Lily Y James. [Awardspotterhe...

By L_Kleym

109K 5.1K 1.4K

ESTA HISTORIA ES GANADORA DEL TERCER LUGAR DE LOS #AWARDSPOTTERHEAD 2017 Mi versión de la historia de amor e... More

Capítulo 1. El misterioso espía
Capítulo 2. El mundo al que pertenezco.
Capítulo 3. La carta.
capítulo 4. El enviado de Hogwarts.
capítulo 5. El andén 9 y 3/4.
Capítulo 6. El expreso de Hogwarts.
Capítulo 7. Gryffindor.
capítulo 8. "Yo lo vi primero"
capítulo 9. Quinto curso.
capítulo 10. Creo que estamos atrapados, Evans.
capítulo 11. La única forma de romper el hechizo.
capítulo12. La cita a la que no fui.
capítulo 13. Un baile de Navidad.
capítulo 14. La apuesta.
capítulo 15. EL BAILE DE NAVIDAD.
capítulo 16. "Oh...my...God"
capítulo 17. Dudas.
capítulo 18. A orillas del lago, con el idiota de Potter.
capítulo 19. Fin de curso.
capítulo 20. El primer día de clase de sexto curso.
capítulo 21. ¡Por supuesto que irás, Lily!
capítulo 23. Perseguidos por Filch y la Señora Norris.
capítulo 24. ¿Sueño o realidad?
capítulo 25. Pacto.
capítulo 26. Último año.
capítulo 27. Una teoría que comprobar.
capítulo 28. Lunático, Colagusano, Canuto y Cornamenta.
capítulo 29. La magia del amor.
capítulo 30. Corazón roto.
capítulo 31. El amor por fin ha triunfado.
Capítulo 32. Final

capítulo 22. Y llegó la hora de la cita.

2.6K 153 8
By L_Kleym

El día había pasado volando, como siempre el tiempo me llevaba la contraria. Cada vez que quería que pasara lo más lento posible, pasaba aún más rápido. ¿Era posible que hasta el tiempo se hubiera puesto en mi contra?
Así parece. Dijo una vocecita en mi mente. Gracias por habérmelo confirmado, conciencia. Me dije con ironía.

Estaba en la última clase del día: Adivinación, medio dormida, (nunca me había gustado esa asignatura), cuando sentí que algo chocaba por mi cabeza. Di un respingo, sobresaltada. Vi que la profesora aún seguía absorta mirando la bola de cristal y murmurando, muy concentrada.

Miré alrededor buscando lo que sea que me haya dado en la cabeza. No vi nada en el piso. Lentamente levanté una mano y me acaricié el cabello. Y encontré un papelito con forma de avioncito que se había enganchado en él.

Miré alrededor. La profesora seguía concentrandose en la bola y todos la miraban, pendientes de sus palabras. Todos excepto Potter. Él me miraba, expectante.
Lo miré con los ojos entrecerrados, recelosa.
Desarme el avioncito y vi la nota escrita en él.

Esperame en la entrada de nuestra sala común. Ésta noche después de la cena. James.

Lo miré,  elevando una ceja.  ¿En serio creía que yo lo iba a esperar? Ya mucho pedir era que asistiera a la condenada cita y ahora para más también quería que lo esperara. ¡Faltaba más!

Él me sonrió, levantó los pulgares y me guiño un ojo.

Desvié la mirada hacia la profesora.
Arrugué el papelito y lo tiré en mi mochila. No iba a arriesgarme a tirar la nota por la ventana.

Al culminar la clase, Alice, Anny y yo fuimos de las primeras en salir. Ni siquiera miré a Potter al pasar.

Tres horas después me encontraba en la torre de Gryffindor, frente al retrato de la Señora Gorda, escoltada por Alice y Anny. Quienes querían asegurarse de que no intentara huir.

-No voy a escapar. Se los juro. -dije por enésima vez.

-No estamos muy seguras de eso. -dijo Anny, entrecerrando los ojos.

-Miren. Se supone que ésta será MI cita con Potter, ¿no?. Ustedes no deberían estar aquí. -dije tratando de convencerlas de que se fueran. No estaba segura de que se pudieran contener de hacer algo bochornoso, (como gritar dramáticamente y dar saltitos tomadas de las manos) cuando me vean yéndome con Potter.

-Si te dejamos sola intentarás huir. -dijo Alice.

-¡Que no! -exclamé perdiendo la paciencia- ¿creen que si pensara huir me hubiera puesto éste ridículo vestido y me hubiera dejado peinar y maquillar por ustedes dos? -dije apuntandolas con el dedo.

-Bueno, pues... creo que no. -dijo Anny, un tanto avergonzada.

-Está bien, Lily. Ya nos vamos. -dijo Alice, resignada.

-Bien. -dijo Anny, de mal talante.

-Suerte. -dijeron ambas.

"Bizcocho de chocolate" dijo Alice a la señora gorda, y ésta las dejó pasar sin hacer ningún comentario. Parecía tener sueño.

Suspiré. No podía dejar de pensar que era una reverenda tonta al estar allí paradota esperando a Potter, cuando tenía que ser al revés.
Bueno. Sus razones tendrá. Me dije. ¡Ay, pero qué dices, Lily! ¡Qué razones ni qué razones...!
Dije inmediatamente después.

Luego, llegó Sirius, silvando despreocupadamente.

-¿Qué hay, Evans? -dijo al llegar.
-¿Por qué estás aquí tan solita, eh? -añadió en un tono medio coqueto y a la vez misterioso.

-Eso no te incumbe, Black. -dije en tono cortante.

-¿Estás cansada de ser la "perfecta prefecta" y quieres quebrantar algunas normas ésta noche? -dijo en tono confianzudo.

-Nada de eso. -dije rápidamente-. Seguramente sabes perfectamente porqué estoy aquí. Así que cállate y ahórrate tus comentarios. -añadí con fastidio.

-Bien, Lily. -dijo sonriendo-. Como quieras. -añadió.
Se puso frente a la Señora Gorda, que estaba profundamente dormida, y dijo la contraseña elevando un poco la voz.
La Señora Gorda casi ni se movió. -Si tú lo dices... -dijo con voz somnolienta y cedió el paso.

-Suerte con "lo que sea que piensas hacer" ésta noche, Evans. -dijo Sirius guiñándome un ojo antes de atravesar la abertura del retrato.

-Gracias. Aunque no creo que la necesite. Lo que haré ésta noche es algo sin importancia. -dije.

Unos momentos después de haber entrado Sirius a la sala común, sentí que alguien o algo respiraba en mi cuello.
-¿¿Qué demonios...?? -me giré sobresaltada, escudriñando el pasillo, buscando ver algo o alguien, pero el corredor estaba desierto.

-Por Merlín, qué ha sido eso. -me dije palpando la parte en donde había sentido la cálida respiración.

Cuando ya comenzaba a tranquilizarme y a convencerme de que había sido producto de mi imaginación, lo volví a sentir.

-¡Quienquiera que esté aquí tratando de asustarme, que hable y que se deje ver! -exclamé entre asustada y molesta-. ¡Vamos!, aparece, no seas cobarde.

Pero inmediatamente después de decir aquello me arrepentí de haberlo hecho.
Pues una vez más, nadie parecía estar allí, y cualquiera que me viera pensaría que estaba chiflada o algo así.
Así que decidí entrar a la sala común. Hace rato que me hubiera acostado y dormido. Pensaba. Di la vuelta para dar la contraseña a la Dama Gorda, y choque contra algo.

-¡Aaaaah! -grité sin poder contenerme-. Nuevamente no había nadie, al menos nadie a quien pudiera ver.

-¿Quién está aqui?. -pregunté, con pánico-.
Hice ademán de sacar mi varita del bolsillo, pero me di cuenta de que no había ningún bolsillo. Tenía puesto el vestido. Y mi varita estaba muy bien guardadita en el fondo de mi baúl en la habitación.

Oí que alguien se reía por lo bajo.

-¿Qu-quién es? -tartamudeé.

No me estaba volviendo loca...¿o sí?

-Tranquila, Evans. Soy yo. -dijo alguien. Di un respingo.

-¿Quién? -pregunté con el entrecejo fruncido. Aunque estaba segura de saber de quien se trataba.

-Yo, James. -dijo-. Tenemos una cita, ¿recuerdas?. Vengo por eso.

-¿Y por qué piensas que estoy aquí parada, eh? ¿para hacerle compañía a la señora gorda? -pregunté con ironía.

-Podría ser. -dijo él-. A veces nosotros vamos a hacerle compañía a Sir Cadogan -dijo de lo más normal-, nos divertimos mucho con ese loco. -dijo, al parecer sonriendo.
-Está chiflado, ¿sabes? -añadió.

-Por muy interesantes y divertidas que sean tus aventuras, no me interesa escucharlas, Potter. -dije en tono cortante-. ¿Y por qué demonios no puedo verte? -añadí molesta.

-No cuentes ésto a nadie, Evans. -dijo en tono confidencial-. Tengo una capa de invisibilidad. -añadió en un susurro casi inaudible.

-¿Qué-qué...? -dije abriendo los ojos como platos.

-Lo que oiste. -dijo-. Y no debes decírselo a nadie, ¿está bien?

-¿Y de dónde sacaste tú una capa de invisibilidad? -pregunté estupefacta.

-Una herencia familiar. -dijo él-. Pero no estamos aquí para hablar de la capa invisible. Ya deberíamos de irnos. Lo tengo todo listo.

-¿Pretendes que salga con alguien a quien no puedo ver? -dije elevando una ceja. Se sentía extraño estar allí hablando con alguien y no saber a dónde mirar exactamente. Si alguien me viera probablemente pensaría que estaba chiflada.

-No. No saldrás con alguien invisible. -dijo él.

-¿Y entonces? -pregunté. Empezaba a perder la paciencia.

-Ambos seremos invisibles. -dijo, por su tono de voz supuse que sonreía.

-¿Qué quieres decir? -pregunté entrecerrando los ojos.

-Que ambos nos cubriremos con la capa. Así te volverás invisible también.

-¿Esa capa puede cubrirnos a los dos? -pregunté.

-Por supuesto. -dijo-. ¿Nos vamos? -añadió.

Miré recelosa donde supuse que estaría su cara. -¿Ésta no es otra de tus bromas o si? -pregunté con cautela.

-No. Para nada. -dijo el. Otra vez parecía estar sonriendo.

-De acuerdo. Entonces sí. Voy contigo. -dije.
Tenía que admitir que sentía curiosidad por saber a donde me llevaría Potter. Y tenía ganas de volverme invisible con esa capa.

-Bien. Te cubriré con la capa. -dijo y pude sentir que me agarraba del brazo. Levantó la capa un poco y pude verlo al fin. Me cubrió con ella. Fue una sensación muy extraña sentir la capa rozando mi piel. Se sentía extremadamente liviana al tacto. Y podíamos ver claramente a través de ella.

-Asombroso. -dije.

-Sí, ¿verdad? -dijo él, con satisfacción.

-Sí, es increíble. -dije rozando la fina tela con los dedos.

Un par de minutos después nos encontrábamos cruzando un sendero junto a los invernaderos.

-Espera. -dijo.

-¿Qué? -dije yo. No lo miré a los ojos porque estábamos muy cerca el uno del otro, y me sentía incómoda.

-Cierra los ojos. -dijo él.

-¿Para qué? -pregunté-. ¿Qué piensas hacer?

-Descuida. No te haré nada. -sonrió- Sólo que no quiero que veas antes de tiempo lo que te he preparado.

-¿Preparado? -pregunté-. ¿Qué has preparado?

Me abofetee mentalmente por lo ansiosa que sonó mi voz, cuando debería haber sonado neutral e indiferente.

Él sonrió más ampliamente.

-Ya lo verás. Es una sorpresa. -dijo-. Ahora cierra los ojos y no los abras hasta que yo te diga, ¿vale?. Y no hagas trampa,  o me veré obligado a taparte los ojos yo mismo. -añadió en tono de advertencia.

-Tú a mi no me das órdenes, ¿ok?. -dije apuntandolo con un dedo.

-Vamos, Evans. Cierra los ojos. O lo arruinarás todo.

-Bien. -dije a regañadientes-. ¿Los cierro ahora ya?

-Sí. Ahora. -dijo él sonriendo-. Bien, yo te guiaré. Tranquila. Y mantén tus ojos cerrados.

Bufé,  en señal de disgusto. -No veo porque tanto misterio. -dije.

-Es que tienes los ojos cerrados. -dijo el riéndose.

Le dí un codazo. -Cállate, ¿quieres?  -dije, concentrandome en cada paso que daba, ya que tenía los ojos cerrados.

Seguimos andando. Al parecer Potter me llevaba hasta el lago.

Ya podía sentir el aroma a césped húmedo y oír a los grillos,  que eran los únicos que rompían el silencio de la noche.

También me llegaba una fragancia, ¿de rosas?. No estaba segura de ello, pero era una fragancia suave y relajante.
Él no decía nada. Sólo caminaba y yo lo seguía. Nuestros brazos iban pegados, lo que me causaba una incomodidad incesante.

-¿Ya? -dije con impaciencia.

-Solo un poquito más. -dijo él.

El aroma a rosas era cada vez más intenso. Era olor a rosas, ya no me cabía la menor duda.

Por un lado iba muy incómoda pegada a Potter bajo la capa. Pero por otro lado también crecía en mi la curiosidad y la ansiedad.

De vez en cuando también escuchaba el batir de alas y el ulular de algunas lechuzas que pasaban muy cerca de nuestras cabezas.

Entonces, Potter se detuvo en seco.

-Ya puedes abrir los ojos. -me percaté de la ansiedad en su voz.

No abrí inmediatamente los ojos. No sabía con que podría encontrarme. Con Potter nunca se sabía.

Respiré hondo. Me sorprendió lo fuerte que latía mi corazón. Debía tranquilizarme pero urgente.

Abrí los ojos lentamente.
Lo que vi me dejó con la boca abierta. Casi me llevo las manos a la boca, pero gracias al cielo me contuve. Y rogaba porque Potter no me estuviese mirando. Aunque sabía perfectamente que lo estaba haciendo.

Tragué saliva. Cambié mi expresión de embobada y la sustituí por una expresión fría e indiferente.

-¿Y?, ¿qué te parece? -preguntó él.

Continue Reading

You'll Also Like

2.7K 473 19
Un nuevo libro de Salem... ¡esta vez un poco más enfocado en ti! ¡Sí, en ti! Deseamos conocerte, saber tus aspiraciones, tus inicios como escritor...
309K 47.2K 37
Una sola noche. Dos mujeres lesbianas. ¿Un embarazo? ¡Imposible!
115K 5.3K 41
Un día, dos chicas se encuentran en el metro. Violeta, que acaba de ser abandonada, se está recuperando de un corazón roto, y Chiara está lidiando co...
624 100 15
Tu eres mi ángel y yo tu demonio. Solamente quiero que seas tu, la persona que le de un significado a la palabra amor. Toma mi mano y no la suéltame...