Diecisiete.
Yo sabía que era un problema. Lo supe desde un principio, y sin hacerle caso a todo... lo seguí. Sabía que estaba mal. Sabia que él no era bueno en si.
Pero de alguna manera, él era el único para mi. Era bueno para mi. Miré por la ventana del auto sintiéndome mareada. No sé que hacia aquí pero ya no había marcha atrás. Ahora lo veía todo. Esta era su vida. Esto era lo que era, y no iba a cambiar.
Tal vez ya lo había hecho, tan solo creyendo en el amor.
¿Necesitaba que cambiara de otra forma?
No lo sabia. Tal vez era eso, yo lo necesitaba. Pero él no. Las oscuridad era parte de él desde hace mucho tiempo, y ninguna luz era suficientemente fuerte para quitarle el abismo de encima. La cabeza me daba vueltas y no sé como de un momento a otro había comenzado a sentirme mal.
—¿Te sientes bien Leah?—Kendall me miraba con la preocupación presente en sus ojos. Asentí, intentando recomponerme. Damon se me quedó mirando también.
—Tú deberías quedarte en el auto.—me dijo. Justin me miró preocupado por el espejo retrovisor. Le di una mirada de calma, y su mirada se suavizo. Estaba abrumado, lo notaba. Pero no lograba percibir porque. Kendall y Damon habían llegado ayer. Justin me había dicho que me tenia una sorpresa, y Bang, de pronto tenia a Kendall pegada a mi como un caracol y llorando como idiota.
Justin conducía serio, siguiendo al auto de Darian que iba antes que él. Junto él, estaba Damon de copiloto. Era bueno tener algo de mi ''normalidad'' aquí. Por normalidad me refería a Kendall y Damon justo a mi lado. No es que los demás me molestaran. Pero con los únicos que era capaz de hablar era con Dan y Benny.
La adrenalina corría por cuerpo. Eran las diez de la noche y el plan formado por Darian iba a ser ejecutado. Justin me dió otro vistazo por el espejo retrovisor y habló;
—Puedo... devolverme a casa si quieres.—Dijo en un susurro. Negué. El atraco era a un casino a cuarenta y cinco minutos de la casa de Charlie, y ya llevaba media hora en este auto.
—Soy parte del plan, ¿no?—le dije con una ligera sonrisa. Él soltó una carcajada. No entendía porque, teniendo a la zorra de Meredith en casa me habían llevado a mi para coquetearle a un millonario que, dentro de unas horas ya no lo sería más.
—Lo harás bien muñeca.
Me acerqué por detrás y plantee un sonoro y largo beso en su mejilla. Él sonrió ampliamente, y acelero un poco más tocándole la bocina a Darian cuando lo adelantó. Damon se echó a reír, y poco a poco Darian adelantó a Justin. Se fueron jugando así los minutos que quedaban para llegar. Me sentía como cuando nos metimos a la casa de los Desmond junto con Adam.
Megan era una gran amiga, y un gran pilar para mí. Adoraba conversar con ella, pero a veces me ponía nerviosa cuando decía que yo me parecía a ella de joven. Solo que mucho más joven. Megan se había metido con Adam al terminar de la universidad. ¿Y yo? había conocido a don oscuridad a los diecisiete años. Los chicos dejaron sus grandes y lujosos autos comprados en el mercado negro estacionados entre medio de un sinfín de autos parecidos. Los chicos tenían una serie de armas que me ponían malditamente nerviosa. Se tomaron unos segundos antes de entrar al gran casino para acomodarse, y dar aún más instrucciones. Los chicos se veían malditamente apuestos. Darien y Damon iban vestidos con un traje azul marino y corbata del mismo color como el equipo de seguridad del casino, y Justin tan solo con un traje negro. Dan se iba a quedar vigilando afuera junto a Kendall y nos ayudarían a llevar el botín si es que todo resultaba bien.
Justin era el más guapo. Me ofreció su brazo y lo tomé con una sonrisa. El casino Milenium era parte de un gran hotel ubicado en medio de unas montañas, con tan solo una única carretera que pasaba por en frente de este. La gente más rica de Canberra iba allí. Solo el casino tenia un espacio de 44.000 metros cuadrados, dotado en 550 mesas para jugar, el gigante y elegante bar y mil maquinas tragamonedas.
Justin y yo nos metimos como si nada. Luego de mostrar unas identificaciones falsas, ya todo estaba listo. Estábamos dentro. Justin ubico a nuestro objetivo. Y estaba claro, Logan Houton era un millonario y un mujeriego. Estaba rodeado de mujeres bebiéndose una copa de champaña, con un poco de dinero sobre la mesa. Estaba en la parte del bar. Todo el primer piso se trataba de lo mismo. En el segundo, solo habían juegos de maquinas, y en el ultimo estaban todos los hombres y mujeres adictos al juego, algunos celebrando, otros llorando, y otros, simplemente pensando en como quitarse la vida debido a tanta deuda.
—Es guapo. No quiero que le coquetes.—Me dijo Justin. Lo miré riendo.
—¡Justin!—dije. Él bebió un poco de su copa y me miró abajo.
—Quisiera tener todo lo que deseo.—comentó de repente.
Teníamos para rato. A las doce con exactitud, en el ultimo piso, se abrirían nuevas apuestas. Y el rumor decía que Logan solo apostaba a las doce de la noche. Miré a Justin y tan solo me concentré en el.
—¿Y que es lo que deseas? —pregunté.
—Un nosotros más fuerte. Dinero. Algo más. —me sonrojé. Un nosotros. ¿Es que acaso no lo había?
—¿Algo más?
—Algo... no lo sé. No se que es lo que quiero.—se llevó una mano al rostro y suspiró. Lo miré tiernamente. Adoraba cuando se colocaba así. Me acerqué un poco más a él, sintiendo de cerca el calor de su cuerpo. Eso no fue suficiente para el mio. Tomé mi copa, y me bajé del alto asiento para colocarme justo en frente de él. Justin se giró y colocó una de sus manos en mi cintura. Con la otra tomó su copa también, le dio un pequeño choquesito con la mía.
—Por nosotros—dijo.—por el dinero. Por nuestro amor.—susurró en mi oído. Algo hizo electricidad en mi. Me sentía tan atraía por él que dolía.
—Por todo eso y más—dije.
Tomé un sorbo de champaña y él me sonrió.
—¿sabes?, no paro de pensar en que tienes un cámara entre tus pechos.—su voz fue tan baja y tan ronca que dude en si lo que escuche estaba bien. Lo miré y me reí.
—¿Se supone que funciona bien?—pregunté.
—Por su puesto—dejó su copa en la barra y del bolsillo de su pantalón sacó su celular. Apretó algunas cosas y me mostró. En la pantalla aparecía un poco de su rostro, y su celular justo en frente de mis pechos. La pequeña cámara y microfono estaba ubicada en mi brasier, y estaba grabando desde que entramos al hotel. Era para que Justin supiera si yo estaba en problemas cuando me encontrara con Logan. También tenia un audifono por el cual Justin me hablaría si no sabia que decir.
—Esto es genial—dije. Él sonrió mientras asentía. Me senté a su lado de nuevo y lo miré. Las sillas giraban y se me hacia imposible dejar de moverme de derecha a izquierda.
—Recuerda mostrar bien tus cartas cuando juegues Black Jack—dijo.
—Seré la primera en perder. Ese juego se basa habilidad.—me quejé.
—Cariño, conmigo detrás de tus pechos vas a ganar.—dijo seguro. Solté una carcajada. Mi mano estaba entre su mano, puestas en la barra. Tomé un poco de champaña, y lo miré. Acariciaba mi mano con tanta suavidad que me hacia sonrojar. Con él, todo me hacia sonrojar.
—¿Crees que esto va a salir bien?—pregunté en voz baja.
—Si Leah.—su mano me apretó un segundo.—Esto es una pirámide. Y Logan, pasará de estar en la punta, a estar abajo. Eso es todo. Nosotros, estaremos en la punta.
Le sonreí.
—¿Una pirámide?—pregunté.
—Logan esta robándose el dinero de todo el mundo. Utilice fondos de otras personas sin que ellos de sen cuenta para su propio beneficio. Digamos cariño, que nosotros haremos efectuar el karma.—susurró. Los minutos pasaron. Seguimos hablando de un sinfín de cosas hasta que Logan se levantó, y estando solo, se subió a un ascensor para irse al ultimo piso.
—Recuerda, tu plan esta en confundirlo. Es joven, caerá.—me dijo Justin mirándome a los ojos.—Provócale, desafíalo. Si juegas contra él hazle saber que ganarás.
—¿Y si no gano?—mi tono fue angustiado.
—Vas a ganar.—asentí, y tire mi cabello hacia atrás para comenzar a caminar. Justin tiró de mi brazo, asi que me giré.
—Espera.—me aproximó a su cuerpo pasando su mano izquierda por mi cintura y me besó suavemente.
No me negué. Le seguí el beso desesperadamente, sus labios tenían ese efecto en mi el cual no me dejaba actuar en la forma en que debía. Probablemente no debería besarlo de esta manera justo aquí, pero al diablo con todo. Era desesperante no poder controlar mis deseos estando junto a él. Mi cuerpo no reaccionaba. Nos separamos, y le acaricié suavemente la mejilla.
—Suerte, muñeca.—susurró.
Le sonreí y me giré para ahora caminar con mucha más felicidad que antes. Las cosas habian estado un poco tensas de repente, antes de que Kendall y Damon llegaran. Los constantes coqueteos de Meredith hacia Justin no me agradaban para nada y habían sido motivo de discución varias veces. Marqué el piso numero tres en el elegante ascensor y en diez para las doce estaba arriba. Tenía un montón de dinero en mi bolso, compre fichas como me había enseñado Justin y sobornando al croupier logré entrar en el mismo juego que Logan Houton. Me senté justo en frente de él. Solo habia otra chica en la mesa además de mi, y era unos años mayor. Probablemente tenia unos treinta, y a mi se me notaba... como una adolescente. En un casino, puedes consumir alcohol teniendo dieciocho años, pero no puedes jugar si no pasas de los veintiuno. Yo tenia veintiuno, pero mi indentificación falsa marcaba veintidós. Logan Houton me miró, y coquetamente me atreví a moder mi labo inferior mientras lo inspeccionaba con la mirada. Él sonrio sexymente mirando hacia el lado, y luego fijandoce otra vez en mi.
—Le quiero partir la cara—Justin me hablaba a través del audífono, y yo luchaba por no reírme. El croupier dio las cartas y después de que todos colocáramos las fichas sobre la mesa dijo que las apuestas se cerraban.
—Demonios Leah, ya ganaste.—gimió Justin.
—¿Ah?—susurré. Tenia miedo de que alguien me oyera, a pesar de la música hipnótica y la conversación que mantenían varias personas en mi mesa.
—¿Recuerdas la combinación ganadora?—me preguntó.
— Veintiuno.—contesté.
—Di logras el veintiuno con un as, y una jota de picas pagan más que con el veintiuno obtenido de otro modo. Y las tienes en tus cartas.
Sonreí. A eso se le llamaba suerte.
Justo detrás de Logan, había un hombre de unos veintiocho años igual que él. Ambos hablaban, y el de atrás bebía un poco de champaña. Logan le murmuró algo y la mirada del hombre de atrás se posó en mi. Sonrió y bebió de su copa. Ambos me miraban. Sin dejar que me intimidara sus miradas de ''Oh nena, ven y hagamos un trio'' tiré una de las cartas que Justin me dijo.
Tal y como el lo había predecido, yo gané. El juego duró alrededor de media hora. Cuando acabó algunos se quedaron para seguir perdiendo su dinero. Tomé mis fichas ganadas, prometiéndome a mi misma que las cambiaría por dinero luego. Diablos, había ganado. Recibí una de las copas gratis aunque Justin me dijo a través del audífono que no lo hiciera. Me dirigí donde ahora jugaba el amigo de Logan.
Estaba participando en los dados, y al parecer iba ganando. Estos juegos me confundían un poco. El casino te hipnotizaba, de alguna manera todo te incitaba a seguir ganando. Dentro, no podías diferenciar si era de dia, o de noche. La entretención no paraba. Me posé cerca de él. Lanzandole de vez en cuando algunas miraditas. Su amigo casi gano. Cuando terminó todo acepté otra copa de champaña sin saber donde diablos dejé la otra. Pero no estaba ebria. La primera copa gratis que acepté la había dejado por ahí tirada. Cuando me estaba alejando, Logan se me acercó.
Si, era imposible rechazar el encanto Collins.
Tan solo fíjense en Justin.
—El muy cabrón va a invitarte a tomar una copa.—bufó. Levanté mi mirada y lo vi junto a su amigo, caminando hacia mí.
—Oye, lo estoy haciendo por ti.
—Lo sé muñeca. Ya sabes él plan. Haz que te lleve a su habitación.
Él llegó hasta mi y me dio una sonrisa.
—Hola.—su voz era varonil, y sensual. Tenia un parecido con Leonado Dicaprio en sus años de gloria. Mi cabello era rubio rubio, mientras que el de él, era algo más como un castaño claro mezclado con rubio. Sus ojos eran preciosos, y sus labios... pues, deseables. ¿Que más? era la verdad. Su amigo no estaba para nada mal, tampoco.
—Hola.—contesté.
—Soy Logan Houton, y él es mi hermano. Jake, Houton.—Lo presentó. Así que eran hermanos.Tomé la mano de ambos, y sonreí recordando mi nombre. Estaba usando el apellido de mi querido suegro.
—Jessica Hillwood.—Me presenté.
—Tienes un nombre precioso.—comentó Logan.—Jessica.
—Gracias.—sonreí coquetamente. Su lengua envolvía mi nombre falso tan elegantemente que recordaba cuando asistía con mi papá a cenas con sus socios.
—¿Te gustaría bajar a tomar una copa con nosotros?—Preguntó su hermano.
—Claro.
Caminamos con algo de silencio hasta el ascensor, donde Jake presionó el primer piso. Los bastardos habían dicho que las damas primero para tan solo mirar mi trasero.
—Te vez bastante joven. ¿Cuantos años tienes?... si me permites,—carraspeo Logan—preguntar.
—Veintidós.—dije.—Tú también eres joven. Ambos. ¿Cuantos años tienen?
—Veintisiete.—dijo Logan.—Y mi hermano veintinueve.
Bueno, por lo menos el joven era mi objetivo. Demonios, cuanto él tenia seis años nací yo. Esto era una jodida mierda. Me hablaron de cosas triviales todo el trayecto y me llevaron a la zona vip. Me sentía una completa zorra caminando al lado de dos chicos guapos y adinerados. Miré a Justin. Estaba sentado en una mesa, con Kendall a su lado. Ambos estaban comiendo sushi, o algo parecido. Les di una mirada fugaz, y Justin me guiño el ojo.
Logan llevaba su mano en mi espalda baja hace un rato. Se movía con elegancia y sensualidad. Varias chicas llegaron a nuestro lado, pero Jake las ahuyento al segundo. Tomamos unos tragos, y media hora después, ya a una y media de la mañana me pidieron lo que por fin debía hacer. Ir a la habitación de Logan.
Otras dos chicas se nos unieron, y dos amigos de los hermanos Houton. Tirité un poco cuando salimos del ascensor. Una corriente de aire me habia golpeado abruptamente. Y aún debíamos caminar por una pasarela de vidrio para entrar a la recepción del hotel. Logan notó que tirité y me miró.
—¿Tienes frio, Jessica?—preguntó.
—Un poco.—comenté. Los demás se adelantaron mientras él paró junto a mi. Se quitó rápidamente su saco, y lo colocó sobre mis hombros. Sin él, el vejestorio lucia aun más guapo. Traía unos pantalones oscuros, y una camisa blanca con el primer botón desabrochado. El calor de sus saco me abrigó y le sonreí agradecida.
—¿Mejor?—me sonrío. Su mano se posó en mi espalda baja nuevamente, con suavidad, y comenzamos a caminar.
—Mucho mejor.—contesté.
La pasarela era completamente de vidrio y me ponia nerviosa mirar mis pies ya que sentía que el vidrio se quebraría y caería al vacío. Darían estaba ahí con su traje de seguridad. Justo al final de la pasarela, y a su lado, un hombre, trabajador del hotel que movía la puerta giratoria. Darian me miró, y por dentro estaba que moría de la risa.
La habitación se encontraba en el ultimo piso y era una suite genial. Diablos, tenia de todo. Logan pidió servicio al cuarto. Un montón de champaña, fresas con chocolate y demás.
Así era la vida de los apestosamente ricos.
Toda mi vida tuve dinero, eso no lo negaba. Pero jamás... bueno, que sabía yo. Tal vez mis padres hicieron esto alguna vez. No sabía que había allí, pero entre Logan y Jake, se notaban las mismas inclinaciones sexuales. Sentía que pronto había una orgía, o un trío.
Jake nos llamó a todos a una gran mesa de color verde.
—Jugaremos al strip póker.—Diablos. ¿Que es eso?
—¡No!—Exclamó Justin. Dios, por poco no se me revienta el oído.
—Iré un segundo al baño.—le dije a Logan. Este asintió y me indico en que puerta era. Camine hacia allá, y entonces le hablé a Justin mientras abría el agua del lavabo.
—¡No grites!—le grité.—me duelen los oídos si lo haces.
—Lo siento.—se disculpó.—Diablos, ¿porque me haces esto muñeca?
—Yo no te he hecho nada.
—Esos bastardos quieren verte sin ropa.—se quejó.
—Demonios Justin, ustedes me metieron en esto.—murmuré.
—El plan esta demorandoce un poco más de lo esperado. Pero ya sabes. Has que echen a la gente.
—Si.—dije asintiendo.
Volví a mi lugar. Jake explicó las reglas del juego. Si perdías tu apuesta, debías quitarte una prenda de tu ropa, un accesorio, o tus zapatos. La idea de la mayoría, era quedar en ropa interior. Él juego se prolongó durante varios minutos. Se fue el saco de Logan, mi reloj, mis zapatos y mi vestido. Me estaba dando algo de frío, pero todos parecían estar jodidamente calientes. Logan me preguntó si lo acompañaba a buscar su celular. Cuando entré en su habitación, me besó.
—Es difícil lo que estoy diciendo, pero siguele el beso.—Justin habló.
Las manos de Logan pasaron por mi cintura, mientras yo jugaba con su cabello. Su lengua invadió mi boca, mientras nuestros cuerpos no podían estar más pegados. Segundos después ya no se escuchaba ningún ruido afuera de la habitación. Jake entró semidesnudo, y nos sonrío.
—¿Puedo unirme?
Demonios.
Logan me miró esperando mi aprobación. Sonreí, haciéndoles creer que estaba bien y Jake se me acercó. Despacio, se inclinó para que sus labios tocaran los míos. Solo esperaba a que los chicos llegaran pronto. Maldición. Solo había hecho el amor con tres chicos en toda mi vida. Tyler, mi novio que tuvo el accidente, Justin, y Mark.
Corté el beso, cuando Logan tomó mi mano para guiarme hacia la cama. En ese momento, Justin, Darien y Damon entraron como la muerte en la habitación. Justin fue el primero en comenzar a proporcionar golpes.
—Buena actuación, cariño.—me dijo Darian con una sonrisa.
Me reí y me coloqué el vestido con rapidez.
—Damon, fija la mano de ambos en el papel.
Todo esto había sido planeado una semana antes. Los chicos estaban usando guantes, y se veían jodidamente amenazantes. Sacaron la palma de la mano de ambos hermanos, dejandola marcada en un papel de radiografía. Eso serviría para abrir la bóveda del casino donde Houton tenia el dinero. Metieron a Logan y a Jake por debajo de la cama y tomaron la tarjeta de la habitación. La cerraron, y cruzamos con rapidez la pasarela al casino.
Tomamos el ascensor y nos metidos por puertas para personal.
Darian tomó su telefono, y habló.
—Dan, ¿ya entraste? —calló unos segundos.—Genial, nosotros vamos... Oh claro, nos ves. ¿Y Kendall? fantástico. Quiten todo.
Cortó y nos miró.
—Dan y Kendall ya están en la oficina de seguridad. Están desactivando las cámaras y sacando las cintas. Ya tienen las grabaciones del hotel.
—Perfecto.—Musitó Justin.
Y esa era la palabra. Perfección.
Todo estaba saliendo al pie de la letra. Caminamos aceleradamente hasta las bóvedas de cada uno de las personas que tenia una cuenta en el casino. Lo de ahora, era comprar fichas con una tarjeta de crédito que sacabas en el casino. Depositabas dinero en una cuenta y cuando comprabas fichas te lo descontaba de allí. Simple. Una maldita habitación de color gris. En una pared estaba llena de pequeñas cajas que se abrían con llaves. Pequeños jugadores, pero las otras tres paredes, estaban llenas de grandes bóvedas. Millonarios.
Oh Dios, cuatro paredes. Siete metros cuadrados de puro dinero. Los chicos traían tres bolsos de color negro. Darian abrió uno, y sacó dos martillos. Le tendió uno a Damon.
—¡A romper Applewhite!
Probablemente ninguno de los cuatro imaginamos que esta habitación tendría más de lo que pensábamos. Damon y Darian comenzaron a golpear brutalmente todas esas pequeñas cajas y a sacar cosas fajos de dinero. Fueron acomodándolos todos en un bolso, mientras Justin se encargaba de abrir la bóveda de Logan.
—Por favor nena.—susurró.
La bóveda tenia un pequeño circulo donde leía la huella digital. Justin suspiró, y colocó la parte del dedo indice de Logan. La caja hizo un ruido de aprobación, y marcó en su pequeña pantalla luces verdes. El dinero, comenzó a caer.
Justin me sonrió, y me abrazó. Me besó mientras me levantaba del piso y yo cerraba mis ojos. Nos hizo girar. Seguí con mis ojos cerrados disfrutando de su beso, de lo que habíamos hecho, y pensando en que, no quería perderlo. Por de nada del mundo.
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Dios, no saben cuanto me costo escribir este capitulo. Originalmente no era ni parecido, ni si quiera tenia ideas. Había escrito algo terrible a mi parecer y estaba muy muy nerviosa pensando en que no les gustaría. Me dio como un mini ataque y lo borré todo, y no sé, de pronto salió esto. Tal vez no es lo mejor, pero espero que les guste.
¿Les gustó?
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Respondanme en los comentarios:(
No olviden comentar y votar. Las quiero. Enserio espero que les haya gustado este capitulo porque no sé... ando algo rara e insegura de todo lo que hago, en especial de lo que escribo. Bueno, sin más que decir me despido. Besos, y nos leemos pronto.