Lily Y James. [Awardspotterhe...

Galing kay L_Kleym

109K 5.1K 1.4K

ESTA HISTORIA ES GANADORA DEL TERCER LUGAR DE LOS #AWARDSPOTTERHEAD 2017 Mi versión de la historia de amor e... Higit pa

Capítulo 1. El misterioso espía
Capítulo 2. El mundo al que pertenezco.
Capítulo 3. La carta.
capítulo 4. El enviado de Hogwarts.
capítulo 5. El andén 9 y 3/4.
Capítulo 6. El expreso de Hogwarts.
Capítulo 7. Gryffindor.
capítulo 8. "Yo lo vi primero"
capítulo 9. Quinto curso.
capítulo 10. Creo que estamos atrapados, Evans.
capítulo 11. La única forma de romper el hechizo.
capítulo12. La cita a la que no fui.
capítulo 13. Un baile de Navidad.
capítulo 14. La apuesta.
capítulo 15. EL BAILE DE NAVIDAD.
capítulo 16. "Oh...my...God"
capítulo 17. Dudas.
capítulo 18. A orillas del lago, con el idiota de Potter.
capítulo 19. Fin de curso.
capítulo 20. El primer día de clase de sexto curso.
capítulo 21. ¡Por supuesto que irás, Lily!
capítulo 22. Y llegó la hora de la cita.
capítulo 23. Perseguidos por Filch y la Señora Norris.
capítulo 24. ¿Sueño o realidad?
capítulo 25. Pacto.
capítulo 26. Último año.
capítulo 28. Lunático, Colagusano, Canuto y Cornamenta.
capítulo 29. La magia del amor.
capítulo 30. Corazón roto.
capítulo 31. El amor por fin ha triunfado.
Capítulo 32. Final

capítulo 27. Una teoría que comprobar.

3.3K 147 111
Galing kay L_Kleym


Estábamos en la clase de Herbología, exprimiendo bubotubérculos, algo realmente asqueroso, en mi opinión. Yo trabajaba con Alice, Anny y Remus.

-Ésto debería de der ilegal.
-se quejó Anny, mientras aplastaba otro bubotubérculo con cara de asco.

-Más de acuerdo no podía estar. -dije yo, con la misma expresión de asco.

-Chicas, ya falta poco. -nos animó Remus- Escuché que después de ésta clase tendremos el resto de la tarde libre. -dijo, sonriendo.

-¿Qué?  -dije yo, frunciendo el entrecejo- Imposible. Estamos en último año, no podemos estar teniendo tardes libres y perder horas de clase. -me quejé.

-Pues así lo dijo McGonagall.
-intervino Anny,  como si eso zanjara la cuestión.

Moví la cabeza reprobatoriamente. -Pues siendo así,  aprovecharé para ponerme al día con los trabajos. -dije.

Noté que Anny ponía los ojos en blanco.
-Recién estamos en noviembre,  Lily. -dijo.

-¿Y? En seguida llegará diciembre,  luego enero. Y tu estarás agobiada de trabajos si no empiezas a hacerlos ya. -la reprendí.

-Tampoco es para tanto.
-dijo Alice.

-No quiero parecer aguafiestas, pero deberían seguir el ejemplo de Lily.
-intervino Remus, y me sonrió. Pero ese gesto no iluminó su rostro, que cada vez se veía más cansado y le daba la apariencia de ser más mayor de lo que era en realidad. Desde siempre el había tenido ojeras y aparentaba cansancio constantemente. Pero eso se había acentuado más con el correr de los años.
Yo tenía una teoría al respecto.
Pero no tenía forma de comprobarlo. Y me daba vergüenza preguntárselo directamente. ¿A quién le gustaría que le preguntaran algo así? 

-Imagino que tu harás lo mismo, ¿verdad, Remus? 
-pregunté.

-En realidad, ya he quedado con los chicos. No tengo mucho trabajo,  así que creo que aprovecharé la tarde  para pasar con ellos al aire libre.
-dijo, con una sonrisita nerviosa.

Lo miré, moviendo la cabeza a los lados, reprobatoriamente.
-Claro. Como quieras. -dije cortante.

-A mi me parece perfecto que disfruten éstos días de sol. -dijo Anny- Pronto llegarán los días de frío terribles y ya ni salir afuera podremos. -agregó.

No dije nada. Me limité a exprimir los últimos bubotubérculos. Luego llevé mi recipiente llenó de pus amarillo verdoso a la profesora.
-Excelente. -dijo con una sonrisa- Popy se pondrá muy contenta cuando le entregue toda ésta cantidad de pus que hemos obtenido. -agregó radiante de alegría- No sabes lo útil que es para las curaciones.

-Me lo imagino. -dije con una sonrisa forzada.
Luego me alejé de allí antes de que me pidiera que aplastara más bulbos. Por más útil que fueran, a mi me daba asco sacarles el pus.
Sacudí la cabeza, tratando de olvidarlo.

Cuando llegamos a la sala común,  prácticamente todos los de séptimo no estaban. Todos estaban aprovechando la tarde libre.
Subí a la habitación. Cargué pergaminos y pluma en mi mochila. Luego fui a la biblioteca para hacer trabajos de Aritmancia y Runas Antiguas. Obviamente Anny y Alice no me acompañaron.

Me dirigí a la sección de libros de Aritmancia.
Ocupé una mesa. Ese ambiente tan familiar y conocido era cómodo y acogedor. Definitivamente la biblioteca era uno de mis lugares favoritos de Hogwarts. Con su característica fragancia a libros.
Cerré los ojos y  aspiré profundamente. Después de llenar mis pulmones de la inspiradora fragancia de la biblioteca,  me puse a trabajar.

En donde yo estaba no había nadie más. Los que estudiábamos Aritmancia éramos pocos, en realidad.
El trabajo requería de toda mi atención y concentración, lo cual fue una suerte, porque mi mente se mantuvo ocupada,  sin oportunidad de divagar en otras cosas.

Pero esa tranquilidad duró poco. Pues el rostro,  los ojos,  el cabello, la voz y todo de él tomaron mis pensamientos por asalto.
Dejé mi pluma a un lado y le puse la tapa a mi tintero.

Levanté la vista. Todo a mi alrededor eran estantes y libros, y más libros.
Cada vez que pensaba en él me odiaba a mi misma por ser tan débil y caer siempre en lo mismo. ¿Por qué no podía fijarme en otro? ¿Por qué precisamente era James Potter? ¿Qué podía hacer para cambiar mis sentimientos?

Obviamente nada. Pensé con desgana.

Pero bueno. Así es la vida. Me dije, y volví a abrir mi tintero.
Remojé mi pluma en la tinta y volví a escribir.
Tal era el silencio que el rasgar de la pluma sobre el pergamino se escuchaba con total nitidez.

-¡Hola!  -dijo de repente alguien a mis espaldas, rompiendo el silencio.

Ahogue un grito y di un respingo.

-¡Cómo se te ocurre hablarme así de repente!
-dije fulminandolo con la mirada.

-Lo siento. -dijo, con una clara expresión de diversión en el rostro- ¿Puedo?
-agregó indicando el asiento de en frente.

No dije nada,  me limité a seguir fulminandolo con la mirada.

-Lo tomaré como un sí. -dijo con una sonrisa, tirándose en el sillón- vine porque...

-...Remus te dijo que estaría aquí,  ¿cierto? -lo interrumpi.

-Nop. El no me dijo nada. Sabía que te encontraría aquí. -sonrió.

-¿Cómo? -pregunté frunciendo el entrecejo.

-Sí. ¿Dónde más podría estar Lily Evans,  sino en su amada biblioteca? -dijo en tono teatral.

-Y a ti no se te ocurrió nada mejor que venir a molestarme.
-dije con desdén.

-Exactamente. -dijo asintiendo con la cabeza.

Puse los ojos en blanco.
-¿Harás algún trabajo,  o algo?
-pregunté cortante.

-De hecho sí. -dijo.
Levanté la vista y me fije que llevaba un rollo de pergamino, pluma y tintero.

-¿Sobre qué?  -quise saber, aunque seguí manteniendo el tono cortante e indiferente.

-Sobre Historia. -dijo de mala gana.

-¿Aún no has hecho ese trabajo? -dije sorprendida- Yo lo terminé hace siglos. -añadí sonriendo con satisfacción.

-¿Cómo no? -dijo el sonriendo también.

-¿Y piensas hacer el trabajo sin consultar libros? -dije mirándolo a los ojos,  desconcertada.

-No. -dijo como si eso fuera una obviedad- Voy por ellos. -añadió levantándose de un salto- ¡vuelvo enseguida! -gritó al momento en que se perdía tras las estanterías.

-¡Tardate todo lo que quieras!. ¡O mejor no vuelvas! -le dije yo, con voz lo suficientemente alta como para que me oyera.

Lo que me faltaba. Potter fastidiandome en persona. Estando sólo en mi mente tan sólo es necesario una sacudida de cabeza y ya, se esfuma. ¿Pero cómo podría hacer que se esfumara estando el en persona?
Decía en mi fuero interno.

Merlín y sus barbas se estaban poniendo de vuelta en mi contra, ¿Acaso esto era la maldición de las pelirrojas o algo así?. Pensé.

-He regresado. -dijo Potter sonriendo al llegar hasta mí,  con un par de libros gruesos y polvorientos.

-Qué bien. -dije con ironía.

El sólo sonreía.
-Me vas a ayudar con ésto, ¿no? -dijo sacudiendo polvo de uno de los libros.

-Por supuesto que no. -dije con seguridad.

-Por supuesto que sí. -dijo imitando mi voz.

-Que no. -dije cortante.

-Que sí. -dijo el con una sonrisa.

-NO.

-Sí. -seguía manteniendo su sonrisa imperturbable.

-¡No! -exclamé.

-No. -dijo.

-¡Sí!  -solté sin querer.

-Muy bien. -sonrió con satisfacción- Gracias,  Evans. Sabía que podía contar contigo.

-¡Quise decir NO! -exclamé roja como un tomate.

Se echó a reír. -¿Qué te he dicho sobre tu sangre en tus mejillas?  -dijo fingiendo estar enojado- Eso es peligroso,  señorita. Contrólese. -añadió mirándome fijamente con expresión seria.

Solté un grito ahogado de frustración y rabia.
-Imbécil. -dije lanzándole una mirada asesina. Luego tomé mi pluma y la remojé en tinta, sin saber muy bien para qué.
Me preparé para escribir sobre mi pergamino pero no sabía qué demonios poner.  Respiraba con agitacion aunque trataba de ocultarlo.

-Oye, tranquila. -dijo claramente divertido- No aguantas nada. -se burló.

-Tu eres inaguantable. -dije sin mirarlo.

-Y tu siempre estás así,  de mal humor. -dijo- Uno viene, tratando de ser amable contigo y tu saltas como una fiera.
-agregó sobreactuando.

-Supongo,  entonces, que no quieres estar aquí conmigo.
-dije- Así que fuera de mi vista, vamos, fuera. -agregué haciendo gestos con  las manos para que se largara.

-No es para tanto,  Evans. No exageres. -dijo haciendo un gesto con la mano,restándole importancia- En serio, no aguantas nada.
-repitió.

-¿Te han dicho que eres un completo odiota, odioso e insoportable? -dije furiosa.

-Uff, montones de veces. Empezando por ti, que me lo dices como veinte veces al día, como mínimo. -dijo.

-Y te lo seguiré diciendo, créeme. -dije- Hasta que entiendas que no te soporto, que eres un fastidioso. -añadí mirándolo a los ojos, para que viera que no estaba bromeando.

-Puedes decirme todo lo que tu quieras, no me importa,  mientras siga escuchando tu voz. -dijo mirándome con intensidad- Hasta las peores palabras suenan lindas si salen de tu boca.  -agregó al momento en que desviaba su mirada hasta mis labios.

-¡Oh, por favor! Basta de cursilerías baratas, James.
-dije riéndome.

El frunció el entrecejo y pareció ofendido. -Tengo sentimientos, ¿sabes? -dijo fingiendo profundo pesar.

-¿De verdad?  -dije fingiendo estar sorprendida.

-Obvio. -dijo, aún enojado- Y tu acabas de herirlos.
-agregó, sobreactuando.

-Ay, pero qué pena. -dije fingiendo sentirlo mucho- ¿Qué puedo hacer  para remediar mi daño? -agregué irónicamente.

Su expresión cambió,  una sonrisa maliciosa curvó sus labios.

-Oh, no. -dije más para mi misma que para él- Sólo fue un comentario irónico. Si entiendes lo que significa eso, ¿no? -añadí rápidamente, temerosa por lo que se le pudiera ocurrir.

-Dame una oportunidad y olvidaré todo lo que has dicho y hecho hasta este momento. -dijo mirándome a los ojos. Percibí algo en los suyos, algo que raras veces veía en el, era ¿sinceridad?

Y fue extraño que esas palabras me hubieran dejado sin habla. A pesar de las miles de veces que lo había oído pronunciarlas. A pesar de todos los años de experiencia que decía tener en cuestiones de rechazar y mantener al margen a Potter. Inclusive, a pesar de lo que la razón me decía que hiciera, (volver a rechazarlo una vez más) la idea que me proponía el corazón parecía querer imponerse a como de lugar.

Pero la razón era experta en luchas, y perder no estaba entre sus opciones. Así que volvió a aplastar a mis sentimientos y se impuso como siempre.

-Eso jamás ocurrirá, James.  Nunca te daré una oportunidad, entiendelo. -dije mirándolo a los ojos,  que refulgian, esperanzados.

-¿Por qué? -dijo, con la voz impregnada de desesperación y algo más que no supe descifrar.

-No somos compatibles, ¿no lo vez? -dije. Y me enojé conmigo misma porque mi voz sonó demasiado triste y amenazaba con descubrir mis sentimientos.

El negó con la cabeza, en clara señal de desacuerdo.

-Eso no es así,  Lily. ¿Cómo puedes saber eso si no me das una oportunidad? -agregó, tomándome de las manos.
Me estremecí ante su cálido tacto. No tuve la fuerza suficiente para apartar mis manos de entre las suyas.
-Lo sé,  porque es algo obvio, James. -dije, a pesar de darme cuenta de que las palabras sonaban un poco tontas.

-Algo obvio. -dijo con una sonrisa amarga- Lo obvio es que te amo, Lily. Te amo y estoy seguro que tu también podrías llegar a amarme, si es que ya no me amas ya.
-añadió, mirándome a los ojos, derrochando sinceridad con cada palabra.

Sentía que mi corazón me estorbaba en el pecho. Con tantos sentimientos encontrados, pero ¿cómo podría ausentarse ella? La razón volvió a hacerse notar a través de mis palabras: -Tu no me amas, James. Tu sólo estás encaprichado conmigo. -dije mirándolo fijamente y deslizando mis manos de entre las suyas.

-Creo saber diferenciar mis sentimientos,  Lily. -dijo intentando ser el mismo James de siempre- Y sé que lo que siento por ti es amor, no capricho. -agregó con seriedad.

Negué con la cabeza. -En todo caso, yo no te amo. -mentí con descaro- Y no me importa lo que tu sientas, o lo que dices sentir, más bien. -dije ésto desviando mi mirada de la suya, pues no hubiera podido seguir manteniendo mi farsa si lo seguía mirando a los ojos.

-No te creo. -dijo con seguridad- Repite que no me amas, pero mirándome a los ojos. -agregó,
Y fui perfectamente consciente de que tenía sus ojos avellanas clavados en los míos.

Reuní todo el valor que pude y levanté la vista,  dispuesta a mentir una vez más.
Pero apenas mis ojos se encontraron con los suyos,  todo el valor que reuní, que resultó ser muy poco, se derrumbó por completo.

-Yo..yo no...-tartamudeé- No te amo. -dije, pero mi voz sonó muy débil, pues tenía la garganta seca y su mirada intensa hacía que me temblara todo el cuerpo.

-Lo siento,  ¿qué dijiste?
-dijo el, con una expresión de gentil desconcierto.

Carraspeé audiblemente.
-No te amo, James. -dije al fin. En otro momento o situación me hubiera felicitado mentalmente por lo segura que sonó mi voz, pero allí,  en la biblioteca,  frente a él,  no tenía cabeza para mis ocurrencias.

El sonrió. -Si piensas que me has convencido con tu mediocre actuación,  Lily,  es porque aún no conoces a James Potter.
-agregó con suficiencia- Yo sí te conozco y sé,  créeme,  que estás esforzándote mucho para poder engañarme, nena. -añadió sonriendome de lado.

-No estoy actuando.
-aseguré- El único actor aquí,  eres tú. Pero tu papel de niño bueno y enamorado no te queda. -añadí mirándolo a los ojos.

-¿Y cuál es el papel que me queda, según tu? -dijo sonriendo con picardía.

Era increíble. Hasta hacía unos instantes intentaba conquistarme y hacerme creer por todos los medios que me amaba, y en ese instante volvía a ser el mismo Potter arrogante y presumido de siempre.

-No lo sé. -dije- Lo único que sé es que tu papel de buenito no te queda, punto. -añadí, y me di cuenta de que mi respuesta carecía de mucho sentido.

Se echó a reír. -Entonces,
-dijo recuperando la compostura- Te gusto más de chico malo, ¿es lo que intentas decir? -agregó sonriendo de lado, y mirándome con intensidad a través de sus gafas.

Ser así de atractivo debería de ser ilegal. -pensé.

Y ser así de tonta también.  Me reprendió mi conciencia.
Me sentí aliviada al oírla, porque eso era signo de que mi mente volvía a trabajar con normalidad, la normalidad típica de Lily Evans, quiero decir.

-No me gustas de ninguna forma. -dije con seguridad.

-Te estás poniendo más roja que tu cabello, Lily. -dijo riéndose- Así que mejor haré como que te creo, ¿vale? -agregó.

-Ok. -dije con los dientes apretados de furia- Ahora,  déjame hacer mi trabajo en paz, ¿vale? -agregué imitando su mismo tono.

-Ok. -dijo sonriendo.

-¿Sabes qué?  -dije- Creo que mejor me voy a otra parte. Te dejo para que trabajes con tranquilidad. -me levanté y cargué mis cosas en mi mochila, me la eché al hombro, di media vuelta y me alejé de allí con paso decidido.

-¡Oye! ¿No me vas a ayudar?  -lo escuché decir. Pero no me detuve. ¿Por qué habría de hacerlo?

Decidí que sería mejor irme a la sala común y trabajar allí. De todos modos, yo podría trabajar sin libros. Así que dejé los libros en la biblioteca y salí de allí.

Cuando llegué a la sala común,  busqué con la mirada a mis amigas. Estaban en un rincon, junto al fuego. Al parecer también hacían algún trabajo. Qué novedad.

-Hola. -dije al llegar junto a ellas. Me senté en un sillón,  puse mi mochila sobre la mesita circular donde estaban trabajando.

-¡Hola! -dijeron ambas, sonriendo ampliamente.

-¿Por qué me miran así...y sonríen así?  -pregunte con cierto desconcierto.

Ambas intercambiaron miradas efusivas, siguieron sonriendo.

-Cuéntanos,  ¿qué pasó? 
-dijo Anny,  haciendo gestos exagerados por la emoción que aparentemente sentía.

-Qué paso, ¿de qué...?
-pregunté,  aún extrañada.

-Fuimos  a buscarte en la biblioteca... -dijo Alice.

-...y vimos que estabas con el lindo de James!!
-completó la frase Anny,  emocionadísima.

Puse los ojos en blanco.
-Oh, eso. -dije de mal humor- ¿Lindo de James?
-añadí mirandola con incredulidad.

-Sí,  obvio. -dijo ella.

-James no es lindo, pero por favor. -dije negando con la cabeza.

-Ajá. -dijo Alice- Podrá ser todo lo que quieras,  Lily, pero de que es lino, lo es.
-agregó sonriendo como tonta.

-¿Qué puedo hacer con ustedes dos? -dije sobreactuando- Cada día estan más locas. -añadí de mal talante.

-¡Pero no puedes vivir sin nosotras!  -dijeron al unísono.

Las miré mal por un instante.
-Tienen razón. -dije sonriendo.

-Pues claro. -dijo Anny- Y ya, dinos qué pasó. -repitió, impacientada.

-Nada. ¿qué iba a pasar? 
-dije cortante.

-Pero seguro pasó algo interesante,  te dijo algo...te dio un beso..no sé, algo.
-dijo Anny,  con los ojos brillandole de curiosidad.

-¿Qué? ¡por supuesto que no!
-dije un tanto alterada- No tiene ningún motivo ni derecho para besarme. -añadí, ofuscada.

-¡Pero si el te quiere, Lily! 
-dijo Alice.

-Eso es lo que él dice. Y yo no confío en el ni un poco.
-dije.

-Ese es tu problema, Lily, que no puedes confiar en el, ¿por qué?  -dijo Alice.

-Pues... -comencé a decir.

-...cuántas veces te ha demostrado, frente a todo el colegio, cabe recalcar, -dijo Anny- que te quiere?. ¿Y cuántas veces ha hecho el ridículo, frente a todos, por ti?

-Eso es su problema. Yo no le pedí que hiciera nada...

-¿Y cuántas veces te ha suplicado que salgas con él?
-continuó, haciendo caso omiso de mi comentario.

-¡Ay, no exageres, Anny! Por favor. -dije harta de escuchar sus tonterías.

-Pero es cierto, Lily.
-intervino Alice- Sólo alguien que se muere por ti, creo yo, podría hacer esas cosas. -agregó mirándome con elocuencia, como queriendo hacerme entrar en razón sobre algo muy importante.

Puse los ojos en blanco. -Sí, claro. Lo que digas. -dije sin darle mucha importancia.

-Bueno, al menos lo intenté. -dijo Alice con tristeza.

-Eres un caso perdido, Lily.
-dijo Anny,  negando con la cabeza,  con la misma expresión que Alice.

-¿Yo? -dije elevando las cejas- Más bien ustedes. -añadí en tono burlón.

Ellas movieron la cabeza a los lados,  reprobatoriamente.

Gocé varios  minutos de glorioso silencio por parte de mis locas amigas. Pero esa tranquilidad duró poco.
Y se debió a la llegada de Potter junto a nosotras.
Resoplé con disgusto cuando se sentó precisamente a mi lado.

Traía su mochila colgada  en un hombro, llevaba la camisa arremangada hasta los codos,  como siempre.

-Hola. -dijo jovialmente, tan sonriente como si hubiera ganado un partido de Quidditch.
Anny y Alice respondieron muy cortés y animadamente a su saludo.

Y obviamente, como una añadidura a su arrebatadora sonrisa,  estaba su cabello casualmente despeinado,  que le daba un aire totalmente desenfadado y lo hacía verse totalmente atractivo.

-Pero, ¿qué modales son ésos?
-dijo él,  mirándome,  entre serio y divertido- ¿No piensas saludarme, señorita? -agregó mirándome aún con más intensidad.

Compuse una sornisa falsa.
-Hola. -dije manteniendo mi imitación de sonrisa gentil.

-¡Hola! -dijo el sonriendo de oreja a oreja- Sólo era eso lo que tenías que hacer desde el principio, ¿tan difícil era?
-agregó sonriendo de lado.

-Pues no. No era difícil, sólo que no tenía ganas de dirigirte la palabra. -añadí en tono cortante.

-Lily, ¿sabes que te ves odiosa cuando hablas así?  -me llamó la atención Anny.

Puse los ojos en blanco,  sin prestarle atención. Probablemente tenía razón,  pero... ¿y que? ¿Acaso no tenía derecho de ser odiosa por primera vez en la vida?

-No le prestes atención, Anny. En realidad, Lily sólo finge ser así. -dijo- La verdad es que se muere por mí. -agregó en tono confidencial,  ladeando la cabeza hacia Anny.

Ésta asintió con la
cabeza, sonriendo.

-Anny,  ¿no crees que estamos sobrando aquí?  -dijo Alice,  lanzandole una significativa mirada.

-¿Sobrando?, ¿a qué te refi... ¡Ah! ¡Sí,  por supuesto!  -dijo cayendo en la cuenta- ¡por supuesto que sobramos!

Puse los ojos en blanco.

-Pues entonces... -dijo Alice levantándose de un salto de su asiento- nos vamos de aquí,  ya. -añadió yendo hasta Anny y tomándola de un brazo, para tirar de ella.

Anny también se levantó. Ambas sonreían de oreja a oreja.

-Nosotras nos vamos... -dijeron al unísono. Luego se dieron la vuelta, sin ocultar sus sonrisas, y se fueron cuchicheando.

-Tus amigas son lo máximo.
-dijo James sonriendo de oreja a oreja, mientras las observaba alejarse.

Lo miré mal, pero decidí ignorarlo.

-Oye, ¿podrías ayudarme con mi trabajo? -dijo.

Lo miré. Vi en sus ojos la sinceridad y el sentimiento ocultos... nah, mentira. Vi en sus ojos algo que me encantó. Punto.

-Está bien. -dije como una autómata- Te ayudo con tu trabajo.

-¿Por qué no?... Espera... ¿acabas de decir que me vas  ayudar? -dijo abriendo los ojos como platos.

-Sí, creo que fue eso lo que dije.
-dije, esforzándome por no poner los ojos en blanco.

-¿Te fumaste mandrágora? -dijo mirándome fijamente,  aún sorprendido.

Negué con la cabeza,  extrañada.

-¿Entonces? -dijo frunciendo el entrecejo.

-No empieces, eh, Potter, o vas a hacer que me arrepienta y no te ayude. -dije a modo de advertencia.

-Ok, ok. -dijo sonriendo- pero en serio, ¿de casualidad no has inhalado algo raro...

-Sigues con eso y me largo de aquí. Estás advertido. -lo apunté con un dedo amenazadoramente.

-Bueno. Sólo que me ha sorprendido,  no; impactado que hayas accedido a ayudarme.
-dijo sacudiendo levemente la cabeza a los lados,  como apesadumbrado.

-¿Tan mala crees que soy? -dije, mirándolo con seriedad.

-Sí, quiero decir no. -se corrigió rápidamente- No creo que seas mala. Nada que ver. -dijo sonriendo y haciendo un gesto con la mano, como restándole importancia.

-Pues, no suenas muy seguro.
-dije algo irritada.

-Eso no importa. -dijo- lo importante es que me vas a ayudar. -sonrió como un niño a quien le dan su regalo de Navidad.

-A ver, -dije algo cortante- ¿de qué se trata tu trabajo?

-Pues...-rebuscó en su mochila- no lo tengo muy claro...-dijo aún buscando- ¡ah! Sí,  aquí está. -dijo sacando un rollo de pergamino con unos apuntes.

-Pasámelo. -dije.
Lo hizo y eché un vistazo a sus apuntes.

-¿Y necesitas mi ayuda para hacer ésto? -dije sorprendida- Esto es super fácil. -agregué.

-Ajá. -dijo sonriendo radiante- Comencemos a trabajar, ¿sí? 
-añadió.

-Comencemos. -dije.

Y nos pusimos manos a la obra.
Después de varios minutos, su trabajo ya estaba listo. Ni siquiera hizo falta que consultaramos libros, pues yo me sabía todo de memoria.

-Listo. -dije admirando el trabajo con satisfacción.

-Gracias, Lily. -dijo pasando un brazo por mis hombros,  abrazandome. Abrí mis ojos como platos, me tomó totalmente por sorpresa.

-¡Oye! -dije sacudiendo mis hombros,  para que me soltara y pudiera recuperar un ritmo normal o por lo menos estable de respiración.

-Como quieras. -dijo apartandose- Yo sólo quería disfrutar de tu aroma y sentirte un poco más cerca de mi...
-paró de hablar, como apenado- lo siento, estoy siendo algo cursi, ¿no es así? 

Me reí. -Sí,  un poco. -dije entre risas.

-No te rías. -dijo, sonreía de lado y me miraba a través de sus gafas.

-Tu no me lo puedes impedir.
-aseguré.

-Obviamente que no. -me dio la razón- Ahora,  en serio. Gracias, gracias por ayudarme a hacer el trabajo.

-Por nada. -dije con una sonrisa.

-Ah, hemos quedado con los chicos y tus amigas que mañana, después de la práctica de Quidditch nos juntemos junto al lago, o demos un paseo, algo para pasarla bien, ya sabes.

-Y ¿qué con eso?  -lo interrumpí.

-Que quería saber si te gustaría participar también. Ya sabes,  yo también estaré, así que...
-dijo expectante.

-Entonces no. -dije de una.

-Vamos,  Evans, tienes que divertirte de vez en cuando. -dijo adulador.

-No. En serio, pasa que tengo mucha tarea y no quiero que se me amontone todo. -dije con sinceridad.

-Ah, bien. Si es así, está bien.
-dijo.

No se si fue producto de mi imaginación o si en verdad tenía un semblante triste. Sentí la necesidad de volver a justificarme.

-De verdad, es sólo porque tengo mucha tarea. Si fuera de otra manera, tal vez si hubiera aceptado salir con ustedes. -dije.

-Entonces, -dijo pensativo- salgamos a la tarde, después de cenar.
-dijo escrutando mi expresión.

-Ah, no. -dije resueltamente- no pienso volver a salir de noche. ¿Se te olvida que una vez Filch y su vieja gata estuvo a punto de atraparnos? -agregué con los ojos abiertos como platos.

-Lo recuerdo como si fuera ayer. -dijo, con añoranza- Pero esta vez no sucederá nada como eso. -añadió, muy seguro.

-Tengo serias dudas sobre ello.
-dije- Bueno... -añadí reconsiderando su propuesta- los chicos,  Anny y Alice también irán, ¿no? -añadí.

-Sí, excepto Remus. A la noche Remus  no va a poder acompañarnos. -dijo evitando mirarme a los ojos,  y cambiando súbitamente de comportamiento. Como si se sintiera incómodo.

-¿Por qué?  -pregunté con suspicacia.

-Porque...está, su madre...está..
-estaba sumamente nervioso y se despeinaba el cabello con más asiduidad de lo normal.

-¿Qué le pasa a su madre?
-pregunté entrecerrando los ojos.

-Esta... -carraspeó- está enferma, y tendrá que ir a verla.

-Mientes. -dije con total seguridad- Me estás mintiendo.
-lo miré a los ojos, sin vacilar ni un instante.

-No. De verdad, su madre está enferma...

-Y por qué,  siendo así,  ¿Remus ya no se ha ido junto a ella? ¿Por qué podrá participar en el paseo si es de día, pero si es de  noche no podrá?  -pregunté en un tono casi desafiante.

Me miró, pude ver algo más que nerviosismo en sus ojos, era preocupación.

-¿Y bien?  -dije esperando una respuesta satisfactoria y coherente.

-Yo...es algo muy delicado...

-James. -dije- No sé qué es lo que ocultas, o lo que ustedes ocultan, más bien. Tampoco voy a insistir ni presionarte para que me lo cuentes. Pero sólo quiero que sepas que puedes confiar en mí. A pesar de todas nuestras diferencias, puedes confiarme lo que sea.
-continué, mirándolo a los ojos, para que se diera cuenta de que estaba hablando en serio.

Dudó por un instante. Luego habló. -Tu.. tu, ¿lo sabes?
-dijo al final- ¿Sabes que Remus...? -paró, probablemente porque vio mi rostro de total confusión.

-No. Pero tengo una teoría al respecto. -dije clavando mi vista en sus ojos.

-Disculpame. No puedo hablar de esto con nadie.
-dijo, y reparé en que realmente lo sentía muchísimo.

-Entiendo. -dije- Pero en mi puedes confiar,  créeme. -añadí con sinceridad.

Asintió con la cabeza. -Lo sé.
-dijo-. Entonces.
-continuó con una voz más enérgica- ¿quedamos para mañana después de la cena?
-preguntó.

-Aquí. En la sala común. -le dije.

-Perfecto. -dijo.

Sonreí.

Se levantó de su asiento. Puso todas sus cosas en su mochila.

-Esto...gracias. -dijo.

-No hay por qué. -dije con una sonrisa.

Me devolvió la sonrisa y a continuación se dio la vuelta y se alejó.

Me quede mirándolo alejarse, pensativa.

Precisamente al día siguiente sería luna llena. Y Remus no podria salir con nosotros. Como en otras ocasiones ocurría, pensaba desaparecer o huir o lo que sea. Era algo inquietante y misterioso, por sobre todo. Cada día tenía menos dudas sobre lo que Remus era en realidad. Y mi teoría estaba a punto de dejar de ser solamente eso y convertirse en algo comprobado y certero.

Así que no perdería la oportunidad de salir con James para poder sonsacarle algo.
Lily Evans no podía quedarse con las dudas. ¡No señor! 


*****

HELLO! Aquí tienen otro cap, a pedido del público,  jeje.
Hablando en serio, no he tenido tiempo de actualizar antes, y la verdad es que me aterra la posibilidad de perder lectores a causa de eso. Bueno, espero que sigan votando y comentando. ¡Gracias!  Y no se pierdan el próximo capítulo,  se vienen importantes revelaciones que podrían unir a nuestros protagonistas o, por el contrario,  separarlos aún más. ¿Estará Lily en lo cierto con su teoría?  Y, ¿qué sería dicha teoría?,  ¿James le revelará su secreto?  ¿podrá Lily permanecer indiferente después de saber la verdad?

La respuesta a éstas y más preguntas, ¡en el próximo capítulo! ¡No se lo pierdan!

Bye! Cuidense.

Ipagpatuloy ang Pagbabasa

Magugustuhan mo rin

11.7K 741 34
que pasa si encuentras al amor de tu vida pero alguien se interpone en sus planes pierdes la memoria y no recuerdas nada aidan hara todo lo posible p...
491K 37.5K 46
"Tu sonrisa hace que miles de mariposas revoloteen en mi estomago"
2.8K 250 19
Eres la niña nueva en la Academia Umbrella y te enamoraste de la persona que menos te esperabas...☂️ Si quieres escribirla avísame antes y dame crédi...
197K 27.4K 19
"Escribí 16 cartas... Las cuales nunca podrás leer..." Adaptación, créditos a: @PutahBidah