Un Amor Imposible. Zuko & Kat...

By LynZWay6

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Zuko se ha unido al grupo del avatar, al principio Katara lo odia, pero al fin lo ha perdonado. ¿Podrá triunf... More

Capitulo 1. Encuentros y Reencuentros
Capitulo 2. Recuerdos
Capitulo 3. El Rescate
Capitulo 4. El Antidoto (primera parte)
Capitulo 5. El Antídoto (segunda parte)
Capitulo 6. Confrontación
Capitulo 7. La Explosión
Capitulo 9. Los XV años de Katara
Capitulo 10. El festival
Capitulo 11. El túnel del amor.
Capitulo 12. El día de campo.
Capitulo 13. Uniones y Rupturas
Capitulo 14. El Duelo
Capitulo 15. Confesiones
Capitulo 16. El pasado de Zuko
Capitulo 17. La Adivina
Capitulo 18. La Traición
Capitulo 19. El triunfo de Azula
Capitulo 20. La Roca Hirviente
Capitulo 21. Zuko al Rescate
Capitulo 22. Escape de Prisión
Capitulo 23. La Venganza de Azula
Capitulo 24. El Congelador
Capitulo 25. La Caída de la Roca Hirviente
Capitulo 26. Perseguidos
Capítulo 27.Sangre Control
Capítulo 28.Planes de Guerra
Capítulo 29. El Huevo Dorado
Capitulo 30. El bebé dragon
Capitulo 31. El Rey Dragon
Capitulo 32. Presentimiento
Capitulo 33. La Promesa
Capítulo 34. Ataque nocturno
Capitulo 35. Duelo de espadas (1ra Parte)
Capítulo 36. Duelo de Espadas (2da Parte) La Historia de Ursa
Capitulo 37. Duelo de Espadas (3ra parte) La Muerte de Azulon
Capitulo 38. El mejor espadachín
Capítulo 39. Enemigos del pasado.
Capitulo 40. La Emboscada
Capitulo 41. El Crepúsculo
Capitulo 42. El Amanecer
Capítulo 43. El cometa de Sozin (Primera parte)
Capitulo 44. el cometa de Sozin (Segunda Parte)
Datos Curiosos Avatar: The Last Airbender
Capítulo 45. El cometa de Sozin 3ra parte (Los refuerzos)
Capítulo 46. La técnica suprema
Capítulo 47. El consejo de los sabios
Capítulo 48. Sacrificio
Capítulo 49. Despedida (1ª parte).
Capítulo 50. La Despedida (2da parte).
Capítulo 51. Boda trágica.
Capitulo 52. El último Agni Kai.
Capítulo 53. Agonía
Capitulo 54. Viva el nuevo Señor del Fuego
Segunda Temporada?
Actualizacion del nuevo mini-fic
Zuko, el Cyrano de la Nación del Fuego. Capitulo 1- Decepción
Capítulo 2. Más decepciones.
Capítulo 3. La despedida.
Capítulo 4. La carta de amor.
Capítulo 5. El pacto.
Capítulo 6. La cámara de los secretos.

Capitulo 8. El vuelo del Fénix

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By LynZWay6

Disclaimer: los personajes del avatar no son mios, sino de Nickelodeon y sus creadores.


Katara permanecía de rodillas, mientras sus lágrimas rodaban por sus mejillas. Aang se acercó a ella y sin decir nada, la abrazó con ternura. Ella empezó a llorar con más fuerza, mientras Aang la rodeaba con sus brazos.

Ninguno del grupo se atrevía a hablar, pues todos compartían la pena de haber perdido a Zuko. Incluso los guardias heridos, sabían que si no fuera por el sacrificio del príncipe, todos estarían muertos.

Azula estaba sentada, recargada sobre una roca y al observar los rostros entristecidos de todos, murmuró en voz baja.

– ¡Zuko, siempre fuiste un tonto!

– ¡Alguien viene! – advirtió Sokka y señaló un dirigible de la nación del fuego que estaba sobre ellos. Todos alzaron la vista para ver la nave que se preparaba para aterrizar.

– ¡No hay problema, es el general Iroh! – dijo Aang y dirigiéndose a Katara le explicó – juntos derribamos varias naves, pero capturamos una de ellas, porque pensábamos que así sería más fácil rescatarlos. Así que nos dividimos, Iroh, Teo, Harú y Duque subieron al dirigible, el resto volamos en Appa.

Katara estaba tan absorta en su mundo que no parecía escuchar las explicaciones del avatar. Cuando Iroh bajo de la nave y vio a Azula y a todos los soldados heridos, se alegró.

– ¡Felicitaciones joven avatar! realizaste el rescataste tú sólo – el anciano se acerco a Katara y con una sonrisa le preguntó – ¿Dónde está mi sobrino?

Katara levantó la vista y miró al anciano con los ojos llenos de lágrimas.

– ¿Dónde está Zuko? – preguntó Iroh alarmado.

– Murió tratando de salvarnos – respondió Aang con la cabeza inclinada.

Iroh sintió que un balde de agua helada le caía encima, al escuchar esta noticia.

– ¿Qué? – fue lo único que pudo decir, porque un nudo se había formado en su garganta – ¡No es cierto, no puede ser cierto!

– ¡Es cierto! – dijo Katara poniéndose de pie y acercándose al anciano – para darnos tiempo de escapar, contuvo la explosión hasta que... hasta que fue tarde.

– ¿Una explosión? – preguntó Iroh, recuperando la esperanza – ¿piensan que Zuko murió en una explosión?

– No pudo haber sobrevivido – dijo Katara con voz ahogada.

– ¿Dónde está? – preguntó Iroh sujetando los hombros de Katara y sacudiéndola con fuerza – ¿Dónde lo dejaron?

– Abajo – respondió la joven.

– ¡Ven, vamos por él! – dijo Iroh tomando la mano de Katara y jalándola para que le indicara el camino.

– ¡Es inútil! – replicó Azula – No hay forma de que Zuzu hubiera sobrevivido a esa explosión... A menos... – Azula sonrió – A menos que tú sepas algo que nosotros no sabemos.

Iroh fingió no escuchar el comentario de Azula, simplemente subió en el bisonte en compañía de Katara y dirigiéndose al resto del grupo les ordenó:

– Asegúrense de que los presos no puedan escapar y no pierdan de vista a mi sobrina, ella es muy peligrosa.

El anciano tomó las riendas del bisonte y emprendió el vuelo, ante la mirada extrañada de todos. Cuando el bisonte bajo por la colina, Iroh pudo ver los restos aún humeantes de la nave y también los estragos que había provocado la explosión.

Sobrevolando el terreno, vio un enorme cráter, cerca de los restos de la nave. Iroh aterrizó y sin dudar corrió hacia el centro del agujero, seguido por Katara. En el fondo encontró a su sobrino, cubierto por tierra y algunas piedras. Iroh removio las rocas de inmediato.

Katara quiso ayudar, pero cuando se acercó, se sonrojo y se dio media vuelta.

– ¡Está desnudo! – exclamó ella cubriéndose los ojos – ¿Por qué está desnudo?

– Seguramente su ropa se incineró con la explosión – respondió Iroh mientras se quitaba su chaleco y cubría el cuerpo inconsciente de su sobrino – ¡Zuko, Zuko, despierta! – gritaba el anciano mientras sacudía al príncipe – ¡Por favor Katara, dime cómo está!

– ¡Lo siento! – dijo Katara intentando controlar el agua inutilmente – Tai Le me quitó los poderes.

Iroh se levantó y con sus dedos aplicó presión en varios puntos del cuerpo de Katara.

– Inténtalo ahora – dijo Iroh. Katara obedeció y se sorprendió con el resultado.

– ¡Esto es increíble! – dijo sorprendida al notar que había recuperado sus poderes – ¿cómo lo hiciste?

– Tai Le no es la única que domina el conocimiento del cuerpo humano.

Katara usó el agua control para examinar a Zuko

– ¡no puedo creerlo! – exclamó ella sorprendida.

– ¿Qué sucede? – preguntó Iroh alarmado.

– ¡No tiene nada! No hay rasguños, quemaduras, ni heridas ¿cómo es posible? Su ropa se incendió pero él está bien.

– ¿Si no tiene nada por qué no despierta?

– ¡Es extraño!, es cómo si su fuerza vital se hubiera esfumado. Parece que se encuentra bien, pero está increíblemente agotado ¿Iroh, qué está sucediendo? – El viejo permaneció en silencio, pero Katara insistió – No es posible que una persona normal hubiera sobrevivido a una explosión así.

– Te lo explicaré más tarde, por ahora te suplico que no me hagas más preguntas.

Iroh tomó en sus brazos el cuerpo inerte de su sobrino y lo condujo hasta el bisonte. Katara sujetó las riendas de Appa y juntos regresaron con el resto del grupo. Nadie daba crédito a lo que veía, pero la más sorprendida era Azula. Sin embargo, aunque nadie comprendía la razón, todos estaban contentos de que Zuko estuviera a salvo.

Katara se dedicó a atender a los heridos, incluso a la princesa Azula, a quién Toph había inmovilizado cubriéndola con una gruesa capa de roca para que no pudiera escapar.

Cuando Katara terminó de curar a los heridos fue en busca de Iroh. Lo encontró lejos del campamento sentado al lado de su querido sobrino.

– ¿Realmente te preocupas por él, verdad? – preguntó Katara, sentándose a un lado del anciano.

– Desde que perdí a mi hijo Lu Ten, pienso en Zuko como en un segundo hijo. No creo que pudiera soportar perderlo también a él – dijo el anciano con el rostro lleno de tristeza.

– Iroh, cuando escuchaste sobre la explosión, ¿sabías que Zuko estaba vivo, no es así?

– Sí

– ¿Por qué?

– Porque ya había sucedido algo así. Antes del ataque al polo norte, Zhao le tendió una trampa a Zuko. Contrató unos piratas y pusieron explosivos en el barco. Cuando escuché el estallido pensé que Zuko había muerto, igual que tú lo pensaste ahora, pero no fue así. Si no lo hubiera visto, no lo hubiera creído, pero logró sobrevivir gracias a una técnica llamada "el vuelo del fénix".

– Nunca había escuchado esa técnica.

– Muy pocos la conocen y hasta donde yo sé. Sólo existía una persona en el mundo capaz de realizarla pero murió hace más de 100 años.

– ¿entonces cómo la aprendió Zuko? – Preguntó Katara – ¿Tú se la enseñaste?

– No. Nadie se la enseñó porque nadie sabe cómo realizarse. Es totalmente instintiva. Es algo así como el estado avatar y sirve como un poderoso mecanismo de defensa. Su cuerpo entero se convierte en fuego y energía.

– ¿por eso se quemó su ropa?

– Así es, pero ese poder dura poco tiempo, porque consume mucha de su energía vital. Cuando termina su efecto, las llamas se extinguen al igual que su energía. La última vez, Zuko permaneció dormido por unas horas, pero ahora, ya ha pasado mucho tiempo y aún no despierta. Supongo que cada vez que usa esta técnica pierde más energía y por eso el agotamiento es mayor – el anciano hizo una pausa – Si mi sobrino vuelve a utilizar el vuelo del fénix otra vez... me temo que... morirá.

– ¡Escuchen, se acercan varias naves de la nación del fuego! – gritó Sokka – ¡No podremos pelear con todos!

– Seguramente están buscando a Azula – dijo Iroh – ¡Rápido, suban todos en Appa! – Iroh levantó el cuerpo inerte de su sobrino y les dijo a los soldados que tenían prisioneros:

– Díganles a sus compañeros que nos llevaremos a la princesa como rehén. Así que les advierto: ¡No nos sigan! O ella pagará el precio.

El pequeño grupo se alejo volando y gracias a la advertencia de Iroh nadie los siguió. Cerca del anochecer, acamparon en una isla cercana. Ahí levantaron el campamento. Iroh dio instrucciones para que Harú, Teo y Sokka hicieron rondas para vigilar a Azula. El exgeneral estaba cuidando a su sobrino hasta que el sueño lo venció. Todos los demás fueron a dormir, menos Azula, quien pasó horas charlando con cada uno de sus captores.

Muy de madrugada, Sokka se quedó dormido en lugar de vigilar. Entonces, de entre las sombras, apareció una silueta humana. Azula sonrió.

– Sabía que vendrías. El trato que te ofrecí era demasiado bueno para que lo rechazaras – los ojos de Azula se llenaron de un brillo siniestro – seguiremos con el plan, pero necesitamos hablar con calma, así que nos encontraremos en la inauguración del festival de los enamorados en el lugar y hora acordada...

Cerca del amanecer, Iroh abrió los ojos y se sorprendió al descubrir que su sobrino no estaba en la tienda de campaña. Sin perder tiempo, el viejo salió del campamento y, alumbrado con una pequeña llama en su mano, buscó en los alrededores. Encontró a su sobrino recargado sobre un árbol observando la luna en cuarto creciente. Como no tenía ropa, estaba cubierto con una manta.

– ¿Zuko, qué haces aquí? – preguntó Iroh – ¿Tuviste otra pesadilla?

– Desde el Agni Kai, no ha pasado un sólo día sin que despierte por esas pesadillas. Creí que con el tiempo se esfumarían, pero no es así – dijo el joven sin despegar la vista de la luna – Me preguntó si alguna vez podré dormir una noche completa de nuevo.

– No debiste salir – dijo el anciano al observar que su sobrino se llevaba una mano a la cabeza y se tambaleaba ligeramente – será mejor que regreses a descansar.

– Tío ¿qué sucedió? – preguntó Zuko con los ojos llenos de confusión y cansancio.

– ¿Qué es lo último que recuerdas?

– Recuerdo que la nave estaba a punto de explotar y yo... traté de detenerla y... no recuerdo más, pero me siento extraño y muy cansado... igual que aquella vez cuando explotó el barco ¿recuerdas?

– Si, Zuko. Fue como aquella vez.

– ¿Qué es ese olor?

– Huele como a humo.

Iroh siguió el olor y observó que algunas tiendas de campaña se estaban incendiando.

– ¡FUEGO! – gritó Iroh alertando al grupo.

En el acto despertaron todos, incluso Sokka, que corrió al escuchar el llamado. Katara utilizó el control del agua para sofocar el incendio, pero en ese momento escucharon una explosión. Todos corrieron alarmados en busca de Azula, pero al llegar, sus temores se habían confirmado: La princesa había escapado...

En vista de que Azula conocía el escondite del grupo, Iroh pensó que sería mejor huir de inmediato. Juntos partieron hacia una isla lejana sugerida por Zuko. Al general le pareció buena idea, porque había muchos lugares en donde esconderse en esa isla.

Zuko permaneció dormido durante todo el viaje, porque se sentía demasiado cansado como para hacer otra cosa. El resto del grupo se mantenía en silencio. A todos les pareció extraña la forma en que comenzó el incendio del campamento. Cualquiera diría que la princesa tuvo ayuda de alguien, pero nadie se atrevía a señalar sospechosos, así que todos prefirieron suponer que se trató simplemente de un accidente y que Azula aprovecho la ocasión para huir; pero en el fondo, todos se sentían intranquilos al respecto.

Cuando llegaron a la nueva isla, levantaron el campamento. Cómo Zuko no tenía nada que ponerse, Sokka le prestó unos pantalones, que por cierto le quedaban chicos; mientras que Iroh le prestó su saco, que le quedaba demasiado grande, pero al menos así, quedaba cubierto.

Al atardecer, Iroh llamó a Aang, Katara, Sokka y Toph. Juntos se reunieron alrededor de una fogata para conversar.

– ¿en donde está Zuko? – preguntó Aang

– Durmiendo – respondió Iroh – aún está cansado, pero mañana se sentirá mejor y podrán continuar con el entrenamiento. Es importante que domines los 4 elementos para que puedas enfrenar a Ozaí.

– Sí, lo sé – dijo Aang con tristeza.

– ¿Qué sucede, joven Avatar?

– Estoy preocupado, ¿qué pasa si no puedo vencer al señor del fuego? Ustedes vieron lo que ocurrió en Ba Sing Se. Ni siquiera pude vencer a Azula. Me temo que no tengo suficiente poder.

– Aprovechando que mi sobrino duerme y que estamos solos, quiero hacerles una confesión – dijo Iroh – tú no perdiste porque no tuvieras suficiente poder, perdiste porque no estabas peleando con tu guardián.

– ¿qué guardián?

– Te explicaré. Todo el mundo sabe que la misión del avatar es mantener el equilibrio en el mundo, pero muy pocos conocen sobre la existencia de "el guardián" que nace con la encomienda de proteger y ayudar al avatar en todo momento. El guardián es un poderoso guerrero, cuya identidad se mantiene en secreto. Es posible reconocerlo porque siempre pertenece a las altas esferas de la sociedad, porque es un poderoso maestro de los elementos y porque siempre es un maestro metal.

– Toph es la única maestra metal que conozco – declaró Aang – y ella es la mejor maestra tierra que existe. Además, pertenece a la alta sociedad.

– ¿Eso es cierto Toph? – preguntó Iroh con incredulidad.

– ¡Es cierto! Y te haré una demostración.

Toph tomó la barra con la que estaban atizando leña y fácilmente lo transformó en diferentes figuras.

– ¡Eso es sorprendente! – declaró Iroh – aunque hubiera jurado que...

– ¿Significa que Toph es mi guardián? – preguntó Aang.

– No lo sé. Es mejor no apresurar conclusiones, aunque me temo que esto cambia todo. Necesito informar a los sabios para tomar una decisión. Tendré que consultarlos inmediatamente.

– ¿Quieres que te acompañemos? – preguntó Sokka

– No. Esto es algo que tengo que hacer solo. Partiré mañana al amanecer cuando... ¿quién anda ahí?

– Somos nosotros – dijeron Haru y Duque, quienes estaban escondidos tras un arbusto.

– Esta es una conversación privada – dijo Iroh y los dos chicos se alejaron con tristeza.

– Ellos son nuestros amigos – dijo Aang – No tiene nada malo que escuchen.

– Tal vez – dijo Iroh – pero por el momento quiero que lo que hablemos lo mantengamos en secreto. Ni siquiera mi sobrino debe enterarse ¿Está claro?

– Sí – dijeron los chicos.

Durante la cena, Zuko se integró al grupo. Katara le ofreció un poco de té al príncipe, quien aceptó y se sentó cerca de Iroh.

– Tío, creo que ha llegado el momento de hablar.

– Tienes razón – dijo el general haciendo a un lado el tazón de arroz que estaba comiendo – hablemos. ¡Ah, mira esto Zuko! – exclamó Iroh señalando el collar de Katara – ¿no es ese el collar que encontraste y con el que te obsesionaste tanto?

– ¡Pppprrrrhh! – fue el sonido que emitió Zuko al escupir el té que estaba bebiendo. Inmediatamente, el joven empezó a toser ruidosamente.

– ¿Se refieren al collar de mi madre? – preguntó Katara interesada.

– ¡Tío, es tarde, será mejor que nos vallamos a dormir! – exclamó el joven con nerviosismo.

– Todavía es temprano. Además tú querías hablar ¿no es cierto?

– ¿Zuko se obsesionó?– preguntó Katara con curiosidad.

– Mi sobrino pasaba horas contemplando ese collar – contestó Iroh con toda la intención de avergonzar a su sobrino.

– ¡Tío, por favor!

– ¡Así que todo el tiempo pensabas en mi collar, eh? – preguntó Katara sonriendo.

– ¡No!, No. ¡Claro que no! No estaba pensando en el collar – respondió el príncipe contrariado y limpiándose el sudor de su rostro – yo sólo... estaba... estaba... ¡estaba pensando en una forma de atrapar al avatar!

– Entonces ¿por qué lo ataste a tu manga derecha? – preguntó Iroh fingiendo ingenuidad.

– Porque... por... porque quería mantenerlo en un lugar seguro.

– ¿y por qué no dejabas que nadie lo tocara? – preguntó Iroh con fingida inocencia.

– Porque no quería que perdiera el olor, así podría usarlo para seguir su rastro.

– Si no querías que pediera el olor, ¿por qué no lo guardabas en tu cuarto?

– ¡Porque no quería que se perdiera!

– ¿y por qué pasabas tantas horas contemplándolo?

– PORQUE ESTABA PENSANDO EN UN PLAN PARA ATRAPAR AL AVATAR

– ¿y por qué suspirabas cuanto lo veías?

– ¡YA BASTA! – gritó el joven con las manos empuñadas y visiblemente molesto se alejó.

Katara reía ligeramente, mientras que Iroh sonreía con satisfacción.

– ¿En verdad suspiraba cuando observaba mi collar? – preguntó Katara con curiosidad.

– ¡Todo el tiempo! – fue la respuesta de Iroh.

– ¡Pobre Zuko! – exclamó ella – creo que iré a hablar con él.

– No, mejor yo iré – dijo Sokka – este es un asunto de hombres.

Sokka encontró a Zuko sentado en el suelo y recargado en el tronco de un árbol.

– ¿vienes a burlarte? – preguntó Zuko.

– ¡Claro que no!

– Mi tío no tenía derecho de decir eso – dijo el joven con tristeza.

– No te preocupes, mi hermana me ha hecho lo mismo muchas veces.

– ¿En serio?

– Sí. Supongo que una de las funciones de la familia es avergonzarte en frente de tus amigos.

Entonces Sokka empezó a contarle varios pasajes vergonzosos de su pasado. En poco tiempo los dos jóvenes empezaron a hablar con libertad sobre asuntos que sólo los chicos comprenden, e incluso empezaron a reír.

– ¿Entonces, qué es lo que sientes por mi hermana?

– ¡Nada!

– Me alegra escuchar eso, porque Aang está enamorado de ella, pero no se atreve a decírselo.

– ¿Aang? – preguntó Zuko – ¿y Katara también lo...?

– Eso creo. Los dos son muy unidos. Siempre están juntos y todo el tiempo se apoyan mutuamente ¿no crees que eso es amor?

– Sí, supongo que si – respondió Zuko con una extraña tristeza que no pudo ocultar. El joven inclinó su cabeza y con un nudo en la garganta agregó – creo que es lo mejor. Katara se merece ser feliz y con Aang podrá lograrlo. Además, el avatar es la persona más importante de todo el mundo y eso es justo lo que ella se merece.

– ¿Entonces no te molesta que ella se case con Aang?

– ¡Casarse! – exclamó el joven sorprendido

– ¡Sí, casarse! Los enamorados deben casarse. Dime ¿no te molestaría?

– No – respondió el príncipe con la voz quebrada y sin lograr contener un suspiro – yo sólo quiero que ella sea feliz, aunque eso signifique que no vuelva a verla nunca.

– ¡Tanto la amas!

Zuko levantó la vista, como si Sokka hubiera descubierto un profundo secreto.

– ¡Por favor, Sokka, que ella nunca se entere! – Suplico el príncipe con sus ojos color miel llenos de tristeza – ¡No quiero que Katara sepa lo que siento por ella!

– No te preocupes. Nunca se lo diré.

– ¡Gracias!

A la mañana siguiente, Iroh se despidió de todos.

– Zuko, tú quedaras a cargo del grupo. Recuerda que debes mantenerlos a salvo. Entrena al avatar lo mejor que puedas y manténganse ocultos.

– Descuida tío. Estuve a cargo de la tripulación de un barco por más de dos años y puedo encargarme de estos chicos.

– Cierto, pero recuerda que los niños que están a tu cargo son mucho más importantes que tu tripulación anterior.

– No te preocupes tío. No te fallaré.

– Eso espero. Yo volveré en una semana. ¡Cuídense mucho!

Iroh se despidió de todos y se alejó en el bisonte volador que Aang amablemente le había prestado para realizar su viaje.

Después de desayunar, Zuko y Aang se marcharon a entrenar cerca de un río que se encontraba cerca del campamento. Mientras tanto, Katara estaba muy pensativa. El comentario del collar la había puesto a pensar mucho.

Será posible que... ¡No, claro que no! – pensaba la joven – ¡no puede ser!. Él es un príncipe, debe haber conocido a cientos de hermosas y elegantes mujeres de sociedad y nunca se fijaría en una campesina como yo... Aunque...

La joven preparó la comida temprano, porque quería ocuparse en algo para no distraerse en sus pensamientos, pero cuando terminó sus labores no sabía qué hacer. Instintivamente dejó que sus pasos la guiaran hasta el lugar en que Aang y Zuko estaban entrenando.

Aang y Zuko les prohibieron a todos acercarse durante los entrenamientos, pues decían que el fuego era demasiado peligroso y temían que alguien saliera lastimado, pero Katara quería observar las practicas. Así que se ocultó tras unos arbustos para poder ver los ejercicios de los chicos. Aunque su intención era observar el entrenamiento, no pudo evitar que su mirada se detuviera en el joven príncipe, que estaba entrenando sin camisa, dejando al descubierto su excelente figura y sus bien delineados músculos.

Katara ya se había dado cuenta del buen físico de Zuko, pero nunca había tenido la oportunidad de admirarlo con detenimiento y la joven realmente estaba fascinada. No podía evitar sonreír mientras observaba el sudoroso torso del príncipe.

– ¡Estoy cansado! – se quejó Aang – ¿podemos tomar un descanso?

– Esta bien – dijo Zuko secándose el sudor de su frente – ya debe ser hora de comer.

– Sí, pero hace mucho calor. Quiero darme un baño primero.

Aang se quitó los pantalones y corrió hacia el río, en donde se dio un gran chapuzón. Zuko observo el agua fresca y decidió acompañar al avatar, así que se dirigió a un arbusto (justamente en el que se escondía Katara). La joven se asustó, pues creyó que la había descubierto y asustada permaneció en silencio, pero cual sería su sorpresa que justo frente a sus ojos, Zuko se quitó los pantalones para colocarlos sobre el arbusto, quedando completamente desnudo.

¡Hay, por Dios! – pensó Katara – ¡Qué vi! – se decía la joven mientras cerraba los ojos con fuerza y los cubría con sus dos manos. Ahora recordaba, que la ropa de Zuko se había incendiado y por eso no llevaba ropa interior. El calor subía por su cuerpo provocando, un sonrojo que después se intensificó volviendo el rostro de Katara tan rojo como el de una manzana. Hasta sus orejas se habían teñido de un carmesí encendido.

Katara no se dio cuenta del momento en que Zuko se había retirado, pero cuando lo escuchó nadar en compañía de Aang supo que era el momento de marcharse. La joven retrocedió lentamente, con los ojos cerrados, pues no se atrevía a abrirlos. Esto ocasionó que tropezara, pero se levantó de inmediato y se alejó corriendo.

Katara estaba sirviendo la comida cuando llegaron Zuko y Aang. Tan pronto como la joven vio al príncipe se puso sumamente nerviosa y se sonrojo de nuevo. Ella estaba tan preocupada por evitar mirar a Zuko que actuaba torpemente y los demás lo notaron. En tres ocasiones tiró la comida por su nerviosismo hasta que dijo:

– ¡Lo siento!, no sé que me pasa hoy – y se alejó a toda prisa, dejando al grupo sumamente extrañado.

– ¿Qué le pasa a Katara? – preguntó Zuko.

– ¡Ah, no es nada! – respondió Sokka sin darle importancia – seguramente está nerviosa porque pasado mañana es su cumple años.

– ¡Su cumple años! – exclamó Aang.

– Sí. Va a cumplir 15 años.

– ¿qué tiene que ver su cumpleaños con que este tan nerviosa? – preguntó Toph.

– Es que la fiesta de 15 años es el día más esperado por todas las adolescentes de la tribu del agua, porque es el día en que oficialmente dejan de ser niñas y pueden tener novio y comprometerse en matrimonio.

– ¡En serio! – exclamó Aang sonriendo.

– Sí. Se acostumbra preparar una gran fiesta y toda la aldea participa de la ceremonia. Se organizan juegos y al final hay un gran baile. Se supone que la quinceañera debe usar un vestido de fiesta y bailar con todos sus pretendientes para elegir un novio. Si todo resulta bien, pueden comprometerse y casarse cuando cumpla 16 años.

– ¡Creo que es una costumbre muy hermosa! – suspiró Toph.

– Sí, pero lamentablemente Katara no podrá tener una fiesta como lo había soñado – dijo Sokka.

– ¿Por qué no? – preuntó Harú.

– Porque estamos en medio de una guerra; porque nos persigue la nación del fuego y porque ¡ha sí! – dijo con ironía – porque debemos permanecer escondidos aquí.

– Tal vez – dijo Zuko – pero podemos hacer algo especial para ella.

– Sí – respondió Sokka con orgullo – lo tengo todo resuelto, voy a darle un obsequio muy especial.

Sokka desenvolvió un pañuelo en donde estaba una figura muy extraña.

– ¿Qué es eso? – preguntó Aang

– ¡Es un pendiente para un nuevo collar! Yo mismo lo talle para ella.

– ¿Qué se supone que es? – preguntó Aang observando la figura – ¿es un pez?

– Más bien parece una flor – sugirió Haru.

– ¡Es Appa! – replicó Sokka – ¿es que no está claro? – Todos permanecieron en silencio – miren estas son sus patas y esta es su cabeza.

– ¿Por qué le regalas un pendiente de Appa? – preguntó Toph desconcertada.

– Porque es un recuerdo del viaje que hemos realizado con el avatar.

– Pienso que eso no será suficiente – dijo Zuko – Creo que Katara se merece algo mejor.

– ¿algo cómo qué? – preguntó Sokka

– Algo como una fiesta sorpresa – respondió Zuko sonriendo – ¡vamos a organizarle a Katara su fiesta de quince años!

CONTINUARÁ...

Notas:

1.- ¡Sí, ya sé! En la mayoría de los zutaras siempre está presente una escena en que Katara o Zuko ven al otro desnudo, pero ¡realmente no pude resistirme! Desde hace mucho quería escribir algo así y ¡al fin lo hice!

2.- Como justificación tengo que decir es que va a haber demasiados conflictos e impedimentos entre los dos, ¡pero pobrecitos! ¿no creen que ya han sufrido bastante por el momento?, creo que se merecen un poco de paz y romance. Es necesario un receso para todo lo que se avecina. Creanme que va a haber unas partes muy tristes. Por lo pronto ¡que viva el romance y que viva el Zutara!

4.- No se pierdan el próximo capítulo titulado: "Los XV años de Katara"

5.- Por favor escriban todos los reviews que quieran. Los espero con mucho gusto. Saludos


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