BANG ll: Explosion of love.

By iherebelieber

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TERCER LUGAR CATEGORÍA ACCIÓN EN LOS #BIEBERAWARDS2016 No leer esta historia si no has leído la primera tempo... More

«Prologo»
«Introducción»
«Prefacio»
«¿Aún piensas en él?»
«En la cárcel»
«Malditamente encerrados»
«Noche de alcohol»
«Segunda oportunidad»
«Sao vicente, Cabo verde»
«Decisiones»
«Blake Desmond»
«Caída»
«Feliz cumpleaños, Blake.»
«Compras y malas noticias»
«Problemas»
«Sólo tú y yo»
«Adrenalina, y vecinos raros»
«Charlie Everson» (Parte uno)
«Charlie Everson» (Parte dos)
«Plan seductivo»
«Engaño»
«Así es el amor»
«Disculpas»
«Tengo miedo»
«A comenzar de nuevo»
«Cassy»
«Dinero y explosión»
«No otra vez»
«Oscuridad»
«Todo estará bien»
«Ideas, sobornos y abogados»
«Juicio»
«Sensaciones»
«Sólo amor»
«¡Olvide su cumpleaños!»
«Adelantos»
«Accidente»
«Isaac»
«Locuras»
«Nervios»
«Gemidos, viaje, suciedad y narices rotas»
«Cásate conmigo»
«Si»
«Matricidio y nuevos jefes.»
«Deja vu»
«Despedida»
«Huida»
«¿Celoso?»
«Golpes y anuncios de compromiso»
«Hoteles, trajes, y vestidos.»
«Preparativos, dieta, y más preparativos»
«Ciudad del pecado»
«Impedimentos matrimoniales»
«Locura en Las Vegas»
«Locamente casados»
«Sorpresas y más sorpresas»
«Pequeños cambios»
«Amenazas»
«Peligro»
«Familia»
«Los Dean»
«Rusos y Australianos»
«Espionaje»
«Vergüenza»
«Estamos listos»
«El trabajo de nuestras vidas»
«Uno menos»
«¡Diablos!»
«Año nuevo»
«Bebé Bieber»
«Cuidado»

«Planificación»

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By iherebelieber


Capitulo treinta y nueve.

Encendí la radio, aunque estábamos a unos cortos seis minutos de la mansión de Isaiah, quería escuchar algo de música. Es decir, ¿Cuándo fue la última vez que pude escuchar una canción tranquilamente?

Escuche dos canciones de una banda que desconocía, y Justin se estacionó en frente de la gran casa. Antes de entrar tiré de su brazo con suavidad, captando su atención.

—¿Esta Helena allí dentro? No la soporto. —bufé. Justin sonrió.

—No muñeca, se fue de vacaciones con sus amigas. Gavin me lo dijo.

—¿Vacaciones? Por favor. Si lo único que hace es vagabundear por esta casa todo el día.

Justin soltó una carcajada, y tocó el timbre.

—Nosotros deberíamos tomarnos unas vacaciones. —dijo sonriendo coquetamente y acercándose a mí.

—Oye, yo y Damon estamos aquí. Controla la testosterona. —le dijo Kendall pegándole un puñetazo en el hombro. Él solo se rio, mientras Kendall se frotaba los nudillos.

—Eso estaría bien. —dije sonriendo. —Debemos parar de huir.

—¿Quién está huyendo? —pregunto Damon.

—¿Nosotros, tal vez? No paramos de cambiarnos de casa. Si me preguntaran cuál es mi dirección, no sabría qué decir. —dijo Kendall rodando los ojos, con una sonrisa en su rostro. Su novio se rió, y la atrajo así para besarla en la frente. —¿Y este porque no abre la puerta?

Gavin entonces apareció.

—Porque estaba en el baño, Kenny.

—¡Odio ese apodo! —exclamó mi amiga mirándolo. Gavin le sonrió, y luego saludó a Justin chocando sus manos. Besó mi mejilla, y así, hasta que los cinco estábamos dentro.

—Es lindo. —dijo Gavin cerrando la puerta.

—No.

—Por favor. —dijo Damon. —No son niños. ¿Podemos hacer lo que vinimos a hacer?

—¿Y Alan? —preguntó Justin, avanzando como si nada hasta la sala de estar. Todos caminamos hasta ahí y nos sentamos.

—Me llamó y dijo que nos veríamos a las dos, en la carrera. —dijo Gavin. —¿Algo de tomar?

—Claro. —respondió Damon. Gavin se levantó y le hizo una seña a Justin. Lucieron tan confidenciales, que por un momento creí que se trataba de algo importante, pero no. En menos de dos minutos ambos venían con vasos con soda en sus manos.

—¿No hay nadie que sirva aquí? —dijo Damon bebiendo un poco.

—Hoy es día libre Damon. —Gavin rodó los ojos.

—¿Eh?

—Es domingo.

—¿Y los autos? —Justin se levantó.

—Vamos. Oye, a todo esto, ¿Cómo lo haremos mañana? —Dijo Gavin. Este usaba una camisa de color azul claro con unas delgadas linear verticales de un tono azul más oscuro. Arriba usaba una chaqueta como... parecida a la de un traje, pero más informal, de color azul marino. Sus pantalones eran negros, y usaba zapatos elegantes, lo que le daba un aspecto genial. Semi formal. Gavin tenía unos preciosos ojos verdes, cabello oscuro, era alto, y con un par de músculos sin exceder.

—Veremos eso luego de correr. —Dijo Justin, pasándose una mano por el cabello.

—Bien.

Los chicos se levantaron y pasaron la última media hora dentro del gigantesco garaje con los autos, hasta que dieran las dos. Yo me quedé hablando con Kendall unos minutos sobre cosas de chicas. Justin, Damon y Gavin volvieron un par de minutos después con llaves de auto en sus manos. Justin se me acercó y me sonrió. Tiró de mi mentón para que lo besara, y así lo hice.

—Tú y Ken se quedarán aquí, ¿bien? —sonrió. Rodé los ojos.

—Bien.

—Sólo aquí. —agregó Damon.

—Si. No salgan. Ni si quiera se les ocurra. —dijo Justin mirándonos a ambas. Kendall, lo miró malévolamente.

—Ken, hablo enserio.

Esta soltó una carcajada.

—Sí, si—dijo asintiendo.

—Si no, te las verás conmigo. —dijo Damon acercándose a ella con una sonrisa seductora.

—Oh, ¿es una amenaza, Applewhite? —levantó una ceja. Él la besó con rapidez.

—Tómalo como quieras nena.

—Oye Gavin—le llamé. —¿Hay helado aquí?

—Sí, busca en el refrigerador. —dijo tomando su celular.

Justin sonrió.

—Vámonos.

Me besó con suavidad, y acarició mi mejilla durante apenas un segundo. Luego se despidió de Kendall, y así estuvimos unos minutos, hasta que ellos se fueron.

—¡Heladooooooo! —gritó mi amiga corriendo hasta la cocina. Sonreí y tomé mi celular y el suyo de arriba de la mesa, para correr tras ella.

Encendimos todas las luces que pudimos. La casa era inmensa, y daba algo de miedo estar las dos solas aquí. Una propiedad como esta, era para que muchas personas deambularan por aquí, no solo dos. Kendall abrió el frigorífico y entonces abrió su boca todo lo que pudo.

—Dios Leah, esto es el paraíso. —me miró sonriendo y con movimientos emocionados.

—Wiiii.

Tomamos dos botes de helado de vainilla, dos cucharas, y nos fuimos al living, para ver la televisión.

Justin's POV.

Me acerqué con una media sonrisa, y me agaché a la altura de Leah. Sus ojos estaban cerrados, su respiración era tranquila, y no pude contenerme despejar su rostro de cabellos molestos. La acaricié y cerré mis ojos. Entonces besé su frente, y la cubrí un poco más.

Kendall, a cambio de Leah, estaba despierta. Pasé por su lado y le revolví el cabello con malicia. Ya sabía cuánto odiaba eso. Ella se quejó e intentó darme un manotazo que esquivé.

Alan, Damon y Gavin se sentaron en la mesa, y tomé un puesto también. Kendall se levantó y se restregó los ojos.

—¿Quieren comer algo? —preguntó. —Leah y yo ordenamos pizza.

—Muero de hambre—se quejó Gavin.

Kendall caminó hasta la sala y nos trajo una caja de pizza. Tomamos un pedazo cada uno, y nos miramos. Kendall tomó asiento al lado de Damon, y abrazó su brazo.

Bien, era hora de empezar.

—¿Sabes a qué hora se llevarán a Ashton?

—A las nueve. —dijo Alan suspirando. —Van a la penitenciaria uno, en Canberra. Es un autobús en las que irán casi veinte personas.

—Entonces...—suspiré. —¿Alguien tiene algo en mente?

Me giré para mirar la sala, y fijar mi vista en Leah. Para corroborar de que estaba bien. La observé unos segundos, y luego a los chicos de nuevo.

—Yo digo que, ya que somos cuatro, y conseguimos autos fantásticos encerremos el autobús, y nos traigamos a Ashton. —se encogió de hombros Gavin.

—Habría que llevar armas. —le dijo Alan. —Irán aproximadamente unos cinco guardias. O más.

Asentí.

—No es mala idea—murmuré. Damon me miró.

—Creo que podemos hacerlo. Pero necesitamos refuerzos. —dijo mi mejor amigo. —Llevemos a Leah y a Kendall.

Kendall nos miró con los ojos abiertos, pero no dijo nada.

—No. —dije al instante. —No llevaré a Leah, estás loco.

—¿Por qué no? —preguntó Gavin. —Damon tiene razón. Mira, en cuanto encerremos al autobús nos notarán, y cuando disparemos dispararan el doble. Leah y Kendall pueden ir unos kilómetros más atrás, para ayudarnos.

Suspiré.

—No sé...

—Nena, ¿lo harías? Es solo conducir—le dijo Damon a Ken. Esta sonrió.

—Claro.

—Leah conduce como loca. —me quejé.

—¡Te oí cariño! —gritó desde el sofá. Solté una carcajada.

—Si conduce como loca es mejor. —puntualizó Alan. Necesitamos acelerar las cosas. Lo más que podamos. Y desaparecer con Ashton en el menos tiempo posible.

Sentí unos brazos rodearme, y el perfume de Leah inundar mis fosas nasales. Suspiré, y subí mis manos para colocarlas en mi pecho, por encima de las suyas.

—¿Por qué no quieres que vaya? —dijo frunciendo el ceño. Aún con su brazo derecho abrazándome por los hombros, me rodeo por el lado izquierdo y se sentó en mi regazo, con las piernas colgando hacia un lado.

Coloqué una de mis manos en su estrecha cintura, y la otra en su pierna.

—Cualquier cosa podría salir mal muñeca, y no quiero que te pase algo. —murmuré mirando hacia abajo.

Me sentía algo nervioso hablando cosas así con ella en frente de todos, que se habían quedado en silencio para oírnos.

—Tú estarás ahí también, Justin. —me miró a los ojos, y su mano se movió acariciando mi nuca.

—Pero de todas maneras...—me interrumpió.

—Estarás ahí, como siempre. Y nada me va a pasar. —intentó asegurarme. Suspiré abatido.

—Bien. —Ella me dio una sonrisa, y me acarició el rostro.

—Es solo conducir.

—Entonces la cosa será así. Saldremos unos minutos después del autobús, lo emboscamos en la carretera, y nos vamos. Simple, rápido, e intentemos no matar a nadie. ¿Bien? —dijo Damon.

Asentí lentamente.

—Si. Démosle a los neumáticos. —dije entrelazando mis dedos en la cintura de Leah.

—Debemos levantarnos temprano.

—¿Ashton sabe de esto? —preguntó Gavin.

—No, porque se pondría ansioso, y se le notaria. —dijo Alan.

—A todo esto, ¿en donde lo tiene ahora mismo? —preguntó Kendall de repente.

—Aquí en Sydney, en la oficina donde trabaja el policía que estuvo tras ustedes. —Contestó Alan mirándonos a mí y a Damon. Ambos soltamos una risa.

Gavin se quedó unos segundos con la mirada perdida.

—Si no queremos matar a nadie, tendríamos que meternos al autobús. —Puntualizó. Desvié mi mirada hacia él.

Gavin tenía razón.

Mierda y más mierda.

Había tanto que pensar. Debíamos calcular cada movimiento, con precisión, para que pudiera resultar. Teníamos que tener conocimiento, cuidado, y coordinación.

—Adrián. —dije. Damon me miró, suspiró y negó con la cabeza.

—Adrián nos mandará a la mismísima mierda, Justin. No se infiltrará en el autobús.

—No te estoy diciendo eso. —le dije. —Adrián podría meter a uno de nosotros ahí.

—¿Quién es Adrián? —preguntó Alan.

—Un amigo. Y conoce a tu hermano.—contesté.

—Que es policía. —agregó Damon.

—Que conveniente. —rodó los ojos Alan. Suspiré.

—Confío en él. No es tan santo como crees por ser policía. ¿Quién entra en el autobús?—Tomé mi celular.

—Yo. —se ofreció Damon. Asentí y desbloquee mi teléfono.

Leah hizo el ademán de levantarse, pero la retuve en mi regazo. Busque a Adrián en mis contactos, y le marqué. Eran las tres, pero qué más da. Él contestó como al quinto timbre, algo adormilado.

—Hey. —sonreí. Casi lo podía imaginar frunciendo el ceño.

¿Justin? —preguntó.

—El mismo. —contesté. —Oye, necesito un favor.

Oh Justin, no jodas. Son las tres de la mañana.

—¿Acaso no tienes trabajo? —pregunté sonriendo.

Pues sí. ¿Sabes cuánto alcancé a dormir? Media hora. El papeleo puede irse a la mierda.

—Vale, no me importa lo que hagan los policías. ¿Me harás el favor?

Ya me despertaste. —suspiró—dime, ¿Qué ocurre?

—Detuvieron a un amigo hace unos días. Y mañana lo llevarán en un autobús junto a otros reos hacia la penitenciaría. Necesito que metas a Damon en ese autobús.

—¿Quién es? —preguntó.

—Ashton. —sonreí.

Mierda, ¿Ashton Ross?

—Si. ¿Puedes ayudarme? Está encerrado en una celda, en la estación donde tú trabajas.

Bien... yo lo intentaré. Claro. Dile a Damon que venga temprano a mi casa, y recoja un uniforme para que pueda entrar. En la estación robamos uno de los otros. ¿Te parece?

—Genial. —acepté. —Gracias Adrián.

Vale, de nada. —se rió. —Nos veremos, supongo.

—Claro. —sonreí. —Adiós.

Adiós Justin. Te mandaré mi dirección por mensaje.

***

La alarma sonó a las seis con treinta. Decidí colocarla media hora antes porque Leah era un asco levantándose temprano, entonces tendría esta media hora para despertarla de una buena forma, y sin que se enojara.

Apagué el molestoso sonido, y acaricié su cabello.

Su rostro descansaba con suavidad en mi pecho, y una de sus piernas estaba por encima de las mías.

Siempre solía hacer eso. No entendía cuál era la manía de dormir con medio cuerpo encima del mío, pero no me molestaba al menos de que me estuviera muriendo de calor. Cuando esto pasaba ella se corría también así que no había problema.

—Muñeca...—murmuré acariciando su cabello.

Leah ni si quiera se movió.

—Muñeca, tenemos que levantarnos. —dije un poco más fuerte. Ella gimió y se apretó más contra mí.

—No. —dijo acomodándose más.

Jadee.

—Vamos, ¿quieres que te haga el desayuno? —pregunté.

—No te levantes. —gimió. Escondió su cara en mi cuello, y en ese preciso instante me fui a ese lado. Me daba cosquillas.

—Leah... —me reí—me haces cosquillas.

Ella sonrió contra mi piel, y me besó castamente en el cuello.

—Un rato más. —dijo con los ojos cerrados.

—Si te quedas así te dará más sueño. —dije acariciando su cintura.

Y efectivamente así fue. Me quedé dormido junto a ella, para despertar apenas unos minutos después, a las siete de la mañana. Gemí y me estiré. Ella dormía dándome la espalda ahora.

Tenía que levantarme.

Me quedé mirando el techo unos minutos, y entonces Kendall entró en la habitación como alma que lleva el diablo. Traía la camiseta que Damon usaba anoche. Sonrió y retrocedió. Hizo una seña, mientras yo entrecerraba los ojos.

Leah se giró, y abrió sus ojos, a penas. Se los restregó y se acomodó un poco el cabello.

Y antes de que pudiera mirarla, Kendall y Damon se lanzaron con fuerza a nuestra cama, quedando justo en medio de nosotros. Kendall quedó por mi lado y Damon por el de Leah.

—¡Levantase! —exclamó Kendall colocándose de espaldas. Suspiró.

Damon se rió, y empujó a Leah.

—No—se quejó—déjenme.

—Vamos, levantarte. —la movió. Y en eso, parece que la movió demasiado fuerte, porque Leah se cayó de la cama. Abrí mis ojos, y segundos después ella estaba mirándonos enojada. Se levantó arrastrando la sabana con ella y se tiró arriba de Damon con fuerza. Este se quejó.

—¡Bastardo! —le dijo. —Me dolió.

—¡A mí también!

Minutos después tenía que aceptarlo. Estaba nervioso.

Y no por hacer lo que teníamos que hacer, sino porque Leah iría, y mi preocupación y atención estaba con ella, y no con el plan. Ella acomodó todo su cabello hacia atrás, hoy lo había alisado. Completamente. Estaba vestida muy linda como siempre. Usaba un bléiser azul, una top con rayas negras y blancas, un pantalón negro y tacones del mismo color.

—¿No crees que te ves muy bonita como para hacer esto?

Ella sonrió, mirándome por el espejo. Estaba sentado en el medio de la cama, con las piernas separadas, y apoyando mis codos en ellas.

—Tú también lo harás y luces bastante ardiente.

Sonrió otra vez sin mostrar los dientes y se colocó los aretes. Tomo el collar con la pequeña piedra de color azul que le di cuando ni si quiera éramos novios, y lo colocó por debajo de su top, entre sus pechos. Suspiró y se giró. Camino hacia mí, he hice que se sentara en mi regazo. Despejé su rostro, y la besé castamente.

—¿Estás segura? —Sonreí cuando rodó los ojos.

—Si Justin.

—¿Puedes conducir con esos edificios en tus pies? —Ella carcajeo.

—Si cariño. Ya deja de preocuparte.

—Bien. —asentí.

—Mañana es tu cumpleaños. —me acarició la nuca. —Quiero darte algo especial.

Suspiré.

—Sólo te quiero a ti. —reconocí con simpleza. Ella sonrió.

—Ya me tienes, Justin. —sonrió.

Pero en realidad no.

No la tenía en la forma en que había comenzado a desearla desde hace algún tiempo.

Ella rozó nuestras narices, y sonreí. Damon nos miró desde la puerta con una sonrisa. 

 —¿Vamos?— preguntó. 

—Vamos.


Lamento no haber hecho de este capitulo algo interesante, pero no quiero precipitar las cosas. Tiempo al tiempo preciosas. 

Quería recordarles que voten por Bang ll como mejor en acción de los BieberAwards, deben entrar en la obra, y encontrar la sección de ''CATEGORÍAS+NOMINACIONES'' y comentar en la opción TRECE: que nominan BANG ll COMO LA MEJOR EN ACCIÓN.

Muchas han nominado Bang como mejor historia, pero eso no me sirve mucho:(, se los agradezco un montón y no saben cuanto me alaga saber que algunas piensan que esto es una historia que podría entrar en esa categoría, pero como autora de este fanfic, creo que está claro que esa categoría en particular la ganará una mucho más famosa, y mejor que esta:( Pero reitero, estoy muy alagada de haber recibido las notificaciones de que nominaron el fanfic en mejor historia.

Se los agradezco de verdad. Pero me sirve mucho más participar en acción.

Bien, gracias por las que se han dado el tiempo de comentar. ¡Enserio gracias! 

HOY LUNES 18 DE ENERO SE CIERRAN LAS VOTACIONES DE LAS LECTORAS. (La votación es el hecho de que comenten por bang) Así que por favor, vamos por esos últimos e importantes comentarios. 


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