Jo es nombre de problemas. (J...

By Silvermelon

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Después de un tranquilo y largo verano en los Hamptons, Jo esta preparada para comenzar su ultimo curso de in... More

Prólogo.
1. Un nuevo comienzo.
2. Las segundas partes nunca fueron buenas.
3. El pasillo de los de ultimo curso.
4.Visto en el comedor.
5.El primer dia de clase.
6. El tour.
7.El karma.
9. La noche de las hogueras.
10.¿Eres gay?
11.Porque le quiero.
12.¿Qué quieres tú?
13. Tú chico especial.
14. Equipo de salvamento.
15.De cómo Logan se sale con la suya siempre.
16. La cita de Lizzie.
17. La cita doble.
18. Una pizca de realidad.
19.Rumbo a Harvard.
20. Un pequeño malentendido.
21.El final del viaje.
22.Demasiado bonito para ser cierto.
23. ¿Cual es tu color favorito?
24. Una gran no cita.
25. Un amigo, un tesoro.
Stop bullyng
26. Esto no es un juego.
27. Lo más divertido del internado.
28. Una chica segura.
29. El baile de invierno.
30. Una noche para recordar
31.Un regalo inesperado
32. Hogar, dulce hogar
33. Plantada.
34. Muerdago
35. Fuera del armario.
36. El maravilloso consejo de Peter
37. Una cena divertida
38. Tú a Harvard y yo al internado.
39. La vuelta al infierno
40. La fiesta de pijamas
41. Una ayuda adicional

8. El caos de los problemas.

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By Silvermelon

8. El caos de los problemas.

Por supuesto en cuánto James Dean posó sus ojos en mí su sonrisa prepotente apareció de nuevo en su rostro.

— ¿No hay más sitios vacíos en la clase?—Pregunté yo sin reprimir ni un ápice mi disgusto al ver cómo James Dean se sentaba en el pupitre de al lado.

—Me gusta este. —Contestó él secamente mientras sacaba su estuche y archivador de la mochila. ¡Se estaba sentando a mi lado en serio! ¿Cómo le iba a ignorar si parecía tener una especie de imán hacía mi?

— ¿Me estas acosando?—Inquirí alzando una ceja burlona.

—Igual eres tú la que me está acosando. —Respondió el sin turbarse ante mi comentario. Sus ojos castaños seguían tranquilos, mientras mantenía su sonrisa de prepotencia.

—Yo llevo en este internado más tiempo que tú. Tú eres el nuevo. Y por tanto el acosador.— Puntualicé yo tratando de imitar su sonrisa prepotente.

— ¿Siempre te ha interesado la filosofía?

— ¿Qué?— Aquella pregunta me pillo totalmente desprevenida. No, nunca me había interesado la filosofía hasta hace una semana cuándo decidí matricularme. Era justamente la respuesta que él esperaba. Pero no iba a darla. — ¡Pues claro que sí!

—Pero nunca has venido a esta clase. — Observó James Dean acertadamente.

— ¿Cómo sabes tú eso?— Pregunté sorprendida. ¿Ahora James Dean tenía poderes sobrenaturales? ¿Se suponía que esta era la parte de la historia que me confesaba que era un vampiro legendario sediento de mi sangre?

Creo que había visto demasiadas películas.

—No lo sabía a ciencia cierta. Pero ese ''que'' me ha hecho dudar. De todas formas acabas de confirmármelo. — Otra vez la sonrisa de prepotencia en su rostro. Otra vez mis mejillas coloreándose después de que James Dean me haya dejado mal. —Déjame adivinarlo viste mi nombre en la lista de matriculados y supiste que tenías que estar aquí.

—Ni siquiera sé tú estúpido nombre. Y tampoco tengo ningún interés. —Añadí furiosa.

—Logan. Me llamo Logan. — Contestó el chico divertido.

—Enhorabuena. —Contesté arqueando las cejas y esbozando una sonrisa sarcástica.

— ¿Entonces es tu primera vez?— Preguntó Logan haciendo que me estremeciera.

— ¿Qué?— Pregunté confusa. Mis mejillas se habían coloreado de rojo. ¿De qué estaba hablando Logan?

—En clase de filosofía. — Logan parecía más divertido que nunca.

Lo había conseguido de nuevo. La pregunta, obviamente llevaba dobles intenciones, y me había pillado tan de sorpresa que había conseguido sonrojarme.

No quería intercambiar ni una palabra más con aquel ser llamado Logan que conseguía ponerme nerviosa cada vez que abría la boca. Afortunadamente no tuve que responder a la pregunta. La señora Malone cruzó el umbral de la puerta en ese instante haciendo que todos los estudiantes cerráramos la boca.

Cuándo alguien se imagina a un profesor de filosofía evocamos a una persona excéntrica. Y la señora Malone encajaba perfectamente con esta palabra. Era una mujer menuda, de unos cincuenta y tantos años muy bien llevados. Sus ojos verdes quedaban camuflados por unas gafas cuadradas de color violeta, de las que colgaban unos hilos negros que le permitían posar las gafas en el pecho sin temor a que se le cayesen. Las arrugas se habían apoderado de su cara, pero le aportaban cierta sabiduría, esa que solo la edad puede dar. Su pelo rubio quedaba cortado a la altura de la barbilla totalmente liso. Pero sin duda lo que más llamaba la atención de esta profesora era su vestimenta, que consistía en una túnica de color azul claro que le caía casi hasta los pies. Parecía una sacerdotisa recién salida de un templo griego.

—Bienvenidos a mi asignatura. Soy Jude Malone. Estoy segura de que cada uno de vosotros tenéis una razón para estar sentados aquí escuchando a esta vieja profesora. Si me lo permitís, os voy a dar la razón por la que yo a vuestra edad decidí estudiar filosofía. Cuándo uno es adolescente es normal que se encuentre perdido. El futuro parece tan incierto, y es tan difícil tomar decisiones que afectan a las cosas que quieres. Es el continuo debate entre la placentera niñez y el ir haciéndose mayor. Saber de dónde venimos, puede ayudarnos a saber hacia dónde vamos. Y por supuesto también es importante adquirir la capacidad de hacer preguntas y ser críticos hacia todo lo que nos rodea. Así quizá algún día todo entendamos qué es de verdad importante en la vida.

Aquella señora me había enamorado solamente con su discurso inicial. Era extraño oír cómo una persona que no te conocía para nada pudiera definir perfectamente cómo me sentía.

Estaba perdida. Aquello era una realidad. Me encontraba perdida en triángulos amorosos sin resolver, en un mundo lleno de dinero, escándalos y mentiras, y por supuesto en la decisión que tendría que tomar al final de este año, y que condicionaría mi vida para siempre.

Pero podía encontrarme. Quizá la filosofía me enseñara por fin el rumbo que quería que tomase mi vida.

La pregunta de qué clase de persona era seguía martilleando en mi cerebro. Había contestado a esa pregunta el año pasado, sí. Pero solo era el principio de una compleja cuestión que sabía que no iba a abandonar mi cabeza.

—Para el próximo día quiero que hagáis una redacción acerca de que os lo más importante en la vida para vosotros. — Apunté la tarea en mi agenda. Normalmente no soy la clase de chica que se esmera demasiado en los deberes, mi espíritu vago me lo impide totalmente. Pero había algo en aquella asignatura que me empujaba a sacar lo mejor de mí. — En parejas.

Eso ya no me gustaba tanto.

—Creo que vamos juntos, mi querida Jo. — Susurró James en mi oído haciendo que me estremeciera.

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— ¿Entonces qué es lo más importante para ti?—Preguntó Logan echado sobre el césped.

Habíamos decidido que ya que ninguno queríamos perdernos aquella tarde de sol, en lugar de ir a la biblioteca podíamos hacer el trabajo de filosofía en el jardín disfrutando de los últimos días de sol antes de que el lluvioso y frio Octubre anidara en el internado.

—No lo sé. ¿Es una pregunta demasiado abstracta no crees? Hay muchas cosas que importan...— Murmuré con agotamiento mientras me daba la vuelta sobre el césped para ponerme boca arriba. Me daba igual manchar la camisa blanca del internado de verde mientras me encontrará cómoda. Ya era suficiente tortura aguantar una charla filosófica con Logan.

— ¿Pero y si tuvieras que elegir una?—Logan estaba sentado a mi lado sosteniendo una libreta sobre las piernas. Lo habíamos echado a suertes, y al él le tocaba escribir.

— ¿Y tú que escogerías?— Aquella cuestión era demasiado complicada cómo para contestarla, y más con un completo desconocido con el que tenía cero confianza, y de hecho odiaba.

—Para mí la felicidad. Ser feliz es lo más importante en mi vida. — Me incorporé un poco confundida para mirar la cara de Logan, y para mi sorpresa su sonrisa de satisfacción había desaparecido y había sido sustituida por una expresión que era casi ''amable''. Estaba esperando una respuesta sarcástica y estúpida pero Logan parecía completamente sincero.

—No puedes basar toda tu vida en la felicidad. Siempre habrá cosas que a uno no le gusten pero que tienes que hacer por obligación. Eso es hacerse adulto. —Rebatí yo cruzándome de hombros.

— ¿Entonces por eso eres tan amargada? ¿No crees en la felicidad?— Logan parecía muy interesado en saber mi opinión acerca de mi idea de felicidad. Y no parecía estar intentando burlarse de mí o dejarme mal.

— ¡Por supuesto que sí que creo en la felicidad! —Exclamé algo cortante por haberme llamado amargada. —Pero no logro entender cómo puedes centrarlo todo en eso.

— ¿Por qué si no, que otras cosas nos queda en la vida?

— ¿Estudiar? ¿Trabajar? ¿Formar una familia?—Propuse yo a la defensiva. — Todo el mundo cree que puede vivir del aire. En esta vida se necesita dinero para vivir. No puedes pagar tus deudas con felicidad.

— ¿Cuándo fue la última vez que te sentiste feliz?—Preguntó Logan clavando sus ojos castaños en los mios.

—Um... No sé. — Aquella pregunta me pillo totalmente desprevenida. Una vez que había sido realmente feliz, sin sentirme agobiada, ni pensar en cómo se sentirían otros por lo que estaba haciendo. — Creo que fue en verano. Estábamos tomando trufas en el barco de mi mejor amiga Leah, mi barco estaba secuestrado por mi hermano y mi mejor amigo, y mientras tomábamos el sol.

— ¿Barco?¿Trufas? ¿Eres un pelin materialista, no?—La sonrisa de prepotencia había vuelto a su rostro. No era la respuesta que esperaba.

—No soy materialista, simplemente prefiero tomar el sol en un yate, y no en un estúpido prado. Además, estudias en un internado elitista. Seguro que eres igual que todos los niños pijos de aquí soñando con un porshe y con una casa en Malibú.

—Si esa es la idea que tienes de mí, me ofendes, Jo. — Logan coloco su mano derecha sobre su pecho para fingir estar molesto por mi comentario provocando que soltara una risita.

— ¿A si? ¿Entonces qué es lo que te hace feliz a ti? Aparte de molestarme, obviamente. —Inquirí yo con sarcasmo.

—Para mí, la felicidad reside en las cosas pequeñas. Ver un amanecer en la playa, descubrir lugares nuevos, un rato agradable con amigos, y sobre todo mi felicidad reside en los problemas.

— ¿Los problemas te hacen feliz? ¿Te gusta tener problemas?—Pregunté yo sorprendida. Esa respuesta era más que inesperada. ¿A quién le gustaban los problemas? — La gente normal huye de ellos, no les busca.

—Los problemas son lo que da color a la vida. La esencia del ser humano. — Explicó Logan.

—No estoy de acuerdo contigo. Los problemas complican la vida, no le dan color. — Contesté exponiendo mi opinión. No estaba para nada de acuerdo con lo que estaba diciendo Logan. Y podía afirmar que era una completa experta en problemas, y nunca me habían traído la felicidad, sino quebraderos de cabeza.

— ¿Pero qué sería de la vida sin que fuera complicada? ¿No sería demasiado aburrida? Me gustan los problemas porque son la razón por las que me levanto todas las mañanas.

—Creo que obviamente no tenemos el mismo concepto de felicidad. Ni esperamos lo mismo de la vida. — Dije zanjando la conversación y volviendo a tumbarme sobre la hierba. Logan tenía sus propios ideales y no iba a hacer cambiárselos. ¿Por qué discutir?

— ¿Entonces no eres una chica problemática? — Logan volvía a tener esa sonrisa de prepotencia en la cara.

— No lo soy. —Contesté firmemente. De repente me di cuenta de que aquello no era del todo verdad, así que me apresuré a aclarar. —No al menos ahora mismo.

—Eres una buena chica con un pasado problemático. — Se aventuró Logan tratando de interpretar mis palabras.

—No del todo. — Contesté con una risita. Por una vez yo era la misteriosa de la conversación. Además no iba a contarle a Logan, mi enemigo, todo el drama y los problemas por los que había pasado el año pasado.

—Bueno, Jo. Puedo asegurarte que estás perdiéndote mucha diversión.

—Gracias por tu opinión, Logan. —Me volví a incorporar sobre mis dos manos para mirar directamente a Logan a los ojos. — Pero creo que estoy bien.

—Entonces tendré que hacerte cambiar de opinión. — Logan se encogió de hombros mientras seguía esbozando aquella sonrisa de prepotencia acorde con sus ojos castaños.

—Inténtalo si puedes.

Y aunque Logan se quedó en silencio, y no respondió, supe por su expresión que había aceptado el reto.

Bueno, cómo os dije el domingo tuve problemas personales, y no pude actualizar. Pero aquí os traigo el capitulo, y es largo. Además os prometo que el domingo tendréis capitulo nuevo.

Me ha encantado escribir este capitulo. Me gusta cómo esta evolucionando Jo, y cómo intenta madurar. Y cómo Logan es tan increíble e irresistible.

¿Qué os parece a vosotros? ¿Os ha gustado? Espero leer que comentéis vuestra opinión y votéis.

Besitos de Silvermelon.


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