa pequeña, en la inmensidad del océano; recordó su enfrentamiento con Zhao y con el espíritu del mar; así cómo cuando estuvo a punto de morir congelado en la nieve y antes de eso, de morir ahogado en las heladas aguas del polo norte. Revivió la angustia que sintió al descubrir que su barco estaba explotando con él abordo. Se vio a sí mismo escapando de la prisión de Zhao, vestido como el espíritu azul. Sintió el temor de enfrentar la tormenta en altamar. También le pareció ver su primer encuentro con Aang, cuando éste lo atacó en estado avatar. En este punto el príncipe estaba sumamente alterado y entonces enfrentó lo peor. El avatar pudo sentir su temor.

– Calma Zuko, te repito que esto no es real.

– ¡No, eso no!, ¡El Agni Kai, no!

Zuko se vio de nuevo como un niño de trece años, vestido con el uniforme del Agni Kai, parado sobre una plataforma y rodeado de cientos de personas que esperaban ver su fracaso.

– ¡Aang, basta!, ¡No puedo hacerlo!... ¡No puedo!

– ¡Sí puedes, Zuko, pero tienes que tranquilizarte!

El corazón del príncipe golpeaba su pecho con tanta fuerza que parecía que iba a estallar.

– Zuko tienes que conservar la calma. Estás respirando muy rápido, intenta controlar tu respiración.

Pero Zuko temblaba mientras revivía en su mente la experiencia más dolorosa de su vida.

Ozaí avanzó despacio hacia él mientras un temor paralizante lo invadía. Zuko se arrodillo ante su padre y le dijo:

No quise faltarte al respeto, soy tu hijo leal.

Príncipe Zuko, pelearas por tu honor.

Lo siento padre.

Levántate y pelea.

No pelearé contigo.

En un ataque de pánico, Zuko sintió un dolor en el pecho que no lo dejaba respirar. El aire no estaba llegando a sus pulmones y el príncipe sentía una asfixia que nublaba su mente.

Aprenderás respeto y el sufrimiento será tu maestro.

Ozaí formó una llama de fuego en su mano y la lanzó contra su hijo.

En ese momento Zuko se llevó las manos al lado izquierdo de su rostro y empezó a gritar con fuerza, mientras se revolcaba en el suelo rompiendo el contacto con Aang.

El avatar corrió a su lado y lo sacudía con violencia para que lo escuchara.

– ¡No es real!, ¡no es real!. Zuko nada de esto está pasando. ¡Cálmate!, todo está bien, todo está bien – el niño abrazó a su amigo y frotaba suavemente su espalda mientras le repetía – Ya pasó... todo está bien ahora... Calma... calma...

Las tranquilizadoras palabras de su amigo, hicieron que el príncipe se fuera calmando poco a poco. Le tomó unos minutos recuperar el aliento y normalizar su pulso.

– Gracias, Aang – dijo el príncipe avergonzado – ya estoy bien.

– Es mejor que descanses el resto del día. Mañana volveremos a intentarlo.

– No, Aang. No habrá mañana.

– ¿Por qué no?

– ¡Lo siento Aang, pero no puedo revivir todo eso otra vez!

– Sabes que nunca encontrarás paz interior hasta que enfrentes tus temores y los venzas, verdad.

– Lo sé, pero no puedo. ¡Perdóname, Aang!

– No te preocupes Zuko. Has pasado por muchas cosas y es normal que sea más difícil para ti. Tal vez algún día estés listo para enfrentar tus temores, hasta entonces, no volveremos a tocar el tema.

– Gracias – dijo con pesar. El príncipe se alejó con la cabeza inclinada.

Toph y Katara llegaron corriendo hasta donde se encontraba el avatar.

– ¿Qué sucedió? – preguntó Katara – Toph escuchó que Zuko y tú gritaban.

– Así es – dijo la niña – podía escuchar sus gritos a kilómetros.

– Estábamos trabajando en un proceso para mejorar nuestras técnicas – respondió el avatar – Zuko estaba tratando de enfrentar sus temores, pero...

– ¿Pero qué? – preguntó Katara.

– No pudimos terminar.

– ¿Por qué?

– Me temo que lo han lastimado mucho.

Katara sintió un dolor en su corazón y fue a buscar a Zuko.

Zuko estaba sentado al borde un acantilado. Abatido, no admiraba el hermoso atardecer que tenía al frente. Katara se sentó a su lado.

– Aang me dijo lo que sucedió – ella lo rodeó con sus brazos.

– No quiero hablar de eso.

– Está bien – Ella le dio un beso en la mejilla y añadió – no te preocupes, no tienes porque hacer eso de nuevo.

Zuko se sentía agobiado y no tenía humor para hablar. Katara lo comprendió así que permaneció a su lado en silencio. Zuko la abrazó acercándola a su cuerpo y así permanecieron por horas, sin decir palabras, pero comprendiéndose perfectamente.

Las estrellas resplandecían en el firmamento cuando Jet y Song los encontraron. Jet le dijo a Zuko que el general Iroh lo estaba buscando. El príncipe exhaló un suspiró y fue a donde lo llamaban.

Katara camino de regreso al campamento, mientras Jet la veía alejarse en silencio.

– La sigues queriendo ¿verdad? – preguntó Song.

– Sí. He intentado olvidarla, pero no puedo.

– Sabes muy bien que Katara está enamorada de Zuko y que nunca será para ti.

Jet bajó la vista.

– Jet, a veces cuando se ama a una persona pero no se es correspondido es mejor alejarse.

– Lo sé – respondió con dolor y se alejó porque quería estar a solas.

Song lo vio partir y en voz baja murmuró.

–Cuando esta guerra termine. Yo también me iré.

– Zuko ¿en dónde estabas? – preguntó Iroh – Te he estado buscando por todas partes.

– Estaba con Aang. Me estaba enseñando una forma para controlar la energía interior y así controlar la técnica del vuelo del fénix.

– ¡Zuko, esa es una técnica muy peligrosa! Cada vez que la usas consume gran parte de tu energía vital. La última vez permaneciste inconsciente por días y si vuelves a usarla... puede ser mortal. ¡Por favor, prométeme que no intentarás realizarla de nuevo!

– No importa. De todas maneras no pude hacerlo.

– Tal vez es mejor así – dijo Iroh colocando una mano en el hombro de su sobrino – Ahora tenemos que ultimar los detalles del ataque.

Katara estaba sentada en el suelo practicando sus poderes con un recipiente con agua. Suki se acercó y se sentó a su lado.

– ¿Practicando?

– Tenemos que estar preparados para la guerra. ¿Por qué no han dicho nada sobre el ataque? El cometa llega en 7 días. Ya deberíamos estar en camino.

– No te preocupes. Seguramente esperar a atacar en 6 días, cuando sea luna llena.

– ¡QUÉ!, ¡Luna llena!... ¡tan pronto! – exclamó la joven mirando al cielo.

– Sí – respondió Suki que también alzó la vista para admirar la luna – Sé que los maestros agua son invencibles en la luna llena así que es lógico que estén esperando ese momento, no crees Kat...

Al dirigir la mirada a su amiga, notó que no la escuchaba, pues tenía los ojos cerrados cómo si recordará algo y contaba ligeramente sus dedos.

– ¿Katara, estás bien?

– Sí – respondió nerviosamente – Todo está bien... Tengo que revisar algo, disculpa.

Katara se fue casi corriendo, dejando a Suki preocupada, pero la guerrera Kioshi intuyó algo andaba mal así que siguió a su amiga. La encontró en un claro del bosque, caminando en círculos de un lado a otro y hablando sola.

– Todo estará bien... No ha de que preocuparse – se decía Katara – últimamente he tenido mucha presión, ¡Sí, eso debe ser!.

– Katara, ¿sucede algo?

– Suki, ¿qué haces aquí?

– Escucha Katara, tú y yo somos amigas y en poco tiempo seremos familia, si tienes algún problema tal vez yo pueda ayudarte.

– No, no puedes ayudarme.

– Es sobre Zuko ¿verdad? Vamos puedes confiar en mí. Dime la verdad. Tú y Zuko han dormido juntos.

Katara no respondió, simplemente bajo la mirada.

– ¡Cielos!, pero tomaste precauciones ¿no es así?

– ¿Precauciones?

– ¡Ay, Katara! – Suki sujetó la mano de su amiga y la llevó a su tienda – Sígueme, necesitamos dar una larga charla, de mujer a mujer.

CONTINUARÁ...


Aclaración: En los capítulos de la TV el gurú le enseño a Aang a abrir los chacras, pero como yo soy católica y no creo en esas cosas. No pienso escribir nada que vaya en contra de mi religón, así que en este fic lo manejare, simplemente como que Zuko tiene que enfrentar sentimientos que le hacen daño (miedo, ira, etc) para que logré la paz interior. El próximo capítulo se titulará "Presentimiento"

Notas: Me da gusto que el nacimiento de la dragoncita le gustara a la mayoría. Gracias a todos por sus reviews. Por favor sigan escribiendo.

Cierto. El rey dragón resulto ser Zuko. Bueno... el amor de Ursa y de Iroh no fue tan platónico. Es una parte complicada pero poco a poco se conocerán los secretos. En cuanto a Mai, ella es un problema que va para largo. Me alegra que les guste el fic. Trataré de seguirlo escribiendo interesante para todos. Saludos y gracias por escribir.

Continue Reading

You'll Also Like

181K 15.2K 35
|𝐀𝐑𝐓𝐈𝐒𝐓𝐒 𝐋𝐎𝐕𝐄| «El amor es el arte de crear por la sensación misma, sin esperar nada a cambio,más allá del placer mismo del acto creativo...
185K 10.4K 17
El maldito NTR pocas veces hace justicia por los protagonistas que tienen ver a sus seres queridos siendo poseidos por otras personas, pero ¿Qué suce...
6.4K 794 21
Una histotia basada en el mundo de fineas y fer donde bulfor y baljeet creecen sin separarce, uno apenas formando su futuro y otro que apesar de tene...
47.4K 4.3K 18
Lo último que le apetece a ChanYeol es pasar aquellos cuatro días de vacaciones encerrado en un hotel, mientras su novia acude a todas las actividade...