Uno para el otro (Levi Ackerm...

By Cristillumibu

253K 18.2K 2.5K

Temporada 1: Terminada Temporada 2: En marcha Intenta no morir en un mundo en donde un movimiento en falso si... More

I Experience
II Star
III Control
IV Hurt
V Mission
VI Smile
VII Energy
VIII Daring
IX Child
X Dream
XI Free
XIII Folder
XIV Truths
XV Doubts
XVI Torture
XVII Barn
XVIII Fear
XIX Limbo
XX Poisoning
XXI Blue
XXII Letter
XXIII Black tea
XXIV Green
XXV Trees
XXVI Souls
XXVII Destiny
XXVIII Motivation
XXIX Progress
XXX Promise
XXXI Hypothetical
XXXII Fire
XXXIII Welcome
XXXIV Inferno
XXXV Opportunity
XXXVI Mist
XXXVII Worthy
XXXVIII Impulse
XXXIX Conviction
XL She
XLI Melancholia
XLII Traitor
XLIII Rage
Epílogo
Segunda temportada
I Alive
II Old Friends
III War
IV Past
V Cruelty
VI Warmth

XII Disaster

10.1K 838 223
By Cristillumibu

Despierto con el movimiento del piso y porque alguien está haciendo ruiditos con la boca. Abro los ojos con lentitud, encontrándome con un Armin intentando llamar mi atención, giro los ojos, intentando mover los brazos para apartar la chaqueta que me sirvió de abrigo en la noche congelada.

—En dos horas tenemos que partir, hay un río en las cercanías que permitieron para ir a lavarnos—. Jadeo, en señal que ahí voy. El dolor de las extremidades no parece estar al nivel del agotamiento que estoy siendo partícipe, tanto físico como mental.

En las misiones no se nos acercan demasiadas posibilidades de limpieza, por lo que esta es la única noticia buena que recibido en el tiempo. Bajo las escaleras sin hacer miramientos a los pisos, dispuesta a llegar lo antes posible al agua, siguiendo a mi rubio amigo, quien me cuenta lo emocionado que está por lavar su camisa llena de barro.

Sonrío con pesar, preguntándome si él recuerda todas las vidas que se perdieron ayer, todo el sufrimiento. Me pregunto si él está en mi mismo plano.

No podría decir que el río era una maravilla, pero si amplio que permitió que todos tuviesen espacio necesario para no molestar a los demás. Pero si logró brindarme una tranquilidad aliviadora, por unos segundos olvidé que estaba en la nada misma a unas horas de emprender un viaje hacia lo desconocido donde de seguro habrá una estela de muertes.

Cuando termino de exprimir la camiseta ajustada blanca para secarla lo mejor de puedo para así colocármela sobre la ropa interior que, aunque está sucia, no me animo a mojar, Eren y Mikasa se acercan al unísono, saludando.

Los miro con una sonrisa ligera, sin mostrar los dientes.

—¿Cómo están? —. Habla el moreno, con tranquilidad, pero sigue hablando, no permitiéndonos responder, a la vez que me señala. —Hey, (T/N), deberías limpiar el pantalón, está embarrado—. Añade. No lo niego, a sabiendas de la suciedad impregnada, pero no me siento cómoda al sacarme aquella prenda y esperar a que se seque, ya que, gracias a las botas, complica el caso.

Niego, haciendo un ademán, restándole importancia. —No te negaré que está mugroso, pero prefiero esperar, no me pasará nada por tener prendas sucias—. Se ríe, asintiendo.

Cuando las dos horas de libertad se acaban y tenemos que subir al caballo y partir, me pongo la chaqueta, que, por la pesadez del sol, se ha secado.

La misión de ahora es expresamente buscar el agujero que está permitiendo a los titanes ingresar. Los grupos de protección que fueron desplegados para vigilar la llegada de nuevos monstruos dieron la información que no había absolutamente nada en los pueblos aledaños, ninguna visita inesperada

—¿Están todos reunidos? —. Cuestiona el azabache, dirigiéndonos una mirada a todas las cabezas. —Bien—. Asiente en entendimiento, captando el silencio. —Hoy formarán grupos de cinco y tres. Dos de tres, estos irán unidos al muro, en direcciones contrarias y siendo dirigidos por Hanji y yo—. Mientras habla, la mujer con anteojos va señalando a algunos reclutas para apartarlos, uno de esos siendo yo. Sin oponerme a nada, me voy al grupo de su derecha, al lado de Levi. —Los otros grupos, formados por cinco, servirán de águilas, seguirán y verán todo desde un ángulo más abierto, dispuestos a avanzar cuando venga un titán—. Suelta las indicaciones. Ahí es donde caigo en cuenta que formo parte de los primeros grupos.

Nuestro trabajo es simple, el comprobar el estado de los muros, pero la sorpresa es máxima cuando llegamos al tramo establecido, después de avanzar con los caballos varios kilómetros y no vemos nada más que una pared gigantesca en perfectas condiciones. Eso significaría que el grupo de Hanji se topó con el agujero.

Retrocedemos y seguimos el protocolo señalado, juntándonos con los grupos de cinco que fueron desplegados hacia los pueblos cercanos a nuestra posición por la presencia de algunos titanes.

Los animales que nos acompañan los dejamos al medio del corte del pueblo, decido quedarme en este, donde, se supone, se encuentran mis amigos, porque varios reclutas deciden seguir adelante.

Agarro bien las espadas y subo al tejado, viniéndome recuerdos que tardaré una vida en eliminar, y eso es triste, considerando que, en vez de desaparecer, irán multiplicándose las anécdotas devastadoras, hasta que el invierno pese, las siembras se eliminen junto a la muerte llegadora.

Incrusto los ganchos a las casas más altas, para tener una vista más amplia de lo que está pasando. De vez en cuando veo cuerpos pasar en gran velocidad hacia algunos titanes que se encuentran a la vista.

Es curioso que algo así pase, pero como un antecedente palpable, nuevamente los titanes se centran en un área en específico, donde no demoro en partir blandiendo las hojas afiladas.

—¡(T/N)! —. Escucho gritar a una chica que de inmediato interpreto que es Mikasa. No me detengo, consciente que debe estar siguiéndome. —¡No he visto a Eren! —. Sé cuál es su suposición, es que las dos sabemos la relación cercana que tiene éste con las situaciones que impliquen una buena dosis de adrenalina, algo que, a pesar, he estado tomando como mi marca personal.

—¡Acabo de llegar! —. Grito de respuesta.

Los sonidos fuertes me atormentan, volviendo la imagen de la vida de muchos inocentes cayendo en picada, llevándome a detener lo suficiente la aceleración como para admirar que es lo que me está rodeando.

Mikasa no se detiene, hasta incluso pienso que no se ha enterado que he quedado atrás. Aquel momento de realidad me hace ver la estela de gas que desprende la pelinegra. Sé lo que se viene, viéndome en su cuerpo, minutos antes de perder el control de todo hilo de pensamiento coherente.

Para advertirle algo que ella debe saber, aprovecho cada conocimiento en física enseñada en las clases para tomar más velocidad sin desperdiciar de más. Voy llegando al punto donde puedo gritar y ser escuchada cuando la veo descender con violencia, chocando con el tejado, pero no en los vacíos entre las casas.

Se levanta a penas, pero he llegado. Sé que no me va a permitir ayudarle, así que me quedo a su lado, pendiente del ambiente.

—Hay que ir donde Eren—. Masculla, dándose ánimos.

—¿Se te acabó el gas? —. Cuestiono, a la vez que me acerco para ver los tubos. Asegurándome que le queda lo suficiente para volver. Tiene unos rapones en las zonas que se ha golpeado y que no tiene protegidas con la tela del uniforme, algo que me tranquiliza. —Iré yo—. Digo, observando con detenimiento como el lugar con titanes todavía está algo lejos. No me parece extraño que Hanji esté tan pendiente de ellos y sea el objetivo de sus investigaciones, pues en sí tienen un comportamiento igual de interesante que los seres humanos.

Mikasa no es convencida, y lo comprendo, quiere asegurarse por sus propios medios que Eren está bien. No me siento ofendida, pero si me molesta que no vea su propia seguridad.

—Está bien, sigamos—. Hablo mientras ella arregla su uniforme. No le doy tiempo para responder cuando sigo avanzando. Quizás, solo quizás, aquellos segundos de pausa han podido significar la pérdida de vidas de muchas personas.

Giro y rodeo algunos titanes, matándolos al mismo tiempo que aprovecho el impulso para seguir adelante. Pero algo me llama la atención de inmediato, conjunto a un rugido familiar.

Eren se ha convertido en un titán.

Grito de desesperación, como si eso llevara una señal al universo para que arregle lo que está ocurriendo. El hecho que ahora tengamos un titán pensante significa problemas, pues no hay información al respecto.

Tengo miedo de gastar más de lo necesario como Mikasa, pero me adelanto, aun así, llegando en un tiempo que hasta mi cerebro se sorprende al violar los segundos que estimaba.

No tengo la menor idea de que hacer con claridad, por ello me centro en cada señal y la intuición, llevándome a su hombro, donde supongo que me puede escuchar.

—¡EREN! —. Chillo con susto cuando empieza a moverse, obligándome a utilizar los ganchos sobre su piel para mantenerme de pie. Caigo cuando patea un titán que venia hacia nosotros, quedando prendida de las cuerdas del equipo. No quiero herirlo, pues no sé si siente un real dolor, pero me veo en la necesidad de incrustar las espadas en su pecho cuando por un vaivén el agarre se suelta.

El pánico es mayor cuando una sombra se hace presente y el dolor electrizante atraviesa todo mi cuerpo. Me ha agarrado con tanta fuerza que el equipo tridimensional se me ha aprisionado en el cuerpo. Me mueve como una pelota en mano, sintiendo de forma lenta como las cuchillas que antes servían de agarre ahora significan un arma de doble filo que cortan la piel de las caderas.

Grito, intentando razonar con un Eren que ha perdido la razón o que no tiene conocimiento del daño o fuerza que está empleando. Se queda dirigiendo sus ojos a la única parte que está libre de mí, la cabeza. Lo insulto y lloriqueo por el dolor agudo, implorando que me suelte, algo que cumple segundos más tarde.

Quedo en la palma de su mano, con la respiración agitada y con el líquido vital tiñendo sus dedos. Me deja en un tejado aledaño, con una delicadeza para nada relacionada con la brutalidad de sus actos anteriores.

—Mierda...—. Mascullo, guardando el filo en su caja, confiando en que mi amigo convertido en titán matará a los de su especie por un segundo, para centrarme en la herida.

No es tan profunda como esperaba, pero si es fea. Tengo dos disparejas cortadas frontales en las caderas, donde las cuchillas estuvieron luego de desprenderse de la piel titánica.

El dolor es agobiante, y el pánico de la sangre no logra tranquilizar cada uno de los nervios que amenazan con debilitar las piernas. Veo de forma distraída como Mikasa ahora vuela alrededor de Eren, intentando cortarle el cuello de una tajada. Para mi sorpresa, eso parece enojarlo, ya que da manotazos en el aire.

Como una obra del infierno, uno de esos golpes llega a unos metros de mí, forzándome a saltas por la onda expansiva provocada por la fuerza empleada. Ruedo por las tejas, intentando con las fuerzas que me quedan de sujetarme de ellas con las manos, lo logro al final, por la gravedad, mi cuerpo queda suspendido en el aire, tambaleante.

El estiramiento me supone un mayor ardor, pero lo que si termina por provocar mi caída es la sensación de otra brisa, indicando que los golpes de Eren no se han detenido y que incluso uno ha pasado cerca, asustándome.

Choco con el pavimento de forma descuidada de espaldas, con el resonar violento del equipo.

Jadeo y sigo insultando, por lo menos conforme que sigo viva de una caída de varios metros. Intento incorporarme, pero no tengo la fortaleza suficiente para hacerlo. Cada célula pide un poco de relajación.

Suspiro, consciente que Jaeger puede pisarme con un descuido. Cierro los ojos, ya harta de todo y sintiendo cada extremidad cansada.

No tengo la menor cuantos segundos o minutos pasan cuando alguien me toma de forma delicada en sus brazos, por lo menos tengo conocimiento que se trata de un humano. Sin más y exhausta, me dejo llevar.

Cuando abro los ojos no tengo la menor idea de donde me encuentro o el por qué. No es hasta unos segundos de observación que me doy cuenta que estoy en una habitación con algunas camas y ventanas que dan claridad. Es diferente a todo el ambiente que recuerdo con cercanía, pero si se me hace conocido la limpieza y orden: enfermería.

Intento mover, para empezar, los dedos de las manos, encima de la colcha blanca de la litera, lográndolo con más esfuerzo del que me gustaría contar.

—No te muevas más—. Una voz que reconozco me hace pegar un brinco. —Te han dado tanta morfina como para tumbar un caballo, así que no hay caso, estás bien—. Continúa mi capitán, con los brazos entrecruzados al lado de la puerta, frente a la cama. —¿Recuerdas algo? —. Cuestiona, serio. Siento como si la cabeza estuviese flotando, no siento demasiado todo debajo del cuello.

—Eren se convirtió en titán y...—. La escena se repite, con el pánico y dolor. Intento sacudir los pensamientos, pero es imposible. —Me agarró, después me soltó, pero caí del tejado de la casa—. Cuento, en resumidas cuentas, haciéndole ver que conozco lo acontecido, pero tampoco es algo que me quiera acordar. Él parece comprender, al mismo que deja su posición recta para acercarse y sentarse en la que, intuyo, es una incómoda silla. La cercanía se me hace sorpresiva, pero, no sé si sea por las drogas suministradas o no, pero me encuentro relajada.

—El mocoso perdió el control. También alcanzó a Mikasa—. Eso hace despertar mi alerta, abriendo los ojos a más no poder. Hago el amague de levantarme, pero me es imposible, porque sumado al cuerpo entumecido, Levi coloca su mano en mi pecho, impidiendo un mayor movimiento.

—Te dije que no te esforzaras—. Su voz es tersa, un susurro lento lleno de intenciones escondidas. Me atrevo a mirarlo de vuelta, sumergiéndome en esos orbes que parecen gritar mucho, cuando ese pensamiento que viene con un "pero esos labios que no sueltan nada", corro mis ojos inocentes a la zona mencionada.

Cuando me doy cuenta, esquivo la situación prometedora, llevando toda la atención a la zona donde él ya ha quitado su toque: el pecho. Nerviosa y avergonzada, pido a todos los dioses habidos y por haber que él no se haya dado cuenta que me he enfocado en sus finos labios.

La habitación se sumerge en un silencio incómodo. Y es que aun cuando tengo demasiadas dudas que exclaman por ser respondidas, no hallo el valor de hacérselas. Pero como un ángel estruendoso, Hanji se asoma por la sala, con varios tonos más altos de energía.

Su bata, conjunto a un peinado descuidado y gafas que se van deslizando por su larga nariz me causan un poco de gracia. Suelto un suspiro, botando todo lo tenso de la situación.

—¿Te sientes bien? —. Pregunta, parándose al otro lado de la cama, agarrando un archivador y abriéndolo.

—La verdad es que no siento nada—. Suelto con afabilidad, intentando con todas las ganas eliminar la nube negra que desprende Levi y su seriedad.

—Oh, perdón por eso, pero cuando Levi te trajo en sus brazos en el caballo estabas sudando y chillabas que te dolía todo el cuerpo—. Abro un poco la boca, notoriamente asombrada por la declaración.

—No lo recuerdo—. Cuento, dirigiendo una mirada perdida al único hombre de la habitación. Él parece neutro, confirmando lo que está diciendo su compañera. Quiero escapar y no aparecer jamás. 

-------------------------------------------------------------------------------------------------

Estoy arreglando los capítulos, cambiando la historia para mayor coherencia y cohesión, cualquier contenido de capítulos anteriores que discrepe, por favor, notificarme.

Gracias por leer, es una historia que escribí hace muchos años y recién estaba empezando a escribir, era una beba.

Sé que tiene problemas de narración inconclusa, voy a enfocarme en arreglar.

Recomiendo, si es que estás leyendo por primera vez la historia, te detengas cuando los capítulos se llamen: "Capítulo...", ya que esos son los que están siendo modificados por ahora.

Amor para todos


-----------------------------------------


¡Que triunfe el mal!

Continue Reading

You'll Also Like

21.8K 1.2K 65
Unas pequeñas imagenes o cómics ☙ Disfruten :3 Cada imagen o comic, no me pertenecen cada uno tiene a su propio creador/creadora
65.2K 3.9K 30
después del último exterminio y ganar en la batalla contra los exterminadores el rey decide quedarse con su hija, haci empezando a convivir más con c...
109K 4.1K 23
𝗝𝗨𝗝𝗨𝗧𝗦𝗨 𝗞𝗔𝗜𝗦𝗘𝗡 ╰── ⓘ contenido +𝟭𝟴, vulgaridad, así que disfruten. Todos los créditos a sus...
26.7K 1.3K 38
Lena era hija de una prostituta drogadicta, desde pequeña había perdido a su padre y estudiaba con una beca en una universidad, hasta que un día todo...