Un Amor Imposible. Zuko & Kat...

By LynZWay6

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Zuko se ha unido al grupo del avatar, al principio Katara lo odia, pero al fin lo ha perdonado. ¿Podrá triunf... More

Capitulo 1. Encuentros y Reencuentros
Capitulo 2. Recuerdos
Capitulo 3. El Rescate
Capitulo 4. El Antidoto (primera parte)
Capitulo 5. El Antídoto (segunda parte)
Capitulo 6. Confrontación
Capitulo 7. La Explosión
Capitulo 8. El vuelo del Fénix
Capitulo 9. Los XV años de Katara
Capitulo 11. El túnel del amor.
Capitulo 12. El día de campo.
Capitulo 13. Uniones y Rupturas
Capitulo 14. El Duelo
Capitulo 15. Confesiones
Capitulo 16. El pasado de Zuko
Capitulo 17. La Adivina
Capitulo 18. La Traición
Capitulo 19. El triunfo de Azula
Capitulo 20. La Roca Hirviente
Capitulo 21. Zuko al Rescate
Capitulo 22. Escape de Prisión
Capitulo 23. La Venganza de Azula
Capitulo 24. El Congelador
Capitulo 25. La Caída de la Roca Hirviente
Capitulo 26. Perseguidos
Capítulo 27.Sangre Control
Capítulo 28.Planes de Guerra
Capítulo 29. El Huevo Dorado
Capitulo 30. El bebé dragon
Capitulo 31. El Rey Dragon
Capitulo 32. Presentimiento
Capitulo 33. La Promesa
Capítulo 34. Ataque nocturno
Capitulo 35. Duelo de espadas (1ra Parte)
Capítulo 36. Duelo de Espadas (2da Parte) La Historia de Ursa
Capitulo 37. Duelo de Espadas (3ra parte) La Muerte de Azulon
Capitulo 38. El mejor espadachín
Capítulo 39. Enemigos del pasado.
Capitulo 40. La Emboscada
Capitulo 41. El Crepúsculo
Capitulo 42. El Amanecer
Capítulo 43. El cometa de Sozin (Primera parte)
Capitulo 44. el cometa de Sozin (Segunda Parte)
Datos Curiosos Avatar: The Last Airbender
Capítulo 45. El cometa de Sozin 3ra parte (Los refuerzos)
Capítulo 46. La técnica suprema
Capítulo 47. El consejo de los sabios
Capítulo 48. Sacrificio
Capítulo 49. Despedida (1ª parte).
Capítulo 50. La Despedida (2da parte).
Capítulo 51. Boda trágica.
Capitulo 52. El último Agni Kai.
Capítulo 53. Agonía
Capitulo 54. Viva el nuevo Señor del Fuego
Segunda Temporada?
Actualizacion del nuevo mini-fic
Zuko, el Cyrano de la Nación del Fuego. Capitulo 1- Decepción
Capítulo 2. Más decepciones.
Capítulo 3. La despedida.
Capítulo 4. La carta de amor.
Capítulo 5. El pacto.
Capítulo 6. La cámara de los secretos.

Capitulo 10. El festival

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By LynZWay6

El barco se quedo en el muelle y todos los tripulantes bajaron al puerto. Toda la isla Ember estaba adornada con listones de colores, faroles y globos. Había cientos de personas circulando por las calles y decenas de vendedores ofrecían sus mercancías a los visitantes.

Zuko llevaba puesta su capa y con la capucha ocultó su rostro. Aang en cambio llevaba puesto un sombrero para ocultar la flecha de su cabeza. Había puestos y comercios a lo largo de las calles y en uno de ellos vendían antifaces y máscaras, así que todos se detuvieron a comprar algo. Katara compró un pequeño antifaz azul y Zuko compró un ancho antifaz rojo que cubría por completo su cicatriz. Todos escogieron antifaces de diferentes colores y al terminar continuaron su camino.

– ¡Esto es un caos! – se quejó Sokka.

– Es que el día de hoy comienza el festival, por eso hay tanta gente – explicó Zuko.

– ¿Con tanta gente en donde vamos a encontrar alojamiento? – preguntó Sokka.

– Mi familia tiene una casa de verano cerca de aquí, pero sería muy arriesgado ir ahí – contestó Zuko.

– Entonces ¿qué vamos a hacer? – dijo Sokka.

– Normalmente en este día ya no hay habitaciones disponibles, pero yo conozco un lugar en donde conservan cuartos de lujo para huéspedes especiales. Con dinero se puede conseguir todo.

Zuko llevó a sus amigos hasta un hotel y después de hacer las negociaciones regresó.

– ¡Listo! Conseguí dos cuartos grandes, uno para las chicas y otro para nosotros.

El grupo siguió al príncipe hasta el segundo piso. Los cuartos eran muy amplios y tenían varias camas. Además, estaban adornados con exquisita elegancia pero sin ostentación. Había cortinas blancas y un ventanal muy amplio que daba a un elegante balcón de madera. A todos les agradó la habitación y de inmediato eligieron sus camas.

Mas tarde, Zuko reunió al grupo y le entregó a cada uno un puñado de monedas para que compraran lo que quisieran.

– ¡Pero esto es mucho dinero! – exclamó Katara – no podemos aceptarlo.

– ¡Sí!, si podemos Katara – replicó Sokka.

– ¡Por favor, acéptenlo! – dijo Zuko – Esta es la primera vez que vengo a aquí en compañía de mis amigos y quiero que todos disfrutemos del festival. Además, este dinero le pertenece a la familia real así que puedo gastarlo como quiera y quiero compartirlo con ustedes.

Los chicos aceptaron el ofrecimiento del príncipe. Minutos más tarde todos estaban listos para disfrutar del festival. Zuko bajó a Teo en brazos y después de colocarlo en su silla de ruedas todos se dirigieron al festejo.

– ¿Quieren unos helados? – preguntó Zuko.

– Sí – respondieron Aang y Toph

– Los traeré en seguida.

– Yo te acompañó – dijo Song.

El comentario molestó un poco a Katara, pero no dijo nada. Simplemente permaneció en silencio observando al príncipe acompañado por Song.

– Señorita ¿le gustaría unirse a mis guerreros de la libertad? – preguntó una voz que sonó muy familiar a los oídos de Katara. Cuando ella se dio la vuelta vio a un apuesto y altivo joven sonreírle amablemente.

– ¡JET! – gritó ella llena de alegría y se lanzó sobre el joven para darle un caluroso y efusivo abrazo – ¡Me alegra tanto que estés vivo! Yo creí... creí que habías muerto.

– ¡Estoy bien! – sonrió el joven extendiendo sus brazos alrededor de la cintura de Katara – ¡a mí también me alegra mucho verte!

La forma en Jet sujeto a la quinceañera era diferente a cómo lo hace un amigo y ella percibió está diferencia. Repentinamente Katara recordó a Zuko y de inmediato se apartó del joven que tenía unas manos muy ligeras, pero Jet siempre había sido así. A un lado de Jet se encontraban: long Shot y Abejita (Nota: Me gusta más "Abejita, como le dicen en España que Smaller bee, así que en esta historia la llamaré así).

– ¿Qué hace el líder de los libertadores en este lugar? – preguntó Zuko con voz sonora, mientras le entregaba los helados a Aang.

– Tal vez vine a saldar viejas cuentas – respondió Jet altaneramente.

Los dos jóvenes se aproximaron con determinación. Katara cerró los ojos, temiendo que Zuko la hubiera visto abrazar a Jet y que esto provocara una pelea. El resto del grupo permaneció en silencio esperando un enfrentamiento, pero antes de que pudieran reaccionar y para sorpresa de todos, los dos adolescentes se abrazaron con fuerza.

– ¡Me alegra que estés bien! – dijo Zuko.

– Fue gracias a ti, amigo.

– ¿amigo? Esperen un momento ¿Ustedes dos se conocen? – preguntó Katara sorprendida.

– Sí – respondió Zuko – nos conocimos en Ba Sing Se. Jet quería que me uniera a su grupo, pero rechacé su oferta.

– ¡Cierto! y tuvimos algunos problemas por eso, pero todo cambió cundo salvó mi vida.

– ¡Qué! – exclamaron todos.

– Sí – sonrió Jet – Fue el día en que intentamos rescatar a Appa. Después de que ustedes escaparon del lago Laogai, llegaron muchos soldados Dai Li. Pensé que sería el fin para mí y mis amigos, pero entonces Lee vino a ayudarnos.

– ¿Lee? – preguntó Sokka – ¿te refieres a Zuko?

– ¿Zuko? – preguntó Jet extrañado.

– Sí. Ese es mi verdadero nombre – confesó el príncipe – Es que mi tío y yo tuvimos que usar nombres falsos para escondernos de la Nación del Fuego.

– ¡Cómo sea! – agregó Jet – él y su tío derrotaron a los agentes Dai Li y nos ayudaron a escapar en Appa. El bisonte nos llevó a un hospital en las afueras de Ba Sing Se – Jet se dirigió al príncipe y le dijo – Yo te denuncié con los agentes Dai Li y traté de matarte y tú en cambio... me ayudaste... ¡Gracias por salvar mi vida y la de mis amigos!

– A mi también me alegra que te encuentres bien – dijo Song con una dulce sonrisa.

– ¡Song! – exclamó Jet al verla. Aunque había estado al lado de Zuko, Jet no se había percatado de su prsencia – ¿Qué haces aquí?

– ¡También ustedes se conocen! – exclamó Aang – ¡Vaya! si que es un mundo pequeño.

– Conocí a Song en el hospital – aclaró Jet – Ella estuvo cuidando mis heridas, día y noche. Jamás había conocido a una persona que se preocupara tanto por ayudar a los demás.

– Tú eras mi paciente y estabas tan grave, que hice todo lo posible por ayudarte.

– Sí, pero no te apartaste de mi lado en días y si no fuera por sus cuidados y dedicación, probablemente yo no estaría aquí – Song sonrió con dulzura – pero, no sólo curaste mi cuerpo, también me ayudaste a sanar viejos recuerdos. Me enseñaste el valor de la vida y a luchar por protegerla.

– ¡Qué les parece si comemos juntos para celebrar el encuentro! – dijo Sokka, que moría de hambre.

Todos estuvieron de acuerdo. Jet le ofreció su brazo a Katara, pero Zuko se interpuso entre los dos, haciendo a un lado a Jet y sujetando el brazo de Katara para caminar con ella del brazo. Jet se sorprendió con la actitud de Zuko, pero no dijo nada, aunque en su interior una chispa de celos empezó a quemar su corazón.

El grupo se dirigió al restaurante que Zuko había sugerido y cómo tenían mucho que hablar, el príncipe pidió que les sirvieran la comida en un cuarto reservado. Al entrar en la habitación, Zuko retiro una silla para que Katara se sentara, ella sonrió ante la amabilidad del príncipe. Cuando Sokka, Aang, Teo y Long Shot vieron los modales del príncipe lo imitaron. Sin embargo, cuando Zuko iba a sentarse al lado de Katara, Jet se adelantó y ocupo el lugar.

– ¡Ese asiento es mío! – replicó Zuko.

– No vi tu nombre en él.

– ¡Calma chicos! – suplicó Song – si quieres sentarte al lado de Katara, te cedo mi lugar.

Song se levantó de la silla que estaba al lado de la quinceañera y fue a sentarse al lado de Suki. Sin decir nada, Zuko tomó el lugar que la jovencita le había cedido.

Todos empezaron a explicar cómo se habían conocido y lo que había sucedido desde la última vez que se había visto, pero entre Zuko y Jet la situación se volvía cada vez más tensa. Constantemente Jet se acercaba a Katara para susurrarle al oído algunas palabras y cada vez que lo hacía, el príncipe sentía una rabia que no podía controlar, así que de inmediato interrumpía la conservación entre los dos.

Casí habían terminado de comer cuando Jet le dijo a Katara:

– ¿Puedo hablar contigo a solas?

– Sí – respondió ella.

Los dos se levantaron de la mesa y salieron del restaurante, dejando a Zuko sumamente intranquilo. En la parte trasera del restaurante, Jet se acercó a Katara y le dijo:

– Quiero que sepas que desde el día en que nos separamos, he pensado mucho en ti y si he venido hasta aquí es sólo para buscarte y decirte que ¡te amo!

– ¡Jet! Yo... yo... no sé que decir. ¡Esto es tan inesperado!

– Katara, yo te he amado desde la primera vez que te ví y estoy seguro que tú también me amas, así que dime ¿aceptas ser mi novia?

– ¡Jet!... yo... yo no... ¡no sé! – tartamudeo la quinceañera – esto es muy precipitado y necesito tiempo para pensar.

– Es precipitado, pero ya te he perdido en dos ocasiones y está vez no pienso dejarte ir.

– Jet porque no somos simplemente amigos – dijo ella sonriendo nerviosamente.

– ¡No! – replicó Jet mientras sujetaba la cintura de Katara acercándola a su cuerpo – Si tu me amas tanto como yo a ti, ¡tenemos que ser más que amigos! – Él acerco sus labios tratando de besarla, pero ella aparto su rostro.

– ¡Ya basta, Jet! – replicó, tratando de retirarse, pero el no la dejaba ir – ¡Jet suéltame!

– ¡No!

– Te está pidiendo que la sueltes – resonó una voz a sus espaldas.

– ¡Zuko! – exclamó Katara. En ese instante Jet soltó a la jovencita.

– ¿es que no podemos tener un momento de privacidad? – replicó Jet molesto – Claramente dije que quería hablar a solas con Katara.

– Tus amigos te están buscando – dijo Zuko con frialdad aparente – dicen que es muy urgente.

– ¡Está bien! – refunfuño el joven – Katara, volveré en un minuto por tu respuesta – y después miró a Zuko amenazadoramente – y en cuanto a ti. Si quieres que sigamos siendo amigos, más vale que no intervengas en mis asuntos.

Zuko lo observo impasible. En cuanto Jet se alejó, Zuko tomó la mano de Katara y corrió con ella por las calles, hasta que llegaron a un pequeño callejón.

– ¿Qué pasa contigo Zuko? – replicó Katara – ¿Qué se supone que estas haciendo?

– Alejándote de ese rufián.

– Creí que "ese rufián" era tu amigo.

– Jet no es de fiar. En Ba Sing Se ofreció su amistad y después nos delató a mi tío y a mí. Creí que había cambiado, pero parece que sigue siendo el mismo.

– Verdad que duele cuando alguien te traiciona.

– Katara ¿qué hay exactamente entre tú y Jet?

– ¡Nada! Además, ¿por qué me lo preguntas? – protestó Katara – ¿yo te pregunte algo sobre Song?

– Sí – contestó en tono de reproche.

– ¡Está bien! Conocí a Jet en el Reino Tierra, el me gustaba al principio, pero cuando descubrí que planeaba destruir una aldea, lo congelé al tronco de un árbol. Después lo volví a encontrar en Ba Sing Se y lo congelé en una pared porque creí que aún era malvado – Zuko sonrió ligeramente al escuchar esto – él prometió ayudarnos a encontrar a Appa y nos llevó al lago Laogai. Ahí peleamos juntos contra los Dai Li, pero Jet resultó gravemente herido. Intenté curarlo con el agua de mi cantimplora, pero sus heridas eran muy graves. Nosotros no podíamos poner en peligro la vida de Aang y tuvimos que escapar dejando a Jet con sus amigos. Pensé que había muerto y me sentía culpable por eso, pero ahora que lo encontré con vida, me he quitado un peso de encima.

– ¿Entonces, no hay nada entre ustedes?

– No, ya te lo dije.

– Pues él parece que está enamorado en ti.

– Igual que Song está interesada en ti, pero dime ¿tú la amas?

– No – respondió con rapidez.

– Yo tampoco amo a Jet y eso es lo importante. ¿Satisfecho?

– Una pregunta más. ¿Cuándo dejaste a Jet en Ba Sing Se... ya tenías el agua del oasis de los espíritus?

– Sí.

– ¿Y por qué no lo curaste con esa agua?

– Porque apenas era suficiente para una curación, así que la estaba guardando para algo importante.

– ¿Hay algo más importante que salvarle la vida a un amigo?

– Proteger al avatar es nuestra misión más importante.

– ¿Entonces porque ibas a usar el agua para curar mi cicatriz? – preguntó Zuko interesado – Ni siquiera sabías si funcionaría.

– Pues... yo... no... no lo sé – ella suspiró – es que en la cueva te veías tan...triste y confundido que yo quise ayudarte.

– ¿Y pensabas usar el agua para curar mi cicatriz en vez de usarla para salvar la vida de Jet?

– Sí.

– ¡Gracias Katara!

– ¿Por qué?

– Porque con tus acciones me has demostrado que yo significo algo para ti.

Zuko sujetó las manos de Katara y por alguna razón la joven temblaba. Ella observo el rostro sonriente del príncipe y se dio cuenta de lo atractivo que era, especialmente cuando sonreía. Los dos jóvenes permanecieron en silencio por unos segundos e inconscientemente fueron acercando sus rostros en busca de un beso...

– ¡Vaya, vaya! – exclamó Toph interrumpiendo la escena – ¡Así que aquí están! Todos estaban buscándolos ¿por qué se fueron? Voy a avisarles que ya los encontré.

Toph corrió en busca de sus compañeros, pero entonces Zuko miró a Katara y le dijo:

– Vámonos de aquí.

– ¿pero por qué?

– Porque es tu cumpleaños y quiero que este día sea perfecto. Ven conmigo Katara, voy a enseñarte toda la belleza de mi país.

– ¡Está bien! – dijo la joven sonriendo – ¡vamos!

Los dos chicos corrieron a toda prisa a lo largo del callejón y al salir a una de las calles principales, se perdieron entre la multitud.

– ¿Dónde están Zuko y Katara? – preguntó Jet.

– Estaban aquí hace un momento – explicó Toph.

– Tal vez querían estar solos – sugirió Suki y mirando a Sokka añadió – nosotros podríamos hacer lo mismo.

– Tienes razón – Sokka abrazo a su novia y se marcharon rumbo al festival – Nos encontraremos más tarde en el baile, chicos.

Harú y el duque prefirieron separarse para disfrutar del festival.

– Yo quiero regresar al hotel – dijo Teo – no me gustan mucho las fiestas.

– Iré contigo – dijo Song, empujando la silla de ruedas – yo tampoco estoy de humor para ir al festival.

– ¿Quieren que los acompañe? – preguntó Jet.

– No es necesario – dijo Song sonriendo – ustedes vallan a divertirse. No quiero que se distraigan por nuestra culpa.

Cuando Song y Teo se marcharon, abejita le dijo a Jet:

– Estoy sorprendida. Esta es la primera vez que encuentras a una chica linda y no tratas de conquistarla.

– Song no es cómo las demás – respondió Jet en voz baja.

Cuando Aang y Toph se quedaron a solas en el callejón confirmaron sus temores.

– ¡Aang tenemos que hacer algo! Katara y Zuko estaban a punto de besarse.

– ¡besarse! – exclamó el avatar molestó – ¡y se marcharon juntos al festival!

– ¡sí! Tenemos que encontrarlos de inmediato, antes de que sea tarde.

– ¡Vamos de una vez!

Aang tomo la mano de Toph y corrieron por el callejón, hasta llegar a una de las calles principales.

– ¡Guaau! – exclamaron los dos niños al unísono al encontrarse en el centro del festival. Había muchos juegos, una rueda de la fortuna, carruseles, concursos, comidas y todo tipo de golosinas.

– Algodones de azúcar. Lleven sus algodones de azúcar – gritaba un vendedor.

– ¿quieres uno?

– Sí.

Los dos niños caminaban por la feria comiendo todo tipo de dulces y participando en muchos juegos. Toph concurso en varias pruebas de fuerza y ganó en todas las ocasiones. Lo mismo sucedió con Aang. También subieron a muchos juegos mecánicos. La verdad es que lo niños corrían de un lado a otro divirtiéndose como nunca antes.

Mientras tanto, Sokka daba su opinión sobre varias comidas y en vista de su inteligencia y su delicado paladar lo nombraron juez en un concurso de gastronomía. Probó tantos guisos exquisitos que se sorprendió de la gran variedad de comida de la Nación del Fuego. A Suki le divertía ver el comportamiento de su novio. Juntos subieron a varios juegos mecánicos y después Soka acompañó a su novia a comprar unos collares.

Era media tarde cuando Azula y sus dos amigas llegaron a la feria. Las tres usaban antifaces y vestidos de fiesta. Mientras caminaban por los alrededores, Jet se fijo en Azula y les dijo a sus amigos.

– Chicos, si quieren vayan a divertirse. Yo tengo algo que hacer.

– ¡Jet, cuando vas a cambiar! – replicó abejita, pero Jet la ignoro y se alejo siguiendo a Azula.

– No lo entiendo – dijo abejita – dice que esta enamorado de Katara, pero en cuanto ve a una chica va tras ella. El verdadero amor no debería ser así.

– ¡Me alegra mucho haber venido! – dijo Ty Lee sonriendo – ¡realmente amo los festivales!

– Pues yo los odio – replico Mai – me molesta ver a tanta gente feliz.

– Cálmense chicas – dijo Azula – recuerden que venimos en una misión.

– Pero todavía es muy temprano – declaró Ty Lee – tal vez podríamos divertirnos un poco.

– Disculpen señoritas – dijo de improviso Jet, parándose frente Azula – ¿Qué hacen tres damas tan hermosas cómo ustedes sin compañía?

– ¡Lo que faltaba! – protesto Azula – ¡un fastidioso!

Y las tres chicas siguieron adelante, ignorando al joven,

– Disculpa – dijo Jet dándoles alcance y sonriendo con seguridad – parece que no te has dado cuenta de la suerte que tienes de que yo me fijara en ti.

– ¡Haich! – refunfuñó Azula molesta mientras miraba al cielo – ¡pero que tipo tan engreído!

– Ven conmigo – dijo Jet acercando su rostro al de Azula – Voy a hacer que conozcas es el paraíso.

– ¡AHORA ESCUCHAME MUY BIEN INSECTO! – gritó Azula furiosa – ¡SERÁ MEJOR QUE TE ALEJES Y QUE NO VUELVA A VERTE EN MI VIDA O TE JURO QUE TE VAS A ARREPENTIR!

– ¡Valla, las mujeres difíciles me gustan más!

Ante la impertinencia del joven, Azula se dio media vuelva y se alejó caminando a toda prisa, mientras sus amigas la seguían.

– Azula, no debiste tratarlo así – dijo Ty Lee.

– ¿Por qué no?

– Bueno porque siempre te quejas de que ningún chico se fija en ti, y ahora que tienes uno persiguiéndote, lo corres.

– Ese tipo es el hombre más arrogante, orgulloso, presumido y engreído que he conocido en mi vida y ¡NUNCA, JAMÁS, saldría con él!

– Pero hay que reconocer que es muy apuesto. Tal vez deberías darle una oportunidad.

– ¡Ni loca! Además, con la advertencia que le di, no volveremos a verlo nunca.

– A mi me parece que él no es de los que se asustan.

– ¿Por qué lo dices?

– Porque nos viene siguiendo.

– ¡Qué! Vengan rápido hacia ese callejón – Azula se preparo para atacar diciendo – Muy bien, que venga y en cuanto lo tenga en mis manos voy a hacer que se arrepienta de su insolencia.

– Azula, tal vez me mates por esto, pero lo hago por tu bien – Ty Lee golpeó a su amiga en diversos puntos del cuerpo.

– ¡QUE RAYOS ESTÁS HACIENDO! – gritó Azula furiosa mientras lanzaba una ráfaga de fuego sobre su amiga, pero de sus manos no salio nada – ¿qué sucede?

– Te quite tus poderes temporalmente, pero no te preocupes, mañana estarás bien de nuevo.

– ¿Por qué hiciste eso? – replicó furiosa mientras sujetaba el cuello de su amiga.

– Porque no quiero que lo mates antes de que te bese.

– ¡Hey, primor! – gritó Jet – No podrás alejarte de mí tan fácilmente.

– Parece que no – suspiró Azula con enfado – Ustedes váyanse y déjenos solos. Voy a encargarme de esta plaga "personalmente".

Ty Lee y Mai se marcharon dejando a Jet y Azula frente a frente.

– ¿Qué es lo que quieres? – demandó la princesa.

– Sólo quiero invitarte a salir.

– Te advierto que no soy la chica indicada para ti. Todos los hombres que conozco se asustan en cuanto me conocen.

– ¡Qué tontería! – río Jet – ¿por qué alguien se asustaría con un pimpollo como tú?

– Porque soy la mujer más peligrosa que existe.

– Mmmh – sonrió Jet – ¡con lo que me gusta el peligro!

– Muy bien. Te lo advertí. ¡Ahora defiéndete!

Azula lanzó un puñetazo sobre el joven, pero éste lo esquivó con facilidad, dejando a la princesa muy sorprendida.

– ¡Vaya, al fin un rival digno! Parece que esto va a ser muy interesante.

Los dos jóvenes empezaron a pelear en forma admirable. Los dos lanzaban y paraban golpes y patadas sin que uno sobresaliera del otro. Azula no podía creer que este chico tan arrogante fuera un guerrero tan extraordinario y Jet esta fascinado ante la ferocidad de esta desconocida.

– ¡Guau! Si eres incansable en combate debes ser increíble en la cama.

– ¡CALLATE!

– Sabes que te ves más hermosa cuando te enfureces.

Nunca en toda su vida, Azula había estado tan enojada con alguien y estos sentimientos nublaban su pensamiento en el combate.

– Espera un poco – dijo Azula recuperando el aliento – Necesito descansar. Hagamos una tregua

– Muy bien, tregua entonces.

Inesperadamente Azula sacó un cuchillo bajo su manga y lo colocó en la garganta de Jet.

– ¡Tonto! No debiste confiar en mí – dijo Azula con una ligera sonrisa de triunfo.

– Estaba a punto de decir lo mismo – declaró Jet sonriendo en la misma forma.

Azula bajo la vista para descubrir que el cuchillo de Jet presionaba su costado derecho, justo a la altura del hígado.

– ¡Vaya! Parece que somos iguales, después de todo – dijo Azula con una sonrisa en su rostro.

– Si somos tan iguales, no deberíamos estar peleando.

– No.

– ¿Soltamos los cuchillos al mismo tiempo?

– ¡A las tres! – dijo Azula – Una... dos... ¡tres!

Pero al llegar a tres, ninguno movió un músculo.

– Parece que no confías en mi – dijo Azula.

– Yo sólo confío en mi y en nadie más – río Jet.

– ¿y qué sigue? No podemos quedarnos aquí toda la noche.

– Yo podría – dijo Jet sonriendo y acercando sus labios a los de Azula.

– ¡Qué tenemos aquí! – dijo el líder de una pequeña pandilla que se acercó por el callejón. Entréguenos todo su dinero si no quieren morir.

– ¡Esto tiene que ser una broma! – suspiró Jet – ¿te parece si dejamos el combate para después? Quiero darle una lección a estos tipos.

– Por mi está bien – dijo Azula.

Los dos jóvenes soltaron sus armas y levantaron las manos en señal de aparente rendición.

– ¡Buena decisión! – dijo el jefe de la pandilla – ahora entréguenme sus pertenencias o aténganse a las consecuencias.

– ¿Qué consecuencias? – preguntó Jet en tono despreocupado – ¿pelear con ustedes?

– Sí.

– Quiero advertirles que esta pelea no sería justa, ya que nosotros somos dos y ustedes sólo son doce – dijo Jet en tono burlesco.

– No sabes con quien te metes, chico. Nosotros somos "los lobos del mal", la pandilla más peligrosa de toda la isla y vamos a quitarte lo hablador.

– Ya fue mucha charla – dijo Jet y con rápidos movimientos enfrentó a sus contrincantes. Azula también ayudó y con sus fuerzas combinadas, acabaron con los rivales en cuestión de segundos.

– Estos tipos se merecen una lección – dijo Azula.

– Cierto. Vamos a quitarles la ropa y obligarlos a que atraviesen la feria completamente desnudos.

– Yo estaba pensando en bañarlos con miel y arrojarlos a un hormiguero, pero tu idea también es buena.

Pocos minutos más tarde, los rufianes atravesaban la plaza corriendo buscando algo con que cubrirse mientras Jet y Azula no paraban de reír.

– Nunca imagine conocer a alguien como tú – dijo Jet – y a todo esto ¿Cuál es tu nombre?

– Azula ¿y el tuyo?

– Soy Jet y me alegra mucho conocerte – El joven acercó sus labios a los de la princesa y ella cerró los ojos, entonces Jet la besó.

– Eso estuvo bien – dijo Azula sonriendo.

– ¡Sólo bien! – protestó Jet – ¡mis besos son geniales!

– Tal vez necesito otra muestra.

Esta vez Jet abrazo a la joven con firmeza, la inclino ligeramente hacia atrás y le dio un largo y apasionado beso.

– ¡Eso fue increíble! – suspiró Azula – pero se hace tarde y tengo un asunto que atender, me temo que tengo que irme.

– ¿Podré verte otra vez?

– Sí, nos veremos en el baile de esta noche.

– Ahí estaré – dijo Jet sonriendo.

Azula salió del callejón y encontró a Mai esperándola.

– ¿Dónde está Ty Lee?

– Dijo que quería ver el festival y que nos encontraríamos en el baile. ¿Qué sucedió con tu enamorado?

– Nada. Le di una lección a Jet.

– ¿Una lección? – pregunto Mai levantando una ceja – ¿y por eso tienes los labios despintados?

– Sólo lo besé para que me dejara en paz, pero ese estúpido no significa nada para mí. ¡El muy tonto! le prometí que iría al baile con él, pero va a sufrir una decepción. ¡Cómo me gustaría ver la cara que pone cuando descubra que lo deje plantado!

Azula quiso sacar un espejo de la bolsa que tenía en el cinturón para pintar sus labios pero con asombro descubrió que la bolsa había sido cortada.

– ¡ESE RUFIÁN, MISERABLE! – me robó mis cosas.

– Que importa, tienes muchos cosméticos en casa.

– No lo entiendes. Ahí traía el frasco con la poción. ¡Necesitamos recuperarla a cualquier costo! Ayúdame a buscar a Jet. Tengo que recuperar el frasco para que nuestros planes funcionen.

Jet estaba inspeccionando la bolsa, pero sólo encontró cosas inútiles. Un pequeño frasco de vidrio, cosméticos y un anillo que parecía ser muy costoso. Jet sonrió con su botín. Fue a varios hoteles dispuesto a cambiar el anillo por un cuarto, pero en todos lados lo rechazaron.

– Esto no es una casa de cambio. Nosotros necesitamos dinero, no joyas.

– Pero el anillo es muy valioso – replicó Jet.

– Tal vez, pero las joyas a veces son robadas. Si aceptamos una joya y después viene el dueño a reclamarla, tenemos que devolverla. En cambio con el dinero no hay problema. Así que si quieres un cuarto trae monedas porque nade aceptara otra cosa.

– ¿y donde se supone que voy a cambiar el anillo? Todas las casas de cambio están cerradas.

– Ese no es mi problema – dijo el encargado de un hotel.

Ahora Jet estaba desconsolado. ¿De donde podría obtener dinero? Entonces una ida cruzó por su mente y el joven sonrió con malicia.

Todos los que querían participar en el baile tenían que registrarse primero, les asignaban un número y se los colocaban en la espalda, para que las personas votaran por la mejor pareja de la feria. A Katara le tocó el número 15 y a Zuko el 19. El resto de sus compañeros también se habían inscrito y todos llevaban el número asignado en su espalda.

Zuko y Katara paseaban del brazo por la feria. Habían participado en varios concursos, como tiro al blanco, derribar pilas de botellas con una pelota y la prueba de la fuerza y en todos Zuko había ganado un obsequio para Katara. Las personas que veían a los dos jóvenes, sonreían con agrado.

– ¡Hacen una pareja estupenda! – decían algunas chicas – yo voy a votar por ellos como los reyes del festival.

Mientras tanto, Aang y Toph se divertían mucho en la feria, corrían de un juego a otro sin parar. La feria era el paraíso para cualquier niño y estos dos pequeños no desperdiciaban la oportunidad.

– Espera Aang – Advirtió Toph al sentir unas pisadas conocidas.

– ¿Qué sucede?

– Encontré a Zuko y a Katara.

– ¿Dónde?

– Por allá – señaló la niña ciega – Van a la rueda de la fortuna.

– Vamos a ver.

Zuko subió con Katara al vagón y la rueda de la fortuna empezó a girar. Cuando estaban en la parte más alta, el juego se detuvo. Esto no fue un accidente. En realidad, el príncipe le había dado unas monedas al operador para que trabara el juego cuando ellos estuvieran el la parte más alta. Al operario no le sorprendió porque este era un viejo truco, muy recurrido por muchos jóvenes y estaba acostumbrado a ese tipo de cosas.

– ¿Qué sucedió? – preguntó Katara.

– Parece que el juego se descompuso, pero no te preocupes, lo arreglaran en poco tiempo.

– ¿y qué vamos a hacer?

– Sólo podemos esperar. Mientras tanto, podemos admirar el paisaje. Desde aquí puede verse gran parte de la ciudad.

– ¡Es una vista hermosa! –Tuvo que admitir Katara.

– Sí, lo es, pero no tanto cómo tú.

Lentamente, Zuko deslizó su brazo izquierdo sobre la espalda de Katara. Ella sonrió ligeramente adivinando las intenciones del príncipe. Entonces los labios de Zuko y de Katara se aproximaron lentamente y estaban apunto de tocarse cuando un viento intenso hizo mecer los vagones violentamente.

– ¿Qué está sucediendo? – pregunto Katara.

– No sé, pero no hay de qué alarmarse. Estos juegos son muy seguros.

Lo que Zuko no sabía, es que el avatar era el responsable de esta ventisca. Aang y Toph estaban decididos a no permitir que Zuko y Katara se quedarán a solas. Así que cuando se enteraron de que el juego estaba detenido, Aang lanzó un viento intenso para alarmar a la gente y obligar al operario a mover el juego. El mecánico no tuvo más remedio que hacer funcionar la maquinaria para bajarlos a todos.

Cuando la rueda de la fortuna volvió a girar, Zuko no pudo ocultar su decepción pero trató de disimularlo. Cuando los dos jóvenes bajaron, Toph y Aang se ocultaron y decidieron seguirlos de cerca.

Ya comenzaba a atardecer, pero aún así hacía calor. Katara tenía sed y Zuko se ofreció a traer unas bebidas. Mientras esperaba su orden, unos jóvenes se le acercaron y le dijeron.

– ¡Tú novia es muy bonita, amigo!

– ¡Gracias! – respondió Zuko con orgullo.

– ¿Y qué tal besa?

– Bueno... aún no lo sé.

– ¡Cómo es posible que aún no hayas besado a una chica tan linda como ella!

– He tratado – confesó el príncipe con decepción – pero con tanta gente, ha habido muchas interrupciones.

– Si estás buscando un lugar apropiado, llévala al túnel del amor.

– ¡Sí! esa es buena idea. ¡Gracias amigo!

Katara esperaba al príncipe, sentada en una banca, cuando unas chicas se acercaron y le dijeron:

– Tú novio es muy apuesto.

– Bueno... en realidad no es mi novio.

– ¡No me digas que aún no se te ha declarado!

– No – respondió Katara sonrojandose.

– No te preocupes, el festival es el lugar ideal para hacerlo. Muchas parejas vienen aquí con la única finalidad de declararse.

– Pero hasta ahora únicamente somos amigos y tal vez yo no le intereso de otra forma.

– Bueno, existe una manera de averiguarlo: El túnel del amor.

– ¿El túnel del amor?

– No falla. si él quiere llevarte al túnel del amor entonces es que quiere ser tu novio.

– Katara, te traje una limonada – dijo Zuko interrumpiendo la conversación de las chicas. Las adolesentes se apartaron un poco, pero estaban atentas a la conversación. Zuko le entregó un vaso de limonada a Katara y sentandose a su lado le dijo – Sabes, he estado pensando que aún es temprano y tal vez podríamos ir a otro juego antes de cenar.

– Me parece bien ¿a qué juego quieres ir?

– ¿Qué te parece el túnel del amor?

Katara sonrió ligeramente y miró de reojo a sus nuevas amigas, quiénes sonreían y una de ellas levantó su pulgar en señal de aprobación.

Continuará...

Notas:

1.- Espero que les haya gustado el capítulo. Cómo pueden ver los conflictos amorosos apenas comienzan y Jet es el centro del conflicto principal ¿con quién se quedará Jet, con Katara, con Song o con Azula? Tengo planeado unir y separar tantas parejas como sea posible en este festival.

2.- Muchas gracias a todos por sus reviews. Espero que sigan escribiendo. Todas sus sugerencias son tomadas en cuenta y son muy importantes para mí.

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