El Secreto de los Dragones

By SilverFaith_

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(Continuación de La Academia de Dragones, Libro 2) #1 en Fantasía 17/12/16 #2 en Fantasía 10/4/17 #3 en Fant... More

Aviso
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
N/A
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
•Pregunta•
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Preguntas y respuestas
Capítulo 18 (Parte 1)
Capítulo 18 (Parte 2)
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24 (parte 1)
Capítulo 24 (p2)
Capítulo 25
Capítulo 26 (Parte 1)
Ganadores de concurso
Capítulo 26 (parte 2)
Capítulo 27 (parte 1)
Capítulo 27 (parte 2)
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32 (Parte 1)
Capítulo 32 (parte 2)
2M
Capítulo 33 (parte 1)
Capítulo 33 (parte 2)
Capítulo 34
Hola🐉
Capítulo 35 (parte 1)
Capítulo 35 (parte 2)
Concurso☃️
Ganadores❄️
Capítulo 36 (parte1)
Capítulo 36 (parte2)
Capítulo 37 Parte1
Capitulo 37 parte2
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40 (parte 1)
Capítulo 40 (parte 2)
Capítulo 41
Capítulo 42 (parte 1)
Capítulo 42 (parte 2)
Capítulo 43 (parte 1)
Capítulo 43 (parte 2)
Capítulo 44 (parte 1)
Capítulo 44 (parte 2)
¡Hola!
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 48

Capítulo 47

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By SilverFaith_

El viento azotaba el rostro de Lisa con fuerza mientras volaba montada sobre Equus, dejando atrás el pueblo en el que habían pasado la noche. No llevaban mucho de comenzar su viaje y el viento no les permitía mantener una conversación, por lo que solo volaban en silencio, dejando que Alex tomara la delantera debido a que era el único que sabía el camino de regreso a la Academia. La brisa silbaba entre los árboles y hacía ondear los cabellos de Lisa, quien, no podía evitar recordar la intensidad de la noche anterior.

Aunque el sol comenzaba a asomarse en el horizonte, el recuerdo de lo sucedido con Alex mandaba un escalofrío por todo su cuerpo. Se ajustó la chaqueta de cuero, sintiendo el roce de la tela sobre las marcas dejadas por el encuentro con el príncipe. La imagen de Alex aún estaba fresca en su mente: su mirada intensa, los besos apasionados, las palabras susurradas en la oscuridad de la noche. Lisa se estremeció ante el recuerdo, sintiendo el calor de aquellos momentos contrastar con el frío del viento que ahora la rodeaba.

Ella se había dejado llevar completamente por los efectos del pastel, era algo que quería hacer desde hace mucho tiempo, pero sus miedos y la presión de la guerra no se lo habían permitido. Al despertar esa mañana, aún se encontraba envuelta en los brazos del descendiente, quien le había asegurado con un beso que ella era todo lo que siempre había deseado. Sin embargo, no podían permitirse quedarse mucho tiempo acurrucados; la urgencia de salir del pueblo los apremiaba. A pesar de ello, Lisa sabía que tendrían que abordar lo sucedido en algún momento. Habían acordado hablar cuando estuvieran en un lugar seguro, lejos de miradas indiscretas y oídos curiosos. Por ahora, su prioridad era llegar a la Academia y enfrentar las responsabilidades que les esperaban allí.

Observó de reojo a Logan quien volaba a su derecha, se mostraba también perdido en sus pensamientos. Lisa se preguntó que tipo de relación habrá tenido con Ángela antes de que ella se fuera de la ciudad de los elfos, pero sabía que aunque le preguntara, el príncipe no revelaría nada. Esa mañana Logan había despertado fingiendo no recordar nada de lo acontecido el día anterior, lo cual funcionaba para todos porque no querían hablar del tema.

Después de que todos desayunaran y se alistaran, habían acordado entregarle lo que sobró del postre a sus monturas para hacer un viaje sin paradas de regreso a la Academia, esperando que Venus hubiera dicho la verdad y a los animales no sufrieran los efectos secundarios que los consumieron la noche anterior.

—Con respecto a los otros objetos, lo más seguro es que cada uno de nosotros se encargue de cuidar uno. —exclamó dejando los tres objetos restantes sobre la mesa.

—Yo quiero..

—Yo me quedaré con la pluma. —Lisa interrumpió a Alex y tomó la pluma entre sus manos. —Ustedes se pondrían a jugar con ella y es mejor guardarla para un momento donde verdaderamente la necesitemos. A pesar de lo sexy que te verías con alas Alex. —le tiró un beso con la mano.

—En ese caso yo quiero el sedante, Alex puede quedarse con la daga. Las armas pequeñas no son mi estilo.—Alex hizo caso omiso al comentario de su hermano y tomó la daga entre sus manos.

Después de eso, nada más habían hecho una pequeña cuenta de inventario y habían montado sus mascotas aladas para iniciar el largo viaje a casa.

⚔️⚔️⚔️

Lisa apenas podía contener la emoción al divisar el majestuoso castillo en las nubes, una vista que había extrañado más de lo que había imaginado. Las torres y murallas imponentes destacaban contra el cielo azul, recordándole que finalmente había regresado a casa. Estaba ansiosa por saludar a todos, se preguntaba qué había sucedido en la misión de Ángela y el resto. Durante su estadía en la ciudad de los elfos fue capaz de comunicarse un par de veces con ella, pero de repente dejó de recibir respuesta, llenándola de preocupación y temor por el destino de sus amigos. Debido a que el tiempo en Royelgard transcurría diferente, sentía que no había hablado con ella en meses. Para Lisa, había transcurrido casi un año durante su viaje, pero para el resto del mundo habían pasado apenas unas semanas.

Descendieron con gracia, aterrizando en el patio central donde se encontraban los establos de los kleindragels. Ahí los esperaban el director de la Academia, Máster Blake y Zoe, quien la miraba con ojos brillosos y alegres. Mientras Alex y Logan se dirigían a estrechar la mano del director Grisewold, Lisa corrió hacia Zoe y la abrazó con fuerza, emocionada de volver a verla.

—Bienvenida, señorita Silvers. Veo que el entrenamiento dio frutos, puesto que volvió en una pieza —comentó Máster Blake, con una sonrisa de orgullo en el rostro.

Lisa rió y estrechó la mano del guerrero que la había ayudado a convertirse en quien era. No pensaba que le haría tanta falta verlo, pero no podía esperar a volver a enfrentarlo en un duelo y mostrarle todo lo que había aprendido.

Por último, saludó al director, comentándole que quería una reunión privada para explicar todo lo acontecido con la reina y sus temores sobre los elfos oscuros, quienes se habían aliado con Dauntan. Sin embargo, les pidió que les permitieran descansar al menos dos días, ya que habían volado directo sin hacer ninguna parada para reponerse.

El director asintió comprensivamente, asegurándole que tendrían todo el tiempo que necesitaran para recuperarse antes de abordar cualquier asunto importante. Con un suspiro de alivio, Lisa se dispuso a disfrutar de la calma relativa que les brindaría esos días de reposo en la Academia.

—¿Dónde están Ángela, Adam, Kate y Jake? —preguntó Alex, quien ya había terminado de introducir a su hermano a Máster Blake.

—Hace poco recibimos un comunicado de que están en camino. Esperamos su regreso en los próximos días —respondió Grisewold con una mirada seria. Lisa se sintió aliviada al saber que estaban a salvo, pero la tensión en el aire le hizo pensar que había algo que no le estaban diciendo. Decidió que luego cuestionaría al director, por ahora necesitaba dormir al menos 20 horas.

A Logan le habían asignado una habitación en los dormitorios de hombres, Alex se encargaría de llevarlo y acordaron que después de descansar un poco se reunirían para discutir lo que había quedado inconcluso de la noche antes de partir.

Lisa despertó luego de una siesta de seis horas, extrañaba dormir en una cama, durante el viaje, había solo había podido dormir a medias en el lomo de Equus.Se dio una ducha, sintiendo el agua tibia revitalizar su cuerpo fatigado, y luego se vistió con una cómoda túnica de lino, unos pantalones ajustados y unas botas de cuero. Mientras terminaba de cepillarse los dientes, escuchó un suave golpeteo en su puerta.

Se sintió reconfortada al ver a Alex parado frente a su puerta con una sonrisa acogedora en su rostro.

—Hola, dormilona —saludó Alex, con un tono juguetón.

—Hola, cara de árbol. ¿Cómo estuvo todo con Logan? —preguntó Lisa, abriendo la puerta para dejarlo entrar.

—Bueno, parece que necesitaba dormir más de lo que pensábamos. Está roncando como un dragón bebé —respondió Alex con una risa suave mientras entraba en la habitación.

—Me alegro de que esté descansando. ¿Y tú? ¿Lograste descansar? Fuiste el que menos durmió durante el camino —preguntó Lisa, mirando a Alex con preocupación.

Alex suspiró, dejando escapar la tensión acumulada de sus hombros. Se acercó a Lisa y tomó su mano con delicadeza. —Estoy bien, Lisa. Gracias por preocuparte. Pero hay algo que puedes hacer para que me sienta mejor —dijo Alex, con una mirada pícara bailando en sus ojos.

Lisa sonrió ante la familiar picardía de Alex. —Oh, ¿y qué podría hacer yo para hacerte sentir mejor? —preguntó Lisa, juguetonamente.

Alex se acercó un poco más, sus ojos brillando con una chispa traviesa. —Bueno, podríamos ir a dar un paseo por el bosque, entrenar un poco y luego... tal vez encontrar un lugar tranquilo para relajarnos un poco más —propuso, con una sonrisa sugerente en los labios.

Lisa sintió un cosquilleo en el estómago ante la idea de pasar tiempo a solas con Alex, lejos de las preocupaciones y responsabilidades que los rodeaban. —Acepto —dijo con una risita nerviosa, dándole un rápido beso en los labios antes de salir corriendo por la puerta, anticipando que las cosas podrían intensificarse rápidamente.

Alex siguió de cerca a Lisa, entrelazando sus dedos con los suyos mientras caminaban hacia el bosque cercano, el mismo lugar donde habían enfrentado al Amphisbaena.

—Mira, aún está aquí la marca de tu espada en el árbol —comentó Alex, señalando hacia una profunda incisión en la corteza. Lisa observó la marca, recordando el momento en que la había hecho, una muestra de frustración ante sus confusos sentimientos por Alex después de que él le hubiera dado su primer beso.

—Parece que fue hace una eternidad. ¿Recuerdas cuando solíamos pelear y discutir todo el tiempo? —mencionó Lisa, con nostalgia en su voz.

Alex sonrió con su típica expresión engreída. —Sí, y recuerdo que gané cada una de esas discusiones —respondió —Pero lamento sinceramente todo lo que te hice pasar al principio. Fui muy inmaduro la mayor parte del tiempo.

Lisa asintió, apreciando la sinceridad en las palabras de Alex. —Está bien, eso ya pasó hace mucho tiempo. A veces, me sorprende pensar en cómo solía considerarme un error por el círculo mágico y ahora tengo la guerra que se avecina sobre mis hombros.

—No estás sola en esto, Lisa. Me tienes a mí, al director y a todos en la Academia apoyándote —dijo Alex, rodeándola con sus brazos. —Además, déjame confesarte algo: ese círculo nunca fue confiable. Tanto Angela como yo le pusimos un hechizo para que no revelara nuestra verdadera generación ni nuestro verdadero poder de combate.

—¡No puedo creerlo! Realmente nos engañaron a todos. ¿Quién pensaría que con ese rostro tienes más de 500 años? —comentó Lisa, riendo junto con Alex.

—Bueno, ¿qué te parece si entrenamos un poco y te muestro lo que son 500 años de experiencia en combate?

Lisa lo miró con determinación. —Se te olvida que yo también nací hace más de doscientos años. El hecho de que estuviera congelada todo ese tiempo no va a impedir que patee tu trasero.

—Eso está por verse, la única regla es que no se permiten armas.

Lisa y Alex se posicionaron uno frente al otro en el claro del bosque, listos para comenzar su entrenamiento.

—¿Estás lista, Lisa? —preguntó Alex, adoptando una postura de combate.

—Siempre estoy lista para enfrentarte, Alex —respondió Lisa, adoptando una postura defensiva, lista para contraatacar en cualquier momento.

El primer movimiento vino de Alex, que se lanzó hacia adelante con un rápido avance. Lisa respondió con agilidad, esquivando su ataque y contraatacando con un barrido de pierna. Alex logró esquivarlo por poco, retrocediendo para evitar el golpe.

La lucha continuó, con movimientos rápidos y fluidos. Lisa aprovechó su agilidad y destreza para mantener a raya a Alex, pero él demostró su experiencia y fuerza al contraatacar con golpes precisos y certeros. Ambos estaban completamente concentrados en el combate, cada uno tratando de superar al otro.

Después de varios minutos de intensa lucha, Lisa logró atrapar a Alex en una llave de brazo, obligándolo a rendirse.

—Te tengo, Alex —dijo Lisa, con una sonrisa triunfante mientras mantenía la llave.

Alex en respuesta sacó su codo del fuerte agarre de Lisa y giró hacia la izquierda llevándose a Lisa consigo hasta quedar sobre ella. Esta posición le permitó agarrar sus muñecas e imovilizarla contra el suelo.

—Eso es trampa —protestó Lisa, luchando por liberarse de la sujeción de Alex.

—No hay reglas en el amor y la guerra, ¿verdad? —respondió el príncipe con una sonrisa traviesa, manteniendo su agarre firme pero suave.

Lisa se quedó sin aliento ante la cercanía repentina de Alex, sintiendo el calor de su cuerpo sobre el suyo. A pesar de su intento de resistirse, no pudo evitar que su corazón latiera con fuerza ante la intensidad del momento.

—Supongo que tienes razón en eso —murmuró Lisa, encontrando difícil concentrarse con la proximidad de Alex.

Miró sus ojos verde azulado y las memorias de la noche antes de partir volvieron a su mente, no se resitió más y conectó sus labios con los de Alex. La respuesta que recibió fue apasionada, sintió a Alex empujar su cuerpo más cerca de ella y en el momento que soltó sus manos para agarrar su cintura, aprovechó para voltearlo con sus piernas de forma que ella quedara sobre él. Con la posición de ventaja sacó una pequeña daga de su pantalón y la colocó en el cuello del príncipe, —Ahora sí, yo gané.

—¡Oye, eso sí es hacer trampa! —exclamó Alex, enderezándose para mirarla con una mezcla de sorpresa y diversión.

Ella contestó estallando a carcajadas —¿No que todo es justo en el amor y la guerra?

—Espera que me voy a vengar, esta vez vas a quedar mucho más acalambrada que la otra noche.

Lisa sintió el calor llegar a sus mejillas ante semejante comentario, pero eso le recordó que aun no habían hablado del tema —Hablando de esa noche... —tomó las manos de Alex entre las suyas, sintiendo la necesidad de aclarar las cosas. —¿Verdaderamente querías que pasara lo que sucedió? No tenía nada de autocontrol y temo haberte empujado a algo que...

Antes de que pudiera terminar, Alex la interrumpió con un suave beso en los labios.

—Claro que lo quería. Solo me preocupa que haya sido una decisión forzada por los efectos del pastel. Me hubiera gustado que nuestra primera vez fuera en nuestros propios términos —expresó Alex, mirándola con intensidad— Te amo, Lisa Silvers, con todo mi corazón. Si me lo permites, me gustaría demostrártelo sin estar bajo el efecto de alguna sustancia.

—Yo también te amo Alex. —Con esas palabras lo besó apasionadamente. Sus labios se movían con deseo y anhelo, expresando todo lo que las plabras no podían decir.

Las manos de Alex recorrieron suavemente la espalda de Lisa, mientras ella acariciaba su cabello con ternura que se iba convirtiendo en deseo. Cada caricia, cada roce, era una confirmación del amor que compartían, a adiferencia de la otra vez, habían decidido hacer las cosa con calma y lentitud.

Antes de que las cosas pudieran intensificarse aún más, unas trompetas sonaron a todo volumen, anunciando la llegada de Ángela y los demás, interrumpiendo su momento íntimo.

N/A

Holaaa, aquí les traigo un nuevo capítulo como lo prometí. Ya finalmente se van a encontrar ambos grupos y la historia dejará de estar tan dividida.

¿qué les pareció el cap?

¿cómo han sentido que ha cambiado la forma de escribir que tengo ahora?

¿Hay algo que les gustaría ver en los próximos capítulo?

Los estaré leyendo, muchas gracias por apoyar mi retorno y motivarme a terminar esta historia. Les mando un abrazo gigante a todos, por favor comenten, es lo que me motiva más a escribir, poder escuchar sus opiniones me hace muy feliz.

Este cap va dedicado a mi novio quien siempre es el primero en leer estos capítulos y me ayuda a organizar todas mis alocadas ideas ♥️

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